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13 de agosto de 2022

Crean un parche que convierte el sudor en electricidad ilimitada

El dispositivo podría suministrar energía constante a una amplia variedad de aparatos electrónicos alimentándose de la transpiración humana.


Investigadores de la Universidad de Massachusetts Amherst han diseñado un biofilm que recolecta la energía de la evaporación, concretamente de sudor, y la convierta en electricidad.

Este biofilm —un parche que se adhiere a la piel—, que se anunció en Nature Communications, tiene el potencial de revolucionar el mundo de la electrónica portátil, alimentando todo, desde sensores médicos personales hasta dispositivos electrónicos.

“Esta es una tecnología muy emocionante”, dice Xiaomeng Liu, estudiante graduado en Ingeniería Eléctrica e Informática en la Facultad de Ingeniería de UMass Amherst y autor principal del artículo. “Es energía verde real y, a diferencia de otras fuentes llamadas de ‘energía verde’, su producción es totalmente verde”.

¿Cómo funciona?

Este biofilm, una lámina delgada de células bacterianas del grosor de una hoja de papel, es producido naturalmente por una versión modificada de la bacteria Geobacter sulfurreducens.

Se sabe que G. sulfurreducens produce electricidad y se ha utilizado anteriormente en “baterías microbianas” para alimentar dispositivos eléctricos. Pero tales baterías requieren que dicha bacteria se cuide adecuadamente y se alimente con una dieta constante.

Por el contrario, esta nueva biofilm, que puede proporcionar tanta energía como una batería de tamaño similar, funciona continuamente porque la bacteria G. Sulfurreducens está muerta y, debido a eso, no necesita ser alimentada.

“Es mucho más eficiente”, dice en un comunicado Derek Lovley, profesor distinguido de Microbiología en UMass Amherst y uno de los autores principales del artículo. “Hemos simplificado el proceso de generación de electricidad al reducir radicalmente la cantidad de procesamiento necesario. Cultivamos de manera sostenible las células en una biopelícula y luego usamos esa aglomeración de células. Esto reduce las entradas de energía, simplifica todo y amplía las aplicaciones potenciales”.

Una matriz de bioparches alimenta una pequeña pantalla LCD.

El secreto detrás de esta nueva biopelícula es que genera energía a partir de la humedad de la piel. Aunque todos los días leemos historias sobre la energía solar, al menos el 50% de ella que llega a la Tierra se destina a la evaporación del agua.

“Esta es una enorme fuente de energía sin explotar”, dice Jun Yao, profesor de Ingeniería Eléctrica e Informática en UMass, y el otro autor principal del manuscrito. Dado que la superficie de nuestra piel está constantemente humedecida con sudor, la biopelícula puede “enchufarse” y convertir la energía atrapada en la evaporación en energía suficiente para alimentar pequeños dispositivos.

“El factor limitante de la electrónica portátil —dice Yao—, siempre ha sido la fuente de alimentación. Las baterías se agotan y deben cambiarse o cargarse. También son voluminosos, pesados e incómodos”. Pero un biofilm transparente, pequeño, delgado y flexible que produce un suministro continuo y constante de electricidad y que se puede usar, como una tirita, como un parche aplicado directamente sobre la piel, resuelve todos estos problemas.

Lo que hace que todo esto funcione es que G. sulfurreducens crece en colonias que parecen esteras delgadas, y cada uno de los microbios individuales se conecta con sus vecinos a través de una serie de nanocables naturales. Luego, el equipo recolecta estos tapetes y usa un láser para grabar pequeños circuitos en las películas. Una vez que se graban las películas, se intercalan entre los electrodos y finalmente se sellan en un polímero suave, pegajoso y transpirable que se puede aplicar directamente sobre la piel. Cuando esta pequeña batería se “enchufa” aplicándola a su cuerpo, puede alimentar dispositivos pequeños.

“Nuestro próximo paso es aumentar el tamaño de nuestros parches para alimentar dispositivos electrónicos más sofisticados que se pueden llevar en la piel”, refiere Yao; y Liu señala que uno de los objetivos es alimentar sistemas electrónicos completos, en lugar de dispositivos individuales.

Fuente:

La República (Perú)

2 de febrero de 2020

Cómo funcionaba "Nautilus", la nave que Verne ideó hace 150 años

Tiene más de 150 años, pero el "Nautilus" de Julio Verne muy probablemente sigue siendo el submarino más famoso del mundo.


El sumergible apareció por primera vez en "Veinte mil leguas de viaje submarino", la novela que Verne empezó a publicar por entregas en marzo de 1869.

Pero tomó su nombre del que muchos consideran el primer submarino de hélice del mundo, el Nautilus diseñado en 1800 por el ingeniero estadounidense Robert Fulton por encargo de Napoleón Bonaparte. 

"En la época en la que Verne escribió su novela, la palabra Nautilus prácticamente se utilizaba como sinónimo de submarino", destaca Marie-Hélène Huet, una profesora del MIT experta en Verne.

Descrito por el propio Verne como "una maravilla, llena de maravillas", el Nautilus también era una máquina muy adelantada a su tiempo.


¿Cómo se supone que funcionaba?

En "Veinte mil leguas…", y por boca del capitán Nemo, el propio Verne ofrece abundantes detalles sobre la nave y sobre la tecnología que la propulsa.

"Como ve, es un cilindro muy alargado, de extremos cónicos. Tiene, pues, la forma de un cigarro, la misma que ha sido ya adoptada en Londres en varias construcciones del mismo género", le explica al profesor Pierre Aronnax, el narrador de la novela.
"La longitud de este cilindro, de extremo a extremo, es de 70 metros, y su bao, en su mayor anchura, es de ocho metros", agrega, para luego explicar que "el Nautilus se compone de dos cascos, uno interno y otro externo".

Pero en la época del motor de vapor es sobre todo el mecanismo de propulsión de esta nave de 1.500 toneladas lo que intriga a Aronnax.

Una intriga que solo crece cuando Nemo le dice que la electricidad es lo que impulsa el submarino.

"Capitán, la extremada rapidez de movimientos que usted posee no concuerda con el poder de la electricidad. Hasta ahora la potencia dinámica de la electricidad se ha mostrado muy restringida y no ha podido producir más que muy pequeñas fuerzas", argumenta Aronnax.

"Señor profesor, mi electricidad no es la de todo el mundo, y eso es todo cuanto puedo decirle", responde Nemo.

Baterías de sodio-mercurio

Más adelante, sin embargo, el misterioso marino devela el misterio, explicando que todo lo que necesita para producir electricidad, el Nautilus lo obtiene del mar.

"De esa notable cantidad de cloruro sódico contenida por el agua marina extraigo yo el sodio necesario para componer mis elementos", dice luego de destacar la elevada presencia de ese elemento en el hábitat natural del submarino.

Y ese sodio, "mezclado con el mercurio, forma una amalgama que sustituye al zinc en los elementos Bunsen", agrega, revelando así que su fuente de electricidad son baterías de sodio-mercurio.

"El mercurio no se gasta nunca. Sólo se consume el sodio, y el mar me lo suministra abundantemente", explica su razonamiento Nemo.

"Debo decirle, además, que las pilas de sodio deben ser consideradas como las más enérgicas y que su fuerza electromotriz es doble que la de las pilas de zinc", continúa.


Más detalles en: El Comercio (Perú)



28 de enero de 2020

¿A qué velocidad viaja la electricidad por el cable?


Como ya sabrás, la luz viaja muy rápido, aproximadamente a 299.792.458 metros por segundo, pero claro, ésta velocidad sólo se alcanza a través del vacío o lo que es lo mismo, el espacio, y nuestro planeta está completamente formado por materia, incluido el aire, por lo que nunca llega a darse este caso.

Pero ¿te has preguntado alguna vez a cuánta velocidad viaja la electricidad dentro de un cable como los que nos suministran la corriente a diario? Te adelantamos que la respuesta, comparada con la velocidad de la luz es casi ridícula y seguro que te va a dejar anonadado.

Para responder a esta pregunta debemos ampliar nuestra lupa y viajar al nivel subatómico. El término Átomo es una palabra que pertenece al griego antiguo y quiere decir «indivisible», aunque gracias a los descubrimientos hechos a lo largo de los siglos XIX y XX sabemos que no es así, pues el átomo se divide en distintas unidades como son los neutrones, sin carga eléctrica; los protones, con carga positiva y los electrones, con carga negativa. Estos últimos son lo que nos interesan en esta cuestión y sí que son indivisibles, al menos para la ciencia actual, y tienen un tamaño tan pequeño que es imposible de determinar.

La energía que se produce durante el desplazamiento de los electrones a través del cable es la que genera la electricidad pero sorprendentemente la velocidad que adquieren dichos electrones en un cable de cobre como los que recorren nuestra casa es menor a 1 milímetro por segundo. Para establecer una comparativa, es menor que la velocidad a la que se desplaza un caracol.

Esto es sorprendente principalmente porque cuando pulsamos cualquiera de los interruptores la luz se enciende automáticamente y los cables que recorren nuestras casas suelen ser considerablemente largos.

Pues bien, para entender el porqué de ese encendido automático debemos visualizar un pequeño tubo completamente relleno de canicas del mismo tamaño que su diámetro, ya que los electrones se sitúan en el cable de una manera parecida y en un tamaño casi infinitamente grande.

Si introdujéramos una canica más por un extremo del tubo podríamos observar que, por muy largo que éste sea, la canica que se encuentre en el otro extremo va a salir. Y es que así es el comportamiento de los electrones dentro del cable: uno sólo no recorre todo el cable, si no que al aparecer uno nuevo todos los demás se desplazan liberando el último, por lo que la velocidad de la corriente en su conjunto es similar a la velocidad de la luz.

Fuente: PLC Madrid

9 de diciembre de 2019

10 cosas que cambian tu cerebro (09/10): hacer malabarismo

Adquirir la habilidad de mantener tres pelotas dando vueltas en el aire no solo es sumamente divertido. 


De acuerdo con una investigación de la Universidad de Oxford (Reino Unido), produce cambios en la materia blanca del cerebro a cualquier edad. La materia blanca es la maraña de fibras nerviosas que conducen señales eléctricas entre neuronas y conectan unas células nerviosas con otros, mientras en la materia gris se procesa la información. 

Trabajando con 24 voluntarios Heidi Johansens-Berg y sus colegas comprobaron que, después de seis semanas practicando con las bolas de malabares durante 30 minutos diarios, había cambios visibles en su cableado cerebral en zonas relacionadas, sobre todo, con la visón periférica, una capacidad que resulta muy útil en la vida cotidiana.

26 de noviembre de 2019

George Green: el molinero que revolucionó el electromagnetismo

El físico y matemático inglés George Green publicó sus primeros artículos con las suscripciones de sus vecinos mientras trabajaba en el molino familiar.

Una niña, frente al molino de la familia Green, actualmente convertida en museo de ciencia e historia.

A principios del siglo XIX, los científicos provenían de familias adineradas o de clase alta, que se podían permitir años de costosa educación para sus hijos. Sin embargo, la vida del matemático y físico George Green, responsable de grandes avances en el electromagnetismo y en la teoría de ecuaciones en derivadas parciales, fue muy diferente.

No se sabe exactamente cuando nació, pero fue bautizado el 14 de julio de 1793 en Nottingham (Inglaterra). En 1801, con ocho años, fue inscrito en la escuela de Robert Goodacre, una reputada institución privada. Pero apenas un año más tarde tuvo que abandonar su formación para trabajar en la panadería familiar; el negocio iba bien y querían expandirlo.

En 1807, su padre compró un terreno en una villa cercana a Nottingham y construyó un molino. En 1817 la familia Green se trasladó a una casa construida en la misma finca y George, con 24 años, se inició en el oficio de molinero. Durante estos años, estudió física y matemáticas de forma autodidacta. Aunque no está del todo claro cómo pudo acercarse a estas disciplinas con solo un año de escolarización, es posible que un vecino de Nottingham, John Toplis, le ayudara. En ese momento era la única persona en la ciudad con la formación suficiente en matemáticas para enseñar a Green (tradujo del francés el primer volumen de la Mécanique Céleste de Laplace en 1814), y además, vivía cerca de la familia antes de que se mudasen.


En 1823 Green se unió a la Biblioteca de Subscripción de Nottingham, lo que le dio acceso a revistas científicas como los Philosophical Transactions of the Royal Society, aunque sólo del ámbito nacional. Entre 1823 y 1828 nacieron sus primeros dos hijos, falleció su madre y trabajaba a tiempo completo, pero el tiempo del que disponía lo empleaba en estudiar en el piso superior del molino.

En 1828 publicó su primer trabajo, An Essay on the Application of mathematical Analysis to the theories of Electricity and Magnetism. Creyéndose un total aficionado, Green no lo envió a ninguna revista científica, sino que puso un anuncio en un periódico local anunciando su inminente publicación y pidiendo a la gente interesada en recibirlo que pagase una cuota para costear la producción de una tirada. El precio de la subscripción era 7,5 chelines, lo que equivalía aproximadamente al salario de una semana de un obrero. Aun así hubo 51 personas que respondieron al anuncio y recibieron su correspondiente copia, muchas de ellas pertenecientes a la Biblioteca de Subscripción de Nottingham. Aunque la inmensa mayoría no entenderían de que trataba el trabajo, alguna de las copias llegó a Sir Edward Bromhead, quien sí tenía los conocimientos adecuados para apreciarlo. Tras leerlo, se apresuró a escribir a Green ofreciéndole ayuda para futuras publicaciones.

Durante dos años no contestó, considerando que la carta había sido pura cortesía y que, dada la diferencia de clases sociales, hubiese sido de mala educación responder. Pero convencido por un amigo, finalmente lo hizo, dando comienzo a una importante colaboración. Entre 1830 y 1833 Green escribió otros tres artículos y Bromhead se encargó de que dos fueran publicados por la Cambrige Philosophical Society y el otro por la Edimburg Royal Society.

Bromhead le propuso viajar a la Universidad de Cambridge, conocer a importantes científicos, y comenzar sus estudios allí. Aun con ciertas dudas y tras sortear varias dificultades, Green dejó el molino –que años después se convertiría en un museo de ciencia en su honor- y comenzó a estudiar en la universidad a la edad de 40 años.

Se graduó en 1837, siendo el 4º de su promoción. En 1839 obtuvo un puesto de investigación en la universidad, pero a comienzos de 1840 cayó enfermo y tuvo que volver a Nottingham. Un año más tarde murió, con 49 años de edad. En el corto periodo que formó parte de la comunidad científica, ni Green ni sus compañeros supieron ver la importancia de sus matemáticas.

Pero con el paso del tiempo, su influencia en la ciencia fue creciendo: el concepto de potencial, que había ideado en su artículo de 1828, fue adoptado en la teoría del electromagnetismo (por ejemplo, en las ecuaciones de Maxwell) y en teoría de campos; las técnicas matemáticas que había desarrollado en ese mismo texto llevaron al enunciado del que hoy se conoce como Teorema de Green, y que aprenden en su primer año de carrera todos los estudiantes de física y matemáticas. También llevan su nombre las funciones de Green que ideó para resolver aproximadamente ecuaciones en derivadas parciales y que son una herramienta clave en la moderna teoría cuántica de campos. Sin duda, consiguió alcanzar su mayor sueño: contribuir a la ciencia.

Artículo tomado de: El País (Ciencia)
 

¿Qué son los números imaginarios?


En la Italia renacentista de comienzos del siglo XVI uno de los espectáculos callejeros más populares en la ciudad universitaria de Bolonia eran los duelos. Pero no solo los de espadas. También había combates puramente intelectuales.

Se trataba de desafíos matemáticos, en los que dos o más expertos batallaban por encontrar la solución a un problema. El duelo se llevaba a cabo en plazas públicas y era seguido por miles de habitantes.

Fue en esta época que algunos matemáticos italianos se empezaron a dar cuenta de que algunas ecuaciones eran imposibles de resolver. 

En particular, aquellas cuya resolución requería calcular la raíz cuadrada de números negativos.
Como quizás recuerdes de la escuela, los números negativos no tienen raíces cuadradas: no hay un número que, cuando se multiplica por sí mismo, da un número negativo. 
 
Esto se debe a que los números negativos, cuando son multiplicados, siempre producen un resultado positivo. Por ejemplo: -2 × -2 = 4 (no -4).

Pero los matemáticos Niccolo Fontana (alias Tartaglia) y Gerolamo Cardano se dieron cuenta de que si permitían la existencia de raíces cuadradas negativas, podían resolver ecuaciones verdaderas -o con "números reales", como se conoce a los números que poseen una expresión decimal-.

La "unidad imaginaria" o "i" es la raíz cuadrada de -1, un número que fue inventado en el siglo XVI en Italia. >

Fue así como crearon una unidad nueva, imaginando la raíz cuadrada de -1 (o √-1 en términos matemáticos).

En 1573 otro matemático renacentista, Rafael Bombelli, explicó cómo funcionaba la aritmética con este nuevo concepto, en una obra llamada "Álgebra".

Allí señaló que la unidad nueva no era positiva ni negativa y, por lo tanto, no obedecía las reglas habituales de la aritmética.

Por cerca de un siglo muchos pensadores rechazaron esta nueva idea, llamando a esta unidad inventada "ficticia, imposible o sin sentido".

Uno de los detractores fue el filósofo francés René Descartes, quien en su obra "La Géométrie" (1637) bautizaría a la invención con el término despectivo de "números imaginarios".

i

Pasarían muchas décadas más para que los matemáticos empezaran a aceptar a estos números imaginarios, que desafiaban la lógica, como algo válido y genuino.

En 1707, otro francés, Abraham de Moivre, relacionó los números imaginarios con la geometría, logrando así usar esta disciplina para resolver complejos problemas algebraicos.

Setenta años más tarde, los números imaginarios tendrían finalmente su propio símbolo: i (gracias al matemático suizo Leonhard Euler).

Y su uso permitiría extender el sistema de números reales (R) al sistema de números complejos (C), donde se combinan números reales con números imaginarios.

Quizás todo esto suena como algo completamente abstracto y sin utilidad real, que solo podría interesarle a intelectuales que viven en el mundo de las ideas, pero esa está lejos de la realidad.

En el siglo XX, los números imaginarios empezaron a tener muchos usos prácticos, permitiendo a ingenieros y físicos, entre otros, resolver problemas que de otra forma no hubieran tenido solución.

Telecomunicaciones

Hoy estos números imaginarios y complejos están detrás de algunas de las tecnologías más esenciales que usamos.

Resultaron especialmente valiosos cuando se inventó la electricidad, ya que son muy útiles para analizar cualquier cosa que se expresa en ondas (como las ondas eléctricas).
La ingeniería eléctrica utiliza números complejos, en los que "i" es usado para indicar la amplitud y la fase de una oscilación eléctrica.


Sin estos números, no se hubiera podido desarrollar las telecomunicaciones. No existiría la radio, la televisión e internet y hoy no estarías leyendo esta nota en tu computadora, tablet o celular.
Los números imaginarios también permitieron todo tipo de desarrollos tecnológicos y científicos, desde el radar y el GPS hasta la resonancia magnética y las neurociencias.

La física cuántica reduce todas las partículas a formas de onda, lo que significa que los números complejos son fundamentales para comprender ese extraño mundo.

No sólo podrían ser clave para el futuro, sino que algunos creen que eventualmente podrían servir para responder una de las grandes incógnitas que siguen dejando perplejos a los científicos: ¿qué pasó antes del Big Bang y cuándo empezó realmente el tiempo?

¿En serio?

La clásica teoría general de la relatividad de Albert Einstein vinculó el tiempo con las tres dimensiones espaciales con las que todos estamos familiarizados (arriba-abajo, izquierda-derecha y adentro-afuera), creando un "espacio-tiempo" cuatridimensional en el que el tiempo solo puede avanzar. 

Una teoría brillante, pero cuando se aplica a la creación del Universo surgen problemas.
Pero si invocas la teoría cuántica y le agregas algo de tiempo imaginario y todo empieza a cobrar sentido... al menos para los cosmólogos. 

El tiempo imaginario se mide en números imaginarios y, a diferencia del tiempo real, puede avanzar y retroceder como una dimensión espacial adicional.
Y eso le da al Big Bang un momento para comenzar.

Fuente: BBC Mundo


19 de febrero de 2019

Peruano gana premio por crear "software" que revolucionará la ingeniería eléctrica

Egresado de la Universidad Nacional de Ingeniería, su empresa, ABS Ingenieros, es representante de la Marca Perú

Ingeniero peruano Walter Sánchez Moyna recibió el Premio Era a la Calidad Internacional del Siglo (Century International Quality Era Awards), por su valioso aporte científico a la innovación y la tecnología, en Suiza.

En una ceremonia realizada en Ginebra, Suiza, el ingeniero peruano Walter Sánchez Moyna recibió el Premio Era a la Calidad Internacional del Siglo (Century International Quality Era Awards), por su valioso aporte científico a la innovación y la tecnología.

“Recibir este galardón es el reconocimiento a todos estos años de trabajo y un aliciente para continuar desarrollando tecnologías de calidad desde el Perú, mi tierra y mi inspiración, para el mundo”, afirmó tras recibir el trofeo de oro a la “Excelencia, liderazgo, calidad e innovación tecnológica”.

Dicho galardón fue entregado por La  Busisness Inicitative Directions Group One (BID), entidad que reconoce el aporte de las empresas y personas al desarrollo de la ciencia y la tecnología en todo el mundo. 

Nuestro compatriota y su equipo de trabajo fueron premiados por el diseño de dos "softwares": DLT-CAD (De líneas de transmisión de energía eléctrica) y Dired-CAD (De redes eléctricas de distribución de baja y media tensión), que permiten ganar precisión en el desarrollo de proyectos orientados a ampliar la red eléctrica. 

Ambos sistemas permiten, además, optimizar los tiempos de ejecución de las obras en más del 80% y reducir sus costos en más del 60%.

Seguir iluminando el mundo

Sánchez es ingeniero eléctrico y electrónico, egresado de la Universidad Nacional de Ingeniera (UNI) y fundador de la empresa ABS Ingenieros, entidad reconocida como embajadora de la Marca Perú, distinción con la que ha representado a nuestro país en diversas ferias de ciencia y tecnología. 

Softwares como los que ha desarrollado Walter Sánchez son tradicionalmente diseñados en países como Estados Unidos, entre otros del primer mundo.

“Mi sueño es seguir iluminando la vida de más personas. Continuaremos mejorando y perfeccionando nuestros diseños, los que ya cuentan con certificaciones exigidas por la comunidad europea e Internacional”, comentó. 

ABS ingenieros y su fundador han obtenido también otros premios, entre ellos a la Excelencia en Control de Calidad, recibido en Colombia, y el otorgado por el Concytec por su aporte a la ciencia

Los "softwares" desarrollados por Sánchez Moyna han despertado gran interés en diversos mercados y ya se emplean en países como Brasil, Colombia, España, México y Perú. 


12 de diciembre de 2018

Estudiante peruano gana segundo lugar en concurso de History Channel

Recibirá 40 mil dólares para desarrollar proyecto que genera energía eléctrica a partir de especies bacterianas.

Un estudiante universitario peruano consiguió el segundo puesto en el concurso internacional "Una idea para cambiar la historia", promovido por la cadena televisiva internacional History Channel.

El proyecto de Hernán Asto Cabezas, de la Universidad Alas Peruanas, se denomina "Alinti" y consiste en un dispositivo híbrido de arcilla que genera energía eléctrica a partir de más de cinco especies bacterianas anaerobias y aerobias risosféricas. Para ello, utiliza un conjunto de plantas seleccionadas de raíces tuberosas y ramificadas.

Alinti (dos palabras aimara y quechua que significan planta y sol) logró ubicarse entre los 10 más novedosos junto a México, Brasil, Colombia, Ecuador, Argentina, Panamá, entre otros países. Inicialmente se presentaron más de 7,000 postulantes de todo el mundo y en la última etapa quedaron diez finalistas.

El proyecto peruano logró reunir más de 71 mil votos. Al haber ingresado a la recta final, podrá acceder al financiamiento otorgado por la importante cadena televisiva. En el caso de los peruanos, recibirán 40 mil dólares.

"Estoy muy orgulloso de ser peruano y de ser latinoamericano. Gracias a todas las personas que confiaron en nosotros y en mi idea para cambiar la historia. Gracias a mi familia, a mis maestros, al Perú y a todos los que votaron y creyeron en nosotros. Alinti es un proyecto muy importante que trabajaremos para hacer realidad!", señaló Asto, estudiante de la Escuela Profesional de Ingeniería Civil de la citada universidad.

Tras obtener el segundo lugar en el citado concurso, el proyecto será implementado en las poblaciones rurales del Perú para beneficiar a los más de cuatro millones de peruanos que no cuentan con acceso a energía eléctrica. También tendrá un importante impacto en las localidades rurales de Latinoamérica que carecen de este vital recurso.
 
Sobre el concurso

El concurso “Una idea para cambiar la historia” buscó descubrir a personas con ideas innovadoras que podrían cambiar el curso histórico de la humanidad, motivándolas a que compartan y den a conocer al mundo sus diseños.

A nivel de Latinoamérica, se realizó en Perú, Colombia, Argentina, México y Chile, y las ideas que se presentaron estuvieron centradas en cinco campos de acción: energía renovable, alimentación, comunidad, salud y tecnologías aplicadas.
 
 
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