5 de agosto de 2014
Matemáticas agresivas: el rifle de Gauss
31 de julio de 2011
La magia del Teorema de Gauss
La primera parte de este articulo es una colaboración que me envió Sergio hace bastante tiempo.
Cuando estaba en el instituto, una de las cosas que más me sorprendía (y me tocaba las narices, todo hay que decirlo) era el Teorema de Gauss. Y no porque fuera difícil o porque fuera algo grandioso que destacara sobre el resto del temario, sino porque aparecía cuando menos te lo esperabas. Empezamos con el teorema de Gauss aplicado al campo gravitatorio, y cuando ya te lo sabías de memoria y habías trabajado con él hasta la saciedad (y muchos rezaban por no volver a verlo), de repente aparecía para el campo eléctrico. Además, lo mismo daba aplicarlo sobre distribuciones de carga lineales, planas o de volumen, valía para todo. La primera conclusión es que este Gauss era un genio (que lo era, no lo vamos a negar), tenía soluciones para todos los problemas tanto de gravitación como de electricidad. Uno tenía la sensación de que si le hubieran dejado, habría hecho toda la ciencia de la humanidad él solo.
Para recordar un poco aquellas clases de bachillerato, vamos a hacer un poco de memoria. El teorema de Gauss nos hablaba del flujo del campo eléctrico (o gravitatorio) a través de una superficie cerrada:
Haciendo unas cuentas vemos que podemos siempre separar el campo en dos componentes perpendiculares, la normal a la superficie y la tangente, y al tener un producto escalar, solo nos interesa la normal, .
Llegados a este punto, en cualquier ejercicio teníamos que elegir una superficie cerrada que contuviera a todo lo que generara el campo: partículas puntuales, hilos cargados, esferas… El profesor siempre decía:
Podéis elegir cualquier superficie que contenga todo esto, pero luego tendréis que hallar la integral, así que mejor elegís una sencillita.
Dicho y hecho. Para partículas puntuales elegíamos esferas, para hilos cilindros y para planos cajas, todas superficies de las que podemos calcular su volumen sin necesidad de integrar. Además, se elegía esta superficie para que el valor del campo en ella fuera constante, es decir, para que la superficie estuviera siempre a la misma distancia de las partículas. ¿Por qué? Porque si el valor del campo permanece constante a lo largo de toda la superficie, lo podemos sacar de la integral, y nos quedará
Y ahora sí, sabiendo qué superficie tenemos sólo hay que calcularla.
Para continuar, si suponemos que tenemos una superficie esférica, y que el campo lo crea una carga en el centro de la esfera, obtenemos por un lado
y por otro
de donde tenemos que
Con esto teníamos al fin dos igualdades, una que nos daba el flujo como una integral del campo a través de la superficie y otra como la carga total encerrada por la superficie partido de . Ahora sólo necesitábamos datos, sustituir y despejar lo que nos faltaba en el problema. Esto que es tan sencillo es realmente útil. Se usa hasta en cursos de electromagnetismo de la carrera de Física, y puede llegar a complicarse una barbaridad.
Y después de toda esta perorata, ¿acaso pensó Gauss en esto alguna vez? ¿Fue su intención al formular el teorema simplificar los cálculos en electromagnetismo? ¿Lo ideo acaso para el campo gravitatorio y luego lo aplicó al resto? A la primera pregunta no puedo contestar, a saber en lo que pensó Gauss y en lo que no, pero la respuesta de las otras dos es casi seguro no. Sólo hace falta pasarse por la Wikipedia para ver la formulación real del teorema de Gauss:
Teorema: (de la divergencia)
Sean y dos subconjuntos abiertos de , con y el borde de , tal que es simplemente conexo y es una superficie regular o regular a trozos y cerrada.
Sea un campo vectorial de clase , es decir, cuenta con derivadas parciales de primero orden continuas. Entonces:
donde el vector , normal a la superficie, apunta hacia el exterior del volumen .
o echarle un vistazo al enunciado que aparece en el libro Cálculo II, de Alfonsa García, Antonio López, Gerardo Rodríguez, Sixto Romero y Agustín de la Villa:
Teorema: (de la divergencia)
Sea un dominio simplemente conexo y acotado de . Sea
un campo vectorial con derivadas primeras continuas en . Sea un sólido conexo cuya frontera es la superficie cerrada , estando y contenidos en . Entonces se verifica la siguiente igualdad:
Como se puede ver, Gauss formuló el teorema para cualquier campo, pero luego se aplica a campos bien conocidos. La auténtica magia de este teorema es que nos relaciona lo que pasa en una superficie cerrada con lo que hay dentro de ella. Si la superficie fuera una cortina opaca que no nos dejara ver que hay dentro, aún podríamos obtener información sobre ese sistema estudiando lo que pasa en la superficie a la que si tenemos acceso.
En relación con el ejemplo anterior, hay que ver que si el campo presenta las simetrías que se le piden, al calcular la integral de la divergencia todo se simplifica enormemente, puesto que cada componente del campo solo depende de una coordenada, y es por eso por lo que obtendremos la carga interior a la superficie.
Señores y señoras, otro ejemplo más de que las matemáticas más abstractas (la integral triple de la divergencia de un campo vectorial en un volumen dado es igual al flujo de dicho campo a través de la superficie que encierra dicho volumen), tienen su aplicación práctica en el mundo real (calcular la fuerza con la que un hilo cargado atrae a una carga, por ejemplo).
La historia del teorema de Gauss, o teorema de la divergencia, tiene se interés en el sentido de que ni mucho menos es Gauss el único implicado en el enunciado y demostración del mismo. De hecho parece ser que en principio Gauss consideró tres casos particulares (que se preocupó de demostrar) de un teorema más general que enunció y demostró el matemático ruso Mikhail Ostrogradski en un trabajo que presentó a la Academia de Ciencias de París en 1826 (aunque, si nos ponemos estrictos, podemos considerar a Lagrange y Laplace como los verdaderos precursores, gracias a la utilización del Teorema Fundamental del Cálculo). Los matemáticos franceses Simeon Denis Poisson y Frederic Sarrus también presentaron, en 1828 y de forma independiente, demostraciones de este resultado. El matemático inglés George Green también tuvo cierta relación con este interesante y útil teorema.
Por otra parte, parece que todos los matemáticos que enunciaron y probaron versiones de este teorema estaban interesados en él por razones físicas (aunque en algunos casos demostraran resultados generales): Gauss en teoría de atracción magnética, Ostrogradski en teoría del calor, Green en electricidad y magnetismo, Poisson en cuerpos elásticos y Sarrus en cuerpos flotantes. En casi todos los casos el teorema estaba incluido como herramienta en un trabajo más extenso que tenía una finalidad física.
Fuente: The History of Stokes’ Theorem, de Victor J. Katz (gracias Francis, ya sabes el porqué).
Fuente:
25 de octubre de 2007
Geometría con regla y compás (II)
A partir de esta sugerencia de Domingo he decidido ampliar la serie sobre Construcciones con regla y compás con un artículo más donde voy a explicar paso a paso la construcción del Heptadecágono, el polígono regular de 17 lados.
Como ya sabemos fue Gauss el primero que demostró que es posible construir este polígono regular con regla y compás con 19 años de edad. Tiempo después escribía lo siguiente:
“Fue el día 29 de marzo de 1796, durante unas vacaciones en Brunswick, y la casualidad no tuvo la menor participación en ello ya que fue fruto de esforzadas meditaciones; en la mañana del citado día, antes de levantarme de la cama, tuve la suerte de ver con la mayor claridad toda esta correlación, de forma que en el mismo sitio e inmediatamente apliqué al heptadecágono la correspondiente confirmación numérica.”
El problema de su demostración es que no fue constructiva, es decir, no nos mostró los pasos que hay que seguir para construirlo. Fue Johannes Erchinger el encargado de mostrarnos por primera vez un método para construir el heptadecágono consistente en 64 pasos.
La explicación se va a realizar de la siguiente forma: en cada una de las partes en las que he dividido el método habrá varias cosas hechas en el paso anterior. En cada uno de ellos se podrá ver una imagen de la construcción hasta ese momento:
Parte 1
Partimos, como en muchas de las construcciones que hemos visto en la serie, de un eje de coordenadas con centro y otro punto en el eje al que llamamos . Trazamos circunferencia de centro y radio . Llamamos al punto de corte de esa circunferencia con la parte positiva del eje y trazamos circunferencia de centro y radio . Esta circunferencia corta a en dos puntos a los que llamamamos y . Trazamos el segmento que corta al eje en un punto al que llamamos . Las figuras construidas en este paso están en color negro.
Parte 2
Trazamos las circunferencias de radio que tienen sus centros en y en . Llamamos a los dos puntos de corte entre ellas y . Trazamos el segmento que corta al eje en un punto al que llamamos . Trazamos ahora la bisectriz del ángulo y después la bisectriz de ella con el eje . Llamamos a la intersección de esta última bisectriz con el eje . Las figuras construidas en este paso están en color azul.
Parte 3
Trazamos la perpendicular al segmento que pasa por el punto y después la bisectriz de esta recta con la recta que pasa por y por . Llamamos al punto de corte con el eje . Construimos el punto medio del segmento y lo llamamos . Trazamos la circunferencia de centro y radio . Llamamos al punto de corte de esta circunferencia con la parte superior del eje . Las figuras construidas en este paso están en color verde.
Parte 4
Trazamos la circunferencia de centro y radio y llamamos y a los puntos de corte de la misma con el eje (nótese que queda muy cerca de , pero no son el mismo punto). Trazamos las perpendiculares al eje que pasan por y por . Estas perpendiculares cortan a la circunferencia inicial en y , que son dos de los vértices del heptadecágono. Trazamos la bisetriz del ángulo que corta a la circunferencia inicial en el punto , que es también uno de los vértices del heptadecágono. De hecho la longitud de cada uno de los lados es tanto la distancia como la distancia . Trasladando esta distancia por la circunferencia inicial las veces necesarias obtenemos los vértices que nos faltan. Las figuras construidas en este paso están en color rojo.
Uniendo todos los vértices obtenidos llegamos a la construcción del heptadecágono. Para que se vea mejor he eliminado la circunferencia inicial.
Como habéis podido ver la construcción no es fácil a priori, pero al final el esfuerzo merece la pena. Ahora, como con todos los artículos de la serie, lo suyo sería que lo intentarais por vuestra cuenta para ver si conseguís construir un heptadecágono con esta explicación.
Fuentes:
- Construcción del Heptadecágono en la web del MEC.
- Construcción animada del Heptadecágono en la Wikipedia (en inglés).
- Y, evidentemente, Regla y Compás: Zirkel.jar, programa del que ya hablé en el post anterior de la serie que es realmente maravilloso para este tipo de construcciones. Gracias otra vez Concepción, impresionante descubrimiento este software.
Fuente:
Gaussianos