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20 de diciembre de 2007

2009 'Año Internacional de la Astronomía'




La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado hoy 2009 como el 'Año Internacional de la Astronomía', según una resolución que ha sido remitida por Italia y rinde homenaje a Galileo Galilei, quien en 1609 empleó por primera vez el telescopio para uso astronómico.

Según ha informado el Ministerio de Educación y Ciencia en un comunicado, el Año Internacional de la Astronomía 2009 es una iniciativa de la Unión Astronómica Internacional (UAI), que está patrocinada por la UNESCO y la ONU, y a la que ya se han incorporado 99 países.

El programa del 'Año Internacional de la Astronomía' incluirá exposiciones al aire libre, noches de observación, talleres educativos en centros de enseñanza, programas especiales en museos y diversas actividades para niños, con las que se pretende 'transmitir la fascinación por el Universo' y fomentar el interés de la sociedad por la Astronomía y la Ciencia, señala la nota.

En España, la coordinación del evento es responsabilidad de la Comisión Nacional de Astronomía y es fruto de la colaboración del Ministerio de Educación y Ciencia, la Sociedad Española de Astronomía y otras instituciones de este campo.

El Ministerio de Educación y Ciencia apoyará la celebración de las actividades y las reuniones de coordinación, así como las actividades de comunicación del programa, que recogerá las aportaciones de instituciones de toda España y se dará a conocer en los próximos meses.

La ONU alienta en su declaración institucional a todos los estados miembros, al sistema de las Naciones Unidas y al resto de agentes a que aprovechen el Año para promover actividades destinadas a 'aumentar la conciencia pública de la importancia de las ciencias astronómicas'.

Fuente:

Terra Actualidad - EFE

19 de diciembre de 2007

El torrente de partículas de un 'agujero negro' arrasa una galaxia vecina.
  • Los expertos señalan que nada podría sobrevivir al torrente de partículas.
  • Hay centenares de millones de estrellas en su paso; algunas con planetas.
Estela del agujero negro de una galaxia que está arrastrando una constelación vecina. (Foto: NASA/EFE)
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Estela del agujero negro de una galaxia que está arrastrando una constelación vecina. (Foto: NASA/EFE)

Actualizado miércoles 19/12/2007 19:15 (

MADRID.- Algunos de los telescopios más poderosos del mundo, encabezados por el observatorio espacial Chandra, acaban de detectar por primera vez cómo un agujero negro supermasivo, situado en el centro de su galaxia, lanza un inmenso chorro de radiación y partículas altamente energéticas contra su galaxia vecina. Aunque es imposible saber si allí había vida, es seguro que nada podría sobrevivir a un ataque de tal magnitud.

Los agujeros negros expulsan en ocasiones radiación, pero hasta ahora los científicos nunca habían registrado algo así. Las galaxias involucradas en esta inusitada agresión orbitan una alrededor de la otra y juntas forman un sistema binario conocido por los especialistas como 3C321, a unos 1.400 millones de años luz de la Tierra.

Los astrónomos se fijaron en este sistema porque las dos galaxias albergan en su centro agujeros negros activos, los cuales están escupiendo constantemente radiación y alimentándose del gas que encuentran en sus alrededores. También en el corazón de nuestra Vía Láctea hay un gran agujero negro, que ha estado activo hasta hace sólo unos siglos, pero en la actualidad parece encontrarse bastante tranquilo.

De hecho, no es muy usual encontrar galaxias con agujeros negros activos en su centro, y menos aún por parejas, así que los astrónomos apuntaron con curiosidad sus instrumentos hacia 3C321. El Chandra, especializado en detectar rayos X, permitió descubrir el dinamismo de ambos agujeros negros, lo que empujó a otros telescopios a unirse a la investigación.

Acción a distancia

Cuando los expertos analizaron todas las imágenes, encontraron algo que superó con creces sus expectativas. Hasta el momento, se había visto en ocasiones cómo una galaxia embestía a otra vecina, empujada por las fuerzas gravitatorias, pero nunca se había observado esta clase de interacción a distancia.

La NASA ya ha bautizado al astro agresor, situado en el núcleo de la mayor de las dos galaxias, como el Agujero Negro Abusón o, más peliculero aún, la Estrella de la Muerte, que era aquella esfera gigante que albergaba a lo peor del Imperio y disparaba rayos láser en La Guerra de las Galaxias.

En este caso, el chorro de partículas que ha atacado a su galaxia vecina está compuesto en su mayor parte por rayos X, radiación gamma e intensos campos magnéticos, cuyas partículas viajan a velocidades cercanas a la de la luz.

Tras devastar buena parte del área exterior de la galaxia más pequeña, el torrente ha seguido su camino por el cosmos, aunque ya bastante desperdigado. Así se puede apreciar en las imágenes que presentó ayer la NASA, compuestas a partir de los datos de tres observatorios orbitales (Chandra, Hubble, Spitzer) y dos radiotelescopios (Very Large Array y Merlin).

Rayo centelleante

Lo primero que llamó la atención de los científicos fue, precisamente, que las emisiones del agujero negro no formaban un haz de radiación al uso. "Esperábamos que un chorro de radiación fuese recto como un lápiz, pero a este lo hemos visto centellear, lo que nos hizo preguntarnos qué estaba pasando", señaló ayer uno de los autores del hallazgo, el investigador de la Universidad de Harvard Daniel Evans.

"Lo que vimos fue que estaba arrasando la mitad de la otra galaxia", añadió este experto, según informa New Scientist. Ningún planeta habitable que pudiera encontrarse a su paso habría superado semejante avalancha de energía y gases, ya que los rayos gamma habrían destruído sin remisión las capas superiores de la atmósfera, sin cuya protección tampoco sería posible la vida en la Tierra.

No obstante, también podría suceder que el chorro atacante terminara por ser beneficioso para la región sobre la que fue lanzado. En realidad, otra forma de entender esta interacción entre ambas galaxias es que la pequeña está absorbiendo energía materia de la mayor. Con estos nuevos ingredientes, ahora tendrá más ocasiones de formar nuevas estrellas y sistemas planetarios, quizás susceptibles de albergar vida.

"Aunque la llamamos la galaxia de la Estrella de la Muerte, al final podría convertirse en una fuente de nueva vida", indica Martin Hardcastle, astrónomo de la Universidad de Hertfordshire y uno de los científicos que firmará el artículo que da cuenta del descubrimiento, el cual será publicado próximamente en Astrophysical Journal.


Fuente:

El Mundo - Ciencia
Querido mundo radiactivo,
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Muy Interesante


La mayoría de la gente asocia la radiactividad con algo peligroso que la ciencia ha aprovechado para usos industriales, médicos o bélicos. Pero la mayor parte de las emisiones ionizantes que nos rodean provienen de la propia naturaleza.

En el tiempo que transcurre entre dos latidos del corazón se produce en nuestro cuerpo la desintegración radiactiva de casi 10.000 núcleos atómicos. Cada hora, en nuestros pulmones desaparecen unos 30.000 núcleos de los isótopos radiactivos presentes en el aire que respiramos. Debido a los alimentos que consumimos, unos 15 millones de núcleos de potasio-40 y unos 7.000 de uranio natural se desintegran en nuestro estómago e intestinos. El tabaco libera plomo y polonio radiactivos que van a parar a la atmósfera y a nuestros pulmones; quienes fuman un paquete diario reciben tres veces más radiación que la debida al gas radón que hay a nuestro alrededor. Unos días en el mar nos proporcionan un aporte adicional de radiactividad: en un metro cúbico de agua marina se desintegran 10.000 átomos por segundo. Al cambiar playa por montaña la situación no mejora mucho: en los Pirineos o en los Picos de Europa recibimos tres veces más radiación que en nuestra costa favorita. A todo esto hay que sumar los más de 200 millones de rayos gamma que nos atraviesan cada hora provenientes del suelo y de los materiales de construcción.

Pero además están los cientos de miles de rayos cósmicos secundarios, subproducto de la interacción de las partículas subatómicas emitidas por agujeros negros, las galaxias activas o las explosiones de supernovas con los átomos de la alta atmósfera. Los astronautas, en los primeros viajes espaciales, comprobaron el impacto de estas partículas en sus retinas, pues sus destellos luminosos les impedían dormir apaciblemente.

La radiactividad ha existido en la naturaleza desde siempre, sin que interviniera la mano humana. Ni siquiera los denostados reactores nucleares son novedosos. Hace casi 2.000 millones de años, en la cantera de Oklo, en Gabón, se puso en marcha un reactor nuclear espontáneo. Nada tuvo que ver con extraterrestres ni con avanzadas civilizaciones antiguas desaparecidas.

En aquellas tierras la proporción de uranio-235, que es el combustible de las centrales nucleares, alcanzó el 3%, un nivel suficiente para que se iniciara automáticamente una reacción en cadena que se mantuvo durante un millón de años.

A pesar del miedo que se han dedicado a meternos algunos grupos ecologistas durante décadas, invocando los efectos perniciosos de la energía nuclear, la radiación de origen natural es la responsable del 87% de la dosis total que recibe el ser humano. Las fuentes artificiales, como las relacionadas con la radiomedicina –radiografías, radioterapias, exploraciones con marcadores–, las centrales nucleares, los detectores de humos, los televisores y los viajes aéreos suponen sólo un 13 %. La mayor parte se debe a los tratamientos y pruebas médicas, sobre todo las radiografías, con un 12%. Los experimentos y los accidentes nucleares, como el de Chernóbil, sólo contribuyen con el 0,4% del total, y la actividad de las centrales nucleares repercute en un factor 20 veces menor que este.

Sumando todas estas aportaciones antropogénicas, cada español recibe la mitad de la dosis máxima recomendada para la población. De esta cantidad, entre el 10% y el 15% tiene como fuente los alimentos. Los tubérculos poseen más radio-226 que la parte aérea de los vegetales. Un chuletón de medio kilogramo nos proporciona 45 desintegraciones por segundo, y un kilo de fruta, entre 40 y 90. Una mala noticia para los amantes del marisco: es el alimento que más radiación aporta, de modo que los aficionados a mejillones, ostras y langostinos pueden recibir un 50% más de la dosis normal debida a la comida. El control del entorno es esencial: en unas oficinas de Pittsburgh los empleados recibían una radiación equivalente a once radiografías de tórax al año. Claro que, si hay que señalar el verdadero peligro la palma se la lleva el gas radón, que por sí solo contribuye hasta casi el 50% de la dosis total.

En recintos cerrados, como edificios, minas, galerías del metro, túneles, etc., la concentración de este gas noble puede ser elevada por la escasa ventilación. En algunas cuevas de Tenerife y Lanzarote se han medido valores que superan las 5.000 desintegraciones por segundo y por metro cúbico. Por su parte, los materiales de construcción más comunes, como madera, ladrillos y hormigón, desprenden poco radón, aunque a veces han dado desagradables sorpresas, sobre todo si provienen de las cenizas de las centrales térmicas o las acerías. En Suecia, en la década de 1960, se descubrió que las pizarras de alumbre utilizadas en la elaboración del hormigón para viviendas durante décadas eran bastante radiactivas. La producción continua de radón llega a nuestras casas a través de las grietas y las fisuras presentes en las construcciones. Cuando la concentración de radio en el suelo es muy elevada, como ocurre en algunas formaciones graníticas, terrenos uraníferos o ricos en fosfatos, el nivel de las emisiones puede ser decenas de veces superior a lo normal y contaminar nuestro ambiente.

Esto fue lo que les sucedió a Stanley Watras y su familia en 1985: Watras trabajaba en la Central Nuclear de Limerick en Pennsylvania (EE UU) y un día, cuando entró a trabajar, se disparó la alarma de la planta. Las investigaciones demostraron que el hogar de los Watras estaba edificado en un suelo rico en uranio y con una concentración de radón casi 2.000 veces mayor que la habitual en EE UU. En cuanto a la posibilidad de contraer cáncer de pulmón, respirar el aire de su hogar era equivalente a fumar 135 paquetes de tabaco al día. Alguien que viviera en una casa con diez veces menos radón que la de Watras recibiría la misma exposición anual que los evacuados en las proximidades de Chernóbil en 1986 después del accidente nuclear.

A las emisiones naturales se suman ciertas actividades humanas que contribuyen a la producción de este gas radiactivo, caso de la quema de gas natural y de carbón, la fabricación de fertilizantes con fosfatos, que poseen altas concentraciones de uranio, y la generación de escorias a partir del tratamiento de hierro en altos hornos. Una central térmica típica de 1.000 MW consume diariamente unas 10.000 toneladas de carbón –que contiene uranio–, y su emisión diaria de radiación es similar a la producida por dos toneladas de uranio-238.

Las aguas subterráneas también transportan radón, en concentraciones mucho más altas que los ríos y los océanos. La radiactividad de un litro de agua suele ser de 4 desintegraciones por segundo. Pero si el agua procede de un pozo en un terreno con un elevado contenido en uranio, la actividad es 5.000 veces mayor y en algunos casos puede multiplicarse millones de veces de manera siniestra, como en algunos pozos que abastecen la ciudad de Helsinki; Finlandia es el país europeo que recibe mayor dosis por efecto del radón. El agua mineral en la localidad de Bad Gastein, Austria, es un millón de veces más radiactiva que la de consumo público, pero hace varias décadas se animaba a sus visitantes a beberla y a permanecer en las cuevas de la zona, donde inhalaban radón. Las medidas realizadas en los balnearios de nuestro país revelan que la situación no es así de peligrosa, aunque en algunos se han registrado 824 desintegraciones por segundo y por litro de radio-226.

En nuestras casas la verdadera habitación del pánico es el cuarto de baño. Un estudio realizado en Finlandia mostró que las concentraciones presentes eran tres veces superiores a las de las cocinas y 40 veces más altas que en el cuarto de estar. Por su parte, científicos canadienses revelaron que el radón presente en el aire del cuarto de baño aumentaba rápidamente tras una ducha templada de 10 minutos. Una vez finalizada, había que dejar pasar más de hora y media antes de que la radiación regresara a los niveles iniciales.

El radón es sospechoso de producir tumores pulmonares desde 1920, tras unos estudios realizados entre los mineros de Bohemia y Sajonia. Fue en 1986 cuando la Organización Mundial de la Salud confirmó su carácter cancerígeno. De las 136.000 muertes por carcinoma pulmonar registradas en 1987 en EE UU, un 80 % estaba asociado al hábito de fumar, 5.500 a los asbestos y unos 20.000 al radón. En el Reino Unido la exposición a este gas podría ser responsable del 6% de la incidencia anual de este tipo de tumor. Vivir en una casa en la que se produzcan 150 desintegraciones por segundo y metro cúbico debido al radón aumenta el riesgo de contraer cáncer pulmonar entre un 1% y 3%. En el interior de las viviendas de España tenemos entre 10 y 15.000 desintegraciones por segundo y metro cúbico, con un promedio de 40. Los valores más altos se encuentran en Galicia, Extremadura y la sierra de Madrid.

El nuestro es un mundo radiactivo. Algunos científicos apuntan que gracias a ello hay diversidad biológica, pues muchas mutaciones tienen su origen en el fondo natural de radiación. Los seres vivos nos hemos acostumbrado a vivir en esta bañera radiactiva que es la Tierra.

Por ejemplo, de cada 10.000 personas que mueren, 5 lo hacen de cáncer por la radiación de su propio cuerpo. Es inevitable, como ocurre con el oxígeno, que además de darnos la vida, también nos la quita, pues nos quema por dentro. Al comer no sólo ingerimos potasio-40 o carbono-14, sino otras sustancias peligrosas que no son radiactivas: en las judías verdes hay factores que disuelven los glóbulos rojos de la sangre; el ácido clorogénico del café provoca mutaciones en el ADN; y la patata contiene solanina, que produce malformaciones.

Eliminar la radiactividad del mundo significaría eliminarnos a nosotros mismos, pues todos somos una pequeña fuente radiactiva andante. Incluso deberíamos dejar de dormir con nuestras parejas: sólo por eso, en un año absorbemos el 1% de la dosis máxima recomendada.

17 de diciembre de 2007

El origen de la Nokia Tune...
(y otras curiosidades de la "politonía")

La serie 2100 de Nokia fue la primera en incorporar la famosa canción de la compañía.

La serie 2100 de Nokia fue la primera en incorporar la famosa canción de la compañía.

17 de diciembre de 2007. 9:10 h.- Hace unas semanas me invitaron al programa Asuntos Propios que Toni Garrido tiene en Radio Nacional -no se pierdan el blog del programa- y, a modo de broma, Toni quiso probar mi gadgetoído. Puso tres melodías de móvil y PC en antena que me tocó identificar. Una de ellas, cómo no, era la famosa Nokia Tune. Es la melodía que viene por defecto en todos los móviles Nokia, el famoso “tiruriru, tiruriru, tiruriuriiiiiiiiiiiii” que está hasta en la sopa.

Creo que a estas alturas deben ser las 13 notas más repetidas de la historia y provienen de una canción española del siglo XIX, el Gran Vals del compositor Francisco Tárrega. Nokia, de hecho, la llamó así en un principio, "Gran Vals", pero en 1998 la gente empezó a identificar las notas con los teléfonos de la compañía finlandesa y pronto apareció en los menús de configuración de tonos como "Nokia Tune". Aquí hay una versión MIDI del Gran Vals. En el segundo 15 comienza la secuencia. La canción la propuso Anssi Vanjoki, hoy vicepresidente del área multimedia de la compañía, y la razón fue muy sencilla: Gran Vals era la música que se utilizaba en los anuncios de Nokia de la época.

El primer móvil en utilizarla, en el año 1994, fue el Nokia 2110 que como novedad frente a otros modelos de la marca traía casi 30 tonos de llamada diferentes. Y triunfó. La compañía esperaba vender 400.000 unidades del teléfono y acabó vendiendo más de 20 millones. Por suerte o por desgracia, el mundo descubrió que los móviles podían hacer otros sonidos aparte del "ring, ring" y comenzó la fiebre de los tonos.

Los primeros intentos de convertir el sonido del teléfono en música, en realidad, se remontan a mediados de siglo XX cuando los laboratorios de la compañía Bell empezaron a investigar con formas de variar el sonido de los teléfonos fijos. La idea nunca llegó a cuajar. En los 90, sin embargo, el móvil empezó a venir de regalo con las cajas de cereales -bueno, casi- y había que distinguir unos de otros en los sitios públicos así que los tonos se hicieron tan inevitables y molestos como la familia política.

En 1997 nació el primer servicio de descarga de melodías en Japón y en Europa copiamos la idea en 1998. Nokia tiene también el honor de haber sido la primera compañía en incluir politonos en los teléfonos. El primer modelo compatible salió al mercado en el año 2002 y podía reproducir cuatro instrumentos de forma simultánea. El primer teléfono móvil con vibración, sin embargo, viene de su compatidor, Motorola. Lo inventaron en el año 1983, cuando los primeros DynaTAC empezaban a llegar al mercado.

Hoy la industria de los politonos y tonos reales mueve en Europa -agárrese a la silla- más de 750 millones de euros al año, aunque hay signos de que el mercado empieza a enfriarse. Cada vez es más sencillo componer tonos de llamada en el PC y subirlos al teléfono e imagino que en parte también tiene que ver con el hecho de que comprar un tono deje la misma sensación que ser atracado a punta de navaja.

Pero incluso con estos precios desorbitados los hay que no quitan el politono del puñetero teléfono ni muertos. El pasado año, por ejemplo, un británico pidió como último deseo que en su funeral sonara el politono de la rana loca, el Crazy Frog que estuvo de moda durante 2005 y 2006. Una forma como otra cualquiera de vengarse de los que le sobrevivieron.

Los politonos son también una de las causas más comunes de disputas en el trabajo. Uno de cada tres trabajadores, según el periódico Seattle Times, cita el móvil de los compañeros como la molestia más común en la oficina. ¿No le dan ganas a veces de tirar el teléfono de su colega por la ventana -y a él/ella detrás-?



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El Mundo - Tecnología
Soledad, la plaga del siglo XXI

Las grandes ciudades están llenas de solitarios. Crece el número de viviendas ocupadas por una sola persona y el trato físico se sustituye por las relaciones a distancia, por Internet. Es una epidemia que va en aumento.



La soledad de las grandes ciudades, el hiperindividualismo, la muchedumbre solitaria, las mónadas sociales, fueron temas relevantes en la segunda mitad del siglo XX, pero apenas se habla ya de ello. Los individuos no se han entrañado ni abrazado más entre sí, pero electrónicamente se han comunicado de tal modo que el fenómeno de la interconexión parece haber acallado las inquietudes o las voces del aislamiento.

Se trata, sin embargo, de dos realidades paralelas. Mientras la relación en el cuerpo a cuerpo sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera. La aventura de ser un individuo diferente o, mejor, siempre dependiente de la imagen proyectada en los demás, se ha provisto ahora de un artilugio mediante el cual la apariencia de nuestra identidad se enreda con nuestras artes de engaño. Nuestro diseño, en fin, se encuentra más en nuestras manos a través del atrezzo, el nickname, el avatar, los juegos del sexo y la edad u otros recursos para hacer personajes de la persona y versiones de lo real.

El prójimo es siempre insustituible para poder ser algo, pero la proporción que de su efectiva sustancia se necesita para esbozar nuestro perfil social puede sustituirse, en parte, por nuestra habilidad para fingir en la pantalla, travestirse en la Red y recrearse en el nuevo espacio virtual, inconcebible hasta ahora.

Indudablemente, la satisfacción no será comparable a la que proporciona un amor encarnado o una consideración tangible, pero, poco a poco, este mundo electrónico será casi todo lo que hay, y la vida en su seno decidirá una porción variable de nuestra composición general. Lo transparente procura abrigo, lo remoto segrega afectividad, lo virtual se materializa, y el sucedáneo, como en las gulas, será progresivamente el único gusto atribuible a la angula.

Incluso, con el uso y el consumo de compañías y sentimientos en la Red, lo que hoy parece sucedáneo borrará su estigma subsidiario y ascenderá de pleno derecho al mundo que alivia los surtidos de la soledad.

Las ‘webs’ sociales. Tras el boom de las compañías puntocom de hace seis años ha estallado el éxito de las empresas que gestionan los puntos de encuentro entre millones de usuarios. Al éxito de la tecnología aplicada a los negocios sucede la multiplicación de los negocios que tienen su base primordial en las personas.

El conocimiento científico, las informaciones de consumo, las opiniones políticas se cruzan en una trama que ha facilitado y estimulado la Red. Y este universo de contactos innumerables posee una importante condición inédita: conectamos con más gentes sin tener que sufrir la penalidad de su aliento. El contacto “personista” se define así por una relación entre personas distantes y distintas, pero sin su extraño o atosigante tufo.

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El País - Sociedad
"Linneo y la clasificación"

Conocer Ciencia - Programa Nº 13

Serie_Ciencias Naturales

Aristóteles: influyente pero equivocado
La mente científica más influyente en la historia del mundo quizá haya sido la del filósofo griego Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C).

Aristóteles fue probablemente el alumno más famoso de la Academia de Platón en Atenas. Algunos años después de morir éste en el año 347 a. C, Aristóteles marchó al reino de Macedonia, en el norte de Grecia, donde su padre había sido médico de la corte. Allí fue durante varios años tutor del joven príncipe macedonio Alejandro, que más tarde recibiría el título de Magno.

Cuando Alejandro partió para iniciar su carrera de conquistas, Aristóteles regresó a Atenas y fundó su propia escuela. Sus enseñanzas fueron compiladas en lo que casi es una enciclopedia del saber antiguo, escrita por un solo hombre. Muchos de estos libros sobrevivieron y fueron considerados, durante casi dos mil años, como la última palabra en el pensamiento científico.

La influencia de las ideas de Aristóteles sobre los científicos posteriores no fue nada desdeñable, en particular sus teorías sobre la naturaleza del universo, el movimiento de los cuerpos, etc. Pero lo cierto es que en el campo de la ciencia física estaba, por lo general, equivocado.

Paradójicamente, sus ideas acerca de temas biológicos, que eran uno de sus puntos fuertes, ejercieron menos influencia. La ciencia natural era su campo preferido, y dedicó años al estudio de los animales marinos. Aristóteles no se conformó con contemplar los animales y describirlos. Ayudado por su claridad de ideas y su amor por el orden, fue más lejos y clasificó los animales
en grupos. Esa clasificación se llama hoy «taxonomía», que en griego significa «sistema de ordenación» .



Contenido:

Aristóteles
Alejandro Magno
Taxonomía
Gato y león
Perro y lobo
Ray
Linneo
Cuvier
Pterodáctilo
Vertebrados

El profe Leo
Diciembre de 2007
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