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24 de octubre de 2018

Los microplásticos ya han llegado al intestino humano

Un estudio piloto demuestra que las heces de personas de varios países contenían partículas de una decena de plásticos.

Muestras de heces de personas de países tan distantes y distintos como Reino Unido, Italia, Rusia o Japón contenían partículas de policloruro de vinilo (PVC), polipropileno, tereftalato de polietileno (PET) y hasta una decena de plásticos diferentes. Aunque se trata de un estudio piloto con un grupo reducido de personas, la diversidad geográfica de los participantes y de tipos de plástico identificados lleva a los autores de la investigación a destacar la urgencia de determinar el impacto de estos materiales en la salud humana.

Desde los años sesenta del siglo pasado la producción de plásticos ha crecido casi un 9% cada año. Solo en 2015 se produjeron 322 millones de toneladas, según datos de la ONU. Más tarde o más temprano buena parte de ese plástico acaba en el medio ambiente, en particular en los mares: unos ocho millones de toneladas al año. La acción del agua, los microorganismos y la luz solar van degradando el plástico hasta reducirlo a pequeñas partículas de unas pocas micras de longitud (una micra equivale a la milésima parte de un milímetro). Algunas son tan pequeñas que el plancton microscópico las confunde con comida. Hasta hace poco, las microesferas presentes en diversos productos de cosmética no necesitaban de la erosión para ser un problema, pero su progresiva retirada de los productos está minimizando su impacto.

El resto de la historia es conocido: el pez grande se come al chico. Era cuestión de tiempo que el plástico creado por los humanos volviera a ellos. El estudio, presentado este martes en un congreso de gastroenterología que se está celebrando en Viena (Austria), contó con la participación de ocho voluntarios de otros tantos países, entre los que están, aparte de los citados, Finlandia, Polonia, Países Bajos y la propia Austria. Durante una semana tenían que comer y beber lo de siempre, anotando todo lo que ingerían, si era fresco o el tipo de envase que contenía los alimentos. Al cabo de ese tiempo, investigadores de la Universidad Médica de Viena y la agencia estatal para el medio ambiente del país alpino tomaron muestras de sus heces.

Los resultados muestran que, de los 10 plásticos buscados, encontraron nueve de ellos. Los más comunes fueron el propileno, básico en los envases de leches y zumos, y el PET, del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico. La longitud de las partículas oscilaba entre las 50 y las 500 micras. Y, de media, los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal. Por el diario que llevaron los participantes, se sabe que todos consumieron algún alimento envasado y al menos seis comieron pescado. Pero la investigación no pudo determinar el origen de las partículas halladas en las muestras.

"Es el primer estudio de este tipo y confirma lo que veníamos sospechando desde hace tiempo, que los plásticos acaban llegando al intestino", dice en una nota Philipp Schwabl, gastroenterólogo y hepatólogo de la Universidad Médica de Viena y principal autor del estudio. "Aunque en estudios en animales la mayor concentración de plásticos se ha localizado en el intestino, las partículas de microplástico más pequeñas pueden entrar en el torrente sanguíneo, el sistema linfático e incluso alcanzar el hígado", añade, concluyendo que urge investigar para saber "lo que esto implica para la salud humana".

Un informe de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) de 2016 recopilaba los datos sobre presencia de microplásticos en la vida marina: hasta 800 especies de moluscos, crustáceos y peces ya saben lo que es comer plástico. Aunque la gran mayoría de las partículas se queda en el aparato digestivo, parte del pescado que se descarta al comerlo, existe el riesgo de ingestión en el caso del que se coma entero, como mariscos, bivalvos o peces más pequeños. También, un estudio publicado por Greenpeace la semana pasada mostraba que, en particular en Asia, la gran mayoría de la sal marina de uso doméstico contenía microplásticos.

Pero la pregunta que la ciencia aún debe responder es a partir de qué cantidad ingerida el plástico puede ser un problema para la salud humana. Aquí, hay dos riesgos, por un lado el impacto de la presencia física de las partículas plásticas y, por el otro, la posible toxicidad de sus componentes químicos. El pasado verano, investigadores de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) publicaron una revisión de lo que se sabe sobre los microplásticos en el mar y sus posibles riesgos para la salud humana. Uno de los estudios estimó que los humanos pueden tragarse hasta 37 partículas de plástico al año procedentes de la sal. No parece una gran cantidad y menos si acaba expulsada del cuerpo. Pero también recogen que un buen aficionado al marisco podría comerse hasta 11.000 partículas en un año.

Fuente: El País (España)

12 de septiembre de 2018

Cataki: una app que permite a recolectores de basura informales ganar dinero en Brasil

En Brasil, solo el 3% de la basura municipal se recicla. 

El resto, depende del trabajo de los más de 400.000 recolectores informales de basura, que recorren las calles de las ciudades en busca de cartón, plásticos y botellas para revender.

Aunque brindan un gran servicio a la comunidad, su trabajo es, por lo general, ignorado.

Mundano, un artista y activista social de Sao Paulo, diseñó una aplicación (Cataki) para revalorizar la tarea de los recolectores de basura.

La app pone en contacto a los recolectores con las personas que quieren deshacerse de su basura y alienta a sus usuarios a pagar por el servicio.

Rosa le contó a la BBC cómo este método le permitió transformar su trabajo en una fuente de ingresos estable y segura.-. Vea el video:



Fuente: BBC Mundo

21 de agosto de 2018

Inventan en Rusia un cañón láser para destruir basura espacial

Los científicos proponen desarrollarlo a partir de un telescopio instalado en tierra y no en una estación espacial.

Ingenieros de un consorcio instrumental que forma parte de la Agencia Espacial Rusa Roscosmos están desarrollando una tecnología para eliminar la basura espacial, abundante en la órbita, por medio de un láser. Un informe de la corporación al respecto ha llegado a la Academia de Ciencias de Rusia, informa RIA Novosti.

La idea inicial era instalar un láser para dispararlo contra dichos residuos desde la Estación Internacional Espacial, recuerda la fuente. Fue impulsado por científicos japoneses y sus colegas de Europa y Rusia también aportaron posteriormente a su desarrollo. Sin embargo, esta vez los científicos rusos optan por un sistema instalado en tierra.

El informe recomienda desarrollar un "sistema localizador óptico con uso de un láser de cuerpo firme y un módulo de transmisión-recepción óptico adaptivo". Se propone reconvertir en un "cañón láser" el telescopio óptico de 3 metros de diámetro que se está construyendo en el Centro Titov de Óptica Láser de Altái. La función de este telescopio hasta el momento ha sido monitorear los movimientos de los satélites y la basura espacial que les podría amenazar.

Para el suministro eléctrico del cañón se estiman dos modificaciones de osciladores de estado sólido diseñados por la Universidad de Tecnologías de Información, Mecánica y Óptica (ITMO, por sus siglas en ruso) de San Petersburgo.

Fuente:

RT en español

20 de mayo de 2018

El reciclaje, la gran asignatura pendiente de Hong Kong

La ex colonia británica no tiene capacidad para dar salida a las toneladas de desperdicios que acumula tras la prohibición de China de importar ciertos residuos a su territorio.

Parece impensable que en una de las urbes más modernas del mundo, el ciudadano de a pie encuentre multitud de trabas a la hora de hacer algo tan común en sociedades desarrolladas como reciclar. En Hong Kong, una metrópoli con más de siete millones de habitantes, hay muy pocos puntos de reciclaje y, además, son minúsculos. Cuatro recipientes de colores -azul para el papel, naranja para el plástico, amarillo para las latas y plateado para el orgánico-, son el único refugio para la ingente cantidad de envases o latas que cada familia genera en un día. Peor aún lo tienen el vidrio, las pilas y baterías o los aceites, cuyo procesamiento apenas tiene cabida en un lugar en el que los cubos de desperdicios en cada casa son un poema de materiales entremezclados. Por si fuera poco, a esta insostenible situación hay que sumarle en este 2018 un nuevo reto: la prohibición por parte de China de importar a su territorio ciertos materiales para reciclar, principal salida de la ex colonia británica para deshacerse hasta ahora de lo poco que llegaba a estos contenedores multicolor.
Hasta el año pasado, Hong Kong exportaba más del 90 por ciento de sus desechos reciclables a China, además de servir como puente para reexportar al territorio chino continental los residuos que otras naciones enviaban hasta la ciudad de los rascacielos. Sin embargo, esto cambió a finales de 2017 cuando los efectos de la prohibición de Pekín, -que ya no permite importar 24 tipos de residuos sólidos bajo la premisa de proteger su medio ambiente- comenzaron a hacer mella en esta región administrativa especial. Desde entonces, las autoridades de la ciudad se han visto sobrepasadas y en los muelles se han acumulado montañas de periódicos, cartón y otros desechos de oficinas. Otros materiales como el plástico han corrido peor suerte y han acabado en los vertederos de la ciudad, echando por tierra el buen hacer de algunos hongkoneses.

Lea el artículo completo en:

27 de abril de 2018

España: ¿Cómo cuidar el mar desde dentro?

El sector pesquero se moviliza por la salud de las aguas y traza un plan contra la contaminación marina.

Si usted fuera una tortuga, tendría un 60% de posibilidades de enredarse en una anilla de plástico y perder una de sus patas. Ese es el porcentaje de estos animales que llegan maltrechos a uno de los centros de recuperación de fauna silvestre más activos de España. El dato lo ofrece Raquel Orts, directora general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), e ilustra el alarmante problema de salud que padece el medio acuático y sus habitantes.

"La diversidad de efectos de las basuras marinas sobre organismos y ecosistemas es equivalente a la diversidad de los residuos que encontramos en el mar", amplía Orts. "Se han documentado impactos por ingestión y enredo en invertebrados, peces de todas las tallas, aves, tortugas, y hasta grandes cetáceos". Causas que en España amenazan a 77 especies de peces y en el mundo cerca de 8.000, según estima la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los expertos llevan tiempo advirtiéndolo: el mar se ha convertido en un "enorme cubo de basura", y sus habitantes merman al mismo ritmo que proliferan los desperdicios, que en apenas 30 años, según la Fundación Ellen MacArthur, superarán en número a las criaturas oceánicas. A esta película de terror ambiental asisten en primera fila los pescadores, un colectivo para el que la salud del medio es vital, como han manifestado en muchas ocasiones. Por ello, con la economía circular como telón de fondo –el paso del usar-tirar a la renovación de los desechos– y las estrategias marinas que marca Bruselas en el horizonte, el sector mueve ficha por la salud del mar. Y lo hace desde dentro.

El artículo completo en:

El País (España)

La isla de basura del Pacífico ya tiene tres veces el tamaño de Francia

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.  


La gigantesca isla de basura en el Océano Pacífico está creciendo a gran velocidad, según una nueva investigación publicada en la revista Nature

De acuerdo al estudio, esta área de residuos que se expande por un 1,6 millones de Km2 —es decir, casi tres veces el tamaño de Francia— contiene cerca de 80.000 toneladas de plástico.

Esta cifra es 16 veces más alta de lo reportado anteriormente.

Un lugar específico dentro de esta área tiene, además, la mayor concentración de plástico jamás registrada.

"La concentración de plástico está aumentando. Creo que la situación está empeorando", señaló Laurent Lebreton, autor principal del estudio de The Ocean Cleanup Foundation en Deltf, Holanda.

"Esto pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas para detener la llegada de plásticos al océano y para limpiar el desastre existente". 

La basura se acumula en todos los océanos, pero la mancha más grande es la que está en el Pacífico, entre Hawái y California. 

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.

Cantidad "impactante"

Los investigadores utilizaron botes y aviones para mapear esta zona en el norte del Océano Pacífico, donde las corrientes rotativas y los vientos hacen que converjan los desechos marinos, incluyendo el plástico, las algas y el plancton.

El trabajo, que se realizó a lo largo de tres años, mostró que la contaminación por plástico está "aumentando exponencialmente y a un ritmo más veloz que el agua circundante", dijo el equipo internacional de investigadores. 

Los microplásticos representan el 8% del total de la masa de plástico flotante. 

De los 1,8 billones de trocitos de plástico, algunos son más grandes que los microplásticos, incluidos pedazos de redes de pescar, juguetes e incluso un asiento de inodoro.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

15 de abril de 2018

España: Un cachalote muere en España porque en su interior había 30 kilos de basura

El cetáceo ingirió desde redes para pescar hasta bolsas y un bidón de plástico. 


Mares tóxicos

El cachalote que el pasado febrero apareció en la costa sudeste de España murió por la ingesta de 29 kilos de basura, según ha informado la organización Espacios Naturales Protegidos de la Región de Murcia.

Ese joven cetáceo macho de 10 metros de largo y 6,5 toneladas de peso apareció varado en Cabo de Palos y albergaba en su intestino diferentes objetos, desde redes para pescar hasta bolsas, sacos de rafia y un bidón de plástico. 

Todos estos residuos causaron graves daños al intestino del animal, que sufrió una inflamación de las paredes internas del abdomen o peritonitis.

A raíz de este acontecimiento, esa comunidad autónoma española puso en marcha una campaña destinada a limpiar sus playas y concienciar a la población para que disminuya el consumo de plástico, entre otras prácticas.

200 kilos de basura por segundo

Este caso pone de relieve el hecho de que los mares del planeta se han convertido en vertederos de plástico y sus pobladores cada vez más son más vulnerables ante esa contaminación. 

La ONG Greenpeace asegura que cerca de ocho millones de toneladas de botellas, envases y otros desechos de plástico terminan en el océano cada año. Otros datos que maneja esa organización indican que:
  • Cada segundo se vierten al mar más de 200 kilos de basura.
  • Se estima que las aguas de la Tierra albergan entre 5 y 50 billones de fragmentos de plástico, sin contar las piezas que se encuentran en el fondo marino o las playas.
  • El mundo tiene cinco grandes islas de basura compuesta por plástico: dos en el Pacífico, dos en el Atlántico y una en el Índico.
Fuente:

RT en español

21 de octubre de 2017

Kenia sancionará el uso de bolsas de plástico con multas de hasta 38.000 dólares y penas de prisión C


Nairobi es una de las capitales africanas que más población concentra, entre 3,5 y 6 millones de personas -según distintas fuentes-, donde la mayoría vive en guettos con condiciones de salubridad pésimas y con una acumulación de residuos que se ha convertido en parte de su paisaje. Pero estas montañas de desechos, donde los plásticos juegan un papel esencial y sirven de improvisados retretes, no es exclusiva de Nairobi, sino que ocurre en todo el país y en las naciones vecinas. Las idílicas playas de la costa pierden su atractivo si no se escoge el encuadre correcto de la cámara. Las arenas blanquecinas y las aguas turquesa acompañadas de erizos o de estrellas de mar pronto se pueden convertir en reductos de bolsas de plástico y todo tipo de basuras.

Conscientes del problema que los plásticos y otros residuos no biodegradables están causando en el medio ambiente, Kenia comenzaba el lunes 28 de agosto su tolerancia 0 con las bolsas de plástico. Se une así a otros países africanos como Ruanda, Mauritania, Etiopía y Uganda que prohibieron o restringieron su uso. No será fácil, pues el gobierno es consciente de que se trata de un país que abusa sobremanera de ellas. En la mayoría de los supermercados y puestos ambulantes las bolsas de plástico se han dado de forma gratuita y sin escatimar en número. Un consumo que el medio británico BBC estima en 24 millones de bolsas de plástico al mes en todo el país.

No es la primera vez que Kenia trata de poner en marcha esta ley. En los últimos diez años se han llevado a cabo hasta tres intentos que nunca habían salido adelante. Pero parece que a la tercera va la vencida, y el gobierno está decidido a ir hasta el final. La normativa dice que cualquier persona que venda, fabrique o lleve bolsas de plástico podrá sufrir multas de hasta 38.000 dólares o penas de prisión de hasta cuatro años, una medida que para muchos resulta excesiva, teniendo en cuenta que muchos kenianos sobreviven con menos de 80 dólares al mes.

Fuente:

El Mundo Ciencia

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