1- Sistema de riego por cordón o tela de algodón: Un método de riego casero es el del cordón o tira de tela. En este
caso, una tira de tela empapada de agua sale del recipiente o botella
que contiene el agua y se introduce en la tierra de la planta a regar,
actuando como una “pajita para beber” para el vegetal.
2- Sistema de riego por gotero casero con tornillos Un segundo método de riego sería el de gotero casero y consistiría en
rellenar una botella con agua, cerrar bien con un tapón y aplicarle un
pequeño orificio con la ayuda de una aguja. La botella se colocaría
directamente boca abajo sobre la tierra de la planta, o bien colgando
del revés encima de ella. Dependiendo del tamaño del orificio las botellas se vaciarían a mayor
o menor velocidad, por lo que habría que hacer un poco de pruebas para
asegurarnos que no dejamos a la planta con poca agua o, por el
contrario, la inundamos. Hay quien realiza el orificio con un tornillo y
deja el propio tornillo como dosificador.
Digamos que el bajo eléctrico se creó en la década de 1940 para
disponer de un contrabajo más manejable. Y no solo por el tamaño, sino
por la técnica de digitación y por las posibilidades de amplificarlo.
Con el nuevo tamaño del bajo y la posición en que se colocaba, permitía
colgárselo como una guitarra y tocarlo de modo parecido. Y con las
pastillas eléctricas que se le instalaban, se ahorraban la caja de
resonancia. Por lo demás, tienen la misma afinación y cumple la misma
función.
Y los dejampos con 20 famosas introducciones de rock... ¡con bajo eléctrico!
Hasta la próxima amigos Prof. Leonardo Sánchez Coello leonardo.sanchez.coello@gmail.com
Fernando de Miguel, presidente de la Asociación Malagueña de
Apicultores (España), cuenta que: “Las abejas, al posarse en la flor para
recoger el néctar, se impregnan también de polen, y ambos quedan
mezclados después en la futura miel. Luego, en el laboratorio se cuentan
la proporción de granos de polen de cada flor en la muestra”. Y así se
sabe si es miel de espliego, de romero, de azahar...
En realidad, esquemáticamente, el símbolo no difiere mucho de la
forma del órgano humano; así que hay quien cree que se trata de una
simple idealización un poco más estética. Pero también hay historiadores
que piensan que este modo de representarlo data de los griegos. Se
atribuye a la forma que tenía la hoja de una planta extinta llamada
silphium, usada como anticonceptivo natural. Con el tiempo, pasó a ser
símbolo de sexo y amor, porque se supone que este residía en el corazón.