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4 de octubre de 2008

Premios "Anti-Nobel" por el salto de las pulgas y la dignidad de las plantas

Premios "Anti-Nobel" por el salto de las pulgas y la dignidad de las plantas

Además un químicoo recibió un antinobel por descubrir que la Coca Cola es un espermicida... ¡y un ingeniero también recibió un antinobel por demostrar lo contrario! O sea cualquier cantidad de chongo en la entrega 2008. Aquí lo tienen...




NUEVA YORK (AFP) — Las pulgas de los perros que saltan más lejos que las de los gatos, una ameba capaz de resolver un laberinto o una ley sobre la dignidad de las plantas: los delirantes premios "Anti-Nobel" 2008 fueron anunciados en la Universidad Harvard en Boston, Massachusetts.

Como ya es tradición en Harvard, la ceremonia de entrega de premios incluyó bromas, una "ópera" y aviones de papel planeando sobre el escenario, donde los galardonados recibieron la recompensa por sus insólitas investigaciones.

Los "IG Nobel" de este año recompensaron en el rubro Biología, el trabajo de los franceses Marie-Christine Cadiergues, Christel Joubert y Michel Franc, de la escuela veterinaria de Toulouse (sur de Francia).

Su "estudio comparativo entre el desempeño en el salto de la pulga del perro y la pulga del gato", demuestra previsiblemente que las de los canes saltan más alto.

El "antinobel" de la Paz fue para el Comité ético federal suizo para la biotecnología no-humana, por "haber adoptado el principio legal de que las plantas tienen dignidad".

Los brasileños Astolfo Mello y José Carlos Marcelino, de la Universidad de Sao Paulo, ganaron en la categoría Arqueología con sus investigaciones sobre el impacto de los armadillos sobre las excavaciones arqueológicas.



En el apartado Medicina, Harvard premió a Dan Ariely, de la Universidad Duke (Carolina del Norte), quien confirmando la sospecha de algunos psicoanalistas descubrió "que un falso remedio caro es más eficaz que uno barato".

Cinco investigadores japoneses y un húngaro midieron la capacidad de una ameba para "resolver un laberinto" y ello les valió un "antinobel" en Ciencias del Conocimiento.

Más o menos graciosos, los IG Nobel, reiterados desde hace 18 años en la prestigiosa universidad del noreste de Estados Unidos, aspiran no solo a hacer reír sino también a "hacer pensar".

La edición 2008 incluyó galardones de gusto variado. Geoffrey Miller, Josha Tybur y Brent Jordan, de la Universidad de Nuevo México, estudiaron por ejemplo el impacto del ciclo de ovulación de una bailarina topless sobre las propinas que recibe. Y ganaron el premio de Economía.

El de Química fue curiosamente para dos teorías contradictorias sobre un mismo tema. Sharee Umpierre de la Universidad de Puerto Rico y Joseph Hill, de Harvard, fueron recompensados por demostrar que "la Coca Cola es un espermicida eficaz".

Sin embargo, Chuang-Ye Hong, de la Escuela de Medicina de Taipei y otros investigadores de Taiwán recibieron la misma recompensa por demostrar exactamente lo contrario.

El galardón en el rubro Nutrición fue para Massimiliano Zampini, de la Universidad de Trento (Italia) y Charles Spence de Oxford (Gran Bretaña), "por haber modificado electrónicamente el ruido de una papa frita para hacer pensar a quien la come que es más crocante y fresca de lo que parece".



Los "antinobel" fueron entregados por dos verdaderos Premios Nobel, William Lipscomb (Química, 1976) y Frank Wilczec (Física 2004), en la jocosa ceremonia donde el motivo recurrente de muchas de las bromas fue "la redundancia".

Como parte del espectáculo, la ópera "Redundancia, otra vez" contó la historia de dos empresarios que echan a cada miembro de su personal cuyo trabajo se superpone al de otro empleado.

La divertida gala concluyó como es habitual con las palabras del organizador, Marc Abrahams, que deseó "mejor suerte" para el año que viene a los investigadores que se fueron con las manos vacías, y en especial a los que sí ganaron uno de los premios "IG Nobel".

Fuente:

AFP Noticias

El Comercio (Perú)

BBC News

PERÚ: El debate d elos trangénicos continúa...

PERÚ: El debate de los trangénicos continúa...

Los ministros de Agricultura y Medio Ambiente continúan enfrentados por el tema d elos transgénicos. El titular de agricultura, fiel empleado de la transnacional Monsanto, no cesa de defender, en cualquier ocasión las supuestas bindades de los transgénicos. Mientras que Brack Egg aboga por declarar al país como libre de transgénicos. Veamos:




La posible liberación de semillas transgénicas (organismos genéticamente modificados) en el país sigue siendo un tema de fuertes diferencias entre los ministerios de Agricultura y del Ambiente. El titular del primero, Ismael Benavides, afirmó ayer que el ingreso de los transgénicos al país es "una decisión inteligente y pensando en el futuro alimentario de los peruanos".

Sin embargo, el miércoles el ministro del Ambiente, Antonio Brack, adelantó que en enero próximo el Gobierno evaluará si declara al Perú un país libre de transgénicos, con el fin de promover los productos orgánicos.

De ese modo, se retomó la polémica pública que sostienen ambos ministros y que lleva tiempo sin que haya solución a la vista.

La agencia Andina recogió declaraciones del ministro Benavides, quien ayer sostuvo que los productos orgánicos son cultivos de poco volumen y destinados a un pequeño nicho.

Más bien sostuvo que en 30 años seremos 50 millones de peruanos que requerirán un mayor volumen de productos agrícolas. Para él la clave son los transgénicos porque mejorarán la productividad de los campos y reducirán futuras crisis de alimentos. Mencionó que bajo esa lógica China acaba de lanzar ocho semillas transgénicas a su mercado.

Al respecto, el economista y experto en temas agrícolas Eduardo Zegarra se mostró escéptico sobre si funcionaría un modelo de cultivos transgénicos en una agricultura establecida en el minifundio como la peruana.

"El ministro no puede trasladar mecánicamente el modelo de cultivos transgénicos de EE.UU., Canadá y Australia al Perú, porque ese tipo de cultivos son posibles en grandes extensiones de terrenos centrados en el maíz o la soya", apuntó.

Sostuvo que la agricultura orgánica no significará una mayor productividad, pero sí una mayor rentabilidad para el agricultor.

Fuentes:

Diario El Comercio (Perú)

Diario La Primera (Perú)

Cursos Gratis del BID

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El BID se complace en ofrecer en forma temporal, en formato de CD, los cursos de Marco Lógico y Monitoreo y Evaluación de Proyectos, a fin de facilitar que las personas que lo habían iniciado y no lo pudieron completar antes de que fueran retirados de su sitio web. Estos CDs estarán disponibles en este sitio hasta el 31 de Diciembre de 2008.

Los CDs están grabados en un archivo tipo ISO (imagen de CD que puede ser usada para reproducirlo con cualquier programa grabador que reconozca dicho formato) que a su vez ha sido comprimido en formato ZIP, conjuntamente con los archivos de carátula, contracarátula y derechos de autor, para que puedan ser impresos a color.

Los enlaces para acceder a estos cursos son:


Curso de Marco Lógico (Logical Framework) [71 Mb]

Curso de Monitoreo y Evaluación de Proyectos (Monitoring and Evaluation of Projects) [102 Mb]

Fuente:

BID

2 de octubre de 2008

NASA cumple 50 años

NASA cumple 50 años

1 de octubre de 2008

1. La NASA cumple 50 años. Una de las primeras huellas del ser humano en la Luna; una foto tomada por el astronauta Buzz Aldrin durante la llegada de la misión Apolo XI a la Luna. Ésta es una de las imágenes que la agencia espacial estadounidense ha seleccionado para conmemorar su 50 aniversario.



2. Buzz Aldrin camina sobre la Luna, al sur del Mar de la Tranquilidad, durante la misión del Apolo XI, el 20 de julio de 1969. La imagen fue tomada por su compañero de misión, Neil Armstrong.



3. Despegue del Apolo XI, la primera misión tripulada a la Luna.



4. Alan Shepard a bordo de la cápsula Freedom 7 poco antes del despegue, el 5 de mayo de 1961. Fue la segunda persona en alcanzar el espacio (el primero fue el ruso Yuri Gagarin, que se le había adelantado el 12 de abril de ese año); hizo un vuelo suborbital de 15 minutos.



5. El Skylab , la primera estación espacial estadounidense, orbita la Tierra. La pequeña plataforma fue lanzada en 1973 y albergó astronautas en sus dos primeros años; dejó de funcionar y finalmente cayó el 11 de junio de 1979 sobre territorio australiano.



6. La maestra Christa McAuliffe se entrena en un vuelo que simula la gravedad cero de cara a su misión como tripulante de la misión STS 51-L del transbordador espacial Challenger. Había sido seleccionada dentro de un programa para llevar a un profesor al espacio; ella y el resto de la tripulación murió cuando la nave explotó poco después del despegue, el 28 de enero de 1986.



7. El transbordador espacial Atlantis, fotografiado desde la estación espacial rusa MIR.



Fuente:

20minutos.es

Especial: Agricultura (II) - El Futuro de la agricultura y de la Alimentación nos incumbe a todos/as

Especial: Agricultura (II)

El Futuro de la agricultura y de la Alimentación nos incumbe a todos/as





Una gran convulsión ha sacudido la agricultura y la alimentación a escala planetaria en el último año y medio. El rápido incremento de los precios de las materias primas agrarias en los mercados de las materias primas agrarias, fomentado por la especulación, ha desequilibrado el conjunto del sector y de los agricultores/as del planeta, provocando inestabilidad e incertidumbres. En esta situación, la Unión Europa se encuentra inerme, sin mecanismos de regulación de mercados que le permitieran hacer frente a la crisis, puesto que previamente la había desmantelado. La ganadería europea está sufriendo en estos momentos las consecuencias de unas políticas inapropiadas. El gran paradigma de la reforma de la PAC de 2003: “no importa dejar de producir en Europa porque nos podremos abastecer a precios más baratos en países terceros” ha resultado ser completamente erróneo y peligroso también para los consumidores y consumidoras.

En estos momentos se está debatiendo una nueva reforma de la PAC (“chequeo”), paralelamente a la apertura de un debate sobre la misma a partir de 2013 y a la revisión del presupuesto comunitario. La Comisión Europea no asume en este “chequeo” la grave crisis de la agricultura y la alimentación, evidenciada en la desaparición de explotaciones del modelo social de agricultura y los altos precios de los alimentos, y propone profundizar la senda, evidentemente fallida, de la reforma de 2003. Todo ello disfrazado de un discurso construido sobre cuestiones medioambientales, calidad, gestión del territorio, desarrollo rural, cambio climático y energías, y contradictorio con la realidad que viven los ciudadanos/as de la Unión.

Es por ello por lo que instamos a los gobiernos de la Unión Europea a reflexionar sobre el fracaso de su política agraria y a dar un giro en sus propuestas, orientándolas hacia un marco de carácter multilateral que respete la soberanía alimentaria de los pueblos, la sostenibilidad y las necesidades reales de los campesinos de todo el mundo.

Entendemos que es necesaria una reforma de la PAC con una nueva orientación de las políticas comunitarias, adaptada al nuevo entorno emergente y asentada sobre principios firmes y realistas. Esto significa que Europa debe renovar su apuesta estratégica por la agricultura, garantizando un abastecimiento alimentario mínimo en el marco de la soberanía alimentaria y la preservación del medio ambiente y el medio rural. Los/as agricultores/as tienen que ver reconocida y valorada su labor, principalmente a través de unos precios justos para sus productos, lo que hace imprescindible desarrollar políticas de estabilización y transparencia de los mercados.

Las ayudas directas a la renta, cuando sean necesarias, tienen que estar vinculadas a la actividad agraria desarrollada en las explotaciones (ayuda por activo agrario), con lo que se conseguiría una redistribución de los fondos con legitimidad económica y social. Rechazamos el desacoplamiento de las ayudas, previstas para facilitar el desmantelamiento del sector agrario, y consideramos que es fundamental mantener la actividad agraria sin que esto signifique intensificar el modelo de producción. Los consumidores/as tienen derecho a un suministro estable, sano, variado y biológicamente diverso de alimentos a precios razonables.

Necesitamos una política agraria que defienda un modelo de agricultura social, sostenible y viable económicamente, generador de empleo y que ayude al equilibrado asentamiento de la población en el medio rural.

Política agraria, alimentación y mercados: “Con la alimentación no se especula”.

La creciente liberalización del comercio mundial y la continua desregulación de los mercados agroalimentarios mediante la eliminación de mecanismos de control de la producción como los aranceles, la intervención pública, etc. está configurando un entorno en el que la permanencia de los pequeños/as productores/as es cada vez más difícil y el abandono de la actividad agraria cada vez más frecuente. Sin embargo, en un contexto de crisis alimentaria mundial, las políticas agrarias desarrolladas durante los últimos años, basadas en desincentivar la producción y provocar el abandono de las explotaciones agrarias, se han visto totalmente superadas por los acontecimientos.

Estas políticas agrarias están fomentando un comercio de productos agroalimentarios que se está desarrollando con una preocupante concentración de poder en manos de las grandes empresas de distribución agroalimentaria. Estas empresas condicionan al conjunto de la cadena agroalimentaria y, especialmente a los eslabones más débiles y numerosos de la misma: productores/as y consumidores/as. El proceso de formación de los precios se caracteriza por una alarmante falta de transparencia que está provocando que el precio que pagan los consumidores sea excesivo y esté cada vez más alejado del precio que reciben los productores, que en muchas ocasiones no llega ni siquiera a cubrir sus costes de producción.

Se hace imprescindible la creación de un marco legislativo que regule la comercialización agroalimentaria de forma adecuada y que contribuya a mejorar los mecanismos de recogida de precios en virtud de una mayor transparencia en el proceso de formación de los mismos a lo largo de la cadena de valor y el establecimiento de un Observatorio de Precios eficaz y operativo, con capacidad para proponer a la Comisión Nacional de la Competencia la investigación de las prácticas contra la competencia que se detecten así como la imposición de sanciones. Sería interesante articular mecanismos de control de márgenes comerciales en la cadena agroalimentaria, mediante una Comisión de Examen de Prácticas Comerciales con la participación de todos los agentes implicados.

Además, se hace necesario que la Administración actúe eficazmente a fin de erradicar la reconocida especulación en los mercados agroalimentarios. La Comisión Nacional de la Competencia debe intervenir ante prácticas comerciales fraudulentas evidentes y eliminar la especulación con absoluta firmeza. Además, se ha de desarrollar y aplicar el artículo 13.2 de la Ley de Comercio (Ley 7/1996) que prevé que “el Gobierno del Estado, previa audiencia de los sectores afectados, podrá fijar los precios o los márgenes de comercialización (…) cuando se trate de productos de primera necesidad”, es decir, “El Estado tiene capacidad legislativa para intervenir y debe asumir sus responsabilidades”.

Consideramos de vital importancia que la Política Agraria garantice una estabilidad en los precios y el suministro de productos agroalimentarios, evitando situaciones de abuso sobre productores y consumidores, como por ejemplo la especulación, la morosidad en los pagos, el dumping o la venta a pérdidas. Igualmente, el consumidor tiene derecho a que el etiquetado de los productos agroalimentarios refleje una información objetiva, veraz, eficaz y suficiente sobre sus características esenciales y el proceso que han seguido.

A nivel europeo resulta imprescindible reforzar el control de las importaciones desde terceros países mediante el establecimiento de protocolos de garantía sanitaria (sanidad y calidad), ambiental y social adecuados y unificados. Los bienes importados deben acatar las mismas normas acerca de la calidad y los métodos de producción que la UE prescribe para sus propios productores. Debe implantarse un sistema de doble etiquetado (precios origen/precios destino), con información sobre el país de origen y el método de producción, como criterio al servicio de la información dirigida al consumidor, que propicie el conocimiento del valor real de los productos y la detección de distorsiones interesadas de precios

Mediante las negociaciones de libre comercio que está desarrollando, la Unión Europea está sacrificando la agricultura familiar sostenible y en consecuencia la garantía de una alimentación sana, diversa y segura. Se quiere integrar a los productos agrarios en el proceso de liberalización comercial como cualquier otra mercancía, sin tener en cuenta el carácter estratégico de la agricultura y la alimentación para la sociedad. Se abandona a su suerte el modelo social de agricultura que garantiza la gestión sostenible del territorio, la sostenibilidad y la economía y el empleo de las zonas rurales. Por el contrario se ofrece a las multinacionales agroexportadoras el control de la alimentación. La actual crisis alimentaria nos demuestra que la agricultura debe salir fuera de las negociaciones de libre comercio en la Organización Mundial del Comercio y en los acuerdos bilaterales. La PAC debe priorizar el comercio regional y proporcionar apoyo a las infraestructuras necesarias para el procesado y comercio local

Política agraria, empleo y medio rural

El porcentaje de ocupados agrarios en el conjunto del Estado sigue, desde hace mucho tiempo, una tendencia a la baja, lo que nos sitúa actualmente en un 4%. Resulta urgente estabilizar el número de ocupados en el sector si no queremos comprometer la viabilidad del mimo a medio plazo, si queremos evitar pasar de la fase de reestructuración, a la de liquidación definitiva. En muchas zonas rurales, especialmente aquéllas más alejadas de los principales ejes económicos, la agricultura constituye la actividad económica básica y su declive supone también el abandono del medio rural.

La política agraria desarrollada hasta el momento ha considerado la eliminación de empleo en el sector agrario como algo positivo que favorecía la competitividad de la agricultura, sin tener en cuenta las consecuencias sociales y económicas que este declive ha tenido en muchas zonas rurales. En muchos casos esta evolución ha comprometido el desarrollo de los territorios rurales, cortando el vínculo entre agricultura e industria agroalimentaria y provocando la deslocalización de esta última. Por otra parte, el descenso del empleo en el sector agrario no ha ayudado a la equiparación de rentas y salarios con otros sectores económicos, debido a los descensos de los precios en origen, al incremento de los costes de producción y al recorte e inequidad distributiva de las ayudas directas.

Adicionalmente, la PAC reformada sobre el eje del desacoplamiento de las ayudas directas desincentiva la actividad productiva agraria. Se necesita una reforma de la política agraria europea que ponga el centro de atención en el activo agrario, buscando la viabilidad de las explotaciones y la creación y el mantenimiento del empleo. Las ayudas directas deben otorgarse al activo agrario como forma de preservar el empleo y promover la equiparación de rentas en el sector agrario, tanto para los titulares de las explotaciones (autónomos) como para los asalariados. El sector agrario conserva un gran potencial generador de empleo y riqueza, que está siendo desaprovechado debido a políticas nefastas que fomentan el éxodo agrario y la desvertebración territorial.

Para un mejor encaje de las explotaciones agrarias en las zonas rurales un instrumento imprescindible es el Contrato Territorial de Explotación (CTE), que integra en una planificación única las distintas medidas contempladas en las políticas de apoyo público europeo, estatal y autonómico. Bajo este nuevo enfoque se conseguiría superar el actual modelo, que ha resultado ineficiente para posibilitar la viabilidad de las explotaciones agrarias del modelo social de agricultura, situando en el centro del sistema a la explotación agraria y el agricultor profesional. En definitiva, el objetivo sería alcanzar la viabilidad económica, social y ambiental de cada explotación.

Política agraria, medio ambiente, cambio climático y energía

La PAC está impulsando un modelo de agricultura industrial especulativo, concentrando la producción en aquellos territorios que permiten obtener grandes volúmenes de producción estandarizada a bajo coste (deslocalización). Normalmente estas producciones se hacen en régimen de monocultivo, algo que resulta medioambientalmente insostenible. Este modelo tiene un gran impacto ambiental y territorial, con un uso intensivo de recursos naturales e inadaptación a las posibilidades del territorio. Es importante condicionar las ayudas de la PAC a las prácticas ambientales de los agricultores y ganaderos. Aunque la Unión Europea justifica en gran medida a través de las medidas de condicionalidad la promoción del modelo industrial.

El sistema de producción industrial especulativo y deslocalizado está adaptado a la liberalización del comercio agrario a nivel mundial, acelerando así la degradación de los ecosistemas dónde se asienta y limitando las posibilidades de abastecimiento de alimentos en los países empobrecidos.

El sector agrícola y ganadero se considera un sector difuso en cuanto a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI); determinadas prácticas como la agricultura de uso intensivo de energía, agua, fertilizantes y agroquímicos han provocado un incremento de los niveles de emisiones de estos gases. También las emisiones de gas metano procedente de la actividad ganadera industrial contribuyen al cambio climático, no sólo de forma directa sino también a través de los cambios en los usos del suelo debidos a la creciente demanda de materias primas alimentarias por parte del sector ganadero como consecuencia del creciente consumo de carne a nivel mundial.

Por el contrario una manejo sostenible de los bosques, tierras agrícolas y otros ecosistemas agrícolas ofrece un gran potencial para reducir las emisiones de GEI con respecto a las prácticas agrarias industriales, manteniendo su capacidad de sumidero de carbono. En el caso de que se abandonen algunas de estas prácticas sostenibles, el carbono fijado se liberará a lo largo de un período de pocos años. Este riesgo es creciente ante el despoblamiento del campo, envejecimiento de la población rural y la falta de relevo generacional que dejan espacio a la gestión industrial del campo.

Se puede adaptar la agricultura para que sea no solamente un emisor de GEI mucho menor, sino también para que se convierta en un sumidero de carbono que nos ayude a revertir la contribución al cambio climático. Al mismo tiempo, esto también reduciría el resto de desastres ambientales debidos a los fertilizantes, como la eutrofización de las aguas o la explosión de poblaciones de determinadas algas en lagos y mares de todo el planeta.

La agricultura sostenible a escala local, en el marco del modelo social de agricultura, con un uso eficiente de los recursos de producción, contribuye eficazmente a la lucha contra el cambio climático. Lamentablemente, las políticas agrarias en Europa están favoreciendo un modelo de agricultura industrial deslocalizado a escala transnacional, basado en monocultivos, en el uso masivo de fertilizantes y pesticidas y en el transporte a gran escala de los productos, con el único objetivo de aumentar la competitividad para poder comerciar en un mercado global. Es necesario reformar esta PAC de forma coherente con los objetivos de la lucha contra el cambio climático que se ha marcado la propia Europa, cayendo en contradicciones evidentes. El modelo de consumo alimentario deslocalizado está transportando los alimentos de una punta a otra del globo terráqueo, a costa de un gran coste energético, mientras se abandonan los mercados locales y se condena a la pobreza a innumerables agricultores/as y campesinos/as.

En este camino hay que huir de soluciones engañosas como la utilización de cultivos modificados genéticamente: no resolverán ninguna crisis medioambiental sino que por si mismos suponen un riesgo para el medio ambiente, para la seguridad y la salud, además de incrementar la dependencia de las agroindustrias.

Hasta ahora, la agroenergética se ha limitado principalmente a la explotación de un recurso de materia prima barata, para procurar un valor añadido extraordinario a las grandes empresas que controlan el mercado internacional de materias primas alimentarias y a las distribuidoras del petróleo que acaban haciéndose con el control de la transformación y distribución de agrocarburantes, como ya lo tienen de los carburantes fósiles, reproduciendo el mismo sistema de oligopolio especulativo a costa de productores y consumidores. Rechazamos la política seguida actualmente por la Unión Europea en relación a la producción de agrocarburantes industriales, siguiendo un modelo industrial intensivo, con abastecimiento desde terceros países, dónde provoca graves situaciones de destrucción ambiental y desequilibrios en la producción de alimentos, siendo uno de los detonantes de la crisis alimentaria actual.

Política agraria y soberanía alimentaria

Defendemos el derecho a la soberanía alimentaria de todos los pueblos, en el marco de una producción sostenible, segura, nutritiva, variada y adaptada ambientalmente y culturalmente. Los países y regiones no pueden renunciar a decidir su propio sistema alimentario y productivo, para favorecer una liberalización de los intercambios que resulta insostenible y condena a regiones enteras a la dependencia de suministros exteriores, mientras se abandonan producciones tradicionales y se potencia el monocultivo.

La liberalización del comercio agrario internacional propugnada por la Organización Mundial de Comercio (OMC), así como los Acuerdos Bilaterales Norte-Sur, es la causa principal que hace inviable la agricultura campesina y familiar tanto en el Norte como en el Sur. La gestión de la oferta y la protección de los mercados está siendo desmantelada, obligando a los agricultores y campesinos a producir alimentos por debajo de coste su coste real, generando incertidumbre e inseguridad en los mercados mundiales tal y como acontece en la actualidad.

Necesitamos una nueva política agraria en Europa que abandone el paradigma de la liberalización comercial, asumiendo su responsabilidad ante productores y consumidores en la estabilización de los mercados, defendiendo el interés general de toda la ciudadanía europea que no coincide con el de los conglomerados agroexportadores y las grandes distribuidoras y practicando una solidaridad real con todos los campesinos, especialmente los de los países del Sur, reconociéndoles el derecho a producir y desarrollar sus mercados locales.

El Gobierno español, en su ámbito competencial, debe asumir el carácter estratégico de la agricultura y la alimentación para el conjunto de la sociedad y, por tanto, desarrollar políticas de Estado para mantener un modelo social y sostenible de agricultura y alimentación. Asuntos como la comercialización agroalimentaria, la fiscalidad, las prioridades estratégicas de producción, la investigación, los seguros agrarios, el desarrollo rural, el binomio agricultura-medio ambiente, entre otros, deben ser abordados plenamente por las administraciones públicas españolas poniendo la prioridad política en el mantenimiento y promoción del modelo social de agricultura y alimentación.

MANIFIESTOde Ecologistas en Acción, Amigos de la Tierra, COAG, Greenpeace, UCE, CEACCU, CECU, Xarxa de Consum Solidari, Plataforma Rural, EntrePueblos, No te comas el mundo y Veterinarios Sin Fronteras.

Fuente:

Biodiversidad AL

Especial: Agricultura (I) - Manifiesto de Annecy

Especial: Agricultura (I)

Manifiesto de Annecy




"Comer cada día sigue siendo una necesidad prioritaria para todos. Sin embargo, el derecho a la alimentación es despreciado: es inaceptable que mil millones de humanos no tengan acceso a una alimentación suficiente, sana y culturalmente adaptada, sea por pobreza (que tampoco se evita en Europa), o sea por falta de acceso a la producción agrícola. La miseria empuja a millones de campesinas, campesinos y trabajadores rurales hacia las grandes ciudades y la emigración."

Las organizaciones campesinas, rurales, ecologistas y de solidaridad internacional, así como todos los ciudadanos reunidos este 21 de septiembre de 2008 en Annecy, dirigen a los Ministros de Agricultura de la Unión Europea, venidos aquí para discutir el futuro de la PAC después del 2013, el manifiesto siguiente :

Comer cada día sigue siendo una necesidad prioritaria para todos. Sin embargo, el derecho a la alimentación es despreciado: es inaceptable que mil millones de humanos no tengan acceso a una alimentación suficiente, sana y culturalmente adaptada, sea por pobreza (que tampoco se evita en Europa), o sea por falta de acceso a la producción agrícola. La miseria empuja a millones de campesinas, campesinos y trabajadores rurales hacia las grandes ciudades y la emigración.

En la Unión Europea (UE), una explotación desaparece cada minuto: para la mayoría de los campesinos, la Política Agrícola Común (PAC) actual no permite vivir dignamente del trabajo. Aunque tenemos que hacer frente al cambio climático, a la crisis energética y a la desaparición masiva de la biodiversidad, la agricultura europea aún desarrolla métodos de producción que consumen demasiada energía, agua, empeoran el recalentamiento climático y son costosos para el contribuyente (salud, empleo, contaminación…) .

Otra política agrícola y alimentaria europea entonces es indispensable:

¿Qué hacer para cambiar la Política Agrícola Común?

A la hora del chequeo médico de la política agrícola europea, la UE debe considerar que tiene que priorizar su deber de asegurar la alimentación de su población, antes de pretender alimentar el mundo. No se trata de un repliegue egoísta, sino al contrario, se trata de permitir que los otros países ejerzan su derecho a la soberanía alimentaria y de desarrollar en todos lados, tanto en el norte como en el sur, una agricultura campesina y sostenible.

Para garantizar la seguridad alimentaria, para preservar el planeta y dinamizar el mundo rural, la agricultura debe ser reconocida como de utilidad pública. Los gobernantes deben fijarse por objetivo el mantenimiento de todos los campesinos en todas las regiones de Europa. Es necesario producir lo más cerca posible de los consumidores, con el fin de reducir el transporte y mejorar la calidad de los productos. Recordemos que la UE es el primer importador y exportador de productos agrícolas y alimentarios: este modelo está acabado.

Por lo tanto, el marco internacional impuesto a las políticas agrícolas desde los años noventa por las normas de la OMC debe revisarse.

1. Los campesinos quieren producir y vivir de su trabajo .- Favorecer el acceso al oficio
La PAC y las políticas de los Estados miembros deben favorecer el acceso a la tierra, al agua, al crédito, a las semillas que no se han apropiado las empresas, a insumos inscritos en prácticas sostenibles, así como también deben favorecer el acceso a una formación reorientada hacia métodos de producción sostenibles. Reconocimiento legal de los derechos de las campesinas.

- Precios antes que primas
Los precios de los mercados agrícolas deben ser estables y lo suficientemente remuneradores para garantizar la perdurabilidad y la renovación de las explotaciones. No se puede basar una economía agrícola en la venta de productos a precios debajo de los costes de producción, como es demasiado a menudo el caso con la PAC actual. En las regiones desfavorecidas que tienen costes de producción más elevados, pagos directos limitados por activo son necesarios.

- Controlar y proteger los mercados, abandonando el dumping
Para mantener estos precios estables, es necesario evitar los excedentes o la escasez, por lo tanto es necesario tener previamente las herramientas de control y regulación de la producción. Es necesario parar al mismo tiempo el dumping de la UE hacia terceros países, es decir, abstenernos de exportar a precios artificialmente bajos por subvenciones (no importa cuáles sean) y proteger el mercado europeo de importaciones a precio demasiado bajo por derechos de aduana cuando sea necesario. La UE puede exportar sus productos específicos sin ayuda.

2. Preservemos nuestro medio ambiente

Demos la prioridad a métodos de producción agrícolas más sostenibles, más autónomos, más económicos en insumos (abono, pesticidas.) y en energía. Es inaceptable que la producción animal en base de hierba, favorable a la protección de suelos, del agua, de la biodiversidad y del clima, reciba menos apoyo que las ganaderías basadas en el maíz y la soja o que los cultivos de cereales. Los prados permanentes deben salvaguardarse. Acompañemos a todos los agricultores en esta dirección con medidas incitativas, y reorientemos los organismos de desarrollo agrícola, la enseñanza y la investigación en esta dirección.

Mantengamos y desarrollemos la biodiversidad de las plantas cultivadas y animales de ganadería. Respetemos los derechos colectivos de los agricultores a conservar, volver a sembrar, intercambiar y vender las semillas reproducidas en su explotación. Prohibamos los OGM.
Paremos la disminución constante de las superficies cultivables por la urbanización, el desarrollo de agrocombustibles industriales de rentabilidad energética y económica dudosa.

3. Acerquemos los productores a los consumidores

Los productores necesitan relaciones aseguradas, estables y equitativas. Las formas realmente cooperativas, así como los circuitos cortos productores-consumidores, deben favorecerse.

Es necesario frenar el desarrollo de oligopolios mundiales y nacionales en la agroindustria, la gran distribución, y la alimentación. Reducir la dominación de la gran distribución sobre los transformacion y la producción por un control eficaz de las prácticas comerciales y márgenes.

Es necesario promover el consumo de productos locales así como una alimentación mejor adaptada a la salud humana.

4. Sin soberanía alimentaria, no hay buena política agrícola

La Unión Europea debe actuar ante las Naciones Unidas por el reconocimiento del derecho a la soberanía alimentaria, que permita a los Estados o a las Uniones definir su política agrícola y alimentaria, sin daño frente a los terceros países. Para acompañar este derecho, es necesario:

- reconocer que la primera tarea de la agricultura es aprovisionar los mercados domésticos;

- permitir a los Estados o grupos de Estados protegerse contra importaciones de productos agrícolas a un precio inferior a los costes de producción locales;

- autorizar los apoyos públicos a una agricultura sostenible, a condición de que no sirvan directa o indirectamente para exportar a bajo precio;

- garantizar una estabilidad de los precios agrícolas mundiales controlando los mercados.

Cuidar la PAC desde el “chequeo médico” de 2008

La Unión Europea tiene que reequilibrar los pagos directos entre agricultores, en particular, entre ganaderos y productores de cereales, limitándolos por activo y asignando una prima global a las más pequeñas explotaciones.

Debe apoyar más a los sectores debilitados, en particular, a las producciones con fuerte mano obra como las frutas y hortalizas, el vino,…, así como a la producción ovina, abandonada por la PAC actual.

Es indispensable mantener y mejorar el sistema de cuotas lácteas, así como otras herramientas de regulación de los mercados.

Para lograr la autonomía de la UE en proteínas vegetales (¡importamos un 75% de nuestras necesidades!!) que alimentan a nuestras manadas, la PAC debe urgentemente reactivar el cultivo de los productos proteicos en Europa.

Los programas de desarrollo rural deben dar prioridad al asentamiento de los campesinos y campesinas y al empleo rural, así como al comercio local o regional y a la transformación local.

Pedimos a los Gobiernos de la Unión Europea reorientar desde ahora las políticas agrícolas y los métodos de producción, para responder a las necesidades de los ciudadanos y a los retos mundiales de este siglo.

¡No esperemos al 2013!Fuente: Vía Campesina

Fuente:

Biodiversidad LA

Vía Campesina
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