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8 de septiembre de 2012

Richard Feynman sobre el papel de la cultura científica en la sociedad moderna

“Para lograr un progreso, uno debe dejar la puerta medio abierta a lo desconocido, sólo medio abierta.”


“Realmente esperaba que, hacia el fin del siglo, habríamos conseguido substancialmente más de lo que realmente hemos hecho”, se lamentaba el paseante lunar original Neil Armstrong, que falleció a la edad de 82 la pasada semana. En este lamento esta incluído la inquietante cuestión del por qué. ¿Qué es lo que retiene a la humanidad?

Richard Feynman
Esto es precisamente lo que el gran Richard Feynman exploró cuando subió al escenario del Symposium Galileo en Italia en 1964 e impartió una conferencia titulada: “Qué es y cuál debería ser el Rol de la Cultura Científica en la Sociedad Moderna”, publicada en el también excelente The Pleasure of Finding Things Out: The Best Short Works of Richard P. Feynman (public library), titulado tras el famoso film del mismo nombre.
Feynman comparte el lamento de Armstrong:
A todos nos entristece mirar el mundo y ver que pocos logros hemos hecho, en comparación a lo que sentimos que son las potencialidades de los seres humanos. Las personas del pasado, en la pesadilla de sus tiempo, tenía sueños sobre el futuro. Y ahora el futuro que se ha materializado el futuro vemos que los sueños han sido superados de muchos modos, pero en todavía más modos muchos de nuestros sueños todavía son los mismos que los sueños de las personas del pasado.
Atribuye gran parte de esta desconexión a la profunda falta de un entendimiento general y un entusiasmo por la ciencia, defendiendo la maravilla de la ciencia:
… las personas, y me refiero a la persona media, la gran mayoría de la gente, la enorme mayoría de la gente, es absoluta y lamentablemente ignorante sobre la ciencia del mundo en el que viven, y así siguen… Una cuestión interesante sobre la relación de la ciencia con la sociedad moderna es esta: ¿por qué es posible que la gente sea tan lamentablemente ignorante y aún así razonablemente feliz en la sociedad moderna, teniendo en cuenta que hay tanto conocimiento disponible para ellos? De paso, Mr. Bernardino, sobre el conocimiento y la maravilla, el sr. Bernardini ha dicho que no debemos enseñar maravillas sino conocimiento.
Podría tratarse de una mera diferencia en el significado de las palabras. Yo creo que deberíamos enseñarles maravillas, y que el propósito del conocimiento es apreciar todavía más las maravillas. Y que el conocimiento consiste simplemente en situar la maravilla en el marco adecuado de la naturaleza.
Proseguía fijándose en lo anticientifica que resultaba la cultura popular, y de qué forma se condonaban ciertas creencias no científicas:
… Me gustaria mostrarle nuestro mundo a Galileo, y debería hacerlo con una gran dosis de vergüenza. Si miramos más lejos que la ciencia hacia el mundo que nos rodea, averiguamos algo bastante lamentable: que el medio en el que vivimos es activa e intensamente anticientífico. Galileo podría decir: “me di cuenta de que Júpiter era una bola con lunas y no un Dios del cielo. Decirme, ¿qué ocurrió con los astrólogos?” Bueno, pues que publicaron sus resultados en los periódicos, al menos en los Estados Unidos, en cada periódico de cada día. ¿Por qué aún tenemos astrólogos?
Creo que debemos atacar estas cosas en las que no creemos. No atacar mediante el procedimiento de cortar las cabezas de la gente, sino atacar en el sentido de discutir. Creo que deberíamos pedir a la gente que intenten obtener en sus mentes una imagen más consistente de su propio mundo; que no se permitan a sí mismos el lujo de partir en pedazos su cerebro, unos para el lado en el que creen esto y otros para el lado en el que creen esto otro, pero sin intentar comparar los dos puntos de vista. Porque hemos aprendido que, al intentar juntar los puntos de vista que tenemos en nuestra cabeza y compararlos con el otro, hacemos un cierto progreso en el entendimiento y aprecio de donde estamos y lo que somos. Creo que la ciencia ha seguido siendo irrelevante porque esperamos a que alguien nos haga las preguntas, o a que nos inviten a dar una charla sobre la teoría de Einstein a personas que no entienden la mecánica newtoniana, pero nunca nos invitan para atacar las curaciones basadas en la fe, o en el caso de la astrología, para mostrar cuál es la visión científica de la astrología.
La solución que propone consiste en una buena escritura científica y un debate crítico como la forma necesaria de pinchar la burbuja del interés público:
Creo que debemos escribir algunos artículos. ¿Qué pasaría entonces? La persona que cree en astrología tendrá que estudiar algo de astronomía. La persona que cree en la curación basada en la fe tal vez tenga que estudiar algo de medicina, dado que los argumentos van y vienen, y algo de biología. En otras palabras, será necesario que la ciencia se convierta en relevante.
Y luego tenemos ese terrible esfuerzo para tratar de explicar las cosas a gente que no tiene razones para querer saber. Pero si quieren defender sus propios puntos de vista, deberán aprender algo de tí. Sugiero, quizás correcta o quizás incorrectamente, que somos demasiado amables. En el pasado existió una era de conversación  sobre estos temas. La iglesia sentía que los puntos de vista de Galileo atacaban a la iglesia. Hoy la iglesia no siente que los puntos de vista científicos ataquen a la iglesia. Nadie está equivocado sobre esto. Nadie ataca. Quiero decir, nadie escribe tratando de explicar las inconsistencias entre los puntos de vista teológicos sostenidos hoy por distintas personas, o incluso las inconsistencias sostenidas alguna vez por el mismo científico, entre sus creencias religiosas y científicas.
Claro está, que desde 1964 hemos visto el auge de los “cuatro jinetes del nuevo ateísmo” (Richard DawkinsChristopher HitchensDan Dennett, y Sam Harris), quienes, juntoincontables científicos, se han segurado de proporcionar una consistente falta de “amabilidad” en el debate.
Feynman también reitera un argumento crucial sobre la naturaleza y el propósito de la ciencia y el pensamiento crítico, el papel de la ignorancia y la importancia de abrazar la incertidumbre, recibido con enorme resistencia en una cultura condicionada por aferrarse a las respuestas:
Un científico nunca está seguro. Todos lo sabemos. Sabemos que todas nuestras afirmaciones son afirmaciones aproximadas con distintos grados de certeza; que cuando se hace una afirmación, la cuestión no es si es verdadera o falsa, sino más bien qué probabilidad tiene de ser verdadera o falsa.  ¿Existe Dios? Cuando se coloca en forma de pregunta, ¿“qué probabilidad tiene”?, se provoca una terrible transformación en el punto de vista religioso, y por esto el punto de vista religioso no es científico. Debemos discutir cada cuestión dentro de las incertidumbres que nos son permitidas.
Debemos dejar sitio a la duda o de lo contrario no hay progreso ni aprendizaje. No hay aprendizaje sin haber planteado una pregunta. Y una pregunta requiere duda. La gente busca certezas. Pero la certeza no existe. La gente está aterrorizada, ¿cómo puedes vivir y no saber? Pero no es raro en absoluto. Solo piensas que sabes como cuestión de hecho. Muchos de tus actos están basados en conocimiento incompleto  y realmente no sabes de qué tratan, o cuál es el propósito del mundo, ni sabes mucho de otras cosas. Es posible vivir y no saber.
Feynman concluye haciendo lo que hace mejor, tendiendo un puente entre la ciencia y la filosofía para expandir la cuestión específica dentro de una meditación más amplia sobre la existencia humana:
Hoy no estamos en una buena posición, no vemos lo que hemos hecho demasiado bien. Los hombres, los filósofos de todos los tiempos, han intentado encontrar el secreto de la existencia, el significado de todo. Porque si eran capaces de encontrar el significado real de la vida, entonces todo este esfuerzo humano, toda esta maravillosa potencionalidad de los seres humanos, podremos movernos en la dirección correcta y marchar hacia adelante con gran éxito. Por eso intentamos estas ideas diferentes. Pero la cuestión del significado de todo el mundo, de la vida y de los seres humanos, ha sido respondida muchas veces por mucha y muy variada gente. Desafortunadamente todas estas respuestas son diferentes; y la gente con una respuesta contempla con horror los actos y el comportamiento de la gente con otras respuestas. Horror, porque ven las cosas terribles que han hecho; el modo en que el hombre es impulsado hasta un callejón sin salida por sus rígidos puntos de vista sobre el mundo. De hecho, quizás es debido al tamaño fantástico del horror por lo que queda claro lo grandes que son las potencialidades de los seres humanos. Es posible que nos den esperanza para dirigir las cosas en la dirección correcta y que mejoren. ¿Entonces cuál es el significado de todo el mundo?
No sabemos cuál es el significado de la existencia. Como resultado del estudio de todos los puntos de vista que hemos tenido, averiguamos que no sabemos el significado de la existencia, pero al decir que no sabemos el significado de la existencia, probablemente hemos hallado un canal abierto, con sólo permitir que, a medida que progresamos, dejemos oportunidades abiertas a las alternativas, y que no nos entusiasmemos por el hecho, el conocimiento, la verdad absoluta, sino que nos mantengamos siempre en la incertidumbre a la que nos arriesgamos. Los ingleses, que han desarrollado el gobierno en esta dirección, lo llaman “salir al paso” (muddling though), y aunque suena bastante estúpido, es el modo más científico de progresar. No es científico decidir la respuesta. Para conseguir un progreso, debemos dejar medio abierta la puerta a lo desconocido, sólo medio abierta. Sólo estamos al comienzo del desarrollo de la raza humana, del desarrollo de la mente humana, de la vida inteligente. Tenemos años y años en el futuro. Es nuestra responsabilidad no dar la respuesta hoy a todo de lo que se trata, forzando a todo el mundo en esa dirección y diciendo: “Esta es la solución a todo”.
Porque estaremos encadenados a los límites de nuestra presente imaginación. Sólo podremos hacer aquellas cosas que hoy pensamos que hay que hacer. Mientras que, si siempre dejamos sitio a la duda, algún sitio a la discusión, y procedemos de un modo análogo a las ciencias, entonces no surgirá esta dificultad. Creo, por tanto, que aunque no es el caso de hoy, algún día llegará la hora, espero, en la que podremos apreciar completamente el hecho de que el poder del gobierno es limitado; que no debemos conceder a los gobiernos el poder de decidir sobre la validez de las teorías científicas, que es ridículo para ellos intentar hacerlo, que ellos no deciden las distintas descripciones de la historia de nuestra teoría económica o de la filosofía. Sólo de este modo pueden desarrollarse en último término las posibilidades futuras de la raza humana. El placer de averiguar cosas es un tesoro de genios completa y totalmente recomendable.

Tomado de:

Tercera Cultura

25 de mayo de 2012

Neil Armstrong relata su llegada a la Luna en rara entrevista

armstrong

El astronauta Neil Armstrong, el primer hombre en caminar sobre la Luna, dio una entrevista a un contador australiano, que logró convencerlo de que hablara con él. Armstrong es muy reservado y rara vez está dispuesto a hablar en público.

“Un mes antes del lanzamiento del Apollo 11, decidimos que estábamos lo suficientemente confiados como para intentar descender a la superficie”, dijo el astronauta de 82 años en el video que fue publicado en la web de los Contadores Practicantes Certificados.

“Pensé que teníamos un 90% de probabilidades de volver sanos y salvos a la Tierra en ese vuelo, pero sólo un 50% de probabilidad de lograr un aterrizaje en el primer intento”, explicó.
Se le consultó sobre la gente que no cree que en realidad haya llegado a la Luna y que todo es un invento de Estados Unidos. “La gente ama las conspiraciones, son muy atractivas, pero nunca me preocuparon. Porque sé que algún día alguien volverá a ir, y podrá recoger la cámara que dejé allá”, dijo.

Armstrong afirmó estar preocupado por el futuro de la NASA. “Tenemos un problema en Estados Unidos donde la rama ejecutiva y la rama legislativa, la Casa Blanca y el Congreso, tienen visiones contrapuesta sobre lo que debiera ser el futuro de la agencia. Así que están jugando un juego y NASA está en el medio, mientras ambos lados intentan dirigir a la NASA al camino correcto”, dijo. El astronauta señaló que él y sus colegas seguirán participando de las discusiones sobre el tema, luego que el año pasado manifestaran su opinión al respecto en medios escritos.

¿Cómo llego Neil Armstrong a ser entrevistado por un grupo de contadores? Alex Malley, la persona que consiguió y realizó la entrevista, explicó que “sé algo que la mayoría de las personas no sabe sobre Neil Armstrong – su papá era un auditor”.


Tomado de:

FayerWayer

6 de mayo de 2012

El creador de Twitter: "¿Twitter es rentable? No tengo por qué responder"

El amo de los 140 caracteres está a punto de ver cómo su red social se convierte en un imperio, comparable a Facebook y Google.


Jack Dorsey no es un 'geek' (un friqui de la tecnología) cualquiera. Cuando se presenta ante el entrevistador, luce un 'look' a la última. Mocasines, calcetines multicolor, jersey negro de cuello abierto y camisa de Dior con el cuello invertido de color azul pálido. A años luz del uniforne 'vaquero-zapatillas-camiseta negra de manga larga' que es la norma en Silicon Valley.

Habla poco, con una voz suave y pausada. Pero su ritmo es rápido. Jack Dorsey habla de la misma manera que tuitea: utilizando 140 caracteres, puntuados por 'yup' (sí) y 'no'. Tiene un aire juvenil y soñador que contrasta con su personaje de visionario inspirado que ejerce sus responsabilidades como empresario con mano de hierro.

A los 20 años se interesó por la botánica, los masajes, la moda... antes de volver a sus ordenadores. En 2006 trabajaba en una compañía informática al borde de ser devorada por Apple. Su jefe, Evan Williams, estaba enloquecido. Un día se dirige a su colaborador de aspecto grunge, con aro en la nariz y pendientes: «Jack, por favor, ¡encuentra una idea para que salgamos de esta!». Respuesta de Jack: un servicio que permite contar a quien queramos, en pocas líneas, dónde estamos y qué hacemos. Acababa de nacer Twitter.

La start-up está hoy a punto de convertirse en un imperio, comparable a Facebook y Google. En pocos meses abandonará sus anónimas oficinas de Folsom Street, en San Francisco, donde el jefe ocupa un cubículo sin ventana en una sala diáfana de la sexta planta... Twitter se muda a un edificio art déco, en plena reforma, en Market Street. El lugar es 10 veces más grande, para poder alojar a todos sus empleados -700 en la actualidad-, que deberían duplicarse este año.

Nos recibe un jueves, «el día de la semana que dedico a las relaciones externas. Aprovecho para salir del despacho». Su vida cotidiana está extremadamente organizada: cada día lo dedica a un tema. Nació hace 35 años en Saint Louis, Misuri, y siempre ha convertido su vida en un prototipo, siempre ha sometido su universo a una cuadrícula. «Simplifico la complejidad», afirma.

¿Cómo se le ocurrió la idea de Twitter?
Jack Dorsey. Mi padre era ingeniero. En 1984, cuando yo tenía ocho años, trajo a casa un ordenador, un Macintosh que acababa de salir al mercado, y después un PC Junior de IBM. Me fascinaban las ciudades, su movimiento, la animación que albergan. Coleccionaba planes de urbanismo en mi habitación infantil. Y cuando los miraba, me preguntaba: «¿Qué estará pasando en esa glorieta, en ese parque?». Creé programas informáticos que pudieran darme la respuesta. Contribuyeron a crear Twitter años más tarde.

¿De dónde le viene esa pasión por los ordenadores?
J.D. Tuve la suerte de crecer en Saint Louis, en Misuri, donde son legión los pequeños genios de la informática. Era fácil encontrar medios para desarrollar esos programas. Siempre había alguien dispuesto a ayudarme. Mis padres me apoyaron mucho.

¿Con qué soñaba?
J.D. Me fascinaban los trenes, me pasaba el tiempo filmándolos... Y luego buscaba a dónde iban, y construía un modelo con toda esa información en mi ordenador. Siempre quise crecer muy rápido. Con ocho años, me hice mi primera tarjeta de visita: «Jack Dorsey, consultor». No sabía lo que quería decir, pero me parecía cool. Evidentemente, nadie me tomaba en serio...

Antes de fundar Twitter, tocó un montón de teclas...
J.D. Me gusta la diversidad. Primero, me apasionó la botánica, porque me encantaban las flores. Me interesé por los masajes por una cuestión de orden práctico: las muñecas me mataban, a fuerza de pasarme horas tecleando en los ordenadores. Tenía que cuidarme. Los masajes me permitieron descubrir las formas y el funcionamiento del cuerpo humano, comparable a un programa informático, pero más complejo.

También quiso dedicarse a la moda...
J.D. Siempre me fascinó la estética, un poco como a Steve Jobs, al que lamento no haber conocido nunca. La belleza me inspira. Mire a Einstein: no era el hombre mejor vestido de la Tierra, pero sus fórmulas matemáticas eran de una belleza excepcional. Todo depende de dónde se ponga el cursor.

Dicen de usted que es un asceta que vive de manera austera, en un loft minimalista cerca de su despacho. 
¿Coge vacaciones alguna vez?
J.D. No, descanso los sábados... y punto. Veo a mis amigos, bebo vino, sobre todo champán, que me encanta. Hago carreras de marcha. Con eso me basta. El resto de la semana, domingos incluidos, trabajo 16 horas al día.

¿Cómo se le ocurren las ideas?
J.D. Camino muchísimo. Por la mañana, cuando me levanto, sobre todo.

¿Por qué limitó los tweets a 140 caracteres?
J.D. Cuando creé Twitter, los teléfonos móviles menos sofisticados permitían escribir SMS de 160 signos, no más, porque había que dejar un poco de espacio para escribir el nombre de los usuarios. Por eso limité los textos a 140 caracteres.

¿Cómo son sus jornadas?
J.D. Me levanto a las cinco y media de la mañana e intento volver a casa a las 10 de la noche. Mis jornadas empiezan siempre con un SMS que le envío a mi madre. Vive en Saint Louis y, por la diferencia horaria, ella amanece antes que yo. Generalmente, cuando me levanto, ella ya ha tuiteado sobre sus actividades cotidianas, por lo que siempre estoy al tanto de lo que hace.

¿Tienen una relación muy estrecha?
J.D. Sí, y con mi familia en general. Con mi madre hablo por teléfono una vez al mes. Pero como tuitea igual que yo todos los días, cuando hablo con ella, estoy al corriente de todo. Eso me permite tener conversaciones más profundas con ella.

Twitter jugó un papel muy importante en la 'primavera árabe' sobre todo. Los manifestantes lo utilizaron para derrocar dictaduras. ¿Se siente orgulloso?
J.D. Twitter es como la electricidad: uno puede utilizarlo como quiera. Todo el mundo lo emplea: las celebrities, las personas anónimas; y por todo tipo de razones: médicas, educativas, personales... políticas también. Nunca había sucedido antes. Twitter favorece la democracia directa. Es una revolución social y cultural que acerca a los ciudadanos al poder.

Viajó usted recientemente a París...
J.D. París es mi ciudad preferida. Voy varias veces al año, desde que me lo puedo permitir. En esta ocasión, me entrevisté con los candidatos a las elecciones presidenciales. Las elecciones son siempre momentos muy importantes para Twitter. El tráfico estalla. Lo constatamos en 2008 en Estados Unidos. Fue en ese momento cuando Twitter despegó de verdad. Hoy tenemos grandes ambiciones de desarrollo fuera de Estados Unidos. Twitter se adapta perfectamente a los debates que les entusiasman a los franceses...

Se dice que Mark Zuckerberg [el fundador de Facebook] sueña con comprarle la empresa...
J.D. Conozco a Mark. Estamos en contacto. Pero Twitter no está en venta. Desarrollo el negocio, es lo único que importa.

¿Twitter es rentable?
J.D. No tenemos por qué responder a ese tipo de preguntas, no cotizamos en Bolsa. Y si estuviera obsesionado por la salida a Bolsa, sería muy triste. Ni siquiera pienso en ello. Para mí, la Bolsa es simplemente un medio para obtener fondos para desarrollarnos; nada más.

Se ha convertido en un hombre muy rico. ¿Su vida ha cambiado?
J.D. No. El dinero me importa poco. No tengo un barco lujoso. Conozco a más gente. Pero permanezco concentrado en los mismos puntos de interés.

¿Qué le hace esforzarse, en el fondo?
J.D. Todos nos hacemos las mismas preguntas: «¿Qué hago en este mundo?, ¿para qué sirve mi vida?». Mi respuesta es: crear. Mi pasión es inventar soluciones. Si el producto gusta, entonces me rodeo de gente para desarrollarlo. Como hay que pagarles un sueldo, entonces creo una empresa. Y, créame, ¡soy muy feliz así!

Fuente:


16 de abril de 2012

Vargas Llosa: "Sería una tragedia que la cultura acabe en puro entretenimiento"

Mario Vargas Llosa en su casa de París en 2003. / DANIEL MORDZINSKI

A Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) le asaltaba desde hacía algún tiempo la incómoda sensación de que le estaban tomando el pelo. Lo empezó a sentir al visitar ciertas exposiciones y bienales, asistir a algunos espectáculos, ver determinadas películas y programas de televisión e incluso le ocurría cuando se arrellanaba en el sillón para leer ciertos libros y periódicos. En esos momentos, como él mismo cuenta, le sobrevenía la sensación, poco definida al principio, de que se estaban burlando de él, de que estaba “indefenso ante una sutil conspiración” para hacerle sentir un inculto o un estúpido, para hacerle creer que un fraude era arte; un embuste, cultura.

De esa sensación surgió una convicción y de esta un ensayo, La civilización del espectáculo (Alfaguara). En sus páginas el premio Nobel de Literatura disecciona la conversión de la cultura en un caos donde “como no hay manera de saber qué cosa es cultura, todo lo es y ya nada lo es”. Esa disolución de jerarquías y referentes es consecuencia, para Vargas Llosa, del triunfo de la frivolidad, del reinado universal del entretenimiento. Pero los efectos de este clima de banalización extrema no se limitan a la cultura. Para el escritor, y quizá sea este su juicio más severo, el empuje de la civilización del espectáculo ha anestesiado a los intelectuales, desarmado al periodismo y, sobre todo, devaluado la política, un espacio donde gana terreno el cinismo y se extiende la tolerancia hacia la corrupción, algo que el autor de Conversación en La Catedral ilustra con una anécdota de su tierra natal:

“En las últimas elecciones peruanas, el escritor Jorge Eduardo Benavides se asombró de que un taxista de Lima le dijera que iba a votar por Keiko Fujimori, la hija del dictador que cumple una pena de 25 años prisión por robos y asesinatos.

“¿A usted no le importa que el presidente Fujimori fuera un ladrón?”, le preguntó al taxista.

“No” —repuso este— “porque Fujimori solo robó lo justo”.

Lo justo. La indiferencia moral. La civilización del espectáculo.

“La frivolidad es teneruna tabla de valores completamente confundida,

es el sacrificio de la visión del largo plazo

por el corto plazo, por

lo inmediato. Justamente

eso es el espectáculo”

El ensayo, un diamante para la polémica, lo explica Vargas Llosa con voz cálida y precisa, que inunda la línea telefónica desde el otro lado de Atlántico, viernes por la mañana en Lima.

P. Mantiene usted que la cultura se ha banalizado, que triunfa la frivolidad en su peor sentido, que el erotismo pierde en favor de la pornografía, que la posmodernidad es, en parte, un experimento fallido y pedante, que el periodismo amarillea, que la política se degrada, que en la civilización del espectáculo el cómico es el rey… ¿Hay escapatoria?

R. Sí, hay escapatoria. La historia no está escrita, no es fatídica, cambia. Justamente nos ha tocado vivir una época en que hemos visto las transformaciones históricas más extraordinarias e inesperadas. Si alguien me hubiera dicho cuando yo era joven que iba a ver la desaparición de la Unión Soviética, la transformación de China en un país capitalista; si alguien me hubiera dicho que América Latina iba a estar en pleno proceso de crecimiento, mientras Europa vivía su peor crisis financiera en un siglo, no me lo hubiera creído y, sin embargo, todas esas cosas han pasado. Desde luego que se puede esperar una renovación de la vida cultural, de las artes, de las humanidades, y que abandone ese sesgo cada vez más frívolo, superficial, que yo creo que es una de sus características principales hoy en día; no la única, porque hay excepciones a la regla, afortunadamente. Pero esa banalización tiene consecuencias no solamente en el campo de la cultura, sino en todos los otros. Por eso en el libro me refiero a la política, incluso a la vida sexual, a la relación humana. Todo eso se puede ver muy afectado si la cultura vive en la banalización, la frivolización permanente.

“No todos pueden ser cultos de la misma manera, no todos quieren ser cultos de la misma manera y no todos tendrían que ser cultos de la misma manera,ni muchísimo menos”

P. Y eso le produce un cierto enfado, sensación de tomadura de pelo. ¿Desde cuándo?

R. Es un proceso, no llega de una vez, pero sí recuerdo, por ejemplo, el shock que supuso para mí hace algunos años visitar la Bienal de Venecia, que era una vitrina del prestigio y la modernidad, de la novedad, del experimento, y de pronto, después de un recorrido de un par de horas, llegar a la conclusión de que allí había mucho más fraude, embuste, que seriedad, que profundidad. Fue para mí una experiencia bastante importante, que me llevó a reflexionar sobre este tema. Al final del libro, en un texto que es bastante personal, cuento cómo enriqueció mi vida leer buenos libros, conocer la gran tradición pictórica, el mundo de la música, cómo eso dio un sentido, un orden, una organización al mundo que lo hizo para mí muchísimo más interesante, más rico, más estimulante. Yo creo que sería una tragedia que justamente en una época en que hay un progreso tecnológico, científico, material extraordinario, al mismo tiempo, la cultura vaya a convertirse en un puro entretenimiento, en algo superficial, dejando un vacío que nada puede llenar, porque nada puede reemplazar a la cultura en dar un sentido más profundo, trascendente, espiritual a la vida.

Los periódicos más serios tratan de resistir al sensacionalismo, pero si la supervivencia está en juego tienen que hacer concesiones

P. Hay un momento, cuando habla usted de la añoranza, en el que dice: “Lo peor es que probablemente este fenómeno [la banalización de la cultura] no tenga arreglo y lo que yo añoro sea polvo y cenizas sin reconstitución posible”.

R. Espero equivocarme.

P. Ese pesimismo resulta llamativo en alguien de su éxito.

R. …nostalgia de viejo. A ratos siento, sí, cierta angustia porque… Mire, yo viví en Inglaterra y me acuerdo el deslumbramiento que me produjo ver la televisión; la que había conocido antes era muy pobre, muy mediocre, y de pronto descubrí que sí había posibilidades de utilizar la televisión en un sentido creativo y no solo porque los mejores escritores y dramaturgos escribían para la televisión… Había un programa que veía con pasión, se llamaba Panorama, periodismo de investigación. Me acuerdo, por ejemplo, de una entrega de dos horas sobre los disidentes en la Unión Soviética filmado en Moscú clandestinamente. Y de pronto, al cabo de los años, vi que la televisión de Inglaterra había caído también en la frivolidad total. Los mejores países, los que uno supondría que están más defendidos contra eso, han ido también sucumbiendo a esa especie de mandato generacional hacia el facilismo, la superficialidad, la frivolidad. Hay excepciones, desde luego...

P. …su propia obra es una excepción. ¿No es un ejemplo de que la capacidad de autocrítica sobrevive? ¿Qué no todo es autocomplacencia y frivolidad?

“Estallidos como el 15 M son interesantes si no caen en el conformismo de la inconformidad”

R. Sí, pero es siempre preocupante que el mayor vigor, la mayor riqueza, esté ahora en el pasado más que en el presente; que no sea algo de actualidad, sino que hay que volver la vista atrás… Y hay otro aspecto. Junto a la frivolización, hay un oscurantismo embustero que identifica la profundidad con la oscuridad y que ha llevado, por ejemplo, a la crítica a unos extremos de especialización que la pone totalmente al margen del ciudadano común y corriente, del hombre medianamente culto al que antes la crítica servía para orientarse en la oferta tan enorme.

P. Pero lo que plantea es volver a los patrones culturales. ¿Es eso posible? ¿Existe legitimidad para hacerlo? ¿No hay un cierto aristocratismo en todo ello?

R. Aristocratismo es una palabra que provoca mucho rechazo, pero por otra parte el rechazo de la élite en bloque es una gran ingenuidad. No todos pueden ser cultos de la misma manera, no todos quieren ser cultos de la misma manera y no todos tendrían que ser cultos de la misma manera, ni muchísimo menos. Hay niveles de especialización que son perfectamente explicables, a condición de que la especialización no termine por dar la espalda al resto de la sociedad, porque entonces la cultura deja ya de impregnar al conjunto de la sociedad, desaparecen esos consensos, esos denominadores comunes que te permiten discriminar entre lo que es auténtico y lo que es postizo, entre lo que es bueno y lo que es malo, entre lo que es bello y lo que es feo. Parece mentira que se haya llegado a un mundo donde ya no se pueden hacer este tipo de discriminaciones. Porque eso sí, si desaparecen esas categorías es el reino del embuste, de la picardía… La publicidad reemplaza al talento, lo fabrica, lo inventa.

P. Usted extiende su crítica a la cocina o la moda que están pasando a formar parte de la alta cultura.

R. Justamente esa es una de las manifestaciones de esa banalización y de esa frivolidad. No tengo nada contra la moda, me parece magnífico que haya una preocupación por la moda, pero desde luego no creo que la moda pueda reemplazar a la filosofía, a la literatura, a la música culta como un referente cultural. Y eso es lo que está pasando. Hoy en día hablar de cocina y hablar de la moda, es mucho más importante que hablar de filosofía o hablar de música. Eso es una deformación peligrosa y una manifestación de frivolidad terrible. ¿Qué cosa es la frivolidad? La frivolidad es tener una tabla de valores completamente confundida, es el sacrificio de la visión del largo plazo por el corto plazo, por lo inmediato. Justamente eso es el espectáculo.

P. Pero no encierra esa perspectiva una excesiva idealización del pasado, como esa edad dorada platónica que tanto criticaba Popper, y que tiene como consecuencia fosilizar la sociedad, cerrarla al cambio...

R. No, yo no estoy por la fosilización. No soy un conservador en ese sentido, desde luego que no, y sé que en el pasado, al mismo tiempo que Cervantes y que Shakespeare, existía la esclavitud, el racismo más espantoso, el dogmatismo religioso, la Inquisición, las hogueras para el disidente… Yo sé muy bien que el pasado venía con todo eso, pero al mismo tiempo no se puede negar que en ese pasado había cosas muy admirables, que han marcado profundamente el presente, que enriquecieron la vida de las gentes, la sensibilidad, la imaginación. Y esa era una función que tenía la alta cultura, y hoy día no se puede ni siquiera hablar de alta cultura porque eso es incorrecto, políticamente incorrecto.

“Hablar de moda y cocina se ha vuelto más importante que hablar de filosofía o música”

P. Hay una defensa muy interesante del erotismo en el libro, como obra de arte frente al “sexo descarnado”.

R. El erotismo fue en el mundo de la experiencia la conversión de un instinto en algo creativo, en una verdadera obra de arte y eso fue posible gracias a la cultura. Yo no creo que el erotismo nazca simplemente de una experiencia pragmática del sexo, ni muchísimo menos. Creo que es la cultura, que son las artes, el refinamiento de la sensibilidad que produce la alta cultura, la que crea el erotismo. El erotismo es una manifestación de civilizaciones, se da en sociedades que han alcanzado un cierto nivel de civilización. Y al mismo tiempo significa el respeto de las formas, la importancia de las formas en la relación sexual. Y ahí yo cito mucho a Georges Bataille, él defendió siempre el erotismo justamente como una manifestación de civilización, y fue muy reticente a la permisividad total porque creía que la permisividad total iba a matar las formas y al final se iba a llegar, otra vez, a una especie de sexo primitivo, salvaje. Y algo de eso ha pasado en nuestro tiempo.

P. Es decir, le falta erotismo a nuestra cultura.

R. Por eso el sexo significa tan poco para las nuevas generaciones. Significa un entretenimiento que es casi una gimnasia. Es como segar una fuente riquísima no solo de placer sino de enriquecimiento de la sensibilidad.

P. ¿Qué pensaría el Vargas Llosa de 25 años del libro que ha escrito el Vargas Llosa de ahora?

R. No me lo puedo imaginar. A nosotros nos ha tocado vivir una diferencia generacional sin precedentes en la historia. Precisamente por la extraordinaria revolución tecnológica, audiovisual, el mundo es tan absolutamente diferente que es muy, muy difícil ponerse hoy en día en la piel de un joven. Hay muchas cosas en el pasado que hay que suprimir, que hay que reformar sin ninguna duda. Pero hay una que yo creo que no, que hay que conservarla renovándola, actualizándola, que es la cultura. Una civilización que ha producido Goya, Rembrandt, Mahler, Goethe no es despreciable, no puede ser despreciable. Eso fijó unos ciertos patrones que deben ser, si se quiere, criticados pero mantenidos, continuados. Y esa continuación es la que yo creo que se pierde si la cultura pasa a ser una actividad secundaria y relegada al puro campo del entretenimiento.

P. Habla del pesimismo, del catastrofismo, incluso como un peligro mayor que la corrupción y cita una juventud apática, recluida en la hostilidad sistemática, aburrida. Fenómenos como el del 15-M, el de Occupy Wall Street, ¿no le generan cierta esperanza?

R. Sí, cierta esperanza sí. Siempre y cuando no se orienten en el sentido equivocado. Porque hay un cierto conformismo en la inconformidad. En eso Foucault escribió cosas muy interesantes. Pero sí, creo que hay estallidos entre los jóvenes que son bastante interesantes. No soy pesimista, sino más bien optimista, las cosas pueden cambiar para mejor. Pero hay algunos aspectos en los que es muy importante una crítica muy radical de un fenómeno representa una decadencia.

P. Una decadencia en la que incluye la corrupción política. Para ilustrarla cita usted una anécdota vivida por el escritor Jorge Eduardo Benavides, en Lima, cuando un taxista le dijo que votaba a Fujimori porque “solo robó lo justo”.

R. A mí me pareció maravillosa la historia. Hay una mentalidad ahí detrás ¿no? Un político puede robar; es más, no puede no robar, pero lo importante es que robe no más de lo debido.

P. Y ese tipo de conductas se están extendiendo…

R. …es por el desplome de los valores, no solamente estéticos, sino otros que antes, por lo menos de la boca para fuera, todos respetábamos. El político ya no debe ser honrado, debe ser eficaz. El ser honrado parece una imposibilidad connatural al oficio. Bueno, si se llega a un pesimismo de esa naturaleza entonces estamos perdidos. Y creo que no es verdad y yo lo digo, eso no es verdad. Pero hay una mentalidad que identifica la política con la picardía, con la deshonestidad. Es peligrosísimo sobre todo para el futuro de la cultura democrática. Si vamos a pensar eso entonces la cultura democrática no tiene sentido y a la corta o la larga va a desplomarse también.

P. Pero hay países donde hay mayor protección frente a la corrupción.

R. Por supuesto. La gran diferencia está en el mundo de la democracia y en el mundo del autoritarismo. En democracia hay corrupción, desde luego, lo estamos viendo todos los días. Pero precisamente lo vemos, sale a flote, existe una justicia más o menos independiente que puede todavía sancionar a los culpables. España es un ejemplo. Se puede decir que hay mucha corrupción pero estamos viendo casos de políticos importantísimos que son sentados en el banquillo de los acusados y que son condenados por pícaros, por ladrones, por traficantes. Bueno, esa es la gran diferencia. Eso no se ve en Cuba o China, donde de repente te enteras de que le cortan la cabeza a un señor porque dicen que delinquió y tenía cargos políticos. Hay diferencias. Y dentro de las democracias también. Las más avanzadas son menos corruptas que las más primitivas, las que son mucho más ineficientes. Recuerdo que en los años en que viví en Inglaterra, el escándalo más grande de corrupción fue el de un ministro de Margaret Thatcher, que no solamente perdió su ministerio sino que fue preso y perdió prácticamente todo su patrimonio por haber pasado un fin de semana en el Hotel Ritz de París, pagado por un jeque árabe. O sea, una corrupción de unos cuantos cientos o unos cuantos miles de libras esterlinas. Como comprenderá, eso en la época de Fujimori en el Perú era lo que robaba normalmente un pequeño alcalde. Ya no le digo los millones de millones de millones que consiguieron Fujimori y Montesinos. La sanción social fue muy escasa, puesto que en las últimas elecciones estuvo a punto de subir otra vez al poder con el voto popular. Esas diferencias sí son muy importantes. Y creo que es fundamental ser muy exigente y riguroso en ese campo, y no pensar que por ser político se tiene derecho a robar hasta cierto límite.

P. En las dictaduras hay evidentemente más corrupción. Pero también se da un fenómeno inverso. Ahí es donde la lucha de los intelectuales cobra mayor sentido. Es el caso de China con un premio Nobel de la Paz encarcelado.

R. Absolutamente. Cuando la libertad desaparece es cuando la libertad de pronto resulta importante. Y cuando la lucha por la libertad se convierte en una prioridad, el intelectual, el escritor, el poeta, el novelista, el pintor, de pronto empiezan a tener una importancia central en esa lucha. Ese es un fenómeno que lo estamos viendo en China, es interesantísimo, el caso de Ai Weiwei. Es una figura que representa hoy en día el espíritu de resistencia, la voluntad de apertura, de modernización, de democratización.

P. Al tratar de la degradación de los valores, incluye también el sensacionalismo en la prensa. ¿Cree usted en la autorregulación como una vía para atajar estas prácticas?

R. Creo que es la única. Que la propia prensa asuma una responsabilidad. Eso no se resuelve con sistemas de censura, ni muchísimo menos. Pero además yo creo que el sensacionalismo es la expresión de una cultura. La prensa forma parte de la vida cultural de un país. Y si la cultura empuja a la prensa a la chismografía, y hace de la chismografía un elemento central, al final el mercado se lo va a imponer a los periódicos, por más responsables y serios que quieran ser. Y eso lo estamos viendo en todas partes. Los periódicos más serios tratan de resistir, pero en un momento dado, si la supervivencia está en juego, tienen que hacer concesiones. El origen no está en los periódicos, el origen está en la cultura reinante, que impone la frivolidad y el amarillismo.

Hay una mentalidad

que identifica la política con la deshonestidad,

eso es peligrosísimo

para el futuro

de la cultura democrática

P. Usted ha sufrido el sensacionalismo.

R. Lo he padecido. Toda persona que es conocida hoy en día es irremediablemente víctima de la chismografía. Pasas a ser un objeto que ya no puede controlar su propia imagen. La imagen se puede distorsionar hasta unos extremos indescriptibles. Mucho más si haces política en un mundo subdesarrollado. Allí ya todo puede ocurrir.

P. Y hay un efecto multiplicador con las nuevas tecnologías.

R. Frente a las cuales te puedes defender muy mal. A mí me pasó una experiencia hace un tiempo en Argentina. Una señora me felicitó por un texto que me dijo le había conmovido mucho de homenaje a la mujer. Y yo le dije que muchas gracias, pero que no había escrito ningún homenaje a la mujer. Pensé que era una cosa que se había inventado ella o que se había confundido. Un tiempo después me mandan mi elogio a la mujer, que había aparecido en Internet. Un texto de una cursilería que da vergüenza ajena, firmado por mí y lanzado al espacio con motivo de no sé qué. ¿Cómo te defiendes contra eso? Es absolutamente terrible. De pronto pierdes tu identidad, porque hoy en día hay esos mecanismos que permiten falsificaciones de esa índole. A mí me parece bastante aterrador. Tampoco puedes dedicar tu vida a rectificar. Al final dejas de escribir, dejas de leer, para tratar de rectificar todas las falsedades, invenciones que te atribuyen. Eso es uno de los aspectos justamente de la irresponsabilidad que ha traído la gran revolución audiovisual.

P. Pero también hay que reconocer que el universo de Internet y las redes sociales permiten la exposición universal de un artista o de un pensador al instante.

R. Y burlar todos los sistemas de censura; eso es un progreso. Pero al mismo tiempo también es otra forma de confusión que tiene efectos muy negativos en la cultura, en la información. El exceso de información en última instancia también significa la desaparición de la discriminación, de las jerarquías, de las prioridades. Todo alcanza un mismo nivel de importancia por el simple hecho de estar en la pantalla.

P. Aunque no ataca a las religiones, sino al contrario, se percibe en el libro un canto al ateísmo ilustrado. Hay un momento incluso que identifica cultura profunda con aquella fuerza capaz de reemplazar el vacío dejado por la religión.

R. La idea liberal, tradicional, de que con el avance del conocimiento, la religión se iba a ir desvaneciendo fue una ingenuidad. El grueso de la gente, países cultos o países incultos, necesita una trascendencia, algo que le asegure que no perecerá definitivamente, y que habrá otra vida de la índole que sea, y eso es lo que sostiene la religión. Solo una minoría de personas, y eso ha sido igual en el pasado y en el presente, llega a llenar ese vacío con la cultura, que les da suficiente seguridad, suficiente resistencia para aceptar la idea de la extinción. Pero es una ingenuidad combatir a la religión. Tiene una función que cumplir, y es dar ese mínimo de seguridad que permite vivir a la gente con la esperanza de otra vida, de una defensa contra la extinción que aterra a todas las generaciones, no importa que nivel de cultura tenga esa sociedad. Eso lo debemos aceptar los creyentes o no creyentes, siempre y cuando la religión no pase a identificarse con el Estado, porque entonces desaparece la libertad. La religión por definición es dogmática, establece verdades absolutas, y no quiere coexistir con verdades contradictorias. Pero mientras la religión ocupe el espacio que le es propio, creo que es indispensable para que una sociedad sea verdaderamente democrática, libre, en la que se pueda coexistir en la diversidad.

***

La diversidad, la libertad, la tolerancia. El escritor vive y revive en esas palabras. A lo largo de la entrevista, la amargura que, a veces, asoma en su discurso ante lo que considera la devastación de la cultura, siempre se atempera con ellas. De algún modo, son su anclaje ateo y su religión frente al espectáculo.

—“Hemos escrito otro libro, ¿eh?”, bromea antes de despedirse

Fuente:

El País

16 de diciembre de 2011

Eduard Punset: "Es malo no tener problemas"



Este jueves hemos viajado al optimismo con Eduard Punset. El autor de divulgación científica ha respondido en directo a las preguntas de los lectores en el programa Chat TV de La Vanguardia.com.

En su último libro, Viaje al optimismo, Punset nos demuestra con argumentos científicos que hay motivos para el optimismo a pesar de la crisis económica que estamos viviendo actualmente. Según Punset, "el optimismo depende un 30% de la genética y un 70% de la experiencia".

El autor cree que "las instituciones españolas y los gobiernos no han comprendido la necesidad de entusiasmo en la gente joven", y eso ha dado lugar al movimiento 15-M. "El entusiasmo de mis nietas es impresionante comparado con esta rectitud supuesta que no sé para que sirve. Hay cantidad de instituciones como muchas fundaciones plagadas de gente mayor, los jóvenes están llamando a la puerta".

Incluso, algunos usuarios han planteado la idea de una eliminación total del dinero. Sin embargo, Eduard Punset no lo ve viable: "Hace 10.000 años se descubrió el excedente. Pasamos de una sociedad nómada global a una de residentes y de sedentarios que empezaron a producir más bananas de las necesarias. Y claro, había que guardarlos, cosa que no ocurría antes. Una vez se crean excedentes es difícil el utilizar dinero para saber lo que valen y luego ir consumiéndolos".

La clave que nos ha dado Punset para sobrevivir a la crisis con optimismo es buscar "el equilibrio con nuestro organismo y el apoyo en aquello recursos psicológicos que nos ayudan como la risa, seremos más felices".

De hecho está demostrado que los hombres son más felices que las mujeres, por lo menos cuando conviven en pareja: "Cuando una pareja perdura, el compañero vive 10 años más que solo. La mujer, en cambio, sólo vive tres años más. O sea que en cuestiones de sexo parece que la conclusión es que el marido se beneficia algo más que la mujer".

Eduard Punset es el autor de divulgación científica con más lectores y seguidores en las redes sociales (650.000 en Facebook y 100.000 en Twitter). A lo largo de la historia las civilizaciones han surgido gracias a la necesidad de intercambiar conocimientos "y ahora, con las redes sociales podemos crear un colectivo en cuestión de segundos", ha comentado el autor.

En Espanya, Punset es un referente de la comprensión pública de la ciencia. "¿Es posible parar la mente?", preguntaba una lectora que aseguraba que no podía dejar de preocuparse por las cosas. "Es muy malo no tener ningún problema", ha sentenciado Punset. Y ha añadido: "Cuando alguien dice que está tan tranquilo, se le extingue la producción de neuronas, se reduce la capacidad creativa, podría desaparecer. Siempre hay que estar un poco ansioso, un poco preocupado, hasta a veces un ratito en soledad. Pero no demasiado".

También es bueno, según el autor, que ejercitemos la memoria todos los días: "Hay animales desmemorizados porque no practican la retención. Cuesta más saber ubicar el universo. La consciencia muchas veces recibe un estímulo del exterior y lo echa sin considerarlo, pero está en el inconsciente, si sabemos usa la intuición". Y los sudokus son el mejor entrenamiento diario.

Los usuarios tampoco han querido dejar de lado el lado más personal del personaje. Después de tantos años de estudiar sobre tantos temas, para Eduard Punset el aprendizaje que le ha sido más útil en su vida ha sido "darse cuenta de que hay miles de preguntas que no tienen respuesta, o aceptar que hay muy pocas preguntas con respuestas comprobadas".

Por último, el invitado ha contestado a la "pregunta encadenada del famoso”. Para empezar, Sergio Dalma ha preguntado sobre su conocimiento acerca del vino. Punset ha contestado que es muy importante que te guste la comida y los vinos. "Viven más las personas que les gusta. Forma parte del placer, del equilibrio anímico necesario para vivir más". Y la pregunta de Eduard Punset ha dejado para el próximo invitado de Chat TV es: "¿Qué opinas de la introducción en la escuela primaria, secundaria... sobre la gestión emocional?".

En total, hemos recibido más de 250 preguntas a través de e-mail y de las redes sociales. Punset ha escogido la pregunta que le ha gustado más, y que se llevará un libro firmado. El ganador es Iñaki, que ha preguntado sobre el movimiento 15-M. ¡Enhorabuena!

Fuente:

La Vanguardia

27 de octubre de 2011

«No pienses cuántos hijos quieres, sino cuántos puedes tener que vivan una vida maravillosa»

Especial: Demografía

Entrevista a Paul Ehrlich


Cuando Paul Ehrlich, biólogo y profesor de Stanford, escribió 'El boom de la población' (1968), éramos 3.500 millones de humanos, la mitad que hoy. Sus pronósticos de que no íbamos a ser capaces de alimentar a todos si seguíamos creciendo no se hicieron realidad como resultado de la 'revolución verde'. Aun así, Ehrlich piensa que «estamos viviendo directamente del capital natural en lugar de vivir de sus intereses».

PREGUNTA: ¿Se siente 'vindicado' ahora que la sobrepoblación vuelve a ser considerada un problema después de tantos años aguantando críticas?

RESPUESTA: Está bien que la gente por fin se esté dando cuenta de lo seria que es la situación. Pero pienso que todavía la prensa lo considera un tema tabú.

P: ¿Por qué?

R: A todos nos gustan los niños, así que la idea de limitar el número de niños no recibe mucho apoyo. Es una decisión muy personal. Cada vez hay más gente que decide no tener más de dos hijos. Pero en muchos lugares es, de forma relativa, económicamente viable y hasta necesario, tener más hijos. Uno de los retos de la Humanidad es cerrar la brecha entre ricos y pobres, para que la gente pobre no deba tener hijos para que les apoyen en su tercera edad.

P: ¿Cuál es la población ideal del planeta?

R: Depende del estilo de vida que queramos tener con la tecnología disponible. Si todos quieren vivir como un estadounidense, tendríamos que ser menos de mil millones. Si queremos vivir como un ciudadano de México, entre tres y cuatro mil millones. Según los últimos estudios, es posible que la Tierra aguante a largo plazo entre mil y dos mil millones de personas. Pero vamos por siete y rápidamente a por nueve o 10. De cualquier manera, tendríamos que ser menos de los que somos hoy.

P: ¿Cómo puede la gente concienciarse para tener menos hijos?

R: Es muy importante no pensar cuántos hijos quieres, sino cuántos hijos puedes tener que vivan una vida maravillosa y puedan recibir una buena educación.

P: ¿Cree usted que en el futuro la gente se comprometerá a tener uno o dos hijos o acabará siendo obligatorio tener sólo un hijo, como en China?

R: Creo que veremos más control de población, lo que es triste. Deberíamos haber encontrado otras maneras de restringir la población. Lo ideal sería que todos los países tuvieran una tasa de crecimiento media de 1,5 niños por familia, con familias de padres maravillosos que tengan tres hijos y gente que no quiera ninguno. Lo mejor es un eslogan político que diga: «Para en el número dos». Así podríamos comenzar a rebajar la población a un nivel sostenible, donde nuestros hijos, nietos y bisnietos puedan vivir vidas decentes en lugar de peores a las que vivimos hoy.

P: Un niño de 10 años me pidió que le preguntara cómo piensa usted que será su vida dentro de 50 años.

R: Puede que tenga un futuro muy agradable, o un mundo no deseable que no se parezca en nada al de hoy. Si no hacemos nada por el ambiente y nuestras relaciones internacionales, podríamos tener una guerra nuclear. Depende de nosotros, de sus padres y abuelos, y de su generación, de si nos empezamos a tomar el medioambiente con seriedad. Ningún país está haciendo algo verdaderamente significativo para frenar la destrucción de nuestros sistemas climáticos y vitales, de los animales y plantas de los que dependemos para nuestro sustento. Si no cambiamos, no puedo ofrecer una visión muy alegre. Pero si decidimos hacer algo, y podemos hacer muchas cosas, podría tener una vida mejor que sus padres.

P: Según el filósofo y anarquista verde John Zerzan, la única solución es volver al primitivismo, y que acabaremos así de todas formas.

R: Estoy de acuerdo en que acabaremos así si seguimos el rumbo marcado, pero no diría que es la solución. La solución está en ver cuánto necesita una persona consumir, y ver cuáles son las ventajas de tener tanta gente viviendo al mismo tiempo. Si quieres maximizar el número de personas que vivan en el mundo, debemos tener una población sostenible a un plazo de millones de años. Al ritmo que vamos, es muy posible que lleguemos a un colapso de población en los próximos 50 o 100 años. Si queremos tener el máximo número de personas que vivan en este siglo, podemos destruir nuestros sistemas vitales y llegar a ocho o nueve mil millones, para después bajar a unos tantos cientos de miles y regresar a una población de recolectores y cazadores, que no es lo que yo apoyo.

P: ¿Usted cree que los científicos deben ser también activistas y no sólo informar?

R: Todos deberíamos invertir parte de nuestro tiempo en la acción. Las protestas de Wall Street demuestran que la gente está harta, y quizás sea el principio de un cambio del sistema político. Es triste que los candidatos presidenciales sean unos imbéciles que no saben nada y con cerebros pequeños que piensan que toda la comunidad científica se equivoca cuando dice que la sobrepoblación, el cambio climático, el vertido de sustancias tóxicas en el ambiente y la falta de atención al cultivo de nuestros alimentos son un peligro. Es un momento peligroso, en particular para EEUU, porque nuestro gobierno está roto, y lo llevan unos idiotas.

P: ¿Quizás nos fijamos demasiado en beneficios a corto plazo, comenzando por nuestro sistema económico, en lugar del pensamiento a largo plazo?

R: Correcto. Creemos que la economía puede continuar creciendo por siempre jamás. Un economista muy famoso dijo que si crees en el crecimiento perpetuo de la economía, o estás loco o eres un economista. Si la prensa sigue atrapada por las corporaciones y el Tribunal Supremo sigue dando más poder a las corporaciones y los más ricos, seguiremos igual. Desafortunadamente, los EEUU suelen arrastrar al resto del mundo.

P: ¿Es posible un cambio a una visión a largo plazo?

R: Si la gente, como la que protesta en Wall Street, sigue insistiendo por un cambio, es posible. Tenemos la ventaja de contar con un presidente muy listo, aunque esté mermado por asesores tontos y por una oposición al borde de la locura, el Partido Imbécil, los Republicanos. Es una pena, porque yo solía ser republicano. Pero, como muchos otros, dejé el partido cuando se volvieron totalmente locos.

P: ¿Recomendó usted alguna vez la esterilización obligatoria?
R: Dije que podríamos llegar a eso, pero nunca que fuera la solución ideal. Siempre pensé que sería muy difícil a nivel social. De hecho me sorprende el éxito de la política china. La presión suave con sistemas contraceptivos disponibles para todo el mundo que sea activo sexualmente y la política social que anima a la gente a parar con dos, es lo que yo siempre he recomendado. En Europa ha funcionado.

P: En el libro que escribió con su mujer, 'El animal dominante', dice que el hecho de que el Papa esté en contra de la contracepción no ha tenido mucho efecto en países católicos como España. ¿Cree que es igual en Latinoamérica?

R: No tanto como en Europa, pero van en esa dirección. Cuando el Papa habló contra la píldora, muchas mujeres latinoamericanas preguntaron a sus párrocos dónde encontrar esa píldora que había mencionado el Papa.

P: En sus estudios de evolución, consiguió que la mosca del vinagre se volviera resistente al DDT en un par de semanas. Los humanos necesitaríamos cientos de años para evolucionar de la misma manera. ¿Le preocupa el uso de pesticidas y tóxicos?

R: Mucho. Está comprobado el cambio drástico en proporción de hombres y mujeres. En algunos poblados subárticos están naciendo el doble de niñas que niños, cuando lo normal sería 107 niños por cada 100 niñas. Y también se está adelantando la edad de la pubertad. Sabemos que muchos de los químicos que soltamos al medioambiente, según crece la población, son tanto veneno como imitadores hormonales. En nuestras botellas de plástico ponemos bisfenol A, que fue desarrollado como una hormona femenina. El componente se filtra al agua de las botellas de plástico utilizadas para alimentar tanto bebés varones como hembras. ¡Es una locura! La situación tóxica es una bomba de relojería… y podría ser peor que el cambio climático, porque lo que soltamos al ambiente no hay manera de capturarlo de nuevo. Lo mismo con los océanos, que hemos recubierto con partículas de plástico y no sabemos el efecto que esto pueda tener.

P: Quizás así se reduzca la población…

R: ¡No es el método que yo recomendaría!

P: ¿Puede usted finalizar con un mensaje optimista?

R: Podemos hacer muchas cosas para enfrentarnos a estos dilemas, como limitar nuestra población, ser justos en el consumo distribuyendo bien los recursos, cambiar nuestro sistema energético para reducir los problemas de cambio climático, controlar nuestras sustancias tóxicas, proteger nuestra pesca, proteger la biodiversidad… Se puede hacer todo esto si contamos con voluntad política, lo que significaría organizar a la población mundial para que estemos verdaderamente seguros, en lugar de seguir el sistema de siempre. No hay nada pesimista sobre lo que podemos hacer. Lo pesimista es seguir haciendo lo de siempre. Debemos cambiar y lo podemos hacer de forma que todo el mundo viva mucho mejor.

Fuente:

El Mundo (España)

12 de octubre de 2011

"No se olvide de apagar el wi-fi por la noche"


Entrevista al abogado español Agustín Bocos, especialista en temas de contaminación electromagnética.



Bocos, un pionero

Una exposición prolongada y continuada en el tiempo a las radiaciones que emite el wi-fi tiene efectos nocivos en la salud. En casi todos los colegios el acceso a internet se hace a través de wi-fi. Se estima que los niños están un mínimo de 6 horas al día expuestos a estas radiaciones, 132 horas al mes, 1.188 horas al año. La Organización para la Defensa de la Salud, la Fundación Vivo Sano y la Fundación para la Salud Geoambiental han lanzado una campaña nacional para retirar el wi-fi de los colegios. Bocos es uno de los pocos abogados especializados en contaminación electromagnética en España, fundador de Juristas Contra el Ruido y profesor de máster en Derecho Ambiental.

¿Por qué hay que retirar el wi-fi de los colegios?
Emiten radiaciones electromagnéticas a una potencia muy elevada; las consecuencias son nocivas para todos, pero en especial para los niños, más vulnerables porque están en pleno desarrollo.

Inglaterra, Francia y Suecia los están retirando.
Sí, de escuelas, museos, bibliotecas y lugares públicos. La tecnología inalámbrica no está revisada por sanidad ni por ningún organismo que nos pueda decir qué potencia emite y cómo se controla esa emisión.

¿Hay estudios?
Existe un informe de acceso público, Bioiniciative, que resume más de 2.000 estudios internacionales. En la resolución del Consejo de Europa de mayo se recogen las conclusiones de este informe: los estudios vinculan la exposición prolongada a radiaciones electromagnéticas con ciertos tumores.

Radiaciones malignas, pero necesarias.
Para conectarse existen otros sistemas que permiten disfrutar de internet a través de la red eléctrica.

¿Qué dice la OMS?
Ha clasificado oficialmente este tipo de radiaciones como posible cancerígeno.

Si sumamos las radiaciones de los wi-fi de un edificio, debemos estar todos fritos.
Mi consejo es utilizar cable. Ya hay estudios que relacionan la hiperactividad, las cefaleas y el mal dormir infantil con estas ondas. ¿Para qué correr riesgos, si existen tecnologías alternativas sin riesgo?

Es el progreso.
En todo caso, hay que apagarlo por la noche, es lo mínimo.

¿Qué le llevó a dedicarse a estos temas?
Hace doce años, junto a un refugio de perros y gatos, en medio del campo, instalaron una antena de telefonía móvil. Me llamaron porque los animales estaban muy nerviosos, se autolesionaban y querían escapar.

¿Ganó el caso?
Sí, no tenían ni permiso. El siguiente caso, hace diez años, fue el del colegio García Quintana de Valladolid, en el que estaba personalmente implicado.

¿Sus hijos?
Sí. Hubo cinco casos de leucemia. Cerca del colegio había un edificio plagado de antenas de telefonía en la azotea. Presentamos un escrito al Ayuntamiento explicando que había estudios que vinculaban la leucemia infantil con la radiación electromagnética. Queríamos saber la potencia de esas antenas.

El alcalde debió de preocuparse.
Se negó a recibirnos, dijo que éramos "unos padres histéricos". Pusimos una querella criminal por una supuesta prevaricación y contra las operadoras por contaminación ambiental. Ganamos, pero una niña murió.

¿Ha ocurrido en otros colegios?
Ahora mismo en un colegio de Pinto, en Madrid, hay varios casos, y en el Dos Hermanas, en Sevilla, hay cuatro casos.

Mala solución tienen, si queremos hablar por teléfono.
Se están investigando tecnologías alternativas de telefonía móvil sin microondas en Japón y EE.UU. Mientras, hay que utilizar el móvil con cautela, con el altavoz o con aparatitos que evitan las radiaciones, porque si te lo pones en el cerebro eres tú la antena.

Empiezan a aparecer casos de hipersensibilidad a las ondas electromagnéticas.
Y ya hay una sentencia que concede una incapacidad por ello, la Seguridad Social va a pagar a esa persona una pensión de por vida. Es el primer caso, pero me temo que va a haber muchos más.

La potencia que emiten estos aparatos ¿está controlada?
España permite 400 microvatios por centímetro cuadrado. Castilla-La Mancha, 0,1 microvatios; Catalunya, 200. En Nueva Zelanda, el nivel permitido es de 0,01, y en Nueva Gales del Sur, Australia, 0,001. Es como decir que en un lugar se puede ir a 200 kilómetros por hora y en otro a 100.000.

¿Y no tienen problemas de cobertura?
No. Entonces, ¿por qué someter a la población a tanta potencia si no se necesita? La normativa española no protege en absoluto a los ciudadanos, los niveles son muy altos, y si quisiéramos saber qué cantidad de radiación estamos recibiendo, sólo lo conseguiríamos poniendo una denuncia.

Uf.
No existe un sistema de control permanente y fiable que permita a los ciudadanos saber en todo momento las radiaciones a las que están expuestos.

Sería necesario.
La contaminación electromagnética se está incrementando a pasos de gigante en muy poco tiempo y no sabemos qué va a pasar, probablemente lo sepamos cuando las consecuencias sean irreversibles. La propia UE está instando a los estados a que reduzcan los niveles. Hoy se estipula que por encima de 0,1 hay peligro de daño sobre la salud.

¿Alguna iniciativa ciudadana?
La Universidad Politécnica de Madrid ha ideado un sistema de control permanente y de acceso libre para todos los ciudadanos de Leganés a través de internet y de una pantalla gigante en el Ayuntamiento.

¿En qué punto está?
Las operadoras pusieron un recurso, y se dictaminó la suspensión cautelar. Yo defiendo a la federación de vecinos, y hemos recurrido. Esperemos que estos sistemas se generalicen, porque los ciudadanos tenemos derecho a saber.

Fuente:

La Vanguardia

4 de octubre de 2011

Martin Asplund: “No encontramos el litio que debería estar ahí tras el Big Bang”

¿Dónde se fabrican los elementos químicos del Universo? Los astrofísicos conocen la respuesta en términos generales, pero tratan de atar los cabos sueltos, como el misterio del litio que no aparece en las observaciones o el origen de metales como el oro o el hierro. El co-director del Instituto Max Planck de Astrofísica, Martin Asplund, tiene algunas pistas para resolver este enigma.


El origen de los elementos que forman nuestro Universo sigue presentando algunas incógnitas. De acuerdo con la teoría del Big Bang, en los primeros instantes se formaron grandes cantidades de hidrógeno, helio y algo de litio, y el resto de elementos se formó posteriormente en esas grandes calderas nucleares que son las estrellas. Pero las observaciones no encajan del todo con las predicciones y los astrónomos no encuentran el litio en las cantidades previstas ni conocen a ciencia cierta cómo se produjeron algunos metales como el oro o el hierro.

Martin Asplund, uno de los directores del Instituto Max Planck de Astrofísica, es uno de los científicos más jóvenes y con más proyección en este terreno. Él y su equipo trabajan en el análisis de la composición química de las estrellas y en la búsqueda de planetas similares a la Tierra. Este lunes ha ofrecido una conferencia en la Fundación BBVA sobre "El origen cósmico de los elementos" y ha dedicado unos minutos a responder a nuestras dudas.

Pregunta. Lo suyo es un trabajo de detectives…

Respuesta. La verdad es que es muy emocionante porque es como completar un puzle. Tienes trozos de información y tienes que combinarlos para conocer cuál fue el origen y la evolución del Universo desde el Big Bang, cómo se formó la Vía Láctea o el Sistema Solar. Pero es complejo. Completas la información usando los mejores telescopios disponibles y debes adaptarlo a diferentes modelos para conocer cómo las estrellas han formado los distintos elementos a partir de su luz. Es una combinación muy interesante.

P. Pero hay algunas piezas del puzle que no encajan todavía...

R. Sí, uno de los ejemplos es el litio en las estrellas viejas. El litio de las estrellas más antiguas, las primeras que se formaron en el Universo, debería reflejar la materia que fue creada en el Big Bang. El modelo predice que se produjo hidrógeno, helio y un poco de litio, pero no vemos el litio que deberíamos observar. En realidad encontramos como tres veces menos de lo que cabría esperar. La pregunta entonces es si está mal el modelo del Big Bang y habría que modificarlo o si podría ser que el litio se destruye dentro de las estrellas. Pero los modelos que tenemos no predicen que el litio se destruya dentro de las estrellas, así que podría ser que lo que sabemos sobre cómo funcionan las estrellas no sea completo. Y tenemos que resolver ese problema. Necesitamos una fotografía más amplia para conocer mejor los modelos y cómo se produjeron los elementos.

P. En las enanas marrones el litio se observa en la superficie, ¿puede que el litio que falta haya sido destruido en el núcleo de las otras estrellas?

R. En una estrella como el sol las convecciones hacen que en la parte interior la temperatura sea tan alta que la existencia de litio está descartada. Pero hay otra serie de reacciones que hacen que el interior se mueva como agua hirviendo. Lo que vemos es la superficie de las estrellas, no el núcleo ni el litio que ha sido destruido. La cuestión es cuánto se acerca el litio hasta el núcleo, y los modelos que tenemos predicen que las estrellas, en esta zona convectiva, no generan suficiente calor para destruir el litio. Es una gran pregunta que debemos resolver.

P. Pero existen otras hipótesis para explicar esa ausencia, como el hallazgo de nuevas partículas…

R. En los primeros diez minutos después del Big Bang, con una temperatura y una densidad inmensamente altas, se generó mucha materia bariónica, materia normal, protones y neutrones... Cuánto litio se creó después de esto depende de cuánta cantidad de materia hay en el Universo entero, según el modelo estándar. Pero si hay otras partículas elementales que son predichas por otros modelos como el de supersimetría y la teoría de supercuerdas, algunos podrían descubrirse en los aceleradores de partículas en los próximos años. Si alguna de estas partículas tiene la energía y la masa adecuadas, y hay muchas de ellas, puede que cuando colisionen liberen suficiente energía como para modificar nuestra predicción de cuánto litio se produjo en el Big Bang. Si existen, nos daría una cantidad distinta de litio creado en el Universo. Es muy especulativo pero muy emocionante.

P. ¿Y esto solo se puede ver en colisionadores en la Tierra?

R. Si quieres ver estas partículas directamente tienes que ir a un acelerador de partículas, sí. Si el LHC será suficiente, no lo sé, depende de las propiedades de estas partículas supersimétricas. Lo que podemos intentar es desarrollar mejores modelos sobre cómo funcionn las estrellas y ver si las condiciones del Big Bang deben ser corregidas para ver cómo encajan estas piezas.

P. Pero lo que ustedes dicen no es que la teoría del Big Bang sea incorrecta...

R. Hay tantas pruebas de que el Universo fue creado en el Big Bang que no está en cuestión. Pero nuestra comprensión de las condiciones del Big Bang puede ser modificada. La materia oscura, que constituye buena parte de la materia del Universo, por ejemplo, es todavía una gran desconocida. Una de las teorías de supersimetría apunta a que una de estas partículas podría ser la causa de esta materia oscura. Y puede que esto se combine con las evidencias que tenemos sobre la ausencia de litio. Pero es solo una posibilidad.

P. ¿Y qué pasa con el oro? Hasta hace un tiempo se pensaba que fue creado en las supernovas pero ya no está tan claro...

R. Siempre ha sido un problema saber cómo fueron creados algunos elementos pesados como el oro, sabemos que deben ser producidos por neutrones, y tenemos elementos como el hierro con los que pasa lo mismo. Y los astrónomos suponían que esto podía producirse en una supernova, porque hay muchos neutrones ahí y se liberan inmensas cantidades de energía... Pero todo lo que hemos aprendido de las supernovas, y de cómo se originan, nos indica que no producen mucho oro en absoluto. Y esto ha sido un problema, porque sabemos que el oro existe, pero no sabemos cómo se forma. Hace un par de meses, en mi equipo de investigación propusimos un modelo distinto de cómo se produce el oro: creemos que se formó mediante el choque de dos estrellas de neutrones, que son estrellas increíblemente compactas.... Si dos de estas estrellas están lo suficientemente cerca pueden colisionar y generar tal cantidad de energía y tantos neutrones que serían el ambiente perfecto para que se cree oro. Aún es una hipótesis, pero este modelo parece realista y produce oro.

P. ¿Con qué frecuencia se produciría este fenómeno?

R. Eso no lo sabemos aún. Todavía no hemos visto uno de estos eventos. Éste es el desafío ahora y lo que intentamos entender.

P. La investigación de neutrinos del CERN ha puesto de nuevo el foco en la supernova 1987A, y también fue muy importante para conocer cómo se producen los elementos, ¿no?

R. Sí, porque es la supernova más cercana que observamos en cientos de años y estalló a las puertas de nuestra galaxia, por decirlo de alguna manera. Permitió estudiar en detalle no solo la explosión sino las condiciones de la estrella antes de que explotara. Así que podemos decir qué clase de estrella era antes y esto nos dice mucho sobre la evolución de las estrellas. Podemos ver cuánto níquel fue producido, cuánto oxígeno y comparar con otros eventos. Antes no teníamos una prueba directa de cómo se producían los diferentes elementos y esto nos dio muchísima información y vimos el material saliendo de la estrella después de la supernova. También vimos que los neutrinos llegaron solo unas horas antes de la luz, lo que contradice los resultados del experimento del CERN.

P. ¿Hay alguna manera de saber cuándo explotará la siguiente supernova cercana?

R. Desgraciadamente no, tenemos algunos candidatos, como Betelgeuse, pero no sabemos si sucederá mañana o en mil años o un millón de años… no lo sabemos.

P. Sobre la búsqueda de exoplanetas, ustedes están utilizando lo que sabemos sobre el Sol para guiarse. ¿En qué consiste este sistema?

R. Éste es un avance muy reciente. Estamos comparando estrellas que parecen idénticas al Sol y buscando sutiles diferencias en la composición química. Puede que tengan un poco menos de hierro pero la misma cantidad de oxígeno. Una de las maneras de interpretar estas diferencias es que el Sol, cuando se formó, lo hizo a la vez que los planetas y la materia que hay en esos planetas terrestres es la que parece faltar en el Sol si lo comparamos con otras estrellas. Por eso buscamos estrellas parecidas al Sol en busca de estas huellas químicas que faltan. Todavía no hemos podido probar esta teoría, ni detectar uno de estos planetas como la Tierra, pero podemos decir que algunas estrellas han debido formar planetas. Si estamos en lo correcto es una manera completamente diferente de encontrar exoplanetas similares a la Tierra.

P. ¿Cuál cree que será mejor manera de encontrar nuevos exoplanetas en el futuro?

R. Creo que será una combinación de las nuevas técnicas, como la velocidad radial, cuya medición será cada vez será más precisa y habrá más sensibilidad para detectar nuevos planetas. También el trabajo de satélites como Kepler, que permitirá detectar planetas cada vez más pequeños.

P. ¿Qué trabajo hará el satélite Gaia que la ESA lanzará en 2013?

R. Es una misión que tiene multitud de metas pero la principal es trazar un mapa preciso de la Vía Láctea y sus miles de millones de estrellas. Durante mucho tiempo hemos podido ver esas estrellas pero no calcular las distancias. Este satélite podrá ver cómo se mueven estas estrellas de año en año y esto nos dará datos sobre la distancia a la que están. La principal meta es obtener una fotografía completa de posiciones y distancias en la Vía Láctea de forma detallada. También puede encontrar información sobre la composición química y puede que nos permita avanzar en nuestra búsqueda, y también servirá para buscar planetas, para probar la relatividad general… es un proyecto muy emocionante.

P. ¿Nuestro sol es especial?

R. No, no es nada especial, es en todo una estrella normal, la típica estrella en el Universo tiene la masa del sol. No es única en ningún aspecto, salvo en que tiene vida, claro está, aunque no sabemos si en esto es único o no hemos encontrado nada más.

P. Si le entrevistara dentro de diez años, ¿qué le gustaría haber descubierto?

R. Me gustaría haber resuelto este problema cosmológico del litio. Creo que nos permitiría conocer mucho mejor si hay algún problema con el Big Bang o con la formación de estrellas que no entendemos, y lo segundo que me gustaría haber encontrado son señales de, si no vida, de los ingredientes para la vida en uno de estos exoplanetas. Pruebas de la existencia de metano, por ejemplo, que no es prueba absoluta de vida pero es un ingrediente necesario. Sí, me gustaría encontrar este tipo de ingredientes en los próximos diez años.

Fuente:

La Información

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