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25 de abril de 2013

Cinco cosas que te pueden hacer perder la memoria

No solo la edad y enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer afectan negativamente a la memoria. Ciertas situaciones fisiológicas y algunos hábitos también nos lo ponen más difícil a la hora de almacenar y recuperar recuerdos. Estrés crónico. Según sacaba a la luz el año pasado la revista Neuron, las hormonas del estrés afectan negativamente la función de la corteza prefrontal, una región del cerebro que se ocupa entre otras cosas, de almacenar la memoria de trabajo (que almacena información por un breve lapso de tiempo) y de tomar decisiones. Y todo porque las señales en esta zona se transmiten a través del glutamato, cuyos niveles caen cuando nos estresamos reiteradamente.

Embarazo. Las embarazadas tienen una especial predisposición a ver mermada su memoria espacial, la que nos sirve para orientarnos y recordar dónde dejamos las cosas, según un estudio presentado en la Conferencia Anual de la Sociedad Británica de Endocrinología. Esta pérdida de memoria es más acusada en los dos últimos trimestres del embarazo, y se mantiene hasta tres meses después del nacimiento del hijo. Por suerte, es reversible.

Fumar. Un reciente estudio de la Universidad de Northumbria revelaba que los fumadores tienen peor memoria que los no fumadores. Concretamente, en pruebas de memoria en que se les pedía recordar una serie de tareas asociadas a distintos lugares, los no fumadores recordaban un 81%, mientras que los adictos al tabaco solo recordaban un 59%. Dejar de fumar revierte estos efectos negativos de los cigarrillos.

Exceso de grasa. Si nuestra dieta incluye demasiadas grasas saturadas y colesterol el cerebro se inflama, la función nerviosa se altera y la memoria de trabajo o memoria inmediata se reduce, tal y como se desprende de un estudio dado a conocer en la revista Journal of Alzheimer's Disease.

Hipertensión. A partir de los 45 años de edad, la presión arterial alta o hipertensión se asocia con una pérdida de memoria, según demostraba un estudio de la Universidad de Alabama publicado en Neurology. Los autores lo atribuyen a que la presión sanguínea alta debilita las pequeñas arterias del cerebro, lo que puede desencadenar daños neuronales.

Fuente:

Muy Interesante

¿Por qué se nos hace un nudo en la garganta?


  • El nudo se forma porque el cuerpo está en estado de alerta
  • Es una reacción involuntaria frente a la angustia y el estrés
  • Los músculos de la garganta y el esófago se tensan

Ampliar fotoMujer angustiada.
Mujer angustiada

Cuando algo nos preocupa, hasta la angustia nuestro cuerpo lo expresa. Sentimos opresión en el pecho, la boca del estómago retorcida y un nudo nos aprieta la garganta, a veces de tal forma, que no nos salen las palabras.

Sucede así porque ante una situación de estrés, nuestro cuerpo se pone a la defensiva. Se desencadenan una serie de reacciones fisiológicas involuntarias, entre ellas el nudo en la garganta, que nos preparan para afrontar una posible agresión.
Nos convertimos en animales al borde de la huida ante un depredador, como antílopes acechados por leonas en la sabana. Pero en nuestro mundo desarrollado, las amenazas son el estrés por la situación laboral, el desamor, el miedo por el bienestar de los hijos o la hipoteca, por ejemplo.


El nudo se produce porque los músculos del esófago y la garganta se contraen. El efecto es de ligero estrangulamiento o de bola que impide tragar. Ocurre porque el acto de la ingesta de alimentos es una acción incompatible con la huida. Por este mismo motivo, también se nos seca la boca. Los vasos sanguíneos que riegan las glándulas salivares se contraen y así se restringe la producción de saliva.

Para optimizar el combustible del cuerpo, que es el oxígeno, la respiración se acelera y los bronquios se dilatan. Así llega más cantidad a los músculos. Las pupilas se dilatan y se eleva el párpado superior para que entre más luz y podamos ver con detalle, aumenta el ritmo cardíaco para elevar la sangre que fluye a los órganos y así tener disponible la energía necesaria en caso de tener que huir repentinamente.

Para evitar pérdidas de energía y concentrarlas en la escapada la sangre se desvía a los órganos internos, las manos y los pies se enfrían, la cara palidece, disminuyen los movimientos intestinales y se contraen los esfínteres para impedir la defecación o la micción. Cuando la situación que nos origina la ansiedad desaparece, nos relajamos, el nudo se deshace y todo vuelve a su estado habitual.

Fuente:

RTVE Ciencia

¿Por que se calma un bebé si lo cogen en brazos?

Si un bebé llora desconsolado, que uno de sus padres lo coja en brazos lo calma al instante. Un estudio publicado esta semana en la revista Current Biology demuestra que se trata de una respuesta común a todos los mamíferos, desde ratones hasta humanos. Según explica Kumi Kuroda, del Instituto de Neurociencias RIKEN de Saitama (Japón), "los brazos de la madre son el lugar más seguro donde un bebé puede estar". Es más, evolutivamente hemos aprendido a identificar que cuando nuestra madre nos lleva a cuestas en los primeros meses de vida, aumentan nuestras posibilidades de sobrevivir.

Kuroda y sus colegas han demostrado que en el momento en que un bebé reconoce que está en brazos de un adulto, deja de agitarse, sus músculos se relajan y el ritmo de su latido cardíaco disminuye rápidamente. Y usando un electrocardiograma han comprobado que en las crías de ratón la velocidad a la que late el corazón también desciende cuando la madre lo agarra suavemente de la espalda para moverlo de un lado a otro, además de que cesa su llanto (emitido en ultrasonidos).
Es casi infalible:

Fuente:

Muy Interesante

¿Cómo se vería el cielo si los planetas del Sistema Solar estuvieran tan cerca como lo está la Luna?

 Hagamos un pequeño ejercicio de imaginación, e imaginemos que Marte o Venus o cualquier otro planeta de nuestro Sistema Solar se encuentra a la misma distancia que está la Luna. Si alzáramos la vista al cielo, ¿qué veríamos?

Cojamos como base la imagen que encabeza la entrada. Allí arriba tenéis la Luna. A continuación, vamos a ir sustituyendo el satélite por otros planetas, foto a foto:

Marte

Júpiter


Vea todos los planetas en: Xakata Ciencia

24 de abril de 2013

Nuevo método convierte en alimento cualquier planta no comestible

Científicos del Virginia Tech consiguen transformar la celulosa en almidón, uno de los componentes más importantes de la dieta humana, lo que podría permitir alimentar a una población mundial que se espera alcance los nueve mil millones de personas en 2050.


El hallazgo, liderado por Y.H. Percival Zhang, profesor de la Facultad de ciencias agrícolas y de la Facultad de ingeniería del Virginia Tech. El almidón es uno de los componentes más importantes de la dieta humana y proporciona entre un 20 y un 40% de nuestra ingesta calórica diaria, y Zhang ha logrado generar con este método un tipo de almidón llamado amilosa, que actúa como una buena fuente de fibra dietética. Con este nuevo método, aproximadamente un 30% de la celulosa de material vegetal no alimenticio (como rastrojo del maíz) puede ser transformado en amilosa.

El método implica cascadas enzimáticas (reacciones químicas en las que los productos de una reacción se consumen en la siguiente reacción). Ha sido bautizado como biotransformación enzimática simultánea y fermentación microbiana (simultaneous enzymatic biotransformation and microbial fermentation).
Los resultados de la investigación han sido publicados en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Según Zhang:
además de servir como fuente de alimento, el almidón se puede utilizar para la fabricación de películas biodegradables, comestibles y transparentes, destinadas al envasado de comida. Podría incluso usarse para trasportar hidrógeno y resolver los problemas relacionados con el almacenamiento y la distribución de este elemento.

La continua amenaza de la escasez

Ya hace 200 años, los cálculos determinaban que muy pronto no habría comida para todos. Entonces se descubrieron las propiedades de los inmensos depósitos de nitrógeno y fósforo que se habían acumulado durante siglos en las islas de las costas de Sudáfrica y Sudamérica, donde no hay lluvia que filtre los excrementos de los cormoranes, pingüinos y pájaros bobos. Este guano lo empleaban los agricultores como una suerte de fertilizante mágico, y entre 1840 y 1880, el nitrógeno de guano marcó una gran diferencia para la agricultura europea.

Pero pronto se agotaron los mejores depósitos y el miedo a que no hubiera suficiente comida para todo el mundo empezó volvió a brotar entre los expertos.

Entonces, Fritz Haber y Carl Bosch idearon un sistema para fabricar grandes cantidades de fertilizante de nitrógeno inorgánico a partir de vapor, metano y aire.

Otros dos factores permitieron salvar a la humanidad del desastre: el motor de combustión interna (para fabricar tractores y no depender tanto de los caballos, para cuya alimentación eran necesarias muchas tierras exclusivas) y una nueva variedad de trigo vigorosa y resistente (“Marquis”), cruzando una planta del Himalaya con una americana que podía sobrevivir más al norte, en Canadá.

Desde hace tiempo, pues, vivimos in extremis, pero también somos tal cantidad de personas que, entre nosotros, se generan muchas más ideas que nunca; montañas de innovación que, como el descubrimiento del Virginia Tech, permite que sigamos adelante.

Vía | Tendencias21

Tomado de:

Xakata Ciencia

¿Por qué las mujeres eran mejores operadores de teléfono? (comparado con un adolescente)

Hace un tiempo os hablaba de que las mujeres sabían captar mejor el pulso emocional de las comunicaciones en Morse durante la Segunda Guerra Mundial. En esta misma línea, las mujeres, por allá 1877, se descubrieron como operadores de teléfono mucho más competentes que los hombres.

De hecho, la imagen cinematográfica de una mujer en mitad de una centralita de teléfonos, conectando clavijas y accionando conmutadores, no es nada fortuita: realmente eran mujeres en la mayoría de los casos, y lo eran por su especial y presunta pericia (aunque también porque resultaban más baratas). 

Al principio, este trabajo no revestía mayor dificultad: apenas dos docenas de clientes eran los que usaban el servicio de telefonía en 1878, entre los que se encontraban la comisaría de policía de New Haven, Connecticut, la primera “centralita” del mundo.


El número de teléfono, para facilitar la localización de los nuevos suscriptores, llegó a finales de 1879 en Lowell, Massachusetts: cuatro operadores llevaban las conexiones de 200 suscriptores. Era la primera vez que se llevaban a cabo un listado alfabético de personas que podían llamarse a distancia. La idea se implantó progresivamente en muchas otras centralitas del país.

Poco después, las guías de teléfonos se convirtieron en mamotretos de la identificación de la población humana: la guía de Londres tenía tres tomos, por ejemplo, y la de Chicago ocupaba un volumen de 2.600 páginas.
(Hasta 2010, las compañías telefónicas estadounidenses no retiraron definitivamente las guías telefónicas: en Nueva York se calcula que el fin del suministro automático de guías de teléfonos supuso un ahorro de 5.000 toneladas de papel: ahora ya no es necesario memorizar el teléfono de nadie, basta con buscar su nombre en Internet o en la memoria de nuestro teléfono).

James Gleick, en su libro La información, introduce el tema del sexo de los operadores telefónicos:
Los primeros operadores telefónicos fueron chicos adolescentes, contratados a bajo precio entre los repartidores de telégrafos, pero las centrales de todo el país enseguida descubrieron que los chicos eran poco serios, les gustaba demasiado hacer el payaso y gastar bromas, y era más habitual encontrarlos peleándose en el suelo que sentados en su banqueta realizando el trabajo preciso y repetitivo propio del operador de una centralita. Había una nueva mano de obra barata disponible, y ya en 1881 casi todos los operadores telefónicos eran mujeres. En Cincinnati, por ejemplo, W. H. Echert comunicaba que había contratado a sesenta y seis “señoritas” que eran “muy superiores” a los chicos: “Son más constantes, no beben cerveza y están siempre disponibles.” No le hacía falta añadir que podía pagar a las mujeres tan poco dinero como a un adolescente o menos.
Irónicamente, las centralitas de telefonía fueron, junto a otra tecnología emergente (la máquina de escribir), un gran impulsor laboral de la mujer, aunque ambos empleos estuvieran muy mal pagados. 

Con todo, el aumento progresivo de suscriptores finalmente ni siquiera era asumible por las mujeres, y la conmutación dejó de ser manual para convertirse en automática. Hasta que llegó ese momento, la sociedad encontró múltiples maneras de enfatizar el trabajo femenino en las centralitas (incluso exagerándolo hasta niveles que rozaban el absurdo):
El trabajo en sí era todo un reto y no tardaría en requerir una instrucción. Las operadoras tenía que ser rápidas a la hora de distinguir las numerosas voces y acentos diferentes, tenían que mantener el equilibrio cortés ante la impaciencia y falta de educación, al tiempo que debían realizar largas horas de ejercicio atlético con la parte superior del cuerpo, llevando unos cascos auriculares a modo de arnés. Algunos hombres pensaban que era bueno para ellas. “El acto de levantar los brazos por encima de la cabeza y a derecha e izquierda, les desarrolla el pecho y los brazos”, decía la Every Woman´s Encyclopaedia, “y convierte a las chicas delgadas y esmirriadas en mujeres fuertes. No hay chicas con pinta de anémicas o enfermizas en las salas de operadoras”.

Fuente:

Xakata Ciencia
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