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15 de agosto de 2018
¿Por qué se representa así el corazón si no se parece a la forma real?
En realidad, esquemáticamente, el símbolo no difiere mucho de la forma del órgano humano; así que hay quien cree que se trata de una simple idealización un poco más estética. Pero también hay historiadores que piensan que este modo de representarlo data de los griegos. Se atribuye a la forma que tenía la hoja de una planta extinta llamada silphium, usada como anticonceptivo natural. Con el tiempo, pasó a ser símbolo de sexo y amor, porque se supone que este residía en el corazón.
Fuente: QUO
1 de diciembre de 2012
¿Por qué es malo vestir con imitaciones de marcas famosas?
El otro día os explicaba cómo las empresas pueden salir ganando con
las falsifaciones de sus productos, sobre todo en el ámbito de lo moda: Obsolescencia inducida: de cómo la falsificación de marcas es positiva para las marcas. Sin embargo, si vestimos con imitaciones de marcas piratas, entonces los que podemos salir más perjudicados somos nosotros.
Nuestra vestimenta, una vez cubiertas las necesidades básicas, funciona como “señalización externa”, tal y como lo denominan los científicos sociales: transmitir a los demás lo que somos mediante lo que llevamos puesto.
Durante la historia se ha intentado regular esta señalización externa con severas leyes. Por ejemplo, en la Inglaterra renacentista sólo la nobleza estaba autorizada para vestir determiandas clases de piel, tela, encaje, adornos d cuentas por pie cuadrado, etc. Las razones eran obvias: si se permitía que todo el mundo vistiera como quisiera, entonces distinguir tu clase social mediante la ropa se hacía más difícil.
Hoy en día ocurre algo parecido, pero en vez de leyes se usan otras estrategias. El precio es una de las principales: si vendemos un bolso a un precio 40 veces más caro de lo habitual sólo por el hecho de que está diseñado por determinada marca exclusiva, entonces privamos de su compra a todos aquellos que no dispongan del dinero suficiente para hacerlo. Y, a su vez, las imitaciones o falsificaciones son la manera que tiene el mundo de superar esta barrera.
Con todo, dejando a un lado las razones legales del asunto, vestir con imitaciones no es una acción baladí ni siquiera a nivel psicológico. Es lo que los científicos sociales llaman “autoseñalización”. Es decir, que el portador es consciente de que su vestimenta es una falsificación, y no actúa, entonces, del mismo modo que si llevara una prenda auténtica.
Para dejar en evidencia este efecto psicológico, Dan Ariely (autor del libro ¿Por qué mentimos?) y Fances Gino y Mike Norton (profesor de la Universidad de Harvard) llevaron a cabo un experimento. Reclutaron a varias estudiantes de empresariales, y asignaron a cada mujer a una de tres situaciones: auténtica, falsa o sin información. Lo explica así Ariely en su libro ¿Por qué mentimos?:
Si queréis profundizar en el tema, quizá os interese leer los artículos El efecto Proteo: la belleza determina la seguridad en uno mismo… incluso en un mundo virtual (I) y (y II).
Fuente:
Xakata Ciencia
Nuestra vestimenta, una vez cubiertas las necesidades básicas, funciona como “señalización externa”, tal y como lo denominan los científicos sociales: transmitir a los demás lo que somos mediante lo que llevamos puesto.
Durante la historia se ha intentado regular esta señalización externa con severas leyes. Por ejemplo, en la Inglaterra renacentista sólo la nobleza estaba autorizada para vestir determiandas clases de piel, tela, encaje, adornos d cuentas por pie cuadrado, etc. Las razones eran obvias: si se permitía que todo el mundo vistiera como quisiera, entonces distinguir tu clase social mediante la ropa se hacía más difícil.
Hoy en día ocurre algo parecido, pero en vez de leyes se usan otras estrategias. El precio es una de las principales: si vendemos un bolso a un precio 40 veces más caro de lo habitual sólo por el hecho de que está diseñado por determinada marca exclusiva, entonces privamos de su compra a todos aquellos que no dispongan del dinero suficiente para hacerlo. Y, a su vez, las imitaciones o falsificaciones son la manera que tiene el mundo de superar esta barrera.
Con todo, dejando a un lado las razones legales del asunto, vestir con imitaciones no es una acción baladí ni siquiera a nivel psicológico. Es lo que los científicos sociales llaman “autoseñalización”. Es decir, que el portador es consciente de que su vestimenta es una falsificación, y no actúa, entonces, del mismo modo que si llevara una prenda auténtica.
Para dejar en evidencia este efecto psicológico, Dan Ariely (autor del libro ¿Por qué mentimos?) y Fances Gino y Mike Norton (profesor de la Universidad de Harvard) llevaron a cabo un experimento. Reclutaron a varias estudiantes de empresariales, y asignaron a cada mujer a una de tres situaciones: auténtica, falsa o sin información. Lo explica así Ariely en su libro ¿Por qué mentimos?:
En la auténtica, les decíamos que se pondrían gafas de Chloé de diseño. En la falsa, lucirían gafas de imitación que parecían idénticas a las de Chloé (de hecho, todos los productos que usábamos eran McCoy auténticos). Por último, en la condición sin información, no decíamos nada sobre la autenticidad de las gafas.A continuación, las mujeres debían interactuar con un viejo amigo con quien podían o no engañar sobre determinadas cuestiones. Las que más engañaron fueron las que llevaban imitaciones. Gracias al grupo de control que no sabía si llevaba artículos falsificados o no, se dieron cuenta de que llevar un artículo auténtico no las hacía más honestas: lo que le hacía más deshonestas era llevar un artículo falso. Como si llevar a sabiendas un artículo falsificado relajara en cierto modo las limitaciones morales, es decir, distorsionara cómo nos percibimos a nosotros mismos.
Si queréis profundizar en el tema, quizá os interese leer los artículos El efecto Proteo: la belleza determina la seguridad en uno mismo… incluso en un mundo virtual (I) y (y II).
Fuente:
Xakata Ciencia
1 de agosto de 2012
Anonymous en guerra con empresa que registró su logo como marca
La fama de Anonymous da para mucho, y el hecho de que
“todos somos Anonymous”, ha hecho que el reconocimiento de sus símbolos y
“gritos de guerra” sean conocidos a nivel mundial… Una auténtica
tentación para las empresas encargadas de fabricar y vender camisetas y
demás material promocional.
En Francia hay una empresa, llamada “Early Flicker”, que se dedica a
estampar camisetas, que notó el potencial de Anonymous como marca, y ya
que “todos somos Anonymous”, pues comenzó el proceso de registro de la
marca y su slogan sin dudarlo ni un instante.
Su intención está más que clara: Al ser la dueña legal del logo y las
frases que caracterizan al colectivo, podrán cobrar por el uso que se
haga de estas señas características en diversos productos promocionales…
Por tanto acudió al Instituto Nacional de la Propiedad Industrial
(INPI) francés y registró la marca con éxito para usarla en una gran
variedad de productos de diferentes categorías, incluyendo ropa, bolsos y
accesorios y utensilios de cocina y limpieza…
Como era de esperar, al colectivo Anonymous no le pareció nada
simpática la jugada de “Early Flicker”, por lo que hicieron un vídeo
titulado “Una idea no está en venta”, explicando al dueño de la empresa,
llamado Affret Apollinaire a desistir de su intención de lucrarse con
la imagen de Anonymous, o de lo contrario provocaría la ira del
colectivo.
Luego, han ido más allá y heridos por la intención de usar símbolos
de Anonymous como marca comercial, han declarado la guerra a la empresa
gala con la operación #OpAnonTrademark, sentenciando que:
“El logo de Anonymous no será prostituido alrededor del mundo”.
Seguidamente, reseñan en Forbes, han filtrado datos personales de
Affret (correo electrónico, cuenta de Facebook y un par de direcciones
físicas), así como información del servidor donde estaría alojada la Web
de la empresa que registró su logo y slogan, con lo que se presume
planifican un ataque DDoS, es decir, una de las especialidades de
Anonymous.
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