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19 de diciembre de 2007

Querido mundo radiactivo,
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Muy Interesante


La mayoría de la gente asocia la radiactividad con algo peligroso que la ciencia ha aprovechado para usos industriales, médicos o bélicos. Pero la mayor parte de las emisiones ionizantes que nos rodean provienen de la propia naturaleza.

En el tiempo que transcurre entre dos latidos del corazón se produce en nuestro cuerpo la desintegración radiactiva de casi 10.000 núcleos atómicos. Cada hora, en nuestros pulmones desaparecen unos 30.000 núcleos de los isótopos radiactivos presentes en el aire que respiramos. Debido a los alimentos que consumimos, unos 15 millones de núcleos de potasio-40 y unos 7.000 de uranio natural se desintegran en nuestro estómago e intestinos. El tabaco libera plomo y polonio radiactivos que van a parar a la atmósfera y a nuestros pulmones; quienes fuman un paquete diario reciben tres veces más radiación que la debida al gas radón que hay a nuestro alrededor. Unos días en el mar nos proporcionan un aporte adicional de radiactividad: en un metro cúbico de agua marina se desintegran 10.000 átomos por segundo. Al cambiar playa por montaña la situación no mejora mucho: en los Pirineos o en los Picos de Europa recibimos tres veces más radiación que en nuestra costa favorita. A todo esto hay que sumar los más de 200 millones de rayos gamma que nos atraviesan cada hora provenientes del suelo y de los materiales de construcción.

Pero además están los cientos de miles de rayos cósmicos secundarios, subproducto de la interacción de las partículas subatómicas emitidas por agujeros negros, las galaxias activas o las explosiones de supernovas con los átomos de la alta atmósfera. Los astronautas, en los primeros viajes espaciales, comprobaron el impacto de estas partículas en sus retinas, pues sus destellos luminosos les impedían dormir apaciblemente.

La radiactividad ha existido en la naturaleza desde siempre, sin que interviniera la mano humana. Ni siquiera los denostados reactores nucleares son novedosos. Hace casi 2.000 millones de años, en la cantera de Oklo, en Gabón, se puso en marcha un reactor nuclear espontáneo. Nada tuvo que ver con extraterrestres ni con avanzadas civilizaciones antiguas desaparecidas.

En aquellas tierras la proporción de uranio-235, que es el combustible de las centrales nucleares, alcanzó el 3%, un nivel suficiente para que se iniciara automáticamente una reacción en cadena que se mantuvo durante un millón de años.

A pesar del miedo que se han dedicado a meternos algunos grupos ecologistas durante décadas, invocando los efectos perniciosos de la energía nuclear, la radiación de origen natural es la responsable del 87% de la dosis total que recibe el ser humano. Las fuentes artificiales, como las relacionadas con la radiomedicina –radiografías, radioterapias, exploraciones con marcadores–, las centrales nucleares, los detectores de humos, los televisores y los viajes aéreos suponen sólo un 13 %. La mayor parte se debe a los tratamientos y pruebas médicas, sobre todo las radiografías, con un 12%. Los experimentos y los accidentes nucleares, como el de Chernóbil, sólo contribuyen con el 0,4% del total, y la actividad de las centrales nucleares repercute en un factor 20 veces menor que este.

Sumando todas estas aportaciones antropogénicas, cada español recibe la mitad de la dosis máxima recomendada para la población. De esta cantidad, entre el 10% y el 15% tiene como fuente los alimentos. Los tubérculos poseen más radio-226 que la parte aérea de los vegetales. Un chuletón de medio kilogramo nos proporciona 45 desintegraciones por segundo, y un kilo de fruta, entre 40 y 90. Una mala noticia para los amantes del marisco: es el alimento que más radiación aporta, de modo que los aficionados a mejillones, ostras y langostinos pueden recibir un 50% más de la dosis normal debida a la comida. El control del entorno es esencial: en unas oficinas de Pittsburgh los empleados recibían una radiación equivalente a once radiografías de tórax al año. Claro que, si hay que señalar el verdadero peligro la palma se la lleva el gas radón, que por sí solo contribuye hasta casi el 50% de la dosis total.

En recintos cerrados, como edificios, minas, galerías del metro, túneles, etc., la concentración de este gas noble puede ser elevada por la escasa ventilación. En algunas cuevas de Tenerife y Lanzarote se han medido valores que superan las 5.000 desintegraciones por segundo y por metro cúbico. Por su parte, los materiales de construcción más comunes, como madera, ladrillos y hormigón, desprenden poco radón, aunque a veces han dado desagradables sorpresas, sobre todo si provienen de las cenizas de las centrales térmicas o las acerías. En Suecia, en la década de 1960, se descubrió que las pizarras de alumbre utilizadas en la elaboración del hormigón para viviendas durante décadas eran bastante radiactivas. La producción continua de radón llega a nuestras casas a través de las grietas y las fisuras presentes en las construcciones. Cuando la concentración de radio en el suelo es muy elevada, como ocurre en algunas formaciones graníticas, terrenos uraníferos o ricos en fosfatos, el nivel de las emisiones puede ser decenas de veces superior a lo normal y contaminar nuestro ambiente.

Esto fue lo que les sucedió a Stanley Watras y su familia en 1985: Watras trabajaba en la Central Nuclear de Limerick en Pennsylvania (EE UU) y un día, cuando entró a trabajar, se disparó la alarma de la planta. Las investigaciones demostraron que el hogar de los Watras estaba edificado en un suelo rico en uranio y con una concentración de radón casi 2.000 veces mayor que la habitual en EE UU. En cuanto a la posibilidad de contraer cáncer de pulmón, respirar el aire de su hogar era equivalente a fumar 135 paquetes de tabaco al día. Alguien que viviera en una casa con diez veces menos radón que la de Watras recibiría la misma exposición anual que los evacuados en las proximidades de Chernóbil en 1986 después del accidente nuclear.

A las emisiones naturales se suman ciertas actividades humanas que contribuyen a la producción de este gas radiactivo, caso de la quema de gas natural y de carbón, la fabricación de fertilizantes con fosfatos, que poseen altas concentraciones de uranio, y la generación de escorias a partir del tratamiento de hierro en altos hornos. Una central térmica típica de 1.000 MW consume diariamente unas 10.000 toneladas de carbón –que contiene uranio–, y su emisión diaria de radiación es similar a la producida por dos toneladas de uranio-238.

Las aguas subterráneas también transportan radón, en concentraciones mucho más altas que los ríos y los océanos. La radiactividad de un litro de agua suele ser de 4 desintegraciones por segundo. Pero si el agua procede de un pozo en un terreno con un elevado contenido en uranio, la actividad es 5.000 veces mayor y en algunos casos puede multiplicarse millones de veces de manera siniestra, como en algunos pozos que abastecen la ciudad de Helsinki; Finlandia es el país europeo que recibe mayor dosis por efecto del radón. El agua mineral en la localidad de Bad Gastein, Austria, es un millón de veces más radiactiva que la de consumo público, pero hace varias décadas se animaba a sus visitantes a beberla y a permanecer en las cuevas de la zona, donde inhalaban radón. Las medidas realizadas en los balnearios de nuestro país revelan que la situación no es así de peligrosa, aunque en algunos se han registrado 824 desintegraciones por segundo y por litro de radio-226.

En nuestras casas la verdadera habitación del pánico es el cuarto de baño. Un estudio realizado en Finlandia mostró que las concentraciones presentes eran tres veces superiores a las de las cocinas y 40 veces más altas que en el cuarto de estar. Por su parte, científicos canadienses revelaron que el radón presente en el aire del cuarto de baño aumentaba rápidamente tras una ducha templada de 10 minutos. Una vez finalizada, había que dejar pasar más de hora y media antes de que la radiación regresara a los niveles iniciales.

El radón es sospechoso de producir tumores pulmonares desde 1920, tras unos estudios realizados entre los mineros de Bohemia y Sajonia. Fue en 1986 cuando la Organización Mundial de la Salud confirmó su carácter cancerígeno. De las 136.000 muertes por carcinoma pulmonar registradas en 1987 en EE UU, un 80 % estaba asociado al hábito de fumar, 5.500 a los asbestos y unos 20.000 al radón. En el Reino Unido la exposición a este gas podría ser responsable del 6% de la incidencia anual de este tipo de tumor. Vivir en una casa en la que se produzcan 150 desintegraciones por segundo y metro cúbico debido al radón aumenta el riesgo de contraer cáncer pulmonar entre un 1% y 3%. En el interior de las viviendas de España tenemos entre 10 y 15.000 desintegraciones por segundo y metro cúbico, con un promedio de 40. Los valores más altos se encuentran en Galicia, Extremadura y la sierra de Madrid.

El nuestro es un mundo radiactivo. Algunos científicos apuntan que gracias a ello hay diversidad biológica, pues muchas mutaciones tienen su origen en el fondo natural de radiación. Los seres vivos nos hemos acostumbrado a vivir en esta bañera radiactiva que es la Tierra.

Por ejemplo, de cada 10.000 personas que mueren, 5 lo hacen de cáncer por la radiación de su propio cuerpo. Es inevitable, como ocurre con el oxígeno, que además de darnos la vida, también nos la quita, pues nos quema por dentro. Al comer no sólo ingerimos potasio-40 o carbono-14, sino otras sustancias peligrosas que no son radiactivas: en las judías verdes hay factores que disuelven los glóbulos rojos de la sangre; el ácido clorogénico del café provoca mutaciones en el ADN; y la patata contiene solanina, que produce malformaciones.

Eliminar la radiactividad del mundo significaría eliminarnos a nosotros mismos, pues todos somos una pequeña fuente radiactiva andante. Incluso deberíamos dejar de dormir con nuestras parejas: sólo por eso, en un año absorbemos el 1% de la dosis máxima recomendada.

17 de diciembre de 2007

El origen de la Nokia Tune...
(y otras curiosidades de la "politonía")

La serie 2100 de Nokia fue la primera en incorporar la famosa canción de la compañía.

La serie 2100 de Nokia fue la primera en incorporar la famosa canción de la compañía.

17 de diciembre de 2007. 9:10 h.- Hace unas semanas me invitaron al programa Asuntos Propios que Toni Garrido tiene en Radio Nacional -no se pierdan el blog del programa- y, a modo de broma, Toni quiso probar mi gadgetoído. Puso tres melodías de móvil y PC en antena que me tocó identificar. Una de ellas, cómo no, era la famosa Nokia Tune. Es la melodía que viene por defecto en todos los móviles Nokia, el famoso “tiruriru, tiruriru, tiruriuriiiiiiiiiiiii” que está hasta en la sopa.

Creo que a estas alturas deben ser las 13 notas más repetidas de la historia y provienen de una canción española del siglo XIX, el Gran Vals del compositor Francisco Tárrega. Nokia, de hecho, la llamó así en un principio, "Gran Vals", pero en 1998 la gente empezó a identificar las notas con los teléfonos de la compañía finlandesa y pronto apareció en los menús de configuración de tonos como "Nokia Tune". Aquí hay una versión MIDI del Gran Vals. En el segundo 15 comienza la secuencia. La canción la propuso Anssi Vanjoki, hoy vicepresidente del área multimedia de la compañía, y la razón fue muy sencilla: Gran Vals era la música que se utilizaba en los anuncios de Nokia de la época.

El primer móvil en utilizarla, en el año 1994, fue el Nokia 2110 que como novedad frente a otros modelos de la marca traía casi 30 tonos de llamada diferentes. Y triunfó. La compañía esperaba vender 400.000 unidades del teléfono y acabó vendiendo más de 20 millones. Por suerte o por desgracia, el mundo descubrió que los móviles podían hacer otros sonidos aparte del "ring, ring" y comenzó la fiebre de los tonos.

Los primeros intentos de convertir el sonido del teléfono en música, en realidad, se remontan a mediados de siglo XX cuando los laboratorios de la compañía Bell empezaron a investigar con formas de variar el sonido de los teléfonos fijos. La idea nunca llegó a cuajar. En los 90, sin embargo, el móvil empezó a venir de regalo con las cajas de cereales -bueno, casi- y había que distinguir unos de otros en los sitios públicos así que los tonos se hicieron tan inevitables y molestos como la familia política.

En 1997 nació el primer servicio de descarga de melodías en Japón y en Europa copiamos la idea en 1998. Nokia tiene también el honor de haber sido la primera compañía en incluir politonos en los teléfonos. El primer modelo compatible salió al mercado en el año 2002 y podía reproducir cuatro instrumentos de forma simultánea. El primer teléfono móvil con vibración, sin embargo, viene de su compatidor, Motorola. Lo inventaron en el año 1983, cuando los primeros DynaTAC empezaban a llegar al mercado.

Hoy la industria de los politonos y tonos reales mueve en Europa -agárrese a la silla- más de 750 millones de euros al año, aunque hay signos de que el mercado empieza a enfriarse. Cada vez es más sencillo componer tonos de llamada en el PC y subirlos al teléfono e imagino que en parte también tiene que ver con el hecho de que comprar un tono deje la misma sensación que ser atracado a punta de navaja.

Pero incluso con estos precios desorbitados los hay que no quitan el politono del puñetero teléfono ni muertos. El pasado año, por ejemplo, un británico pidió como último deseo que en su funeral sonara el politono de la rana loca, el Crazy Frog que estuvo de moda durante 2005 y 2006. Una forma como otra cualquiera de vengarse de los que le sobrevivieron.

Los politonos son también una de las causas más comunes de disputas en el trabajo. Uno de cada tres trabajadores, según el periódico Seattle Times, cita el móvil de los compañeros como la molestia más común en la oficina. ¿No le dan ganas a veces de tirar el teléfono de su colega por la ventana -y a él/ella detrás-?



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El Mundo - Tecnología
Soledad, la plaga del siglo XXI

Las grandes ciudades están llenas de solitarios. Crece el número de viviendas ocupadas por una sola persona y el trato físico se sustituye por las relaciones a distancia, por Internet. Es una epidemia que va en aumento.



La soledad de las grandes ciudades, el hiperindividualismo, la muchedumbre solitaria, las mónadas sociales, fueron temas relevantes en la segunda mitad del siglo XX, pero apenas se habla ya de ello. Los individuos no se han entrañado ni abrazado más entre sí, pero electrónicamente se han comunicado de tal modo que el fenómeno de la interconexión parece haber acallado las inquietudes o las voces del aislamiento.

Se trata, sin embargo, de dos realidades paralelas. Mientras la relación en el cuerpo a cuerpo sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera. La aventura de ser un individuo diferente o, mejor, siempre dependiente de la imagen proyectada en los demás, se ha provisto ahora de un artilugio mediante el cual la apariencia de nuestra identidad se enreda con nuestras artes de engaño. Nuestro diseño, en fin, se encuentra más en nuestras manos a través del atrezzo, el nickname, el avatar, los juegos del sexo y la edad u otros recursos para hacer personajes de la persona y versiones de lo real.

El prójimo es siempre insustituible para poder ser algo, pero la proporción que de su efectiva sustancia se necesita para esbozar nuestro perfil social puede sustituirse, en parte, por nuestra habilidad para fingir en la pantalla, travestirse en la Red y recrearse en el nuevo espacio virtual, inconcebible hasta ahora.

Indudablemente, la satisfacción no será comparable a la que proporciona un amor encarnado o una consideración tangible, pero, poco a poco, este mundo electrónico será casi todo lo que hay, y la vida en su seno decidirá una porción variable de nuestra composición general. Lo transparente procura abrigo, lo remoto segrega afectividad, lo virtual se materializa, y el sucedáneo, como en las gulas, será progresivamente el único gusto atribuible a la angula.

Incluso, con el uso y el consumo de compañías y sentimientos en la Red, lo que hoy parece sucedáneo borrará su estigma subsidiario y ascenderá de pleno derecho al mundo que alivia los surtidos de la soledad.

Las ‘webs’ sociales. Tras el boom de las compañías puntocom de hace seis años ha estallado el éxito de las empresas que gestionan los puntos de encuentro entre millones de usuarios. Al éxito de la tecnología aplicada a los negocios sucede la multiplicación de los negocios que tienen su base primordial en las personas.

El conocimiento científico, las informaciones de consumo, las opiniones políticas se cruzan en una trama que ha facilitado y estimulado la Red. Y este universo de contactos innumerables posee una importante condición inédita: conectamos con más gentes sin tener que sufrir la penalidad de su aliento. El contacto “personista” se define así por una relación entre personas distantes y distintas, pero sin su extraño o atosigante tufo.

Lea el artículo completo en:

El País - Sociedad
"Linneo y la clasificación"

Conocer Ciencia - Programa Nº 13

Serie_Ciencias Naturales

Aristóteles: influyente pero equivocado
La mente científica más influyente en la historia del mundo quizá haya sido la del filósofo griego Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C).

Aristóteles fue probablemente el alumno más famoso de la Academia de Platón en Atenas. Algunos años después de morir éste en el año 347 a. C, Aristóteles marchó al reino de Macedonia, en el norte de Grecia, donde su padre había sido médico de la corte. Allí fue durante varios años tutor del joven príncipe macedonio Alejandro, que más tarde recibiría el título de Magno.

Cuando Alejandro partió para iniciar su carrera de conquistas, Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela. Sus enseñanzas fueron compiladas en lo que casi es una enciclopedia del saber antiguo, escrita por un solo hombre. Muchos de estos libros sobrevivieron y fueron considerados, durante casi dos mil años, como la última palabra en el pensamiento científico.

La influencia de las ideas de Aristóteles sobre los científicos posteriores no fue nada desdeñable, en particular sus teorías sobre la naturaleza del universo, el movimiento de los cuerpos, etc. Pero lo cierto es que en el campo de la ciencia física estaba, por lo general, equivocado.

Paradójicamente, sus ideas acerca de temas biológicos, que eran uno de sus puntos fuertes, ejercieron menos influencia. La ciencia natural era su campo preferido, y dedicó años al estudio de los animales marinos. Aristóteles no se conformó con contemplar los animales y describirlos. Ayudado por su claridad de ideas y su amor por el orden, fue más lejos y clasificó los animales
en grupos. Esa clasificación se llama hoy «taxonomía», que en griego significa «sistema de ordenación» .



Contenido:

Aristóteles
Alejandro Magno
Taxonomía
Gato y león
Perro y lobo
Ray
Linneo
Cuvier
Pterodáctilo
Vertebrados

El profe Leo
Diciembre de 2007

14 de diciembre de 2007

"Hipócrates y la medicina"

Conocer Ciencia - Programa Nº 12

Serie_Ciencias Naturales_

Causa y Efecto
¡Qué maravilloso es el milagro de la vida y qué asombrosas son las cosasvivientes! La planta más minúscula, el animal más ínfimo parece más complejo e interesante que la masa más grande de materia inerte que podamos imaginar.

Porque, a fin de cuentas, la materia inerte no parece hacer nada la mayor parte del tiempo. O si hace algo, actúa de un modo mecánico y poco interesante. Pensemos en una piedra que yace en el camino. Si nada la molesta, seguirá allí por los siglos de los siglos. Si le damos una patada, se moverá y volverá a detenerse. Le damos más fuerte y se alejará un poco más. Si la tiramos al aire, describirá una curva de forma determinada y caerá. Y si la golpeamos con un martillo, se romperá.

Con algo de experiencia es posible predecir exactamente lo que le ocurrirá a la piedra en cualquier circunstancia. Uno puede describir sus avatares en términos de causa y efecto. Si se hace tal cosa con la piedra (causa), le ocurrirá tal otra (efecto).

La creencia de que iguales causas obran más o menos los mismos efectos en todas
las ocasiones conduce a la visión del universo que llamamos «mecanicismo»



Contenido:

Los seres vivos
Causa y efecto
Mecanicismo
Vitalismo
Demonios
Espíritus
Brujos
Curanderos
Hipócrates
Juramento de Hipócrates
Salud
Enfermedad

El profe Leo
Barranca, diciembre de 2007

13 de diciembre de 2007

A la guerra por el agua.
La ONU advierte de los conflictos que implicará el aumento de temperaturas.

Imaginemos que Bali fracasa, que no hay un acuerdo posKioto, que dado que no hay ningún régimen mundial que limite las emisiones, los países olvidan las energías renovables, el ahorro y la eficiencia. La concentración de CO2 en la atmósfera -que ahora está en 381 partes por millón, la más alta en más de 650.000 años- se dispara por encima de los 450ppm que los científicos consideran asumible. ¿Qué mundo tendríamos entonces a finales de siglo?



La pregunta no es solo retórica y ya se la han hecho el Pentágono y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ayer, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) replicó en Bali con el primer informe sobre los conflictos y el cambio climático.

"Si no se controlan las emisiones, la temperatura puede llegar a subir cinco grados de media. El deshielo de los glaciares dejaría a millones de personas sin agua y aumentaría las migraciones y los conflictos. Tendríamos en ese caso un mundo multipolar, con nuevas potencias como China e India acusando a Estados Unidos de no haber hecho nada para resolver el problema. El peor escenario posible, que puede acabar en una guerra civil mundial", explicó ayer el profesor Hans Schellnhuber, de la Universidad de Oxford, coautor del documento.

Por el contrario, si el mundo ve la amenaza del calentamiento y lo frena, reforzará la cooperación a través de Naciones Unidas, sostiene el texto. A corto plazo no dice habrá nuevas guerras por el calentamiento global, sino que éste, al elevar los problemas de falta de agua o alterar las cosechas puede disparar conflictos latentes y crear nuevos flujos migratorios. "La subida del nivel del mar obligará a desplazar a millones de personas. Eso sí que es una amenaza para la seguridad", declaró Achim Steiner, director de UNEP. Éstas son las áreas más afectadas.

- Norte de África. El cambio climático puede "aumentar la presión migratoria por el aumento de la población, las frecuentes sequías y el descenso en las cosechas". Aunque el CO2 es bueno para las plantas y en muchas partes del mundo puede aumentar las cosechas, en África y en las zonas ya secas los científicos prevén aún más sequías y desertización, ya que las lluvias se desplazan hacia los polos. "Uno de los efectos del cambio climático será la mayor emigración de las zonas rurales a las ciudades y la migración hacia la UE" a través de España.

- Sahel. Schellnuber afirmó que si en algún lugar se ve ya que el cambio climático agrava los conflictos es en el Sahel, donde Somalia, Chad, Sudán y Níger viven en permanente conflicto. "Las cosechas son muy vulnerables al cambio climático. Incluso un calentamiento menor de dos grados respecto a niveles preindustriales la dependencia del exterior aumentará".

- Asia central. Ya se observa una reducción en el agua disponible. El agua es estratégica no sólo por la producción agrícola, sino también porque en la zona es una gran fuente de electricidad y el texto prevé que aumenten las disputas por el agua necesaria para plantar algodón y que ya desecaron el Mar de Aral.

- India. El cambio en el patrón de lluvias puede "afectar seriamente" a los agricultores de India y Pakistán, lo que reducirá su capacidad de autoabastecimiento. Con el aumento de las inundaciones "es probable que aumente el flujo migratorio hacia India y los conflictos ya existentes (como Cachemira) se verán exacerbados". En India es previsible que la subida del nivel del mar obligue a desplazar a millones de personas del delta del Ganges.

- China. Aumentarán las inundaciones en el sur y las sequías en el norte, con inundaciones por la subida del mar en la costa. Los que más lo sufrirán serán los campesinos, lo que puede aumentar aún más las migraciones hacia las ciudades, aumentar las tensiones étnicas, la pobreza y acabar "teniendo un efecto desestabilizador en todo el país y en los vecinos".


- Caribe y Golfo de México. El texto prevé un aumento en la intensidad de los huracanes, lo que afectará principalmente a Centroamérica algo que aumentará las migraciones hacia Estados Unidos. Además, la vulnerabilidad de las instalaciones de petróleo del Golfo de México a estos huracanes "puede suponer un problema político y económico a gran escala".

- Amazonia. El informe planeta que la Amazonia se venga abajo por el aumento de la temperatura y la disminución de las lluvias, lo que impediría no sólo mantener los bosques sino seguir cultivando soja, algo que debilitaría el papel de líder económico de Brasil en la región.

Fuente:

El País - Sociedad
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