¿Sabías que si intentas memorizar algo es mejor si lo haces caminado o moviéndote?
Si tratas de memorizar palabras e intentar aprender algo mientras te mueves, es más probable que la información se te quede. Esta es una técnica respaldada por muchas investigaciones. Y es un secreto d elos actores que deben memorizar mucho texto en sus cabezas.
Entonces ya olvidate del ¡parate derecho y recita esa poesía!, deberíamos decir: ¡ponte en movimiento y recita esa poesía!
Muévete para memorizar mejor
El movimiento ayuda a mejorar y agilizar el
aprendizaje de las materias que, en un principio, pueden parecer difíciles
de comprender.
La conexión entre cerebro y movimiento
existe. Por ejemplo, los niños pueden
aprender matemáticas con mayor facilidad si se conecta esta asignatura
con ejercicios de Educación Física.
Entonces una manera eficaz de aprender las tablas de multiplicar sería: 2 x 1 = 2 (puños estilo Wonder Woman), 2 x 2 = 4 (dos símbolos de paz), 2 x 3 = 6 (tres pares de dos juntos), 2 x 4 = 8 (manos como patas de una araña).
Igualmente, los niños serán capaces de
mantener la concentración durante más tiempo y absorberán todos los
conocimientos de forma más liviana si se opta por pequeños descansos en
movimiento después de un periodo considerable de actividad sedentaria.
Es lo que se conoce como descansos activos.
Es decir si una realiza un trabajo intenso como cortar leña o cargar costales debe hacer una pausa para descansar. Y si uno está demsasiado tiempo sentado o inactivo debe hacer una pausa para entrar en movimiento.
Existe una innegable relación entre actividad física y la mejora del rendimiento escolar y/o cognitivo.
Una clave: llenar nuestra vida de experiencias
Las experiencias modifican nuestro
cerebro continuamente creando, fortaleciendo o debilitando las sinapsis
que conectan las neuronas. A este proceso se le conoce como aprendizaje neuronal (o
aprendizaje hebbiano). Y cada nuevo
circuito neuronal creado/modificado en el todo cerebral equivaldría
(mentalmente) a un aprendizaje significativo.
Asimismo, una emoción (positiva) es fundamental para pensar eficazmente, tomar decisiones inteligentes y permitirnos pensar con claridad.
Lo reiteramos, la práctica
regular de ejercicio (fundamentalmente de tipo aeróbico) mejora la memoria y procesos mentales asociados, por
lo que utilizar el juego y el movimiento, es la fórmula ideal de mejorar
las capacidades mentales e incidir sobre la motivación y la
predisposición al aprendizaje. En este sentido, aunar aprendizajes con movimiento es la vía para lograr aprendizajes. Por ello, padres y educadores, deben de diseñar actividades donde exista juego y movimiento para desarrollar la capacidad cognitiva general.
El "sistema espejo" de nuestro cerebro
Asimismo, tenemos zonas del cerebro que funcionan como un sistema espejo. Gracias al sistema espejo aprendemos movimientos viendo los movimientos de los demás. Cuando observamos un deporte, nuestro cerebro realiza una simulación
interna de las acciones, como si estuviera enviando las mismas órdenes
de movimiento al cuerpo. Es por eso que nos emocionamos tanto con el fútbol.
Y, por supuesto, los movimientos aprendidos también se almacenan en la memoria; por eso recordamos como nadar o como andar en bicicleta.
Además, los deportes, sobretodo los deportes grupales requieren de una toma rápida de decisiones y demandan un alto grado de atención visual y flexibilidad. Por lo tanto, el beneficio del deporte es integral: tanto para la mente como para el cuerpo.
“Tenemos un cerebro por una y única razón: producir movimientos
complejos y adaptables. El movimiento es la única manera en la que
nosotros podemos afectar el mundo que hay alrededor nuestro”.
Nuestro cerebro permanentemente hace millones de “cálculos” para lograr que a veces cientos de músculos
se posicionen en la configuración adecuada para lograr un determinado
objetivo y fin.
La mayor parte de este “cálculo motriz” está basado en la capacidad
que tiene nuestro cerebro de “predecir” y “anticipar” la acción. Si
este nivel de procesamiento no existiera, seríamos sumamente torpes para
movernos, y es más, sería imposible
que pudiéramos sobrevivir.
Este computo “neural” es increíble y no superado a la fecha por ninguna máquina existente.
Y cómo aprendemos los movimientos, es simple: haciéndolos. Y repitiéndolos una y otra vez.
Pero este modelo “cognitivo” de aprendizaje del movimiento a través
del circuito continuo de repetición y mejora lleva a un modelo
matemático de comportamiento que en Neuroingeniería se denomina el
modelo de Bayes.
Thomas Bayes fue un antiguo clérigo inglés que desarrollo un
algoritmo matemático que calcula la probabilidad de un evento a partir
del estado previo del sistema y del nuevo dato que incorporamos en él.
Nuestro cerebro, desde el punto de vista neuro-motriz al parecer
trabaja de manera “bayesiana”.
Consejos para mejorar la memoria, ¡moviéndote!
La próxima vez que tengas
una exposición o un discurso que aprenderte, ¿por qué no pruebas a
pasear mientras lo lees o incluso bailar para ayudar a tu cerebro a
memorizarlo?
Crea una coreografía para la tabla del tres, del cuatro o del cinco. Crea una coreografía para el Teorema de Pitágoras.
Recuerda una poesía breve. Recítala de pie, estático, sin hacer ningún movimiento. Ahora recítala caminado (lento o rápido, tú eliges). Ahora recítala moviéndo, de forma exagerada, manos y pies.
Si llevas clases de matémnaticas, y debes memorizar fórmulas y conceptos, intenta realizar ejercicios físicos 4 horas despúes de tus clases. Tu capacidad de memorizar puede incrementarse hasta en un 100%.
Si eres diestro, prueba a realizar diversas actividades con tu mano izquierda como escribir, tomar los cubiertos o peinarte.
Luego de estudiar tres o cuatro horas seguidas deja tus libros y apuntes, ¡y sal a la calle a realizar un paseo! Aunque sea da la vuelta a la manzana, despeja tu mente y deja de pensar en el estudio, en síntesis: desconéctate por unos minutos, ¡pero desconéctate poniéndote en movimiento!