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19 de junio de 2013

‘Smartphones’ para todo el mundo

Si nuestros padres solo escucharon música con el vinilo, los hijos hemos pasado por el elepé, la cinta de casete, el CD, el DVD y, ahora, por la nube. El periodo acelerado de la historia tecnológica lo es aún más en el mundo de las telecomunicaciones y, particularmente, el telefónico. Hace tan solo tres décadas que llevar un móvil era considerado un símbolo de pijismo y de aparentar. Parte de eso había, pues, con aquellos móviles —llamados así por la ausencia de cordón no por su ligereza— y aquellas redes, el aparato no resultaba muy útil. Sin embargo, en poco más de una década, el número de móviles en España superó al de su población. Se había convertido en un artículo de primera necesidad.

El fenómeno se repitió con el teléfono móvil y además inteligente, el smartphone. Cuando en junio de 2007, Steve Jobs presentó el iPhone no solo impulsó a su empresa, Apple, a cifras estratosféricas, también cambió la forma de comunicarse de la humanidad.

Jobs no fue, por supuesto, el inventor del smartphone, ni solo a él hay que atribuirle todo el mérito, pero sí desencadenó tal competencia en fabricantes y operadoras que favoreció la bajada de precios. Si, nuevamente, en un principio, el móvil inteligente se analizó como artículo de lujo, hoy, seis años después, es un accesorio básico en Manhattan y en Calcuta. En las expediciones extremas al Everest o en el mercado de cabras de la sabana keniana.

E ste año, por primera vez, se venderán en el mundo más smartphones que móviles básicos. Y no será gracias a los consumidores de Estados Unidos o de Europa, sino a latinoamericanos y asiáticos (India y China), principalmente. Pero para ello tuvo que aparecer Google, que regaló a los fabricantes Android, un software, un sistema operativo adaptable a cualquier teléfono. Sin Android, los precios no hubieran caído tanto, pues el dominio de Apple le hubiera permitido seguir marcando precios y hasta tarifas. Ahora, para cerrar el círculo de smartphone al alcance de todos, será Apple quien también comience a fabricar smartphones básicos.
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Edward Snowden: El gobierno no podrá encubrir esto

(cc) Neo_II / Flickr

Edward Snowden, quien reveló el plan PRISM de vigilancia que mantiene la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) con ayuda de compañías tecnológicas en EE.UU., respondió algunas preguntas de internautas comunes y corrientes en un evento organizado por The Guardian. En la conversación, Snowden aseguró que “el gobierno no podrá cubrir esto encarcelándome ni asesinándome. La verdad viene y no puede ser detenida”.

Snowden manifestó una vez más temores respecto a que Estados Unidos lo juzgue, asegurando que el gobierno “inmediata y predeciblemente destruyó cualquier posibilidad de un juicio justo en casa, declarándome abiertamente culpable de traición”. El joven de 29 años reiteró que su motivación para dar a conocer este programa confidencial era que las personas supieran “el tipo de cosas que el gobierno hace en su nombre, o que ‘el consentimiento de los gobernados’ es insignificante”.

Empresas

Lamentablemente, Snowden no entró en detalle respecto al funcionamiento de PRISM. Cuando se le consultó respecto a qué significaba el “acceso directo” a los datos de los usuarios, simplemente aseguró que “ya vienen” más detalles sobre cómo la NSA accede a los datos.

Prácticamente todas las empresas involucradas en PRISM han rechazado que el gobierno tenga “acceso directo” a sus servidores para retirar información, asegurando además jamás haber escuchado sobre el programa. Cómo funciona entonces el acceso que tiene la NSA se ha mantenido en el misterio.

Snowden afirmó que los comunicados enviados por las empresas rechazando PRISM “pasaron por varias revisiones, y se ha vuelto cada vez más claro que estaban engañando, incluyendo lenguaje idéntico y específico en todas las compañías. Como resultado de estas revelaciones y la influencia de estas empresas, finalmente estamos empezando a ver más transparencia y mejores detalles de estos programas por primera vez desde su creación”.

Seguridad

Según Snowden, si no quieres que lean tu correo es posible protegerlo al cifrarlo. “Los sistemas criptográficos fuertes bien implementados son una de las pocas cosas en las que puedes confiar. Lamentablemente, la seguridad en el punto final es tan terriblemente débil que la NSA puede encontrar frecuentemente formas de saltarla”, afirma.

El joven también se refirió al debate público que se ha generado desde que se revelaran las primeras informaciones. “Al principio estaba muy entusiasmado. Lamentablemente los medio masivos ahora parecen mucho más interesados en lo que dije cuando tenía 17 o cómo luce mi novia que, digamos, el mayor problema de vigilancia sin sospecha de la historia de la humanidad”, dice.

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FayerWayer

18 de junio de 2013

Se cumplen 50 años de la primera mujer que viajó al espacio

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Hoy se cumplen 50 años desde el 16 de junio de 1963, el día en que la rusa Valentina Tereshkova a bordo del Vostok 6 se convirtió en la primera mujer en llegar al espacio y completar 48 órbitas en torno a nuestro planeta. La hazaña ocurrió dos años después del viaje de Yuri Gagarin, y unas dos décadas antes que los estadounidenses enviaran a la primera norteamericana al espacio, Sally Ride.

Para poder unirse al Cuerpo de Cosmonautas soviético, Tereshkova debía pertenecer a la Fuerza Aérea Soviética, por lo que fue iniciada de forma honrosa, lo que técnicamente significa también que se convirtió en la primera persona civil (o no perteneciente a ningún ejército) en llegar al espacio, pues la cosmonauta era una trabajadora de una fábrica textil y paracaidista aficionada.

La carrera de Tereshkova se truncó de un momento a otro tras la muerte de Yuri Gagarin en 1968, pues “me prohibieron volver a volar otra vez, incluso pilotear aviones, ya que las repercusiones de la muerte de Gagarin fueron tan grandes que quisieron mantenerme a salvo“, recordó recientemente en una conferencia de prensa en la sede de las Naciones Unidas en Viena, en el marco de una conferencia del Comité por el Uso Pacífico del Espacio Exterior.

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FayerWayer

¿Qué hay de cierto científicamente en «Good Bye, Lenin!»?

La película alemana estrenada en 2003 puede ayudar a que nos preguntemos algunas cuestiones sobre el cerebro, el estado de coma y cómo una persona puede permanecer inconsciente, tal y como le ocurre a la madre del protagonista.

La película que reseñamos hoy, Good Bye, Lenin!, es una obra clásica del cine contemporáneo. Dirigida por Wolfgang Becker, y protagonizada por Daniel Brühl, aborda de forma crítica aspectos sobre un sistema comunista en caída libre, en 1989, y las rarezas de la llegada del capitalismo a Berlín, tras la caída del Muro.

Alex vive con su madre, Christiane, en la República Democrática Alemana, una mujer entregada al socialismo, que cuida de sus dos hijos desde que años atrás su marido se exiliara a la Alemania Occidental. Tras ver a su hijo en unos disturbios con la policía, la mujer pierde el conocimiento, y permanece en estado de coma durante ocho meses.

Transcurrido ese tiempo, todo ha cambiado en la vieja ciudad de Berlín. Cuando Christiane despierta, el Muro ya ha caído, y ha comenzado la reunificación de las dos Alemanias, entrando con fuerza el capitalismo sobre la capital. Para evitar el shock que podría sufrir su madre, que podría ver cómo sus ideas se han esfumado, Alex concibe con su familia y amigos un plan para hacerla creer que todo sigue igual tras despertar del coma.

¿Qué perspectiva científica podríamos extraer de la película? A priori, ninguna. Pero si escarbamos un poco más, me ha dado por pensar, revisando esta película, el lado más científico de las situaciones de los personajes. En particular, por qué entra la madre de Alex en coma, y qué sabemos hoy en investigación sobre la pérdida de consciencia y el estado del cerebro en estas situaciones.



¿Qué significa para la neurociencia estar conscientes? ¿Cómo podemos evaluar si una persona está saliendo del coma o su cerebro se encuentra en estado vegetativo? ¿Existe algún tipo de escala que puedan usar los médicos para saber si los pacientes, como Christiane en la película, están conscientes o no? Hoy trataremos de responder a estas cuestiones.

Podríamos pensar que la diferencia entre una 'persona consciente' y una que no lo está, sería lo mismo que distinguir a una persona que está dormida de una que permanece despierta. Incluso, más que la observación empírica sobre si alguien mantiene los ojos abiertos o puede realizar diversos gestos o movimientos, podríamos usar herramientas médicas como el encefalograma para así detectar las distintas señales eléctricas del cerebro.

Desde hace años, la ciencia se esfuerza por definir exactamente qué es la consciencia. En un seminario organizado en 1983, ya se estableció que los límites de la consciencia eran difíciles de determinar de manera cuantitativa y satisfactoria. Pero quizás debamos plantear este concepto a la inversa. En otras palabras, si no sabemos establecer con claridad qué es la consciencia, probemos analizando los estados de no consciencia.

De esta manera, desde la psicología se diferencian en general tres 'desórdenes de la consciencia': el estado de coma, el estado vegetativo y lo que se conoce como estado de mínima consciencia. Estos tres conceptos son diferentes, y los pacientes que los sufren muestran diferentes capacidades cognitivas y motoras. Incluso hay quien habla de las personas anestesiadas como buenos individuos para evaluar los estados de consciencia controlada.

Lo que sí sabemos en muchos casos es el origen de los diferentes estados de inconsciencia. En particular, tal y como le ocurre a Christiane en la película, frecuentemente el coma o el estado vegetativo están provocados por un traumatismo. En estas situaciones, se sabe que existe daño cerebral localizado. Gracias a estos estudios y análisis, hoy sabemos que la responsabilidad sobre la consciencia recae en el conocido como sistema activador reticular ascendente o sistema SARA.

SARA está definido por los neurocientíficos como una compleja red neuronal en la que participan dos vías, de nombres un tanto complicados: la reticulotalamocortical y la extratalámica. Ambas rutas lo que hacen es trasladar la información sensorial a nuestra corteza cerebral, y en el caso de que seamos plenamente conscientes, podamos administrar de manera correcta esta información y procesarla.

Si analizamos la consciencia desde el punto de vista fisiológico, hay estudios que la dividen en dos componentes: el propio despertar y el contenido. El primero resulta interesante, ya que resulta lógico pensar que en el caso de personas sonámbulas, no existe una consciencia plena de su estado, a pesar de que sí sean capaces de realizar comportamientos motores complejos, como caminar. Respecto al segundo componente, el contenido, se entiende que es la suma de las funciones mentales cognitivas, las afectivas y otras funciones corticales superiores.

Y es que autores como Plum han dibujado el estado consciente en tres peldaños, que debemos ir ascendiendo a nivel cognitivo y motor, para percibir plenamente la realidad que nos rodea y nuestra propia situación individual:
  1. La capacidad de 'despertar' sería el primer nivel consciente, algo que entendemos no es posible en los ocho meses en que está en coma la madre de Alex en Good Bye, Lenin!
  2. En segundo lugar, ser consciente significaría regular nuestro estado en base a la función afectiva, la atención o la integración cognitiva. Es decir, no se trataría solo de 'abrir los ojos', sino de comenzar a detectar nuestras funcionalidades cerebrales. No solo estamos despiertos, también podemos sentir y percibir lo que ocurre a nuestro alrededor. En este segundo escalón dependemos de la integridad del sistema límbico, y también participan el hipotálamo, la amígdala, el cíngulo y el área septal del cerebro.
  3. Por último, en nuestro tercer peldaño de la consciencia, deberíamos encontrarnos con percepciones mucho más complejas, como la orientación respecto a nosotros mismos y al medio, la actividad motora o nuestra propia conducta.
Hasta el momento, aunque el sistema SARA es el más conocido como la parte del cerebro encargada de la consciencia, lo cierto es que todavía existen mecanismos neuronales desconocidos por estudiar. Y es que el estado consciente es de extrema complejidad, y más lo es el shock que puede darse al 'despertar' de un coma, como ocurre en el caso de Christiane.

Aunque ese último tema lo abordaremos otro día, lo cierto es que el cerebro sigue constituyendo un desafío misterioso para los investigadores, por lo que proyectos como el europeo Human Brain Project pueden ir ayudando a responder a algunas de estas intrigantes cuestiones. Quién sabe, quizás algún día podamos resolver de manera definitiva las dudas e interrogantes sobre la consciencia y las situaciones patológicas relacionadas.

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Los aficionados a los videojuegos ven el mundo de manera diferente

Un estudio de la Universidad de Duke pone a prueba a aficionados y no usuarios de videojuegos, para evaluar su agilidad mental y capacidad de decisión. Mediante un examen de memoria visual se demostró que los mejores resultados eran los de los gamers.

Desde hace tiempo los resultados de diversas investigaciones están apoyando el uso de los videojuegos, dadas las significativas mejoras en las capacidades cognitivas de los aficionados. Hace unos meses conocíamos cómo los videojuegos de simulación provocaban un incremento de la atención selectiva y del rendimiento del procesamiento periférico.

Y es que la vieja idea de que los videojuegos son malos ha quedado totalmente descartada por la ciencia. La mejora de las capacidades cognitivas es evidente. En estos días que asistimos a nuevas presentaciones de la feria E3 de Los Ángeles, una nueva investigación vuelve a apoyar los efectos beneficios de los videojuegos sobre los aficionados que los usan de manera habitual.

Un estudio realizado en el Stephen Mitroff's Visual Cognition Lab, del Área de Psiquiatría de la Universidad de Duke, confirma que los usuarios de videojuegos perciben la realidad de manera diferente. En su trabajo, publicado en la revista Attention, Perception and Psychophysics, los participantes que estaban acostumbrados a usar videojuegos de manera habitual veían de manera más inmediata la realidad, y eran capaces de tomar decisiones de forma más rápida que los que no jugaban.

En otras palabras, los aficionados a los videojuegos podían extraer más información de una misma escena visual. Para confirmar su hipótesis, el equipo dirigido por Greg Appelbaum reclutó a 125 participantes, entre los que se encontraban usuarios que jugaban de manera muy intensa a la consola, y aquellos que no practicaban este tipo de entretenimiento.

El estudio consistió en realizar un pequeño juego visual, en el que los participantes veían durante solo una décima de segundo un círculo formado por ocho letras. A continuación, la imagen desaparecía, y aparecía una flecha señalando un punto donde antes habría estado una letra, con una demora que variaba entre los 13 milisegundos y los 2,5 segundos. Los participantes debían responder después qué letra correspondía a la flecha que aparecía después.

Los resultados del análisis demostraron que los aficionados a los videojuegos respondían más rápido a los estímulos visuales. No solo es que fueran más ágiles, sino que también se observó que necesitaban menos información para llegar a las mismas conclusiones. En otras palabras, eran capaces de realizar mejor lo que se conoce como inferencia probabilística, necesaria para tomar una decisión.

Los investigadores norteamericanos plantearon tres posibles explicaciones a sus resultados: que los gamers vieran mejor, que tuvieran una mayor memoria visual o que su capacidad de decisión fuera más ágil. Descartada la segunda opción, los científicos creen que se debería profundizar en este estudio analizando las ondas cerebrales y las imágenes por resonancia magnética de los participantes, para así entender por qué presentan ventajas competitivas en estos entrenamientos visuales.

Un estudio, como conclusión, que vuelve a demostrar los efectos beneficiosos de los videojuegos sobre los usuarios. Los aficionados ven el mundo desde otra perspectiva, mucho más rápida, lo que redunda en una evidente mejora en cuanto a su capacidad de decisión y su agilidad mental.

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17 de junio de 2013

¿Cómo aprende el cerebro a controlar máquinas mentalmente?


Las áreas neuronales activadas en el cerebro iban cambiando a medida que los sujetos se volvían más expertos en el ejercicio. 


La actividad observada en el cerebro durante el uso de una máquina manejada por control mental es similar a la actividad cerebral que tiene lugar cuando se aprenden habilidades motoras nuevas, como andar en bicicleta o tocar el piano.

Esas son las conclusiones de un nuevo estudio científico publicado en la revista especializada Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

Los siete sujetos que participaron en el experimento progresaron desde pensar sobre una tarea hasta procesar mental y automáticamente su ejecución.

Los científicos les pidieron que jugaran en la computadora a un juego en el que tenían que hacer que una pelota se moviera por la pantalla, utilizando para ello sólo la mente.

Durante el estudio se registró la actividad neuronal de los participantes mediante el uso de sensores cerebrales vinculados a una computadora que "tradujo" los impulsos eléctricos en acciones.

"Es parecido a aprender a hacer una nueva tarea motora, pero a la vez es muy distinto en el sentido de que el cerebro no recibe ninguna retroalimentación sensorial"

Jeremiah Wander

Al analizar la actividad cerebral los investigadores vieron que las áreas neuronales activadas en el cerebro iban cambiando a medida que los sujetos se volvían más expertos en la realización del ejercicio.

Y observaron que a medida que adquirían un mayor dominio de la ténica bajaba la intensidad de actividad en áreas que están relacionadas con los movimientos motores y el aprendizaje abstracto.

Perfeccionar el control mental

Varios estudios recientes utilizaron tecnología de interfaz cerebro-computador (en inglés Brain Computer Interfaces, BCI) para demostrar que nuestras mentes pueden controlar varios objetos, como un brazo robótico. 

"Pero todavía hay mucho misterio sobre la manera en que aprendemos a controlarlos", le dijo a la BBC el investigador líder de este estudio Jeremiah Wander, de la Universidad de Washington en Seatle, Estados Unidos.

"Es parecido a aprender a hacer una nueva tarea motora, pero a la vez es muy distinto en el sentido de que el cerebro no recibe ninguna retroalimentación sensorial", explicó.


Experimento con sensores cerebrales

Los científicos ya lograron crear un helicóptero y una silla de ruedas cuyos movimientos se pueden controlar con la mente. 

Wander y su equipo creen que estos resultados podrían ayudar a perfeccionar el control mental de los objetos, en un mundo en el que los seres humanos podrán realizar tareas cada vez más complejas con sólo pensarlas.

"Ahora tenemos información a partir de las propias señales cerebrales sobre si un usuario ha logrado desarrollar o no una competencia avanzada en el nivel de complejidad actual de una tarea", explicó.

"Si trabajamos para añadir poco a poco más niveles de dificultad podemos ir cruzando las líneas que delimitan la complejidad de los objetos que la gente puede llegar a controlar con sus mentes", dijo Wander.

Aprendizaje por "intentos sucesivos"

Ian Daly, de la Universidad de Reading, en Reino Unido, que trabaja en el desarrollo de tecnología BCI no invasiva, cree que el estudio de la universidad de Washington podría ayudar a otros científicos a desarrollar BCI más útiles para el análisis de las distintas interacciones neuronales del cerebro.

"A partir de informes publicados anteriormente suponemos que hay una respuesta similar en el cerebro cuando haces un movimiento y cuando imaginas que haces ese movimiento", dijo Daly.

Desde su punto de vista "lo novedoso de este estudio no es el descubrimiento de qué área está involucrada en el aprendizaje. Lo novedoso es el estudio de los efectos del aprendizaje a partir de los intentos sucesivos, en un contexto de uso de tecnología BCI", le dijo a la BBC.

"Este estudio destaca que las interconexiones neuronales del cerebro no son estáticas. Son dinámicas y cambian con el tiempo", valoró.

Fuente:

BBC Ciencia
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