Latest Posts:

4 de julio de 2011

Café: Datos y Documental


Desde el estupendo Grey’s Blog llega Coffee: Greatest Addiction Ever, un minidocumental divulgativo sobre nuestra adorada C8H10N4O2: la cafeína así como sus efectos y las curiosas circunstancias que la rodean en nuestro mundo. Son unos cinco minutos de culturización concentrada cual expresso, que a la vez sirven para practicar el inglés. Entre otras cosas, se explica que

  • Cada día se consumen 300 toneladas de cafeína en el mundo
  • Los finlandeses son los mayores consumidores de café del mundo per capita
  • La naturaleza desarrolló la cafeína en los árboles para protegerlos de los bichos: en cierto modo es un insecticida
  • Técnicamente, la cafeína es letal, pero sólo para los bichejos de un gramo de peso: necesitarías beberte unas 90 tazas de café (¡si pudieras!) para tener una probabilidad del 50 por ciento de palmarla por sobredosis
  • Como droga del mundo moderno es alucinante: aumenta la concentración, disminuye la fatiga y mejora la memoria – comprobado en laboratorio, y sin efectos secundarios en personas saludables, aparte de la adicción

Quien quiera conseguir su chute de dopamina en una cómoda dosis sólo tiene que hacerse un cafelito de la droga de la felicidad a su gusto. Y marchando.

Acceda al documental en este enlace:

Microsiervos

Nikola Tesla, el hombre que diseñó un mundo eléctrico

La tecnología creada por el inventor fue la única capaz de iluminar grandes ciudades. Su autobiografía, publicada por primera vez en castellano, muestra una vida de novela.

"El presente es de ustedes, pero el futuro, por el que tanto he trabajado, me pertenece". Con estas palabras se resume la vida del que fue uno de los inventores más importantes e influyentes de principios del siglo XX, Nikola Tesla. Megalómano y de personalidad excéntrica, este visionario de origen serbio ha sido castigado por la historia y su vago recuerdo permanece injustamente relegado al rincón de los científicos locos.

Muchas de las importantes contribuciones de este físico al desarrollo de la humanidad han pasado desapercibidas para el gran público. Criticado por algunos de sus contemporáneos por no ofrecer dispositivos de utilidad práctica, sus grandes inventos han acabado imponiéndose con rotundidad.

A finales del siglo XIX desarrolló los principios de la radio, adjudicada al italiano Marconi pero reconocida como creación suya por el Tribunal Supremo de EEUU poco después de su muerte. Considerado el padre de la industria eléctrica, estableció las bases para el uso de la corriente alterna después de luchar contra Edison, firme defensor de la corriente continua, en lo que se conoce como la guerra de las corrientes. También fue uno de los promotores del radiocontrol y muchas de sus ideas, como la transmisión de energía eléctrica sin cables, siguen inspirando proyectos en la actualidad.

El genio olvidado

En un esfuerzo por preservar su memoria y rehabilitar su imagen, la editorial Turner Noema acaba de presentar su autobiografía, publicada por primera vez en castellano. El texto de Tesla ha sido prologado por el periodista Miguel Ángel Delgado, quien se presenta a si mismo como "tesliano". Para el escritor, su importancia queda fuera de toda duda. "Sin él, sin sus inventos, el mundo no sería como lo conocemos", afirma. "Diseñó un mundo basado en la electricidad ¿cómo es posible que haya desaparecido del imaginario colectivo?".

Lea el artículo completo en:

Público (España)

Obsolescencia programada. ¿Comprar para tirar?


Con fecha de caducidad

La obsolescencia programada es el críptico nombre bajo el que se engloba una forma de crear productos con fecha de caducidad, de limitar su duración para que el usuario deba renovarlos. Así las empresas mantienen sus beneficios y, en principio, los trabajadores sus empleos. Ese es el tema de un documental estrenado hace unas pocas semanas y que tanto está dando que hablar. Su título es ‘Comprar, tirar, comprar’, y algunos de los productos que describe como ejemplos de obsolescencia programada son las bombillas, las impresoras o incluso los iPod.

La primera bombilla, la inventada por Edison hacia 1880, tenía una duración de 1.500 horas. A los pocos años se aumentó hasta las 2.500. En 1901 se fabricó un ejemplar que sigue funcionando y que es objeto de veneración en Livermore, en EE. UU. Pero después la progresión se invirtió: en 1924 varias compañías eléctricas crearon el cártel Phoebus, dictaminando que debían durar un máximo de 1.000 horas y multando a las empresas que no cumplían el mandato.

Las impresoras actuales, según el documental, están diseñadas para producir un determinado número de copias. Sobrepasado este umbral, un chip que llevan incorporado impide seguir trabajando con ellas. Y cualquier intento de ‘reparación’ sobrepasa con mucho el precio de una nueva. La razón aducida por los fabricantes es que así se garantiza el funcionamiento correcto de los cabezales. Pero quizá nos gustaría a nosotros decidir cuándo consideramos insuficiente la calidad y queremos cambiarla. El documental cuenta también que los primeros reproductores iPod incorporaban baterías de duración limitada e imposibles de reemplazar, por lo que al poco de comprarlos quedaban inservibles. Así se aseguraban o por lo menos incitaban a que los usuarios compraran los nuevos modelos.

Un modo de vida basado en el consumo

El documental aborda dos problemas de la aplicación de la obsolescencia programada: uno es ético, el ejemplo extremo de un modo de vida basado en el consumo. Otro es de índole ecológica: el planeta es limitado, y su aplicación supone un aumento en el consumo de recursos y un acúmulo de desechos que se concentra en los países del Tercer Mundo. Aunque en un principio pretende ser ecuánime, el documental rápidamente toma partido en contra de su práctica. No es un problema, si se genera debate. Un debate que no existió tras su proyección en la 2, de TVE. Sin embargo hay voces sosteniendo posturas que modulan el mensaje. Uno de esos argumentos es que resulta difícil hacer extensivo el concepto a la economía en general, ya que las empresas también juegan con su imagen de marca, y una imagen de fiabilidad es una forma de aumentar las ventas. Otro es que es más importante la llamada ‘obsolescencia percibida’, la que imponemos como consumidores al desechar productos todavía válidos para comprar otros más novedosos, más a la moda –¿quién no ha comprado unos pantalones por capricho, quién no ha cambiado de móvil o televisor sin necesidad?–.
Pero si asumimos que nos movemos en un mundo de obsolescencia programada, ¿cuáles podrían ser las soluciones? Dos son las que destacan: una es el comunismo, un sistema donde el Gobierno, una vez obtenida una bombilla duradera, pongamos por caso, redistribuye a los trabajadores hacia otra fuente de producción o desarrollo más necesaria. De hecho, los productos más longevos solían fabricarse en Rusia o en la antigua Alemania del Este. Pero la experiencia hace que se antoje inviable. Otra opción es la teoría moderna del decrecimiento, que defiende una reducción de la producción económica y el consumo para buscar un nuevo equilibrio social y con el medio ambiente. Suena bien, pero cuando en el documental se le pregunta a Serge Latouche, catedrático de Economía y defensor de la teoría, qué hacer con el excedente de trabajo, su respuesta es: cultivar el conocimiento y la amistad. Y, desgraciadamente, suena casi tan atractivo como ingenuo.

Que vivimos en un sistema imperfecto, es evidente. Ya desde el momento en que nadie quiere que los trabajadores pierdan sus empleos, pero tampoco tener que tirar una impresora que todavía puede funcionar. Entonces, ¿qué?

Lea el artículo completo (y vea el documental) en:

El Heraldo (España)

Un algoritmo para analizar la Biblia



Un grupo de desarrolladores israelí acaba de presentar un software revolucionario que está dando nuevas pistas acerca de quién o quiénes escribieron la Biblia hebrea (Aleppo Codex). Este algoritmo, desarrollado por el equipo liderado por Moshe Koppel de la Universidad de Bar-Ilan, analiza el estilo y el conjunto de palabras para seleccionar partes de un texto que hayan sido escritas por diferentes autores.
Este programa, que forma parte de un campo de estudio dentro de la inteligencia artificial conocida como atribución de autoría, tiene un gran potencial en diferentes aplicaciones. Desde ayudar al cumplimiento de la ley hasta el desarrollo de nuevos programas para los escritores. Actualmente la Biblia, está proporcionando un gran campo de pruebas para sus creadores.

Unos de los pilares básicos la fe de los judíos, es que la Biblia hebrea – la Torá, también conocida como el Pentateuco o los cinco libros de Moisés – fue escrita por obra de Dios. Sin embargo, desde el advenimiento de los estudios bíblicos modernos, los investigadores académicos opinan que el texto fue escrito por un número diferente de autores, cuyo trabajo podría ser identificado por agendas ideológicas y estilos lingüísticos aparantemente diferentes.
En la actualidad, los investigadores dividen el texto en dos líneas principales. Una de ellas escrita por una figura o un grupo conocido como los “sacerdotes”, debido a las evidentes conexiones con los sacerdotes del templo de Jerusalén. El resto se considera como “no-sacerdotal”. Los investigadores han analizado el texto de forma meticulosa para determinar qué partes pertenecen a cada cual. Cuando se ha ejecutado el nuevo algortimo sobre el Pentateuco se ha encontrado la misma división: una separación entre la parte sacerdotal y la no-sacerdotal; que coincide en un 90% con la tradicional división.
“Hemos sido capaces de resumir varios siglos de esmerado trabajo manual con nuestro método automatizado”, anunció el equipo isarelí en un artículo presentado la semana pasada en Portland, Oregón, en la conferencia anual de Association for Computational Linguistics.
El algoritmo es capaz de reconocer conjuntos de palabras repetidas, como los equivalentes en hebreo de “si”, “y” y “pero”, a la vez que busca sinónimos. En algunos pasajes, la Biblia utiliza la palabra “makel” para referirse a la palabra “staff” mientras que en otras secciones utiliza “mateh” para el mismo objeto. El programa separa el texto en líneas diferentes para cada posible autor.

Tomado de:

Xakata Ciencia

3 de julio de 2011

Física Extraña: Soplar para enfríar, soplar para calentar...

Sopa de nido (fisherwy.blogspot.com, cc-by-sa)

Como Rantamplan nos ha recordado a menudo, intentamos que esta serie sea comunitaria, así que vamos a escribir algo.

Había un pasaje de un libro que me obligaron a leer en mi niñez en el que un personaje soplaba sobre la sopa porque quemaba, y un par de párrafos más adelante se echaba el aliento sobre las manos para calentárselas porque hacía frío. Y el protagonista (parece ser que con pocas luces) decía que ese tipo no era de fiar, porque soplaba para enfriar y soplaba para calentar. No recuerdo si era en El Lazarillo de Tormes, o en El Buscón o dónde. Si alguno de nuestros lectores lo recuerda, que deje un comentario y lo añadimos aquí.

El caso es que la experiencia nos dice que el sistema funciona, pero si lo pensamos un poco, va contra la intuición. Quiero decir que… el aire sale de nuestros pulmones, con lo cual estará aproximadamente a 37º… ¿cómo es posible que a veces lo utilicemos para enfriar y otras para calentar?

¿Cuál es la base física de eso?

Existen varios mecanismos que hacen esto posible.

PRECAUCIÓN: vamos a usar el término “calor” en su significado coloquial, no en su significado físico. Por si quieres profundizar, has de saber que cuando aquí decimos “calor”, el término físico correcto es “energía“.

Efecto “pues claro, menuda estupidez”

El primero de los efectos es tan tonto que alguno podrá decir que ni siquiera merece explicación: cuando soplamos para enfriar es porque la “cosa” está caliente; y cuando soplamos para calentar es porque la “cosa” está fría.

De perogrullo.

Si estamos soplando la sopa, es que la sopa está a 80º o 90º, recién salida de la olla. Si el aire que sale de nuestros pulmones está a 37º, está más frío que la sopa, y por lo tanto, la enfría.

En cambio, si estamos en la nieve y nuestros dedos están helados, les echamos el aliento encima y se calientan. Claro. Nuestros dedos están a la intemperie, fuera hace -5º, están fríos. Si el aire que sale de los pulmones está a 37º, los calentará.

Pues claro, menuda estupidez.

Pues eso, ya lo decía yo en el título.

Un efecto parecido (basado en experiencia personal): estás en la calle, pintando una pared al aire libre, en invierno. Las manos se quedan frías, muy frías, pero bueno, haces el esfuerzo, terminas de pintar la pared y te metes a lavarte las manos. Te las lavas con “agua fría”, pero… ¡Au! ¡Quema! Claro, es que las manos se han enfriado mucho mucho en la intemperie, y si el agua está a 10 ó 12 grados, a tus manos les parece muy caliente.

Pero solo esto no es suficiente. Compruébalo ahora mismo. Échate el aliento en los dedos y notarás que se calientan… luego sóplales y verás que se enfrían. Y ni la temperatura de la “cosa” (tus dedos) ni las condiciones de entorno han cambiado…

Efecto Joule-Thomson

El segundo efecto es el efecto Joule-Thomson.

Veamos lo que ocurre cuando soplamos para calentar: expulsamos el aire de los pulmones, pero con la boca relativamente abierta… el aire sale despacito por la boca. Así que sale a unos 37º.

Pero, ¿qué ocurre cuando soplamos para enfriar? Lo que hacemos es cerrar la boca casi del todo, para que salga un chorro fuerte, con mucha presión, por un agujerito relativamente pequeño. El caso es que en cuanto ese chorro de aire sale de nuestra boca se encuentra a mucha menos presión, de modo que se expande rápidamente (es lo que se conoce como efecto Venturi).

El efecto Joule-Thomson dice entre otras cosas que cuando el aire se expande, se enfría.[1] Eso causa que el aire, que en nuestra boca está a 37º, rápidamente se enfría unos cuantos grados cuando sale a través de los labios semicerrados.

Un efecto parecido a este es el que aprovecha el extremo enfriador de un aparato de aire acondicionado (el otro extremo, que es el que se calienta, es el que se pone fuera de la vivienda) o un refrigerador: primero comprimimos un gas, que se calienta, y tiramos ese calor a la calle; luego lo metemos en la vivienda, lo expandimos y se enfría, enfriando la habitación.

Otro sitio donde se nota mucho es en esas bombonitas de gas azul que se usan para cargar los mecheros de gas: el gas está dentro de la bombona, a presión. A través de la válvula lo metemos en el mechero, pero casi siempre se nos mueve un poco y se acaba escapando un poco de gas, que nos da en las manos, ¡y está muy frío! Al salir a la atmósfera ha disminuido su presión y se ha enfriado.

Efecto Venturi

Esquema del efecto Venturi (HappyApple, dominio público)

El efecto Venturi tiene todavía otro efecto en nuestro problema del soplido (valga la redundancia). Aunque conocía el efecto Venturi, hasta que no me he puesto a escribir este artículo no me había dado cuenta de que efectivamente tiene también su efecto sobre este soplido frío, gracias a que Pedro me lo ha señalado. Las fuentes que yo conocía para explicar el enfriamiento al soplar no le daban la importancia debida a este efecto (probablemente porque yo las estaba entendiendo mal), pero una vez que Pedro me lo ha señalado me resulta tan obvio que afecta que tengo que contarlo también.

Cuando el aire sale de nuestros labios semicerrados, como hemos visto, sufre una rápida descompresión. Al estar a menos presión, “absorbe” el aire de los alrededores, que se mezcla con el aire que está saliendo de nuestra boca y sale disparado hacia donde esté apuntando nuestro soplido (es decir, nuestra sopa).

En el esquema de la derecha vemos un típico tubo de efecto Venturi: el aire viene por nuestra garganta y boca (que es la parte gorda del tubo y el primer tubito vertical); sale por los labios semicerrados (que es la parte estrecha); y se vuelve a expandir, reduciéndose la presión, y absorbiendo el aire del segundo tubito vertical (que representa el aire que rodea nuestra cara).

La gracia está en que ese aire alrededor de nuestra cara está a menos de 37º, por lo que se mezcla con el aire de nuestros pulmones, enfriándolo. Este efecto se produce a la vez que el aire caliente interior se va expandiendo y enfriando por culpa de Joule-Thomson, hasta que se equilibran la presión y la temperatura.

Contribución de darkdead: además, el aire de nuestro interior es muy húmedo, de modo que difícilmente contribuye a la evaporación del agua de la sopa. Pero al mezclarse con el aire más seco del exterior, su humedad relativa baja, y es capaz de aceptar más humedad de la sopa. No olvidemos que la evaporación es un mecanismo de refrigeración muy efectivo, pues el cambio de fase del agua de líquido a gas necesita mucha energía.

Efecto convección forzada

Sabemos que otra forma de transmitir calor de un sitio a otro es por convección de fluidos (cuidado con el cuadro rojo del artículo de Pedro, que es precisamente al que nos referimos ahora): el aire que está en contacto con la sopa se está calentando debido a ella. Sabemos que los gases calientes tienden a subir (al calentarse, se expanden ocupando más volumen, son menos densos, y flotan más), por lo que ese aire caliente acabará subiendo, alejándose de la sopa (y llevándose el calor con él) y dejando entrar a otro aire que no estará tan caliente.

Y esto, ¿qué tiene que ver con nuestro soplido? Esto ocurre tanto si soplamos como si no…

Pues sí, pero ocurre muy despacio. Esto es lo que hace que la sopa se enfríe simplemente por estar ahí en el plato, sobre la mesa… pero tarda un poquito.

La sopa está a 90º, y el aire a 30º (si hace más calor que eso, ya no apetece tomarse la sopita), así que la sopa empieza a transmitirle calor al aire que está justo sobre ella. Ese aire se va calentando, lentamente, pasa a estar a 31º, 32º, 33º… despacito. Y a la vez se va expandiendo. Despacito, poco a poco… cuando va estando a 40º ese aire ya se ha expandido mucho y sube, dejando entrar aire nuevo a 30º. Os podéis imaginar que esto no ocurre a trompicones, sino que es algo progresivo… el aire se va calentando, expandiendo, subiendo, renovando… todo a la vez. Pero despacio.

Convección "natural"

Cuando soplamos, como hemos visto antes, el efecto Venturi hace que el aire salga muy rápido, de modo que nuestro soplido remueve rápidamente el aire que hay sobre la sopa. Fijaos en que antes, cuando el aire se calentaba lo suficiente, se alejaba… pero ahora, al soplar, el aire se mueve aunque se haya calentado poco, aunque la expansión producida por su calentamiento no lo hubiera hecho subir aún. Así el aire se renueva, llevándose el calor incluso antes de que “le toque”. Se lleva menos en cada movimiento, porque no le ha dado tiempo a calentarse mucho, pero se mueve más a menudo. El resultado neto es que se lleva el calor más rápido (la sopa se enfría más rápido).

Convección forzada

Esto es básicamente lo que hace un ventilador: nuestra piel calienta el aire a nuestro alrededor y el movimiento del ventilador se lleva ese aire tibio. Y también lo que hace que el frío con viento sea más frío que el frío sin viento (lo que se conoce como “sensación térmica”, que puede ser la temperatura real o no, dependiendo del viento, la humedad…).

Efecto “conducción forzada”

Queda un efecto más, que creo que es minúsculo, pero bueno. Lo he llamado “conducción forzada”, porque no sé si tiene nombre.

En el efecto anterior, convección forzada, hemos visto que el aire que hay junto a la sopa se calienta al estar en contacto con ella. Es decir, el calor pasa de la sopa al aire por conducción: simplificándolo mucho, cuando una molécula de sopa entra en contacto con una molécula de aire, le da su calor.

Pero claro, comparado con la sopa el aire es muy “tenue”, muy poco denso, tiene pocas moléculas, así que este efecto es relativamente lento, porque relativamente pocas moléculas de aire llegan a entrar en contacto con las de sopa.

Pero, por lo visto cuando soplamos sobre la sopa, durante un pequeño instante estamos aumentando la presión sobre esa película de aire que cubre la sopa, de forma que el aire se “espachurra” contra la sopa, habiendo más moléculas de aire que tocan a moléculas de sopa, capturando su calor.

Soplar para enfriar la sopa

¿Quién iba a pensar que soplar iba a resultar tan complicado, cuando hasta los niños de dos años saben hacerlo, verdad? Obviamente, el resultado final depende de una mezcla de todos esos efectos. Dependiendo de las condiciones del entorno, unos serán más importantes y otros menos (o incluso despreciables).

Ahora que ya sabemos un montón de física, ¿podemos soplar para enfriar la sopa?

Pues no, porque es de mala educación. Un truco es sorberla de la cuchara, dejando entrar aire a la vez que sopa, como si la sopláramos hacia adentro, pero… eso es aún más maleducado.

Así que lo mejor es removerla suavemente, esperar unos minutos, y coger la sopa de los bordes del plato, que estará más fría… ¡qué hambre me está entrando!

Fuente:

El Tamiz

Cómo fabricar biodiésel casero

Por: Clemente Álvarez

Garrafa de aceite Desde hace siete años, José Manuel Cano rara vez se detiene con su coche en una gasolinera. “Solo en alguna ocasión que estaba en la reserva y tenía mucha prisa, pero para echar únicamente 10 euros con los que salir del apuro”, cuenta este murciano. Para qué pararse en un surtidor, si en casa tiene su propia biogasolinera. Él mismo fabrica el biodiésel con el que llena el depósito de su coche a partir de aceite usado de las frituras.

Aficionado a los experimentos, empezó haciendo una pequeña prueba con aceite nuevo sin creérselo demasiado. Echó un poco de aceite de girasol en un vaso y preparó el reactivo: metanol con hidróxido sódico (NaOH, también conocido como sosa caústica), que forman metóxido sódico. “Esto hay que manejarlo con cuidado, es inflamable, tóxico y corrosivo”, advierte el murciano. Tras juntarlo todo con precaución, removió la mezcla con una cuchara de acero durante varios minutos y luego la dejó reposar. Al cabo de una hora, ya tenía carburante para el coche: En la parte superior del vaso estaba el biodiésel y en el fondo había quedado la glicerina. Siete años después, en lugar del vaso utiliza en un patio de su casa un reactor para 150 litros de biodiésel.

Aunque tiene sus riesgos, el proceso es bastante sencillo y existe mucha información detallada en Internet. El siguiente paso de Cano tras probar con aceite nuevo era intentarlo con el aceite usado. Esto resulta un poco más complicado, pero obviamente es también mucho más interesante. En este caso, la materia prima no depende de cultivos que puedan competir con alimentos, como puede suceder con otros biocarburantes, sino que se trata de un residuo: el aceite de las freidoras o de las sartenes.

El propio Cano describe también en Internet el proceso seguido. Lo primero con el aceite usado es filtrarlo para retirar los restos de alimentos y calentarlo para quitar el agua que pueda contener. Luego hay que preparar el metóxido extremando las precauciones. Antes de llegar al actual tanque de 150 litros, este murciano se construyó primero un pequeño reactor hermético para trabajar de forma más segura con un bote de pintura, un motor-bomba de una lavadora y una resistencia eléctrica. De esta forma, una vez juntado el metóxido con el aceite usado podía mantener la temperatura requerida y remover bien la mezcla sin que se escapasen vapores tóxicos. Como en la prueba con el vaso, durante el proceso –llamado de transesterificación– los ácidos grasos se separan de la glicerina y el metanol se une a ellos para obtener el biodiésel. Ya sólo queda un último paso: lavar ese biocarburante con agua para eliminar los restos de otros compuestos.

Con los coches actuales no hay que realizar ningún cambio para poder utilizar biodiésel. Pero hay que pensárselo un par de veces antes de meter en el depósito un biocarburante fabricado por uno mismo con aceite de freidora. Cano probó primero con una mezcla pequeña cercana al 10%: añadió a 20 litros de gasóleo en el depósito de su automóvil dos litros de su biodiésel casero. Arrancó el coche y empezó a moverse por su barrio. ¿Resultado? El carburante que echa hoy en su automóvil es 100% biodiésel. “Nunca he tenido un problema mecánico, es maravilloso”, cuenta por teléfono este entusiasta del biocarburante casero, que ha estimado que el biodiésel que fabrica en casa le sale a 18 céntimos el litro. Según explica, lo más complicado es conseguir un suministro estable de aceite usado: Algún bar o restaurante que le ceda suficiente materia prima de forma regular.

Claro que tampoco es necesario asumir riesgos preparando el combustible en casa. Como explica APPA Biocarburantes, en 2010 se fabricaron de forma industrial en España 196.000 toneladas de este tipo de biocarburante elaborado a partir de aceites usados, lo que supone cerca del 20% de todo el biodiésel producido en el país.

“Cualquiera puede fabricarlo en la cocina de su casa, la transesterificación es fácil y está todo en Internet, pero lo que es ya más complicado es que cumpla con la normativa de calidad, la N14214, exigida para su venta al público”, incide Miguel Vila, consejero delegado de Stocks del Vallés, el principal fabricante de este tipo de biodiésel en el país.

El proceso seguido por esta empresa catalana emplea hidróxido de potasio (KOH) para la transesterificación, además resulta algo más complicado por utilizar, aparte de aceite usado, grasas animales. Como explica Vila, para conseguir el suministro de aceite usado de fritura tienen que comprar a empresas de recogida de toda España y de países como Francia. No hay suficiente y la demanda es muy grande. “Todavía se podría recuperar mucho más”, incide el consejero delegado de Stocks del Vallés, que cuenta como su precio se ha disparado. "Ya se paga casi tanto por el aceite usado como por algunos aceites crudos", asegura Vila. Según la empresa de recogida de este residuo Cavisa-Recicla, la tonelada de aceite usado, ya limpio y tratado, cuesta entre 750 y 800 euros. Un precio ya cercano a los 900 euros de la tonelada de aceite de soja o a los 1.000 euros de la tonelada de aceite de girasol. Demasiado valioso para ser tirado por el desagüe de la cocina.

Fuente:

Blogs de El País (España)

Dos comentarios del blog original:

1. En segundamano.es hay una persona que anuncia una de estas máquina de hacer biodiesel a pequeña escala. Os dejo la dirección: http://www.segundamano.es/alicante/maquina-de-hacer-bidiesel/a27538520/?ca=3_s&st=a&c=13

2. Aqui tambien lo explica detalladamente:

http://www.pescamediterraneo2.com/foros/topic/53505-elaboracion-casera-de-biodiesel/page__st__15__gopid__736988#entry736988

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0