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1 de julio de 2014

Producción de software: De Silicon Valley a Silicon Arequipa

Fabricantes internacionales voltean a mirar el talento arequipeño para la producción de softwares.


Érase una vez un soleado valle a la sombra de un volcán en donde las ideas fluían en códigos binarios y se creaban maravillas, aunque pocos las vieran. Érase un escondite que quiso saltar a la fama antes de la última crisis financiera, en el 2007, bajo el nombre de Mistisoft. Se trataba de una fábrica de software desbordada en más de 10 mil m² al pie del volcán que cumplía con lo soñado durante cuatro décadas. La respaldaba desde Apesoft (Asociación Peruana de Productores de Software) hasta el Gobierno Regional y prometía ser semillero para 300 empresas con el triple de mano de obra y generar US$100 millones en exportaciones.

El sueño no despegó del papel, tal como ha sucedido con otras iniciativas similares del sector en los últimos 10 años, recuerda Rolando Liendo, quien en aquel entonces era presidente de Apesoft y gerente de la fábrica de software Lolimsa. Como el camino al infierno, el país está lleno de buenas voluntades que abarcan desde montar un Valle de la Tecnología en Huancayo hasta la ciudad del software en Lurín. Aunque eran pocos los millones requeridos, el visto bueno final nunca llegaba.

No es que el sector no sea dinámico, pero le falta mucho para concretar ese sueño de tener un Silicon Valley local, afirma David Edery, gerente de exportaciones de servicios de Prom-Perú. En los últimos nueve años, agrega, se ha triplicado la facturación (de US$132 millones a US$ 310 mlls. en el 2013) y cuadruplicado las ventas al exterior (de US$9 millones a US$38 mlls) y todo indica que la curva ascendente seguirá con buen viento, sobre todo al sur. Si no fuera así, en las oficinas de Mountain View de Google no estarían pendientes por capturar a los jóvenes del valle del Misti cuando todavía están en las aulas, resalta Alex Cuadros Vargas, director del Centro de Investigación de Ciencias en la Computación de la Universidad Católica San Pablo. 

“SÍ, QUEDAOS”
 

La fama de talentosos tiene asidero real. El valle de bonito paisaje y suave clima en el que el inca Mayta Cápac dijo a sus guardianes “Ari qhipay” (en castellano: sí, quedaos) es cuna de prestigiosos ingenieros durante décadas. Lo supo el BCP cuando instaló allí una fábrica de software con casi 300 personas para atender procesos a nivel nacional y lo supo la renombrada y gigantesca india TATA, que hace dos años absorbió -y mantiene- la mayoría de posiciones en dicha fábrica para atender al BCP. Y lo reafirma Juan José Miranda del Solar, actual presidente de Apesoft y gerente de Magia Digital, quien acaba de abrir una sede allá para captar al mejor personal y desarrollar proyectos altamente innovadores para ofrecer a todo el mundo.

“No es fácil conquistar el mercado de fuera cuando eres de provincia, pero con talento y esfuerzo lo logras”, aclara María Teresa Vignes Rivera, gerenta comercial de la arequipeña Logicenter, quien asegura que viven compitiendo con lugareños y foráneos, venidos de Silicon Valley, por “atrapar genios”.

Uno de esos extranjeros atraídos por la talentosa calma del valle del río Chili es el empresario de origen indio Sanjiva Nath, quien luego de trabajar 25 años en Silicon Valley decidió asentarse en ese “pequeño secreto informático”. Jean Huertas, consultor en zAgile, la empresa de Nath, explica que comenzaron con un equipo de desarrollo en Chile a través de una profesora arequipeña que residía allá. Al equipo de Chile se sumaron algunos desarrolladores de Arequipa, pero como el equipo chileno no respondió a lo esperado optaron por establecer el centro de desarrollo en Arequipa. Llevan ya siete años trabajando con este equipo al que consideran de buen nivel técnico, alta motivación para resolver problemas complejos, gusto por el trabajo y autodidactas.

Opinión parecida tiene David Chandler, padre de cinco pequeños, quien dejó su puesto en Google para mudarse al pie del Misti y acaba de fundar una empresa de desarrollo móvil y web TurboManage. Además del buen nivel de la mano de obra, apunta, lo atrajo el poco tráfico y el clima, porque sufre de asma.

“¿Cómo no venir si el nivel académico es alto y el costo por hora de programación acá está entre los US$30 y US$60 mientras que afuera supera los US$90?”, se pregunta María Teresa Vignes, quien junto a su esposo ha logrado llevar una solución que crearon para la Caja de Arequipa a casi todas las Cajas del Perú.

María frunce el ceño, recelosa, ante la llegada de fábricas de software españolas, chilenas y brasileñas al país, no solo porque la mano de obra escasea sino porque como ‘provincianos’ les cuesta mucho cruzar las fronteras. “La primera vez que postulé para exportar me dijeron que no y se me salió el Misti”, recuerda luego de enumerar sus intentos por ingresar a Chile y Colombia. Si mudar su oficina comercial a Lima les fue difícil porque no los tomaban en serio (“existe el prejuicio de que ser tres veces más barato te vuelve menos eficiente”) llegar al exterior lo es mucho más.

Pero no son los únicos que sufren. Los deseos que tienen las cerca de 50 empresas arequipeñas activas de ser al menos como Lolimsa que exporta a siete países -o, por qué no, como Facebook- también los tienen las ‘startups’ limeñas, que tampoco la tienen fácil. Franco Paolo Carranza, el fundador e-interactiva, se pasó varios años “dándole al teclado roto” hasta lograr una solución con demanda internacional la cual, en dos años, le está permitiendo quintuplicar sus ventas, relata Luis Torres, quien trabaja en Ángel Ventures Perú buscando financiamiento para estos emprendimientos. Y un sentir parecido tiene Juan Huapaya, gerente general de Software Enterprise Services (SES), quien cuenta que se necesita “suerte”, entendida como oportunidad para ser oído, sumada a capacidad técnica y un modelo de negocio exitoso para poder salir adelante en este país.

¿UN VALLE DE SILICIO?
 

“Siempre es posible soñar, pero hay que hacerlo con los pies en la tierra. El Perú por sus propios medios nunca será un Silicón Valley y es bueno no pretender compararnos con ellos”, afirma categórico Guillermo de Vivanco, director de Ángel Ventures Perú. Lo respaldan los analistas del mercado Fernando Grados (Dominio Consultores) y Federico Amprimo, quienes afirman que hay mucho por hacer para convertirnos en un ‘hub’ tecnológico que  provea al continente o al mundo. “Brasil, Chile, México... todos sueñan con ser el Silicon de la región, pero copiar y pegar no es el camino”, categoriza Amprimo.

Franklin Marcelo, director de Interfono, asegura que Silicon Valley es consecuencia de una serie de oportunidades bien aprovechadas y responde a todo un ecosistema basado en invertir en lo que no es seguro y luego de muchos errores hallar una idea brillante. Podemos observar el modelo y empezar a cambiar nuestra forma de trabajar, pero tomará décadas lograrlo, asegura. “Venimos de décadas de una administración de pobreza: no existía el manejo de excedentes. Hay que cambiar el chip para saber gastar capitales de riesgo”, advierte Ricardo Fernández, gerente país de IBM, quienes aunque tienen la fábrica más grande del país (mínimo 500 posiciones) no califican como proveedor internacional de IBM.


No está mal soñar en ser un gran proveedor mundial, advierte Fernando Grados, pero para concretar ese ideal se necesita un Estado decidido a apoyar la iniciativa. Además, falta pasar del interés a la decisión de montar un verdadero ecosistema (que involucra a empresas y academia) para promover empresas de alto impacto que atraigan a los fondos de capital de riesgo, añade Guillermo de Vivanco.

A nivel empresarial, apunta Alfredo Gama, director de la comunidad Arequipa Valley, se necesita que las empresas se involucren más y compartan conocimientos con los chicos. A nivel académico, agrega Alex Cuadros, se trata de profundizar en la capacidad de crear (y no solo aprovechar) tecnología.

¿Debe ser Arequipa la ciudad elegida para nuestro ‘hub’ tecnológico? Para empezar, los bajos costos y el estilo de vida calmado lo ponen entre los favoritos, afirma Vignes. “Sin lugar a dudas, talento arequipeño existe. Y en el campo de aplicaciones móviles, se presenta un nuevo y enorme camino de oportunidades”, agrega Fernando Daza, de Easy Taxi Arequipa. Sumada a esa genialidad oriunda, precisa Cuadros, está el hecho de concentrar dos tercios de los doctores y másters en ciencias de la computación peruanos, quienes están listos para crear y enseñar a crear.


En ese sentido ganar el concurso de Concytec para tener un Centro de Investigación Internacional en Alta Tecnología en Arequipa (ya están en la fase final) sería esencial para lograr el ansiado ecosistema, añade. “Arequipa se ha convertido en una ciudad económicamente importante para el Perú y podría convertirse en un gran centro de desarrollo de soluciones para el mundo y por qué no, para el mismo Silicon Valley”, enfatiza Miranda. No seremos ellos, pero esta nueva versión de Mistisoft que estamos gestando, asegura, es más que viable.
 
Fuente:
 

17 de febrero de 2014

De esta manera los informàticos de la India han conquistado Silicon Valley

Emprendedores de India crearon un 32% de las compañías fundadas por inmigrantes en Silicon Valley entre 2006 y 2012
Inventores del cero, los indios destacan por sus conocimientos matemáticos y su pensamiento abstracto, unas habilidades que les han llevado a despuntar en las nuevas tecnologías, con Satya Nadella como nuevo ejemplo.

El CEO de Microsoft se une a otros ingenieros indios que han triunfado en EE.UU.: Vinod Dham creó el procesador Pentium, Sabeer Bhatia es el padre de Hotmail, Vinod Khosla fundó Sun Microsystems y Padmasree Warrior ocupa uno de los puestos más altos de Cisco. Son los casos más conocidos, pero en Silicon Valley trabaja un gran número de informáticos indios que se abren paso con éxito.

De acuerdo con un estudio de las universidades de Duke, Berkeley y Stanford, emprendedores indios crearon un 32% de las compañías fundadas por inmigrantes en Silicon Valley entre 2006 y 2012, más que los chinos, británicos, japoneses y canadienses juntos. No siempre fue así: en la década de los 40 y 50, los indios ocupaban puestos bajos en las jerarquías de las compañías tecnológicas.

Desembarcar en EE.UU.

Pero en los 70 y 80 comenzaron a desembarcar en Estados Unidos licenciados de los prestigiosos centros del Instituto de Tecnología de India (IIT), creados a partir de 1950 e impulsados posteriormente por el primer mandatario indio, Jawaharlal Nehru. La intención de Nehru era minimizar la dependencia india de la tecnología y la ciencia de los países occidentales, en especial de Estados Unidos, de acuerdo con el historiador Ramachandra Guha.

Pero los ingenieros e informáticos de los IIT huían de una India empobrecida con pocas oportunidades económicas y el país estadounidense era un Dorado donde podían desplegar sus conocimientos y sus habilidades mercantiles. Y progresaron: se estima que una de cada seis «startups» de Silicon Valley fueron creadas por indios y que 30.000 licenciados de IIT trabajan en Estados Unidos, según Patrick French en su libro «India: A portrait».

Bill Gates y el Congreso estadounidense han reconocido los IIT por su «contribución a la innovación en Estados Unidos». Las pruebas de admisión en uno de estos 16 centros es una de las más difíciles del mundo con un millón de estudiantes para 10.000 plazas, lo que supone que solo un 1% consigue un puesto. Esto supone nueve veces más personas por plaza que en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, una de las universidades más prestigiosas del mundo.

Hinduismo, raíz de la abstracción

Pero el romance de los indios con los números precede los modernos centros educativos tecnológicos con la invención del cero -la nada, un concepto muy indio- y el sistema métrico decimal, consecuencia de la larga tradición matemática en el país asiático.

Algunos expertos creen que la capacidad de abstracción de los indios se debe al hinduismo, la religión del 80% de las personas del país, y su carácter simbólico que obliga al pensamiento conceptual. A finales del siglo XIX y principios del XX, el matemático Ramanujan indio sorprendió al mundo con su capacidad con los números a pesar de no tener formación educativa y desarrollar su trabajo en solitario en el sur de la India sin contacto con otros científicos.

Cuando fue «descubierto», Ramanujan fue invitado a estudiar en Cambridge, donde le consideraban un genio y hoy es reconocido como uno de los grandes matemáticos de todos los tiempos. Los informáticos e ingenieros indios no solo han contribuido a la innovación en suelo extranjero, sino que su trabajo es una de las principales exportaciones del gigante asiático.

La industria india de las tecnologías de la información comenzó a fines de los 80, y el llamado efecto 2000 del cambio de siglo acabó por impulsar un sector que hoy se estima que supone un 7,5% del PIB del país asiático y un 25% de sus exportaciones. A pesar del brillante pasado de los informáticos indios, los expertos alertan de que la calidad de la educación técnica está decayendo.

Nuevos alumnos de «calidad inferior»

Un informe de la consultora india Knowledgefaber sostiene que de los 356.000 ingenieros que se licenciaron en la India en 2012 solo un 45% estaba capacitado para trabajar en una empresa india del sector tecnológico. Apenas un 4,5% del total de los licenciados, o uno de cada 20, contaba con la cualificación para trabajar en compañías internacionales como Google, Yahoo o Microsoft.

Narayana Murthy, cofundador de Infosys, una de las mayores compañías indias de tecnologías de la información, afirmó que incluso los nuevos alumnos de los IIT son «de calidad inferior». De momento los ingenieros indios continúan triunfando en Silicon Valley y con Nadella al frente de Microsoft quizás el personal de la multinacional comience a jugar al criquet, el deporte favorito del CEO.
Fuente:

5 de febrero de 2013

Internet público y gratuito: Guerra entre Silicon Valley y la telefonía móvil por el espectro estadounidense


Celular y teclado

Una inmensa red de wifi, capaz de penetrar anchas paredes de concreto, con señal disponible entre cerros y árboles. El sueño de cualquier usuario de internet. Si a eso se le agrega que sea pública y gratuita, pareciera una utopía.

Pero no lo es. A grandes rasgos es el plan que el gobierno estadounidense propone y cuya aprobación la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC según sus siglas en inglés) se encuentra discutiendo por estos días.

Con partidarios, como Google y Microsoft, y detractores, como las principales compañías proveedoras de telefonía celular y banda ancha, la iniciativa ha encendido el debate en el mundo tecnológico estadounidense.

Guerra por un pedazo de aire

Julius Genachowski, presidente de la FCC.

Julius Genachowski, presidente de la FCC e impulsor de la medida.

Pero la verdadera discusión que desató la guerra no tiene que ver con gratuidad, sino con acceso.
La realización del plan está directamente relacionada con la liberación de una porción -195 MHz de la banda de 5 GHz- del espectro electrónico disponible para usuarios sin licencia, un segmento apetecido por las grandes compañías de celulares.

El espectro electromagnético es la distribución energética de ondas electromagnéticas. Por él viajan las ondas de telecomunicaciones, radio y televisión, entre otras.

La discusión no es nueva. Ya en 2008 y justo antes de que el paso de la televisión análoga a digital liberase parte importante del espectro electromagnético, el tema fue materia de debate en el congreso.

Con Obama en el poder, el tema se volvió una prioridad para la Comisión, la cual en 2010 lanzó el National Broadband Plan, el cual buscaba fortalecer y masificar la provisión de banda ancha en todo Estados Unidos.
Hoy volvió a ponerse en el tapete, ya que la decisión se zanjará el 20 de febrero, con el presidente de la FCC, Julius Genachowski, como el gran impulsor de la medida.

Partidarios, detractores y el lobby

La idea tuvo una amplia acogida dentro de proveedores tecnológicos, entre ellos, Google y Microsoft.
Particularmente porque la experiencia indica que el acceso de gente común y corriente a parte del espectro es una de las semillas más claras y potentes para los procesos de innovación tecnológica como la creación de software y nuevos desarrollos, los cuales al mediano y largo plazo terminan por beneficiar a las grandes compañías de Silicon Valley.

Logo de Google

Google es uno de los que está a favor de la medida. Incluso ha liberado internet gratuita en las 20 cuadras coaledañas a su oficina en Manhattan.

"La liberación de espectro sin licencia es un acercamiento vibrante al libre mercado, que ofrece escasas barreras de entrada a los innovadores de desarrollo tecnológico del futuro, y que beneficiará a los consumidores", señaló Julius Genachowski, presidente de la FCC en un mail interno, publicado por el Washington Post.

En esto coinciden los expertos.

"Existe una ganancia en la actividad económica al estimular a los creadores de aparatos, software y apps que está asociada a los usuarios de la plataforma sin licencia", le comenta a BBC Mundo Jeffrey Silva, analista de tecnología y telecomunicaciones de Medley Global Advisors.

Los que no están tan felices son los operadores de telefonía celular y sus proveedores de hardware.

"La verdadera pelea es entre los operadores móviles y los amigos de Silicon Valley", asegura Silva.


Lea el artículo completo en:

BBC Ciencia


16 de octubre de 2012

¿Cuál es el Silicon Valley latinoamericano?


Silicon Valley

Varias ciudades latinoamericanas aspiran a ser un "Silicon Valley" regionales.

Con solo buscar en Google, es fácil verificar que son muchas las ciudades que han sido catalogadas como el Silicon Valley latinoamericano.

Santiago de Chile, Sao Paulo, Medellín y San José son apenas algunas de las ciudades que se precian de haber sido descritas en algún medio con tan codiciada etiqueta.

Silicon Valley, por si no está familiarizado con el término, es el lugar en California, Estados Unidos, donde se han desarrollado y hoy están ubicadas muchas de las más importantes firmas de innovaciones tecnológicas en el campo de la informática.

El caso chileno

La semana pasada, el semanario The Economist publicó una investigación en la que graduaba a Chile como un centro de innovación, al que apoda el "Chilecon Valley". BBC Mundo examina la experiencia chilena y la de otros países de la región que también aspiran a tener grandes capitales tecnológicas.

Para conocer los casos de otros países haga click en los siguientes enlaces:
George Cadena

George Cadena, fundador de Aeterna Sol, es uno de los empresarios del "Silicon Valley" chileno.

"Chile explota el punto débil del Silicon Valley original: el terrible sistema de inmigración de Estados Unidos", dice The Economist.

Las restricciones inmigratorias estadounidenses hacen que sea difícil para muchos extranjeros fundar una compañía o trabajar en ese país. Chile, en cambio, ha abierto sus puertas a quienes buscan innovar en tecnología.

El gobierno chileno tiene un programa, Start-up, que le da la bienvenida a emprendedores extranjeros y ayuda a establecer una compañía con facilidad. Start-up espera haber apoyado a mil firmas para finales del próximo año. Tiene un presupuesto de US$40 millones.

Kwelia, un software para ayudar a los inversionistas de finca raíz a tomar mejores decisiones, Chef Surfing, un servicio de clasificados laborales para chefs, y Kedzoh, una aplicación para entrenamiento en empresas, son algunos de los ejemplos de start-ups que menciona The Economist.

Carlos Cortés, especialista de la Universidad de Palermo, en Buenos Aires, asegura que la ley de neutralidad en internet hace a Chile un caso único en América Latina.

Y Lorenzo Villegas, consultor de comunicaciones colombiano, menciona el hecho de que Google haya decidido basar uno de sus centros de procesamiento de datos en Chile. Google dijo que eligió a Chile debido a su infraestructura fiable y mano de obra calificada.

Tal vez el talón de Aquiles de Chile en este campo, según The Economist, es que los start-ups no nacen en las universidades ni hay suficientes inversionistas locales que los apoyen. Además, así como en otros países latinoamericanos, la economía está dominada por unos pocos grupos de negocios y una burocracia extremadamente conservadora que restringen la innovación, señala el semanario.

clic Lea también: "A Chile en busca del triunfo empresarial, en vez de Silicon Valley"
 
 
Fuente:
 
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