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4 de diciembre de 2018

“Santiago de Chile entendió que el diésel es el cigarrillo del siglo XXI y que hay que eliminarlo”

El director de C40 para la región, Manuel Olivera, asegura que la capital chilena lleva la batuta en la gestión de contaminación atmosférica en América Latina.


Hoy el aire de Santiago de Chile es un 70% más limpio que hace 30 años, y Manuel Olivera tiene que ver con ello. Como director regional para América Latina de C40, una red de ciudades que luchan contra el cambio climático, Olivera sigue de cerca la transformación que vive una de las capitales más pobladas de la región. "Es un cambio drástico que se ha logrado gracias a un plan de descontaminación a lo largo de 30 años", apunta, y aclara que el problema no se ha resuelto. En los meses de junio y julio de este año, una serie de alertas ambientales bastó para que Santiago recordara el largo camino que le queda por recorrer.

En la capital chilena, la calidad del aire suele empeorar durante el otoño y el invierno debido a la ausencia de brisas, que hacen que las partículas nocivas se mantengan al nivel del suelo. Por eso, la ciudad está decidida a ir por más, y recientemente implementó medidas más drásticas, como acelerar la transformación de su parque automotor a vehículos de cero emisiones. Sus acciones van acompañadas de soluciones de alta tecnología, como la instalación de microsensores autónomos que miden la calidad del aire en tiempo real por parte de la empresa SUEZ. "Este es un esfuerzo que no se hace en pocos días, es un esfuerzo de continuidad para una gestión de control de contaminación cada vez mayor", dice Olivera.

Pregunta. ¿Cuáles son los principales detonantes de contaminación en Santiago de Chile?
Respuesta. A pesar de que hay más líneas de metro que hace veinte años, el parque automotor sigue creciendo. La estrategia del gobierno regional es que al menos los vehículos del sector público sean de cero emisiones, pero falta el tema del sector privado. La infraestructura se está construyendo para que el sector privado pueda moverse a cero emisiones de una manera más dinámica, y progresivamente será un tema que estará controlado, porque ahí radica una de las mayores fuentes de óxidos de nitrógeno en la atmósfera, y de partículas. El diésel es el cigarrillo del siglo XXI y hay que eliminarlo como combustible, Santiago lo sabe desde hace tiempo.

P. Se dice que la capital chilena está marcando la pauta en temas de descontaminación atmosférica en América Latina. ¿Es así?
R. Sí, Santiago era una de las peores ciudades en términos de contaminación hace 20 años, competía muy de cerca con Ciudad de México, Lima y Bogotá. En este momento está incluso por debajo de otras ciudades chilenas en términos de contaminación, a pesar de que no ha resuelto su problema, como tampoco lo ha logrado ninguna otra ciudad de la región.

P. ¿Qué tipo de medidas han contribuido a la descontaminación de la ciudad?
R. Se ha trabajado en el reemplazo de combustibles orgánicos, es decir, madera, y eventualmente carbón, por energía eléctrica. Otro aspecto que tuvo un impacto importante en ese rubro fue el cambio de calidad del combustible diésel, que ha venido bajando desde 5,000 partículas ppm de azufre a 15 ppm de azufre. Además, en los vehículos particulares el gas natural empezó a tener un papel muy importante. El tema de combustibles es trascendental en la limpieza del aire. Todas las industrias están cumpliendo con ciertos estándares y ya se han movido fundamentalmente a gas natural. Recientemente se han establecido normas más estrictas que se van a terminar cumpliendo -por lo menos en términos de partículas- en unos cuatro años.

P. ¿En qué consisten esas normas?
R. En intensificar la entrada de vehículos con cero emisiones en el transporte público. Ya hay 175 buses eléctricos comprados que van a remplazar a 175 de diésel, y próximamente se incorporará una flota de otros 500 buses de cero emisiones. Luego, en uno o dos años, vendrá una nueva fase del Transantiago y es probable que a partir de ese momento la mitad de la flota ya sea de cero emisiones, con lo que estarían cumpliendo con la norma de emisión de 20 microgramos por metro cúbico que establecieron, y que es muy estricta. Además, todos los vehículos de transporte público que no sean de cero emisiones van a ser Euro VI, lo cual también genera un efecto muy relevante en la reducción de emisiones.

P. ¿Qué rol juega la red C40 en esta estrategia?
R. Santiago tiene una intendenta muy activa, que es parte del consejo directivo de C40 y nos ha pedido que los apoyemos a poner en marcha aceleradamente algunas iniciativas. Hemos trabajado juntos en el fortalecimiento de la peatonalización y el uso de bicicletas. Se han tomado medidas para alcanzar la eficiencia en edificios públicos, les ayudamos a hacer una auditoría y ese modelo ya se está empezando a aplicar en muchos otros edificios. Apoyamos en la realización y culminación del inventario de gases con efecto invernadero, les ayudamos a construir una guía para viviendas sociales sustentables que está en aplicación y ejecución en este momento y va a ser la estrategia de trabajo para todas las nuevas viviendas, entre muchas otras iniciativas conjuntas.

P. Si Santiago de Chile es referente en la lucha contra el cambio climático en el continente, ¿qué enseñanzas le puede dejar a las otras ciudades latinoamericanas?
R. La más importante es la aceleración de la transformación de la flota de transporte público a cero emisiones, es un tema sin precedentes en las Américas, en Europa y en Asia central. Su éxito radicó en que Santiago aprendió con nosotros cómo hacerlo, logramos traer cooperación técnica del Banco Interamericano de Desarrollo para crear un modelo de negocio eficiente y acelerar esa transformación. Conseguimos que dos empresas productoras de buses con cero emisiones pusieran sus vehículos en demostración, y gracias a eso un operador de transporte acabó comprando 100 y otro 75, de marcas diferentes. Los primeros 100 estarán circulando en un mes y los otros en unos cuatro meses.

P. ¿Qué otras urbes de la región han logrado avances en temas de movilidad verde?
R. Quito está por abrir una licitación para 70 buses eléctricos, Bogotá abrió finalmente -y de una manera muy tímida e innecesariamente temerosa- la licitación para remplazar 1,400 buses, para la cual hay una propuesta por 160 buses articulados. Si gana sería maravilloso porque están compitiendo con vehículos de gas y diésel. São Paolo decidió que en 2030 las emisiones de transporte público debían ser iguales a cero, y para eso tiene que empezar a hacer una transformación de flota. Curitiba nos pide apoyo para estructurar un modelo de negocios que le permita acelerar su cambio al 2025 para tener solo buses con cero emisiones, y Ciudad de México prevé alrededor de 100 buses articulados, que permitirían sacar adelante también un proceso inicial de remplazo de flotas obsoletas que funcionan a base de combustibles. Están pasando muchas cosas en nuestras ciudades de C40 en América Latina, mucho más rápido que en Estados Unidos.

25 de marzo de 2018

Así experimentó con humanos y animales la industria del automóvil para 'probar' que el diésel no es dañino

Veinticinco hombres y mujeres, diez monos macacos y un coche Volkswagen (VW) modelo escarabajo. La poderosa industria automovilística alemana vuelve a estar en el lado oscuro de la crónica, esta vez por haber financiado a través de una asociación afín experimentos con personas y animales destinados a demostrar que la inhalación de los gases emitidos por sus vehículos diésel no eran perjudiciales para la salud.

La revelación ya se ha cobrado la primera cabeza. La dirección de VW aceptó ayer la dimisión de su apoderado general y director de Relaciones Internacionales y Desarrollo Sostenible, Thomas Steg. Horas antes de poner su puesto a disposición, Steg dijo sentirse "avergonzado" por lo ocurrido. "No tenía que haber sucedido", dijo el ejecutivo ante este nuevo golpe a la credibilidad de la industria automotriz tras el caso de los motores trucados y las acusaciones de cártel de la Comisión Europea para ahorrar costes en la eliminación de los gases nocivos del diésel.

La presión a los fabricantes alemanes desde que el diario estadounidense 'The New York Times' destapara el caso hace una semana ha ido subiendo hasta alcanzar a la propia Cancillería. "Esos experimentos no tienen ninguna justificación ética ni científica y obliga a formular preguntas críticas a todos los responsables. Lo que tienen que hacer los fabricantes de automóviles con las emisiones es reducirlas y no pretender demostrar que no son dañinas con ayuda de experimentos con monos y hasta con seres humanos", ha afirmado el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert, como reacción a una polémica que se agranda como una bola de nieve aunque los ensayos de laboratorio en cuestión, en Alemania y Estados Unidos, se realizaron de acuerdo a la legislación vigente.

El origen de los experimentos

El nuevo episodio del 'thriller' que protagoniza desde hace varias temporadas la industria automotriz alemana se remonta a 2014, un año antes de que estallara el escándalo de los motores trucados por el que VW se enfrenta a un proceso en EEUU en el que ya se ha declarado culpable de fraude y conspiración con un coste de más de 26.000 millones de dólares en multas. Fue entonces cuando la llamada "Asociación Europea de Estudios sobre la Salud y el Medio Ambiente en el Transporte" (EUGT, por sus siglas en alemán), un 'think thank' fundado por VW, Daimler, BMW y el fabricante de componentes automovilísticos Bosch, decide apuntalar las matriculaciones de vehículos diésel con estudios que demostraran la "limpieza" de los nuevos motores. Se eligieron los dos principales mercados y dos centros de renombre, la Policlínica de Aquisgrán (Alemania) y el Instituto Lovelace de Investigación Respiratoria (LRRI), con sede en Alburquerque, EEUU.
Los científicos de Aquisgrán optaron testar con humanos. Se seleccionó a 25 personas voluntarias, sanas y con enfermedades respiratorias. Durante cuatro horas se prestaron a inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) para determinar los efectos del gas en el sistema respiratorio y circulatorio. Uno de los participantes en el experimento, asmático, ha asegurado bajo condición de anonimato que nunca se sintió mal o tuvo dificultades para respirar. "Era aire limpio", dijo. Y es que según explicó Steg, "los voluntarios fueron expuestos a concentraciones muy por debajo de lo normal en muchos puestos de trabajo". 

En EEUU, los experimentos transcurrieron de forma diferente. Los científicos estadounidenses propusieron también hacer las pruebas con humanos, pero VW prefirió en este caso que fuera con animales. Y el LRRI tiene sobrada experiencia con animales. Ubicado en la Base de la Fuerza Aérea de Kirtland (Ohio), el LRRI dispone de las instalaciones más grandes y mejor equipadas del mundo para la investigación respiratoria. Gracias a sus estrechos lazos militares, está autorizada a trabajar con virus y bacterias mortales en busca de vacunas que protejan el pueblo y ejército estadounidense de armas de destrucción masiva. Esta compañía biomédica, con más de 200 clientes, un millar de científicos y otros tantos monos, ratas y conejos para la investigación, sometió en 2014 a 431 macacos a experimentos controvertidos con dolor o sufrimiento no aliviado, incluida la infección de la peste e inhalación de materiales tóxicos y radiactivos. Desde entonces ha sido denunciada en seis ocasiones por violar el Acta de bienestar Animal. En 2011 pagó por ello 21.000 dólares de multas.

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia

13 de junio de 2012

El humo del diésel, declarado causante de cáncer en humanos

Los estudios han tenido en cuenta las secuelas en trabajadores de autopistas.| Mitxi
Los estudios han tenido en cuenta las secuelas en trabajadores de autopistas.| Mitxi
  • La OMS eleva estos combustibles al grupo más peligroso para la salud
  • Los iguala así a las lámparas de bronceado o el tabaco
  • Los expertos piden a las autoridades tecnologías menos contaminantes
Después de una semana de debate, los expertos reunidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) han concluido que los gases que emiten los tubos de escape de los vehículos diésel son carcinógenos para el ser humano. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) es el organismo de la OMS responsable de clasificar los diferentes compuestos y procesos (como el tabaco o las radiaciones solares) en función de sus probabilidades de causar cáncer en el ser humano.

Dentro de su clasificación, la IARC acaba de incluir los humos de la combustión de los motores en el grupo 1, el que incluye todos los elementos que han demostrado fehacientemente que son capaces de causar tumores en humanos. Entre otros, las lámparas de bronceado que subieron de categoría en 2009, el tabaco, el arsénico...

En este caso, según se desprende de la nota de prensa emitida por la propia IARC, los gases emitidos por los vehículos diésel están asociados con un incremento del riesgo de cáncer pulmonar. En el caso de la gasolina, el mismo panel de expertos señala que se puede hablar de los gases que emite como "posiblemente carcinógenos" (es decir, en un peldaño inferior de riesgo).

Desde 1988, estos fluidos se encontraban en una categoría de menos riesgo (el grupo 2A, que recoge sustancias 'probablemente carcinógenas' en personas). Sin embargo, ya en 1998, un panel de expertos recomendó una revisión prioritaria de esta clasificación ateniéndose a las nuevas evidencias que alertaban de sus riesgos.

Entre estos datos, se han tenido en cuenta decenas de investigaciones llevadas a cabo con trabajadores altamente expuestos al humo del tráfico en distintos entornos, como los controles de las autopistas o las gasolineras. Teniendo en cuentas todos estos datos, la IARC considera que existen "suficientes evidencias" sobre la carcinogeneicidad de la combustión de los motores. Concretamente apuntan que esta relación está más que clara en el caso de los tumores de pulmón, aunque algo menos en el caso de otros diagnósticos, como el cáncer de vejiga.

La agencia de la OMS recuerda que miles de personas en todo el mundo respiran todos los días el humo procedente de motores diésel, no sólo de coches particulares, sino también de otros medios de transporte (como trenes y barcos) y generadores eléctricos.

En este sentido, Kurt Straif, responsable del programa monográfico de la IARC, ha reconocido que los estudios en los que se ha basado su decisión se llevaron a cabo en poblaciones de trabajadores mucho más expuestas que la media. Sin embargo, añade, "hemos aprendido de otros carcinógenos, como el gas radón, que estos estudios siempre van seguidos de evidencias que demuestran el mismo riesgo en la población general". Por eso, concluye, gobiernos y autoridades deberían poner en marcha todas las medidas posibles para reducir la exposición de la población a estos humos contaminantes.

La IARC reconoce el trabajo que se está llevando a cabo desde el punto de vista técnico para fabricar diésel menos contaminante (con menos contenido en sulfuro) y motores capaces de una combustión más eficiente. Aún así, admiten, aún es pronto para saber cuántos de estos cambios (cualitativos y cuantitativos) serán necesarios a medio plazo para que empiecen a notarse repercusiones positivas en la salud de la población. "Los actuales motores tardarán muchos años en ser reemplazados, especialmente en países en desarrollo, que carecen de medidas legislativas estrictas para lograrlo", denuncian.

Fuente:

El Mundo Ciencia
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