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6 de julio de 2018

Las mil y una aplicaciones del internet de las cosas

Volcanes monitorizados por sensores para medir gases tóxicos, mascotas controladas por localizadores para evitar que se extravíen o granjas de pollos inteligentes para lograr mayor calidad en la carne son aplicaciones posibles gracias a las tecnologías conectadas del “internet de las cosas” (IoT en sus siglas en inglés).


El ingeniero Mikel Larrañaga, con un aparato para monitorizar granjas inteligentes de pollos para lograr mayor calidad en la carne. Estos dispositivos con sensores miden gases tóxicos en volcanes, y también se utilizan en mascotas controladas por localizadores para evitar que se extravíen y en granjas de pollos inteligentes, gracias a las tecnologías conectadas del "internet de las cosas" (IoT en sus siglas en inglés). EFE/Luis Tejido

Los sensores lo escuchan todo. “Vigilan” a los pollos, las mascotas o las tripas de los volcanes para conocer al detalle lo que les ocurre o sucede a su alrededor: cómo se mueven o si no lo hacen, la temperatura que acumulan, cuánto pesan, lo que comen…

Captan un cúmulo de datos e información, del que se “chivan” a través de internet para su posterior traducción y uso mediante un software.

Una revolución tecnológica

“La revolución del internet de las cosas está permitiendo que muchas cuestiones que antes no se sabían se puedan saber y ahí se abre una auténtica mina para los expertos en cada segmento”, ha evidenciado la cofundadora y CEO de la empresa tecnológica Libelium, Alicia Asin.

En el marco del congreso internacional IoT Week sobre últimas tendencias en el internet de las cosas que esta semana se ha celebrado en Bilbao, Asin y los representantes de Euskaltel y el centro tecnológico vasco IK4-Tekniker, Óscar Fafian y Mikel Larrañaga, respectivamente, han conversado con Efe sobre proyectos abordados por sus organizaciones en este ámbito.

El entorno del volcán Masaya de Nicaragua se encuentra monitorizado desde hace dos años con los sensores de Libelium.

Con este proyecto, todavía en desarrollo, los investigadores tratan de medir el impacto de los gases tóxicos que emite un volcán en la salud de la población expuesta a respirarlos, además de lograr información útil para diseñar los planes de contingencia adecuados en caso de erupción.
“Nos dedicamos a hacer que vía internet los objetos nos puedan informar de todo tipo de cosas”.
De esta forma resume la responsable de Libelium a qué se dedica su empresa, muy centrada en proyectos en el ámbito de las “smart cities” o ciudades inteligentes, aquellas que avisan de si necesitan ser regadas más a menudo o si el aire tiene una contaminación mayor a la habitual.

Recientemente, esta empresa ha desarrollado un proyecto en la ciudad francesa de Montpelier de “smart parking”, consistente en enterrar sensores en el suelo de un aparcamiento para detectar cuándo una plaza queda libre.

Esta información llega después al usuario conductor a través de su “smartphone”, guiándole hasta el estacionamiento y evitándole la “pesadilla” en la que en ocasiones se convierte encontrar una plaza para aparcar el coche.

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EFE Futuro

Eratóstenes: Midiendo lo imposible

Unos 1700 años antes de la famosa expedición de Magallanes y Elcano, que tardó más de tres años en circunnavegar la Tierra para constatar que no es plana, sino redonda, el sabio griego Eratóstenes logró hacer esa misma comprobación y además estimar su diámetro con un sencillo razonamiento matemático y con una precisión sorprendente. La potencia de las matemáticas desarrolladas por los griegos clásicos fue la clave para realizar esta hazaña y conseguir medir lo imposible.


Eratóstenes nació en Cirene, ciudad ubicada en la actual Libia, hacia el 276 a. C. y en el año 236 a. C se convirtió en director de la prestigiosa Biblioteca de Alejandría. Hizo aportaciones en ámbitos tan aparentemente dispares como la poesía, la filosofía, las matemáticas, la astronomía, la historia o la geografía, entre otras. Como matemático es muy conocido por la llamada criba de Eratóstenes, que permite aislar y determinar todos los números primos hasta cierto número natural dado y que se sigue empleando hoy en día.

Además, supo aplicar conocimientos matemáticos básicos, como el cálculo de la longitud de un arco de circunferencia —que ahora se estudia en Secundaria— para aproximar de forma muy precisa el radio de la Tierra, solo con instrumentos rudimentarios. En concreto, Eratóstenes observó la sombra que producían los rayos del Sol durante en el solsticio de verano en dos lugares suficientemente alejados uno del otro: Siena (actualmente la ciudad egipcia de Asuán) y Alejandría, situada al norte de Siena siguiendo el mismo meridiano.

En el mediodía solar de ese día, en un profundo pozo de Siena se podía ver por un brevísimo instante el reflejo del agua contenida, lo que mostraba que los rayos caían perpendicularmente. Esto es así en el momento del solsticio de verano y en el trópico de Cáncer —en ese paralelo terrestre ubicó Eratóstenes a Siena—. Sin embargo, en el mismo momento, en Alejandría —situada unos 7 grados más al norte— incidían de forma ligeramente transversal, ya que los obeliscos o un simple bastón clavado en el suelo proyectaban una pequeña pero perceptible sombra. Esta ya es de por sí es una prueba sencilla de que la Tierra no puede ser plana, ya que si lo fuese, también en Alejandría, a esa misma hora, los rayos tendrían que haber caído perpendicularmente y no dar ninguna sombra.


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Open Mind

4 de julio de 2018

El día en que las máquinas puedan elegir: la paradoja del libre albedrío en robots

Grandes filósofos como Rousseau o Kant, entendían la libertad como autonomía, es decir, como darse normas a uno mismo, siempre que esas normas fueran fruto de una decisión racional

Año 2043. Reino Unido es el último reducto de la WCC (Western Countries Confederation) en Europa, ante el imparable avance del DAESH. Un dron de exploración británico realiza un barrido por las orillas del Támesis. Con su sensor térmico detecta el avance de un grupo de soldados enemigos. Analiza y evalúa: diecisiete soldados, todos hombres (sabe eso debido a que analiza la forma de caminar, y la complexión y proporciones corporales), armados con armamento ligero y un lanzagranadas.

En milisegundos, manda las coordenadas del objetivo a otro dron, esta vez a un bombardero X-54, quien, de nuevo en otros pocos milisegundos, lanzará una lluvia de misiles sobre los desdichados soldados Sin embargo, los sensores del dron de exploración detectan nuevos enemigos. Entre las ruinas de lo que antes fue la abadía de Westminster, avanzan cuatro blindados autónomos de clase T-95. Son un objetivo estratégicamente muy jugoso (cada tanque de este tipo le cuesta al DAESH unos dos millones de dólares), mucho más interesante que el grupo de soldados.

Pero hay un problema. Los estrategas del DAESH descubrieron que había un tipo de blindaje para sus carros de combate, mucho más efectivo que el usual blindaje reactivo: el antiguo escudo humano. El objetivo era confundir la inteligencia artificial de las armas autónomas enemigas o, como mínimo, retrasar sus decisiones.

El cerebro positrónico de un dron de la WCC tomaba decisiones siguiendo a rajatabla la Convención de Massachusetts de 2036, en la que 136 países aprobaron un código ético mundial para armas autónomas, conocido popularmente como BH (el Bushido de HAL).

Según este código, un arma autónoma siempre evitará el mayor número de víctimas humanas posibles, por lo que a la hora de elegir el objetivo para un ataque, siempre elegirá a otra arma autónoma antes que a un grupo de soldados. La táctica del DAESH consistía en atar a unos cuantos prisioneros, si pueden ser civiles mejor, a lo largo de la carrocería de sus tanques.

Entonces el dron tenía dos opciones:
  1. Dirigir los misiles hacia el grupo de diecisiete soldados. Todo correcto a nivel ético y legal: se mata a personas pero son soldados enemigos ocupando territorio soberano.
  2. Dirigir los misiles hacia los T-95. Se ocasionarían víctimas humanas del propio bando, generando intencionalmente daños colaterales y, por lo tanto, violando claramente el BH. Sin embargo, eliminar esos carros enemigos supondría una ventaja decisiva en la batalla que, casi con total probabilidad, evitaría más muertes que ocasionaría.
¿Qué hacer? ¿Violar tu propio código ético, o ser práctico y ganar la batalla haciendo, quizá, un mal menor? El dron piensa y actúa: los blindados enemigos son destruidos. Los programadores de la empresa Deep Mind encargados de diseñar el cerebro computerizado de la máquina dejaron una puerta trasera mediante la que los compradores podían reprogramar la conducta de su arma a su antojo.

Los oficiales del ejército británico lo tuvieron claro: ganar la batalla era lo primero y unas cuantas bajas humanas, incluso de civiles, se justificaban en función de intereses estratégicos superiores.

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Xataka Ciencia

Así es el lado oscuro de la Luna

El enigmático "lado oscuro" de la Luna siempre ha estado sujeto a las más variadas teorías paranormales, pero la ciencia y la investigación espacial nos han ido revelando la verdad sobre sus características y composición.


Cuando nos referimos al lado oscuro de la Luna hablamos del hemisferio de nuestro satélite que no es observable desde la Tierra. Esto se debe a que, como la Luna tarda en completar su movimiento alrededor de nuestro planeta lo mismo que en rotar sobre sí misma, siempre le vemos la misma cara. Sin embargo, la denominación "lado oscuro" no es del todo correcta, pues obviamente la luz del Sol también incide sobre esta zona en algún momento del día.

Esta cara no visible de nuestro satélite ha sido siempre objeto de las más variadas conjeturas, y los amantes de los fenómenos paranormales encuentran en el lado oscuro de la Luna un jugoso campo de especulación. Pero la ciencia y la investigación espacial nos han ido revelando cuáles son las características reales de este lugar enigmático.
En el año 2012, gracias a nuevos mapas producidos por el Proyecto de Cartografía Lyman Alfa (LAMP), a bordo de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA, se descubrieron características hasta la fecha desconocidas de regiones en los polos norte y sur de la Luna, que se encuentran en oscuridad perpetua. Esto fue posible porque LAMP usó un método para hacer visible lo invisible en estas áreas permanentemente en sombra.

Los mapas generados revelaron que los polos lunares son más oscuros en las longitudes de onda del ultravioleta lejano y más rojas que las superficies cercanas que reciben la luz del Sol. Las regiones más oscuras indican una gran porosidad en superficie, propia de suelos esponjosos, mientras que el enrojecimiento sugiere la presencia de agua helada en la superficie. "Nuestros hallazgos sugieren que podría haber hasta un 2 por ciento de agua helada en algunos suelos lunares permanentemente en la sombra", explicó Randy Gladstone, coautor del estudio.



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Muy Interesante
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