Latest Posts:

Mostrando las entradas con la etiqueta ucrania. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta ucrania. Mostrar todas las entradas

29 de mayo de 2012

Historia: Ganar un partido de fútbol a costa de la propia vida

Supongo que muchos recordaréis la película Evasión o victoria (1981) en la que la selección alemana de fútbol se enfrentaba a una selección formada por prisioneros de guerra durante la Segunda Guerra Mundial y en la que se planteaba la disyuntiva de aprovechar el partido para una evasión masiva o derrotar a los alemanes en el terreno de juego, pues, como casi siempre pasa, la realidad superó a la ficción.

A comienzos de los años treinta el régimen estalinista, con su programa de colectivización, había provocado una terrible hambruna que acabó con la vida de más de 7 millones de ucranianos (Holodomor o Genocidio Ucraniano); por lo que cuando los alemanes comenzaron la invasión de la Unión Soviética, en 1941, algunos ucranianos los apoyaron al verlos como sus salvadores de las garras del tirano Stalin. Aún así, la mayoría luchó junto al ejército rojo en la defensa de Kiev, donde tras dos meses de asedio sufrieron más de 700.000 bajas entre muertos, heridos y prisioneros. El brutal régimen impuesto por los alemanes en los territorios ocupados convirtió a sus inicialmente partidarios en opositores. Los alemanes, conocedores de esta situación, decidieron congraciarse con el pueblo ucraniano y crearon un campeonato de fútbol entre varios equipos locales. Uno de estos equipos, el FC Start, estaba formado por varios jugadores del Dynamo de Kiev que, tras la ocupación, trabajaban en una panadería. El FC Start derrotó a todos los equipos locales e incluso a otros compuestos por húngaros y rumanos. Y aquí vieron los alemanes su ocasión para demostrar su superioridad… deportiva. En Kiev, el 6 de agosto de 1942, se disputó un partido entre el FC Start y un equipo de pilotos de la Luftwaffe alemana. Lo que iba a ser una muestra de la supremacía de la raza aria se convirtió, para alegría de los ucranianos, en una humillación… el FC Start venció por 5-1.


Partido de la Muerte

Pero aquello no iba a quedar así. Se organizó la revancha tres días más tarde y se preparó todo a conciencia: se reclutaron a los mejores jugadores alemanes, el árbitro era un miembro de las SS, antes del comienzo del partido recibieron una visita en los vestuarios para indicarles qué hacer y las consecuencias de su hipotética victoria… Además, el estadio fue tomada por las SS para controlar la euforia del público. Los equipos saltaron al terreno de juego e hicieron los correspondientes saludos: los alemanes brazo en alto al grito de Heil Hitler y los ucranianos, por su parte, parecía que iban a seguir las recomendaciones cuando extendieron el brazo… pero se llevaron la mano al pecho y gritaron Larga vida al deporte para regocijo de los espectadores. A pesar del nefasto arbitraje los ucranianos llegaron al final de la primera parte ganando 3-1. Durante el descanso, volvieron a recibir otra visita recordando el peligro que corrían sus vidas si ganaban. Cuando se quedaron solos discutieron qué hacer… si no podemos luchar contra ellos con las armas, los derrotaremos en el campo de fútbol y, además, devolveremos la esperanza a nuestros compatriotas. Saltaron al terreno de juego y consiguieron la victoria por 5 a 3. El público estalló de alegría y las SS comenzaron, como ellos sabían hacer, a rebajar la euforia. ¿Qué pasaría ahora con los jugadores?

A los pocos días del partido, los jugadores fueron detenidos por la Gestapo y llevados al cuartel de la policía secreta de Korolenko Street, donde fueron interrogados y torturados. Después los deportaron al campo de exterminio de Babi Yar. En este punto hay varias versiones pero todas coinciden en asegurar que tres jugadores fueron ejecutados: Nikolai Trusevich (portero y capitán del equipo), Alexei Klimenko (el jugador que poco antes de terminar el partido y a puerta vacía se giró 180º y disparó hacia el centro del campo) e Ivan Kuzmenko. Se cuenta que las últimas palabras de Trusevich fueron “el deporte rojo no morirá jamás“. En 1971, se erigió un monumento escultórico en el estadio Zenit de Kiev en memoria de aquellos héroes.


Fuentes e imágenes: Kiev Life, Big Soccer y la idea de Luis Fernando Trigueros seguidor del blog. 

Fuente:

26 de abril de 2011

Chernóbil: Pripiat, la Pompeya de nuestro tiempo


Prípiat, localidad ucraniana situada a apenas cuatro kilómetros de la accidentada central nuclear de Chernóbil, era una ciudad modelo del paraíso comunista soviético hasta que la radiación la convirtió en la Pompeya de nuestro tiempo.

"Atención, atención! Queridos camaradas! Con el fin de garantizar la total seguridad de la gente, en primer lugar de los niños, es necesario evacuar provisionalmente a los habitantes de la ciudad", aseguró Nina Mélnik, locutora de la emisora de Prípiat.

Mélnik pronunció esas palabras el 27 de abril de 1986, un día después de la explosión en el cuarto reactor de la planta atómica que creaba, según sus palabras, "una situación radiactiva desfavorable" para la salud.

"Camaradas, al abandonar provisionalmente sus hogares no olviden, por favor, cerrar la ventana, desconectar aparatos eléctricos y de gas, y cerrar los grifos", dijo.

Pero los más de 50.000 habitantes de Prípiat no sólo nunca regresaron a sus hogares, sino que, en muchos casos, perdieron todas sus pertenencias.

"Por la tarde nos dijeron que nos evacuarían por tres días y resultó que fue para toda la vida", asegura Marina, antigua habitante de Prípiat, que abandonó la ciudad en uno de los miles de autobuses fletados por las autoridades locales con rumbo a Kiev.

En ese momento, en la ciudad vivían varias decenas de mujeres embarazadas, algunas de las cuales abortaron por consejo de los médicos, mientras otras optaron por dar a luz niños, que, en algunos casos, nacieron con malformaciones o murieron al poco tiempo.

Prípiat, que fue fundada en 1970, era un "atomogrado", es decir, una ciudad construida especialmente para albergar a los ingenieros, físicos y técnicos que debían construir una planta atómica, en este caso, la de Chernóbil.

Una ciudad jardín con amplias avenidas, edificios de 16 pisos, salarios privilegiados, estación de tren, puerto fluvial, una población con una edad media de 29 años, nula delincuencia y, por supuesto, muchos árboles.

Entre los ambiciosos planes urbanísticos para la ciudad figuraba la construcción de una torre de televisión, un hotel, dos centros comerciales, pabellones deportivos, cines y un palacio de la cultura.

Hoy, Prípiat, al igual que otras localidades de la zona de exclusión de 30 kilómetros alrededor de la central, es un lugar apocalíptico más propio del día después de una guerra nuclear.

Los contadores Geiger marcan en las desconchadas casas de Prípiat, especialmente en sus tejados, unos niveles de radiación que superan en varias decenas de veces lo permitido, ya que, en ciertos lugares, el cesio 137 yace hasta 20 centímetros bajo tierra.

Uno de los símbolos de la difunta Prípiat es la oxidada montaña rusa que debía haber sido inaugurada el 1 de mayo, pero que nunca llegó a ser utilizada.

"Mi marido me dijo que había ocurrido una explosión en la planta.

Una vecina y yo nos subimos al tejado y vimos el humo del cuarto reactor. En la ciudad no había pánico, los niños jugaban en la arena y la gente hacía cola en las tiendas", recuerda Tania, otra residente de Prípiat, quien después dio a luz dos niños sanos.

Mientras, el edificio de la escuela de Prípiat más parece una alucinación, ya que en los carcomidos pupitres aún permanecen los cuadernos y lapiceros de los alumnos, al igual que los mapas y los carteles patrióticos.

Cinco policías se ocupan de garantizar el orden en la ciudad fantasma, ya que el acceso no autorizado a la zona está penado con la cárcel, lo que no impide que los ladrones se paseen por Prípiat para llevarse cualquier cosa de utilidad, desde metales, a tuberías, muebles o cristaleras.

También está prohibida la recolección de champiñones, manzanas y frutos silvestres, y la captura de los peces y otros animales que campan libremente por su territorio contaminado.

Paradójicamente, a pesar de la radiación, Prípiat y toda la zona de exclusión se han convertido en una rica reserva natural con un gran número de jabalíes, alces, lobos, zorros, castores, visones, ardillas, hurones, nutrias, martas, comadrejas y cabras salvajes.

Algunos antiguos residentes y turistas viajan a Prípiat imbuidos por la nostalgia y lo que se encuentran es una ciudad invadida por las plantas silvestres, los matojos y los árboles que crecen en medio de los casas.

Es por ello por lo que algunos han llamado a restaurar la ciudad y convertirla en un museo de su tiempo y de la ignominia, debido a la irresponsabilidad del ser humano en el uso del átomo.

Entre los peligros de una visita a Chernóbil figura la posibilidad de derrumbe de alguno de los edificios desvencijados o un desagradable encuentro con las manadas de lobos que acechan por la zona.

Mientras, la central de Chernóbil permanece amenazante, esperando un cuarto de siglo después que alguien retire de una vez por todas el combustible nuclear de sus reactores.

Fuente:

ABC

A 25 años, nada se aprendió de Chernóbil

¿Aprendimos algo de Chenóbil? Según diversas organizaciones ambientales la respuesta es un rotundo NO.


A 25 años, nada se aprendió de Chernóbil

Como lo han demostrado desde hace tiempo las organizaciones ambientalistas, numerosos investigadores e ingenieros de renombre, así como investigadores del ámbito megaWatt, existen alternativas a la energía nuclear aunque algunos Estados se obstinen en defender el mito de su renacimiento, incluso cuando el desarrollo tecnológico alcanzado permite salir de esa industria sin dejar de respetar los compromisos climáticos de aquí a 2050, según la agenda ambiental internacional.

Así lo afirman Michèle Rivasi, diputada europea, fundadora de la Criirad (Comisión de Investigación y de Información Independiente sobre la Radioactividad); Yuri Bandajevsky, profesor de anatomo-patología y rector de la Universidad de Medicina de Gomel (Bielorrusia) y Daniel Cohn-Bendit, presidente del grupo de los Verdes en el Parlamento Europeo a propósito de los 25 años del estallido, por un error humano, del reactor 4 de la planta nuclear de Chernóbil (Ucrania, entonces Unión Soviética) el 26 de abril de 1986. (“Les leçons de Tchernobyl n’ont pas été tirées”, www.lemonde.fr/ 25 abril). Dicen ellos que el futuro energético de Europa y la reducción de los gases de efecto invernadero dependerán de las inversiones que se hagan en la próxima década, optando por tecnologías que nos permitan construir “un futuro durable y responsable”.

Cuando la central de Fukushima sigue arrojando nucleidos radioactivos en la biósfera, recordando la contaminación causada por Chernóbil, los autores llaman a aplicar urgentemente medidas de radioprotección en las zonas afectadas, para no repetir el error de Europa que durante años orientó su ayuda exclusivamente al control de la seguridad en de Chernóbil y su sarcófago”, en lugar de destinar fondos e investigaciones médicxas para para proyectos sanitarios.

Al respecto, los especialistas aseguran que “para la comunidad científica no hay duda alguna sobre la relación entre la catástrofe nuclear de Chernóbil y la inversión de las curvas de nacimiento en las zonas directamente afectadas por la radioactividad”. En particular en Bielorrusia, añaden, donde a 25 años de distancia se asiste a una “hecatombe” demográfica con una tasa de crecimiento de -5.9 por ciento.

Fuente:

Milenio


Es mejor no prolongar la agonía nuclear

Chernóbil sacudió las conciencias hace 25 años, pero la industria nuclear y sus aliados casi habían logrado que nos olvidáramos del desastre. Los cálculos que se acabaron imponiendo oficialmente establecieron que hubo mucho ruido pero sólo unos pocos muertos. Y aquello, además, fue simplemente un estrepitoso error provocado por la decadente burocracia comunista, porque el riesgo de las nucleares es casi cero cuando las gestiona gente competente.

Pero en esa Arcadia feliz ha irrumpido Fukushima, dirigida quizá por incompetentes, pero del subtipo capitalista. Todo el mundo vuelve a hablar de reforzar la seguridad (por lo tanto, hasta ahora el riesgo no era casi cero) y en la conferencia internacional que esta semana se ha celebrado en Kiev se ha instado a reevaluar las consecuencias de Chernóbil sobre la salud porque, repentinamente, ya no cuela que causara unas decenas de muertos un accidente que irradió a centenares de miles de personas.

Tras Fukushima se ha acabado el mito del riesgo casi cero. Es muy bajo, sí, pero la catástrofe humana y económica es tan grande cuando se produce el fallo que hablar de riesgo bajo suena a sarcasmo. Las aseguradoras ya lo sabían y sus primas disuasorias ya habían llevado hace muchos años a las empresas privadas a no invertir en nucleares, un sector que ha quedado en manos de la iniciativa pública en los países que se atreven con el riesgo.

Lo que quieren las empresas privadas es que se alargue la vida de las centrales instaladas, la mayoría amortizadas y, por lo tanto, generadoras de beneficios con muchos ceros. Los gobiernos han sido hasta ahora proclives a sus presiones, pero harían bien en pensar en serio, antes de firmar más prórrogas, cómo se las apañarán si les cae encima un Fukushima. Es mejor no prolongar la agonía nuclear.

Fuente:

Público

La OMS recuerda que el accidente de Chernobil cambió la actitud del mundo frente a la seguridad nuclear

¿Aprendimos algo de Chernóbil? Según la OMS, sí.


La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recordado que el accidente nuclear de Chernobil, del que el 26 de abril de 2011 se cumplen 25 años, cambió la actitud del mundo frente a la seguridad nuclear y que los estudios realizados sobre la población afectada, además de la investigación, mejoraron el conocimiento que hasta entonces se tenía sobre los efectos de la radiación ionizante en la salud humana.

"Tras el incidente de Chernobil, se revisaron los estándares internacionales de radiación, las estrategias para mejorar la seguridad nuclear, los procedimientos de respuesta a las emergencias y de mitigación de las consecuencias", han destacado.

Las actividades que desarrolla en la actualidad la OMS están vinculadas al Plan de Acción de Naciones Unidas en Chernobil, que define la estrategia de las agencias de Naciones Unidas en este campo, en estrecha colaboración con los tres países más afectados --Ucrania, Bielorrusia y Rusia--- para superar "el negativo legado del accidente de Chernobil en la tercera década de esfuerzos de recuperación".

"La OMS está trabajando para convertir la última información científica sobre las consecuencias del accidente en consejos prácticos sensatos para los habitantes de los territorios afectados", informan.

"Este trabajo --dicen los expertos de la OMS-- es parte del International Chernobyl Research and Information Network (ICRIN) Project, un esfuerzo conjunto de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (UNDP), UNICEF y la OMS".

Fuente:

Europa Press

Chernóbil, próximo destino de 'turismo extremo', ONU apoya la idea


El gobierno de Ucrania tiene previsto ofrecer excursiones regulares a Chernóbil dirigidas, principalmente, a turistas jóvenes y visitantes en búsqueda de "aventuras extremas", según informa en su página web la agencia rusa RIA Novosti.

Para su consecución, el Ministerio de Emergencias ucraniano ha aprobado recientemente un conjunto de normas a seguir dirigidas a los turistas que visiten Chernóbil.

Así, las reglas incluyen rutas específicas para los visitantes que elijan la antigua central nuclear como destino turístico, además de el establecimiento de unas pautas que garanticen la seguridad de los visitantes y ofrezcan la oportunidad de que los turistas conozcan, en detalle, la historia de la tragedia.

Ciertamente, el turismo en el epicentro de la fuga radiactiva no es una idea totalmente nueva, puesto que ya existen touroperadores que ofrecen rutas por los alrededores pero, hasta ahora, contaban con la desaprobación gubernamental.

Sin embargo, el Gobierno ha visto en la próxima celebración de la Eurocopa, que tendrá lugar en 2012 y cuyos anfitriones serán Polonia y Ucrania, una posibilidad de atraer turistas internacionales si el destino ofertado es Chernóbil.

Esta posibilidad "ha atraído la atención del Gobierno", por lo que a partir de ahora podría ser el Ejecutivo ucraniano el encargado de gestionar las visitas a la ciudad que alberga la central nuclear, a la vez que facilitaría los permisos a las agencias de viajes ucranianas para incrementar el número de turistas hacia la región contaminada.

Gracias a ello, los operadores turísticos ucranianos están anticipando un "saludable flujo de turistas" en la ciudad donde se produjo el desastre nuclear hace 25 años, aunque se muestran escépticos sobre si el famoso lugar de la catástrofe tiene los suficientes ingredientes para convertir a la urbe en destino turístico.

Así, las agencias temen que los turistas no tengan la certeza de que la seguridad está garantizada y se plantean si el gobierno efecturará las "enormes" inversiones en infraestructura necesarias para acoger al posible flujo de visitantes.

La ONU apoya la idea

En diciembre del año pasado, el ministro de Emergencias de Ucrania, Viktor Baloga, acompañó a Helen Clark, jefe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, en su visita a Chernóbil, donde el responsable ministerial propuso que los viajes regulares a la ciudad podrían iniciarse en enero del presente ejercicio.

Por su parte, Clark apoyó la idea, considerándola como una "excelente oportunidad" para "aumentar la conciencia de la tragedia y la importancia de la seguridad nuclear", apostilló.

Con ello, la funcionaria de la ONU podría haber visto un "potencial económico" en Chernóbil, idea que se sustenta en los datos aportados por la revista Forbes en 2009, medio que posicionó a la ciudad como uno de los destinos turísticos "más exóticos" al recibir la visita de 7.000 personas durante ese año.

No existe consenso entre los expertos

No hay consenso entre los expertos sobre la conveniencia de promover el turismo en una zona contaminada con radiación por el peligro que puede suponer para los visitantes, por lo que "aún está por ver" si el Gobierno podrá organizar viajes al epicentro del desastre nuclear.

Por su parte, los responsables gubernamentales intentan convencer del "atractivo turístico" que puede representar Chernóbil para los turistas internacionales, a pesar de que los efectos de la radiación aún siguen vigentes.

En ese sentido, el portavoz de Estado del Servicio de Turismo y 'Resorts' de Ucrania, Ludwig Medyany, considera que visitar la urbe es un atractivo turístico "que vale la pena" porque "la gente necesita entender qué es un desastre nuclear y cómo podría afectar al Planeta".

Lo cierto es que los expertos temen que la seguridad en la zona no esté garantizada y la contaminación afecte a los turistas, debido a que los efectos radiactivos se "propagan de forma desigual en toda la zona", y el nivel de contaminación varía de un lugar a otro.

Por ello, la radiación "es muy inestable" y se "desplaza alrededor por el viento y la lluvia", por lo que existe un "alto riesgo" de que los turistas que se acerquen a Chernóbil se encuentren en una zona de "alta actividad" radiactiva.

Fuente:

Europa Press

9 de abril de 2011

Chernobil contamina todavía los alimentos en Ucrania

  • Hay alta radiactividad en la leche, las setas y las bayas silvestres
  • Un informe de Greenpeace detecta cesio-137 en productos de consumo local
  • Hay zonas lejanas a Chernobil más contaminadas que otras cercanas al reactor
  • Los campesinos saben que el terreno es radiactivo, pero no tienen recursos
Análisis de leche realizado por Greenpeace en el laboratorio de Rokytne. | Robert Knoth/Greenpeace

Análisis de leche realizado por Greenpeace en el laboratorio de Rokytne. | Robert Knoth/Greenpeace

Cuando han pasado 25 años desde el accidente de la central nuclear de Chernobil, ocurrido el 26 de abril de 1986, el efecto de la radiactividad sobre el área circundante está muy lejos de estar superado. La atención se ha fijado en el entorno más inmediato a la planta atómica, donde cientos de miles de personas fueron desalojadas en un radio de 30 kilómetros y donde todavía se mantiene una Zona de Exclusión para restringir la permanencia en ella.

Pero la radiactividad llegó mucho más lejos. Unos 200.000 kilómetros cuadrados de Ucrania, Bielorrusia y Rusia fueron contaminados con altos niveles de radionucleidos, entre ellos cesio-137, un material altamente tóxico cuyo periodo de semidesintegración es de 30 años y cuya permanencia en el medio ambiente llega a los 300 años. Depositado en el suelo, se incorpora a las plantas y animales y luego llega al hombre a través de la cadena alimenticia, convirtiéndose en una fuente de radiación interna. La nube radiactiva afectó también a todos los países de Europa, como muestran los mapas de la ONU.

Un informe radiológico recién elaborado por Greenpeace y disponible por completo en su página web asegura que hay amplias zonas rurales de Ucrania, alejadas cientos de kilómetros de Chernobil, en las que el cesio-137 y otros materiales contaminan el suelo y el agua pasando a plantas y animales y a los alimentos, según explicaba a elmundo.es la científica de Greenpeace responsable del estudio de laboratorio, Iryna Labunska.

Alimentos contaminados en Ucrania

En su inspección, la organización ecologista recogió 117 muestras de comida en decenas de localidades de las regiones ucranianas de Rivnenska Oblast y Zytomyrska Oblast y las sometió a análisis de laboratorio.

Los análisis probaron la presencia de radiactividad en muchas de esas muestras en niveles muy superiores a los permitidos por las autoridades sanitarias.

La contaminación afecta especialmente a ciertos productos como la leche, ya que las vacas pastan en terrenos contaminados por radiación. Otros productos altamente tóxicos son las bayas y las setas silvestres, ya que los arbustos y los hongos absorben de forma muy rápida la radiación depositada en la parte superficial del terreno.

Setas y frutas silvestres son parte importante de la dieta de los campesinos ucranianos, que aprovechan estos recursos del bosque a lo largo de todo el año, pues hay una tradición de guardarlos en conservas. Otras muestras de patatas, remolachas, zanahorias o carne también analizadas mostraron niveles altos de radiactividad.

Greenpeace aclara que su trabajo no pretende ser una evaluación completa, sino sólo de una prospección que sirve para mostrar la gravedad de la situación. Como ejemplo, en un pueblo de la región de Rivnenska Greenpeace ha encontrado cesio-137 en el 93% de las muestras de leche recogidas. Las muestras tienen un nivel de cesio-137 que supera entre 1,2 y 16,3 veces la norma ucraniana para la presencia de ese contaminante en los productos lácteos. En el caso de las setas, una muestra de hongos listos para el consumo analiza en la comarca de Zhytomyrska Oblast arrojó una medición de 288.000 bequerelios por litro, es decir, 115 veces más de los valores permitidos para el consumo.

Olvido de la administración

Greenpeace recuerda que las autoridades no deben hacer caso omiso de la situación, como está ocurriendo ahora. "Después de 25 años, la población que vive a cientos de kilómetros de Chernóbil continúa expuesta a niveles de radiación peligrosos en la comida de origen local. Exigimos al Gobierno ucraniano que continúe realizando controles", afirma Aslihan Tumer, responsable de energía de Greenpeace Internacional.

En realidad, lo que hace que las poblaciones rurales se expongan al riesgo de consumir alimentos contaminados es la falta de recursos de muchos paisanos, pues es de sobra conocido que los terrenos están contaminados.

Muy poco después de la catástrofe se realizaron completos mapas de radiactivad de todo el país que mostraban qué tierras y bosques no eran aptos para producir alimentos. Los terrenos se caracterizaron en cuatro categorías según la gravedad de la contaminación. La nube radiactiva se dispersó durante días a merced de los vientos y las lluvias, de modo que la contaminación se dispersó de forma muy heterogénea. De este modo, hay zonas junto a la central de Chernobil que tienen mucha menos radiación de fondo que otras que están a cientos de kilómetros.

El problema en Ucrania es que, 25 años, después del accidente, muchos campesinos de zonas depauperadas del país hace caso omiso de las recomendaciones y llevan su ganado a pastar a terrenos que saben están contaminados, dice Greenpeace.

En los últimos años, el Gobierno ucraniano ha reducido las ayudas que otorgaba a los campesinos residentes en las zonas afectadas. Tenían derecho a recibir una ayuda mensual para comprar alimentos y no tener que recurrir a sus tierras contaminadas, pero estas ayudas han pasado de ser de 40 euros mensuales a 20 céntimos de euro mensuales, según han denunciado a elmundo.es responsables municipales del concejo de Rokytne, una de las áreas más contaminadas al oeste de Chernobil.

Responsables de los servicios médicos de la misma zona explican que continuamente atienden a ciudadanos con altos niveles de radiación en su cuerpo debido al consumo de alimentos contaminados y que intentan que los niños pasen al menos 100 días fuera de su comarca para intentar que en ese periodo se alimenten con productos sanos y puedan limpiar en parte los radionucleidos de su cuerpo.

Desaparición de las ayudas

Greenpeace también denuncia que, hace dos años, el Ministerio de Emergencias de Ucrania dejó de realizar los análisis de alimentos que llevaba a cabo año tras año en esas áreas y de publicar los datos. Según la organización, dejar de realizar esos análisis supone un riesgo para la salud pública.

Otras fuentes ucranianas lamentan que los esfuerzos para paliar los efectos de Chernobil estén mal enfocados. Según el doctor Valery Kashparov, director del Instituto Ucraniano de Agricultura y Radiología, es lamentable que se dediquen cientos de millones de euros a las obras de contencion del dañado reactor de Chernobil cuando bastaría un millón de euros anuales para evitar que los campesinos de las zonas más afectadas tuvieran que consumir alimentos contaminados. Según él, bastaría con proporcionar piensos limpios para su ganado y fertilizantes especiales que permiten la progresiva limpieza de los suelos contaminados. Sin embargo, estas tareas han sido olvidadas, asegura.

Siga al autor en Twitter: Pcaceres_

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de abril de 2011

25 años del desastre nuclear de Chernóbil






El peor accidente nuclear de la historia ocurrido en la antigua Unión Soviética, actual Ucrania, dejará secuelas por miles de años en las tierras contaminadas por la radiación, según los científicos.

El accidente de Chernóbil es el estigma de la energía nuclear, cumple 25 años. El aniversario concita mayor interés por los recientes sucesos en la central de Fukushima, aunque el primero sigue considerado como la peor catástrofe nuclear de la historia.

A unos 100 kilómetros al norte de la ciudad de Kiev, capital de Ucrania, en la localidad de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, su central nuclear sufrió el mayor accidente nuclear que se había conocido. En la actualidad, 25 años después, alrededor de la planta permanece acordonada una zona de 40 kilómetros y una ciudad de 100.000 habitantes vacía, como un pueblo fantasma.

Los recientes sucesos en la central japonesa de Fukushima han hecho revivir en la memoria y en los medios de comunicación la tragedia de Chernóbil, Pero ha transcurrido un cuarto de siglo y las circunstancias, ni son las mismas, ni tampoco las consecuencias.

Para Javier González, portavoz del área de Energías de la organización medioambiental Ecologistas en Acción, el accidente de Chernóbil sigue siendo el peor de la historia y “parece que lo va a seguir siendo. Todavía se viven las consecuencias. Está contaminada la tercera parte de Bielorrusia y, en buena parte de Ucrania, sigue habiendo radiactividad. La incidencia en casos de cáncer sigue siendo muy por encima de lo normal”.

Según el último informe del Comité Científico de la ONU sobre los Efectos de la Radiación Atómica (Unscear) que se ha presentado recientemente en Viena (Austria), la dificultad de explicar el aumento del cáncer en Ucrania, Bielorrusia y Rusia se debe, según explicaba el experto en radiología y medicina nuclear, Fred Mettler, a que muchos tipos de tumores “no tienen una forma específica que permita establecer su origen en la radiación”.

Pero Mettler aclara que “no estamos diciendo que no haya efectos, sólo que actualmente, si existe un efecto, no podemos verlo, de acuerdo a las estadísticas que manejamos”.

Hasta ahora, tres han sido los accidentes de dimensiones catastróficas en centrales nucleares del mundo: el primero ocurrido en Three Mile Island, cerca de Harrisburg en el estado de Pensilvania (EE.UU.), en 1979; el segundo el accidente en la extinta Unión Soviética de Chernóbil (1986) y el último el de Fukushima, en Japón, provocado por la sucesión de dos desastres geológicos.

Soviéticos querían ocultar el accidente

Las autoridades soviéticas ocultaron al mundo la grave situación en la que se encontraba Chernóbil. No fue hasta que la expansión de la contaminación nuclear llegó a Europa, cuando el gobierno tuvo que admitir el accidente. En los sucesos de Fukushima puede haberse producido también ocultación de parte de la información, en un intento de minimizar los hechos, sin embargo, para el portavoz de Ecologistas en Acción, se trata de dos situaciones completamente distintas.

“El Gobierno soviético ocultó totalmente los acontecimientos de Chernóbil, porque no querían que se enterara nadie, pero dos días después no tuvieron más remedio que reconocerlo porque las consecuencias del accidente se detectaron en Suecia. Hubo una opacidad informativa brutal”.

Para Javier González, “en Japón no ha habido la opacidad que hubo en la Unión Soviética ni mucho menos, aunque tampoco han informado claramente desde el principio. Aquí, un terremoto y un tsunami han dejado muchos miles de muertos. Creo que esperaron a asegurarse de lo que realmente pasaba y ver si era necesario alarmar más a la población con la catástrofe nuclear”.

“Lo de Chernóbil fue una cadena de irresponsabilidades, no realizadas por ignorancia porque sabían lo que estaban haciendo. Fueron órdenes irresponsables que los operarios obedecieron en un país en el que había que obedecer. El problema es que, con el tiempo, las irresponsabilidades se repiten, por ejemplo, siguen existiendo en Rusia once centrales iguales que la de Chernóbil que no tienen el edificio de contención que deben tener todas la centrales nucleares”, agregó González.

Radiación en Japón es menos maligna

“Fukushima no va a ser otro Chernóbil porque en Ucrania se vertió mucho combustible, en forma de explosión, a la atmósfera y se depositó por toda la zona, donde se mantendrá la contaminación radiactiva por miles de años. En Japón, lo que se está escapando es material radiactivo del núcleo, no combustible adaptado, con lo que en unas decenas de años la influencia de este material habrá desaparecido completamente. Pero habrá un nivel de radiactividad mucho más alto de lo permitido y, probablemente, tenga consecuencias bastante graves en la salud”, señala Javier González.

Tomado de:

Portafolio

Fukushima es "mucho peor que Chernobil", según una experta nuclear rusa

La central de Fukushima se accidentó tras un poderoso sismo de magnitud 9 y un gigantesco maremoto posterior que devastaron el 11 de marzo la costa del Pacífico, sobre el noreste del archipiélago.

La agencia de seguridad nuclear japonesa evaluó el 18 de marzo la gravedad del accidente de Fukushima en nivel 5 de la escala internacional.


Alineación al centro


La experta rusa en energía atómica, Natalia Mironova afirmó este viernes desde Washington, que la catástrofe nuclear de Fukushima en Japón es "mucho peor" que la de Chernobil en Ucrania en 1986,"Chernobil fue como la explosión de una bomba sucia”, dijo. Fukishima, va a salir aún más cara" en términos humanos y económicos, que puede superar la de la central soviética, cuyo nivel 7 (el máximo) y era un solo reactor que sólo duró dos semanas", y en este caso, “estamos en la tercera semana y son cuatro los reactores que están en una posición muy peligrosa".

La crisis nuclear y humanitaria de Japón entró en su tercera semana y la radiación continuaba filtrándose de una planta nuclear, mientras miles de personas sin hogar trataban de reconstruir sus vidas, con poca esperanza de una rápida solución. Mientras Tokyo Electric Power trata de recobrar el control de su planta nuclear ante cada vez más críticas y haciendo frente una enorme factura potencial por compensaciones, el Gobierno supuestamente adoptaba medidas para controlar la eléctrica. El Gobierno dijo que aún tenía que decidir cómo apoyar a la empresa, que está lidiando con la peor crisis nuclear desde el desastre de Chernóbil en 1986, y podría tener que abordar reclamaciones que superan los 130.000 millones de dólares, según un banco de inversión de Estados Unidos.

Fuente:

Ls Noiticias de Cojedes


Terra

21 de septiembre de 2010

¿Por qué no murieron las plantas en Chernobyl?




El accidente de Chernóbil

El accidente de Chernóbil acontecido en dicha ciudad de Ucrania el 26 de abril de 1986, ha sido el accidente nuclear más grave de la historia, siendo el único que ha alcanzado la categoría de nivel 7 (el más alto) en la escala INES.

Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de la Central Nuclear de Chernóbil, produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior.

La cantidad de material radiactivo liberado, que se estimó fue unas 500 veces mayor que la liberada por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas, forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de unas 135.000 personas y provocó una alarma internacional al detectarse radiactividad en diversos países de Europa septentrional y central.

Además de las consecuencias económicas, los efectos a largo plazo del accidente sobre la salud pública han recibido la atención de varios estudios.

Tras prolongadas negociaciones con el gobierno ucraniano, la comunidad internacional financió los costes del cierre definitivo de la central, completado en diciembre de 2000. Desde 2004 se lleva a cabo la construcción de un nuevo sarcófago para el reactor.

Fotografías y testimonios sobre la catástrofe de Chenóbyl... (se recomienda discreción, si es menor de edad debe de estar acompañado de un adulto)

Pripyat, ciudad abandonada cerca de Chernobyl

La ciudad donde vivía los trabajadores de Chernobyl, Pripyat, quedó totalmente abandonada.

Un equipo de científicos descubrió los mecanismos que les permiten a las plantas crecer en un medio ambiente altamente radioactivo como el de Chernobyl.

Los investigadores analizaron semillas de soja y lino halladas en el sitio donde estaba emplazado el reactor nuclear que sufrió un serie de explosiones en Ucrania, en 1986.

Según el equipo, las plantas pueden tener una habilidad innata para lidiar con la radioactividad.

Uno de los científicos cree que estos mecanismos pudieron haberse desarrollado hace millones de años, cuando las formas de vida temprana estuvieron expuestas a niveles elevados de radiación natural.

El "peor" accidente de la historia

Si ocurre un desastre, las plantas no se pueden mover en busca de mejores condiciones: o se adaptan o se mueren.

Cuando uno de los reactores nucleares de la planta nuclear de Chernobyl estalló el 26 de 1986, el accidente fue catalogado como el peor desastre nuclear en la historia de la humanidad.

Decenas de personas murieron y cientos resultaron afectadas por los efectos de la radiación.

La población entera de la ciudad de Pripyat, el centro industrial en el que vivían los trabajadores de la planta, fue evacuada.

Casi un cuarto de siglo después, Pripyat sigue siendo un pueblo fantasma. Pero, a pesar de que las calles están desiertas, las plantas y los árboles volvieron a crecer en la ciudad.

clic Lea: Chernobyl y las claves de la evolución

Cómo lo hacen

La forma en la que el ecosistema de Pripyat parece haberse recuperado de los efectos de la contaminación despertó la atención de los científicos en todo el mundo y, en 2005, Naciones Unidas publicó un informe sobre este fenómeno.

Ciudad abandonada, cerca de Chernobyl

En 2005, los investigadores retornaron al pueblo fantasma de Pripyat a estudiar cómo sobrevivieron las plantas.

Luego, en 2007, un grupo de investigadores armados con máscaras, gafas y guantes, decidieron investigar cómo hicieron las plantas para sobrevivir.

Fueron al área restringida y plantaron semillas de soja y lino en un terreno altamente contaminado, a unos pocos kilómetros del sitio del accidente, en los alrededores de Pripyat.

Más tarde, plantaron la misma clase de semillas en un terreno descontaminado, cerca de la ciudad de Chernobyl.

El objetivo del equipo era investigador los mecanismos moleculares que les permitieron a las plantas adaptarse a un ambiente tan contaminado.

Para ello, esperaron a que las plantas diesen semillas y examinaron las proteínas de las mismas.

"Decidimos aplicar una tecnología llamada proteómica que es capaz de identificar cientos de proteínas", le dijo a la BBC Martin Hadjuch, investigador de la Academia de Ciencias Eslovaca.

La proteómica es el estudio de las proteínas, una parte vital de todos los organismos vivos.

"Las proteínas son la huella de las actividades metabólicas. Y cuando las comparamos en las distintas semillas de estos dos campos, vimos que son las mismas en ambos tipos de semillas", señaló Hadjuch.

clic Lea: Cada vez menos insectos en Chernobyl

Pasado radioactivo

Si bien la soja y el lino se adaptaron igualmente bien a los ambientes contaminados, lo hicieron de una forma levemente diferente.

Según los científicos, la razón por la que fue fácil para las plantas adaptarse a los elevados niveles de radiación puede ser histórica.

"Es increíble lo rápido que el ecosistema se ha logrado adaptar", dijo el investigador.

"Tiene que haber una clase de mecanismo que las plantas tienen dentro de ellas. La radioactividad siempre ha estado presente en la tierra, desde los primeros estadios de la formación de nuestro planeta.

"Había mucha más radiación en la superficie en ese entonces de la que hay ahora. Entonces, es muy probable que cuando la vida estaba evolucionando, estas plantas hayan convivido con la radiación y hayan desarrollado algún mecanismo que es el que utilizan ahora".

Fuentes:

BBC Ciencia & Tecnología

Sólo a partir de 2016 se sabrá el número real de enfermos por la radiación recibida. En total, el horror de Chernobyl contaminó más de 160.000 kilómetros cuadrados, afectó a 7 millones de personas, mató a otras miles (las cifras varían de 30.000 a 300.000), y dejó 375.000 evacuados.

google.com, pub-7451761037085740, DIRECT, f08c47fec0942fa0