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27 de febrero de 2012

Japón pretende construir un ascensor hacia el espacio



La empresa nipona Obayashi Corp, anunció el pasado lunes sus planes para construir un ascensor hacia el espacio. Sí, sí, tal y como suena.

Su objetivo es construir una elevador capaz de transportar pasajeros a una estación espacial situada a 36.000 kilómetros de altura.

Para la realización de este proyecto, la empresa utilizará nanotubos de carbono para producir los cables de este ascensor espacil, ya que este material ofrece mejores características que el tradicional acero.

La idea de estos ascensores espaciales, se ha descrito en varias ocasiones en diferentes novelas de ciencia ficción. Por ejemplo, Arthur C. Clarke ya introdujo esta idea en su novela La fuentes del paraíso en 1978. Charles Sheffield también lo menciona en la novela La telaraña entre los mundos. La compañía Obayashi opina que es posible llevar a la práctica esta idea, gracias a los nanotubos de carbono.

Algunas otras organizaciones, como la U.S. National Aeronautics and Space Administration, también habian estudiado el desarrollo de estos ascensores.

El proyecto de Obayashi describe un cable que se alza hasta una altura de 96.000 kilómetros. Aproximadamente, la cuarta parte de distancia entre la Tierra y la Luna. Un extremo del cable permanece anclado en el suelo, mientras que el otro está equipado con un contrapeso.

La estación terminal albergará laboratorios y una residencia. El diseño de este ascensor permite transportar hasta 30 personas a una velocidad de 200 kilómetros por hora, lo que supone un viaje de siete u ocho días hasta llegar a la estación. Inicialmente está previsto que el ascensor se impulse mediante motores lineales magnéticos.

Para el abastecimiento de energía, se instalarán diferentes paneles solares en la estación.

Según un empleado de esta compañía:

En este momento, no podemos estimar el costo del proyecto. Sin embargo, vamos a tratar de hacer un progreso constante de modo que no se quede en un sueño.

Vía | PopSci

Tomado de Xakata Ciencia

Una sequía no tan severa pudo haber acabado con la civilización Maya

Los Mayas consiguieron un nivel de desarrollo muy avanzado para la época.

Una nueva investigación sugiere que la desaparición de la civilización Maya, que se extendió por amplias zonas de México y Guatemala, se debió a períodos de sequía relativamente leves.

Esta no tan pronunciada falta de agua pudo haber sido suficiente para causar la caída de la civilización, activa hasta aproximadamente el año 950.

Durante años, los científicos creyeron que una sequía severa había sido la causante del colapso de este pueblo precolombino.

Pero ahora, investigadores mexicanos y británicos creen que una reducción de tan sólo el 25 o el 40% en las precipitaciones podría haber sido suficiente para agotar las reservas de agua en la región.

El estudio, publicados en la prestigiosa revista científica Science, fue llevado a cabo por el Centro de Investigación Científica de Yucatán en México, en colaboración con la Universidad de Southampton, en el Reino Unido.

Los científicos usaron técnicas avanzadas de modelación para calcular las tasas de precipitación y evaporación entre los años 800 y 950, momento en el cual la civilización Maya comenzó su declive.

Los resultados reflejaron que un modesto descenso en el nivel de lluvia fue suficiente para agotar las reservas de agua en las tierras bajas de Yucatán, donde no hay ríos.

¿Una llamada de atención?

"Estas reducciones supusieron tan solo un 25-40% en la precipitación anual, pero fueron suficientemente importantes como para que la evaporación dominase a la lluvia, y el nivel de agua se vio rápidamente reducido", explicó el profesor Eelco Rohling, de la Universidad de Southampton, a la agencia AP.

"Los trastornos sociales y el abandono de las ciudades fueron posibles consecuencias de la escasez de agua, especialmente porque parece que hubo una serie de repeticiones en las sequías", añadió.

Las sequías del pasado reconstruidas para el estudio son similares a las predicciones para el futuro cercano en la región, como resultado del cambio climático.

"Hay diferencias también, pero lo advertencia es clara –lo que parece una reducción menor en la disponibilidad de agua puede llevar a importantes problemas a largo plazo", aseguró el profesor Martín Medina-Elizalde, del Centro de Investigación Científica de Yucatán.

"El problema no es exclusivo de esta zona; puede aplicarse a todas las regiones con característica similares donde la evaporación es alta", añadió.

Los arqueólogos llevan mucho tiempo intrigados por el colapso de la civilización Maya, que floreció en América Central durante unos 6 siglos y desarrolló una arquitectura, matemáticas y cultura altamente sofisticadas.

Otros estudios llevados a cabo con anterioridad culparon al malestar social, las enfermedades y la deforestación por su desaparición.

Fuente:

BBC Ciencia

Los neandertales europeos, al filo de la extinción antes del humano moderno

Mandíbula neandertal de Valdegoba. | UCM-ISCIII

Mandíbula neandertal de Valdegoba. | UCM-ISCIII

  • La mayoría de los neandertales de Europa murió hace 50.000 años
  • Un pequeño grupo recolonizó Europa central y occidental
  • Allí sobrevivieron otros 10.000 años, según un nuevo estudio genético
  • Científicos españoles participan en esta investigación internacional

Los neandertales europeos estuvieron al filo de la extinción antes de la llegada de los humanos modernos, según un estudio internacional que publica la revista 'Molecular Biology and Evolution' en el que participan investigadores españoles.

Esta es la principal conclusión de un estudio genético publicado en la citada revista, en el marco de un proyecto internacional, según ha informado el Museo de la Evolución Humana de Burgos en una nota.

De los resultados de esta investigación se deduce que los neandertales desaparecieron de la mayor parte del continente europeo hace unos 50.000 años y que posteriormente un pequeño grupo recolonizó Europa central y occidental, donde sobrevivió otros 10.000 años antes de que los humanos modernos entraran en escena (unos y otros llegaron a coexistir).

Recreación de un varón joven de Valdegoba. | Sonia Cabello

Recreación de un varón joven de Valdegoba. | Sonia Cabello

Según Love Dalén, del Museo Sueco de Historia Natural de Estocolmo, "el hecho de que los neandertales de Europa casi se extinguieran para luego recuperarse y que todo eso sucediera mucho antes de que tuvieran contacto con los humanos modernos fue una completa sorpresa para nosotros".

Dramáticos cambios climáticos

Esto indica, ha continuado, que "los neandertales pudieron ser más sensibles a los dramáticos cambios climáticos que ocurrieron durante la última edad del hielo de lo que se pensó previamente".

Debido a esto y al realizar los análisis de ADN sobre fósiles de neandertales del norte de España, los investigadores notaron que la variación genética entre los neandertales europeos fue extremadamente limitada durante los diez mil años que precedieron a su desaparición.

Fósiles europeos y asiáticos más antiguos muestran mayores niveles de variación genética, los mismos que se encuentran en otras especies que han sido abundantes durante mucho tiempo en un mismo territorio.

La diversidad genética de los neandertales más antiguos y de los asiáticos era tan alta como la de los humanos modernos como especie, mientras que la variación de los últimos neandertales europeos no alcanzaba a la de los humanos modernos de Islandia, dice Dr. Anders Götherström, de la Universidad de Uppsala.

Este estudio se basa exclusivamente en ADN muy degradado, por lo que los análisis requirieron el uso de metodologías avanzadas. Por ello, se contó con la colaboración de especialistas de varios países, entre los que figuran estadísticos de Dinamarca y EEUU, expertos en secuenciación moderna de ADN de Dinamarca, y paleontólogos de España. Según explica la nota, sólo cuando todos los miembros del equipo internacional revisaron sus hallazgos, tuvieron la certeza de que los resultados revelaban una importante y hasta entonces desconocida parte de la historia de los neandertales.

El punto de vista sostenido anteriormente sobre una Europa habitada por una población neandertal que había permanecido estable durante cientos de miles de años hasta la llegada de los humanos modernos debe revisarse, según los investigadores de este estudio.

Los investigadores destacan que este tipo de estudios interdisciplinares es extremadamente valioso para el avance de la investigación en evolución humana, pues el ADN de humanos prehistóricos ha aportado hallazgos inesperados en los últimos años. Es muy emocionante imaginar qué nuevos descubrimientos se producirán en los próximos años en este campo, dice Juan-Luis Arsuaga, profesor de Evolución Humana de la Universidad Complutense de Madrid.

Fuente:

El Mundo Ciencia

Los caballos que encogieron con el calor

La evolución de los caballos en distintos climas podría arrojar luces sobre el futuro de los animales actuales.

Un reciente estudio llevado a cabo por científicos estadounidenses y publicado en la revista Science descubre una relación clara entre los cambios de tamaño de una especie de caballos que vivió hace millones de años y las transformaciones climáticas que se dieron en un lapso de miles de años.

El tamaño del cuerpo juega un papel crucial a la hora de enfrentarse al clima. A mayor tamaño, más fácil resulta retener el calor corporal, y mejor preparado se está para el frío.

Esto se explica porque cuanto más grande es un individuo su área superficial relativa disminuye (en los humanos esta área estaría formada por la piel), por lo que hay menos lugar por donde el calor pueda escaparse. Esto puede resultar muy beneficioso si se vive en latitudes con bajas temperaturas.

Sin embargo, en climas más calientes, una mayor área superficial es preferible, ya que lo importante aquí es evitar recalentarse y disponer de una mayor área por donde expulsar el calor. Conviene por lo tanto ser más pequeño.

A pesar de que esta relación entre la temperatura y el tamaño corporal no es nueva, un reciente descubrimiento ha arrojado luz sobre su funcionamiento.

Ross Secord, paleontólogo en la Universidad de Nebraska, es coautor del estudio. Su trabajo demuestra el efecto que podrían haber tenido una serie de cambios climáticos en el tamaño de un caballo del pleistoceno, el sifrhippus sandrae.

Este pequeño equino apareció hace unos 56 millones de años y, con el tamaño de un perro, pesaba unos 6 kilos.

Más pequeño con el calor

Pero entonces ocurrió algo curioso: en los siguientes 130.000 años, durante el periodo conocido como Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, y en el que las temperaturas globales del planeta subieron hasta 5 grados, estos pequeños equinos se hicieron aún más chicos, y llegaron a pesar casi 4 kilos, el peso de un gato actual.

Unos 45.000 años más tarde, sin embargo, volvieron a crecer, y llegaron hasta los 7 kilos.

Con la evolución, los caballos aumentaron mucho de tamaño.

Todo esto ocurrió, según el estudio, debido a un cambio climático que ocurrió relativamente rápido.

La investigación "pone de relieve la importancia de la temperatura en la evolución, y particularmente en la evolución de los mamíferos", señala Felisa Smith, profesora de biología en la Universidad de Albuquerque en Nueva México, en un artículo de la revista Scientific American.

Los científicos encargados del estudio no tenían esqueletos completos de los animales para poder comparar, así que utilizaron sus dientes, en concreto sus molares.

Los dientes provienen de un área rica en fósiles en Wyoming, Estados Unidos, y son parte de una colección de la Universidad de Florida. Tomando como base esta colección, los investigadores pudieron determinar el tamaño de 44 caballos adultos.

Los resultados han entusiasmado a Smith y a otros investigadores que han estudiado el tamaño de los animales durante años. "A pesar de que sabíamos que la temperatura podía establecer un máximo para el tamaño corporal", asegura Smith, añade que los descubrimientos revelan y detallan un mecanismo que muestra "cómo los animales responden a una temperatura concreta, en un lugar concreto, en un momento específico".

Fuente:

BBC Ciencia

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Desvelan el misterio de los electrones que provocan las auroras boreales

Imagen de una aurora vista desde la Estación Espacial. | NASA

Imagen de una aurora vista desde la Estación Espacial. | NASA

Científicos del Massachusetts Institute of Technology (MIT) han logrado explicar, gracias a una simulación por ordenador, el misterio que rodea a los electrones de alta velocidad en el espacio que, además, son lo que causan las auroras. Según los resultados obtenidos por el equipo investigador, la clave está en el extremo de la magnetosfera terrestre (el más alejado del Sol), cuya parte activa es 1.000 veces más grande de lo que se pensaba hasta ahora.

Los expertos, han señalado que este hallazgo, publicado en 'Nature Physics', permitirá predecir mejor las corrientes de alta energía de electrones en el espacio que, además, podría dañar los satélites.

El autor principal del estudio, Jan Egedal, había propuesto inicialmente una teoría que explicaba la aceleración de los electrones a gran escala en el extremo de la magnetosfera de la Tierra -un campo magnético extenso e intenso que provoca un barrido hacia el exterior del planeta por el viento solar-, pero, finalmente, la nueva información se ha obtenido a través de la simulación por ordenador.

Acontecimientos magnéticos

Concretamente, la simulación muestra que la región activa en el extremo de la magnetosfera de la Tierra es aproximadamente 1.000 veces más grande de lo que se pensaba. Esto significa que el volumen del espacio energizado por estos acontecimientos magnéticos es suficiente para explicar el gran número de electrones de alta velocidad detectados en las diferentes misiones de naves espaciales, incluyendo la misión Cluster.

Los expertos han explicado que para resolver el problema se ha tenido que utilizar uno de los superordenadores más avanzados del mundo. El equipo informático, llamado Kraken, tiene 112.000 procesadores trabajando en paralelo y consume tanta electricidad tanto como una ciudad pequeña. Egedal ha señalado que en la investigación se han utilizado 25.000 de estos procesadores durante 11 días, para seguir los movimientos de las 180.000 millones de partículas en el espacio durante el transcurso de un evento de reconexión magnética.

Egedal ha explicado que "el viento solar se extiende hacia la Tierra como líneas de campo magnético, de manera que la energía se almacena como una banda elástica que se estira" y que cuando "las líneas de campo paralelas se reconectan, liberan la energía una sola vez".

Físicos desconcertados

"Esa liberación de energía es lo que impulsa a los electrones de gran energía (decenas de miles de voltios) de nuevo hacia la Tierra, donde impactan en la atmósfera", ha señalado el científico, quien apunta que "se cree que este impacto, directa o indirectamente, genera las auroras.Enlace

Lo que había desconcertado a los físicos es el número de electrones de alta energía generados en dichos eventos. Según la teoría, debería ser imposible de mantener un campo eléctrico a lo largo de la dirección de las líneas de campo magnético, porque el plasma (gas eléctricamente cargado) en el extremo de la magnetosfera debería ser un conductor casi perfecto.

Sin embargo, "dicho campo es justo lo que se necesita para acelerar los electrones", ha apuntado Egedal. "La gente ha estado pensando que la región activa del extremo de la magnetosfera era muy pequeña. Pero ahora, se ha demostrado que puede ser muy grande, y puede acelerar muchos electrones", ha indicado el investigador.

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de febrero de 2012

El origen de: El Bikini

leia

Todavía queda un poco de verano en el hemisferio sur, la gente todavía disfruta de las playas y del Festival de Viña, y nos pareció una buena idea conocer un poco más sobre el indudable rey de la playa, la piscina y el bronceado en este retorno del “origen de“: el Bikini.

Aunque muchos creen que el bikini recién apareció en la década de 1940, cuando causó polémica y shock en los balneareos de Francia, lo cierto es que las mujeres vestían trajes de dos piezas de este tipo por lo menos desde el año 1.400 antes de Cristo. En ese entonces, era la ropa deportiva femenina de la antigua Grecia. También hay registros de su uso en la antigua Roma, pero lo cierto es que las costumbres cambiaron mucho en los años venideros, y el bikini como lo conocemos hoy permaneció censurado por siglos, hasta la década de 1900. Una competencia entre un ingeniero automotriz francés y un diseñador fueron quienes lo lanzaron a la fama.

Moral y buenas costumbres

Bañistas en 1890

Mostrar algo de piel más que las manos y la cara fue muy mal visto durante mucho tiempo en el mundo occidental, por lo que los primeros trajes de baño femeninos consistieron en una especie de pijama que cubría desde las muñecas hasta los tobillos y que estaba decorado con horribles rayas horizontales rojas y blancas. Al poco tiempo se ganó el apodo de “traje de prisión”, y aparentemente nadie salía a hacerse la sexy con este atuendo en la playa.

De a poco, sin embargo, fueron desarrollándose versiones más cómodas, impulsadas por un lado por temas deportivos (en 1913 se aceptó la natación femenina en los Juegos Olímpicos) y actividades de otro tipo, como el cabaret, lencería y modelos estilo pin up, pero en este lado era más un disfraz que un real traje de baño.

1946 y el fin de la guerra

Brigitte Bardot (18) introdujo el bikini en el cine en 1952 con "Manina, La Fille Sans Voiles"

Se considera que los “padres” del bikini moderno son el ingeniero automotriz francés Louis Réard, y el diseñador de modas Jacques Heim, quienes en 1946 lanzaron simultáneamente pero por separado esta prenda de vestir en Paris. El verano de 1946 fue el primero libre de guerra en Europa en años, lo que motivó una ola de ganas de vivir la vida que hasta el momento no había sido posible en la zona.

Aunque la profesión de Réard no tenía mucho que ver con la ropa, en esos tiempos el ingeniero estaba administrando la tienda de lencería de su madre en la capital de Francia. La idea de hacer un traje de baño pequeño le vino a la mente cuando se dio cuenta de que las mujeres “arremangaban” sus trajes para conseguir un mejor bronceado.

Su competidor, Heim, comenzó a vender su invento bajo el nombre de “átomo” con el eslogan “el traje de baño más pequeño del mundo”. Réard respondió diciendo que el suyo era “más pequeño que el más pequeño del mundo” y lo llamó “bikini”, por el Atolón Bikini, lugar donde Estados Unidos realizaba por entonces pruebas de bombas nucleares. Réard pensó que la ropa causaría tanta conmosión como una bomba.

Marketing

Micheline Bernardini con el primer bikini

El bikini de Réard era tan osado, que el ingeniero no pudo encontrar a ninguna modelo que quisiera usar la prenda para promocionarla. Así, Réard terminó contratando a Micheline Bernardini, una desnudista de un casino de París.

Bernardini vistió un bikini de amarras hecho con 194 cm2 de tela, y se paseó por una piscina pública de la ciudad. La prenda causó sensación – especialmente entre los hombres – y Bernadini recibió 50.000 cartas de “fans” tras el evento. Aunque el modelo más modesto de Heim fue el que ganó más aceptación entre las usuarias que lo empezaron a vestir en la playa, la propuesta más atrevida de Réard finalmente hizo que el bikini dominara el mercado.

No pasó mucho tiempo hasta que mujeres jóvenes empezaron a desafiar a la sociedad en que vivían vistiendo bikinis. Gobiernos como el de España e Italia aprobaron leyes para prohibir esta prenda en las playas públicas por indecentes, pero no tuvieron mucho efecto y para 1950 el bikini dominaba las playas europeas.

El bikini se transformó en un símbolo de expresión y liberación femenina. Fueron las mujeres que comenzaron a vestirlo las que lo impusieron, rompiendo con la costumbre que las mantenía sin poder mostrar su cuerpo. Y hoy, el bikini ya se convirtió en un estándar que está lejos de escandalizar a nadie.

Fuente:

FayerWayer

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