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3 de mayo de 2010

Las Supercolonias de una Especie Común de Hormiga Prosperan Más en Zonas Urbanas

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Lunes, 03 de mayo de 2010

Las Supercolonias de una Especie Común de Hormiga Prosperan Más en Zonas Urbanas


Foto: Purdue Agricultural Communication/Tom CampbellGrzegorz Buczkowski, entomólogo de la Universidad Purdue, ha comprobado que las colonias de la hormiga Tapinoma sessile se hacen más grandes y complejas a medida que se trasladan del bosque a la ciudad y actúan en algunos aspectos como una especie invasora. En entornos forestales, viven aproximadamente 50 hormigas por colonia con una reina en ella, pero en áreas urbanas cada colonia alberga más de 6 millones de obreras y 50.000 reinas.

Las hormigas Tapinoma sessile figuran entre las hormigas más comunes.

En áreas seminaturales que son una mezcla entre zonas forestales y urbanas, como por ejemplo los parques, Buczkowski observó colonias de aproximadamente 500 obreras con una sola reina. Es posible que a medida que las hormigas se acerquen más a las áreas urbanas puedan acceder más fácilmente al alimento, a sitios donde refugiarse y a otros recursos.

En el bosque, esas hormigas tienen que competir por la comida y los sitios en los que establecer hormigueros. En las ciudades, no sufren esa competencia.

Se podría esperar que si las hormigas Tapinoma sessile han sido capaces de establecer supercolonias, otras hormigas pueden haber hecho lo mismo. Pero Buczkowski no ha encontrado evidencia alguna de que otras hormigas se hayan adaptado a nuevos entornos tan bien como lo han hecho las hormigas Tapinoma sessile y hayan evolucionado hasta ser capaces de establecer grupos más grandes que los de ellas. Es posible que las Tapinoma sessile estén mejor adaptadas a entornos urbanos que otras especies de hormiga o que tengan algún modo de expulsar o dominar a otras especies.

Entender por qué se forman las supercolonias podría conducir a un mejor control de las plagas en los hogares, así como a impedir que esas hormigas invasoras expulsen a especies autóctonas beneficiosas.

Tomado de:

Noticias de Ciencia y Tecnología

La teoría científica de un conserje

Lunes, 03 de mayo de 2010

La teoría científica de un conserje

200px James Croll La teoría científica de un conserje.

En ocasiones, la historia nos sorprende con personajes autodidactas que proponen nuevas teorías ante la sorpresa del mundo científico. Un caso de este tipo fue el de James Croll, un conserje que estudió la influencia de las variaciones en la órbita de la Tierra en el clima.

En la década de 1860, las revistas y otras publicaciones doctas de Inglaterra empezaron a recibir artículos sobre hidrostática, electricidad y otros temas científicos de un tal James Croll, de la Universidad de Anderson de Glasgow. Uno de los artículos, que trataba de cómo las variaciones en la órbita de la Tierra po­drían haber provocado eras glaciales, se publicó en Philosophical Magazine en 1864 y se consideró inmediatamente un trabajo del más alto nivel. Hubo, por tanto, cierta sorpresa y, tal vez, cierto embarazo cuando resultó que Croll no era en la universidad profesor; sino conserje.

Croll fue el primero que indicó que los cambios cíclicos en la forma de la órbita de la Tierra, de elíptica (es decir, ligeramente oval) a casi circular y a elíptica de nuevo, podrían explicar la aparición y el repliegue de las eras glaciales. A nadie se le había ocurrido plantear antes una explicación astronómica de las variaciones en el clima de la Tierra. Gracias casi exclusivamente a la persuasiva teoría de Croll, empezó a aceptarse más en Inglaterra la idea de que, en algún periodo antiguo, partes de la Tierra habían estado cubiertas de hielo. Cuando el ingenio y la capacidad de Croll recibieron reconocimiento, se le dio un empleo en el Servicio Geológico de Escocia y se le honró cumplidamente: fue nombrado miembro de la Real Sociedad de Londres y de la Academia de Ciencias de Nueva York, y se le concedió un título honorífico de la Universidad de St. Andrews, entre otras muchas cosas.

(Hacer click en la imagen para ampliar).

milankovitch La teoría científica de un conserje.

Parte del problema era que los cálculos de Croll indicaban que la Edad del Hielo más reciente se había producido 80.000 años atrás, mientras que las pruebas geológicas indicaban cada vez más que la Tierra había sufrido algún tipo de perturbación espectacular en fechas mucho más recientes. Sin una explicación plausible de qué podría haber provocado la Edad del Hielo, acabó perdiéndose interés por toda la teoría. Volvería a conseguir despertar el interés por ella un profesor serbio llamado Milutin Milankovitch. ¿Quieres saber más sobre lo que hizo Milutin Milankovitch? : http://www.ahorausa.com/CyTMilank.htm

Croll, nacido en 1821, era de familia humilde y sus estudios oficiales sólo duraron hasta los trece años. Trabajó en una gran variedad de tareas (como carpintero, vendedor de seguros. encargado de un hotel de templanza, es decir, donde no se permitían las bebidas alcohólicas) antes de ocupar el puesto de ordenanza en la Universidad de Anderson (actualmente la Universidad de Strathclyde en Glasgow). Tras conseguir convencer a su hermano para que hiciera gran parte de su trabajo, consiguió pasar muchas veladas silenciosas en la biblioteca de la universidad aprendiendo física, mecánica, astronomía, hidrostática y las otras ciencias en boga en la época, y empezó poco a poco a escribir una serie de artículos, en los que se centraba sobre todo en los movimientos de la Tierra y sus repercusiones en el clima.

Fuente: Una breve historia de casi todo. Bill Bryson.

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Ciencia On Line

Hawking afirma que viajar en el tiempo es posible (pero solo hacia el futuro)

Lunes, 03 de mayo de 2010

Hawking afirma que viajar en el tiempo es posible (pero solo hacia el futuro)




El eminente astrofísico británico Stephen Hawking cree que viajar en el tiempo es posible y que podría suponer la salvación futura de la humanidad. Su afirmación, basada en la Teoría de la Relatividad de Einstein, ha recibido recientemente apoyo experimental desde el LHC.

El propio Brian Cox confirma este último punto: “Cuando aceleramos partículas diminutas al 99.99% de la velocidad de la luz en el LHC de Ginebra, el tiempo transcurrido para ellas es un sietemilésima más lento del que medimos con nuestros relojes”.

Hawking cree que a lo largo de seis años, una nave que transportara a humanos podría acelerar hasta el 98% de la velocidad de la luz. A esa velocidad, cada día transcurrido en la nave supondría un año en la Tierra. De este modo, una vez que la Tierra se volviese inhóspita por nuestra acción, los humanos que viajasen en esa nave podrían regresar a repoblar nuestro planeta muchos años más tarde. (Cada año en el espacio supondría 365 años en la Tierra).

Hawking, que sorprendió recientemente a propios y a extraños aconsejando no contactar con los extraterrestres por nuestra propia seguridad, ha declarado en numerosas ocasiones estar obsesionado con la idea de viajar en el tiempo, aunque es consciente de que dicho viaje solo puede darse hacia el futuro.

Se ve que con los años, Hawking ha apartado un poco la prudencia académica que le caracterizaba, comenzando a tratar en sus charlas temas más “excéntricos” como el del contacto alienígena y el viaje en el tiempo.

Visto en News.com

Tomado de:

Blog de Mailkenais

El dragón y el santo sudario


Lunes, 03 de mayo de 2010

El dragón y el santo sudario

Benedicto XVI dijo al anochecer en Turín que el Santo Sudario emite una luz para quién lo mira “con los ojos de la fe”…

Este extracto de la noticia que publica clarín me hace acordar al texto del genial Carl Sagan que fue publicado en el libro “El mundo y sus demonios”

En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca.

Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo – me dice usted.

Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

- ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.

- Oh, está aquí – contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

- Buena idea – replico -, pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.

- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.

Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluta a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.

Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo a ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo… simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de “no demostrado”.

Imaginemos que las cosas hubiesen sido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura de spray revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones – por no hablar de seres invisibles – ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunos que está seguro que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes… pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos con lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizás todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos…

Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas “pruebas”, por muy importante que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.


Fuente:

Arkhos

2 de mayo de 2010

10 visiones de nuestro hogar: La Tierra


Domingo, 2 de mayo de 2010

10 visiones de nuestro hogar: La Tierra



La Tierra, el tercer planeta en orden de distancia al Sol y único mundo habitable conocido hasta la fecha...y por encima de todo nuestro hogar, un lugar insignificante perdido en la inmensidad del Cosmos pero el centro de la existencia misma para el Ser Humano, la especie más avanzada y la que primera que miró hacia las estrellas intentando comprenderse a si mismo y todo lo que los rodeaba.

La carrera espacial, por delante de todo conocimiento adquirido sobre otros mundos, ha servido para entender mejor al nuestro, para captar su belleza y fragilidad al verlo flotar en la oscuridad, para comprender que no somos más que un punto perdido en la inmensidad, para darse cuenta de lo intrascendentes que parecen todos los conflictos, creencias y idiologías cuando se mira la Tierra desde la distancia...las inumerables fotografías que tenemos representan un constante recordatorio de esta realidad.

Es dificil elegir las mejores, porque todas tienen una magia especial, pero las que veremos a continuación pueden considerarse las más bellas y representativas de la Tierra...y todas ellas tiene su propia historia y su propio mensaje para todos aquellos que sepan escucharlo. Vamos por con la lista de las 10 mejores vistas de nuestro pequeño mundo azul:


La "Canica Azul"...tomada por el Apolo 17 durante su misión a la Luna, esta fotografía resultará muy familiar a más de uno, pues ha sido usada en inumerables artículos, libros y documentales sobre nuestro planeta.

En Nobiembre de 2009 la sonda Rosetta, en su camino al encuentro del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, sobrevolo la Tierra dentro de las maniobras necesarias para coger impulso y alcanzar la órbita necesaria que la lleve al encuentro de su objetivo...el azul creciente de nuestro planeta se recorta sobre la oscuridad, dotando a la escena de una belleza singular.

Otra fotografía realizada por una sonda en ruta de aproximación para coger impulso, en esta ocasión la Messenger, en viaje hacia Mercurio..tomada en Febrero de 2005 puede observarse el continente Sudamericano casi en el centro del disco planetario, con Africa surgiendo por el lado derecho.

El Apolo 8 fue uno de los vuelos orbitales que precedieron a la llegada del hombre a la Luna y nos proporcionó esta maravillosa vista de la Tierra flotando sobre el horizonte lunar.

Tomada durante la misión del Apolo 17, esta fotografía captó a nuestro planeta en el cielo lunar.

La Tierra y la Luna, juntas en la oscuridad, vistas por la sonda Voyager 1 mientras se alejaba rumbo hacia el Sistema Solar exterior y más alla.

La poderosa camara de la Mars Reconnaissance Orbiter nos envió esta fotografía de nuestro mundo desde la órbita marciana.

Una pequeña estrella azul. Desde su posición en las cercanías de Saturno la sonda Cassini tomó esta imagen, donde se apreciaba una pequeña estrella luminoso en el lado superior derecho...la Tierra.

Marte brilla en nuestro firmamento, pero nosotros también lo hacemos en el suyo...tomada por el rover Spirit, esta fotografía reveló la presencia de la Tierra como una estrella brillante justo antes del amanecer. Exactamente como lo hace Venus para nosotros.

Un punto perdido en la inmensidad: La Voyager 2, cuando ya se encontraba mucho más allá de la órbita de Neptuno miró hacia atras y realizó una serie de fotografías de los ya distantes planetas del Sistema Solar, entre ellos la Tierra.

Fuente:

Océano Estelar

¿Por qué no necesitamos beber agua mientras dormimos?

Domingo, 2 de mayo de 2010

¿Por qué no necesitamos beber agua mientras dormimos?


Normalmente el cuerpo regula su contenido en agua equilibrando la ingesta de líquidos (a través de la sed) y su eliminación (mediante la producción de orina). Cuando la cantidad de agua en sangre es baja, por ejemplo tras un exceso de sudoración o por pérdida de sangre debido a una hemorragia, el centro de la sed se estimula. Y hasta que el equilibrio se restablece, unas células llamadas osmosensoriales ordenan la liberación por el hipotálamo de vasopresina, una hormona antidiurética que da orden al cuerpo de retener todo el líquido posible.

Investigadores del Centro de Salud de la Universidad McGill en Quebec (Canadá) han comprobado que, durante el sueño nocturno, nuestro reloj interno, situado en una estructura del cerebro conocida como núcleo supraquiasmático, induce un aumento considerable los niveles de vasopresina. Esto hace que retengamos suficiente agua e impide que nos deshidratemos en el tiempo de descanso sin necesidad de beber, según publican en la revista Nature.

Fuente:

Muy Interesante
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