Es un problema matemático de
proporciones cósmicas, que podría venirte a la mente cada vez que te
encuentras en una playa o mirando el cielo de noche.
"El número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena en todas las playas del planeta Tierra". La afirmación proviene del astrónomo estadounidense y maestro del universo Carl Sagan, quien la formuló en su programa de televisión "Cosmos", un éxito masivo en los años ochenta.
¿Pero es verdad? y ¿Es siquiera posible calcularlo? Bueno, aquí haremos el intento (¡aunque debes prepararte para leer algunas cifras muy grandes!). Un número galáctico El profesor Gerry Gilmore es un astrónomo de la Universidad de Cambridge que ha estado contando las estrellas en la galaxia en la que vivimos los terrícolas: nuestro hogar cósmico, la Vía Láctea.
Dirige un proyecto en el Reino Unido llamado Gaia que incluye una nave espacial europea, actualmente en órbita, que está mapeando el cielo. Para calcular cuántas estrellas hay realmente en toda nuestra galaxia el equipo de Gaia utilizó sus datos para construir un gran modelo tridimensional de la Vía Láctea. El artículo completo en: BBC Mundo
El canal National Geographic ha anunciado en el marco de la feria del cómic de San Diego, Comic-Con,
el estreno a principios de 2014 de 'Cosmos: A Spacetime Odyssey', una
secuela de la icónica serie documental 'Cosmos: A Personal Voyage' del
difunto astrónomo Carl Sagan. El programa, que constará de 13 episodios, es obra
del equipo de colaboradores de Sagan con Ann Druyan como productora
ejecutiva y guionista a la cabeza y el astrónomo Steven Soter como
coguionista, e incorpora al comediante Seth MacFarlane como productor
ejecutivo. MacFarlane, último maestro de ceremonias de los Óscar y responsable
de películas como 'Ted' o series de animación como 'Padre de familia',
prestará también su voz a la serie junto con otras personalidades, si
bien el peso de la narración recaerá sobre el astrofísico Neil deGrasse Tyson. El productor Brannon Braga ejerce de realizador del proyecto y Bill Pope de director de fotografía. Lea el artículo completo en: El Mundo Ciencia
Adam Winnik es un joven estudiante de bellas artes que a través de diferentes plataformas en la red, blogs y tumblr, ofrece desde diseños gráficos hasta animaciones y videos tan geniales como este. Se trata de una nueva y personal visión del ya mítico monólogo de Carl Sagan “The pale blue dot” que además incluye uno de mis temas cinematográficos favoritos, el “you’re so cool” de Hans Zimmer, incluido en la Bso de Amor a Quemarropa. (Aquí en Spotify). Lo encontré en Scienceblogs, y personalmente, me ha encantado.
Arturo Quirantes se ha puesto manos a la obra y en un periquete ya lo tenemos disponible con subtítulos. Gracias!
Benedicto XVI dijo al anochecer en Turín que el Santo Sudario emite una luz para quién lo mira “con los ojos de la fe”…
Este extracto de la noticia que publica clarín me hace acordar al texto del genial Carl Sagan que fue publicado en el libro “El mundo y sus demonios”
En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca.
Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!
- Enséñemelo – me dice usted.
Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
- ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.
- Oh, está aquí – contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
- Buena idea – replico -, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.
- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.
- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluta a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.
Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.
Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo a ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo… simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de “no demostrado”.
Imaginemos que las cosas hubiesen sido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura de spray revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones – por no hablar de seres invisibles – ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.
Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunos que está seguro que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes… pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos con lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizás todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos…
Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas “pruebas”, por muy importante que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.
Estoy leyendo el libro del matemático Marcus du Sautoy, “Simetría. Un viaje por los patrones de la naturaleza,” Acantilado, 2009. El autor del famoso libro “La música de los números primos,” Acantilado, 2007, presentó en España su nuevo libro en octubre de 2009.
Ya he empezado y ya he acabado los tres primeros capítulos. El libro está muy bien y desde aquí lo recomiendo. Aunque no me gusta que hable tanto de su hijo, parecen historias de viejo “chochete,” al más puro estilo de Leopoldo Abadía, la lectura es fácil pero te hace pensar y descubres cosas que no sabías. Eso es lo más importante de un libro de divulgación, disfrutar y aprender, disfrutar aprendiendo. Os pongo un ejemplo.
“Uno de los programas de televisión que más me impactaron durante la búsqueda de cosas matemáticas en mi adolescencia fue “El ascenso del hombre” de Jacob Bronowski. Me viene un vivo recuerdo de una escena del programa en la que Bronowski está sentado en la Alhambra hablando de la simetría. Lo recuerdo en el harén, explicando cómo las paredees están cubiertas de simetrías sexy en vez de imágenes de mujeres sexy.”
¿Bronowski? ¿Quién es Bronowski? Yo no recuerdo haber visto nunca un documental de este señor. Lo busco en Internet y descubro que es el “padre” de Carl Sagan, el divulgador que inspiró la obra magistral “Cosmos.” Y youtube nos permite disfrutar de estos documentales (13) a trocitos (cada capítulo en 5 partes de 10 minutos). Todo un placer. Los he disfrutado… oyéndolos, ya que los he escuchado de fondo mientras trabajaba. Buscaba la escena de la Alhambra, pero me los he tragado todos. Muchas escenas de Bronowski me recuerdan mucho a escenas en las que he visto a Sagan, pero rodadas casi una década antes. Me han resultado curiosas las escenas con ordenadores, con pantallas vectoriales, utilizando dos ruedas en lugar de ratón, … y una teatralidad que recuerda muchísimo a “Cosmos.”
Os los recomiendo, aunque están en inglés, merecen la pena.
Para abriros boca, el capítulo donde aparece la Alhambra es el siguiente, a partir del minuto 3 y 58 segundos. Es una pena, pero se corta justo en la escena que cita Marcus en su libro y hay que continuar con la siguiente parte, que también os dejo aquí.
El “ratón” de ruedas los podéis disfrutar en el minuto 4 y 30 segundos de la siguiente parte
Por supuesto, lo mejor es ver todos los capítulos en su orden porque como en “Cosmos” de Sagan el orden de los capítulos está muy bien pensado y presenta una solución de continuidad muy curiosa y cuidada. Lo dicho, os dejo el primer capítulo, primera parte, y os animo a que me abandonéis y paséis a youtube (pinchad en el logo “Watch on youtube”) y allí vayáis pinchando en los “Vídeos relacionados” (a la derecha de la pantalla) para ir pasando a las siguientes partes y capítulos. Aunque sea con ciertos intermedios (mientras uno cambia de parte), podréis disfrutar, como yo, de esta obra magistral de la divulgación televisiva.
"Soy una colección de moléculas orgánicas llamada Carl Sagan... pero ¿eso es todo? ¿Hay algo más que moléculas?".
En el siguiente vídeo, extraído de la mítica serie Cosmos, Sagan reúne los ingredientes necesarios para "fabricar" un ser humano: carbón, agua, calcio, nitrógeno, un poco de hierro... Materiales que apenas valdrían unos pocos euros. La respuesta del experimento ya la sabéis, pero la lección no tiene desperdicio (hasta el minuto 5:30):
El ejemplo se ha puesto otras veces para intentar explicar de qué estamos hechos, pero la comparación con el original hace palidecer cualquier intento. Si algún día fuera posible hacer un ser humano por este método, apunten esta prioridad de mi parte: fabricar otro Carl Sagan :-)
Hija del astrónomo Teón, que fue a su vez mentor de esta. Hipatia es la primera mujer matemática de la historia de la humanidad de la que tenemos un conocimiento razonablemente seguro y detallado. Escribió libros sobre geometría, álgebra y astronomía y mejoró el diseño de los primitivos astrolabios -instrumentos que permiten determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste-, e inventó un hidrómetro.
Hipatia murió a una edad avanzada, 45 ó 60 años (dependiendo de cuál sea su fecha correcta de nacimiento), linchada por una turba de cristianos. Su asesinato se produjo en el marco de la hostilidad cristiana hacia el declinante paganismo y las luchas políticas entre las distintas facciones de la Iglesia, el patriarcado alejandrino y el poder imperial, representado en Egipto por el prefecto Orestes, ex alumno de la filósofa. Durante siglos se ha acusado al PatriarcaCirilo de Alejandría de ser el principal responsable de la muerte de Hipatia, aunque no existan más que alusiones indirectas para acreditarlo.
Carl Sagan, en el capítulo 13 de su serie Cosmos: Un viaje personal (1980) trataba la muerte de Hipatia y la destrucción de la Biblioteca de Alejandría. Según Sagan "En el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado." (sic).
Este es el artículo:
Permítanme que convierta este blog hoy en una recomendación de cine y de lectura. El estreno de "Ágora", la esperada película de Amenábar, se convierte, en el Año Internacional de la Astronomía, en una verdadera fiesta de la ciencia. Hipatia de Alejandría era un personaje histórico casi completamente desconocido, hasta que Carl Sagan en su serie Cosmos (en efecto, este blog rinde homenaje a la serie que en 2010 cumplirá 30 años nada menos) narró el fin de la Biblioteca de Alejandría y la trágica muerte de la bibliotecaria, científica y filósofa alejandrina hace casi 16 siglos, a manos de exaltados cristianos que veían en el conocimiento el mayor enemigo de su fe.
Hipatia va a tener para siempre la cara y el cuerpo de Rachel Weisz, y la Alejandría renacida digitalmente será el escenario que muchos recuerden como crucial para ese momento donde el conocimiento perdió la batalla ante la sinrazón. Se ha publicado también un texto, una novela que desarrolla el guión de la película, "Ágora", escrita por Marta Sofía (Booket, 2009, 14,5 €) y que, confieso, tengo en mis manos en este momento sin atreverme a empezar...
La historia de Hipatia ha de ser forzosamente novelada: las fuentes históricas de la vida y el martirio y muerte de esta santa laica son poco conocidas, y las fuentes historiográficas del personaje poco más que referencias posteriores, en diccionarios onomásticos, o algunas cartas de su alumno, Sinesio de Cirene (convertido finalmente al cristianismo), autor de "De Dono Astrolabii", donde explica que este instrumento, el astrolabio, fundamental para la astronomía, lo construyó a partir de las instrucciones de su maestra. En cualquier caso, a lo largo de la historia,el triste sino de morir ante una masa jaleada por religiosos fue tomado como muestra que perdura de la importante labor de reunión del conocimiento que tuvo la Biblioteca alejandrina.
No es menos notorio que el personaje fuera una mujer. Y, precisamente, estos días he podido revisar varios textos en los que también mujeres científicas son protagonistas de apasionantes historias. La ucronía (o novela contrafactual) "Hypatia y la eternidad", de Ramón Galí, (EsEdiciones, 2009, 17 €) plantea que la Biblioteca de Alejandría se salvara del asedio e incendio, o al menos que ella intentara evitarlo transmitiendo antiguos secretos... No quiero destapar la ficción aunque personalmente creo que en la historia de Hipatia/Hypatia no hay que meter trucos esotéricos para tener una gran historia. Es más, desmerece un poco esa manía de cierta novela histórica (pseudohistórica) de llenar las intrigas de oscuras o antiguas conspiraciones. La conspiración más clara en la historia de la sabia de Alejandría fue la que llevó al culto cristiano a convertirse en la maquinaria de poder que dio al traste con el helenismo.
Los mejores libros de Ciencia de todos los tiempos
La revista de divulgación científica Discover publicó un ranking de los mejores libros de ciencia de todos los tiempos, libros que constituyen, según los especialistas, de lectura obligada para los interesados en ciencia.
1. El Viaje del Beagle, Charles Darwin
2. El Origen de las Especies, Charles Darwin
3. Philosophiae Naturalis Principia Mathematica, Isaac Newton
4. Diálogo sobre los dos Sistemas del Mundo, Galileo Galilei 5. De Revolutionibus Orbium Coelestium, Nicolás Copérnico 6. Física, Aristóteles 7. De Humanis Corporis Fabrica, Andrés Vesalio 8. Relatividad: Teoría Especial y General, Albert Einstein 9. El Gen Egoísta, Richard Dawkins 10. Uno, dos, tres… el Infinito, George Gamow 11. La Doble Hélice, James D. Watson 12. ¿Qué es la Vida?, Erwin Schrödinger 13. La Conexión Cósmica, Carl Sagan 14. Las Sociedades de los Insectos, Edward O. Wilson 15. Los Primeros Tres Minutos, Steven Weinberg 16. La Primavera Silenciosa, Rachel Carson 17. La Falsa Medida del Hombre, Stephen Jay Gould 18. El Hombre que Confundió a su Mujer con un Sombrero, Oliver Sacks
19. Los Diarios de Lewis y Clark, Meriwether Lewis y William Clark
20. The Feynman Lectures on Physics, Richard P. Feynman, Robert B. Leighton y Matthew Sands
21. El Comportamiento Sexual en el Hombre, Alfred C. Kinsey