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22 de octubre de 2017

Vamos a vivir 100 años, pero... ¿en qué condiciones?

Hablemos de la definición de vejez, ¿Somos viejos a los 65? Mejor formados, más vitales, exigentes y ambiciosos, las personas mayores necesitan (y exigirán cada vez más, una asistencia diferente, ¿estamos preparados?


 "Cohousing", una alternativa a las residencias

Compartir vivienda o urbanización con zonas comunes con otras personas mayores es una iniciativa en alza. En los países escandinavos ya funciona.

"Acceder a las residencias públicas era imposible y las privadas eran carísmas. Necesitabamos una alternativa" explica Jaime Moreno, uno de los promotores de Trabensol, uno de los proyectos de cohousing más importantes de España. La idea nació en un grupo de amigos a los que convivir juntos les pareció mejor idea que terminar sus días en un geriátrico. En el 2 000 empezaron a buscar terrenos en Madrid. "Queríamos construir un espacio no para morir, sino para seguir viviendo", cuenta Moreno. Se mudaron en 2013, y cuatro años despúés allí conviven 84 personas, mayores de 65 años.

En Trabensol, los socios aportaron una inversión inicial de 145 000 euros (casi todos tuvieron que vender sus casas) más una mensualidad de 1 200 euros por pareja (o 1 000 euros por persona) para pagar los servicios de limpieza, lavandería, portería, cocina... Obviamente, este tipo de proyectos no están al alcance de cualquier pensionista.

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Argentina: Leer, pero en la red de redes

La encuesta realizada en todo el país por Adira señala que el ciento por ciento de los adolescentes lee. Prefieren el formato digital. Leen papel en libros de la escuela. Toman la primera página con la que se conectan.


Los adolescentes argentinos se informan, opinan y hacen su tarea a través de pantallas –en especial la del celular– y sólo dos de cada diez jóvenes compara la información que recogió de Internet. Al mismo tiempo, la escuela, uno de los principales encargados de impulsar la lectura en los chicos, fomenta casi exclusivamente el formato papel. Estos datos surgen de un estudio de la Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina (Adira) que profundiza el modo de leer de los adolescentes y establece que el 65 por ciento de ellos realiza lecturas superpuestas, con varias ventanas a la vez. En diálogo con Páginai12, Roxana Morduchowicz, coordinadora de la investigación, aseguró que “es muy importante comprender los consumos de los adolescentes. Hoy en día, consultarle a un chico qué sitios visitó en Internet es tan importante como preguntarle cómo le fue en una prueba de Matemáticas”.

“Las últimas generaciones no se interesan por nada”, “los únicos amigos que tienen son la pantalla del celular y de la computadora”, “los jóvenes no leen el diario”. Los comentarios forman parte del lugar común del sentido más común. El punto de partida de la encuesta fue, precisamente, verificar si ocurre o no ese prejuicio creado sobre los adolescentes. Con una muestra nacional –1.800 jóvenes, entre los 15 y 18 años, respondieron el cuestionario–, la investigación realizada por Adira constató que todos los jóvenes leen, se informan y opinan cotidianamente. Pero sus usos distan de ser similares a los de los adultos: el ciento por ciento de los jóvenes encuestados indicó que prefiere el formato digital antes que el papel, dos tercios de ellos sólo lee libros impresos cuando se impone desde la escuela y más de la mitad (55 por ciento) no ojea los periódicos en papel. “En décadas anteriores buscábamos superar la brecha entre los adultos lectores y los jóvenes que no se acercaban a los diarios. Ahora la fractura mutó entre el papel y la pantalla. Quizás no se pueda cambiar, pero por lo menos no queremos ignorarla”, sostuvo Fernando Cuello, secretario de Adira.

Ahora bien, que los jóvenes no lean en papel no implica que no tengan intereses ni tampoco que no se informen. Según los datos relevados, el cien por ciento de los adolescentes encuestados ingresa cotidianamente a Internet, ya sea por medio de redes sociales, foros, blogs o sitios webs. Además, el 95 por ciento de los encuestados indicó leer el diario en Internet (un treinta por ciento visita los portales todos los días). Pero lo digital no sólo es el soporte: en un ochenta por ciento, la elección de los libros por parte de los jóvenes se da por recomendación de las propias páginas webs, redes y foros (los populares fanzines). Atrás quedaron las sugerencias de los amigos, los estantes en las librerías y la recomendación de un profesor. Internet es quién guía, hoy en día, las elecciones culturales.

Fuente:

Página 12 (Argentina)

21 de octubre de 2017

Kenia sancionará el uso de bolsas de plástico con multas de hasta 38.000 dólares y penas de prisión C


Nairobi es una de las capitales africanas que más población concentra, entre 3,5 y 6 millones de personas -según distintas fuentes-, donde la mayoría vive en guettos con condiciones de salubridad pésimas y con una acumulación de residuos que se ha convertido en parte de su paisaje. Pero estas montañas de desechos, donde los plásticos juegan un papel esencial y sirven de improvisados retretes, no es exclusiva de Nairobi, sino que ocurre en todo el país y en las naciones vecinas. Las idílicas playas de la costa pierden su atractivo si no se escoge el encuadre correcto de la cámara. Las arenas blanquecinas y las aguas turquesa acompañadas de erizos o de estrellas de mar pronto se pueden convertir en reductos de bolsas de plástico y todo tipo de basuras.

Conscientes del problema que los plásticos y otros residuos no biodegradables están causando en el medio ambiente, Kenia comenzaba el lunes 28 de agosto su tolerancia 0 con las bolsas de plástico. Se une así a otros países africanos como Ruanda, Mauritania, Etiopía y Uganda que prohibieron o restringieron su uso. No será fácil, pues el gobierno es consciente de que se trata de un país que abusa sobremanera de ellas. En la mayoría de los supermercados y puestos ambulantes las bolsas de plástico se han dado de forma gratuita y sin escatimar en número. Un consumo que el medio británico BBC estima en 24 millones de bolsas de plástico al mes en todo el país.

No es la primera vez que Kenia trata de poner en marcha esta ley. En los últimos diez años se han llevado a cabo hasta tres intentos que nunca habían salido adelante. Pero parece que a la tercera va la vencida, y el gobierno está decidido a ir hasta el final. La normativa dice que cualquier persona que venda, fabrique o lleve bolsas de plástico podrá sufrir multas de hasta 38.000 dólares o penas de prisión de hasta cuatro años, una medida que para muchos resulta excesiva, teniendo en cuenta que muchos kenianos sobreviven con menos de 80 dólares al mes.

Fuente:

El Mundo Ciencia

17 de octubre de 2017

Tres capítulos de la Revolución de Octubre, cien años después

La Revolución Rusa encabezada por los bolcheviques es un proceso que la izquierda todavía no termina de procesar. En El Ciudadano conversamos con el historiador Luis Thielemann y desempolvamos textos de Eric Hobsbwam para resumir los tres capítulos más relevantes de cómo los trabajadores pudieron soñar con construir un Estado que les representara y no les enviase a morir a la guerra.


“Dicen que los socialistas traerán la paz” escribía un soldado austro-húngaro que luchaba en la Primera Guerra Mundial, en una carta enviada a su familia en 1918. Exhausto y sin convicciones sobre la nación por la que era forzado a luchar, arriesgar su vida y matar; la Revolución de Octubre era su esperanza de que la brutalidad de la guerra podría acabarse algún día.

Esa Revolución, que cumple cien años, es por muchos considerada como el hito más relevante del Siglo XX. Y es que no sucedió de modo aislado ni surgió de la nada. Las burguesías nacionales de las principales potencias industriales a nivel mundial estaban, a comienzo del siglo, en una desatada carrera armamentista con el objeto de asegurar mercados consumidores de su excesiva producción. Tal voracidad desató un caos planetario sin punto de referencia en la historia de la humanidad.

Las fuerzas conjuradas por las guerras mundiales (tanto la de 1914-1918, como la de 1939-1945) involucraron a todas las economías nacionales. La presión por producir alimento para la población empobrecida y para los soldados en la guerra; la rápida expansión de la industria de las armas; la muerte, la brutalidad y el terror; fueron sostenidas masivamente por los trabajadores de tales economías. En toda Europa, las principales industrias militares serán el centro neurálgico de la lucha contra la guerra y por la paz.

El historiador inglés, Eric Hobsbawm, señala en su virtuoso texto “Historia del Siglo XX” el peso que cargaban los Estados que participaron de las guerras y compara el suceso con el impacto de la Revolución Francesa en el Siglo XIX:
“El peso de la guerra total del Siglo XX sobre los estados y las poblaciones involucrados en ella fue tan abrumador que los llevó al borde del abismo… La humanidad necesitaba una alternativa que ya existía en 1914… Parecía que sólo hacía falta una señal para sustituir el capitalismo por el socialismo… Fue la revolución rusa -o, más exactamente la revolución bolchevique-  de octubre de 1917 la que lanzó esa señal al mundo, convirtiéndose así en un acontecimiento tan crucial para la historia de este siglo como lo fuera la revolución francesa de 1789 para el devenir del Siglo XIX”.
Siendo la guerra una situación mundial, también tendrá esa impronta la resistencia a ella. La Revolución Rusa de 1917, encabezada por los bolcheviques y conducidos estos por Lenin, tendrá un impacto esperanzador para el mundo y se planteará sí misma como una revolución cuya subsistencia dependerá de que efectivamente escale a nivel mundial. 

El artículo completo en:

El Confidencial (Chile)
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