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29 de agosto de 2011

Los neandertales mejoraron al ser humano no africano

Mapa mundi con el porcentaje de herencia neandertal. De azul a rojo, de menos a más.|Science

Mapa mundi con el porcentaje de herencia neandertal. De azul a rojo, de menos a más.|Science

Los neandertales, esos cercanos primos de la especie humana moderna que dejaron de existir hace 28.000 años, mejoraron la genética de los 'Homo sapiens' una vez que estos últimos salieron de África. Así se demuestra en un artículo, publicado esta semana en 'Science, en el que los autores han logrado identificar varios genes y regiones el ADN que furon aportados por los neandertales al sistema inmune que aún tenemos.

El estudio, dirigido por Peter Parham, de la Universidad de Stanford, ha sido posible una vez que se conocen los genomas tanto de los neandertales (homínidos que evolucionaron en Eurasia hace medio millón de años) como los denisovanos (una especie humana recién descubierta en Siberia, que habría poblado Asia y procedería de la misma rama evolutiva que los neandertales).

Investigaciones previas ya habían señalado que el cruce entre las tres especies humanas que compartían el planeta hace más de 60.000 años, se produjo en Eurasia, razón por la cual se identificó un 2,5% de ADN neandertal (de media) en todos los no africanos. También se detectó parte de ADN denisovano en poblaiones asiáticas, sobre todo de Melanesia, donde el porcentaje de ADN ancestral asciende a casi el 6%.

Pero se pensaba que es aportación de seres menos evolucionados no habría sido importante, algo que desmiente ahora el estudio. Los investigadores se centraron en el sistema inmune (conocido como HLA), porque está sometido a la presión de las enfermedades y muta con facilidad. Sospechaban que una parte podía venir de homínidos primitivos, dado que no eran habituales.

La comparación de secuencias genómicas les dió la razón: había varios genes en el HLA (como el B*51 o el C*07) que eran propios de la evolución de los neandertales y habían pasado a las poblaciones de humanos modernos, y lo mismo pasaba con una región llamada 'HLA class I'. Los porcentajes de presencia entre los europeos era de un 50%, los asiáticos un 80%, los de Papúa Nueva Guinea hasta un 95%, pero no estaban en los africanos.

Genes de los denisovanos

También encontraron dos genes que son propios del genoma de los denisovanos (la única especie descrita con un trozo de dedo y un diente) que están presentes en los asiáticos, sobre todo del oeste, pero que no aparecen en el genoma de los nacidos en África.

La conclusión, indican los autores, es que "el mestizaje con otras especies mejoró a los humanos modernos". Así lo cree también Carles Lalueza-Fox, del CSIC, que ha secuenciado ya varios genes de neandertal: "Estos humanos se adaptaron durante cientos de miles de años a un entorno, en Eurasia, y crearon defensas inmunológicas frente a patógenos locales que luego se extendieron entre los humanos modernos".

Para los investigadores de Stanford se trata de un claro ejemplo de selección natural: aquellos que portaban los genes protectores, es decir, procedían de la hibridación con los neandertales, sobrevivieron en mayor medida que quienes no los tenían.

Lalueza-Fox, por su parte, indica que "pudo deberse al azar y luego se expandió a medida que aumentaban las poblaciones".

Fuente:

El Mundo Ciencia

24 de agosto de 2011

10 confusiones habituales al hablar de evolución

La televisión, el cine y esa habilidad que tiene el ser humano para hablar con propiedad de cosas de las que no tiene ni repajolera idea han fomentado la aparición de supuestos erróneos en muchos campos: genética, energía nuclear… la evolución no se salva al ser un recurso muy utilizado en la ciencia ficción. He aquí mi Top de Ideas Erróneas sobre la Evolución, en el cual dejo de lado ideas como es sólo una teoría, defiende la eugenesia, es una teoría capitalista, es inmoral… y demás absurdos. Pretendo hilar un poco más fino como veréis.

Preparados, listos... EVOLUCIONAD!

10. La evolución continúa aunque no se estén dando nuevas especies.

Esta puede parecer trivial, pero la evolución está teniendo lugar continuamente, aunque no se generen especies nuevas. Nuestra especie sigue evolucionando y lo hará hasta que se extinga, o una serie de cambios genéticos nos lleven a concluir que nos hemos alejado irreversiblemente del Homo sapiens “antiguo”. Además, en muchas películas se da a entender que una especie ha evolucionado cuando tiene descendencia radicalmente diferente (casi siempre con sangriento resultado), lo cual es una exageración de la realidad. Aunque las especies evolucionen continuamente, en una sóla generación sólo se puede apreciar la microevolución, no la macroevolución. Son cambios casi siempre minúsculos e imperceptibles. Si una ballena empieza a parir focas no es evolución, es un milagro.

9. La aparición de una nueva especie no implica necesariamente la extinción de la anterior.

Y es así por un motivo muy sencillo: si detenemos el momento hipotético exacto en el cual un individuo de la especie A da lugar a un individuo de la especie B esto no implica la automática desaparición de la especie A. La especie A puede continuar existiendo, o terminar extinguiéndose, o seguir evolucionando y alejarse cada vez más de la especie B. En cualquier caso, ambas especies pueden convivir perfectamente. Esto quizá sea más sencillo de ver con categorías taxonómicas inferiores como subespecies o razas.

8. La evolución no permite predicciones.

Esto es algo que de ser cierto sería muy bonito. De hecho nos encantan las noticias que hablan de cómo será el ser humano en el futuro: cabezón y sin meñique (un servidor apuesta más por la versión de Idiocracia). Incluso se hicieron unos documentales que teorizaban sobre los animales que se podrían dar en un futuro en base a los cambios geológicos y climáticos de la Tierra. Todo esto es divertido y da para hablar largo y tendido, pero la ciencia de la evolución no nos permite augurar nada. Demasiadas variables demasiado complejas, demasiadas incertidumbres. Sólo sirve para ver de dónde venimos, pero no hacia dónde vamos.

¿El Saltarol molará un montón dentro de 200 millones de años? No creo

7. El ser humano no ha dejado ni va a dejar de evolucionar.

Podemos pensar que somos los mejores pero oye, cuando les preguntas a los delfines, a las hormigas o a las bacterias no dicen lo mismo, así que igual no tenemos razón. El ser humano ha logrado hacer muchas cosas impresionantes (mucho más que impresionantes) pero detener la evolución no está entre ellas. Lo que sí que hemos hecho es cambiar la presión de selección de una manera que no se había hecho antes. Nos hemos vuelto dependientes de la tecnología hasta el punto de que no importa lo más mínimo ser diabético, miope o bajito a la hora de reproducirse. Pero eso no significa que los procesos evolutivos no se sigan dando.

6. Confusión de la evolución con sus mecanismos o con los factores que provocan la variabilidad genética.

La evolución biológica tiene lugar gracias a que existe variación genética. Esta variación se obtiene por procesos como las mutaciones o el flujo genético que se da entre poblaciones, pero la mutación no es evolución. Igualmente existen distintos mecanismos por los que la evolución tiene lugar, donde la selección natural es el más famoso pero no el único, y una vez más selección natural no es evolución. Gracias a que existen mutaciones y que se produce la selección natural tiene lugar la evolución, pero estas per se no son el proceso evolutivo, sino que forman parte de él.

5. La evolución no está dirigida ni implica mejora o superioridad.

Algunas personas, aunque acepten la evolución, parecen pensar que existe una dirección en ella. Que los millones de años de evolución tenían como objetivo crearte a ti, Antonio Rodríguez, como culminación absoluta del proceso. Obviamente esto no es así, el ser humano es exactamente igual que los trilobites y los dinosaurios y algún día pasará su gloria. Menos egocentrismo por favor, que no somos el ombligo de la Existencia.

Además se tiende a pensar que las especies actuales, puesto que están vivas, son mejores a las extinguidas. A veces esto se combina con lo anterior y se concluye que nosotros somos los mejores. El caso es que nada de eso tiene sentido. No existen especies mejores o peores evolutivamente hablando, sino poblaciones que logran adaptarse a los cambios y poblaciones que no. En un momento y lugar una especie puede estar perfectamente adaptada a su entorno, y en otra situación no durar ni un segundo.

4. El concepto de evolución como escala jerárquica.

En este caso la publicidad y las viñetas humorísticas tienen parte de culpa. Estamos tan acostumbrados a ver la evolución como una especie de progreso o escala jerárquica que ya nos parece normal. Parece que todo se reduce a una línea, desde la primera célula hasta, una vez más, Antonio Rodríguez. Pero esto no es así, la evolución no es una línea. Es un matorral, un tupido y frondoso bosque con un montón de extinciones y puntos muertos. En nuestro afán de definir la evolución como progreso olvidamos el aspecto real que tendría el árbol de la vida, el cual poco tiene que ver con una bonita escala de progreso. Esto tiene relación con el punto anterior, y podría pensarse que se puede pasar desde la primera célula hasta el ser humano atravesando todas las especies que han existido, desde lo más “primitivo” a lo más “evolucionado” pero eso es una soberana memez, una reminiscencia de antiguas ideas religiosas.

La escala evolutiva es una memez, y el Sr. Garrison lo sabe.

3. La evolución no se produce al azar.

Yo el fallo que le veo a la teoría de la evolución es que implica que todo se ha producido por azar, y eso es difícil de creer. Un clásico. La realidad es que aunque la evolución no esté dirigida, tampoco es como tirar una moneda. Una cosa es que en la producción de mutaciones tenga un importante papel el azar (aunque no tanto como se pueda pensar, no vale cualquier cambio) pero ya hemos dicho que mutación no es evolución. La evolución se produce gracias a mecanismos como la selección natural, la cual no actúa por azar. ¿Os suena lo de Dios no juega a los dados? pues la evolución tampoco. Los individuos que transmiten sus genes no son elegidos por azar, si no esto sería un cachondeo. Y precisamente porque la evolución no es a lo loco (y por los compromisos evolutivos, que es otra historia) el ser humano nunca desarrollará alas por mucho que lo intente, por poner un ejemplo.

2. Estructura antes que función y la “decisión” de evolucionar.

En este caso los científicos suelen ser los primeros culpables, al intentar explicar las cosas de una forma intuitiva y sencilla, o al hablar con otros científicos que entienden sus metáforas. A veces da la impresión de que los seres vivos deciden evolucionar, sin embargo esto es totalmente incorrecto. Los animales no dicen oye, aquí hace frío, hagamos fuerza a ver si nos crece un pelaje bien tupido. Primero aparece una estructura (pelaje denso) y luego puede aparecer una función (protección contra el frío). Y desde luego nadie decide nada, ya que, y aquí entra mi Top 1:

1. Los individuos no evolucionan.

Esta idea es un recurrente en las historias de ciencia ficción “está evolucionando” o “ha sufrido una evolución acelerada” son frases fáciles de oír en muchas películas. En cuanto un bicho empieza a cambiar es que está evolucionando. La realidad es que los individuos no son pokémons. No evolucionan. La evolución biológica actúa sobre las poblaciones, recordemos que una definición breve de evolución puede ser

Cambios en las frecuencias alélicas de las poblaciones a lo largo del tiempo.

Si engordo 20 kilos, o me pongo como Stallone a base de gimnasio o (si hablamos de ciencia ficción) me pongo a lanzar fuego por el culo, no estoy evolucionando. Son simplemente cambios en el fenotipo. Y recordemos que, a pesar de la epigenética, el lamarckismo es erróneo. Lo recuerdo porque es frecuente olvidarlo, al ser terriblemente intuitivo. Es como lo de La Ontogenia Recapitula La Filogenia: es tan bonito, tan intuitivo, y tiene tanto sentido que tiene que ser verdad. Pero no lo es.

De hecho esto tampoco es evolución, es metamorfosis.

Y hasta aquí mi Top de Ideas Erróneas sobre la Evolución. Sé que faltan muchos, como por ejemplo el típico “Los individuos actúan por el bien de la especie”, pero tenía que seleccionar unos cuantos. Sólo me queda preguntaros…

¿Cuáles son, en vuestra opinión, las confusiones y errores más frecuentes al hablar de evolución?

Fuente:

La muerte de un ácaro

31 de julio de 2011

Los primeros 'Homo' emigraron desde África hasta Georgia

Cráneos que se han utilizado en el estudio.| Universidad de Granada

Cráneos que se han utilizado en el estudio.| Universidad de Granada

  • Investigadores andaluces han estudiado 14 cráneos de diferentes especies
  • Concluyen que sólo hubo tres realmente diferentes a lo largo de la evolución

La salida de los humanos de África, hasta llegar a colonizar el planeta, y alcanzar los 7.000 millones de individuos (este mismo año) siempre ha sido tema de discusión científica. Las últimas investigaciones apoyan la hipótesis de que desde su origen el género 'Homo', cuando era más parecido a un chimpancé que a los humanos actuales, ya abandonó el continente que fue su cuna para conquistar nuevas tierras.

Uno de estos trabajos es el que esta semana han presentado científicos de las universidades de Granada y Málaga, que han realizado un estudio comparativo de 14 cráneos de diferentes especies humanas para confirmar que los 'habilis' dejaron África hace más de 1,8 millones de años, que es cuando se han encontrado restos de su descendiente, el 'Homo georgicus', en Dmanisi (Georgia).

El trabajo, publicado en la revista 'Quaternary International', se centra en la variabilidad en las formas de los cráneos. "De todas las variables posibles hemos escogido tres del cerebro y tres de la cara que sirven para diferenciar claramente a chimpancés, gorilas y humanos", explica Juan Manuel Jiménez Arenas, de la Universidad de Granada. Paul Palmqvist y Juan Antonio Pérez Claros, de Málaga, cofirman el artículo.

Los autores concluyen que, en realidad, sólo hubo tres taxones ("Se podría decir especies", señala Jiménez Arenas) a lo largo de toda la evolución humana, es decir, que sólo tres 'Homo' presentan características muy diferentes. Serían los 'habilinos', cuyos restos más antiguos son de hace 2,5 millones de años; los 'erectus', de hace entre 1,8 millones de años y 40.000 años, y entre los que encuadran a los 'Homo ergaster' y los neandertales; y los 'Homo sapiens'.

Debate científico

Ya en el año 2006, Jiménez Arenas planteó la hipótesis de que los 'habilis', llamados así por su capacidad de fabricar utensilios de piedra, habían llegado hasta Georgia, pero hasta que en 2007 no se encontraron restos del cuerpo de los homínidos de este yacimiento no había pruebas. Aún hoy es tema de debate entre los especialistas.

En este trabajo, los autores observan que hay características de esta primitiva especie, como su reducido tamaño del cerebro, los dientes grandes, la cara muy robusta y la musculatura de masticación muy desarrollada, que cuadran con la de los habitantes de Dmanisi.

Otro factor determinante es que las herramientas de piedra encontradas en Eurasia, y fabricadas hasta hace 600.000 años, están talladas con la tecnología de Modo I u Olduvayense, que utilizaban los 'Homo habilis', cuando en África hacía mucho tiempo que había aparecido un método superior, el Achelense o Modo 2: se ha documentado en África hace 1,6 millones de años, un millón de años antes.

Los autores plantean que el Odluvayense pudo perdurar en Eurasia porque los felinos que había aprovechaban muy bien la carne, dejando menos carroña para los humanos arcaicos, pero plantean también otra posibilidad: puede que las poblaciones euroasiáticas fueran todas descendientes de los primeros homínidos emigrantes, hasta que fueron reemplazadas por las de otra especie con útiles más sofisticados.

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de julio de 2011

La superioridad numérica del 'Homo sapiens' acabó con los neandertales

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

  • La población de humanos modernos era 10 veces mayor hace 40.000 años
  • Los investigadores han analizado todos los yacimientos paleolíticos franceses
  • Los 'sapiens' poseían mejores armas para cazar que los neandertales
  • Se desconoce si se encontraron en Europa, pero si competían por los recursos

La desaparición de los neandertales en Europa a raíz de la llegada de los humanos modernos desde África, hace unos 40.000 años, es una parte de la prehistoria plagada de incógnitas. Durante 300.000 años, los primeros dominaron el continente, adaptándose a las duras condiciones de la Edad de Hielo, pero en pocos milenios dejaron de existir, los últimos en el sur de la Península Ibérica, hace unos 28.000 años.

Una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, publicada esta semana en 'Science', revela ahora que los 'Homo sapiens' que habitaron por entonces en Europa eran hasta 10 veces más en número que los neandertales, una supremacía que, según los autores, dirigidos por Sir Paul Mellars, fue un factor determinante en la extinción de sus parientes evolutivos.

Mellars y su alumna Jennifer C. French determinaron este porcentaje tras analizar los restos arqueológicos encontrados en todo el sudeste de Francia, región en la que se concentran un buen número de yacimientos tanto de neandertales como de cromañones. Encontraron que era mucho mayor el número total de asentamientos de 'sapiens', así como la densidad que habían dejado de utensilios de piedra y de restos de comida, lo que indica que eran grupos grandes con una gran integración social.

Conflicto entre especies

Como los cromañones vivían cerca de los grupos locales de neandertales, tenían que competir con ellos para cazar los renos, caballos, bisontes y ciervos que eran la base de su alimentación. También, según estos autores, tenían que compartir el escaso combustible (la madera) que había por entonces en la zona, fundamental para soportar los fríos inviernos glaciares.

Mellars y French defienden que esta situación generaría confrontaciones entre ambas especies al querer hacerse con las localizaciones mejores en el suministro de alimentos y agua, conflictos en los que, afirman, la mayor coordinación de los humanos modernos les asegurarían el éxito.

Los 'sapiens' tenían una tecnología mucho más avanzada (por ejemplo, las lanzas de largo alcance) y se cree que contaban con procedimientos más eficaces para conservar la carne. Seguramente, apuntan, también contactarían con grupos sociales cercanos, comerciando con alimentos.

No está claro que los neandertales tenían menos capacidades mentales que los cromañones. Es algo que aún está en discusión. Pero Mellars destaca que el arte simbólico generalizado en las cuevas, la profusión de objetos decorativos y símbolos grabados en huesos indican que tenían un sistema elaborado de comunicación, quizás una lengua, que no se ha podido probar en los neandertales.

Nuevos patrones de comportamiento

Estos patrones de comportamiento se desarrollaron entre los 'Homo sapiens', defiende Mellars, al menos 20.000 o 30.000 años antes de que la especie abandonara África y fuera colonizando Asia y Europa, reemplazando a homínidos anteriores desde hace 60.000 años. Si, como sugiere la evidencia genética, 'sapiens' y neandertales evolucionaron por separado durante medio millón de años, no sería raro que hubiera diferencias significativas en su capacidad mental, como ha demostrado la secuenciación de ambos genomas.

"En cualquier caso, parece que las innovaciones tecnológicas y el comportamiento permitieron a los humanos modernos invadir y sobrevivir en más cantidad que los neandertales en toda Europa. Frente a su competencia, éstos se fueron retirando a regiones marginales y menos atractivas del continente, en espacios donde fueron disminuyendo hasta su desaparición, coincidiendo con un deterioro del clima hace unos 40.000 años", afirma Mellars.

En los últimos años, las más recientes investigaciones han puesto fin a la imagen de los neandertales como humanos toscos y sin intelecto. Ahora se sabe que tenían el gen que facilita el habla, aunque se desconoce cómo se comunicaban, que enterraban con rituales a sus muertos, que cocinaban y sus herramientas, si bien toscas, eran eficaces.

Sobre su extinción, se ha aludido a la poca diversidad genética entre unas poblaciones que nunca llegaron a ser numerosas, lo que contrasta con el crecimiento poblacional de los recién llegados que constata este trabajo.

Fuente:

El Mundo Ciencia

19 de julio de 2011

Un millar de africanos colonizó el planeta

Especial: Seres Vivos

Una asiática, una africana y un europeo, muestra de la diversidad humana.|EL MUNDO

Una asiática, una africana y un europeo, muestra de la diversidad humana.|EL MUNDO

Poco más de un millar de seres humanos salieron de África hace entre 20.000 y 40.000 años para colonizar el resto del planeta y algunos de sus descendientes volvieron al continente de sus antepasados posteriormente para mezclarse con ellos. Fue en entonces, en el Paleolítico Superior, cuando se consolidaron las diferencias genéticas entre los diferentes humanos.

Esta es la conclusión a la que han llegado dos investigadores, Richard Durbin y Heng Li, de la Universidad de Cambridge, después de analizar el genoma completo de 12 personas, seis de origen africano, tres europeos y tres asiáticos (de China y Corea), abriendo la puerta a una nueva categoría de estudios de genética evolutiva que hace unos años, pocos, comenzaron a revelar detalles del pasado que no se encontraban en los fósiles.

Fue gracias a estudios del ADN mitocondrial, transmitido por las madres, como se pudo rastrear el linaje de una mujer, la Eva africana, que vivió en África hace unos 200.000 años, y cuyos descendientes habrían dado origen a la Humanidad. También el cromosoma Y, heredado de los padres, ha permitido echar la vista atrás y ver las rutas migratorias que siguieron los primero 'sapiens'.

Pero lo que Durbin y Li han publicado en 'Nature' esta semana es el primer trabajo comparativo realizado con genomas completos: "Las conclusiones se acercan a las que se tenían por otro medios, pero con más datos, las fechas se afinan más, aunque es difícil establecer las tasas de mutación que ha habido", comenta Carles Lalueza-Fox, experto en ADN antiguo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Mutaciones por generación

No hace mucho, como recuerda Lalueza-Fox, y gracias a los genomas de dos progenitores y su hijo se determinó que en el vástago había entre 60 y 100 modificaciones en los nucleótidos respecto a sus padres (de un total de 3.200 millones). "Eso supone una mutación por gen, que no es poco", afirma el investigador español.

De los genomas analizados, los científicos de Cambridge confirman que fue hace unos 100.000 años cuando los humanos modernos comenzaron a abandonar África, pero tras su salido sufrieron una fuerte caída de sus poblaciones, hasta disminuir a una décima parte, de forma que hace entre 40.000 y 20.000 años eran sólamente unos 1.200 en edad reproductiva, que son los antepasados de todos los europeos y los asiáticos.

Estudios de otros grupos cientificos tambien han detectado 'cuellos de botella' poblacionales en África, pero no tanto, como mucho hasta los 5.700 individuos en edad reproductiva. "Esta es una de las razones por las que la diversidad genética africana es mucho mayor que entre el resto de los humanos", explica Lalueza-Fox.

Durbin y Li también compararon el cromosoma Y de un yoruba africano y de un no-africano para averiguar cuando ambas grupos dejaron de entrecruzar los genes y la conclusión es que, pese a que hace 40.000 años los 'emigrantes' estaban muy ocupados colonizando Europa, Asia y Australia, también se cruzaron con africanos hasta fechas tan recientes como hace 20.000 años.

Según Durbin, la explicación estaría en que tras una primera salida hace unos 60.000 años, hubo nuevas oleadas de salidas y viajes de vuelta, una explicación que no convence a Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres: "Pudeo haber flujo de genes puntuales, pero sería asombroso que continuase en ese período", ha señalado en 'News Nature'.

Fuente:

El Mundo Ciencia

26 de junio de 2011

¿Por qué sólo hay una especie humana?

Cazadores

No hace mucho tiempo, compartíamos este planeta con muchas especies de humanos. Todas ellas eran astutas, ingeniosas y excelentes cazadoras. Pero ¿qué les pasó? ¿Por qué el Homo sapiens fue el único que sobrevivió?

Pese a que el origen de los humanos ha desatado debates apasionados a lo largo de la historia, existe un consenso entre los científicos: las diferentes especies de humanos que han existido descendieron de criaturas que se parecían a los simios y que caminaron erguidas en África, hace más de 6 millones de años.

Esas criaturas tuvieron muchos descendientes, la mayoría de los cuales se extinguieron.

La primera criatura que la ciencia identifica como humana vivió en África hace dos millones de años. El Homo ergaster confeccionó herramientas y se destacó en la caza. El estudio de sus huesos indica que fue un poderoso corredor, capaz de desafiar a cualquier velocista olímpico.

Se cree que el Homo ergaster enfrentó épocas de extensas y terribles sequías que afectaron los bosques tropicales y que permitieron el surgimiento de vastas áreas desérticas.

Los miembros de esas especies humanas estaban preparados para enfrentar el calor. Su piel era lisa y, en gran medida, carente de pelos. Eso les permitía sudar más "eficientemente".

El Homo ergaster, un devorador de carne, también podía desplazarse y cazar al mediodía, cuando la mayoría de los animales descansaban.

Rumbo a Asia

Modelo del Homo sapiens

Así, según los científicos, lucía el Homo sapiens.

Viajó grandes distancias. De hecho fue el primer humano que abandonó África y colonizó Asia.

En su nuevo y exuberante ambiente, evolucionó y dejó de ser un Homo ergaster para transformarse en el Homo erectus.

Información arqueológica señala que, aunque su población pudo no haber sido muy numerosa, se dispersó en un área que se extiende desde Turquía hasta China.

"Eran pequeños grupos de cazadores y recolectores", explicó el profesor Chris Stringer, un antrópologo del Museo de Historia Natural de Londres.

"Eran nómadas que se movilizaban por amplias zonas para conseguir sus alimentos en un ambiente muy competitivo. En lo que respecta a sus cuerpos -su forma y su constitución física- se parecían mucho a nosotros", indicó el experto.

Super volcán

Estudios recientes demuestran que el Homo sapiens también abandonó África, hace aproximadamente 120.000 años.

Homo erectus

El Homo erectus era muy fuerte y tenía gran destreza al correr.

Viajamos en pequeños grupos, posiblemente no más de 100 personas en la primera ola migratoria.

Después nos esparcimos. Algunos llegaron a Europa, que ya estaba ocupada por el Neandertal, mientras que otros se desplazaron hacia el este hasta llegar a India. Hay evidencia arqueológica de que arribaron a tiempo para un verdadero cataclismo.

Hace 74.000 años, el monte Toba, un volcán en el sureste asiático, tuvo una actividad sin parangón. Se trató de la mayor erupción de los últimos dos millones de años, calificada como una erupción supervolcánica.

El volcán lanzó tanto azufre a la atmosfera que provocó una caída, de varios grados, de las temperaturas en todo el planeta.

Las rocas fundidas que emanó cubrieron un área del tamaño del Reino Unido y se estima que llegó a una profundidad de 10 metros.

Produjo una gran cantidad de cenizas que, arrastradas por los vientos, cubrieron extensas área de Asia, incluyendo el subcontinente indio. De hecho, dicen expertos, todavía hoy se encuentran sus vestigios.

Ya sea por los efectos de la actividad del monte Toba o por la llegada de los humanos modernos, la erupción volcánica marcó el punto más alto de la ocupación del Homo erectus en Asia.

En los siguientes 40.000 años, fueron sacados lentamente, probablemente por una combinación de factores como el cambio climático y la férrea competencia por conseguir alimentos, que escaseaban, especialmente tras la expansión de los humanos modernos.

Competencia

El Homo erectus era ligeramente más grande y más fuerte que el Homo sapiens. Entonces ¿por qué sobrevivimos y ellos no?

Cazadores

La competencia por los alimentos fue uno de los factores que determinó que algunas especies desaparecieran.

La respuesta más obvia es que teníamos cerebros más grandes.

Pero eso no es lo más determinante, aseguran los científicos. Lo que realmente importa no es el tamaño del cerebro sino cuán grandes son ciertas áreas del cerebro.

"Las partes del cerebro del Homo erectus dedicadas a controlar el lenguaje y el habla no ocupaban un gran espacio", señaló John Shea, profesor de paleontropología de la Universidad Stony Brook en Nueva York.

"Uno de los elementos cruciales de las adaptaciones que hizo el Homo sapiens es que combinó la compleja habilidad de planificar, desarrollada en la sección frontal del cerebro, con el lenguaje y la destreza de transmitir ideas entre ellos", dijo el experto.

La planificación, la comunicación e incluso el comercio están entre los aspectos que permitieron el desarrollo de nuevas herramientas y armas que se difundieron rápidamente entre la población.

Registros de fósiles indican que el Homo erectus elaboró la misma hacha elemental por más de un millón de años.

Nuestros ancestros, en cambio, crearon armas más pequeñas y sofisticadas como la lanza, la cual trajo ventajas evidentes a la hora de cazar y pelear.

Abismo evolutivo


"Incluso hace 100.000 años, habían varias especies humanas en la Tierra y eso es algo que, en la actualidad, nos puede parecer raro"

John Shea, Universidad Stony Brook

De esa forma, el Homo sapiens superó a sus otros rivales humanos, los Neandertales, quienes murieron 30.000 años, atrás cuando la era del hielo limitó los suministros alimenticios.

"Incluso hace 100.000 años, habían varias especies humanas en la Tierra y eso es algo que, en la actualidad, nos puede parecer raro. Nosotros somos los únicos sobrevivientes de todos esos grandes experimentos evolutivos de cómo ser humanos", aseveró Stringer.

El Homo erectus estuvo en Asia hasta hace 30.000 años. Pese a que se extinguieron, dejaron descendientes en la isla de las Flores en Indonesia.

Esos humanos, los Homo floresiensis, también conocidos como "Hobbits", sobrevivieron hasta hace unos 12.000 años atrás.

Con su partida nos quedamos solos, como la última especie humana en el planeta.

"Existe un gran abismo entre nosotros y nuestros más cercanos parientes primates: gorilas, chimpancés y bonobos, señaló el doctor Shea.

"Si ese abismo hubiese sido llenado por otros homínidos, el vacío no sería tan amplio y la cadena evolutiva sería más gradual. Nosotros nos consideramos especiales, pero quizás no lo somos tanto. Un poco de humildad no le caería mal a nadie".

Fuente:

BBC Ciencia

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17 de octubre de 2010

El Australopithecus Afarensis estaba del todo adaptado a caminar sobre dos piernas



En la región de Afar, en Etiopía, un equipo de investigadores ha encontrado evidencias que proporcionan nueva e importante información sobre uno de los ancestros humanos, el Australopithecus afarensis.




Yohannes Haile-Selassie, conservador del Museo de Historia Natural de Cleveland, así como jefe de antropología física en el mismo, y un equipo internacional de científicos, han completado la exhumación y el análisis de parte de un esqueleto de 3,6 millones de años, perteneciente a la misma especie de la famosa homínida "Lucy". Éste es el segundo esqueleto parcialmente recuperado del A. afarensis. Tiene una antigüedad que supera a la de Lucy en 400.000 años, y es de sexo masculino. Un hecho muy importante es que estos restos fósiles proporcionan pruebas concluyentes de que el A. afarensis podía caminar en posición erguida sin el uso de sus manos.

Exámenes anteriores realizados a Lucy, que vivió hace 3,2 millones de años, hicieron que algunos científicos llegasen a la conclusión de que el A. afarensis no estaba totalmente adaptado a caminar en posición vertical. El fósil recién recuperado, apodado "Kadanuumuu", resuelve el debate.

Kadanuumuu parece concordar con huellas fosilizadas de pisadas que datan de hace alrededor de 3,6 millones de años, y que fueron descubiertas en Laetoli, Tanzania. Las huellas de pisadas muestran que esos arcaicos ancestros humanos ya caminaban sobre dos piernas de manera habitual, pues no existen huellas de los nudillos de las manos acompañando a las de los pies.

La interpretación equivocada con respecto a la capacidad de Lucy para caminar erguida se debe en gran medida a su pequeña complexión física. Se estima que Lucy medía poco menos de un metro de estatura. Pero Kadanuumuu (cuyo nombre significa "hombre grande" en el idioma afar), medía entre metro cincuenta y metro setenta aproximadamente, y la proporción entre la longitud de sus piernas y la de sus brazos se parece bastante a la de los seres humanos modernos.

Las piernas largas constituyen un rasgo característico del bipedalismo humano. En líneas generales, el esqueleto muestra claramente que el surgimiento del bipedalismo avanzado no está asociado con la aparición de nuestro género Homo, sino que tiene raíces más hondas, que se remontan a hace más de 3,6 millones de años.

Alemayehu Asfaw encontró el primer elemento de Kadanuumuu en Febrero de 2005, en Korsi Dora, a unos 390 kilómetros al nordeste de la capital etíope, Addis Abeba.

Fuente:

Blog Homo Sapiens

7 de marzo de 2010

Reconstruyendo los rostros de los homínidos

Domingo, 07 de marzo de 2010

Reconstruyendo los rostros de los homínidos


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Conocemos la evolución humana a través de los restos fósiles de los homínidos que nos precedieron y de nuestros antepasados más cercanos dentro de nuestro género homo. Una de las partes del esqueleto que se conserva mejor es el cráneo, y dentro de sus partes, los dientes. Gracias al cráneo podemos observar diferencias entre todas las especies de homínidos, en las cuales se basan las filogenias posibles y la divergencia de especies asociadas a nosotros, los .

Una de las más claras es el robusto cráneo de los Paranthropus (o australopitecus robustos) con el de los australopitecus gráciles y los miembros del linaje homo. Por más de que algunas diferencias sean evidentes, la imaginación a veces no basta para hacernos una idea de cómo eran los rostros de los más allá de los blanquecinos cráneos que nos llegan a nuestros días.

John Gurche, ‘paleo-artista’ (según se define) ha reconstruido de forma extraordinariamente realista los rostros de los homínidos que nos precedieron. No de todos, por supuesto, pero sí de siete especies que adquieren notable interés científico y un valorable esfuerzo artístico por parte de Gurche. Arriba apreciamos a Australopithecus afarensis (izquierda) y a Australopithecus africanus (derecha). Debajo dejamos el resto.

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Paranthropus boisei.

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Homo heidelbergensis.

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Homo erectus.

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Homo neanderthalensis.

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Homo floresiensis.

Faltan especies, por supuesto, como Homo Habilis, Australopithecus anamensis, Paranthropus aethiopicus entre otras cuantas. De todos modos, puedes encontrarlas en el sitio web de Gurche.

Fuentes:

Ojo Científico
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