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7 de marzo de 2010

¿Existe un límite superior de temperatura?

Domingo, 07 de marzo de 2010

¿Existe un límite superior de temperatura?

Hoy trataré de responder a la siguiente pregunta: todos sabemos que existe un límite inferior de temperatura. Dicho de otra manera, las cosas pueden estar muy frías, pero sólo hasta cierto punto (el cero absoluto). ¿Existe algún límite por el otro lado? ¿Es posible una temperatura infinita? La pregunta es más compleja de lo que puede parecer a primera vista, y nos llevará a lugares muy interesantes de la física teórica. Espero que disfrutes el viaje.

En primer lugar, recordemos por qué no es posible enfriar un cuerpo infinitamente. La temperatura es una medida de lo rápido que se mueven las partículas que componen el cuerpo. Cuando lo enfriamos, sus partículas (si es un cuerpo normal y corriente, sus átomos) se mueven cada vez más lentamente, hasta que se paran: eso es el cero absoluto, 0K, -273°C. Como las partículas no pueden moverse más lentamente que “nada”, entonces no es posible enfriar el cuerpo más allá.

Pero, ¿y por el otro lado? Probablemente ya estás pensando por dónde van a ir los tiros. La mecánica clásica (y su hija, la termodinámica decimonónica) no predicen ningún límite superior de temperatura. De hecho, muchos libros de texto afirman alegremente que “la temperatura puede aumentar hasta el infinito”. Sin embargo, de acuerdo con la física moderna, no es posible llegar a una temperatura arbitrariamente alta. El genio que determinó cuál es el valor máximo fue Max Planck, y no lo hizo directamente. Y no sólo eso: su valor puede ser una de las claves en nuestra comunicación con civilizaciones extraterrestres cuando nos encontremos. ¿Interesado?

El sistema de unidades naturales de Planck

En 1899, Planck se plantea lo siguiente: ¿cómo sería posible crear un sistema de unidades objetivo y universal? Los sistemas de unidades primitivos siempre se basan en valores relacionados con los seres que los crean: los pies o las pulgadas, por ejemplo. O se basan en comodidad matemática: los segundos, los minutos y las horas. Nuestras unidades, aún hoy, son antropocéntricas.

Max Planck.

Un sistema de unidades que sólo se basa en valores absolutos de la naturaleza sería más avanzado, y existen varios de estos sistemas, que se llaman sistemas de unidades naturales: por ejemplo, la unidad de carga puede hacerse igual a la carga del electrón, y la de masa a la masa del protón. Esto es un avance, pero Planck quiso ir más allá.

¿Sería posible crear un sistema de unidades que no dependiera de ningún aspecto de nosotros mismos ni de ninguna partícula, ni de su carga, ni de su masa? ¿Un sistema de unidades que sólo dependiera del valor de constantes universales en el vacío? Sería un sistema que no dependería absolutamente de nada local, un sistema realmente universal. En palabras de Planck, …Éstas retienen necesariamente su significado en cualquier momento y para cualquier civilización, incluso las extraterrestres y no humanas, y pueden por lo tanto llamarse “unidades naturales”…

¡Qué genialidad! En 1899, cuando no existía ni el aeroplano, Planck se está planteando cómo comunicarnos matemáticamente con una civilización extraterrestre no humana.

Lo que hace el genial físico es elegir un conjunto de constantes universales, dar a cada una el valor “1″ y derivar todas las unidades a partir de ellas. Las constantes que elige son: la velocidad de la luz en el vacío, la constante de gravitación universal, la constante de Dirac, la constante de Coulomb y la constante de Boltzmann. Planck se da cuenta de que este conjunto de constantes barren todo el espectro de fenómenos físicos conocidos, y permiten obtener unidades para todas las magnitudes físicas.

Por supuesto, las unidades básicas del sistema de Planck no son el tiempo, la longitud, etc. Ésas son unidades derivadas. Por ejemplo, la unidad de longitud en el sistema de Planck, expresada en nuestro sistema internacional, la longitud de Planck, es

l_P =\sqrt\frac{\hbar G}{c^3} \thickapprox 1.616 24 (12) \times 10^{-35} metros. Como puedes ver, se obtiene a partir de

la constante de Dirac, la de gravitación universal y la velocidad de la luz en el vacío. Y es evidente que no tiene mucho sentido usarla en nuestra vida cotidana: ¡la longitud de Planck es una cientrillonésima del núcleo de un átomo!

Pero lo más interesante es lo siguiente: casi todas las unidades del sistema de Planck significan algo. Por supuesto, esto no es casualidad – sus valores se basan en el funcionamiento básico del Universo. Aunque están todas derivadas de las constantes anteriores, cada valor ha resultado ser algún tipo de límite fundamental o valor especial en la naturaleza. Por ejemplo, la longitud anterior representa la distancia más pequeña que puede ser medida en el Universo: para saber con precisión dónde está una partícula subatómica, se lanzan fotones contra ella. Cuanto menor es la longitud de onda de los fotones, mayor precisión en la medición. Pero cuanto menor es la longitud de onda de los fotones, mayor es su energía. De modo que, cuanto más pequeño es lo que quieres medir, más energía tiene que tener cada fotón que choca contra lo que quieres medir. Aquí está lo curioso: si un fotón cuya longitud de onda es la longitud de Planck choca contra una partícula, le daría tanta energía que se produciría un minúsculo agujero negro – si has leído el artículo mencionado al principio, el fotón habría “sacado a la partícula” del Universo. No se puede medir nada más pequeño.

Aquí es donde entramos en un aspecto filosófico del asunto: ¿Puede existir algo en el Universo más pequeño que la longitud de Planck? Si es así, ese “algo” es imposible de medir, con lo que nunca, jamás, seremos conscientes de su existencia salvo indirectamente. Si, en lo que a nosotros concierne, nunca podrá ser observado, ¿importa que exista o no? La mayor parte de los físicos cuánticos probablemente argumentaría que si algo no puede jamás ser observado, la pregunta anterior es inane. No tiene sentido preocuparse por ella.

En cualquier caso, aunque casi todas las unidades del sistema de Planck son fascinantes, centrémonos en la temperatura de Planck, que es la razón de este artículo:

T_P = \frac{m_P c^2}{k} = \sqrt{\frac{\hbar c^5}{G k^2}} = 1.41679(11) × 1032 K

En este caso, se obtiene a partir de la constante de Dirac, la velocidad de la luz en el vacío, la constante de gravitación universal y la de Boltzmann. Su valor es tan enorme que es difícil de asimilar: un uno seguido de 32 ceros es, en lo que a cualquier aplicación en nuestra vida práctica se refiere, infinito.

Pero el hecho es que la temperatura de Planck no es infinita. ¿Cuál es su significado físico en este caso? Recuerda que la temperatura mide cómo de rápido se mueven las partículas que componen un cuerpo. La temperatura de Planck es la temperatura a la cual las partículas se estarían moviendo tan deprisa que cada una se convertiría en un minúsculo agujero negro. Como consecuencia, todas las leyes de la Física que conocemos dejarían de tener sentido y las partículas, a todos los efectos prácticos, abandonarían nuestro Universo.

¿Quiere esto decir que es imposible llegar más allá? En el estado actual de la Física, sí. Es posible que, si algún día se logra una relatividad cuántica (una unificación de ambas teorías), pueda explicarse qué ocurre más allá, pero ahora mismo pensamos que es imposible pasar de ese límite. Por lo tanto, de acuerdo con las teorías físicas actuales, la temperatura de Planck es el límite superior de temperatura, ya que al traspasarlo “te caes fuera” del Universo.

Aunque parezca mentira, estamos bastante seguros de que el Universo ha conocido esta temperatura tan enorme. ¿Cuándo? Justo después del Big Bang. De hecho, sabemos incluso en qué momento: cuando el tiempo de vida del Universo era el tiempo de Planck. (unos 10-44 segundos). Sí, el tiempo de Planck también significa algo: es lo más cerca que podemos acercarnos al Big Bang utilizando la física que conocemos. Por eso, mientras la Física no avance, lo que sucedió antes de ese momento, cuando el Universo estaba más caliente que la temperatura de Planck, está fuera de todo conocimiento – a efectos prácticos, no es parte del Universo.

Hemos pasado de una pregunta aparentemente ingenua (¿pueden las cosas calentarse hasta el infinito?) a los límites actuales del conocimiento humano – todo gracias a Max Planck, el cual, espero, haya ganado unos cuantos puntos en tu escala de respeto, cualesquiera que sean las unidades en las que lo mides.

Fuente:

El Tamiz

24 de noviembre de 2009

El LHC vuelve a estar operativo


Martes, 24 de noviembre de 2009

El LHC vuelve a estar operativo

Revise nuestros archivos, al final del post, para conocer más a fondo al Gran Colisiobador de Hadrones (LHC).


El acelerador de partículas del CERN, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), se ha vuelto a poner en marcha este fin de semana tras 14 meses de reparaciones a consecuencia de una grave avería. Los haces de partículas están de nuevo circulando en el acelerador de partículas más potente del mundo.

“El LHC es ahora una máquina que comprendemos mejor que hace un año”, ha asegurado Steve Myers, del CERN. “Hemos aprendido de nuestra experiencia; así es como funciona el progreso” La primera vez que se hizo circular un haz por el LHC fue el 10 de septiembre de 2008. Sin embargo, sólo nueve días después una falla eléctrica en una de las conexiones entre los imanes superconductores causó que una tonelada de helio líquido se derramara en el túnel. Después de más de 12 meses de trabajos, el 8 de octubre de 2009 se logró recuperar la temperatura de 1,9 grados kelvin o -271 grados centígrados en el interior del túnel circular de 27 kilómetros que forma el acelerador. El 23 de octubre se inyectaron partículas, pero no se pusieron en movimiento. Este fin de semana los haces han empezado a circular. El próximo paso será producir colisiones de baja energía, probablemente dentro de una semana.

Según ha anunciado el director general del CERN, Rolf-Dieter Heuer, se espera que el colisionador funcione a pleno rendimiento a principios de 2010. Cuando esto suceda, el LCH producirá cientos de millones de choques frontales de partículas a una velocidad próxima a la luz, tratando de recrear los instantes posteriores al Big Bang.

Fuente:

Muy Interesante


Lea los archivos de Conocer Ciencia:

Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) 1

Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) 2

Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) 3

29 de octubre de 2009

La estrella más lejana y más antigua del Universo

Jueves, 29 de octubre de 2009

La estrella más lejana y más antigua del Universo

  • Detectan el cuerpo celeste más distante registrado hasta ahora
  • La explosión de rayos gamma fue descubierta en abril por varios telescopios
  • Confirma que las estrellas existen desde que el Universo era muy joven
  • Ocurrió hace 13.000 millones de años, 600 millones después del Big Bang


Explosión de una estrella masiva

La intensidad del rojo de la luz indica la distancia de la explosión estelar.

Astrónomos han confirmado que la luz de una estrella que explotó hace 13.000 millones de años es el objeto cósmico más lejano jamás captado.

Según publica la revista Nature, la masiva estrella murió 630 millones de años después del Big Bang. Ahora, el satélite Swift de la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) ha captado la imagen del estallido.

El astrónomo británico Nial Tanvir, quien dirigió un equipo internacional de científicos dedicado a estudiar este fenómeno, describió la observación como "un viaje hacia atrás en el tiempo cósmico".

Según le explicó a la BBC, fueron capaces de observar el fenómeno con el Telescopio de Infrarrojos del Reino Unido (UKIRT, por sus siglas en inglés), situado en Hawai, durante un periodo de 10 días, si bien el estallido en sí duró unos 10 segundos.

"El telescopio Swift detecta unos 100 estallidos de rayos gamma al año", explicó el profesor Tanvir. "Y muchos los seguimos con la esperaza de algún día encontrar uno tan lejano como el que hemos hallado ahora".

Dos telescopios

Imagen computerizada del estallido de una estrella masiva

La observación del estallido duró unos 10 segundos.

Otro equipo, liderado por el astrónomo italiano Ruben Salvaterra, estudió la explosión desde el Telescopio Nacional Galileo situado en la isla canaria de La Palma.

Según le dijo Salvaterra a la BBC, "este tipo de observaciones son difíciles, así que el hecho de que dos equipos, con dos instrumentos diferentes, hayan obtenido el mismo resultado, hace que este sea mucho más consistente".

"No es sorprendente, ya que esperábamos ver un evento tan distante. Aunque estar ahí cuando sucede es bastante increíble, algo que se pude explicar a los nietos", señaló el científico.

Los astrónomos fueron capaces de calcular la enorme distancia analizando el "corrimiento hacia el rojo" de la luz.

La mayor parte de la luz de la explosión fue absorbida por gas de hidrógeno intergaláctico. A medida que esa luz viaja hacia la tierra, la expansión del universo extiende su densidad de onda, haciendo que se vuelva más roja.

"A mayor estiramiento, mayor es la distancia", explicó Salvaterra.

La imagen del estallido de rayos gamma fue producida mediante la combinación de varias imágenes infrarrojas.

"Así que en este caso es la intensidad del rojo del punto es la que indica su lejanía", indicó por su parte el profesor Tanvir.

Primeras estrellas

Reproducción del telescopio Swift de la NASA

El telescopio Swift detecta unos 100 estallidos de rayos gamma al año.

Anteriormente, el objeto más lejano nunca captado desde la tierra fue una explosión de rayos gama de 12.900 años de antigüedad.

"Es un viaje atrás a la era en la que se formaron las primeras estrellas", aseguró Tanvir.

"Hasta no hace mucho no sabíamos de donde surgieron las primeras galaxias, por lo que para los astrónomos este es un momento de profunda importancia", señaló el científico.

Según el astrónomo Bing Zhan, de la Universidad de Nevada, en Estados Unidos, este descubrimiento abre la puerta al estudio de la "edad de las tinieblas" del universo.

De hecho, el profesor Tanvir está planeando estudios de seguimiento "en busca de la galaxia en la que explotó la estrella".

El año próximo, su equipo utilizará el telescopio Hubble para localizar esta distante y temprana galaxia.

Fuentes:

BBC Ciencia

El Mundo Ciencia

11 de septiembre de 2008

¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 2

¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 2

El mundo empezó como una sopa caliente, extremadamente caliente. Al enfriarse esa sopa incandescente empezaron a formarse grumos, los átomos, el carbono, luego las estrellas, los planetas, nosotros. No sabemos muy bien de qué estaba hecha esa sopa primordial. Para saberlo habría que cocinar todo de nuevo. Y eso es lo que se busca con el Large Hadron Collider (LHC) que entró en funcionamiento ayer (miércoles 10 de septiembre), con una repercusión periodística única en la historia de la ciencia. (Vía Criticadigital de Argentina).

El LHC es un acelerador de partículas, y lo hace a velocidades que nunca se consiguieron antes. Luego, las partículas chocan entre sí y reparten por doquier los restos de un estallido microscópico que se asemeja al universo en su comienzo. Una de las partículas que se espera encontrar es el así llamado bosón de Higgs. Ésta no es una más. Es diferente del resto y (en las teorías actuales) es la responsable de que las demás tengan peso, o, en lenguaje más técnico, de que tengan masa.





En 1993, Leon Lederman, Premio Nobel de física, publicó un libro de divulgación refiriendose al “Higgs”. El título era provocativo: La partícula de Dios: Si el universo es la respuesta, ¿cuál es la pregunta? El nombre quedó acuñado. ¿Se encontrará la partícula y, si se encuentra, cuán importante es el resultado? Para mi amigo Alejandro García, físico nuclear de la Universidad de Washington, es casi seguro de que se la va a encontrar, aunque es probable que se tarde unos tres o cinco años, ya que hay que explorar muchos choques antes de estar seguro.


Pero... (el inevitable pero)

Pero en Conocer Ciencia, lo reiteramos, es inútil intentar reproducir el big bang... ¡por que el big bang nunca existió! El afamado Stephen Wawking afirma que no secontrará el bóson ge Higgs (las partículas de Dios). Estamos ante un nuevo debare que se escribirá en las páginas d ela Historia de la Ciencia. Leamos (Vía Europa Sur):

Sthepen Hawking apuesta a que no sencontrá el bosón de Higgs

Tras esto, Hawking apostó 100 dólares a que la partícula no existe, aunque sostiene que el experimento servirá para lograr resultados más interesantes que el bosón de Higgs.



Peter Higgs, teórico hace 44 años de la partícula de Dios que ahora se espera pueda ser aislada y descrita de manera científica colisionando protones a gran velocidad en el acelerador LHC de Ginebra (Suiza), está enfadado. Y nada menos que con su rival para el Nobel y eminencia científica mundial Stephen Hawking, que ha cuestionado abiertamente la línea experimental emprendida en el nuevo acelerador.

Hawking declaró que sería "más emocionante" para la ciencia si el experimento del CERN en la frontera franco-suiza "no encontrase" la partícula de Dios o bosón de Higgs, principal objetivo de su experimento, ya que no existe. Ante esto, un Higgs bastante irritado ha declarado que "no ha leído" el documento en el que Hawking hace esta reclamación, pero dijo haber leído los escritos que son la base de sus cálculos, y cree que el método que utiliza "no es lo suficientemente bueno".

Bien, ¿por qué tanta confusión? Resulta que en la Pax Económica que supuestamente vive el planeta gracias a ala mano invisible del libre mercado nos lleva a pensar, gracias a su gigantesca maquinaria ideológica y propagandística, que el materialismo dialéctico pertenece al basurero de la historia, y esto no es así. Esta filosofía nos brinda un enfoque objetivo de los diversos procesos que se desenvuelven en el Universo.

De manera paralela se niega a las masas el acceso a una visión coherente e integrada del Cosmos. Las noticias de ciencia y tecnología apenas aparecen. Entonces tenemos un doble proceso para mantener ciegos a los inbdividuos de este siglo: 1º se les niega la información, 2º se les niega las herramientas para analizar la información.

Este estudio, breve pero lúcido, apoya la idea de que es inútil buscar las particulas últimas, finales. (Vía: Nodo50).



Mecaníca Cuántica, Big Bang y Materialismo Dialéctico


Probabilidades y mecánica cuántica



Los científicos continuamente hacen predicciones que son verificadas por la observación y la experimentación. Esto incluye el campo de la mecánica cuántica, a pesar de la "indeterminación". Aunque no es posible predecir con precisión el comportamiento de fotones o electrones individuales, es posible predecir con gran precisión el comportamiento de grandes cantidades de partículas.

No hay nada nuevo en esto. Lo que se conoce como "acontecimientos casuales masivos" se puede aplicar a un gran campo de fenómenos físicos, químicos, biológicos y sociales, desde el sexo de los recién nacidos hasta la frecuencia de defectos en una cadena de producción.

Las leyes de la probabilidad tienen una larga historia. Por ejemplo la "ley de los grandes números" establece el principio general de que el efecto combinado de gran cantidad de factores accidentales produce, para una gran cantidad de dichos factores, resultados que son casi independientes de la casualidad. Esta idea fue expresada tan pronto como en 1713 por Bernoulli, cuya teoría fue generalizada por Poisson en 1837 y le dio una forma acabada Chebyshev en 1867.

La afirmación de que no podemos conocer las causas precisas, o predecir la posición y velocidad precisas de un electrón individual es, en realidad, un lugar común filosófico, sin ningún contenido. Intentar buscar una relación precisa de todas las coordinaciones e impulsos de cada partícula individual sería volver a la cruda determinación mecánica de Laplace. Este es, en realidad, un concepto fatalista que reduce la necesidad al nivel de la mera casualidad— es decir si todo está gobernado por una especie de decreto eterno, entonces todo es igualmente arbitrario, lo llamemos necesario o no. Como Engels planteó: "No se puede tratar de trazar la cadena causal en ninguno de estos casos: por lo tanto somos tan sabios en una como en la otra, la llamada necesidad sigue siendo una frase vacía, y con ello —la casualidad sigue siendo lo que era". (La Dialéctica de la Naturaleza).

Si fuese posible establecer todas las causas del movimiento de las partículas subatómicas, la investigación de éstas, en el caso de un solo electrón sería suficiente para mantener a todos los científicos del mundo ocupados por muchas vidas, y todavía no llegarían al final. Afortunadamente esto no es necesario. Aunque somos incapaces de precisar la posición "fija" y la velocidad de una partícula dada, que por lo tanto se puede decir que tiene un carácter casual, la situación cambia radicalmente cuando se trata de grandes cantidades de partículas. Y aquí, estamos tratando con cantidades realmente grandes. Cuando tiramos una moneda al aire, la posibilidad de que sea "cara o cruz" se puede poner en un 50%. Esto es un fenómeno totalmente casual, que no se puede predecir. Pero los propietarios de los casinos, que supuestamente se basan en un juego de "azar" saben que, a largo plazo, el cero o doble cero saldrán con la misma frecuencia que cualquier otro número, y por lo tanto pueden sacar ganancias respetables y predecibles.

Lo mismo se aplica para las compañías de seguros que ganan grandes cantidades de dinero precisamente en base a las probabilidades, que en último término pasan a ser certezas prácticas, aunque no se puede predecir el destino preciso de los clientes individuales.



"La mecánica cuántica ha descubierto las leyes precisas y fantásticas que gobiernan las probabilidades, es precisamente tratando de cantidades como éstas que la ciencia supera sus problemas. Con semejantes medios la ciencia puede hacer las predicciones más audaces. A pesar de confesar humildemente su incapacidad para predecir el comportamiento exacto de electrones o fotones individuales u otras entidades fundamentales, puede decirte con enorme confianza cómo deben comportarse precisamente grandes multitudes de ellos" (B. Hoffmann, op. cit.)

Por cierto, estos ejemplos, sacados de los más diferentes campos, son excelentes ilustraciones de la ley dialéctica de la transformación de cantidad en calidad.

El desarrollo de la física cuántica representa una auténtica revolución en la ciencia, rompiendo decisivamente con el viejo determinismo mecánico autosuficiente de la física "clásica". (El método "metafísico" como lo habría llamado Engels). En lugar de eso tenemos una visión de la naturaleza mucho más flexible, dinámica —en una palabra, dialéctica. Empezando por el descubrimiento de Plank de la existencia infinitesimal del quantum, que al principio pareció ser un pequeño detalle, toda la física se transformó. Así surgió una nueva ciencia que podía explicar los fenómenos de la transformación radioactiva y analizar con gran detalle los complejos datos del espectroscopio. Llevaba directamente al establecimiento de una nueva ciencia —la química teórica, capaz de resolver cuestiones previamente insolubles. En general toda una serie de dificultades teóricas eran eliminadas, cuando se aceptaba el nuevo punto de vista.

La fusión nuclear

La nueva física reveló las poderosas fuerzas que encerraba el núcleo atómico. Esto llevó directamente a la explotación de la energía nuclear —el camino para la potencial destrucción de la vida en la tierra— o una visión de abundancia inimaginable, sin límites y progreso social humano a través del uso pacífico de la fusión nuclear. He aquí un poderoso avance para la ciencia. Pero la mente humana —contrariamente a lo que piensan los idealistas— es conservadora por naturaleza. Esta revolución de la ciencia se produjo a pesar de que la mayoría de los científicos aceptaban las conclusiones filosóficas más primitivas y reaccionarias.



"Los científicos naturales" escribió Engels, "creen que están libres de la filosofía ignorándola o atacándola. Sin embargo, no pueden dar ni un paso sin pensar, y para pensar necesitan determinaciones mentales. Pero ellos toman estas categorías como un reflejo de la conciencia común de las llamadas personas instruidas, que en general está dominada por las reliquias de filosofías largamente obsoletas, o de la pequeña cantidad de filosofía obligatoria que han aprendido en la Universidad (que no sólo es fragmentaria, sino una mezcla de los puntos de vista de personas pertenecientes a las más variadas y con frecuencia peores escuelas), o de lecturas acríticas y no sistemáticas de escritos filosóficos de todo tipo. Por lo tanto no sólo no están menos influidos por la filosofía sino que en la mayoría de los casos lo están por la peor" (Dialéctica de la Naturaleza).

Así, en su conclusión a un trabajo sobre la revolución cuántica, Banesh Hoffmann es capaz de escribir: "Por lo tanto debemos maravillarnos mucho más de los poderes milagrosos de Dios que creó el cielo y la tierra de una esencia primitiva de tan exquisita sutileza que con ella pudo modelar cerebros y mentes dotados con el don de la clarividencia para penetrar sus misterios. Si la mente de un simple Bohr o Einstein nos deja atónitos por su poder, ¿cómo podemos siquiera empezar a admirar la gloria de Dios que los creó?" (B. Hoffmann, op. cit.)

Desgraciadamente éste no es un caso aislado. Toda la literatura científica moderna está impregnada de arriba a abajo de este tipo de tufillo místico, religioso o casi—religioso. Esto es un resultado directo de la filosofía idealista que en gran parte muchos científicos han adoptado consciente o inconscientemente.

Geometría



Las leyes de la mecánica cuántica parecen incomprensibles a los ojos del "sentido común" (es decir la lógica formal), pero están en plena consonancia con el materialismo dialéctico. Tomemos por ejemplo la concepción del punto. Toda la geometría tradicional se deriva de un punto, que se convierte en una raya, un plano, un cubo, etc. Pero una observación más precisa nos revela que tal punto no existe. El punto se concibe como la expresión más pequeña del espacio, algo que no tiene dimensión. En realidad tal punto se compone de átomos, electrones, núcleo, fotones, e incluso partículas más pequeñas. En última instancia desaparece en una incesante curva de ondas cuánticas en remolino. Y no hay un final para este proceso. No hay ningún punto "fijo". Esta es la respuesta final a los idealistas que quieren encontrar las formas "perfectas" que supuestamente se esconden "más allá" de la realidad observable.

La única "última realidad" es el universo material infinito, eterno y en constante cambio, que es mucho más maravilloso en su inacabable variedad de formas y procesos que la más fabulosa aventura de ciencia ficción. En vez de una localización fija —un "punto"— tenemos un proceso, un flujo, que nunca se acaba. Cualquier intento de poner un límite a esto, en forma de principio o de final, inevitablemente fracasará.

Estado de cambio

Hace cien años los científicos creyeron haber encontrado finalmente la última y más pequeña partícula. Pensaban que no había nada más pequeño que el átomo.

El descubrimiento de las partículas subatómicas llevó a los físicos a profundizar más en la estructura de la materia. En 1928 los científicos se imaginaban que habían descubierto las partículas más pequeñas —protones, electrones y fotones. Se suponía que todo el mundo material se componía de estas tres partículas.

Posteriormente esto fue hecho pedazos por el descubrimiento del neutrón, y después toda una multitud de otras partículas incluso más pequeñas, con una existencia cada vez más efímera —neutrinos, pi-mesones, mu-mesones, k-mesones, y muchas más.

El ciclo vital de algunas de estas partículas es tan evanescente —quizás una cien mil millonésima de segundo— que han tenido que ser descritas como partículas "virtuales" —algo totalmente impensable en la era precuántica.

Desde el punto de vista de la dialéctica estos descubrimientos son extremadamente importantes. ¿Cuál es el significado de estas "extrañas partículas" con una "existencia virtual" —de las que no se puede decir exactamente si son o no son? El neutrino es descrito por B. Hoffmann como "una incertidumbre fluctuante entre la existencia y la no-existencia"), esto es, para decirlo en el lenguaje de la dialéctica, que son y no son.

Todos estos logros de la investigación científica constituyen una brillante confirmación de la concepción dialéctica de la naturaleza como un proceso sin fin, en un estado de cambio continuo que tiene lugar mediante contradicciones, en el cual las cosas se convierten en su contrario.

"Cuando observamos la naturaleza, o la historia de la humanidad, o nuestra propia actividad intelectual," escribió Engels, "la primera imagen que se nos presenta es la de un laberinto infinito de relaciones e interacciones, en el cual nada permanece igual a lo que era, dónde estaba y tal como era, sino que todo se mueve, cambia, pasa a ser y deja de existir. Esta concepción primitiva, ingenua, pero intrínsecamente correcta del mundo era la de la antigua filosofía griega, y fue formulada claramente por primera vez por Heráclito : todo es y a la vez no es, porque todo fluye, está cambiando constantemente, constantemente pasando a existir y desapareciendo" (Anti-Dhüring).

Comparémoslo con esta otra cita: "En el mundo del quantum, las partículas están constantemente apareciendo y desapareciendo. Lo que podemos pensar que es un espacio vacío es una nada fluctuante, con fotones apareciendo de la nada y desvaneciéndose tan pronto como nacen, con electrones apareciendo por breves momentos del océano monstruoso para crear pares evanescentes electrón-protón y súbitamente otras partículas añadiéndose a la confusión" (B. Hoffmann, La Extraña Historia del Quantum).

Más de cien años después, la visión dialéctica del mundo de Engels se ve brillantemente corroborada, no sólo a nivel macrocósmico sino también a nivel microcósmico. ¡Qué lejos está todo esto del universo idealista estático de Platón! Aunque parezca mentira es la filosofía de Platón y de otros idealistas la que probablemente domina el pensamiento de la mayoría de los científicos en contradicción con los resultados de sus propias investigaciones. Tratan a Hegel como un "perro muerto" (por no hablar de Marx y Engels), sólo para echar mano del idealismo en sus formas más abstractas y oscurantistas.

Que las partículas individuales (incluyendo las "partículas virtuales") existen no está en cuestión. "Son" y sus propiedades (por lo menos algunas de ellas) son conocidas. Pero tratemos de determinarlas con más precisión, de fijarlas en un tiempo y un espacio, y resultarán extremadamente evasivas. "Son y no son, porque fluyen." Un electrón es una partícula y una onda al mismo tiempo, está "aquí" y "allí" a la vez.

Esta concepción de la materia en estado de cambio constante, ligada a una red universal de interconexión e interpenetración, es precisamente la esencia del punto de vista dialéctico. Ya no es la ingenua aunque brillante intuición de Heráclito, sino algo firmemente establecido por la experimentación.

Esto por supuesto no impide a los idealistas atacar el materialismo distorsionando sistemáticamente las conclusiones de la ciencia moderna para sus propios fines. Así, argumentaban que la producción de fotones implicaba que la materia había "desaparecido", ignorando que desde el punto de vista del materialismo dialéctico, la materia y la energía son lo mismo. Esto fue demostrado científicamente por la famosa ley de Einstein de la equivalencia de la masa y la energía. De hecho, la masa está permanentemente convirtiéndose en energía (incluyendo luz-fotones) y la energía en masa. Por ejemplo los fotones (luz) cambian constantemente a pares de electrones y positrones, —el proceso opuesto. Este fenómeno se ha estado dando ininterrumpidamente por toda la eternidad. Es una demostración concreta de la indestructibilidad de la materia —justamente lo contrario de lo que se quería demostrar.

El Big Bang

La búsqueda de "la partícula final" ha demostrado ser inútil. Pero a nivel del universo en su conjunto, ha habido un intento similar de poner un "límite" a la materia, en forma de un universo finito. De hecho, la llamada teoría del "Big Bang" es un retroceso a la vieja idea medieval de un "universo cerrado", que, en última instancia, implica la existencia de un Creador.



Hace algunas décadas, Ted Grant, utilizando el método del materialismo dialéctico, puso al descubierto la poca base tanto de la teoría del "Big Bang" del origen del universo como de la teoría alternativa del "Estado Estacionario" planteada por Fred Hoyle y H. Bondi. Posteriormente se demostró que la teoría del estado estacionario, que se basaba en la "creación continua de materia" (de la nada), era falsa. La teoría del Big Bang por lo tanto ganó por "falta de alternativas", y sigue siendo defendida por la mayoría de la comunidad científica.

La teoría del Big Bang sostiene que el universo fue creado en una gigantesca explosión que ocurrió entre diez mil y veinte mil millones de años. Antes de eso, sus defensores nos quieren hacer creer que toda la materia del universo estaba concentrada en un solo punto, cuyas dimensiones han sido descritas de varias formas. De hecho ha habido por lo menos cinco versiones diferentes de esta teoría. La primera fue planteada en los 30 por un cura católico que más tarde ocupó el puesto de director de la Academia Pontificia de Ciencia, Georges-Henri Lemaitre. Esta fue rápidamente refutada en diferentes campos —conclusiones incorrectas de la relatividad general y de la termodinámica, una falsa teoría de los rayos cósmicos y la evolución estelar...

Después de la Segunda Guerra Mundial, la desacreditada teoría fue recuperada por George Gamow y otros en una nueva forma. De cualquier manera, la teoría del Big Bang representa una visión mística de un universo finito en el tiempo y el espacio, y creado en un momento definido por un proceso misterioso, que ya no se puede observar en ninguna parte en la naturaleza. Toda la idea en sí, está plagada de dificultades, tanto de carácter científico como filosóficas.

Los científicos hablan del "nacimiento del tiempo", en el momento del Big Bang. Pero tiempo y espacio junto con el movimiento son el modo de existencia de la materia.

Es un contrasentido hablar del principio del tiempo o de su final, a no ser que consideremos, junto con San Agustín, que Dios creó el universo de la nada, algo que no sólo está al margen de toda experiencia, sino que contradice una de las leyes fundamentales de la física: la ley de la conservación de la energía. La energía, y por tanto la materia, no puede ser creada ni destruida.

Si aceptamos el Big Bang, surgen todo tipo de preguntas. Por ejemplo, ¿qué lo causó? ¿Cuáles eran las leyes del movimiento que condicionaban este minúsculo punto, suspendido en el espacio por toda la eternidad, en el cual toda la materia del universo, ni más, ni menos, se supone que estaba concentrada? La teoría abre la ventana de par en par a la intervención de un Ser Supremo y todo tipo de misticismos, de ahí su atracción sobre el católico Lemaitre y los idealistas en general.

Gamow y otros avanzaron toda una serie de cálculos para explicar los diferentes fenómenos que se desprenden del Big Bang —densidad de la materia, temperatura, niveles de radiación... Se encontraron gran cantidad de discrepancias que invalidaban, no sólo el modelo de Gamow, sino también el modelo del "universo oscilante", planteado por Robert Dicke y otros, en un intento de solucionar el problema de qué es lo que había antes del Big Bang, haciendo oscilar el universo en un ciclo perpetuo.

Sin pruebas

No hay prácticamente ninguna evidencia empírica que sustente la teoría del Big Bang. La mayor parte del trabajo que se ha hecho para apoyarla es de carácter meramente teórico, basado fundamentalmente en fórmulas matemáticas rebuscadas y esotéricas. Las numerosas contradicciones entre el esquema preconcebido del Big Bang y la evidencia observable han obligado a sus defensores a cambiar las reglas del juego para preservar a toda costa una teoría sobre la cual se ha construido tanta reputación académica.

Según los cosmólogos del Big Bang, para que se formaran galaxias a partir del Big Bang debería de haber habido suficiente materia en el universo para que se llegase finalmente a un punto muerto en su expansión debido a la ley de la gravedad. Esto significaría una densidad de aproximadamente diez átomos por metro cúbico. En realidad la cantidad de materia presente en el universo observable es de un átomo por diez metros cúbicos —cien veces menos que la cantidad predicha por la teoría.

En lugar de ver esta contradicción como un fallo decisivo en la teoría, los partidarios del Big Bang buscaron ayuda en las partículas físicas fundamentales, lo que les obligó a inventarse la idea de "la materia oscura", una sustancia invisible, para la existencia de la cual no existe un sólo pedazo de prueba empírica, pero que se supone que suma ¡no menos del 99% de toda la materia del Universo!

La última versión del Big Bang —la llamada "teoría inflacionaria"— no nos lleva ni un paso más adelante. De hecho es todavía más contradictoria y mística que sus desacreditadas predecesoras. De acuerdo con el último gran genio, Alan Guth, el Big Bang tuvo que haber sido acelerado de tal manera que el universo "inflacionario" duplicó su tamaño cada 1035 segundos, llenando de esta manera "espontáneamente" todo el espacio. La cuestión de dónde saldría una cantidad tan enorme de energía sigue sin respuesta. Por lo visto, simplemente apareció DE LA NADA, un truco que difícilmente es concebible sin la intervención de algún mago cósmico. Y todo esto se supone que debe ser aceptado, como artículo de fe, para apoyar una teoría que no se sostiene en pie. Una proposición empíricamente verificable que se deduce de la nueva teoría es que, según ella, los protones se descomponen. En la medida en que la gran mayoría del universo observable está compuesto de protones, esto tiene consecuencias dramáticas. Significaría que el propio universo está condenado a desintegrarse. Sin embargo la experimentación ha demostrado lo contrario: los protones no se descomponen. Su vida se prolonga por varios billones de años más allá de los límites puestos por los experimentos.

En el siglo XVIII , el obispo Usher calculó la fecha exacta de la creación del mundo —el 23 de octubre del 4004 a. C.. Hoy en día los seguidores del Big Bang también han puesto una fecha para el nacimiento del universo (y del tiempo por supuesto) hace entre diez mil y veinte mil millones de años. Esta fecha no se puede situar antes en el tiempo sin contradecir las actuales mediciones de la distancia de las galaxias respecto a la nuestra y la velocidad con que parece que se están alejando.

De esto se deduce que, según esta teoría, no puede haber nada en el Universo más viejo que 20 mil millones de años. Pero hay pruebas que parecen contradecir esta afirmación. En 1986, Brent Tully de la Universidad de Hawai dijo que había descubierto enormes aglomeraciones de galaxias ("super-racimos") de mil millones de años luz de largo, trescientos millones de años luz de ancho y cien millones de años luz de grosor. Para que se pudieran formar objetos de ese tamaño se necesitarían entre ochenta mil y cien mil millones de años, es decir, cinco veces más de lo que nos permitiría la teoría del Big Bang.

Desde entonces ha habido otros resultados que parecen confirmar estas investigaciones. The New Scientist (5 de febrero de 1994) publicaba un reportaje sobre el descubrimiento de un racimo de galaxias por parte de Charles Steidel del Instituto Tecnológico de Massachusetts en Pasadena con grandes implicaciones para la teoría del Big Bang:

"El descubrimiento de un racimo de ese tipo plantea nuevas dificultades para las teorías de la materia oscura fría, que plantea que una gran parte de la materia del universo está en objetos fríos y oscuros como planetas o agujeros negros. Estas teorías predicen que el material del universo primitivo se agrupó desde "arriba", con lo que primero se formaron las galaxias, y sólo después se agruparon para formar racimos"

Como siempre la primera reacción de los astrónomos ha sido recurrir a "cambiar las reglas del juego" ajustando la teoría a los obstinados hechos. Así, Mauro Giavalisco del Telescopio Espacial del Instituto Científico de Baltimore cree que sería posible explicar el nacimiento del primer racimo de galaxias con un desplazamiento hacia el rojo de 3.4 ajustando la teoría de la materia oscura fría. Pero añade una advertencia: "Si encuentras diez racimos con un desplazamiento al rojo de 3.4, sería la muerte de las teorías de la materia oscura fría"

Podemos estar seguros de que existen, no sólo diez, sino un número mucho mayor de estos racimos enormes y que serán descubiertos. Y eso a su vez, será solamente una proporción de un minuto de toda la materia que se encuentra mucho más allá del universo observable y que se extiende hasta el infinito. Todo intento de poner un límite al universo material está condenado al fracaso. La materia no tiene límites, ni a nivel subatómico, ni por lo que se refiere al tiempo y al espacio.

Fin de la segunda parte. En la tercera y última parte veremos aspectos técnicos del LCH, el gran colisionador de hadrones.

Primera Parte

Tercera Parte

¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 1

¿Qué es el Gran Colisionador de Hadrones (LHC)? - 1

Saludos. Esta noticia, sin duda una gran noticia para la ciencia, está circulando por todo el planeta. Se intenta recrear el big bang, afirman los responsables del experimento, también se refieren al LHC como la máquina de Dios, y algunas mentes plantean que ese experimento será el fin del mundo... ¡vaya experimento!, pero, Conocer Ciencia tiene una gran objeción: No existió nunca un Big Bang.




¿Cómo? Desde que Lavoisiser fundamentara el Principio de la Conservación de la Masa: La materia No puede crearse Ni destruirse. Por lo tanto es absurdo que se siga afirmando que existió un Big Bang al comienzo del tiempo, en Universo no pudo haber sido creadp ni podrá ser destruido. Claro podrán darse muchas reacciones químicas pero estas reacciones sólo pueden transformar la materia de una forma a otra.

Entonces no hubo nunca un inicio o un punto de partida, la materia no tiene un inicio por que la materia no puede crearse. Estas teorías, que plantean un inicio del Universo, son un pretexto para colocar a un Dios o a un Diseñador Inteligente que, supuestamente, pencendió la mecha que generó el Big Bang. Y, mucho ojo, este artículo no es un bla, bla, bla más que encontrará en otros blogs, estamos ante un problema fundamental de la filosofía: Comprender el Universo.

Un poco de Historia


La Historia empieza en Grecia

El concepto de "creación del universo" es algo que ignoraban los astrónomos de hace un siglo. La razón de ello era la aceptación generalizada de la idea de que el universo existió siempre. Los científicos de entonces, al examinarlo, suponían que se trataba de un conglomerado de materia e imaginaban que nunca tuvo un comienzo. Para ellos, nunca existió el momento de la "creación", es decir, un momento en que el universo y todas las cosas pasaron a existir.

Esta idea de la "existencia eterna" se acomoda a los conceptos europeos que surgieron de la filosofía materialista presentada en la Grecia antigua y que sostiene que la materia es lo único que existió, existe y existirá siempre en el universo. Heráclito decía: Este mundo, ningún dios, ningún hombre [ningún Big Bang, añadimos en Conocer Ciencia] lo ha creado, sino que fue siempre, es y será un fuego eternamente viviente, que se incendia y se extingue según ciertas leyes. Después, sin embargo, llegó Platón, el idealismo filosófico y las religiones monoteístas y todo se complicó. Empezamos a perder la cabeza buscando el cómo y el cuándo de la creación del Universo y aún no nos hemos aclarado. Y no nos hemos aclarado porque, sencillamente, estamos buscando un mito.

La filosofía materialista griega sobrevivió durante la época de los romanos, aunque el materialismo declinó al final del imperio y de la Edad Media como resultado de la influencia de la Iglesia Católica y la filosofía cristiana. Pero después del Renacimiento el materialismo empezó a ganar amplia aceptación entre los eruditos y científicos europeos, debido en gran medida a la devoción de los mismos a la filosofía de la Grecia antigua.

Fue Emmanuel Kant quien, durante el Iluminismo europeo, reafirmó y defendió el materialismo. Kant declaró que el universo existió siempre y que ese era el único criterio posible, independientemente de los cuestionamientos que surjan. Los seguidores de Kant continuaron defendiendo la idea de un universo infinito así como el materialismo.

A comienzos del siglo XIX se aceptaba ampliamente que el universo no tuvo un inicio, es decir, que no fue creado. Y dichos conceptos pasaron al siglo XX a través de las obras del materialismo dialéctico, como las de Federico Engels y Carlos Marx.

Georges Politzer, quien abrazó y defendió esa idea en los libros que publicó a principios del siglo XX, fue un ardiente paladín tanto del marxismo como del materialismo. Confiando en la validez del modelo de "universo infinito", se opuso a la idea de la creación en el libro "Principios Fundamentales de Filosofía":

"El universo no se trata de un objeto creado. De ser así, habría sido creado de manera instantánea por Dios, quien le hubiera dado existencia de la nada. Admitir la creación significa admitir, en primer lugar, que hubo un momento en que el universo no existía y que salió de la nada. Eso es algo que la ciencia no puede consentir".

Hubble entra en escena...

El descubrimiento de Hubble de que el universo se estaba expandiendo condujo a la aparición de otro modelo. Si el universo se estaba agrandando en tanto el tiempo avanzaba, el ir para atrás en el tiempo significaría que se achicaba. Y si se iba suficientemente para atrás, todas las cosas se contraerían y convergirían en un solo punto. La conclusión que se derivaba de este modelo era que, en algún momento, toda la materia del universo estuvo compactada en un solo punto-masa con "volumen cero" debido a su enorme fuerza de gravedad. Nuestro universo pasó a existir como resultado de la explosión de este punto de masa superconcentrada que tenía volumen cero. Esa explosión pasó a ser llamada "el Big Bang".

En 1948, George Gamow llevó desacreditados cálculos de George Lemaitre (sacerdote y científico católico, considerado el padre del Big Bang) varios pasos más adelante y se presentó con una nueva idea respecto al Big Bang. Cuando Lemaître le expuso su teoría del origen del Universo a Einstein, éste le comentó: Eso recuerda demasiado al Génesis, ¡se nota que que es usted sacerdote! . La teoría sentó mal a Einstein,

Gasmow afirmaba que si el universo se formó por medio de una explosión repentina, tremenda, debería haber quedado una definida cantidad de radiación de la misma. Esa radiación debería ser detectable y, por otra parte, ser uniforme en toda la extensión del universo. En 1965 dos investigadores llamados Arno Penzias y Robert Wilson, se toparon con una forma de radiación inadvertida hasta ese momento. Llamada "radiación cósmica de fondo", era improbable que proviniese de algún punto en particular del universo porque era extraordinariamente uniforme. No estaba localizada ni tenía una fuente definida. Por el contrario, se distribuía de manera pareja por todos lados. Rápidamente se supuso que esa radiación era la proveniente del Big Bang, que sigue presente aún desde el primer momento de la gran explosión. Gamow había determinado muy exactamente la frecuencia de la radiación prevista por los científicos. Penzias y Wilson recibieron el Premio Nobel por su descubrimiento.

En 1989, George Smoot y su equipo de la NASA enviaron un satélite al espacio, llamado COBE (Explorador Cósmico Ambiental). En sólo ocho minutos los sensibles instrumentos de abordo detectaron y confirmaron los niveles de radiación informados por Penzias y Wilson. La mayoría de los científicos creyeron haber captado exitosamente los remanentes del Big Bang.

Stephen Hawking

El físico Stephen Hawking, en su famoso libro Historia del Tiempo,dice que el Big Bang no significa necesariamente la existencia de la nada. Hawking propuso en vez de "la inexistencia del tiempo" antes del Big Bang, el concepto de "tiempo imaginario". La esperanza de Hawking era ignorar la realidad de la "inexistencia" del tiempo antes del Big Bang por medio de ese tiempo "imaginario". Hawking admite que prefiere modelos de universo alternativos al Big Bang, porque éste "sugiere la creación divina".

Si leemos "Historia del Tiempo" detenidamente, encontramos la historia del Big Bang, que para Hawking es también la historia del tiempo), pero en los últimos capítulos Hawking se enreda con sus propiso argumentos y termina afirmando que "probablemente el Universo siempre fue así y siempre seguirá siendo así".


¿Y en qué sentido existe misticismo, idealismo, metafísica y prejuicio religioso en la teoría del Big Bang?

El big Bang es una teoría mística

No hay que ser muy avispado para darse cuenta de que esta teoría es una nueva versión, remozada, adaptada a los tiempos actuales, en que la gente no es tan crédula e ingenua como en épocas anteriores, de la creación divina del mundo en siete días (o en seis). La relación existente entre la teoría del Big Bang y la del Creacionismo es bastante evidente. En la medida en que se habla de un principio del universo se puede hablar también de una creación. Se deja una puerta abierta a esta opción. Y, así, todos contentos: los astrofísicos, la Iglesia y Dios Nuestro Señor. No es casual, por otro lado, que uno de los padres de la teoría delBig Bang fuera precisamente un súbdito de la Iglesia: el sacerdote belga George Lemaître.



La teoría del Big Bang dice que el Universo se creó a partir de una singularidad, muy pequeña, cargada con una cantidad enorme de materia y energía. Esta singularidad explotó en un momento determinado y en esa explosión se creó nuestro Universo, el cual, desde entonces, ha ido expandiéndose (teoría inflacionaria) hasta alcanzar sus dimensiones actuales.

Los astrofísicos partidarios de esta teoría se permiten el lujo, incluso, de situar el momento de esa supuesta gran explosión, es decir, de establecer la edad del Universo; tendría, según ellos, alrededor de 13700 millones de años. Otros científicos son aún más osados y pronostican también que el Cosmos tendrá un final, que sufrirá una muerte térmica, teoría que, por otro lado, es, en cierta manera, una prolongación de la teoría inflacionaria.

La teoría del Big Bang contiene infinidad de deficiencias. En primer lugar, desde un punto de vista lógico o filosófico (y no hay que restarles valor a la lógica y a la filosofía, sobre todo teniendo en cuenta que, en lo que se refiere al Cosmos, muy pocas veces podemos movernos en el terreno estrictamente científico), resulta inconcebible que existiera un principio o nacimiento del Universo. El Universo, si no queremos incurrir en contradicciones insolubles, sólo puede ser concebido como eterno en el tiempo; siempre estuvo ahí y siempre estará; ni tuvo un principio ni tendrá un final. Galaxias, planetas, astros de todo tipo nacerán y morirán constantemente, pero el Universo como tal permanecerá, en eterno movimiento y transformación.

El Universo tampoco es estático e inmóvil

Y, por cierto, para no dar lugar a equívocos, Conocer Ciencia también reniega del Universo estacionario de Gold y Hoyle, siempre y en todo momento idéntico a sí mismo. Esta teoría del Universo estacionario, que plantea un Cosmos inmóvil, invariable e inerte, es tan metafísica y tan arbitraria como la teoría del Big Bang. La disyuntiva entre Universo estacionario y Universo inflacionario es falsa. Existe una tercera opción. Este artículo defiende la idea de un Universo, como se apunta más arriba, en eterno movimiento y transformación; ni estático ni inmóvil.



El elemento primigenio del que supuestamente surgió el Universo, según los defensores de esta teoría, se encontraba, por decirlo así, fuera del espacio y del tiempo, en una dimensión desconocida, en medio de la nada absoluta; y se encontraba fuera del espacio y del tiempo porque él mismo contenía no sólo toda la materia y energía del universo, sino también todo el espacio y el tiempo. Es decir, que el espacio y el tiempo se encontraban en su interior pero no en su exterior.

Aquí se pone de manifiesto toda la fantasía de nuestros místicos astrofísicos o su incomprensión de los conceptos de tiempo, espacio y materia.

En primer lugar, la materia no puede existir fuera del espacio y del tiempo. Tampoco puede contener en su interior el espacio y el tiempo. Y no lo puede hacer porque el espacio y el tiempo son intangibles. No son como canicas que puedan meterse en una bolsa.

El tiempo y el espacio no son propiamente materiales, sino que más bien representan un proceso. Representan el proceso, el desenvolvimiento de la materia.

La materia, el tiempo y el espacio o se dan simultáneamente o no se dan. El tiempo y el espacio son el modo de existencia de la materia. Simplificando, el tiempo representa el orden en el cual se producen los cambios, la transformación de la materia; el espacio es la forma en que se extiende, se organiza, se distribuye y se estructura la materia. El tiempo y el espacio se encuentran dentro y fuera de la materia. Estos tres elementos se interpenetran, se interrelacionan, conforman una unidad; y esa unidad es la realidad que nos rodea.

¿Una singularidad?

Además, ¿cómo esa singularidad podía contener tanta materia como existe en el Universo?

La teoría de la Gran Explosión es incapaz de explicarse esto. Para salir del callejón sin salida en el que se encuentra, sus promotores utilizan todo tipo de subterfugios, a cada cual menos científico. En los años 20 del siglo pasado, el matemático soviético Alexander Friedmann (y cuesta comprender cómo un representante de la ciencia soviética se metió en este teológico charco del Big Bang ), planteó que la singularidad que dio origen al Universo tenía una densidad infinita, es decir, que dentro de su volumen cabía una masa de materia infinita, lo que no se sostiene por ningún lado.

No existe la densidad infinita. Un cuerpo no puede tener la densidad que se quiera; un volumen dado no puede contener una masa de materia cualquiera y mucho menos infinita. La densidad infinita es indemostrable científicamente. Creer en esta densidad infinita nos llevaría a decir las mayores idioteces. Y ahí tenemos, de hecho, lo que dicen algunos defensores delBig Bang , quienes llegan a plantear que la partícula de la que supuestamente surgió el Universo era más pequeña que un protón, lo que nos sitúa en el terreno de la ciencia ficción o, aún peor: en el terreno del delirio.

La densidad infinita, además, nos lleva al idealismo filosófico. En tanto se considera que cualquier cantidad de materia, incluso una cantidad infinita, puede caber en cualquier volumen, se convierte a la materia en nada, se la hace desaparecer; la materia es despojada de la masa, carece de ella, deviene en algo metafísico, en un espíritu, en un ente inaprensible; y, por este camino, nos alejamos de la ciencia, nos perdemos en la pura especulación y acabamos por perder el norte.

¿Es el Universo finito?

En la teoría del Big Bang también se encuentra implícita la afirmación de que el Universo tiene límites espaciales; es decir, que es finito en su extensión. Esto se desprende de su tesis de que el Universo está en expansión. Únicamente un universo finito puede expandirse. Si lo entendemos como infinito, no cabe ninguna expansión, pues, por ser infinito, ocupa la totalidad del espacio existente y, por lo tanto, no puede crecer en ningún sentido.

La creencia en un Universo finito carece de toda lógica. ¿De qué modo se dan sus límites? ¿Si hiciéramos un viaje espacial en línea recta constante y recorriéramos unos cuantos millones o billones de años luz llegaría un momento en que nos toparíamos con alguna especie de muro impenetrable que marcaría el límite del Universo? ¿Y al otro lado de ese límite no habría nada? Y volvemos a preguntar, ¿qué es esa dichosa nada absoluta, aparte de una abstracción y una idiotez teológica? La nada absoluta, un borde del mundo insuperable es sencillamente inconcebible; no podemos sino concebir un desenvolvimiento ilimitado de la materia y, por tanto, del Cosmos.

El Universo sólo puede ser entendido como infinito. No le caben límites. La cosmología y la astrofísica avanzarán en sus investigaciones y siempre encontrarán un más allá. El Universo es un conjunto de infinitas galaxias, de infinitos astros, de infinita materia y de infinitas formas de organización de la materia.

Además, lo finito presupone lo infinito, lo incluye. Algo es finito respecto a algo mayor, a algo que le supera. Un límite, una frontera es el final de una cosa, pero también el principio de otra. En ningún lugar se encuentra un final absoluto, un corte total, una discontinuidad insuperable. Lo infinito, de hecho, es un conjunto de entidades finitas, la sucesión interminable e inagotable, en el tiempo y en el espacio, de esas entidades finitas. No existe separación entre lo finito y lo infinito, y no puede existir. Decimos que lo finito presupone, incluye lo infinito; y al revés: lo infinito presupone, incluye lo finito. Lo infinito es la negación de lo finito. Lo finito es la negación de lo infinito. Pero, al mismo tiempo, lo uno es la afirmación de lo otro de forma recíproca.

En cuanto a su expansión, los datos indican que, efectivamente, la parte del Cosmos que conocemos está sufriendo ese proceso. Pero no hay que confundir un fenómeno parcial con un fenómeno universal; no hay que confundir el árbol con el bosque. Mientras que el Universo conocido puede estar en expansión, otras partes pueden estar contrayéndose; en él se dan todo tipo de fenómenos; es una realidad dinámica, cambiante, contradictoria. No se puede simplificar tal como pretenden algunos seudocientíficos.

Sería conveniente que muchos de los científicos que se dedican a la investigación de nuestro Universo abandonaran de una vez para siempre toda mística y toda metafísica y fueran un poco másmaterialistas y dialécticos en su método. No perderían su valioso tiempo en inventarle coartadas a los mitos creacionistas ni en intentar encajar la enorme complejidad del Universo dentro de prejuiciosos, apriorísticos y limitados esquemas.

El Universo hay que comprenderlo en su devenir, en su movimiento, en su infinitud y en su eternidad; hay que comprenderlo en su realidad viva y no a través de las deformadas lentes del prejuicio religioso.

Fin de la Primera Parte

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15 de mayo de 2007

REFUTANDO A STEPHEN HAWKING
by D.R.A.G.R. Sunday, May. 13, 2007 at 7:09 PM

LEYENDO "HISTORIA DEL TIEMPO" DE S. HAWKING (1989)

Es necesario que los marxistas de hoy nos planteemos desarrollar el dialéctico partiendo de comprender las cosas nuevas, entre ellos los nuevos descubrimientos científicos. Así como Engels sostuvo ayer que la materia en eterno movimiento se desenvolvía en un movimiento infinito en calidad y cantidad, esto es en formas infinitas del mismo, debemos sostener hoy que la materia en movimiento infinito se desenvuelve en infinitas formas del tiempo y espacio cuantitativa y cualitativamente hablando, en cuanto a concreciones inagotables de la materia eterna.



Otra cuestión, no se debe absolutizar ¿por qué se juega con el criterio de infinito algo que es finito?. De lo que se conoce sobre la materia, del conocimiento de la parte de materia eterna, sólo se puede derivar leyes que rigen para esa parte y no tienen porque generalizarse para toda la materia en general. Así se podría enjuiciar mas objetivamente problemas como la llamada expansión del universo o la gran explosión (Big Bang).

Otra situación, tener en cuenta que en el proceso de la ciencia ha habido casos en que se ha llegado a verdades que contenían parte de error pero no obstante han sido aceptados ¿por qué?. Por que la parte de verdad que contenían implicaba conocimientos que resolvían los problemas y necesidades de la sociedad de su tiempo, por ejemplo, la teoría egocéntrica de Ptolomeo servía a resolver problemas de la navegación de los tiempos del helenismo así como posteriormente fue violentamente sostenido por la Inquisición como arma ideológica en defensa del feudalismo y la iglesia católica en particular.


MAS SOBRE EL LIBRO DE STEPHEN HAWKING

Pretende establecer una teoría completa, definitiva de la física que abarque el mega cosmos y el micro cosmos y toda la materia partiendo de la actual teoría de la relatividad general y la mecánica cuántica y considerar que así se llegará a un último y máximo conocimiento de la física es creer en verdades absolutas o en sistemas cerrados. Por más que se haya llegado a definir que los quants y los electrones son las partículas básicas como se afirma hoy y se presuma que no van a producirse cambios de estos en menos de 10 mil millones de años, no se puede arribar a este tipo de derivaciones aparentemente científicas y en el fondo metafísicas. Para afirmar esto basta considerar que el propio autor sostiene que así el hombre podría llegar a conocer el pensamiento de dios. Sistemas cerrados como el de Kant o el de Hegel por ejemplo, ya fueron cuestionados por el marxismo, por la filosofía materialista dialéctica ¿quién podría asegurar y con fundamento científico o filosófico que ya no habrá mas desarrollo o cambio o nuevos descubrimientos de realidades materiales ya existentes aunque desconocidos, o que la materia no crea nuevas formas?. Lo que sí podría concluirse es que basándose en la teoría de la relatividad general y en la mecánica cuántica, teniendo en cuenta el principio de la incertidumbre, se podría establecer los fundamentos de la teoría general de la física, lo que denomina "teoría de la gran unificación" y que se busca afanosamente hace décadas, el mismo Einstein lo buscaba.

Hay un gran peso ideológico idealista neopositivista tras esos criterios científicos se orientan hacia el descubrimiento de dios. No se concibe ni por asomo que la materia es que al autodisolverse genera la ley a través de aciertos y errores que en tal proceso van quedando como muñones antes de desarrollarse la ley tal cual es. Hoy se siguen formulando interrogantes metafísicas como en el medioevo sobre como dios y los ángeles. Sin embargo recordemos que en esos tiempos y sin ciencia como la actual, el franciscano aunque con una falacia abrió paso a posiciones materialistas al interrogar "¿piensa la materia?" y responderse "si, por que para dios no hay imposible". Llama la atención que Hawking no se refiere a grandes filósofos, importantes para la ciencia, incluso Hume (como Hume) en el siglo XVIII, sí a Berkeley y más aún a B. Russell en este siglo, pero sí a Popper y a Wittgenstein a quien considera el más grande filósofo del siglo XX (los dos últimos connotados neopositivistas). En él también subyace la idea de separar idea de espíritu. Por eso plantea que el tiempo es una elaboración conceptual, matemática; no lo ve como expresión de la realidad material. Así se llega a lo que ya dijeron otros que "Dios es matemático". Nuevamente hoy debaten como ayer sobre la luz, si la luz es partícula o es honda, cuando ya, en 1936 Varilov sostuvo que la luz es una contradicción con dos aspectos: honda y partícula. Ocurre que avanzan en la investigación de las hondas pero encuentran dificultades al profundizar en ellas y pasan a estudiar las partículas hasta que, sucede igual y otra vez se tiene que volver a las hondas como hoy con la teoría de las cuerdas. Sin embargo así es como avanza y se seguirá avanzando.

Por otro lado Hawking utiliza el principio... esto es el conocimiento de la materia y su comprensión en el hombre en las condiciones de su existencia y en su capacidad pensante esto expresa en este científico como en otros un trasfondo de idealismo subjetivo.

No se puede llegar a teorías únicas, completas y sobretodo definitivas sobre la materia, como Hawking plantea, por que la materia existe en eterno desarrollo, pero sí se pueden establecer teorías fundamentales incluso para largo ti~ sustentados en los conocimientos científicos históricamente generados en condiciones económicas sociales y técnicas completas. Más aún en la actualidad, dado el gran desarrollo científico del siglo XX como nunca antes, apoyado por una muy alta tecnología. Así, las condiciones están dadas para el establecimiento de la llamada "teoría de la gran unificación", esto es una teoría fundamental y general de la física basada en la relatividad general y la mecánica cuántica.

Finalmente, hoy menos que nunca, ni la ciencia ni la filosofía. tienen como objetivo la contemplación, sino como Marx sentara en su tesis XI, la transformación de la realidad material, natural o social, lo cual exige combatir todo criterio metafísico, religioso o no, que pretendo guarecerse en la ciencia que sirve al idealismo y, por tanto, a la lucha de los explotadores y opresores contra los explotados y oprimidos. Es en la actualidad a no dudarlo, una importante tarea ideológica dentro del repliegue político general de la revolución proletaria.

Lea el artículo completo en Indymedia Perú

15 de febrero de 2007

A través de una red informática, científicos de todo el mundo estudiarán juntos el origen del Universo
15 de febreo del 2007

Mediante un sistema similar a Internet que permite compartir archivos, software y recursos informáticos, 5 mil científicos harán un experimento conjunto sobre el Big Bang. La iniciativa pertenece al Consejo Europeo para la Investigación Nuclear, la entidad que creó la World Wide Web.

Científicos de todo el mundo se pondrán en contacto a través de una red informática para realizar de forma conjunta un experimento que dará nuevas pistas sobre el origen del Universo. La iniciativa pertenece al Consejo Europeo para la Investigación Nuclear (CERN), la entidad que en 1989 creó la World Wide Web con la finalidad de poner en contacto a la comunidad científica.

Fuente del CERN explicaron que la red, llamada LHC Computing Grid (LCG), permitirá que un gran número de computadoras trabajen simultáneamente en diferentes partes del problema y transmitan los resultados a un sistema central. Según el director del departamento de Tecnologías de Internet, el sistema, que deberá procesar y distribuir los 10 millones de gigabytes de información, es "un servicio construido encima de Internet y muy similar a la Web, que permite no sólo compartir archivos sino también aparatos, software y recursos informáticos".

Mediante la red, unos 5.000 científicos de 500 universidades y centros de investigación podrán estudiar los resultados del Gran Colisionador de Hadrones, un experimento que se basará en la generación de choques de partículas subatómicas para emular el momento previo al Big Bang y así poder analizar las características del origen del Universo.

El director general del CERN, Robert Aymar, recalcó que uno de los principales objetivos del Centro es "aunar fuerzas". "Nada de lo que se investiga aquí es secreto, sino que todos los resultados se ponen al alcance de la comunidad científica", subrayó el especialista.

Fuente:

Diario El Clarín

Detectan huellas de otras siete domensiones en el Universo

El Universo contiene gran cantidad de galaxias negras
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