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7 de enero de 2012

Se inicia controversia: “La ciencia dice que la gente no nace gay”

Richard Cohen es autor del polémico libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’

Su obra fue retirada el martes de El Corte Inglés tras las quejas de agrupaciones homosexuales.


El escritor Richard Cohen en su casa en las afueras de Washington. / D. ALANDETE

Richard Cohen (Filadelfia, 1952), autor del libro ‘Comprender y sanar la homosexualidad’, se define como un exgay que tiene la clave para corregir las tendencias homosexuales. Su libro, escrito originalmente en 2000, ha sido editado por Libros Libres en España. El martes, El Corte Inglés lo retiró de su librería, tras las protestas de varias agrupaciones homosexuales. Cohen define esa decisión como “un atentado contra la libertad de expresión”. No es la primera vez que su libro genera polémica. En 2009 se empleó en Uganda para apoyar un proyecto de ley que castigaría las conductas homosexuales con pena de muerte. Cohen asegura que se malinterpretó su mensaje y que no odia a los gais. Aquí en Estados Unidos es el principal representante de lo que se llama "terapia de conversión", que promete a los pacientes hacer desaparecer tendencias homosexuales. Cohen no es psiquiatra. Obtuvo un máster en terapia psicológica por la Universidad de Antioch. En este momento tampoco tiene licencia para ejercer como psicoterapeuta. Regenta una organización llamada International Healing Foundation, para la que trabajan otros terapeutas. Recibe a EL PAÍS en su casa en las afueras de Washington, en una consulta decorada con una pequeña bandera gay, muchos libros y una foto con su mujer y sus tres hijos.

Pregunta: ¿Cree que la homosexualidad se puede curar?

Respuesta: ¿Qué quiere decir con curar? No entiendo la palabra.

P: ¿Sanarla, entonces? Es la palabra que emplea en el libro.

R: En 2008, la Asociación Norteamericana de Psicología dijo que aunque ha habido muchas investigaciones sobre las posibles causas genéticas, biológicas u hormonales de la orientación sexual, no ha habido descubrimientos que les permitan a los científicos llegar a la conclusión de que la orientación sexual esté determinada por uno o varios factores particulares. La ciencia dice que la gente no nace gay.

P: Lo que usted hace, ¿es una terapia que revierte una supuesta fase gay?

R: Yo creo en el derecho del cliente a la autodeterminación y libre albedrío. Si alguien quiere vivir una vida gay, lo respeto. Y si alguien quiere explorar las posibilidades de cambiar de gay a heterosexual, también lo respeto.

P: Pero niega la posibilidad de que la homosexualidad sea biológica.

R: Si hay algo biológico en ella, mi experiencia dice que es que aquellos que experimentan sentimientos homosexuales son hombres y mujeres extremadamente sensibles.Viven una relación con sus padres, con sus compañeros y con su entorno, distinta a la de sus hermanos y a las de otra gente a su alrededor. Esa sensibilidad puede sentar las bases para los sentimientos homosexuales.

P: Por lo que usted ha escrito, cree que es el entorno familiar, escolar, de amistades, lo que determina la homosexualidad.

R: Efectivamente, es algo de suma importancia.

P: Y, ¿cómo hace usted que alguien evolucione de tendencias homosexuales a tendencias heterosexuales?

R: Durante los pasados 21 años, en los que trabajé como psicoterapeuta, desarrollé un protocolo para aquellos que quieran cambiar, no para los que estén contentos siendo gais. Yo mismo viví como gay, tuve una pareja gay durante tres años.

P: ¿Había algo dentro de usted que le decía que aquello no era correcto?

R: No. Lo que pasa es que desde pequeño, siempre tuve un sueño: estar casado con una mujer y tener una familia. No fue la presión de mis padres, de la sociedad o de la religión. Era yo mismo, que tenía el sueño de casarme con una mujer y tener niños.

P: ¿Fue fácil para usted dejar de ser gay?

R: No. Se me dijeron muchas mentiras. Que encontrara a la mujer adecuada que me volviera heterosexual. Me casé. Pero reprimía los deseos homosexuales. No los había resuelto. Hice mi terapia después de casarme. Fue un proceso complejo, duro. Muchos terapeutas me decían que yo había nacido gay, que no había nada que hacer. Que debía aceptarlo y vivir una vida gay.

P: ¿Nunca tuvo una aventura con un hombre después de casarse?

R: Tuve una relación con un hombre. Y se lo dije a mi mujer. No buscaba sexo, sólo un mentor masculino. Bajo mi deseo por los hombres había una herida. No recordaba que mi tío había abusado sexualmente de mí. Es algo que reprimí durante 25 años, hasta que hice mi terapia. Entonces encontré a un mentor masculino, heterosexual. Cuando experimenté el luto por ese abuso mis tendencias homosexuales desaparecieron.

P: Usted hace especial insistencia en la figura del abuso sexual como una razón para desarrollar sentimientos homosexuales. ¿Cree usted que es una razón común?

R: Es una de las 10 razones posibles que detallo en mi libro. Nunca es una cosa sola. Es una combinación de varios factores. Un 50% de mis clientes sufrió abuso sexual por parte de alguien de su mismo sexo.

P: ¿No cree que esto se puede interpretar como que usted caracteriza a los gais como abusadores sexuales?

R: Es lo opuesto. Si se da cuenta de las proporciones de la población, la mayoría de abusadores son heterosexuales.

P: ¿Por qué?

R: Porque en la sociedad no hay más de un 2 o 3% de homosexuales. Es una cuestión de proporcionalidad. En mi caso, fue un hombre heterosexual quien abusó de mí.

P: Hace usted una reflexión en su libro sobre por qué los homosexuales tienden a cultivar su cuerpo, cuidar su apariencia... algo muy asociado a los tópicos que hay sobre la cultura gay.

R: Es lo que se llama sobrecompensación, porque no sienten su propia masculinidad. He tratado a hombres culturistas, con físicos increíbles. No importa cuántos músculos desarrollen, aun se sienten inferiores interiormente.

P: Usted habla de un mito, reforzado por los medios, Hollywood, las novelas...

R: Es el mito de que se nace gay, que es una afirmación que científicamente no es válida. Pero tampoco se puede decir que ser gay sea una opción. Uno no se despierta un día y decide ser gay. Hay una serie de factores combinados que hacen que alguien se comporte como gay. Tratando a cientos de homosexuales he descubierto que hay una serie de contextos comunes en todos ellos. En las biografías de los famosos queda claro también: tuvieron experiencias similares. Rosie O’Donnell, Greg Luganis, Elton John, Ricky Martin, Ellen DeGeneres... todos tienen historias similares. Es algo clínico. Decir que alguien ha nacido así es contrario a la naturaleza.

El País Sociedad

19 de agosto de 2011

Aves gays forman relaciones estables

Aves diamantes mandarín (Taeniopygia guttata)

Los machos de la especie diamante mandarín permanecieron juntos y limpiaron mutuamente sus plumas, al igual que las parejas de diferente sexo. Foto: gentileza Julie Elie

La misma fidelidad y cooperación que se ve en una pareja de aves del sexo opuesto puede existir entre aves del mismo sexo, según un nuevo estudio.

Investigadores estadounidenses llegaron a esa conclusión tras analizar el comportamiento de diamantes mandarín (Taeniopygia guttata), aves originarias de Australia, caracterizadas por su plumaje de color claro y pico y patas de color rojizo. Estas aves suelen cantar a sus parejas y limpiar sus plumas mutuamente, un hábito que según los expertos fortalece el vínculo entre ambas.

Pero el mismo comportamiento puede observarse entre pares de aves del mismo sexo, según el estudio publicado en la revista Behavioural Ecology and Sociobiology.

"Esto demuestra que, incluso en las aves, las relaciones entre animales pueden ser más complicadas que la simple unión entre un macho y una hembra con fines reproductivos", señaló Julie Elie, de la Universidad de California-Berkeley, autora principal del estudio.

Más allá del sexo

Elie y sus colegas están especialmente interesados en el diamante mandarín porque se trata de aves altamente sociables, que establecen relaciones para toda la vida.

"Me interesa cómo los animales establecen relaciones y cómo usan comunicaciones acústicas en sus interacciones sociales", dijo Elie a la BBC.

Pingüinos

También se han registrado casos de compañeros del mismo sexo entre pingüinos.

Elie y los investigadores Clementine Vignal y Nicolas Mathevon, de la Universidad Saint Etienne, en Francia, criaron pichones de diamante mandarín en grupos del mismo sexo. Más de la mitad de la aves estableció una relación singular con un compañero o compañera en el grupo.

Los científicos monitorearon luego cualquier indicio de que los pájaros habían creado un lazo especial. Cuando ese vínculo existe, las aves se colocan lado a lado, comparten nidos y también se saludan frotando sus picos, según explicó Elie a la BBC.

En la próxima etapa de su investigación, los científicos introdujeron hembras en un grupo conformado exclusivamente por pares de machos.

De ocho machos, cinco ignoraron por completo a las hembras y continuaron interactuando con sus compañeros en su relación homosexual.

El estudio demuestra según sus autores que el impulso de buscar un compañero es mucho más complejo que la simple necesidad de reproducirse.

"En especies monógamas, establecer una relación de cooperación y beneficio mutuo puede ser una prioridad para la supervivencia, más allá del sexo del compañero", dijo Elie a la BBC.

Roy y Silo

Hay otros ejemplos de pares del mismo sexo entre las aves.

En el caso de las gaviotas y albatros, "las hembras pueden copular con un macho y luego criar a sus pichones juntas, sin la necesidad de una pareja del sexo opuesto".

También se han registrado al menos dos casos de pingüinos machos en cautiverio que prefirieron relacionarse con sus compañeros aún cuando había hembras disponibles.

Tal vez el caso más famoso sea el de dos pingüinos machos en el Zoológico de Central Park, en Nueva York. Los pinguinos, llamados Roy y Silo, no prestaron ninguna atención a las hembras durante un año. Llegaron incluso a establecer un nido juntos y a incubar un huevo fertilizado que les fue proporcionado por los cuidadores.

Fuente:

BBC Ciencia

7 de octubre de 2010

¿La homosexualidad tiene un origen genético?

Primera Parte:

Existe una fuerte reticencia, sobre todo entre creyentes de orientación conservadora y algunos otros en el extremo de la derecha política, hacia cualquier investigación que sugiera que la orientación sexual tiene un componente biológico, sea éste de orden genético o epigenético, o guiado por señales biológicas que no están determinadas genéticamente como, por ejemplo, los niveles de hormonas en el feto. Para ellos, la orientación sexual surge de la educación o de las influencias externas.

Por el contrario, los activistas del movimiento homosexual y buen parte de la izquierda política prefieren creen que la orientación sexual es como el color de los ojos: un rasgo con el que se nace y no una opción que se escoge.

¿Quién tiene razón?

Primero analicemos objetivamente las pruebas que existen hasta el momento.

Desde un punto de vista estadístico, el hecho de tener un hermano homosexual aumenta de manera drástica la probabilidad de ser homosexual. Al parecer, en torno al un 15 por ciento de las hermanas de mujeres lesbianas son también lesbianas (comparadas con el 2 por ciento de la población general), y el 25 por ciento de los hermanos de hombres gais son también homosexuales (comparados con el 4 por ciento de la población general). Resulta interesante señalar que el hecho de tener un hermano gay no hace aumentar las probabilidades de que una mujer sea lesbiana ni viceversa.

Sin embargo, de estas estadísticas no debemos inferir que la homosexualidad es heredable per se, porque los hermanos también comparten educación y entornos similares. Así que hay que recurrir a pruebas más convincentes, como las llevadas a cabo con gemelos monocigóticos (idénticos) y dicigóticos (fraternales).

Al parecer, en el caso de los hombres, tener un hermano gemelo monocigótico homosexual hace que aumente en torno a un 30 por ciento la probabilidad de ser homosexual (una probabilidad similar a la que hay de serlo cuando se tiene un hermano homosexual no gemelo). Un estudio similar realizado con mujeres demostró que el hecho de tener una hermana gemela monocigótica lesbiana confiere un 40 por ciento de probabilidades de que sea también lesbiana, en tanto que con una gemela dicigótica lesbiana ese porcentaje se reducía al 16 por ciento (de nuevo, un valor similar al que se obtenía en el caso de tener una hermana no gemela lesbiana).

¿Qué conclusión, pues, debemos extraer de estos estudios? Al menos que un significativo número de casos, las parejas de gemelos monocigóticos son discordantes: uno es homosexual, y el otro es heterosexual. Eso indica que, a diferente del color de ojos, la homosexualidad no se hereda al cien por cien. Sin embargo, los estudios también sugieren que una parte de la orientación sexual está genéticamente determinada.

Pero debemos preocuparnos por las limitaciones que afectan a los estudios de gemelos que se han criado juntos: si los gemelos monocigóticos son criados de una forma más similar que los gemelos dicigóticos, esto podría contribuir a fomentar una mayor incidencia de la homosexualidad entre los primeros. Un mejor estudio, sin duda, analizaría el caso de gemelos que han sido criados por separado (en el momento de cerrar la edición de este volumen se están llevando a cabo trabajos en este sentido).
Vía Gen Ciencia


Segunda Parte:


¿Entonces, la parte genética de la homosexualidad a qué gen en concreto se debe? El comportamiento humano complejo no puede atribuirse a un único gen sino a muchos genes sino a un factor poligénico: la variación en múltiples genes es la responsable del componente heredable del rasgo. Esto también ocurre con la orientación sexual.

Con todo, el peso de la herencia materna en la homosexualidad masculina hace que sea razonable buscar en el cromosoma X uno o más genes que podrían influir en ella.

Dean Hamer y sus colegas de los Institutos Nacionales de Salud examinaron el ADN de un grupo de gais y lesbianas que por lo menos tenían un hermano homosexual del mismo sexo, así como el de un grupo de control formado por hombres y mujeres heterosexuales. Lo hicieron analizando tramos de ADN en posiciones espaciadas de forma aproximadamente regular en todo el cromosoma X. Hallaron que una región particular de este cromosoma, la denominada Xq28, tenía una tendencia significativa a diferir entre los hombres heterosexuales y los homosexuales, pero no así en las lesbianas comparadas con las mujeres heterosexuales.

La variación genética puede que no sea suficiente para explicar todo el componente biológico de la orientación sexual. Hay que sumar los factores epigenéticos, como el estrés materno o el estado inmunológico durante el embarazo, así como los efectos hormonales derivados de la presencia de hermanos en el útero.

Cabe suponer que los hombres homosxuales tienen cerebros parecidos a las mujeres heterosexuales, y que las mujeres lesbianas tienen cerebros parecidos a los hombres hetersoexuales. Algo que trató de constatar en 1991 Simon LeVay, del Salk Institute, midiendo el volumen de núcleo hipotalámico INAH3 en muestras de tejidos post mórtem procedentes de hombres hetero y homosexuales, así como de mujeres heterosexuales.

LeVay se dio cuenta de que el volumen del INAH3 era entre 2 y 3 veces mayor en el caso de los hombres heterosexuales que en el de las mujeres heterosexuales.

El hallazgo realmente interesante fue que el volumen medio del INAH3 en los varones homosexuales eran similar al de las mujeres heterosexuales, es decir, entre dos o tres veces menor que el de los hombres heterosexuales. Estas diferencias en los núcleos hipotalámicos contiguos, que no son dimórficos desde un punto de vista sexual en personas heterosexuales, por ejemplo, el INAH 1, 2 y 4.

La comisura anterior también es amyor en las mujeres que en los hombres, y otro estudio liderado por Laura Allen y Roger Gorski, en UCLA, se dedicaron también a medir el área transversal de este fajo de axones que conectan los hemisferos derecho e izquierdo del cerebro. Los resultados fueron parecidos: los cerebros homosexuales se parecían más a los cerebos del sexo hacia el que se inclinaban.

Debemos tener en cuenta que estos estudios sólo son correlacionales, y no demuestran de ninguna manera que la orientación sexual esté determinada genéticamente. Todos los estudios fueron de cerebros muertos, y no sabemos cómo son los cerebros de las personas homosexuales cuando nacen o poco después de venir al mundo, antes de que los factores socioculturales tengan ocasión de ejercer mayor influencia. Así pues, parece claro que hay componentes genéticos y culturales en la orientación sexual, pero no se pueden establecer porcentajes aún: quedan muchos estudios por llevarse a cabo. Una falta de estudios que debería evitar que nos inclinimos hacia una u otra posición del espectro político.

Vía: Gen Ciencia

4 de febrero de 2010

El comportamiento homosexual humano

Jueves, 04 de febrero de 2010

El comportamiento homosexual humano: ¿qué nos muestran los estudios con primates?

por Federico Guillén Salazar, Unidad de Etología y Bienestar Animal, Universidad Cardenal Herrera CEU.


En casi todas las sociedades humanas, algunos individuos en algún momento de sus vidas han experimentado un orgasmo viendo o recibiendo estimulación por parte de algún miembro de su propio sexo. Sin embargo, la incidencia del comportamiento homosexual varía considerablemente de unas sociedades a otras. En un informe publicado en 1952 se indicaba que la homosexualidad era común y estaba socialmente aceptada en 47 de las 76 sociedades estudiadas. En algunos casos, como en el de los melanesios de ciertas islas del Pacífico, virtualmente todos los hombres se veían envueltos a lo largo de su vida en algún tipo de relación homosexual. En las 29 sociedades restantes, entre las que se incluían la mayor parte de las sociedades industrializadas occidentales, la actividad homosexual era poco frecuente y pesaba sobre ella algún tipo de tabú social.

A pesar de su amplia difusión, el comportamiento homosexual sigue siendo una de las manifestaciones más intrigantes de la sexualidad humana. Dentro de un contexto reproductivo, es fácil explicar la atracción que la mayoría de los seres humanos sienten por los hombres y las mujeres del otro sexo. En apariencia, este sería el orden “natural” de las cosas. ¿Cómo explicar entonces la heterogeneidad presente en la orientación sexual humana? ¿Se debe a una influencia genética, a un fenómeno de aprendizaje durante el desarrollo del individuo, a una modificación fisiológica o a una acción conjunta de todo ello?

En la actualidad, seguimos sin conocer con exactitud los factores que determinan el hecho de que las personas dirijan sus comportamientos sexuales hacia los individuos del sexo opuesto (orientación heterosexual), hacia los del mismo sexo (orientación homosexual) o hacia los de ambos sexos (orientación bisexual), ya sea de forma simultánea o alternativa. Sin embargo, tenemos claros indicios de que en la orientación sexual influyen ciertos fenómenos ocurridos durante el desarrollo prenatal de los individuos, cuando el cerebro se está diferenciando sexualmente bajo la influencia de los esteroides gonadales. De igual forma, sabemos que los genes desempeñan un importante papel en la orientación sexual humana, si bien todavía nos queda por descubrir si estos genes actúan influyendo sobre el nivel de esteroides sexuales antes del nacimiento, sobre la respuesta del cerebro a dichos esteroides o por otros mecanismos. También los factores medioambientales (interacciones con padres y hermanos durante la infancia, interacciones sociales y sexuales en la adolescencia y en la vida adulta, etc.) ejercen su influencia sobre la orientación sexual del individuo.

Lea el artículo completo en:

www.uv.es

5 de febrero de 2009

Perú planea crear una reserva para salvar a los pingüinos de Humboldt

Lima, 5 feb (EFE).- Pingüinos cerca de la línea ecuatorial: aunque parezca increíble, estas aves identificadas con los fríos polares viven en las costas de Perú, donde el gobierno planea crear una gran reserva para evitar su extinción.

"Perú es un país casi tropical situado cerca de los cero grados de la línea ecuatorial y es difícil pensar que animales que son originarios del Polo Sur estén en latitudes cercanas al ecuador", dijo a Efe Miguel Lleellish, especialista en biodiversidad del gubernamental Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena).

Gracias a la corriente antártica, se puede apreciar en algunos puntos del litoral peruano y ecuatoriano, tanto en invierno como en el verano austral, algunas colonias de pingüinos, un animal que ha sido considerado como vulnerable o en vías de extinción por convenios internacionales, así como por los gobiernos de Chile y Perú.

En Chile, donde está vigente desde 1995 una moratoria de 30 años para la caza y captura de pingüinos y se han protegido las cuatro colonias más importantes de esta ave, existen unos 11.000 ejemplares.

Pero en Perú el número de pingüinos de Humboldt (Spheniscus humboldti) - que forma parte del conjunto de aves guaneras (cuyos excrementos o guano son aprovechados para la agricultura)-, es de sólo 4.390 ejemplares, de acuerdo a un censo de Inrena realizado en 2006.

La mayoría de la población de estas aves se encuentra en el departamento de Ica, al sur de Lima, en una zona que incluye a la Reserva Nacional de Paracas.

El 39 por ciento de la población total vive en San Juan de Marcona (Ica), territorio que será incluido en la nueva reserva.

A dos kilómetros de las costas de Marcona "se encuentra el mayor afloramiento marino del mundo, compuesto por nutrientes y praderas de algas, lo que permite la presencia de importantes cardúmenes (bancos) de anchoveta y otras especies pelágicas que sirven a su vez de alimento de aves y mamíferos", explicó recientemente la ecóloga Patricia Majluf al diario peruano "El Comercio".

Si bien el número de estas aves que pesan cerca de 3 kilos y llegan a medir hasta 72 centímetros de altura casi se ha duplicado entre 2004 y 2006, aún corren el riesgo de desaparecer.

Su principal enemigo no son los fenómenos naturales como la corriente de El Niño, que provoca el calentamiento de las aguas sudamericanas, sino el hombre.

"La población se ha venido reduciendo cada vez más por las actividades de extracción de guano, la interacción con la pesca artesanal y la expansión de los asentamientos humanos en la costa de Perú", explicó Lleellish.

Y es que entre 300 y 500 pingüinos mueren cada año en las redes de pescadores.

Otra amenaza es la extracción del guano, que fue el "oro blanco" peruano a finales del siglo XIX y que hasta la fecha provoca una reducción del hábitat de los pingüinos que anidan en las denominadas islas guaneras.

Por ello, el Inrena y otros defensores del medioambiente han propuesto que se declare como reserva guanera una zona de más de 120.000 hectáreas, compuesta por 23 islas y 11 puntas.

La iniciativa "está a punto de ser aprobada" por el Ejecutivo de Perú, acotó Lleellish, quien señaló que la medida es "imprescindible" y además, pondría al país en "el liderazgo regional respecto a la conservación de áreas marinas costeras".

Agregó que la creación de la reserva no se contradice con los intereses económicos de los sectores pesqueros o mineros, que explotan recursos en la costa y mar de Perú.

"El mundo moderno permite convivir con los diferentes sectores", recalcó el funcionario al recordar que la empresa privada, entre ellas la minera Antamina tiene en marcha programas para la protección de los pingüinos de Humboldt.

Pero lo más importante es crear en Perú una conciencia ambiental en los hijos de los pescadores artesanales y en la población en general para que no arrojen plásticos ni metales a los ríos que desembocan en el mar, recordó el ecólogo.

Rocío Otoya

Fuente:

Yahoo Noticias

El Comercio - Perú



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1 de julio de 2008

Homosexualidad y evolución

Homosexualidad y evolución

Explican la paradoja evolutiva que representa la homosexualidad masculina al tener en cuenta el factor de la fertilidad femenina.

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Desde el punto vista evolutivo la homosexualidad debería de desaparecer. Por definición los homosexuales no se reproducen o se reproducen menos y sus “genes gays” que determinarían su sexualidad, serían eliminados del acerbo genético de la población en el transcurso de las generaciones. Pero los homosexuales están ahí, existen, y por tanto tenemos una situación paradójica.
Ahora un estudio afirma que en el caso de la homosexualidad masculina estos supuestos genes no son eliminados porque aumentan la fertilidad de las mujeres.

El estudio de gemelos idénticos sugiere que la homosexualidad masculina se ve influenciada por factores psicosociales, pero que tiene una importante componente genética. También hay ciertos estudios que muestran que los homosexuales varones tienen más parientes homosexuales por la línea materna que paterna. Esto no ha sido observado en la homosexualidad femenina, lo que indicaría, en este caso, un origen y dinámica distintos.

Aunque esos resultados sugieren su existencia, la investigación científica no ha conseguido todavía aislar estos genes que está ligados a la homosexualidad masculina. No obstante, los resultados sobre la línea materna ha hecho pensar a ciertos científicos que esos “genes gays” podrían encontrarse en el cromosoma X.

En 2004 un equipo de investigadores dirigidos por Andrea Camperio Ciani de la Universidad de Padua en Italia informó que las mujeres emparentadas con hombres gay tenían más niños que las mujeres emparentadas con hombres heterosexuales. Así por ejemplo, las madres de hombres homosexuales tenían 2,7 niños en promedio mientras que las madres de hombres heterosexuales tenían 2,3. Había resultados similares para otros grados de parentesco.

En un nuevo estudio publicado en PLoS ONE, Camperio Ciani y sus colaboradores usan un modelo matemático para ver los posibles escenarios genéticos que puedan explicar los resultados. Los investigadores estudiaron más de una docena de posibilidades, tales como el número de “genes gay”, cuánta ventaja reproductiva proporcionan, si están localizados en el cromosoma X o no, etc. El modelo que mejor explica los datos disponibles es el que considera que hay dos “genes gay” con al menos uno de ellos en el cromosoma X. Estos genes aumentarían la fertilidad de las mujeres pero la disminuirían en los varones.

Los otros modelos no encajan en los datos, o bien los alelos en cuestión desaparecen fácilmente, o bien invaden la población, o bien no describen los patrones de distribución de homosexualidad masculina y fertilidad femenina observados.

Este fenómeno ha sido encontrado previamente en insectos, aves y en otros mamíferos diferentes al ser humano y se denomina antagonismo sexual. La idea básica es que ciertos factores genéticos se propagan por una población dando ventaja reproductiva a solamente uno de los sexos.

Además los investigadores sugieren que estos genes gay podrían aumentar el atractivo tanto de hombres como de mujeres a ojos de los hombres en lugar de hacer a los hombres simplemente más femeninos como antes se había propuesto. Aunque el efecto es malo para la fertilidad masculina, es bueno para la fertilidad femenina y permite la supervivencia de estos genes dentro de la población a una tasa baja, aunque estable, dentro de una dinámica compleja.

Algunos científicos del área juzgan que este estudio es un elegante análisis matemático y una solución simple a la paradoja darwiniana que representa la homosexualidad.

La paradoja, por tanto, dejaría de serlo y la evolución explicaría plenamente el fenómeno.
El estudio proporciona nuevas pistas sobre la homosexualidad masculina. En particular no habría que verla como un rasgo perjudicial al reducir la reproducción masculina, sino que habría que verla dentro del marco más amplio de la población, en donde aumenta la fertilidad femenina.

La homosexualidad masculina sería además el primer ejemplo en humanos de un número desconocido de rasgos genéticos antagonistas, que contribuirían a mantener la variabilidad genética natural humana.

Además, esto podría abrir nuevas vías a la creación de modelos que explicaran la contribución de estos factores antagonistas sobre otros conflictos sexuales de base genética que no se comprenden bien actualmente.

Fuentes y referencias:

Nota en Eureka Alert.
Artículo en PLoS ONE.

Tomado de:

NeoFronteras

7 de marzo de 2007

Cada sexo tiene sistemas nerviosos distintos, lo que facilitaría realizar ciertas tareas
Habría diferencias entre cerebros masculino y femenino

MADRID [EFE]. El científico español Francisco J. Rubia, autor de "El sexo del cerebro", aseguró que existe un cerebro femenino y un cerebro masculino con una configuración diferente que determina las capacidades, las conductas y las características de cada sexo.

La obra explica cómo es el sistema nervioso de los dos sexos, sus diferencias y cómo se traducen estas en el terreno de lo práctico, explicó el autor en rueda de prensa.

A su juicio, "el cerebro es el más importante de todos los órganos y determina el sexo"; "el sexo cerebral es el más destacado, por encima de la influencia del ambiente", ya que se configura en las primeras semanas de gestación del feto.

Las diferencias en determinadas zonas cerebrales como el hipocampo hacen que los hombres sean más hábiles resolviendo problemas abstractos, mientras que las mujeres presentan una mayor rapidez en el cálculo matemático.

Pero no solamente las habilidades vienen determinadas por el sexo cerebral, los comportamientos propiamente sexuales también.

El autor, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y director del Instituto Pluridisciplinar de la misma institución académica, considera que en el futuro se demostrará que los homosexuales tienen una diferencia cerebral respecto a los heterosexuales.

Fuentes:

El sexo del cerebro

Existe un cerebro masculino y otro femenino

Publican libro "El sexo del cerebro"
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