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31 de julio de 2011

Los primeros 'Homo' emigraron desde África hasta Georgia

Cráneos que se han utilizado en el estudio.| Universidad de Granada

Cráneos que se han utilizado en el estudio.| Universidad de Granada

  • Investigadores andaluces han estudiado 14 cráneos de diferentes especies
  • Concluyen que sólo hubo tres realmente diferentes a lo largo de la evolución

La salida de los humanos de África, hasta llegar a colonizar el planeta, y alcanzar los 7.000 millones de individuos (este mismo año) siempre ha sido tema de discusión científica. Las últimas investigaciones apoyan la hipótesis de que desde su origen el género 'Homo', cuando era más parecido a un chimpancé que a los humanos actuales, ya abandonó el continente que fue su cuna para conquistar nuevas tierras.

Uno de estos trabajos es el que esta semana han presentado científicos de las universidades de Granada y Málaga, que han realizado un estudio comparativo de 14 cráneos de diferentes especies humanas para confirmar que los 'habilis' dejaron África hace más de 1,8 millones de años, que es cuando se han encontrado restos de su descendiente, el 'Homo georgicus', en Dmanisi (Georgia).

El trabajo, publicado en la revista 'Quaternary International', se centra en la variabilidad en las formas de los cráneos. "De todas las variables posibles hemos escogido tres del cerebro y tres de la cara que sirven para diferenciar claramente a chimpancés, gorilas y humanos", explica Juan Manuel Jiménez Arenas, de la Universidad de Granada. Paul Palmqvist y Juan Antonio Pérez Claros, de Málaga, cofirman el artículo.

Los autores concluyen que, en realidad, sólo hubo tres taxones ("Se podría decir especies", señala Jiménez Arenas) a lo largo de toda la evolución humana, es decir, que sólo tres 'Homo' presentan características muy diferentes. Serían los 'habilinos', cuyos restos más antiguos son de hace 2,5 millones de años; los 'erectus', de hace entre 1,8 millones de años y 40.000 años, y entre los que encuadran a los 'Homo ergaster' y los neandertales; y los 'Homo sapiens'.

Debate científico

Ya en el año 2006, Jiménez Arenas planteó la hipótesis de que los 'habilis', llamados así por su capacidad de fabricar utensilios de piedra, habían llegado hasta Georgia, pero hasta que en 2007 no se encontraron restos del cuerpo de los homínidos de este yacimiento no había pruebas. Aún hoy es tema de debate entre los especialistas.

En este trabajo, los autores observan que hay características de esta primitiva especie, como su reducido tamaño del cerebro, los dientes grandes, la cara muy robusta y la musculatura de masticación muy desarrollada, que cuadran con la de los habitantes de Dmanisi.

Otro factor determinante es que las herramientas de piedra encontradas en Eurasia, y fabricadas hasta hace 600.000 años, están talladas con la tecnología de Modo I u Olduvayense, que utilizaban los 'Homo habilis', cuando en África hacía mucho tiempo que había aparecido un método superior, el Achelense o Modo 2: se ha documentado en África hace 1,6 millones de años, un millón de años antes.

Los autores plantean que el Odluvayense pudo perdurar en Eurasia porque los felinos que había aprovechaban muy bien la carne, dejando menos carroña para los humanos arcaicos, pero plantean también otra posibilidad: puede que las poblaciones euroasiáticas fueran todas descendientes de los primeros homínidos emigrantes, hasta que fueron reemplazadas por las de otra especie con útiles más sofisticados.

Fuente:

El Mundo Ciencia

29 de julio de 2011

La superioridad numérica del 'Homo sapiens' acabó con los neandertales

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

Recreación de un neandertal europeo, cuidando de su hijo.| Sonia Cabello

  • La población de humanos modernos era 10 veces mayor hace 40.000 años
  • Los investigadores han analizado todos los yacimientos paleolíticos franceses
  • Los 'sapiens' poseían mejores armas para cazar que los neandertales
  • Se desconoce si se encontraron en Europa, pero si competían por los recursos

La desaparición de los neandertales en Europa a raíz de la llegada de los humanos modernos desde África, hace unos 40.000 años, es una parte de la prehistoria plagada de incógnitas. Durante 300.000 años, los primeros dominaron el continente, adaptándose a las duras condiciones de la Edad de Hielo, pero en pocos milenios dejaron de existir, los últimos en el sur de la Península Ibérica, hace unos 28.000 años.

Una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, publicada esta semana en 'Science', revela ahora que los 'Homo sapiens' que habitaron por entonces en Europa eran hasta 10 veces más en número que los neandertales, una supremacía que, según los autores, dirigidos por Sir Paul Mellars, fue un factor determinante en la extinción de sus parientes evolutivos.

Mellars y su alumna Jennifer C. French determinaron este porcentaje tras analizar los restos arqueológicos encontrados en todo el sudeste de Francia, región en la que se concentran un buen número de yacimientos tanto de neandertales como de cromañones. Encontraron que era mucho mayor el número total de asentamientos de 'sapiens', así como la densidad que habían dejado de utensilios de piedra y de restos de comida, lo que indica que eran grupos grandes con una gran integración social.

Conflicto entre especies

Como los cromañones vivían cerca de los grupos locales de neandertales, tenían que competir con ellos para cazar los renos, caballos, bisontes y ciervos que eran la base de su alimentación. También, según estos autores, tenían que compartir el escaso combustible (la madera) que había por entonces en la zona, fundamental para soportar los fríos inviernos glaciares.

Mellars y French defienden que esta situación generaría confrontaciones entre ambas especies al querer hacerse con las localizaciones mejores en el suministro de alimentos y agua, conflictos en los que, afirman, la mayor coordinación de los humanos modernos les asegurarían el éxito.

Los 'sapiens' tenían una tecnología mucho más avanzada (por ejemplo, las lanzas de largo alcance) y se cree que contaban con procedimientos más eficaces para conservar la carne. Seguramente, apuntan, también contactarían con grupos sociales cercanos, comerciando con alimentos.

No está claro que los neandertales tenían menos capacidades mentales que los cromañones. Es algo que aún está en discusión. Pero Mellars destaca que el arte simbólico generalizado en las cuevas, la profusión de objetos decorativos y símbolos grabados en huesos indican que tenían un sistema elaborado de comunicación, quizás una lengua, que no se ha podido probar en los neandertales.

Nuevos patrones de comportamiento

Estos patrones de comportamiento se desarrollaron entre los 'Homo sapiens', defiende Mellars, al menos 20.000 o 30.000 años antes de que la especie abandonara África y fuera colonizando Asia y Europa, reemplazando a homínidos anteriores desde hace 60.000 años. Si, como sugiere la evidencia genética, 'sapiens' y neandertales evolucionaron por separado durante medio millón de años, no sería raro que hubiera diferencias significativas en su capacidad mental, como ha demostrado la secuenciación de ambos genomas.

"En cualquier caso, parece que las innovaciones tecnológicas y el comportamiento permitieron a los humanos modernos invadir y sobrevivir en más cantidad que los neandertales en toda Europa. Frente a su competencia, éstos se fueron retirando a regiones marginales y menos atractivas del continente, en espacios donde fueron disminuyendo hasta su desaparición, coincidiendo con un deterioro del clima hace unos 40.000 años", afirma Mellars.

En los últimos años, las más recientes investigaciones han puesto fin a la imagen de los neandertales como humanos toscos y sin intelecto. Ahora se sabe que tenían el gen que facilita el habla, aunque se desconoce cómo se comunicaban, que enterraban con rituales a sus muertos, que cocinaban y sus herramientas, si bien toscas, eran eficaces.

Sobre su extinción, se ha aludido a la poca diversidad genética entre unas poblaciones que nunca llegaron a ser numerosas, lo que contrasta con el crecimiento poblacional de los recién llegados que constata este trabajo.

Fuente:

El Mundo Ciencia

19 de julio de 2011

Un millar de africanos colonizó el planeta

Especial: Seres Vivos

Una asiática, una africana y un europeo, muestra de la diversidad humana.|EL MUNDO

Una asiática, una africana y un europeo, muestra de la diversidad humana.|EL MUNDO

Poco más de un millar de seres humanos salieron de África hace entre 20.000 y 40.000 años para colonizar el resto del planeta y algunos de sus descendientes volvieron al continente de sus antepasados posteriormente para mezclarse con ellos. Fue en entonces, en el Paleolítico Superior, cuando se consolidaron las diferencias genéticas entre los diferentes humanos.

Esta es la conclusión a la que han llegado dos investigadores, Richard Durbin y Heng Li, de la Universidad de Cambridge, después de analizar el genoma completo de 12 personas, seis de origen africano, tres europeos y tres asiáticos (de China y Corea), abriendo la puerta a una nueva categoría de estudios de genética evolutiva que hace unos años, pocos, comenzaron a revelar detalles del pasado que no se encontraban en los fósiles.

Fue gracias a estudios del ADN mitocondrial, transmitido por las madres, como se pudo rastrear el linaje de una mujer, la Eva africana, que vivió en África hace unos 200.000 años, y cuyos descendientes habrían dado origen a la Humanidad. También el cromosoma Y, heredado de los padres, ha permitido echar la vista atrás y ver las rutas migratorias que siguieron los primero 'sapiens'.

Pero lo que Durbin y Li han publicado en 'Nature' esta semana es el primer trabajo comparativo realizado con genomas completos: "Las conclusiones se acercan a las que se tenían por otro medios, pero con más datos, las fechas se afinan más, aunque es difícil establecer las tasas de mutación que ha habido", comenta Carles Lalueza-Fox, experto en ADN antiguo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

Mutaciones por generación

No hace mucho, como recuerda Lalueza-Fox, y gracias a los genomas de dos progenitores y su hijo se determinó que en el vástago había entre 60 y 100 modificaciones en los nucleótidos respecto a sus padres (de un total de 3.200 millones). "Eso supone una mutación por gen, que no es poco", afirma el investigador español.

De los genomas analizados, los científicos de Cambridge confirman que fue hace unos 100.000 años cuando los humanos modernos comenzaron a abandonar África, pero tras su salido sufrieron una fuerte caída de sus poblaciones, hasta disminuir a una décima parte, de forma que hace entre 40.000 y 20.000 años eran sólamente unos 1.200 en edad reproductiva, que son los antepasados de todos los europeos y los asiáticos.

Estudios de otros grupos cientificos tambien han detectado 'cuellos de botella' poblacionales en África, pero no tanto, como mucho hasta los 5.700 individuos en edad reproductiva. "Esta es una de las razones por las que la diversidad genética africana es mucho mayor que entre el resto de los humanos", explica Lalueza-Fox.

Durbin y Li también compararon el cromosoma Y de un yoruba africano y de un no-africano para averiguar cuando ambas grupos dejaron de entrecruzar los genes y la conclusión es que, pese a que hace 40.000 años los 'emigrantes' estaban muy ocupados colonizando Europa, Asia y Australia, también se cruzaron con africanos hasta fechas tan recientes como hace 20.000 años.

Según Durbin, la explicación estaría en que tras una primera salida hace unos 60.000 años, hubo nuevas oleadas de salidas y viajes de vuelta, una explicación que no convence a Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres: "Pudeo haber flujo de genes puntuales, pero sería asombroso que continuase en ese período", ha señalado en 'News Nature'.

Fuente:

El Mundo Ciencia

26 de junio de 2011

¿Por qué sólo hay una especie humana?

Cazadores

No hace mucho tiempo, compartíamos este planeta con muchas especies de humanos. Todas ellas eran astutas, ingeniosas y excelentes cazadoras. Pero ¿qué les pasó? ¿Por qué el Homo sapiens fue el único que sobrevivió?

Pese a que el origen de los humanos ha desatado debates apasionados a lo largo de la historia, existe un consenso entre los científicos: las diferentes especies de humanos que han existido descendieron de criaturas que se parecían a los simios y que caminaron erguidas en África, hace más de 6 millones de años.

Esas criaturas tuvieron muchos descendientes, la mayoría de los cuales se extinguieron.

La primera criatura que la ciencia identifica como humana vivió en África hace dos millones de años. El Homo ergaster confeccionó herramientas y se destacó en la caza. El estudio de sus huesos indica que fue un poderoso corredor, capaz de desafiar a cualquier velocista olímpico.

Se cree que el Homo ergaster enfrentó épocas de extensas y terribles sequías que afectaron los bosques tropicales y que permitieron el surgimiento de vastas áreas desérticas.

Los miembros de esas especies humanas estaban preparados para enfrentar el calor. Su piel era lisa y, en gran medida, carente de pelos. Eso les permitía sudar más "eficientemente".

El Homo ergaster, un devorador de carne, también podía desplazarse y cazar al mediodía, cuando la mayoría de los animales descansaban.

Rumbo a Asia

Modelo del Homo sapiens

Así, según los científicos, lucía el Homo sapiens.

Viajó grandes distancias. De hecho fue el primer humano que abandonó África y colonizó Asia.

En su nuevo y exuberante ambiente, evolucionó y dejó de ser un Homo ergaster para transformarse en el Homo erectus.

Información arqueológica señala que, aunque su población pudo no haber sido muy numerosa, se dispersó en un área que se extiende desde Turquía hasta China.

"Eran pequeños grupos de cazadores y recolectores", explicó el profesor Chris Stringer, un antrópologo del Museo de Historia Natural de Londres.

"Eran nómadas que se movilizaban por amplias zonas para conseguir sus alimentos en un ambiente muy competitivo. En lo que respecta a sus cuerpos -su forma y su constitución física- se parecían mucho a nosotros", indicó el experto.

Super volcán

Estudios recientes demuestran que el Homo sapiens también abandonó África, hace aproximadamente 120.000 años.

Homo erectus

El Homo erectus era muy fuerte y tenía gran destreza al correr.

Viajamos en pequeños grupos, posiblemente no más de 100 personas en la primera ola migratoria.

Después nos esparcimos. Algunos llegaron a Europa, que ya estaba ocupada por el Neandertal, mientras que otros se desplazaron hacia el este hasta llegar a India. Hay evidencia arqueológica de que arribaron a tiempo para un verdadero cataclismo.

Hace 74.000 años, el monte Toba, un volcán en el sureste asiático, tuvo una actividad sin parangón. Se trató de la mayor erupción de los últimos dos millones de años, calificada como una erupción supervolcánica.

El volcán lanzó tanto azufre a la atmosfera que provocó una caída, de varios grados, de las temperaturas en todo el planeta.

Las rocas fundidas que emanó cubrieron un área del tamaño del Reino Unido y se estima que llegó a una profundidad de 10 metros.

Produjo una gran cantidad de cenizas que, arrastradas por los vientos, cubrieron extensas área de Asia, incluyendo el subcontinente indio. De hecho, dicen expertos, todavía hoy se encuentran sus vestigios.

Ya sea por los efectos de la actividad del monte Toba o por la llegada de los humanos modernos, la erupción volcánica marcó el punto más alto de la ocupación del Homo erectus en Asia.

En los siguientes 40.000 años, fueron sacados lentamente, probablemente por una combinación de factores como el cambio climático y la férrea competencia por conseguir alimentos, que escaseaban, especialmente tras la expansión de los humanos modernos.

Competencia

El Homo erectus era ligeramente más grande y más fuerte que el Homo sapiens. Entonces ¿por qué sobrevivimos y ellos no?

Cazadores

La competencia por los alimentos fue uno de los factores que determinó que algunas especies desaparecieran.

La respuesta más obvia es que teníamos cerebros más grandes.

Pero eso no es lo más determinante, aseguran los científicos. Lo que realmente importa no es el tamaño del cerebro sino cuán grandes son ciertas áreas del cerebro.

"Las partes del cerebro del Homo erectus dedicadas a controlar el lenguaje y el habla no ocupaban un gran espacio", señaló John Shea, profesor de paleontropología de la Universidad Stony Brook en Nueva York.

"Uno de los elementos cruciales de las adaptaciones que hizo el Homo sapiens es que combinó la compleja habilidad de planificar, desarrollada en la sección frontal del cerebro, con el lenguaje y la destreza de transmitir ideas entre ellos", dijo el experto.

La planificación, la comunicación e incluso el comercio están entre los aspectos que permitieron el desarrollo de nuevas herramientas y armas que se difundieron rápidamente entre la población.

Registros de fósiles indican que el Homo erectus elaboró la misma hacha elemental por más de un millón de años.

Nuestros ancestros, en cambio, crearon armas más pequeñas y sofisticadas como la lanza, la cual trajo ventajas evidentes a la hora de cazar y pelear.

Abismo evolutivo


"Incluso hace 100.000 años, habían varias especies humanas en la Tierra y eso es algo que, en la actualidad, nos puede parecer raro"

John Shea, Universidad Stony Brook

De esa forma, el Homo sapiens superó a sus otros rivales humanos, los Neandertales, quienes murieron 30.000 años, atrás cuando la era del hielo limitó los suministros alimenticios.

"Incluso hace 100.000 años, habían varias especies humanas en la Tierra y eso es algo que, en la actualidad, nos puede parecer raro. Nosotros somos los únicos sobrevivientes de todos esos grandes experimentos evolutivos de cómo ser humanos", aseveró Stringer.

El Homo erectus estuvo en Asia hasta hace 30.000 años. Pese a que se extinguieron, dejaron descendientes en la isla de las Flores en Indonesia.

Esos humanos, los Homo floresiensis, también conocidos como "Hobbits", sobrevivieron hasta hace unos 12.000 años atrás.

Con su partida nos quedamos solos, como la última especie humana en el planeta.

"Existe un gran abismo entre nosotros y nuestros más cercanos parientes primates: gorilas, chimpancés y bonobos, señaló el doctor Shea.

"Si ese abismo hubiese sido llenado por otros homínidos, el vacío no sería tan amplio y la cadena evolutiva sería más gradual. Nosotros nos consideramos especiales, pero quizás no lo somos tanto. Un poco de humildad no le caería mal a nadie".

Fuente:

BBC Ciencia

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17 de octubre de 2010

El Australopithecus Afarensis estaba del todo adaptado a caminar sobre dos piernas



En la región de Afar, en Etiopía, un equipo de investigadores ha encontrado evidencias que proporcionan nueva e importante información sobre uno de los ancestros humanos, el Australopithecus afarensis.




Yohannes Haile-Selassie, conservador del Museo de Historia Natural de Cleveland, así como jefe de antropología física en el mismo, y un equipo internacional de científicos, han completado la exhumación y el análisis de parte de un esqueleto de 3,6 millones de años, perteneciente a la misma especie de la famosa homínida "Lucy". Éste es el segundo esqueleto parcialmente recuperado del A. afarensis. Tiene una antigüedad que supera a la de Lucy en 400.000 años, y es de sexo masculino. Un hecho muy importante es que estos restos fósiles proporcionan pruebas concluyentes de que el A. afarensis podía caminar en posición erguida sin el uso de sus manos.

Exámenes anteriores realizados a Lucy, que vivió hace 3,2 millones de años, hicieron que algunos científicos llegasen a la conclusión de que el A. afarensis no estaba totalmente adaptado a caminar en posición vertical. El fósil recién recuperado, apodado "Kadanuumuu", resuelve el debate.

Kadanuumuu parece concordar con huellas fosilizadas de pisadas que datan de hace alrededor de 3,6 millones de años, y que fueron descubiertas en Laetoli, Tanzania. Las huellas de pisadas muestran que esos arcaicos ancestros humanos ya caminaban sobre dos piernas de manera habitual, pues no existen huellas de los nudillos de las manos acompañando a las de los pies.

La interpretación equivocada con respecto a la capacidad de Lucy para caminar erguida se debe en gran medida a su pequeña complexión física. Se estima que Lucy medía poco menos de un metro de estatura. Pero Kadanuumuu (cuyo nombre significa "hombre grande" en el idioma afar), medía entre metro cincuenta y metro setenta aproximadamente, y la proporción entre la longitud de sus piernas y la de sus brazos se parece bastante a la de los seres humanos modernos.

Las piernas largas constituyen un rasgo característico del bipedalismo humano. En líneas generales, el esqueleto muestra claramente que el surgimiento del bipedalismo avanzado no está asociado con la aparición de nuestro género Homo, sino que tiene raíces más hondas, que se remontan a hace más de 3,6 millones de años.

Alemayehu Asfaw encontró el primer elemento de Kadanuumuu en Febrero de 2005, en Korsi Dora, a unos 390 kilómetros al nordeste de la capital etíope, Addis Abeba.

Fuente:

Blog Homo Sapiens

7 de marzo de 2010

Reconstruyendo los rostros de los homínidos

Domingo, 07 de marzo de 2010

Reconstruyendo los rostros de los homínidos


australopithecus-afarensis-1.jpgaustralopithecus-africanus-2.jpg

Conocemos la evolución humana a través de los restos fósiles de los homínidos que nos precedieron y de nuestros antepasados más cercanos dentro de nuestro género homo. Una de las partes del esqueleto que se conserva mejor es el cráneo, y dentro de sus partes, los dientes. Gracias al cráneo podemos observar diferencias entre todas las especies de homínidos, en las cuales se basan las filogenias posibles y la divergencia de especies asociadas a nosotros, los .

Una de las más claras es el robusto cráneo de los Paranthropus (o australopitecus robustos) con el de los australopitecus gráciles y los miembros del linaje homo. Por más de que algunas diferencias sean evidentes, la imaginación a veces no basta para hacernos una idea de cómo eran los rostros de los más allá de los blanquecinos cráneos que nos llegan a nuestros días.

John Gurche, ‘paleo-artista’ (según se define) ha reconstruido de forma extraordinariamente realista los rostros de los homínidos que nos precedieron. No de todos, por supuesto, pero sí de siete especies que adquieren notable interés científico y un valorable esfuerzo artístico por parte de Gurche. Arriba apreciamos a Australopithecus afarensis (izquierda) y a Australopithecus africanus (derecha). Debajo dejamos el resto.

paranthropus-boisei-3.jpg
Paranthropus boisei.

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Homo heidelbergensis.

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Homo erectus.

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Homo neanderthalensis.

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Homo floresiensis.

Faltan especies, por supuesto, como Homo Habilis, Australopithecus anamensis, Paranthropus aethiopicus entre otras cuantas. De todos modos, puedes encontrarlas en el sitio web de Gurche.

Fuentes:

Ojo Científico

27 de febrero de 2009

La primera pisada moderna

La manera moderna de caminar del hombre comenzó hace por lo menos 1.5 millones de años, según la interpretación anatómica de huellas humanoides descubiertas en el norte deKenia, reveló un estudio que divulga hoy la revista Science.

Al comparar el tamaño de las huellas y analizar sus características generales, los científicos determinaron que fueron del homínide Homoergaster, u Homo erectus primitivo. Vamos a conocer algo más sobre estos ancestro nuestros.



Homo Ergaster

Es un homínido extinto, ya plenamente humano, propio de África. Se estima que apareció hace unos 2 millones de años, y desapareció hace 1 millón de años. Contaban con un gran cerebro, estatura y proporciones corporales, parecidas a las de los humanos posteriores.Su capacidad craneal se sitúa entre 800 y 950 cc.

Así mismo, su modelo de desarrollo era más lento que el de sus antepasados y esto implica un entrono social más protector (la alimentación y la complejidad social son imprescindibles para la expansión y reestructuración cerebral). Además trajeron consigo una nueva forma de tallar la piedra, el Achellense o Modo 2, que consiste en núcleos o grandes lascas tallados por las dos caras denominados bifaces, como las hachas de mano, los hendedores y los picos. Se trata de una técnica que perduraría durante muchísimo tiempo ya que son de múltiple uso.

Fue el Homo Ergaster el homínido que salió de África por primera vez y comenzó a adaptarse a otros tipos de vida diferentes como los de Asia y Europa. Homo ergaster, procede probablemente de Homo habilis y es básicamente la versión africana de Homo erectus, del que es antecesor.

Homo Erectus

Es un homínido extinto, que vivió entre 1,8 millones de años y 300.000 años antes del presente. Los H. erectus clásicos habitaron en Asia oriental (China, Indonesia). En África, se han hallado restos fósiles afines que con frecuencia se incluyen en otra especie, Homo ergaster; también en Europa, diversos restos fósiles se han sido clasificados como H. erectus, aunque la tendencia actual es a reservar el nombre H. erectus para los fósiles asiáticos.

Era muy robusto y tenía una talla elevada, casi 1,80 m de media. El volumen craneal era muy variable, entre 800 y 1200 cc (la media fue aumentando a lo largo de su dilatada historia).

La industria lítica que producía pertenece principalmente al Achelense y probablemente conocía el uso del fuego. Los principlaes homo rectus son el Hombre de Java y el Hombre de Pekín.



Las huellas halladas en Kenia

Los humanos ya caminaban erguidos y con una disposición de los pies similar a la nuestra, con el pulgar paralelo al resto de los dedos y un arco pronunciado, hace por los menos 1,5 millones de años. La evidencia procede de las cercanías del lago Turkana, en la actualKenia , donde se acaban de hallar las pisadas inconfundibles dejadas por diversos individuos, tanto adultos como niños, que no tuvieron reparos a la hora de caminar por un terreno fangoso. Un auténtico golpe de fortuna paleontológica: como si hubieran puesto sus pies en cemento, aunque se trataba en realidad de ceniza volcánica, las huellas fosilizaron y se conservaron para la posterioridad.


Las pisadas las ha descubierto, datado, digitalizado y analizado anatómicamente un equipo internacional encabezado por la Universidad Rutgers (EEUU), la de Bournemouth (Reino Unido) y la de Nairobi (Kenia). Los detalles del estudio los publica hoy la revista Science.


No se trata de las primeras huellas conservadas de un homínido bípedo, pues las célebres pisadas de Laetoli (Tanzania) tienen 3,6 millones de años, pero sí "constituyen la evidencia más antigua sobre la anatomía esencialmente moderna de un pie humano", dicen los científicos.


Los primeros indicios aparecieron en el 2004, a unos cinco kilómetros del poblado de Ileret. Hay al menos tres rastros de pisadas muy juntas, que supuestamente equivalen a tres individuos, y otro rastro más pequeño, quizá de un niño. Junto a las pisadas humanas hay asimismo huellas de diversos mamíferos y aves. Los investigadores también han reanalizado unas supuestas huellas bípedas descubiertas en 1978 en Koobi Fora, al sur de Ileret, aunque los resultados no son tan concluyentes porque están muy erosionadas.


Varios indicios avalan la hipótesis del bipedalismo moderno. Por ejemplo, en las huellas se aprecia que el pulgar ocupa una posición paralela a los restantes dedos, a diferencia de los simios, que tienen una configuración más adecuada para trepar. Las pisadas muestran un arco pronunciado, típicamente humano. Finalmente, los dedos son bastante cortos y el talón es grande, unas características que se asocian al andar erecto. Las huellas han permitido obtener información que difícilmente facilitan los huesos fósiles, como la zona donde el pie se apoya primero o el área que soporta más peso.


Es difícil determinar a qué especie pertenecen las huellas, pero los científicos opinan que la antigüedad y el tamaño no dejan muchas opciones: son de Homo ergaster o, a lo sumo, de Homo erectus primitivo. El Homo ergaster, cuyos restos se han localizado en diversos paí-
ses africanos, fue el primer homínido con las mismas proporciones de las extremidades (piernas largas y brazos más cortos) que el Homo sapiens moderno.


El bipedalismo, un proceso anatómico vinculado a la hominización, surgió posiblemente hace cuatro millones de años. Eso se sabe por la estructura de los huesos del pie o de la pelvis, entre otros, porque obviamente "encontrar huellas fosilizadas es una gran casualidad", recuerda Jordi Serrallonga, director del grupo de investigación Homínid, del Parc Científic de Barcelona. Las hermosas huellas superpuestas de Laetoli, atribuidas a varios Australopithecus afarensis que caminaban juntos, tienen un dedo de aspecto más simiesco y un arco menos marcado


Fuentes:

The New York Times

The Economist


El Periodico.com

El Informador.com

14 de febrero de 2008

Hombre y Pensamiento (II)

La capacidad de lectura no es innata y ha requerido un reciclaje neuronal.

Retina y cerebro se combinan para procesar el significado de las palabras.


La lectura es una capacidad humana aprendida, no innata, que requiere de un trabajo conjunto de retina y cerebro para la captación de las imágenes y el posterior procesamiento del significado de las palabras. Un libro reciente publicado por el científico francés Stanislas Dehaene, titulado “Les neurones de la lectura”, expone claramente en que consiste el complejo proceso subyacente a esta actividad aparentemente banal. Según Dehaene, el cerebro no se ha adaptado a las exigencias del lenguaje escrito para comprenderlo sino que, más bien, ha sido la escritura la que se ha adaptado a nuestras capacidades cerebrales.

Por Yaiza Martínez.

Aprendizaje de la lectura. Canal Académie.

La lectura no es una capacidad innata en el ser humano sino que requiere de un aprendizaje que necesita tiempo y paciencia. Además es una capacidad que ha precisado de un “reciclaje neuronal” a lo largo de los siglos, y que nuestro cerebro y nuestro sistema visual se adapten para reconocer la escritura.

Esta idea es la que defiende Stanilas Dehaene, un profesor de psicología cognitiva experimental del Collége de France y director del laboratorio UNICOG, considerado el pionero de la investigación de las bases cerebrales de las operaciones matemáticas (es autor del libro La Bosse des Maths). Recientemente, Dehaene ha publicado además una obra titulada Les neurones de la lecture;.

Las investigaciones de Dehaene han incrementado los conocimientos sobre los procesos cerebrales que subyacen al procesamiento de los números y del habla. Utilizando técnicas de exploración por imágenes, ha observado lo que sucede en distintas partes del cerebro mientras soluciona problemas cognitivos complejos.

Estas técnicas demostraron en una investigación anterior que las cifras aproximadas se procesan en una región cerebral distinta a la utilizada para los cálculos de cifras exactas. En La Bosse des Maths, Dehaene demostró además que los niños poseen un conocimiento intuitivo de los números, lo que no ocurre en el caso de la lectura.

El ser humano no está “predestinado” a leer, dice Dehaene comentando su nueva investigación. Y es que la escritura fue creada por los babilonios hace tan sólo 5.400 años y el alfabeto apareció hace 3.800. Es poco tiempo en comparación con la historia de la evolución y la aparición del homo sapiens, hace 30.000 años.

Cómo leemos

El cerebro humano posee un patrimonio genético predefinido y es flexible o elástico sólo en cierta medida, según han demostrado los experimentos de Dehaene con imágenes de resonancia magnética funcional para el registro de la actividad cerebral. El cerebro no ha tenido tiempo suficiente para evolucionar bajo la presión de las exigencias de la escritura, sino que ha sido la escritura la que ha evolucionado en función de las exigencias del cerebro, asegura el autor.

El cerebro trata la escritura y descifra sus mensajes para darles sentido gracias al trabajo conjunto de la retina del ojo y el cerebro. En primer lugar, un área central de la retina, denominada fóvea, recibe la información visual. La fóvea sólo capta un campo visual de 15 grados. Al ser muy estrecha, la del ojo humano tiene un diámetro aproximado de 0,5 milímetros, no somos capaces de reconocer más que entre siete y nueve letras a la vez. Cada porción de imagen es reconocida por un fotorreceptor distinto.

Por otro lado, y a pesar de que no somos conscientes de esto, leemos en sacadas, que son movimientos rápidos del ojo con los que detectamos las partes relevantes de cualquier escena, lo que nos permite construir un mapa mental referente a ella.

En el ojo humano, una razón para la existencia de las sacadas es que sólo la fóvea tiene una alta concentración de células fotorreceptoras sensibles al color, las llamadas conos. El resto de la retina está tapizado básicamente por bastoncillos, que son células fotosensibles monocromáticas, especialmente buenas en la detección del movimiento. Por esto, la fóvea es la parte de la retina encargada de la visión en alta resolución. En cuanto al tamaño de los caracteres de la lectura, señala Dehaene, el cerebro adapta a este tamaño la distancia percibida por el ojo.

Stanilas Dehaene. Canal Académie.

Límite de velocidad y dislexia


La lectura es, en definitiva, una sucesión de comprensiones del texto, que es aprehendido casi palabra por palabra. Por más que mejoremos nuestra capacidad de leer rápido, nunca podremos superar cierto ritmo sin perder información o palabras. Como media, los buenos lectores leen entre 400 y 500 palabras por minuto, pero la fóvea difícilmente permitirá que este límite se exceda, informa Canal Académie.

La imaginería de resonancia magnética funcional del cerebro ha demostrado que en el aprendizaje de la lectura juega un importante papel la región del lóbulo occipito-temporal izquierdo, situado hacia la parte trasera de la cabeza, detrás de la oreja izquierda. Todas las personas estudiadas por Dehaene mostraron una activación en esta misma región cerebral durante la lectura, incluso en el caso de aquellas que leían en árabe o hebreo (idiomas que se leen de derecha a izquierda).

Entre los problemas relacionados con la lectura destaca el de la dislexia, un trastorno que imposibilita para leer correctamente. A la dislexia dedica Dehaene un capítulo entero en Les neurones de la lecture, definiéndola como “una dificultad desproporcionada de aprendizaje de la lectura que no puede explicarse ni por un retraso mental, ni por un déficit señorial ni por un entorno social o familiar favorecido”. La dislexia puede ser originada por una desorganización anatómica del lóbulo temporal y por una alteración de sus conexiones.

Complejidad cerebral

La revista Automates Intelligentes publica que Les neurones de la lecture es una obra que se enmarca en un vasto trabajo de exploración de las bases neuronales de las actividades culturales del espíritu humano llevado a cabo por Stanilsas Dehaene. El libro comprende un gran número de investigaciones de laboratorio consagradas al estudio de la lectura en todas sus formas.

Asimismo, muestra con gran lujo de detalles e ilustraciones la enorme complejidad de los procesos cerebrales subyacentes a una actividad aparentemente sencilla como es leer, procesos que nos permiten darle sentido a las imágenes que recoge la retina.

La obra analiza cómo el cerebro del lector, con una velocidad sorprendente, puede pasar de la identificación visual de las letras (grafemas) a los sonidos asociados a éstas (fonemas) y a su significación. Por otro lado, estudia las similitudes que presentan las diversas formas de escritura –contemporáneas o antiguas- mostrando que éstas poseen funcionalidades neuronales idénticas.

Dehaene escribe en la introducción de su libro que en los últimos 20 años ha nacido una verdadera ciencia de la lectura, situada en la frontera entre la psicología y la medicina. Según él, la neurociencia debe ahora tomar una nueva dirección: la cuestión del inconsciente.

Fuente:

Tendencias 21

13 de marzo de 2007

Descubren el fósil más antiguo de "Homo Sapiens" encontrado en el norte de África
INVESTIGACIÓN DEL INSTITUTO MAX PLANK

Mandíbula fosilizada de 160.000 años hallada en Marruecos. (Foto: PNAS)
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Mandíbula fosilizada de 160.000 años hallada en Marruecos. (Foto: PNAS)

Actualizado martes 13/03/2007 08:17 (CET)

AGENCIAS

MADRID.- Investigadores del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) publican ahora en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) un estudio sobre los restos fósiles, en concreto restos dentales, más antiguos de un humano moderno encontrados en el norte de África.

Los restos, que se han descubierto en el yacimiento de Jebel Irhoud, a 100 kilómetros de Marrakech (Marruecos), pertenecen a un individuo joven y tienen una antigüedad de 160.000 años. El hallazgo podría situar el momento en el que el 'Homo sapiens' habitó el norte del continente vecino mucho antes de lo que se pensaba hasta el momento.

Los científicos estudiaron los patrones de crecimiento de los dientes del fósil utilizando imágenes de rayos X. Debido a los cambios rítmicos que tienen lugar en el crecimiento de los dientes durante horas, días y años, el desarrollo se registra de forma permanente en cada diente, en forma similar a tres anillos.

Los investigadores descubrieron que el joven de Marruecos mostraba muchas de las mismas características de los niños europeos modernos. En comparación con otros dientes de homínidos, el patrón de crecimiento individual del fósil fue más similar a los 'Homo sapiens' que a otros fósiles de especies de 'Homo', lo que implica un periodo de desarrollo e infancia de una extensión similar.

Según informa EL MUNDO, hasta ahora, los fósiles más antoguos de 'homo sapiens' que se conocían eran los descubiertos por el estadounidense Tim White, en 2003, en el este de Etiopía. El 'hombre de Erto', como se conoce por la aldea donde fue encontrado, vivió en aquel lugar hace los mismo 160.000 años.

Según los investigadores, estos resultados proporcionarán información sobre cuándo y cómo se originaron la anatomía y conducta humana, así como la relativamente larga infancia observada en los seres humanos.

Fuente:

Diario El Mundo

El Homo Sapiens ya habitaba el norte de África hace 160 000 años
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