Bailar marinera, además de la emoción que representa por tratarse de la danza nacional, ayuda en muchos aspectos a quien la practica, tanto en lo físico como en lo emocional.
20 de marzo de 2019
Bailar marinera ayuda a mejorar la salud física y emocional
Bailar marinera, además de la emoción que representa por tratarse de la danza nacional, ayuda en muchos aspectos a quien la practica, tanto en lo físico como en lo emocional.
15 de diciembre de 2012
Video: Espectacular performance de TRON
La lista de canciones que suenan es esta:
Daft Punk - ArenaBuen video paraeste fin de semana...
Justice - Waters Of Nazareth (Erol Alkan's Re-Edit)
Crookers - Mad Kidz
David Guetta - Paris
Flux Pavillion - Bass Cannon
Flux Pavilion - Lines In Wax (feat. Foreign Beggars)
12 de noviembre de 2012
¡Las matemáticas del break dance!
16 de octubre de 2012
¿Bailar tiene ventajas evolutivas?
Estudios genéticos posteriores parecen apoyar su hipótesis. Concretamente, una investigación dada a conocer en PLoS Genetics en la que se comparaba el ADN de bailarines experimentados con el de personas que nunca habían practicado la danza reveló que solo los primeros mostraban diferencias importantes en dos genes asociados con las habilidades sociales y la capacidad de comunicación. Además, en la sangre de los profesionales de la danza se detectaron niveles de serotonina y de hormona arginina-vasopresina más altos. Todo apunta a que no es casualidad que estas dos sustancias estén vinculadas tanto al baile como al bienestar, el buen humor, la destreza para la comunicación y la afectividad.
2 de mayo de 2011
Siete cosas que no sabías sobre la danza
Hace unos años, un equipo de investigadores de la University College London (UCL), en Reino Unido, descubrió que en nuestro cerebro existe un “sistema espejo” que responde de forma diferente cuando vemos a un bailarín hacer una pirueta según estemos entrenados o no para ejecutar ese movimiento. Las neuronas que lo forman están “afinadas” para el repertorio de movimientos propio de cada individuo. Una de las principales conclusiones del hallazgo, según sus autores, es que atletas y bailarines podrían continuar entrenando mentalmente cuando sufren una lesión física.
Los genes de la danza
Tras analizar el código genético de distintos profesionales de la danza, en la Universidad Hebrea de Jerusalén han encontrado diferencias importantes en dos genes: el gen encargado de codificar el transportador de la serotonina, un neurotransmisor que entre otras cosas contribuye a la experiencia espiritual, y un receptor de la hormona arginina-vasopresina, que según estudios recientes modula nuestra capacidad de comunicación social. “Ambos son genes vinculados al aspecto emocional del baile” puntualiza Richard Ebstein, coautor del estudio.
Inteligencia relacionada con el movimiento corporal
Junto a la inteligencia lingüística, la musical, la lógica/matemática, la espacial, la intrapersonal, la interpersonal o la espiritual existe una inteligencia corporal o cinestésica, que puede definirse como la habilidad para controlar los propios movimientos corporales y manipular objetos con cierta maña. Este tipo de inteligencia, según Howard Gardner, es la que está detrás de la capacidad del bailarín para “ver-y-hacer”, transformando una imagen visual dinámica o ciertas órdenes sonoras en una acción física.
Bailar samba debería formar parte del entrenamiento de los futbolistas
Un equipo de investigadores japoneses ha llegado a la conclusión de que bailar samba, una danza brasileña con raíces africanas, favorece un control del cuerpo que puede mejorar las habilidades motoras en actividades tan dispares como tocar un instrumento de percusión o jugar al fútbol. Según el doctor Tomoyuki Yamamoto y sus colegas del Insitito Avanzado para la Ciencia y la Tecnología de Japón, “ejercitar el movimiento de las caderas es esencial para mejorar la movilidad de otras zonas del cuerpo”, posiblemente debido a la proximidad de esta zona a nuestro centro de gravedad corporal. Por eso decidieron probar a entrenar a jugadores de fútbol bailando samba. El resultado: una importante mejora del rendimiento deportivo. Lo próximo, dice Yamamoto, será probar los efectos de otros bailes en los deportistas.
Nuestros antepasados también danzaban
Geoffrey Miller, psicólogo evolutivo de la Universidad de Nuevo México (EE UU), cree que “música es lo que ocurre cuando un simio antropoide tropieza y entra en el paraíso evolutivo de la selección sexual desbocada, de la exhibición acústica compleja”. El autor cree que cantar y bailar formaban un conjunto de rasgos indicadores para nuestros antepasados cuando escogían pareja, especialmente para las hembras. El baile y el canto ponían de manifiesto la buena forma física, la coordinación, la fuerza y la salud.
El baile puede ser terapéutico
Científicos de la Universidad de Missouri (EE UU) han llegado a la conclusión de que bailar puede ser terapéutico al alcanzar la tercera edad, ya que mejora considerablemente el equilibrio y reduce el riesgo de caídas y lesiones.
Existen coreografías basadas en las matemáticas del caos
En los años noventa una estudiante de ingeniería del popular Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), Diana S. Dhabi, decidió utilizar las matemáticas del caos para componer música a piano. Siguiendo su ejemplo, los científicos norteamericanos Elizabeth Bradley y Joshua Stuart han creado recientemente varias secuencias de movimientos basadas en el caos partiendo de piezas clásicas. Incluso han desarrollado una versión caótica del popular baile asociado a la canción Macarena. Y todo a través de un software original desarrollado por ellos mismos, el Chaographer. El resultado es una danza original y “agradable para la vista”, aseguran. Además de que “enseñar estos resultados en clase es una forma muy efectiva de motivar a los estudiantes para que aprendan más sobre las matemáticas del cuerpo rígido y el caos”.
Fuente:
Muy Interesante
12 de abril de 2011
Algoritmos de ordenamiento con baile húngaro, rumano y gitano
Hay muchas cosas que tenemos tan incorporadas, tan automatizadas, que las creemos obvias. Si, en cambio, tuviésemos que explicarle a alguien cómo se suma, nos daríamos cuenta de que sumar no es una habilidad innata. Hay que ir más atrás y contar dos conjuntos de piedritas para saber cuánto suma el conjunto completo. El mismo hecho de contarlas tampoco es innato, hay que aprender la secuencia e ir identificando cada piedrita con un número. Aprender a contar piedritas es el algoritmo más básico que se aprende. A medida que ganamos experiencia con él, lo usamos para sumar piedritas, restar piedritas. Algunos terminan tirando piedritas en el estadio y no avanzan mucho más.
En esta nota, veremos algunos algoritmos bastante más elaborados explicados con danza húngara, rumana y gitana. Eso no se ve todos los días.
Las calculadoras también siguen algoritmos, y actualmente nadie se pregunta qué hace la maquinita si preguntamos por la raíz cúbica de 100. Por dentro, como adivinará el lector, se sigue un algoritmo que converge al resultado. Pasa lo mismo con los lenguajes de programación, que traen esas y muchas otras funciones ya incorporadas y casi nadie se pregunta cómo lo hacen. Sólo buscamos en el índice de funciones a ver si ya existe. ¿Para qué, si alguien ya lo inventó?
Bueno, la verdad es que cada cierto tiempo nacen nuevos lenguajes de programación, o nuevos compiladores para los que ya existen. La gente detrás de esos inventos debe replantearse la manera más eficiente de sumar, transponer, invertir y diagonalizar matrices, maximizar y minimizar y muchas otras tareas. Es como reinventar la matemática de cero para enseñársela al autómata y hacerlo trabajar rápido, con pocos recursos, estabilidad y precisión.
Uno de los algoritmos más estudiados, por la multiplicidad de soluciones y el comportamiento variable en relación a la cantidad de elementos de un conjunto, es el algoritmo de ordenamiento. Algunos son muy rápidos en conjuntos pequeños, pero se vuelven lentísimos conforme aumenta la población. Otros sólo tienen sentido cuando se trata de conjuntos grandes pero son muy aparatosos para ordenar 5 elementos.
En el sitio I, Programmer, publicaron ejemplos de cómo funcionan los algoritmos de ordenamiento usando danzas típicas de Europa del Este para ilustrarlos. Primero el más simple, el Bubble Sort. Se recorre el conjunto intercambiando de posición los elementos que no están en el orden correcto. El algoritmo “acompaña” al último elemento que cambió a una posición más alta, hasta encontrar un elemento mayor para a éste, y así va quedándose con el mayor hasta alcanzar el final del conjunto. Luego empieza de nuevo y, si al terminar el recorrido no hay modificaciones, entonces ha terminado.
Segundo, Shell Sort, es como el anterior pero compara individuos no necesariamente adyacentes.
El Insert Sort opera en principio como el Bubble Sort, pero la secuencia no acompaña al mayor elemento que ha cambiado de posición sino que lo deja en pausa y primero comprueba si el elemento que ha descendido una posición debe seguir descendiendo. Cuando termina esa comprobación vuelve al elemento mayor que había dejado en pausa. El siguiente es un baile rumano, algo más lineal que los húngaros.
Finalmente, el Select Sort toma un elemento que será el protagonista y lo va comparando con el resto del conjunto. Si encuentra un elemento menor, intercambian posiciones y el menor pasa a ser el protagonista. Si un protagonista recorre todo el conjunto sin encontrar ningún número mayor, significa que está en la posición correcta y el protagonismo pasa al siguiente. Este algoritmo no es más caótico que los otros, pero el baile gitano elegido para representarlo si es bien desordenado:
Faltaron los dos algoritmos más eficientes para conjuntos grantes: el Quick Sort, que usa un pivote para subdividir el conjunto y ordenar en paralelo, y el Merge Sort de John Von Neumann, que también divide para hacer subrutinas de ordenamiento en paralelo. Confiamos en que los lectores lo intentarán en su próximo cumpleaños.
Tomado de:
Fayer Wayer
17 de noviembre de 2010
Robin Dunbar propone sustituir la religión por la salsa
La verdad, no es mala
idea...
Acabo de leer una deliciosa entrevista realizada a Robin Dunbar en el último número de la revista Mètode. Dunbar es profesor de la Universidad de Oxford y miembro de la Academia Británica, antropólogo y biólogo evolutivo de gran prestigio internacional, quizá más conocido por haber sugerido que 150 es el número máximo de conexiones sociales sólidas que podemos llevar a cabo, tal y como os expliqué en el artículo Sólo entendemos a los grupos de 150 personas (I) y (y II).
En un parte de la entrevista, lo que propone Dunbar es sustituir los templos religiosos por salsódromos.
Dunbar sostiene que los seres humanos necesitan la proximidad y el contacto de los demás para segregar endorfinas que relajan, estimulan el sistema inmunitario y hacen que nos sintamos bien. Por esa razón, algunos estudios sobre el impacto de las creencias religiosas en la salud sugieren que ser creyente incrementa las defensas y procura una vida con menos altibajos.
Lo cual es lógico si tenemos en cuenta que las comunidades religiosas suelen fomentar el contacto social y reforzarlo mediante rituales y cánticos. Sin embargo, las religiones también son jerárquicas, autoritarias y, bueno, epistemológicamente endebles.
Dunbar se pregunta, entonces:
¿Cómo podríamos obtener los beneficios sobre la salud física y mental que parece producir la religión sin las desventajas de la violencia y el abuso de poder…?
Su entrevistadora, Paula Casal, investigadora de la Universidad de Reading (Reino Unido) y vicepresidenta del Proyecto Gran Simio, se atreve a contestar a la pregunta:
"Bueno, yo sobreviví al frío físico y social de varios países gracias a la salsa. Haces ejercicio y amigos, tienes una comunidad que siempre parece alegrarse de verte, y desconectas más fácilmente que meditando, porque hay que concentrarse y contar los pasos como un mantra. Creo que la seguridad social inglesa podría ahorrar mucho promoviendo la salsa, que no tiene, además, el estigma de los counseling services…"
A lo que Dunbar añade:
"Y además la salsa no es jerárquica, ni autoritaria, sino democrática. Ahí lo tienes, en los saldódromos está la solución"
Fuente:
Gen Ciencia
10 de septiembre de 2010
Cómo conquistar a una mujer bailando
Un experimento identifica los movimientos que hacen a un hombre un buen bailarín y más atractivo para el sexo contrario
El movimiento juega un papel importante en el cortejo entre animales, con el macho desplegando elaborados bailes que muestran a la hembra su buen estado físico y sus aptitudes; en definitiva, que es el mejor candidato. En los humanos, el baile también tiene un rol destacado en la atracción entre sexos. Y si hasta ahora no se sabía qué clase de movimientos masculinos atraían a las mujeres, ahora, un grupo de psicólogos de la Universidad de Northumbria, en Newcastle (Reino Unido), dice haberlo averiguado. Según el estudio, una mujer distingue a un buen de un mal bailarín y, por ende, a un hombre atractivo de uno que lo es menos, por la envergadura y la variabilidad del movimiento de su tronco y de su cuello, así como por la velocidad a la que mueve su rodilla derecha.
El estudio, liderado por Nick Neave y Kristofor McCarty, y publicado en la revista científica británica Biology Letters, identifica por primera vez las potenciales diferencias biomecánicas entre los "buenos" y los "malos" bailarines. A juicio de Neave, tales movimientos "pueden emitir señales al sexo contrario sobre la calidad reproductiva de ese hombre, en términos de salud, vigor o fuerza".
Los investigadores grabaron a 19 voluntarios, de entre 18 y 35 años, con cámaras en 3-D mientras bailaban una serie de ritmos básicos. Un programa informático tradujo la imagen de estos jóvenes y sus movimientos a representaciones gráficas neutras con forma humana para que las 35 mujeres participantes en el estudio pudieran contemplar su figura y movimientos sin estar condicionadas por la apariencia física de cada individuo. La investigación mostró que ocho movimientos marcaban la diferencia: la envergadura del movimiento del cuello, del tronco y del hombro y la muñeca izquierdos, así como la variedad de movimientos del cuello, del tronco y de la muñeca izquierda, y la velocidad del movimiento de la rodilla derecha.
"Es el primer estudio que muestra objetivamente lo que distingue a un buen bailarín de uno malo. Los hombres de todo el mundo estarán interesados en saber qué movimientos pueden hacer para captar la atención de las mujeres", ha señalado Neave. "Ahora sabemos cuál es la zona del cuerpo de los hombres que las mujeres miran cuando juzgan si el baile de un hombre es o no atractivo. Si un hombre sabe cuáles son los movimientos clave, puede ensayarlos y mejorar sus posibilidades de conquistar al sexo contrario con su forma de bailar", ha añadido el investigador.
El mal bailarín
VIDEO - UNIVERSIDAD DE NORTHUMBRIA - 09-09-2010Un experimento identifica los movimientos que hacen a un hombre un buen bailarín y más atractivo para el sexo contrario. En este vídeo se reproducen los que distinguen a un mal bailarín.
El buen bailarín
VIDEO - UNIVERSIDAD DE NORTHUMBRIA - 09-09-2010Un experimento identifica los movimientos que hacen a un hombre un buen bailarín y más atractivo para el sexo contrario. En este vídeo se reproducen los que distinguen a un buen bailarín.
Fuente: