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27 de febrero de 2012

Los caballos que encogieron con el calor

La evolución de los caballos en distintos climas podría arrojar luces sobre el futuro de los animales actuales.

Un reciente estudio llevado a cabo por científicos estadounidenses y publicado en la revista Science descubre una relación clara entre los cambios de tamaño de una especie de caballos que vivió hace millones de años y las transformaciones climáticas que se dieron en un lapso de miles de años.

El tamaño del cuerpo juega un papel crucial a la hora de enfrentarse al clima. A mayor tamaño, más fácil resulta retener el calor corporal, y mejor preparado se está para el frío.

Esto se explica porque cuanto más grande es un individuo su área superficial relativa disminuye (en los humanos esta área estaría formada por la piel), por lo que hay menos lugar por donde el calor pueda escaparse. Esto puede resultar muy beneficioso si se vive en latitudes con bajas temperaturas.

Sin embargo, en climas más calientes, una mayor área superficial es preferible, ya que lo importante aquí es evitar recalentarse y disponer de una mayor área por donde expulsar el calor. Conviene por lo tanto ser más pequeño.

A pesar de que esta relación entre la temperatura y el tamaño corporal no es nueva, un reciente descubrimiento ha arrojado luz sobre su funcionamiento.

Ross Secord, paleontólogo en la Universidad de Nebraska, es coautor del estudio. Su trabajo demuestra el efecto que podrían haber tenido una serie de cambios climáticos en el tamaño de un caballo del pleistoceno, el sifrhippus sandrae.

Este pequeño equino apareció hace unos 56 millones de años y, con el tamaño de un perro, pesaba unos 6 kilos.

Más pequeño con el calor

Pero entonces ocurrió algo curioso: en los siguientes 130.000 años, durante el periodo conocido como Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno, y en el que las temperaturas globales del planeta subieron hasta 5 grados, estos pequeños equinos se hicieron aún más chicos, y llegaron a pesar casi 4 kilos, el peso de un gato actual.

Unos 45.000 años más tarde, sin embargo, volvieron a crecer, y llegaron hasta los 7 kilos.

Con la evolución, los caballos aumentaron mucho de tamaño.

Todo esto ocurrió, según el estudio, debido a un cambio climático que ocurrió relativamente rápido.

La investigación "pone de relieve la importancia de la temperatura en la evolución, y particularmente en la evolución de los mamíferos", señala Felisa Smith, profesora de biología en la Universidad de Albuquerque en Nueva México, en un artículo de la revista Scientific American.

Los científicos encargados del estudio no tenían esqueletos completos de los animales para poder comparar, así que utilizaron sus dientes, en concreto sus molares.

Los dientes provienen de un área rica en fósiles en Wyoming, Estados Unidos, y son parte de una colección de la Universidad de Florida. Tomando como base esta colección, los investigadores pudieron determinar el tamaño de 44 caballos adultos.

Los resultados han entusiasmado a Smith y a otros investigadores que han estudiado el tamaño de los animales durante años. "A pesar de que sabíamos que la temperatura podía establecer un máximo para el tamaño corporal", asegura Smith, añade que los descubrimientos revelan y detallan un mecanismo que muestra "cómo los animales responden a una temperatura concreta, en un lugar concreto, en un momento específico".

Fuente:

BBC Ciencia

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10 de noviembre de 2011

Los caballos realistas del arte rupestre en el Paleolítico

Pinturas rupestre de caballos prehistóricos.en cuevas de Francia.| PNAS

Pinturas rupestre de caballos prehistóricos.en cuevas de Francia.| PNAS

Durante mucho tiempo se ha especulado que algunas de las pinturas prehistóricas, especialmente las de caballos de colores poco habituales, son prueba de la capacidad simbólica de aquellos primeros humanos modernos. Ahora, un estudio realizado con ADN antiguo ha puesto de manifiesto que estos caballos existieron realmente, y por tanto los habitantes de estas cuevas se limitaron a retratar lo que veían a su alrededor.

El equipo, dirigido por Melanie Pruvost, del Instituto Leibniz para la Investigación de la Vida Salvaje (Alemania), publica en esta semana en la revista 'Proceedings of National Academy of Science' (PNAS) que todas las variaciones en el pelaje de los equinos predomésticos que se ven en las pinturas de las cuevas paleolíticas existieron, incluido el caballo con manchas de leopardo.

Hasta ahora, otros estudios genéticos habían probado que en aquella época había caballos color canela y negros, pero no con manchas, por lo que algunos arqueólogos atribuían pinturas en las que éstos aparecen a creaciones simbólicas. Así se explicaba el caso de los caballos con manchas negras de las cuevas de Pech-Merle, en Francia, de hace unos de 25.000 años, similares a los modernos 'caballos leopardo'.

Los investigadores, entre los que está Arturo Morales-Muñiz, de la Universidad Autónoma de Madrid, analizaron el ADN rescatado de fósiles de caballos, de hace 35.000 años, encontrados en Siberia, Europa del este y en la Península Ibérica, en total en 15 yacimientos diferentes.

Cuatro de las muestras del Pleistoceno y dos de la Edad del Cobre compartían un gen asociado a las manchas del leopardo, una evidencia de que los caballos con manchas existían entonces. Otros 18 caballos eran marrones y siete negros, una muestra completa del catálogo que fue retratado en las cavernas.

Manchas en la piel

"Nuestros resultados sugieren que, por lo menos para los caballos salvajes, las pinturas de cuevas paleolíticas, incluyendo las pinturas notables de caballos manchados, se basaron en el aspecto de la vida real de animales", confirma el profesor Michi Hofreiter, otro de los autores, de la Universidad de York. "La conclusión es que las pinturas son reflexiones sobre lo que los seres humanos de entonces veían en su entorno", añade.

Para Pruvost se trata de los primeros pasos en la aplicación de las herramientas genéticas en estudios sobre la vida en el pasado, incluso en temas tan dispares como el arte.

No se sabe con exactitud cuantos yacimientos paleolíticos contienen pinturas de animales, pues de algunas imágenes aún se discute su especie, pero sí que al menos hay 40 enclaves en la región de Dordogne-Périgord (Francia) y en la cornisa Cantábrica española. En casi todos ellos hay caballos.

La motivación que llevó a los artistas a retratar estos animales está todavía en discusión. Las pinturas de Pech-Merle particularmente han generado mucha discusión. "La gente dibujó lo que vio, y eso nos da mayor confianza en la comprensión de las pinturas paleolíticas de otras especies como si fueran ilustraciones", señala Pruvost.

Hoy la variación del caballo manchado sigue siendo popular, con razas como Knabstrupper, Appaloosa y Noriker. El hecho de que cuatro de cada 10 caballos europeos en el Pleistonceo fueran de este genotipo nos dice que no era raro, aunque el más común, como ahora, sí era el de color marrón, que también es el más habitual en las pinturas rupestres.

Fuente:

El Mundo Ciencia

1 de abril de 2011

Las yeguas "toman la decisión" de abortar

Una tercera parte de las yeguas que fueron apareadas con caballos de otros establos perdieron sus crías.

Las yeguas tienen una alta probabilidad de perder sus crías cuando son apareadas con caballos de otras manadas o establos diferentes al suyo.

Con frecuencia, los criadores de caballos llevan a las yeguas a otros establos para aparearlas con caballos de pura sangre.

Pero científicos de la República Checa afirman que que cuando éstas retornan a sus recintos habituales comienzan a tener relaciones sexuales con otros caballos de la manada para ocultar la paternidad del potro.

Cuando eso no es posible, las yeguas en muchos casos abortan la cría.

Este comportamiento sexual puede ser una respuesta evolutiva de los equinos para evitar el riesgo de infanticidio -que se observa en muchas especies- o cuando los machos matan a los potros en su lucha por dominar la manada.

Los científicos dicen que esto puede explicar el alto nivel de embarazos interrumpidos en caballos.

El estudio fue dirigido por Ludek Bartos, del Instituto para el Estudio Científico de los Animales de la República Checa, y fue publicado en la revista Behavioural Ecology and Sociobiology.

Según la investigación, una tercera parte de las yeguas que fueron apareadas con caballos de establos distintos al propio perdieron a sus crías.

"Ninguna de las que fueron apareadas con caballos del mismo establo abortaron", explicó Bartos.

Y las yeguas que fueron completamente separadas de los equinos de su establo y por lo tanto no encontraron formas de ocultar la paternidad de sus potros, tenían una mayor posibilidad de abortar.

Según los expertos, así "evitaban la pérdida de energía que implica producir crías que pueden ser objeto de infanticidio".

Prueba de paternidad

La idea de que caballos domesticados podían adoptar esa estrategia provino de un estudio sobre el infanticidio en cebras.

Para evitar la endogamia en estos animales en cautiverio, muchos zoológicos introducen un ejemplar marcho en la manada. Pero el equipo del profesor Bartos encontró que esta práctica aumenta la probabilidad de que se pierda el embarazo.

Una investigación previa conducida por él mostró que la mayor parte de las crías fueron abortadas.

"Si se introducía un macho en la manada poco después de que la hembra fuera preñada, la probabilidad de que el potro sobreviviese era de menos de 5%", explicó.

Yegua con su cria

Los investigadores creen que los caballos terminan los embarazos para evitar el infanticidio.

"La tasa de supervivencia aumentaba a 60% si el potro superaba el primer mes de nacido".

Bartos destacó que las cebras y los caballos domesticados tienen estrategias similares para abortar.

Para él, probablemente los caballos "toman la decisión" de terminar el embarazo.

El aborto inducido químicamente es un fenómeno bastante conocido en la zoología.

Se lo conocer como "efecto Bruce" y ha sido estudiado principalmente en roedores, en los que el olor de la orina de un macho lleva a que las hembras aborten.

Aunque el mecanismo que está detrás de esta alta tasa de abortos en equinos no se conoce con precisión, el profesor Bartos destacó que el estudio tiene un mensaje práctico para los criadores de caballos.

"La práctica de transportar a las yeguas para que se apareen con un caballo en otro establo y después retornarlas a su lugar habitual junto a ejemplares machos de su manada es inadecuada".

"Es muy posible que ésta sea una de las principales causas del alto porcentaje de interrupción de embarazos en caballos", completó.

Fuente:

BBC Ciencia

4 de marzo de 2007

Descubren en argentina fósiles del caballo más antiguo de Sudamérica

Sábado 03/03/2007 20:17 (CET)

Habitó en la zona hace 500 000 años
EFE

BUENOS AIRES.- Un grupo de paleontólogos de un pequeño museo de las afueras de Buenos Aires ha hallado restos fósiles del caballo más antiguo de Suramérica, que habitó en la zona hace unos 500.000 años.

Se trata de unos molares bien conservados de un caballo antecesor al actual, encontrados en un yacimiento de la ciudad de San Pedro, situada a unos 150 kilómetros de Buenos Aires.

Los fósiles pertenecen a un caballo del tamaño de un perro mediano, que "fue el primer eslabón de una cadena de cambios producidos a lo largo de millones de años hasta llegar a los caballos actuales, a los cuales se los denomina con el nombre genérico Equus", indicó el director del Museo Paleontológico de San Pedro, José Luis Aguilar.

"Esto obliga a replantear los estudios sobre estos animales, ya que demuestra que en realidad arribaron a esta zona de Argentina muchos miles de años antes de lo que se suponía. Incluso, se puede tratar de una nueva especie de caballo", señaló el investigador.

Los fósiles —un molar derecho y otro izquierdo— fueron descubiertos en capas de sedimentos que corresponden a la denominada Edad Bonaerense.

"Tanta diferencia entre lo conocido hasta hoy y lo descubierto ahora obliga a los especialistas abocados al estudio de los caballos fósiles a efectuar una revisión de su ingreso en América del Sur y a replantear la diversidad de especies dentro del género Equus", enfatizó Aguilar.


Fuente:

Diario El Mundo

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