Latest Posts:

2 de enero de 2013

Padre transforma viejo panel de televisión en “nave espacial”

kidspaceship1a-thumb-550xauto-108331

¿Te imaginas despertar en tu propia nave espacial? El sueño de todo niño es lo que cumple cada mañana el pequeño Finn, de tan solo cinco años, quien tiene en su habitación un antiguo panel de televisión que le permite hacer volar su imaginación. La obra existe gracias a Jeremiah Gorman, su orgulloso padre.

El panel de la nave se hizo a partir de una mesa de mezclas de video Grass Valley, que fue recogido por un amigo de Gorman detrás de una estación de televisión local. A pesar del tamaño, no fue impedimento para ajustarlo dentro de la habitación con algo de imaginación.

Debido a la antigüedad del aparato, Gorman decidió hacer unas pequeñas modificaciones, agregando unos medidores en zonas dañadas o en blanco, también iluminó partes de la habitación para que fueran manejadas por el panel cuando el niño quisiera. A pesar de todo, la mayoría de las piezas tenían buena movilidad.

Si pudieras elegir algo especial que tener en tu habitación ¿qué sería?

Más fotografías en:

FayerWayer

España: Más competitivos, menos humanistas

Los planes de estudios tienden cada vez más hacia lo práctico y relegan otras materias clásicas

Los especialistas defienden su trascendencia para formar conciencias críticas y reflexivas

 


Visita escolar a un museo arqueológico. / SALVADOR BARKI (GETTY)

En lo más íntimo, cada español debe esconder un reformador de la enseñanza. Eso explicaría por qué cuando un español es nombrado ministro de Educación, va y la reforma. Desde 1978, cuando se aprobó la Constitución, se han aprobado seis leyes orgánicas. Alguna nació y murió sin rozar siquiera la vida de los escolares (la de 2002). Otras duraron un lustro, tiempo para acompañar escasamente a una promoción.

También el actual ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert tiene su idea para la escuela. De lo diseñado se confirma un rumbo que sí han compartido los sucesivos Gobiernos, junto a la hiperactividad legisladora (reveladora de que la educación nunca ha sido política de Estado): el refuerzo de una visión pragmática de la enseñanza, de su aproximación a las exigencias del mundo real, de encauzar cuanto antes a los alumnos hacia aquello que les facilitará el acceso a un empleo. Y el griego, por más que le espante al reciente premio Nacional de las Letras, el helenista Francisco Rodríguez-Adrados (“si no se tiene esa base se desdeña uno de los aspectos esenciales y ejemplares para aprender a razonar”), no se ve como una catapulta hacia el futuro.

Quienes defienden las humanidades suelen mirar al espíritu. Quienes propugnan pegarse a lo práctico miran al mercado de trabajo. Un bipartidismo casi perfecto. “Lo que nos estamos jugando no es un problema de que salgan más o menos eruditos, sino que salgan personas más libres”, advierte Víctor García de la Concha, actual director del Instituto Cervantes y antes de la Real Academia Española. “Se ha pensado que lo más útil es lo inmediatamente práctico, y no se consideran las ciencias del espíritu que es lo que configura al hombre”, agrega.

La reforma de Wert prima la lengua, las matemáticas y el inglés

“Sin entender modelos matemáticos sencillos, lo que estos pueden predecir y lo que no, los supuestos que requieren, la confianza que merecen, es prácticamente imposible participar activamente en campos aparentemente tan poco matemáticos como la biología, la economía, las finanzas, la contabilidad, la sociología, la ciencia climática, la ciencia política, la medicina o el marketing”, defendía con vehemencia en un artículo publicado en este periódico Luis Garicano, catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics.

A grandes rasgos, la reforma de Wert contentará más a Garicano que a García de la Concha. El tronco sobre el que pivotará la enseñanza serán las matemáticas, la lengua y el inglés. Se revalorizan los idiomas (novedoso campo de las humanidades muy apreciado por el mercado) y se minimizan las clásicas, que cotizan cada vez más a la baja. Saber latín no es un pilar elemental de la formación. No digamos griego. En el anteproyecto, el latín aparece por vez primera en el currículo en 4º de la ESO, pero será solo opcional para aquellos alumnos que elijan el bloque de enseñanzas académicas para el Bachillerato. Filosofía, otra clásica de las Humanidades, será también una asignatura específica a elegir.

En el Bachillerato, Filosofía (1º) e Historia de España (2º) son troncales, y el latín se limita a los estudiantes de Humanidades. El griego es optativo en dos ramas. Junto a otros barridos, Wert también ha suprimido la Economía —lo que podría hacer pensar que corre contra los tiempos—, pero la ha sustituido con una materia de título pragmático: Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial.

García de la Concha: “Nos jugamos que salgan personas más o menos libres”

Para Charo Macías, profesora de Inglés en secundaria desde hace 28 años, el viento de los tiempos sopla a su favor: el inglés es capital, aunque su enseñanza siga dando pie a extrañas contradicciones, como el hecho de que la evaluación en Selectividad se limite a una prueba escrita y no se contemple un examen oral. A pesar de dedicarse a una materia en alza, Macías, acaso porque su formación original fue la Historia, lamenta el arrinconamiento de las Humanidades. “En estos años han sufrido una devaluación, vaivenes continuos y poca reflexión. Es una devaluación que cala en el alumnado, que siente cierta presión para estudiar contenidos que los padres y la sociedad consideran útiles. Ha calado tan hondo que se preguntan para qué sirve estudiar Literatura o Filosofía y las Humanidades van contra el pragmatismo de la enseñanza”, reflexiona. Considera que por el camino de las reformas educativas se ha caído algo sustancial: “El objetivo de contribuir a la formación integral de la persona”. “Falta una conciencia del individuo sobre sí mismo, se pierde la capacidad de reflexión y de crítica”, añade.

En las aulas está ganando la batalla el partido de lo útil, aunque no se trata de un endemismo español. En opinión de Ricardo García Cárcel, catedrático de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona, “el mundo humanístico está devaluado a escala universal, no solo es un problema de España”. Y añade con rotundidad: “Para nosotros el alumno ideal es el latinoamericano, que está enormemente interesado por la Historia, ávido por saber. El nuestro es apático, más maleado por la influencia del entorno y nuestro mundo de fantasmas políticos”.

Ha de concederse a quienes legislan que el problema reside en priorizar. La entrada de nuevos conocimientos implica el arrinconamiento de otros. La jornada escolar es finita, aunque a veces la sociedad no parezca darse cuenta. “En cuanto surge un problema social, ya sea vial o sexual, se empieza a decir que hay que enseñarlo en el colegio. Eso me horroriza, porque no todo tiene que estar ahí”, advierte Charo Macías.

Los defensores de las humanidades miran al espíritu. Los que propugnan lo práctico, al mercado de trabajo

Contra la sobrecarga lectiva se pronuncia también Antonio Cabrales, catedrático de Economía de la Carlos III: “Comparados con otros países, nuestros chicos dan ahora más horas de clase que la media de los países de la OCDE, pero dan menos horas de Lengua y Matemáticas. Yo me centraría en estas asignaturas instrumentales en exclusiva. Eso es lo que hay que proteger. En el resto tener unos mínimos y a partir de ahí permitir que los estudiantes se construyan un currículum más flexible”.

Cabrales, además, no se arredra a la hora de denunciar presiones interesadas para mantener unas materias determinadas por los colectivos de profesionales que las imparten. Ya sean latinistas, historiadores o economistas. “Cada pequeño grupúsculo considera que su materia es más importante que las demás. En estas críticas influyen quienes defienden intereses particulares, pero el Gobierno tiene que defender el interés general”, subraya.

Sin embargo, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova, disiente, aunque concede que las protestas pueden parecer corporativas —en su gremio se movilizaron cuando trascendió que la primera intentona de Wert era convertir la Historia Contemporánea en una asignatura optativa para determinados bachilleratos—. “La historia es una poderosa herramienta de búsqueda e interpretación, sobre las causas de los hechos, pero también sobre el cambio y la continuidad. 

La historia no trata sobre el pasado muerto, sino que es una disciplina dinámica, que plantea constantemente nuevas preguntas y que resulta muy molesta a quienes quieren simplificar las cosas y no les gusta explorar en profundidad la condición humana”, señala. Y añade: “Uno puede conmemorar el bicentenario de la guerra de la independencia, pero si es sobre la dictadura de Franco, entonces sale a la luz el famoso argumento de que es mejor no remover el pasado. La historia reciente, no la actual, es incómoda. En realidad, cuando se aplican los instrumentos críticos, como decía Edward H. Carr, toda historia es historia contemporánea. Por eso es mejor relegar la historia obligatoria a las instituciones medievales o a la España de Viriato”.

Más allá del informe PISA, que constata un nivel insuficiente en comprensión lectora, competencia matemática y competencia científica entre los escolares españoles, ¿hay evidencias de la influencia de las asignaturas?

Ricardo García Cárcel cree que hay un deterioro del conocimiento histórico

No, según el economista Antonio Cabrales. Cuando los profesores de Economía alentaron la protesta por la supresión de su asignatura del Bachillerato —reconvertida en algo de título imposible, la ya citada Iniciación a la Actividad...—, el catedrático de la Carlos III decidió hacer unas pesquisas. “Me puse a buscar la evidencia del impacto de las asignaturas. Se dice que es un desastre que quiten esto o aquello, pero no sabemos si es más importante tener latín, historia o física. No hay evidencias. Nadie se ha preocupado hasta ahora de evaluar la importancia de las materias”, explica.

De lo que sí tiene evidencias Ricardo García Cárcel, tras cuatro décadas de enseñanza de Historia en la Universidad Autónoma de Barcelona, es del deterioro del conocimiento histórico con el que llegan sus nuevos alumnos. Da un ejemplo ilustrativo: “Tienen dificultades para ubicar cronológicamente a Felipe II”. Su pesimista diagnóstico se debe sobre todo a la situación de su especialidad en los programas educativos. 

“Tenemos algunos alumnos muy politizados, impregnados de discursos nacionalistas. En mi ámbito veo que no solo ignoran la historia de España, sino también la historia de Cataluña. La reducen a símbolos, a una historia de buenos y malos. Conocen por ejemplo la figura de Companys en su aspecto simbólico de mártir, pero apenas saben la historia de la Segunda República o la Guerra Civil”, plantea.

Víctor García de la Concha recurre a algo tan poco científico como un poeta, Pedro Salinas, para apoyar una de sus impresiones, que tampoco es literatura de la evidencia, pero sí fineza de oído: “Muchos muchachos apenas articulan una frase, eso significa un empobrecimiento del ciudadano y, al final, de la sociedad. Muchos muchachos son, como decía Salinas, ‘tullidos de la expresión”.

Fuente:

El País Sociedad

¿Se puede llegar al cielo con una torre de Lego?



Simulación de una torre de Lego

¿Es científicamente posible construir un rascacielos hecho de ladrillos de Lego?

Los niños no son los únicos a los que les gusta construir torres con bloques de Lego, el popular juego con ladrillos de colores.

Internet se ha plagado recientemente de aficionados que discuten qué tan alta puede ser una torre de Lego, cuántos ladrillos se necesitarían para crear una construcción tan alta que acabara rompiendo el ladrillo de la base. ¿Quiere saber la respuesta?

El departamento de Ingeniería de la Open University de Reino Unido intentó dar con la solución a pedido de la BBC.

Ian Johnston, experto en matemáticas aplicadas, confiaba encontrar la respuesta en internet, pero pronto se dio cuenta de que en la red sólo había especulación. Al fin y al cabo no mucha gente tiene acceso a una máquina de pruebas hidráulicas.

Experimento con bloques de Lego

La fuerza máxima que puede soportar un bloque es de 432 kg

Cuando los científicos colocan el ladrillo de 2x2 de Lego en la bandeja inferior de la máquina, se ve vulnerable.

Con un cilindro hidráulico haciendo presión y otra bandeja sobre el ladrillo que mide la fuerza que se ejerce, la pregunta es cuánto va a aguantar.

Poco a poco se va aumentando la carga sobre el bloque. Primero se aplican 3.500 newtons (N) de fuerza, el equivalente a poner 350 kg sobre el bloque.

Luego suben a 4.000 N... y el bloque se derrite como si fuera un pedazo de queso camembert caliente.

Bloque de Lego derretido

Así queda un bloque de Lego al aplicar demasiada fuerza sobre él

"El material ya no es capaz de resistir más. Tenemos lo que se llama un fallo plástico, el bloque se sigue deformando incluso aunque no aumente la carga", dice Johnston.

Más alta que una montaña

Entonces, ¿cuántos ladrillos habría que colocar, uno encima del otro, para que ocurriera lo mismo?

La fuerza máxima que puede soportar un bloque de Lego es de una media de 4.240 N, o 432 kg. Si divides eso entre la masa de un ladrillo, que es de 1.152g, entonces tienes como resultado los bloques que podría soportar una sóla pieza: 375.000.

O lo que es lo mismo... una torre de 3,5 km.

Comparativo con bloques de Lego

"Eso es más alto que la montaña más elevada de España y es significativamente más alta que el Monte Olimpo de Grecia, o la altura típica a la que la gente esquía en los Alpes", dice Jonhston.

Ahora bien, ¿es realmente posible construir una torre de Lego tan alta?

"No hay manera de que eso ocurra", dice Johnston. "Mucho antes de que se rompiera el ladrillo base, la estructura fallaría por sí misma, se deformaría y caería. Además hay que recordar que tendríamos que ser muy cuidadosos de colocar cada pieza de manera equilibrada", asegura el experto.

"Me encantaría conocer a un constructor de Lego que pudiera levantar una torre de 3,5km con tanta precisión", bromea.

¿Alguien se atreve?

Sólo hay 13 constructores certificados oficialmente por Lego en todo el mundo.
"Si intentas poner bloques de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre"

Ed Diment, constructor

Cue Duncan Titmarsh y Ed Diment son los únicos de Reino Unido.

Ellos fueron los autores de un árbol de Navidad de 12,2 metros construido en la estación de tren de St Pancras el año pasado, además de un calendario de Adviento de 5m x 3m en Convent Garden.

Pero no creen que pudieran asumir el reto de una torre tan alta.

"Si intentas poner ladrillos de 2x2 uno encima del otro, tan pronto como alcanzas una altura de 3 o 4m se hace casi imposible seguir sin que se venga abajo la torre", dice Ed Diment.

"Es una teoría interesante, pero imposible de realizar", añade.

Como bien es sabido, la realidad de vez en cuando decepciona.

Fuente:

BBC Ciencia 

Comprobado: Los espárragos reducen la resaca

esparragosInvestigadores coreanos han analizado los componentes de los espárragos y sus efectos bioquímicos en el hígado de ratas y seres humanos. Y han llegado a la conclusión de que los aminoácidos y minerales que contiene el extracto de espárragos (Asparagus officinalis), especialmente el obtenido a partir de sus hojas, alivia la resaca y protege al hígado de las toxinas que genera el consumo del alcohol.

Según B.Y. Kim, investigador de la Universidad Nacional Jeju de Corea y coautor del trabajo, el espárrago reduce la toxicidad celular del etanol de las bebidas alcohólicas debido a que acelera su metabolización y minimiza, de este modo, el estrés oxidativo al que se somete nuestro organismo tras una borrachera. Sus conclusiones se publicaron en Journal of Food Science.

Y además…

Los 10 propósitos de Año Nuevo que más nos cuesta mantener


ejercicioSegún publicaba a principios de 2012 la revista Time, los diez propósitos de Año Nuevo que con más frecuencia incumplimos son:

- Perder peso y mantenernos en buena forma física

- Dejar de fumar

- Aprender algo nuevo

- Comer sano y tener una dieta equilibrada

- Saldar las deudas y ahorrar

- Pasar más tiempo con la familia

- Viajar y ver lugares nuevos

- Estar menos sometidos a estrés

- Unirse a algún voluntariado

- Beber menos alcohol

Por otra parte, de acuerdo con un estudio realizado hace unos años por el psicólogo Richard Wiseman, solo el 12% de las personas consigue lo que se propone cada vez que el calendario señala el inicio de un nuevo año. Wiseman también llegó a la conclusión de que los hombres tienen más éxito cuando se unen a otros con un mismo objetivo (por ejemplo, ir al gimnasio) o cuando se centran en la recompensa que supondrá su objetivo. Sin embargo, las mujeres lo tienen más fácil a la hora de alcanzar sus objetivos cuando hablan de ellos con amigos y familiares.

Fuente:

Muy Interesante

Cinco consejos para lograr tus propósitos de Año Nuevo

 satisfechoDejar atrás malos hábitos como fumar y adquirir hábitos saludables como hacer ejercicio, además de adelgazar o saldar las deudas económicas, son algunos de los propósitos más frecuentes que marcan el comienzo del Año Nuevo. Sin embargo, la mayoría de las personas no consigue llevarlos a cabo durante doce meses, y los abandonan mucho antes de lo esperado. Expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Maryland (EE UU) aseguran que para que esto no suceda es aconsejable tomar una serie de medidas:

- Empezar cuanto antes, “porque la acción precede a la motivación, y no al revés,” según explica la psiquiatra Hinda Dubin. No hace falta esperar a sentirse lleno de energía y plenamente motivado para empezar una dieta de adelgazamiento, por ejemplo. Cualquier pequeña acción dirigida a conseguir el objetivo facilita que lo llevemos a cabo.

- Si fallas vuelve a intentarlo y aprende de tus errores.

- No tomes decisiones absolutas del tipo “nunca más…”. Sé realista y proponte reducir la frecuencia.

- Cuéntale a alguien tus propósitos de Año Nuevo, porque te ayudará a tenerlos más presentes.

- Hazlo paso a paso. Si tu objetivo es demasiado grande, desfallecerás antes de empezar. Si quieres dejar de fumar, escoge como objetivo ir a un terapeuta para hacerlo (y decide en qué fecha). Si quieres perder diez kilos, proponte primero adelgazar medio kilo a la semana.


Fuente:

Muy Interesante
google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0