Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.
Mileva nace el 19 de diciembre de 1875 en la ciudad de Titel situada
en la provincia de Vojvodina, que por aquel entonces formaba parte del
Imperio Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Serbia. Su
familia era acomodada y es la mayor de tres hermanos.
Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio
para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de
Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de
Física y Química.
Mileva se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en
Física y Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio
Real de Zagreb, con una dispensa especial, pues el centro sólo admitía
hombres. Es en la universidad de Zagreb donde entabla amistad con otro
genio de la física y matemáticas, como era Nikola Testa, que tuvo un
gran reconocimiento académico.
En el verano de 1896, Mileva comienza sus estudios de medicina en la
universidad suiza de Zúrich, pero solo sigue estos estudios seis meses y
a finales de 1896 comienza sus estudios de física y matemáticas en el
Instituto Politécnico de Zúrich. Este centro otorgaba una titulación
que permitía dedicarse a la docencia de la física y las matemáticas. El Instituto Politécnico de Zúrich era uno de los pocos centros
europeos de enseñanza superior que admitía mujeres. Mileva era la quinta
mujer en ser admitida en dicho centro en toda su historia y la única
que había en su clase, que sólo tenía once alumnos, entre los que se
encontraba Albert Einstein.
Mileva tenía un carácter poco sociable y presentaba una cojera muy
ostensible, debido a una artritis congénita, que le hacía tener una
autoestima muy baja a pesar de su brillante inteligencia y su gran
formación académica.
Mileva y Albert Einstein iniciaron una relación sentimental muy
fuerte. Mileva era cuatro años mayor que Albert. La madre de Einstein,
que era alemana, nunca vio con buenos ojos el matrimonio de su hijo con
Mileva. La definía de la siguiente forma ”ella es un libro, igual que tú… Pero deberías tener una mujer. Cuando tengas treinta años. Ella será una vieja bruja”.
En el año 1900, Einstein escribe a Mileva lo siguiente “estoy
solo con todo el mundo, salvo contigo. Qué feliz soy por haberte
encontrado a ti, a alguien igual a mí en todos los aspectos, tan fuerte y
autónomo como yo”.
Queda embarazada en 1901 sin estar casados, lo que provoca una
situación social muy difícil de soportar en aquellos momentos
históricos. Esta situación le lleva a abandonar sus estudios a pesar de
que sólo le faltaba superar el examen final.
Albert Einstein y Mileva Maric de jóvenes
Mileva se refugia en casa de su hermana en Novi Sad en la actual
Serbia, dando a luz en 1902 a una niña Liesert, que cuando cumple un año
es dada en adopción. Einstein nunca llevó bien el ser padre de Liesert y
nunca informó a su familia de que era padre. El seis de enero de 1903 es cuando Einstein y Mileva se casan en la
capital suiza, Berna. Tenía Einstein entonces veinticuatro años y ya
había terminando sus estudios, consiguiendo inmediatamente su primer
trabajo como técnico de la Oficina de Patentes de Berna.
En 1904, tienen un nuevo hijo Hans Albert y es cuando Mileva decide
sacrificar todas sus posibilidades profesionales y de investigación
para dedicarse al cuidado de su familia. Ya entonces Mileva tenía una
gran preparación académica. Había desarrollado investigaciones sobre la
teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones
elípticas, teoría del calor y electrodinámica.
Se piensa, que los conocimientos matemáticos que tenía Mileva, fueron
indispensables para que Einstein pudiera desarrollar sus teorías. Los
años más creativos de Einstein fueron aquellos en los que compartió sus
investigaciones con ella, de ahí la injusticia que se comete con Mileva.
Albert Einstein y Mileva Maric
El año 1905 fue el de los grandes logros de Albert Einstein,
publicando cuatro grandes artículos, y uno de ellos incluía la teoría de
la relatividad, que revolucionaron el mundo científico y que le
convertirían en un genio. Es revelador, que Mileva en una carta escrita a
una amiga le decía “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”.
David Hilbert David Hilbert fue un matemático de finales
del S.XIX y principios del XX nacido en Königsberg, la famosa ciudad
del problema de los puentes. Su fama es motivada principalmente por su lista propuesta en 1900 de los 23 problemas sin resolver más importantes de su época, que fueron los que marcaron el rumbo de la investigación matemática durante buena parte del S.XX. Uno de sus resultados más conocidos es su metáfora sobre un Hotel Infinito. Lo primero que vamos a hacer es definir qué es el infinito. Para que nos entendamos bien, un número infinito es aquel que puede ser tan grande como queramos.
Si en un papel escribimos un número muy grande, por ejemplo de mil
cifras, ese número será finito porque, aunque sea muy grande, lo podemos
leer (eso sí, con mucha paciencia). En cambio, si nos pusiéramos a
escribir un número de una cantidad indeterminada de cifras, en el que no pararíamos nunca de escribir, ese número sí sería infinito.
Cabe aclarar que en la actualidad lo infinito ya no se considera un número pero si un concepto o una cualidad. Para que entendamos este concepto y algunas propiedades, Hilbert desarrolló su metáfora: El Hotel Infinito
El hotel infinito de Hilbert es una construcción abstracta inventada por el matemático alemán David Hilbert. Esta paradoja explica, de manera simple e intuitiva, hechos paradójicos relacionados con el concepto matemático de infinito (más exactamente con los cardinales transfinitos introducidos por el matemático Georg Cantor). Todas las paradojas de Hilbert describen por medio de un hotel de
habitaciones infinitas, cuatro paradojas de las encontradas por Georg Cantor. Numerosas personas han creado historias completas sobre la metáfora de David Hilbert.123 Este video te lo explica de forma sencilla y divertida:
En Conocer Ciencia TV realizamos un programa relacionado con el infinito, esta es la presentación:
El 14 de febrero del año pasado, a eso de las 7 de la noche, la señora
Irma Espinoza abrió la manguera del jardín de su casa esperando
encontrarse con un ligero chorrito de agua con el que, ayudada de un
balde y de mucha paciencia, planeaba darse un baño de final de día. Pero
lo que encontró fue un potente chorro que la sobresaltó. Extrañada
porque en el centro poblado Las Salinas (distrito de Chilca, provincia
de Cañete), solo había agua dos horas al día y nunca de noche, abrió el
caño de la cocina –otro chorro– y el de la ducha –otro chorro más. Algo
estaba mal. Había agua. Demasiada agua.
Su hija le informó: ese día, por la mañana, había comenzado
la entrega gratuita de agua potable para Las Salinas. El agua era
producida por la empresa termoeléctrica Fénix Power y la distribución
estaba a cargo del municipio distrital. La señora Irma no sabía qué
pensar. Y aunque pasarían unos días hasta que dejara de murmurar que el
agua de su café "sabía a pescado", esa noche de verano entró al baño y
se dio un refrescante duchazo, el primero que se daba en sus 40 años de
vida en Chilca.
Los primeros proyectos
El proyecto Agua para Chilca de Fénix Power no es la primera experiencia de desalinización de agua de mar en el Perú.
En 2007 la minera Milpo puso en marcha una planta de ese tipo en el
yacimiento Cerro Lindo, en las alturas de Chincha, que usó en la
extracción de minerales. En 2010 la empresa Vale inauguró su propia
desalinizadora, la más grande del país, para su mina de fosfatos en
Bayóvar, Piura. Hay, además, desalinizadoras de menor escala usadas en
la agricultura en Trujillo, Lambayeque y Arequipa.
Pero
la de Fénix Power es la primera construida con el fin primordial de
abastecer de agua potable a una población, en este caso a Las Salinas,
ubicada en la zona de influencia de la central termoeléctrica.
En
principio, a Las Salinas, donde abastecen a cerca de tres mil vecinos. Y
también a algunas zonas de Chilca pueblo, donde hay otros tres mil.
Pero una vez que el municipio termine las obras de conexión entre la red
urbana y la de Las Salinas, el número de beneficiarios aumentará. Según
el gerente municipal, Jaime Gonzales, para finales de junio el agua
producida por Fénix Power abastecerá a unas diez mil personas. La cuarta
parte de la población del distrito.
Por su carácter
pionero y por su impacto social es que la Autoridad Nacional del Agua
(ANA) le concedió hace unos días el Premio Nacional Cultura del Agua
2016, en la categoría Gran Empresa Privada.
Una obligación moral
Fénix Power es una de las varias centrales termoeléctricas
que en los últimos años se instalaron en Chilca para aprovechar la
estratégica cercanía con el ducto de Camisea. Como toda termoeléctrica
de ciclo combinado –que produce electricidad usando gas y usando vapor–,
estaba previsto que tuviera una pequeña planta desalinizadora de agua de mar.
Pero los propietarios originales –el panameño Grupo Lacas– decidieron
invertir más de US$ 4 millones para que la planta también pudiera
convertir el agua de mar en agua potable. Y que pudiera abastecer a
Chilca, una comunidad que padece estrés hídrico desde siempre.
—Era una obligación moral y de responsabilidad, dice Mariella Paredes, gerente de Asuntos Corporativos de Fénix Power.
—Llegas a una zona donde la gente no tiene agua y tú tienes la posibilidad de mejorar su calidad de vida.
Chilca
se abastece de agua de dos pozos. Sus cuarenta mil vecinos solo pueden
usar sus caños tres horas al día. Antes, en Las Salinas era peor, había
días en los que solo había agua durante media hora. Desde que la empresa
comenzó a entregar el agua, en este centro poblado el recurso está
disponible desde cinco de la mañana hasta las cinco de la tarde. La
gente está feliz.
—Llegó en pleno verano, fue una bendición, dice Elvira Bilbao, vecina de Las Salinas.
—Mis
sobrinos estaban de visita y me decían:"Tía, me quiero bañar" y yo
tenía que comprar baldes para que se bañaran. Y ese día abrí el caño y
zúuuuu, salió el agua. Para ellos fue fenomenal.
Durante el sitio de Leningrado ntre 600.000 y 1.200.000 de personas murieron por las balas, el
hambre, el frío y la oscuridad en uno de las peores batallas de la
segunda guerra mundial. Entre ellos, doce botánicos soviéticos que murieron de hambre mientras defendían toneladas de frutas, raíces y granos: el mayor banco de semillas del mundo.
Si tenemos que buscar otra escena clave para esta historia, tenemos que irnos a finales de verano de 1941. Es mucho menos dramática: Abraham Kameraz y Olga Voskresenskaia cosechan patatas a toda velocidad. En aquellos días, la Estación Experimental Pavlovsk tenía aproximadamente 6.000 variedades de patatas. Y en cuestión de días, la Guerra estaba a punto de llegar a aquel pequeño pueblo a 45 kilómetros de Leningrado. Cuando comenzó el sitio de Leningrado, las autoridades soviéticas
evacuaron las obras de arte del Hermitage, pero no evacuaron las
semillas, raíces y frutas de Pavlovsk. Así que los científicos de la
estación recogieron todas los tubérculos, frutos y semillas que pudieron y las almacenaron en un sótano cerca de Leningrado. El invierno de 1941-42 fue especialmente duro. No
solo meteorológicamente hablando, sino que, con todos los accesos a la
ciudad cortados, ni la comida, ni el carbón, ni los medicamentos podían
llegar a Leningrado. Y las bombas no paraban de caer. Sin comida, cualquier cosa se convertía en alimento: perros, gatos, ratas o palomas. Según Michael Jones, en enero el canibalismo invadió la ciudad. 1.400 personas fueron arrestadas por este delito y más de 300 fueron ejecutadas. Lo sabían muy pocas personas, pero en los sótanos de la plaza de San Isaac se guardaban más de 187.000 variedades de frutas y vegetales.
Allí, en armarios y cajas hay más de mil tipos de fresas, 900 tipos de
grosellas, 600 tipos de manzanas, cientos cerezas, ciruelas, frambuesas y
muchas otras frutas y tubérculos. La estación de Pavlovsk parecía maldita y abocada a
su desaparición. Poco más de un año antes, su director y fundador
Nicolai Vavilov, uno de los genetistas y botánicos más importantes de la
primera mitad del siglo XX, había sido mandado a la cárcel de Saratov.
Allí moriría, también de hambre, un par de años después. ¿Su delito? Creer que la genética era cierta.
Vavilov era una leyenda, había recorrido medio mundo y había entendido
como nadie la importancia de la diversidad y la hibridación para la
agricultura. En 1926, el mismo año en que fundó la estación experimental
de Pavlovsk, recibió el premio Lenin, el "nobel" de la Unión Soviética. Pero a finales de los años 30, Lysenko llegó al poder. Lysenko defendía una biología a medio camino entre el lamarkismo y el diamat.
Entre 1934 y 1940, la camarilla lysenkoista con el apoyo de Stalin
purgó toda la biología soviética. Vavilov era, en aquel momento,
presidente de la Academia de Agricultura. Pero el trabajo que realizó antes de su muerte, es francamente prodigioso. Y allí, protegiendo su trabajo, doce personas se dejaron consumir hasta la muerte.
El encargado de las especies de arroz murió de hambre rodeado de sacos
de arroz y Kamerz y Voskrensenskaia murieron protegiendo sus patatas. ¿Y pór qué se dejaron morir de hambre?, ¿estaban locos? Supongo que esa es la pregunta que todos nos hacemos. De hecho, fue la pregunta que Cary Fowler realizó en 1985
mientras visitaba la estación experimental. Y allí mismo, una
estudiante de Vavilov ya anciana le explicó que los investigadores
comprendían que esas colecciones eran esenciales para restablecer la agricultura después de la guerra. El sitio de Leningrado se demoró 872 días, pero la guerra fueron seis
larguísimos años donde las tierras, las semillas y las prácticas
tradicionales quedaron pulverizados. Sin esas semillas, la posguerra
hubiera sido terriblemente más dura. Aunque a veces las ecuaciones no
nos dejan ver el bosque, ese es el verdadero objetivo de la ciencia. Y para recordarlo, nunca está de más acordarnos de los héroes de Pavlovsk. Fuente: Xakata Ciencia