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8 de febrero de 2010

El líqido más extraño: el Agua


Lunes, 08 de febrero de 2010

El líquido más extraño: el Agua

Nos enfrentamos a muchos misterios, desde la naturaleza de la materia oscura y el origen del universo a la búsqueda de una Teoría del Todo. Estos son todos enigmas a gran escala, pero se puede observar otro misterio sin resolver del mundo físico —desconcertante por igual, aunque no tan grande— en la comodidad de su cocina

Simplemente llene un vaso alto con agua fría, tire dentro un cubo de hielo y deje reposar.

El hecho de que el cubo de hielo flote es la primera rareza. Y el misterio crece si se toma un termómetro para medir la temperatura del agua a diferentes profundidades. En la parte superior, cerca del cubo de hielo, la encontrará a alrededor de 0 ° C, pero en el fondo debería ser de alrededor de 4 ° C. Esto es porque el agua es más densa a 4 ° C de lo que es a cualquier otra temperatura, otro rasgo extraño que la diferencia de otros líquidos.

Las propiedades extrañas del agua no terminan ahí, y algunas son vitales para la vida. Debido a que el hielo es menos denso que el agua y el agua es menos densa en su punto de congelación que cuando está ligeramente más caliente, se congela de arriba hacia abajo en lugar de abajo hacia arriba. Así que, incluso durante las edades de hielo, la vida continuó prosperando en la parte baja de los lagos y en el océano profundo. El agua también tiene una extraordinaria capacidad para absorber el calor, y esto ayuda a suavizar los cambios climáticos que de otro modo podrían devastar los ecosistemas.

Sin embargo, a pesar de la enorme importancia del agua para la vida, ninguna teoría ha podido explicar satisfactoriamente sus misteriosas propiedades… hasta ahora. Si hemos de creer a los físicos Anders Nilsson en la Universidad de Stanford, California, y Lars Pettersson de la Universidad de Estocolmo, Suecia, y sus colegas, por fin estamos llegando al fondo de muchas de estas anomalías.

Sus ideas controvertidas amplían una teoría propuesta hace más de un siglo por Wilhelm Roentgen, descubridor de los rayos X, que afirmaba que las moléculas de agua líquida se empaquetan juntas no sólo de una manera, como se puede ver en los libros de texto actuales, sino en dos formas fundamentalmente diferentes.

La clave para comprender los misterios del agua es la manera en que sus moléculas —formadas por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno— interactúan entre sí. El átomo de oxígeno tiene una ligera carga negativa, mientras que los átomos de hidrógeno comparten una carga positiva que compensa. Por esto, el hidrógeno y los átomos de oxígeno de las moléculas vecinas se atraen entre sí, formando un enlace llamado enlace de hidrógeno.

Los enlaces de hidrógeno son mucho más débiles que los enlaces que unen los átomos en las moléculas, y por eso continuamente se rompen y forman de nuevo, pero son más fuertes cuando las moléculas están dispuestas de manera que cada uno de los enlaces de hidrógeno se alinea con un enlace molecular (ver diagrama). La forma de una molécula de agua es tal que cada molécula de H2O está rodeada por cuatro vecinas organizadas en forma de una pirámide triangular, mejor conocida como tetraedro.

Al menos, esta es la manera se autoorganizan las moléculas en el hielo. Según la visión convencional, el agua líquida tiene una estructura similar, aunque menos rígida, en la que moléculas adicionales se pueden meter en algunas de las brechas abiertas en la disposición tetraédrica. Esto explica por qué el agua líquida es más densa que el hielo, y parece ajustarse a los resultados de varios experimentos en los que se hacen rebotar haces de rayos X, rayos infrarrojos y neutrones en las muestras de agua.

Es cierto que algunos físicos han afirmado que el agua, bajo ciertas condiciones extremas, puede separarse en dos estructuras diferentes (ver “agua extrema”), pero la mayoría ha asumido que adquiere una estructura única en condiciones normales.

Estaban usando espectroscopía de absorción de rayos X para investigar el aminoácido glicina. Los picos en el espectro de absorción de rayos X pueden arrojar luz sobre la naturaleza exacta de los enlaces químicos de la sustancia en juego, y por lo tanto de su estructura. Es importante destacar que los investigadores habían obtenido una nueva fuente de rayos X de alta energía con la que fueron capaces de hacer nediciones más sensibles y precisas que lo que antes era posible. Pronto se dieron cuenta de que el agua que contenía la muestra de glicina estaba produciendo un espectro mucho más interesante que el de los aminoácidos. “Lo que vimos fue sensacional”, recuerda Nilsson, “así que tuvimos que llegar al fondo de eso”.

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Axxon

26 de enero de 2010

Aprendimos a cocinar ¡y evolucionamos!


Miércoles, 27 de enro de 2010

Aprendimos a cocinar ¡y evolucionamos!

Hace entre 1,9 y 1,8 millones de años, sobre suelo africano, la evolución horneaba lentamente los primeros especímenes de nuestro árbol genealógico. El Homo erectus se perfilaba como el primer eslabón en la cadena de los “nuestros”, la estirpe que podemos rastrear sin interrupciones hasta antes de ayer.



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Fue el primero en salir del continente cuna, y presentó un asombroso 42% de incremento en su capacidad craneal respecto a su especie homínida más cercana: el Homo habilis, con el que convivió y con el que no se sabe si tuvo lazos de parentesco.

Hasta ahora, uno de los argumentos más significativos para explicar el estirón que supuso el H. erectus se centraba en el famoso adagio de que somos lo que comemos. Por entonces, la dieta de raíces, frutos, tubérculos, insectos y hojas había hecho hueco a un potente y nuevo manjar: la carne.

Sin embargo, un conocido primatólogo de la Universidad de Harvard (EEUU), Richard Wrangham, ha llegado a la conclusión de que en este caso lo realmente decisivo es cómo comemos. En su último libro, Catching Fire, aún no publicado en España, defiende que no fue la carne, sino el uso del fuego para preparar los alimentos lo que lanzó a aquellos seres por un camino que culminaría en la humanización.

Su visión ha resultado controvertida, porque hasta ahora el control sobre la lumbre no se databa en una fecha tan temprana. Las cenizas más antiguas con trazas de haber sido provocadas voluntariamente se encuentran en el yacimiento de Gesher Benot Ya’aqov (Israel), y la investigadora Nira Alperson les ha atribuido una edad de 790.000 años. Sin embargo, Wrangham aduce que: “La arqueología del fuego es muy difícil de detectar”, y se ha apartado de ese indicio tradicional a la hora de establecer su teoría sobre la trascendencia de los fogones.

Lo que hay que tener

De hecho, su punto de partida ha sido la convicción de que “somos el único animal adaptado biológicamente a la comida cocinada”, según afirma, mientras nos explica que la causa reside exactamente en nuestras tripas.


Ejemplo salvaje. Los chimpancés se alimentan de frutos con muchos taninos, unas sustancias que a nosotros nos dejan la boca acorchada porque ya no estamos adaptados a ellos.

De todos los primates, poseemos el sistema intestinal más pequeño en relación al tamaño corporal. Nos lo podemos permitir, porque hemos trasladado a la encimera (y, a veces, otros sitios) una gran parte del trabajo que supone transformar las viandas en compuestos químicos aprovechables. Como ejemplo, exponer la carne a una temperatura de entre 60 y 70ºC derrite su tejido conjuntivo y reduce al punto mínimo la fuerza necesaria para cortarla. Y un diente destinado a partir una patata hervida puede ser hasta un 82% más pequeño que el que deba hincarse en una cruda.

Aunque también existen formas de adecuar el maná que nos ofrece la naturaleza sin necesidad de chispas. Eduardo Angulo, biólogo de la Universidad del País Vasco, argumenta que: “Una visión más amplia de la gastronomía incluye sistemas de conservación como el secado (seguramente el más antiguo), la salmuera, el enterramiento en la tundra para congelarlo…” En su libro El animal que cocina recoge con detalle cómo ya nuestros ancestros empezaron a ensayar sus primeros pinitos con todos ellos.

Buscando el cambio

Si queremos saber cuándo empezamos ese proceso único de trasteo culinario, bastará con detectar el momento en que se nos empezó a encoger el estómago. La mayor reducción se produjo precisamente en el Homo erectus. Acompañada de una disminución en los dientes, la pelvis y la caja torácica, y un aumento del cerebro. Algo que, desde luego, también contribuyó a hacernos humanos y que no se dio en el contemporáneo Homo habilis; según Wrangham, porque nunca llegó a dominar el fuego.

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QUO

2 de abril de 2008

'Pequeñas' cocineras en la Red.

Imagen de la web 'Spatulatta'.
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Imagen de la web 'Spatulatta'.

Actualizado miércoles 02/04/2008 18:45
CRISTINA G. LUCIO

MADRID.- "Mmmmm. Está buenísimo". Mientras se relamen, Belle y Liv comentan lo rico que les ha quedado el granizado de sandía que acaban de preparar. Paso por paso, le han mostrado cómo hacerlo a su amigo Anthony, que les acompañaba como 'pinche' de cocina, pero también a las más de 20.000 personas que cada mes siguen sus enseñanzas culinarias a través de la Red.

Belle y Liv son las estrellas de 'Spatulatta', una web "donde los niños enseñan a cocinar a otros niños". Sólo tienen 11 y 9 años respectivamente, pero estas estadounidenses ya saben cómo preparar un sabroso pollo al limón, una ensalada griega o una buena tarta de manzana, entre otros muchos platos.

No sólo eso. También se manejan como pez en el agua frente a las cámaras y hasta firman dedicatorias en las tapas del libro de recetas que acaban de publicar.

El éxito empezó a prepararse a fuego lento, muchos años atrás, cuando la productora Gaylon Emerzian rodaba un documental sobre nutrición para National Geographic. "Cuando apagamos las cámaras, uno de los niños que participaba en el filme gritó: '¡Mamá, he hecho pizza, he hecho pizza! Creí que se compraba en cajas'. Entonces me di cuenta de que, en sólo una generación, la gente puede olvidar cómo cocinar y de dónde vienen los alimentos", recuerda Gaylon.

Preocupada por "ver cómo en unos años todo el mundo estaría alimentándose sólo de comida empaquetada", decidió ponerse manos a la obra y crear Spatulatta. "La filosofía de este programa no sólo es que los niños aprendan a cocinar sino que sean capaces de elegir los alimentos más adecuados, una alimentación sana", comenta. "Si saben que puede hacerse un sorbete sólo con melocotones congelados, yogur y un poco de azúcar, por lo menos se preguntarán para qué sirven todos esos ingredientes extras que aparecen en las etiquetas de los productos del mercado", remarca.

Cocina sana para niños sanos

Con la idea en la cabeza, sólo faltaba dar con los cocineros adecuados. Y Gaylon se acordó de las hijas de unos unos amigos, los Gerasole; que que se definen a sí mismos como una familia "culinaria".

Con sólo dos años, las pequeñas Gerasole ya hacían sus primeros pinitos con el delantal; por eso, no les costó nada ponerse al frente de Spatulatta, que lleva unos tres años cocinándose.

La receta cuajó enseguida, y los vídeos de Belle y Liv enseñando cómo preparar pasta fresca, dulces navideños o un pudding vegetariano comenzaron a viajar vertiginosamente por la red. Tanto, que en 2006 recibieron el premio 'James Beard', un prestigioso galardón culinario que reconoció su importante labor difundiendo las bondades de la comida sana a través de la web. Este año, vuelven a estar nominadas.

Las hermans Liv y Belle Gerasole.

Visitar su web (www.spatulatta.com), es casi como meterse en una cocina: allí puedes encontrar cuáles las herramientas básicas para acercarse a los fogones, los mejores trucos para acertar con las medidas, el modo de mejorar los platos un toque artístico… pero sobre todo, nuevas ideas para cocinar. Belle y Liv guardan más de 200 recetas en vídeo disponibles para cualquiera que quiera aprender a cocinar algo rápido, sencillo, sabroso y sano.

Platos chinos, italianos, mexicanos o suecos... la gastronomía es internacional en Spatulatta, ya que, como explica Gaylon, "la comida es un lenguaje que todos hablamos".

"Empezamos con cosas fáciles, como galletas", explican Bell y Liv. Pero ya se atreven con todo. "A mí me encanta la comida asiática, pero también cosas sencillas, como el 'Berry Dip and Roll' [un dulce de fresas con nata], que hasta los niños más pequeños puedan hacer", explica Liv.

A veces, las cosas no salen demasiado bien. Los ingredientes no terminan de mezclarse o del horno sale un humo sospechoso... "pero siempre aprendemos de nuestros errores", remarcan estas niñas, que a veces invitan a amigos a su 'particular cocina' o cuelgan las recetas que otros les envían.

Ninguna de las hermanas Gerasole se ve como chef profesional en el futuro. De mayor, Liv quiere ser veterinaria y Belle y está pensando en convertirse en guionista o incluso escribir obras de teatro, pero ambas remarcan que nunca dejarán la cocina. "Siempre seguiremos cocinando, simplemente porque es divertido", aseguran.

Tomado de:

El Mundo - Salud

Spatulatta
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