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7 de marzo de 2019

Dime qué edad tienes y te diré cuál es tu autoestima

El aprecio que uno tiene de sí mismo varía con el tiempo y es bueno conocer cómo lo hace.

La autoestima varía con el tiempo y es bueno conocer cómo lo hace, para actuar sobre ella y también ayudar a otros. Pero antes de ver sus fases, hagamos una pequeña matización. La autoestima es subjetiva y no depende ni de las características objetivas de la persona ni de lo que digan los demás. Hay personas a las que las opiniones ajenas no les afectan, y otras, que son terriblemente vulnerables. Sin embargo, como demuestra la ciencia, querernos a nosotros mismos nos ayuda a tener más seguridad para afrontar los retos profesionales o académicos, a sentirnos mejor y a disfrutar de una mayor salud física, emocional y mental. Y algo importante: autoestima no es narcisismo y decirse todo el rato lo maravilloso que uno es. Son cosas diferentes. Mientras que el narcisismo es egoísta y antisocial, al considerar una persona que está por encima del resto; la autoestima es una actitud positiva, que valora también a los demás. Pues bien, hechas estas matizaciones, veamos qué dice la ciencia sobre su evolución en nuestras vidas.

Orth, Erol y Luciano han publicado un artículo que recoge el análisis de 331 estudios sobre la autoestima, lo que equivale a analizar los datos de 160.000 personas a lo largo del tiempo. En dicha publicación se comprueba que la autoestima pasa por distintas etapas, que no depende de la década en que se nace, aunque, lógicamente, podrá variar en cada persona. Veamos las fases que estos investigadores han recogido, con algunas sugerencias de lo que podemos hacer:

- La autoestima mejora hasta los ocho años, gracias a varios factores: la autonomía personal, la sensación de dominar el contexto y la posibilidad de elegir a los amigos. Por ello, podemos deducir que, en la medida en que les demos a nuestros pequeños la capacidad de ser autónomos con lo que les rodea, les ayudaremos a que se sientan mejor con ellos mismos.

- En la adolescencia la autoestima permanece constante, y aumenta a los 15 años. Antes de esta investigación, se pensaba que la transición de la infancia a la adolescencia afectaba a lo que nos queríamos. Sin embargo, parece que no es así, que permanece constante desde los 11 a los 15 en términos generales. Lógicamente, como matizan los autores, “algunos adolescentes pueden experimentar disminuciones en su autoestima debido a cambios en la pubertad, conflictos con los padres y trastornos del estado de ánimo en este período de desarrollo”, pero eso no significa que sea una época de tormenta y estrés en el arte de quererse a uno mismo. Así que vale la pena desmitificar este momento retador para los padres.

- Durante la edad adulta sigue aumentando la autoestima, y esta alcanza el nivel más alto a los 60 y 70 años. Antes se pensaba que a los 50 alcanzábamos el pico de intensidad de querernos a nosotros mismos, pero se ha comprobado que no es así. Que al final de la segunda edad y principios de la tercera, es cuando estamos en nuestro mejor momento. Los motivos son varios: no le damos tanta importancia a lo que se supone que socialmente tenemos que conseguir (éxito, buen trabajo, casa…) y tenemos una mejor capacidad de aceptarnos a nosotros mismos tal cual somos sin necesidad de aparentar nada.

- La autoestima desciende ligeramente a partir de los 70 y hasta los 90, y disminuye de manera más acusada a partir de los 94 años. Sin embargo, los autores reconocen que habría que analizar con más profundidad qué nos sucede a partir de esta edad, porque existen pocos estudios. En la medida en que nuestros mayores tengan más autoestima, mejorará su nivel de bienestar, lo que contribuirá a evitar la aparición de síntomas y trastornos depresivos.

En definitiva, la autoestima humana vive un proceso de U invertida, que comienza en la infancia y alcanza su nivel máximo a los 60-70 años. Será de gran ayuda trabajar nuestra autonomía personal, aceptarnos a nosotros mismos y dejar de querer ser lo que los demás esperan de nosotros. Y como diría Oscar Wilde “amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida".

Fuente: Laboratorio de la Felicidad (El País)

12 de junio de 2018

Las 3 redes sociales favoritas de los adolescentes de Estados Unidos (y ninguna es Facebook)

La salida de Facebook de los adolescentes estadounidenses es cada vez mayor.

La red social creada en ese país está definitivamente dejando de ser del gusto de los más jóvenes, quienes se están mudando a otras plataformas.

El Centro de Investigaciones Pew encontró que solo el 51% de los estadounidenses de entre 13 y 17 años utiliza Facebook, un descenso del 20% comparado con 2015.

La gran ganadora ha sido la plataforma de videos YouTube, que es usada por el 85% de adolescentes de entre esas edades en EE.UU.

Le sigue Instagram con el 72% y Snapchat con el 69%, de acuerdo con la encuesta del Pew.

Twitter, que alguna vez compitió con las grandes, se ha quedado rezagado y ahora solo es utilizada por el 32% de ese grupo de jóvenes.

En cuanto a las 'apps', solo el 10% de los adolescentes que participaron en el estudio dijeron que usan Facebook más que cualquier otra aplicación de redes sociales.

A pesar de que Facebook ha perdido terreno, hay que recordar que la compañía dirigida por Mark Zuckerberg maneja Instagram, por lo que la firma de California aún domina el negocio entre los más jóvenes.

Pero está claro que Google, que gestiona YouTube y Twitter, está ganando un importante terreno.

El artículo completo en:

BBC Mundo

21 de mayo de 2018

José Antonio Marina: «La adolescencia es una etapa privilegiada: el cerebro se rediseña por completo»

A la edad de trece años se produce una segunda oportunidad de aprendizaje que hay que aprovechar, asegura el filósofo.

La adolescencia puede ser una etapa turbulenta, de crisis inevitable, de irresponsabilidad y conductas de riesgo. O no. Para el filósofo y pedagogo José Antonio Marina, esta mala prensa de los jóvenes está agravando el fenómeno en lugar de resolverlo. De hecho estos modelos sociales, advierte Marina, se convierten en profecías autocumplidas por el mero hecho de decirlas. «Si repetimos muchas veces que los adolescentes son ineducables y difíciles de tratar, conseguiremos que lo sean», augura. Su última obra «El talento de los adolescentes», editada por Ariel, viene a unirse a un movimiento incipiente en países anglosajones liderado por psicólogos especializados en esta franja de edad que aboga por cambiar paradigma:«Porque no se adecua a la realidad y porque toma como representación la adolescencia de un 15 por ciento que si son muy conflictivos», advierte. Solo hay que mirar, propone, las encuestas españolas, que nos dicen que más del 80% de individuos en esta franja de edad no tienen ningún tipo de crisis. Es más, describe, «lo pasan bien, se llevan bien con su familia y únicamente tienen la pelea por ampliar los límites normal que se presenta a lo largo de la historia pero que entra dentro de la dinámica clásica de la búsqueda de la independencia inherente a la adolescencia. Diría de hecho que entra dentro de sus obligaciones evolutivas».

—¿En que se basa esta nueva corriente para desmontar los mitos que hay entorno al adolescente?
—Esta nueva corriente aboga por tomar la adolescencia como una nueva segunda oportunidad. Para ello se basa en los últimos descubrimientos de la neurociencia, que hablan de que hacia los 13 años se realiza un nuevo y completo rediseño del cerebro. Es una segunda oportunidad de aprendizaje que tenemos que aprovechar para explicar a los adolescentes que tienen que sacarse el carnet de conducir de su nuevo producto, que es el momento de decidir sobre su personalidad. 

—¿Cómo se toman esta nueva teoría los jóvenes?
—Cuando se lo explicas bien les produce una gran euforia educativa: les damos la razón de que tienen que tomar las riendas de su vida pero tienen que aprender a conducir. Les interesa mucho cuando les hablas de su cerebro. 

—Sin embargo, usted advierte en su libro de que muchos adolescentes piensan a esa edad que ya no pueden cambiar. —Sí, a esa edad ya han forjado la creencia de que «como soy así ya no puedo cambiar», pero precisamente es el momento en el que pueden cambiar y tienen que hacerlo. Y que pueden aprender a pensar mejor, aprender a sentir mejor, aprender a tomar mejor las decisiones y ser más autónomos y por lo tanto a desarrollar su personalidad. Es el momento de la personalidad. 

—¿Cómo pueden ayudar unos padres que también piensan que esta época es difícil?
—Los padres tienen tres grandes recursos: el cariño, la exigencia (tienen que poner limites) y la comunicación, todo ello adaptado a esta edad. No digo que esto último no sea complicado: Necesitan la conexión emocional pero al mismo tiempo la rechazan. Pero una conversación no es somerterle a un interrogatorio. La conexión emocional se hace en primer lugar intentando entender al adolescente y tomando en serio sus intereses y preocupaciones, aunque a los adultos les parezcan absurdas. Son las de ellos. También tenemos que trasladar las nuestras. 

—¿Dónde cometen los padres el mayor error?
—El problema está en que estamos infantilizando la adolescencia. Así lo afirman la mayor parte de los expertos de este momento. Como tenemos miedo a su irresponsabilidad no les damos responsabilidades y a los niños hay que dárselas. La adolescencia no es una etapa biológica, esa es la pubertad. La adolescencia es una creación cultural estrictamente educativa que sirve para permitir que los niños no entren en el mercado de trabajo y tengan un periodo de aprendizaje más amplio. Pero es un periodo que debe ser más riguroso ya que debe servir de adquisición de responsabilidades, de autonomía... que es lo que pide esa edad. No podemos olvidarlo con el pretexto de que son niños peligrosos. Pueden y deben tomar muchas decisiones. 

El artículo completo en:

ABC (España)

8 de noviembre de 2017

Algo está robando el sueño a los adolescentes, y el remedio es muy sencillo

¡Correcto! Los teléfonos celulares con conexión a la red son la causa de que los jóvenes descansen menos tiempo...


Algo está robando el sueño a los adolescentes...

En el análisis de dos grandes encuestas publicado recientemente, los demás coautores y yo misma descubrimos que, entre 2012 y 2015, el número de adolescentes que declaraba que dormía menos de siete horas diarias había aumentado nada menos que un 22%. Los especialistas en sueño coinciden en que los adolescentes necesitan como mínimo nueve horas de sueño nocturno. Sin embargo, en 2015, el 43% de los jóvenes respondieron que la mayoría de las noches dormían menos de siete horas, lo que significa que casi la mitad de los adolescentes estadounidenses sufren una importante falta de sueño.

¿Qué podía haber elevado la falta de sueño en este grupo de edad a esos niveles sin precedentes? Algunos factores se pueden descartar con facilidad. Por ejemplo, vimos que el tiempo que los adolescentes pasaban trabajando, haciendo deberes y participando en actividades extraescolares había permanecido estable a lo largo de esos años.

Sin embargo, entre 2012 y 2015 se había producido un cambio importante en sus vidas: más chicos y chicas tenían móvil propio con conexión a Internet.

El artículo completo en:

2 de mayo de 2015

Chica de 14 años inventa un sistema de purificación de agua que funciona con energía solar

Deepika Kurup, de catorce años de edad, es una brillante científica y una gran conferencista, y su preocupación por el problema del agua es tan genuino que potencialmente moverá masas a tomar acción para cambiar el rumbo de la ecología.


Su idea surgió después de ver a unos niños en la India tomando agua sucia de un charco. A partir de eso, Kurup decidió, en sus palabras, “encontrar una solución a la crisis global de agua”. Su invento gano 25 mil dólares en el Discovery Education 3M Young Scientist Challenge; una competencia de ciencia para estudiantes de quinto a octavo grado (Kurup entró al concurso antes de ingresar a la secundaria).
Deepika Kurup pasó tres meses trabajando en su proyecto, revisando documentos de posgrado acerca de métodos de purificación de agua en lugar de ir de vacaciones de verano. Habló con su tutor de 3M todos los días y examinó independientemente el sistema de purificación en su jardín trasero, utilizando agua contaminada tomada de las instalaciones de tratamiento de aguas negras de Nashua, New Hampshire. Finalmente dio con un sistema que expone al sol el óxido de titanio y el óxido de zinc, creando una reacción química que genera grupos hidroxilos que a su vez matan bacterias dañinas.
En adición al resultado de sus experimentos, Kurup descubrió que en sólo cuestión de unas horas el agua que había sido filtrada por su compuesto –que cuesta alrededor de medio centavo de dólar el gramo— tenía considerablemente menos unidades de bacteria coliforme y de colonias de E.Coli.
A diferencia de los métodos populares de la actualidad para purificar el agua (usando lámparas de UV que requieren energía eléctrica o químicos que hacen que el agua sepa y huela mal), el método de Kurup puede funcionar fuera de la red, generando agua fresca y rica.
Actualmente, después de ganar el concurso, Kurup está interesada en hablar con otras compañías que podrían ayudar a patrocinar su método. “Mi próximo paso es solicitar una patente”, apuntó la niña. “Quiero empezar una organización sin fines de lucro para implementar mi innovación”. Esperemos que el mundo esté escuchando y el increíble ecométodo de Kurup comience a ser efectuado cuanto antes.
Tomado de:

1 de septiembre de 2014

Esto es lo que sabemos del cerebro y la mente del adolescente


cerebro 

Desde siempre hemos considerado que la adolescencia representa una etapa muy problemática de nuestra vida. Y es correcto, aunque solo en parte. La adolescencia representa aproximadamente un tercio de nuestro desarrollo antes de alcanzar el estado adulto. El hecho de que la especie humana dedique tanto tiempo a la adolescencia ha de tener una explicación en términos adaptativos. Los expertos de los años noventa del siglo XX especulaban con la posibilidad de que esta etapa tan larga representara una especie de preparación para llegar a ser adultos con la experiencia suficiente para lograr reproducirnos de manera responsable. En otras palabras, en esa larga etapa aprenderíamos a ser mejores padres, lo que conllevaría una ventaja selectiva para la especie. Al fin y al cabo, el éxito de las especies se mide por su capacidad para dejar descendientes en la siguiente generación.

La adolescencia es un período de cambios muy evidentes en nuestro organismo y en nuestro comportamiento. Durante la adolescencia se producen cambios hormonales significativos de consecuencias muy obvias, la estatura se dispara (sobre todo en los chicos) mediante el llamado estirón puberal y nos alejamos cada vez más de nuestros progenitores con el deseo de independizarnos lo antes posible. Es ley de vida. Los especialistas en el cerebro se han preocupado por saber que sucede en el cerebro de los adolescentes. Está muy claro que la mente de los chicos y chicas de estas edades está experimentando cambios muy importantes. Los pensamientos y el comportamiento de los adolescentes revelan esos cambios.

Hace unos días escribía sobre la ralentización del desarrollo del cerebro, como una adaptación fundamental del género Homo. Los expertos en neurociencias están demostrando que esta ralentización se prolonga hasta bien entrada la veintena. Nuestra larga adolescencia es una buena estrategia para completar el proceso, aunque es necesario entender algunos matices no menos importantes e inquietantes.

Durante la adolescencia el cerebro experimenta una reorganización muy importante de las conexiones neuronales. Perderemos aquellas que fueron necesarias en los primeros años de vida a cambio de conseguir otras muchas imprescindibles para vivir la vida como adultos. Este cambio nos produce cierta desorientación, porque nuestros valores, necesidades, inquietudes, gustos, etc. están cambiando en poco tiempo. Despertamos a una nueva realidad, mucho más compleja que la añorada inocencia infantil, pero a la vez sumamente interesante. Nos comemos el mundo, porque estamos llenos de vitalidad. En no pocas ocasiones, esa pasión resulta en un desenlace fatal. Además, esos cambios pueden degenerar en determinadas enfermedades mentales, como la esquizofrenia. Es el precio que pagamos como especie, aunque suene muy duro. Pero lo más natural es salir triunfantes de la adolescencia, con un mente mucho mejor preparada.

Por otro lado, las prolongaciones nerviosas de todo el cuerpo, incluyendo por supuesto las cerebrales, se irán protegiendo progresivamente con la vaina de mielina que producen ciertas células del sistema nervioso. La consecuencia final será una velocidad de transmisión de los impulsos nerviosos hasta cien veces más rápida. Un cambio nada desdeñable, que suele terminar hacia los 24 ó 25 años Como resultado, habremos conseguido un cerebro mucho más eficaz para enfrentarnos al medio. En definitiva, nuestra especie completa el desarrollo del cerebro ¡casi veinte años más tarde que en los chimpancés! Y lo más interesante es que nuestro cerebro tendrá todavía suficiente plasticidad para seguir aprendiendo durante muchos años, al menos hasta que algún proceso degenerativo termine con esa capacidad. Es por ello que nunca tendríamos que arrojar la toalla en lo que se refiere al aprendizaje. Durante muchos años tendremos posibilidades para crear, innovar, aprender, estudiar, analizar, criticar, opinar o juzgar. Nuestro cerebro nos lo permite, a menos que otros decidan por nosotros.

Tomado de:

Reflexiones de un primate

29 de junio de 2014

Adolescente peruano es uno de los ganadores del Google Science Fair 2014

Wagner Guzmán Méndez, de tan solo 13 años, es uno de los ganadores del premio Google Science Fair 2014 en el área de Medio Ambiente por su proyecto relacionado con el aprovechamiento del agua en la cuenca del Tilacancha-Chachapoyas (Amazonas) a nivel del mundo.


En América Latina se han seleccionando también ganadores en los países de Argentina, Colombia y México, quienes recibirán un premio de US$1,000 cada uno.

El trabajo de investigación de Guzmán aborda dos problemas de la zona: la ausencia parcial del agua potable y el desabastecimiento de este recurso para riego en época de escasez de lluvias, por lo que la propuesta es aprovechar el agua de lluvia a través de un sistema de captación, distribución y uso eficiente en las casas, con alternativas agrícolas rentables.

El anuncio del ganador fue hecho a través de la web oficial de la feria , donde se muestra un mapa interactivo en el que se puede conocer a los 90 finalistas regionales, a los ganadores de los premios locales y a los nominados a los premios “Science in Action” de la revista Scientific American y Computer Science.
 
Fuentes:
 
 

9 de octubre de 2013

¿Y si la adolescencia se prolonga hasta los 25 años?

Joven adolescente

Algunos expertos creen que la sociedad está "infantilizando" a los jóvenes.
Según las nuevas indicaciones que reciben los psicólogos en el Reino Unido, la adolescencia ahora dura hasta los 25 años de edad, para efectos de determinar la manera de administrar tratamientos a los jóvenes.
"La idea de que de repente a los 18 años eres un adulto simplemente no acaba de cuadrar", dice la psicóloga infantil Laverne Antrobus, que trabaja en la Clínica Tavistock de Londres.

"Mi experiencia con los jóvenes es que todavía necesitan una cantidad bastante considerable de apoyo y de ayuda más allá de esa edad", argumenta.

Antrobus cree que a menudo queremos que los jóvenes logren hitos muy rápidamente, pero que ahora "nos estamos volviendo mucho más conscientes y apreciamos el desarrollo más allá [de los 18 años] y creo que es una muy buena iniciativa".

Las nuevas directrices buscan evitar que los jóvenes no queden desamparados por el sistema de salud y educación cuando cumplen 18 años. El cambio llega con la evolución de nuestra comprensión de la madurez emocional, el desarrollo hormonal y particularmente la actividad cerebral.

Tres etapas

Las tres etapas de la adolescencia son:
  • adolescencia temprana - de 12 a 14 años,
  • adolescencia media - de 15 a 17 años,
  • adolescencia tardía - a partir de los 18 años.
La neurociencia ha demostrado que el desarrollo cognitivo de los jóvenes continúa más allá de los 18 años en esta etapa posterior y que su madurez emocional, imagen personal y el propio juicio se verán afectados hasta que la corteza prefrontal del cerebro se desarrolle completamente.

Entonces, ¿son los 25 los nuevos 18?

"Junto con el desarrollo del cerebro, la actividad hormonal también continúa hasta bien entrados los 20 años", asegura Antrobus.

Y añade: "Encuentro jóvenes de 16 a 18 años, en los cuales la actividad hormonal es tan grande que imaginar que se calmará al cumplir 18 es, realmente, un error", sentencia Antrobus.

Para Laverne Antrobus, algunos adolescentes pueden querer quedarse más tiempo con sus familias, ya que necesitan más apoyo durante estos años de formación, y que es importante que los padres se den cuenta de que no todos los jóvenes se desarrollan al mismo ritmo.

Pero, ¿existe algún peligro de que pudiéramos estar criando a jóvenes que se resisten a dejar la adolescencia?

Infantilización

Solíamos pensar que el cerebro estaba totalmente desarrollado en la adolescencia temprana y ahora nos damos cuenta de que el cerebro no detiene su desarrollo hasta mediados de los 20 años o incluso los 30. Hay mucha más información y pruebas de que en realidad el desarrollo del cerebro en varias formas continúa durante toda la vida.

A lo largo de la adolescencia, la forma en que se procesa la información está cambiando drásticamente, y lo que han mostrado nuevas técnicas de exploración nos ha permitido demostrar lo que son los cambios neurológicos.

Esto es particularmente importante en términos de razonamiento social, planificación, y comprensión de la solución de un problema. Así que el cerebro se reorganiza a sí mismo, lo que a su vez significa que las diferentes estrategias de pensamiento se utilizan según el cerebro se asemeja más a un cerebro adulto.

La corteza prefrontal es el área clave que experimenta los cambios más interesantes en la adolescencia, así que si haces estudios de resonancia magnética funcional con niños, adolescentes y adultos, se aprecian diferencias en la forma en que procesan la información. 
Frank Furedi, profesor de sociología de la Universidad de Kent en Inglaterra, dice que hemos infantilizado a los jóvenes y esto ha dado lugar a un número creciente de hombres y mujeres jóvenes que se acercan a los 30 años y aún viven en el hogar familiar.

"A menudo se ha reivindicado que es por razones económicas, pero en realidad ese no es el motivo", dice Furedi. "Hay una pérdida de la aspiración a la independencia y salir adelante por propia cuenta. Cuando yo estaba en la universidad, habría sido una 'muerte social' que se le viera a uno con sus padres, mientras que ahora es lo normal", cuenta.

"Este tipo de cambio cultural significa básicamente que la adolescencia se extiende hasta más allá de los 20 años y creo que la psicología, de forma inadvertida, refuerza ese tipo de pasividad, impotencia y falta de madurez y lo normaliza".

Furedi añade que esta cultura infantilizada ha intensificado la sensación de "dependencia pasiva", que puede dar lugar a dificultades en las relaciones entre adultos maduros.

"Hay un número creciente de adultos que ven películas infantiles en el cine", dice Furedi. "Si nos fijamos en los canales de televisión dirigidos a menores en Estados Unidos, el 25% de los espectadores son adultos en lugar de niños".

Dejar el nido

Furedi no cree que el mundo moderno sea mucho más difícil para los jóvenes.

"Creo que, no es que el mundo se haya vuelto más cruel, sino que retenemos a nuestros hijos desde una edad muy temprana. Cuando tienen 11 ó 12 años no los dejamos salir solos y cuando tienen 14 ó 15 años los aislamos de las experiencias de la vida real. Además, tratamos a los estudiantes universitarios como solíamos tratar a los escolares, por lo que creo que es ese tipo de efecto acumulativo de infantilización el responsable de esto".

Pero, ¿deben los padres alentar a los adolescentes a contruir su propio camino en el mundo?

La serie de televisión "Girls" (chicas) cuyo personaje principal, Hannah Horvath, lucha cada día con las contradicciones de la edad adulta, ha capturado el espíritu del momento.

Los padres de Hannah cortaron su financiación y de repente debe vivir por su cuenta y lidiar con sus "20 años", cometiendo sus propios errores.

Las protagonistas de la serie Girls

¿Deben los adolescentes buscarse la vida por su cuenta como ocurre en la serie Girls?
Uno de los tradicionales ritos de paso a la edad adulta siempre fue salir de casa, pero la experta en propiedad raíz Sarah Beeny dice que los adolescentes no tienen que salir de la casa de los padres con el fin de aprender a ser independientes y hay enormes ventajas de que varias generaciones convivan juntas.

"La solución para no tener inútiles de 25 (e incluso) 30 años viviendo en casa no está en echarlos, sino en que ellos laven su propia ropa, ayuden a pagar la renta, las facturas, asuman la responsabilidad de la limpieza de su habitación...", dice Beeny.

Pero, ¿existen los adultos?

Con la adolescencia tomando mucho más tiempo del que pensábamos, ¿cómo vamos a saber cuándo realmente llegamos a la edad adulta?

Para Antrobus ocurre cuando la independencia "se siente como algo que se quiere y se puede adquirir".

Pero para los adolescentes eternos, tal vez la definición de Beeny es la apropiada.

"Para mí", dice, "la edad adulta' se está dando cuenta de que no existen los adultos como tal y que todos los demás estamos improvisando", dice Beeny.
Fuente:
BBC Cencia
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