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14 de septiembre de 2011

800 000 personas en peligro: El cambio climático se come la costa europea

Un gran estudio predice cambios graves en el litoral y el medio marino

Foto de la Noticia


Los mares de Europa están cambiando a un ritmo sin precedentes, porque las capas de hielo se derriten, las temperaturas aumentan y la vida marina migra debido al cambio climático, advierte un informe del proyecto Investigación de Cambio Climático y Ecosistema Marino Europeo (CLAMER)

"El impacto que el cambio climático tendrá en el medio ambiente marino de Europa durante el siglo XXI incluirá un aumento del nivel del mar, un incremento del número y la intensidad de las tormentas, un mayor número de inundaciones y una mayor erosión de la costa". Así de contundentes son las conclusiones del proyecto CLAMER, un macroestudio internacional llevado a cabo por 17 institutos marinos europeos en el que se han recopilado más de cien estudios financiados por la Unión Europea (UE), realizados durante los últimos 12 años.

El informe final se hará público en una conferencia que tendrá lugar en Bruselas entre hoy y mañana. Durante la reu-nión, también se presentará un documental sobre el cambio climático y los resultados de una encuesta de opinión sobre la percepción que los europeos tienen de la situación del medio marino.

El calentamiento expondrá a 800.000 personas a riesgo de inundaciones

Aunque no es la primera vez que un estudio alerta sobre el impacto del cambio climático, este proyecto recopila gran parte de la información científica de la última década y "demuestra, más allá de toda duda razonable, que el cambio climático ya está afectando a los mares y océanos de Europa". Además, pone de relieve los posibles costes que derivarán de los cambios que se avecinan, tanto desde un punto de vista económico como social.

Uno de los problemas a los que se enfrentará la UE será el aumento del nivel del mar. Según el informe, el 33 por ciento de la población de la UE vive a menos de 50 kilómetros de la costa, con lo que "un aumento del nivel del mar de 47 centímetros incrementaría hasta en 800.000 las personas expuestas a posibles inundaciones", asegura el informe. Además, la combinación de una subida del nivel del mar con un aumento de los vientos ha contribuido a que se haya erosionado el 15% de las costas europeas. "Las crecidas comienzan a ser un problema en varias regiones costeras, junto a la erosión de las playas en zonas turísticas", explica el profesor de investigación Carlos Duarte, del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (CSIC).

El estudio también llama la atención sobre el efecto del calentamiento de los océanos y los mares, que está provocando la aparición de patógenos marinos y biotoxinas, lo que podría dar lugar a intoxicaciones alimentarias o, en menor medida, a la aparición de epidemias. En los últimos 25 años, la temperatura del mar se ha incrementado de forma sostenida, según el informe, especialmente en mares cerrados como el Mediterráneo.

Los efectos se notarán también en la pesca y en la salud pública

El informe también destaca que se está produciendo una migración de especies hacia el norte. Estas migraciones tendrán un impacto en la industria pesquera, especialmente en "aquellos países con grandes flotas, como España", señala el informe.

Percepción pública

En lo que respecta a la percepción de los ciudadanos europeos, la encuesta señala que "el nivel de información es relativamente bueno", explica Duarte. El investigador, que ha sido uno de los responsables del diseño de la encuesta, así como del análisis de los resultados, destaca que el orden que los europeos dan a los problemas medioambientales "coincide con el de los científicos", aunque reconoce que hay "cierto distanciamiento entre la ciudadanía y los investigadores", dado que la mayor parte de la información se obtiene de internet. También destaca que un porcentaje significativo sigue considerando, erróneamente, que "el deshielo del ártico no es un problema actual" y resalta la menor preocupación de países como Noruega, donde "ven el deshielo como una oportunidad de negocio". Duarte se lamenta de esta actitud y recuerda que "todos sufriremos las consecuencias".

Recomendaciones

El aumento del nivel del mar amenaza a las poblaciones de todas las áreas bajas de Europa, pero países como Gran Bretaña, Francia y los Países Bajos podrían ser menos vulnerables porque son lo bastante ricos para adoptar medidas de protección costera.

También se han producido cambios en la cadena alimenticia marina porque los organismos han migrado hacia el Atlántico desde el Pacífico a través de los pasajes que se abren en la temporada sin hielo a través del Artico.

Aunque algunas especies pueden crecer en otros océanos, los grandes trastornos en el ecosistema marino podrían tener efectos devastadores, según el informe.

CLAMER también encontró que algunas cepas de bacterias se están volviendo cada vez más frecuentes y esto podría ser una amenaza potencial para la salud humana. Por ejemplo, las cepas de cólera se han incrementado en el Mar del Norte en los últimos 50 años, quizás debido al cambio de temperatura.

Entre sus muchas recomendaciones, CLAMER insta a un mayor estudio de los cambios del nivel del mar debidos a capas de hielo que se quiebran o derriten, erosión costera, cambios de temperatura, acidificación de los océanos, ecosistemas marinos y cambios de la circulación. "El principal mensaje es que tenemos que estar al tanto", dijo Heip.

"El cambio se ha hecho claramente visible y es mucho más rápido de lo que pensábamos que era posible", dijo a Reuters Carlo Heip, director del proyecto CLAMER y autor principal del informe.

Fuentes:

Público Ciencias

Europa Press CienciaEnlace

15 de julio de 2011

Descubren un gran arrecife de coral en el Mediterráneo

Especial: Reino Animalia

Descubrimiento indica que aun hay mucho por explorar en el Meiterráneo

Los corales están en el grupo de ecosistemas más vulnerables


Un ejemplar de 'Lophelia pertusa' hallado por en el fondo del Mar de Alborán.| Oceana

Un ejemplar de 'Lophelia pertusa' hallado por en el fondo del Mar de Alborán.| Oceana

La organización internacional Oceana que, como su nombre sugiere, se dedica a la protección de los océanos, ha hallado un arrecife de corales blancos en el Mar de Alborán durante una de sus expediciones.

Según los cálculos de Oceana, es posible que la extensión del arrecife supere las 10 hectáreas y cubra gran parte de la superficie de una montaña submarina cuya cima se sitúa entre los 320 y los 400 metros de profundidad. El hallazgo demuestra que hoy en día siguen existiendo zonas por explorar en esta región.

Los corales de profundidad forman parte del grupo de ecosistemas vulnerables. La propia organización de las Naciones Unidas ha pedido que se protejan. Gran parte de estas fascinantes comunidades ha desaparecido de grandes extensiones de aguas europeas y del Mediterráneo debido a la pesca de arrastre, los cambios en la temperatura del agua y los episodios naturales catastróficos.

Colonias vivas en el arrecife

Aunque faltan muchos datos acerca de estos corales, y pese a que la mayoría de las veces, sean colonias de dimensiones reducidas o incluso de arrecifes muertos, en este caso podría decirse que ha habido suerte.

Normalmente, los corales responsables de que se formen arrecifes suelen encontrarse en estado fósil. No obstante, la madrépora mediterránea ('Cladocora caespitosa'), una especie endémica viva que se encarga de facilitar dichas formaciones ha permitido que este arrecife mantenga importantes colonias vivas. Suelen crecer sobre antiguas estructuras de corales muertos y pueden llegar a alcanzar más de metro y medio de altura.

El descubrimiento se ha producido al sureste del Mar de Alborán, en aguas internacionales. La montaña submarina, fue inspeccionada con la ayuda de un robot capaz de alcanzar los 600 metros de profundidad, que también facilitó imágenes de otros hábitats.

Impresionante biodiversidad

"No sólo hablamos de un gran arrecife de coral, sino de extensos jardines de gorgonias, bosques de corales negros o de campos de esponjas cristal, todos ellos de gran importancia para la salud del Mediterráneo", declara Ricardo Aguilar, Director de Investigación de Oceana en Europa. Añade que "destaca la presencia de algunas especies raras o poco conocidas, como los corales bola, las esponjas carnívoras, los pulpos batiales o la raya falsa-vela".

La organización internacional presentará estos datos a la Convención de Barcelona para que actúe rápidamente y declare nuevas áreas marinas protegidas en el Mediterráneo. De esta forma, esperan fomentar la protección de los últimos arrecifes de coral y de los ecosistemas de alto valor que aún existen en este mar.

El año pasado, Oceana presentó la red Oceana MedNet con el fin de formular una serie de espacios protegidos. Abarcaba el 10% de la superficie del Mediterráneo e incluía montañas submarinas, cañones y giros oceánicos necesarios para la vida marina.

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de mayo de 2011

El Mediterráneo se sigue vaciando de peces

La degradación del hábitat, la pesca excesiva y la contaminación son tres problemas clave.

Más de 40 especies marinas podrían desaparecer en el mar Mediterráneo en los próximos años, según un estudio realizado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con sede en Suiza.

Casi la mitad de las variedades de tiburones y rayas y al menos 12 de las especies de peces óseos (aquellos dotados con esqueleto) están en peligro de extinción debido a la degradación del hábitat marino, la contaminación y la pesca excesiva.

Peces que se explotan comercialmente como el atún rojo (Thunnus thynnus), el mero (Epinephelus marginatus), la corbina (Dicentrarchus labrax) o la merluza (Merluccius merluccius) están consideradas como "amenazadas" o "casi amenazadas" de extinción en el Mediterráneo, principalmente debido a la sobrepesca.

"En el Mediterráneo y el Atlántico oriental, el atún rojo (Thunnus thynnus) es motivo de especial preocupación", advirtió Kent Carpenter, coordinador de la Evaluación Global Marina de la UICN.

"Hay descenso estimado del 50% en el potencial de reproducción de esta especie en los últimos 40 años debido a la pesca excesiva e intensiva", explicó.

En sus palabras, "la falta de cumplimiento de las cuotas (de pesca) en combinación con el subregistro generalizado de la captura pueden haber socavado los esfuerzos de conservación para esta especie en el Mediterráneo".

Según la organización ambiental, el uso de técnicas de pesca como las redes de enmalle o de arrastre y la utilización ilegal de redes de deriva significa que cientos de peces sin valor comercial son capturados, con la consiguiente degradación marina.

El problema no sólo amenaza a muchas variedades de tiburones, rayas y otros peces, sino también de delfines, ballenas, tortugas y aves.

No es selectiva

Pesca

La UICN denuncia la falta de cumplimiento de las cuotas de pesca.

"El uso de las redes de pesca de arrastre es uno de los principales problemas para la conservación y la sostenibilidad de muchas especies marinas", dijo María del Mar Otero, especialista del Programa Marino de la UICN.

Esto se debe a que "no es una técnica selectiva", sino que captura también "un gran número de otras especies" que no son el objetivo de la pesca.

Al mismo tiempo se "destruye el fondo del mar, donde los peces viven, se reproducen y se alimentan", añadió la experta.

El estudio hace hincapié en la necesidad de reforzar la regulación de la pesca, crear nuevas reservas marinas y reducir la contaminación y el número de capturas permitido para las especies amenazadas.

"Consumo responsable"

Por su parte, Catherine Numa, del Programa de Especies de la UICN, remarcó que "el consumo responsable es una de las formas en la que todos podemos contribuir a la conservación de muchas especies marinas".

Numa exigió a los políticos que tomen "decisiones apropiadas para garantizar esta importante fuente de alimento en el futuro, a vez que se proteja y valore la diversidad biológica del planeta".

El informe de la UICN también destaca "la considerable falta de información sobre el estado de conservación de cerca de un tercio de los peces del Mediterráneo, una proporción significativa de los cuales son considerados endémicos".

Fuente:

BBC Ciencia

23 de febrero de 2010

Conozca el Proyecto Atlantropa


Martes, 23 de febrero de 2010

Conozca el Proyecto Atlantropa

Constuir un dique en el Estrecho de Gibraltar y unir Europa y África en un sólo continente.

En el período de entreguerras, un arquitecto alemán llamado Herman Sorgel estaba convencido de haber encontrado la solución a la situación crisis en que se encontraba inmersa la vieja Europa: rebajar el nivel del mediterráneo hasta 200 metros mediante la construcción de una inmensa presa en el Estrecho de Gibraltar. Electricidad ilimitada y nuevas tierras ganadas al mar serían, sólo, algunos de los beneficios de su plan.



Atlantropa y sus obras

Sorgel comenzó a trabajar en su ambicioso proyecto en 1927. Su intención era crear un nuevo continente, “Panropa”, que luego pasaría a ser llamado “Atlantropa”. El nuevo continente sería el resultado de la unión de Europa y África. Para ello se tendría que ejecutar un titánico programa de obras de ingeniería. La más importante de las cuales era un gigantesco dique de 35 kilómetros de longitud unos 300 metros de altura y 500 de ancho cerca de Gibraltar, pero no el estrecho precisamente. Sorgel pretendía con el dique interrumpir el flujo de agua del Atlántico hacia el Mediterráneo.

En aquella época se suponía que era de unos 7.350 hectómetros cúbicos diarios (un estudio del año pasado, 2009, de David García de la Universidad de Alicante lo rebaja a unos 4.750). En cualquier caso, se trataba, y se trata, de una aportación vital para supervivencia del Mediterráneo. Sin ella, el aporte de agua que de los ríos y las lluvias resultaría insuficiente para compensar el agua perdida por la evaporación. Consciente de ello, Sorgel esperaba que si se interrumpía el flujo de agua del Atlántico, el nivel de Mediterráneo bajara a un ritmo de metro y medio al año (cálculos más modernos afirman que lo habría hecho a un ritmo de sólo medio metro por año).

En 60 años, se recuperarían al mar unos 600.000 kilómetros cuadrados de tierra, que podrían ser aprovechadas para la agricultura y ser capaces de mantener a unos 150 millones de personas. Italia podría cultivar el Adriático. Cerdeña y Córcega quedarían unidas por tierra, así como las islas del Egeo.

Así sería la gran presa del Estrecho de Gibraltar según Sorgel. Original Modern Mechanix

La presa, que aprovecharía este flujo natural de agua, produciría unos 50.000 megavatios de electricidad barata para la industria europea y su construcción crearía más de un millón de puestos de trabajo, solucionando el problema del desempleo. En el plano político, la obra también resultaría beneficiosa. Una obra así, por fuerza, tendría que unir a las diferentes naciones europeas al verse obligadas a colaborar en su construcción y, una vez construida, se convertiría en el mejor antídoto para evitar la tentación de otra guerra –otra de las preocupaciones de Sorgel, pacifista confeso–. En una Europa interdependiente energéticamente, no sería buena idea atacar al vecino.

Sorgel era un defensor de la teoría que la cuenca mediterránea no estaba originalmente cubierta por agua y, por eso, decía conscientemente “recuperar” y no “ganar” tierra al mar. De esta manera, Atlantropa no pretendía alterar la naturaleza, sino devolverla, aunque sólo fuera en parte, a su estado original. En realidad, Atlantropa no fue el primer proyecto que intentó de cambiar y dominar la geografía gracias a la tecnología. Antes que Sorgel, del 1923 al 1932, los ingenieros holandeses habían conseguido ganar miles de hectáreas al mar con la construcción del dique del Mar del Norte. Fue una obra magnífica que fascinó a los europeos de la época y que, al parecer, sirvió de fuente de inspiración para Sorgel.

Sorgel estaba convencido de que el proyecto no sólo no sería perjudicial para el clima, sino que sería beneficioso. Sin embargo, es más que probable que hubiera modificado el clima y el régimen de lluvias de la región. A menos lluvia, el caudal de los ríos se reduciría y la salinidad de lo que quedaba del Mediterráneo se incrementaría, haciendo desaparecer parte de su flora y fauna.

Herman Sorgel modelando el mediterráneo. Original Modern Mechanix

Para evitar que el nivel de Mediterráneo bajara demasiado y se destruyeran las vías de navegación. Sorgel pretendía construir otro gran dique entre Túnez y Sicilia que dividiría el Mediterráneo en dos partes. En la más occidental, se dejaría bajar el nivel del mar hasta los 100 metros, mientras que en la otra se rebajaría aún más, hasta los 200.

No sería buena idea construir ningún dique en el Estrecho de Dardanelos que bloqueara el Mar Negro, porque inundaría zonas habitadas, pero sí un embalse con otra central hidroeléctrica. También sería necesario construir otros diques más pequeños y esclusas en otras vías de aporte de agua al Mediterráneo. Igualmente, se tendría que construir esclusas en todos los diques del proyecto para permitir el paso de los barcos así como en la entrada del Canal de Suez. Un túnel en el Estrecho de Gibraltar y una autopista sobre el dique de Sicilia harían posible la circulación directa de trenes y coches entre África y Europa. Podría existir un tren directo de Berlín a Ciudad del Cabo.

Sorgel no tenía duda de que Europa tenía que ser auto-suficiente si pretendía seguir siendo competitiva frente a América y Asia, y para ello, según su visión, tenía que poseer territorios en todas las zonas climáticas del planeta, como era el caso de América. Además, creía que una de las causas de la conflictividad social y política europeas era la sobrepoblación. De ahí, la necesidad de colonizar África.

La preocupación por Europa y los europeos contrastaba con el escaso interés por África y los africanos. Es por ello que algunos acusan a Sorgel de despreciar a ese continente y considerarlo meramente como un territorio carente de cultura e historia. Otros, sin embargo, prefieren excusar esa visión al considerar que Sorgel era sólo un hijo de su tiempo y compartía la mentalidad de esa época, que fue la que propició el colonialismo.

Así quedaría el Mediterráneo. Foto original (y más grande)

Precisamente, los planes de Sorgel para África pasaban por su colonización, aunque antes había que “mejorarla”. Para ello –no podía ser de otra manera–, proponía construir otra presa para aprovechar las crecidas del río Congo que inundaría los “improductivos” bosques que ocupaban la mayor parte de ese país, borrando del mapa un número incontable de pueblos y especies. De esta manera, se crearía un inmenso lago artificial que estaría conectado con el menguante lago Chad, más al norte, que pasaría a convertirse en un “mar” interior, y desde el que nacería un “segundo” Nilo, que al igual que el “primero” irrigaría el desierto y acabaría desembocando en el Mediterráneo.

Lea el artículo completo en:

Cabovolo

11 de diciembre de 2009

El Mediterráneo: Producto de la mayor inundación de la historia de la Tierra


Viernes, 11 de diciembre de 2009

El Mediterráneo: Producto de la mayor inundación de la Tierra

La inundación fue tan grande que el mar Mediterráneo se llenó en dos años...



El mar Mediterráneo llegó casi a secarse hace unos seis millones de años, al quedar aislado de los océanos durante un largo periodo de tiempo, debido al actual levantamiento tectónico del Estrecho de Gibraltar. Cuando las aguas del Atlántico encontraron de nuevo un camino a través del Estrecho, llenaron el Mediterráneo con la mayor y más brusca inundación que ha conocido nunca la Tierra. La cuenca mediterránea, entonces un enorme desierto a 1500 metros de profundidad, tardó en llenarse de unos meses a dos años, según explican investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Hasta ahora se pensaba que este mar en medio de las tierras había tardado en llenarse de 10 a 10 000 años.

De acuerdo con el artículo que aparece publicado esta semana en la revista Nature, la enorme descarga de agua, iniciada probablemente por el hundimiento tectónico del Estrecho y el desnivel de ambos mares [de unos 1500 metros], llegó a ser 1000 veces superior al actual río Amazonas y llenó el Mediterráneo a un ritmo de hasta 10 metros diarios de subida del nivel del mar. La inundación que reconectó el Atlántico con el Mediterráneo provocó en el fondo marino una erosión de cerca de 200 kilómetros de longitud y varios kilómetros de anchura.

Uno de los responsables de la investigación, el investigador del CSIC Daniel García-Castellanos, que trabaja en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, en Barcelona, detalla: “La inundación que puso fin a la desecación del Mediterráneo fue extremadamente corta y más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán, una especie de ‘megarrápido’ por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora. Como consecuencia, el canal erosivo que atraviesa el estrecho tiene unos 500 metros de profundidad y hasta ocho kilómetros de anchura, y se extiende a lo largo de unos 200 kilómetros entre el Golfo de Cádiz y el Mar de Alborán”.

Cuando hace unos años los ingenieros del túnel que debía unir Europa y África estudiaron el subsuelo del Estrecho de Gibraltar se encontraron con este problema inesperado: un surco de varios cientos de metros de profundidad, rellenado por sedimentos poco consolidados. Los geólogos y geofísicos en los años 90 pensaron que esta norme erosión había sido producida por algún río de gran caudal durante la desecación del Mediterráneo.

“Esperamos que el artículo contribuya, en cierta medida, a planificar las obras del túnel para unir Europa y África. El trabajo se basa en buena parte en los estudios preliminares de ese proyecto, muy condicionado por la presencia de ese canal erosivo que nosotros relacionamos con la inundación. Sería cerrar un bello círculo que nuestra investigación acabara contribuyendo a la construcción del túnel con nuevo conocimiento”, apunta García-Castellanos.

Gargantas y sal

“Durante el periodo de desecación [la llamada crisis salina del Mesiniense, debido a la precipitación masiva de sal en todo el Mediterráneo con acumulaciones de varios kilómetros en algunos lugares de sus zonas más profundas], los principales ríos que desembocaban en el mar estudiado excavaron profundas e impresionantes gargantas en los márgenes del fondo marino, que quedaron expuestos. Los ríos desembocaban entonces en lagos salinos situados en las partes más profundas de la cuenca”, explica el investigador del CSIC.

No obstante, a partir del estudio de los perfiles sísmicos realizados en el Mar de Alborán [secciones verticales a través de los sedimentos] y de los cálculos basados en modelos de erosión de los ríos de montaña, los investigadores demostraron que la erosión no fue producida por un río durante la desecación del Mediterráneo, sino por un enorme flujo de agua procedente del Atlántico.

García-Castellanos avanza las implicaciones que pueda tener el estudio: “Un cambio tan enorme y abrupto en el paisaje terrestre como el que hemos deducido pudo tener un impacto notable en el clima de aquel periodo, algo que no se ha estudiado aún con suficiente detalle y a lo que podría ayudar este trabajo. La técnica usada, además, nos puede servir también para estudiar otras inundaciones de las que se desconocen su intensidad o duración”.

Fuente:

Ciencia Kanija

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