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27 de abril de 2018

Un mexicano logra patentar sistema que hace potable el agua del mar

Su proceso es reconocido en México y en Estados Unidos como original, innovador y sustentable.

Jorge Lechuga Andrade, quien cuenta con un doctorado y dos maestrías, ha logrado diseñar un sistema de desalinización del agua de mar para que ésta sea apta para consumo.

Durante su doctorado, Lechuga Andrade desarrolló innovaciones en el proceso de desalinización del agua por ósmosis inversa centrífuga, por generación de vórtices de Dean. Fue por esto que recibió el Premio Nacional del Instituto Mexicano de Ingenieros Químicos en 2015.

Este sistema de potabilización del agua de mar implica una menor inversión en costo de producción y un 80 por ciento menos en energía eléctrica, con respecto a otros sistemas similares. Además, contribuye a reducir impactos ambientales en flora y fauna marina, ya que aprovecha el agua de rechazo para que ésta sea reenviada al mar después de un filtrado de ósmosis.

Después de cuatro años de estudio utilizando un pequeño laboratorio montado por él mismo, el doctor Lechuga Andrade solicitó una patente por la mejora del material de la bolsa de hielos, derivada del polietileno.

Tras 6 años, organismos oficiales de México y de Estados Unidos han reconocido este proceso. Las patentes otorgadas cuentan con veinte años de validez aproximadamente.
El sistema del investigador mexicano Jorge Lechuga Andrade es considerado original, innovador y sustentable.


Fuente:


17 de abril de 2017

Tratan el agua de mar para consumo de los limeños

Premian a empresa de electricidad que convierte el agua de mar en agua potable y la dona a tres mil vecinos de Chilca. No es el primer proyecto de desalinización en el país pero es, hasta el momento, el de mayor impacto social.

El 14 de febrero del año pasado, a eso de las 7 de la noche, la señora Irma Espinoza abrió la manguera del jardín de su casa esperando encontrarse con un ligero chorrito de agua con el que, ayudada de un balde y de mucha paciencia, planeaba darse un baño de final de día. Pero lo que encontró fue un potente chorro que la sobresaltó. Extrañada porque en el centro poblado Las Salinas (distrito de Chilca, provincia de Cañete), solo había agua dos horas al día y nunca de noche, abrió el caño de la cocina –otro chorro– y el de la ducha –otro chorro más. Algo estaba mal. Había agua. Demasiada agua.

Su hija le informó: ese día, por la mañana, había comenzado la entrega gratuita de agua potable para Las Salinas. El agua era producida por la empresa termoeléctrica Fénix Power y la distribución estaba a cargo del municipio distrital. La señora Irma no sabía qué pensar. Y aunque pasarían unos días hasta que dejara de murmurar que el agua de su café "sabía a pescado", esa noche de verano entró al baño y se dio un refrescante duchazo, el primero que se daba en sus 40 años de vida en Chilca.

Los primeros proyectos

El proyecto Agua para Chilca de Fénix Power no es la primera experiencia de desalinización de agua de mar en el Perú. En 2007 la minera Milpo puso en marcha una planta de ese tipo en el yacimiento Cerro Lindo, en las alturas de Chincha, que usó en la extracción de minerales. En 2010 la empresa Vale inauguró su propia desalinizadora, la más grande del país, para su mina de fosfatos en Bayóvar, Piura. Hay, además, desalinizadoras de menor escala usadas en la agricultura en Trujillo, Lambayeque y Arequipa.

Pero la de Fénix Power es la primera construida con el fin primordial de abastecer de agua potable a una población, en este caso a Las Salinas, ubicada en la zona de influencia de la central termoeléctrica.

En principio, a Las Salinas, donde abastecen a cerca de tres mil vecinos. Y también a algunas zonas de Chilca pueblo, donde hay otros tres mil. Pero una vez que el municipio termine las obras de conexión entre la red urbana y la de Las Salinas, el número de beneficiarios aumentará. Según el gerente municipal, Jaime Gonzales, para finales de junio el agua producida por Fénix Power abastecerá a unas diez mil personas. La cuarta parte de la población del distrito.

Por su carácter pionero y por su impacto social es que la Autoridad Nacional del Agua (ANA) le concedió hace unos días el Premio Nacional Cultura del Agua 2016, en la categoría Gran Empresa Privada.

Una obligación moral

Fénix Power es una de las varias centrales termoeléctricas que en los últimos años se instalaron en Chilca para aprovechar la estratégica cercanía con el ducto de Camisea. Como toda termoeléctrica de ciclo combinado –que produce electricidad usando gas y usando vapor–, estaba previsto que tuviera una pequeña planta desalinizadora de agua de mar. Pero los propietarios originales –el panameño Grupo Lacas– decidieron invertir más de US$ 4 millones para que la planta también pudiera convertir el agua de mar en agua potable. Y que pudiera abastecer a Chilca, una comunidad que padece estrés hídrico desde siempre.

—Era una obligación moral y de responsabilidad, dice Mariella Paredes, gerente de Asuntos Corporativos de Fénix Power.

—Llegas a una zona donde la gente no tiene agua y tú tienes la posibilidad de mejorar su calidad de vida.

Chilca se abastece de agua de dos pozos. Sus cuarenta mil vecinos solo pueden usar sus caños tres horas al día. Antes, en Las Salinas era peor, había días en los que solo había agua durante media hora. Desde que la empresa comenzó a entregar el agua, en este centro poblado el recurso está disponible desde cinco de la mañana hasta las cinco de la tarde. La gente está feliz.

—Llegó en pleno verano, fue una bendición, dice Elvira Bilbao, vecina de Las Salinas.

—Mis sobrinos estaban de visita y me decían:"Tía, me quiero bañar" y yo tenía que comprar baldes para que se bañaran. Y ese día abrí el caño y zúuuuu, salió el agua. Para ellos fue fenomenal.

Lea el artículo completo en:

La República

24 de abril de 2014

¿El agua del mar puede quitar la sed?


Cuando antes veía a un náufrago pasándolas canutas, muerto de sed pero rodeado de agua salada, en las películas siempre se decía que, pase lo que pase, nunca saciaras tu sed con el agua del mar. Si lo hacías, tal vez notarías cierta saciedad, pero entonces no tardarías mucho en morir. En las películas nunca explicaban la razón de esa ley, aunque parecía una ley intocable.

Vamos a explicar por qué.

Los riñones son los filtros que separan las materias de deshecho de la sangre, que son almacenadas en forma de orina en la vejiga, dispuestas para su expulsión al exterior.
Aunque los riñones pueden realizar su trabajo sin que bebamos mucha agua, tienen la limitación de que son incapaces de producir orina con una concentración de sales superior al 2 por 100. El agua marina contiene un 3 por 100 de sal, por lo que, si bebemos un litro, nuestros riñones necesitarán al menos un litro y medio de agua pura para diluir toda la sal. Para conseguirlo, se verán obligados a retirar medio litro extra de agua de nuestro cuerpo, con el consiguiente incremento de la deshidratación y de la sensación de sed. Esto explica por qué es preferible no beber nada a beber agua del mar y también el hecho de que muchas bebidas formadas principalmente por agua no quiten la sed.


Fuentes:

Xakata Ciencia

Muy Interesante

11 de marzo de 2014

Desarrollan método para desalinizar el agua con energía solar

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El agua, junto con los alimentos, es incuestionablemente el elemento más básico para la vida humana. Según cifras de la ONU, en el mundo solo el 2.5% del agua es dulce, y las reservas de esta se encuentran, en un 74%, encapsuladas en los glaciares.  Del 36% restante, el 0.3%, se localiza en lagos y ríos.

El acceso al agua resulta esencial para la prevención de enfermedades, por esto, y ante la tendencia creciente en la población mundial, es crucial crear alternativas de saneamiento de este líquido vital a bajo costo, sobre todo en países menos desarrollados. Por esto, la académica de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) Ana Elisa Silva Martínez ha credo un sencillo dispositivo de desalinización de agua de bajo costo para personas que viven en las costas, o bien, cerca de recintos de agua salada, como el caso de algunos lagos.

Su invento consiste en una caseta plástica tipo invernadero que puede ser acoplada en azoteas. Estos artefactos convierten 5 litros de agua potable por cada 60 litros de agua salada.

maLa científica imita el proceso natural de lluvia para desalinizar el agua, empleando la energía solar, un recurso por demás presente en las zonas costeras mexicanas: “De manera natural, el agua es evaporada por el sol, se condensa en las nubes y cae como lluvia, que no es salada. Si uno captura el agua antes de que se ensucie con la tierra es potable. Hacemos el mismo proceso, pero concentrado en una caseta plástica (destiladores solares tipo invernadero) que llevamos a donde se requiera”.

Finalmente el agua resultante contiene de  40 a 100 miligramos por litro de sales, es decir, cumple con los requisitos para ser considerada dentro de la categoría de agua potable. El invento será de vital importancia para personas carentes de servicios de agua.  Según algunas ONG de la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua, al menos el 20% de la población mexicana carece del servicio de agua, o bien, la que recibe está contaminada.

Fuentes:


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