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15 de noviembre de 2016

Suecia, en caída libre hacia un “aburrimiento absolutamente inimaginable”

En la película documental La teoría sueca del amor el cineasta Erik Gandini recorre el camino que ha realizado el país escandinavo hacia su ideal de independencia y señala los inesperados e infelices resultados de este viaje, al tiempo que desvela el verdadero secreto de la felicidad.


Uno de cada dos suecos vive solo. Uno de cada cuatro suecos muere solo… y nadie reclama su cuerpo. La persecución del ideal de independencia, que se inició con un manifiesto político en 1972 (La familia del futuro: una política socialista para la familia), se ha conseguido. 

Los resultados, sin embargo, no son los esperados. El cineasta italo-sueco Erik Gandini repasa este viaje hacia ‘la soledad’ de uno de los países más ricos del planeta en su película La teoría sueca del amor (El Documental del Mes). Reconocida en varios festivales internacionales, en ella se desvela el verdadero secreto de la felicidad.

Imágenes en blanco y negro de un país que había conseguido ya en los años setenta el bienestar económico deseado dan comienzo a esta película, una autocrítica de la sociedad del bienestar, en la que Gandini se permite un sentido del humor muy especial, un poco de cinismo y una narrativa no del todo convencional. Todo ello para concluir lo que siempre hemos oído, que el dinero no hace la felicidad. “No es verdad que la felicidad signifique una vida libre de problemas. Una vida feliz implica tener que superar los problemas (…) Hacer frente a los retos, lo intentas y te esfuerzas. Y entonces llegas al momento de felicidad cuando ves que has podido controlar los retos del destino. Y es justamente esto: la felicidad de haber superado las dificultades (…) lo que se pierde cuando crecen las comodidades”, sentencia hacia el final del filme el respetadísimo sociólogo polaco Zygmunt Bauman.

El artículo completo en:

Público

17 de febrero de 2014

Mantenerse sano incluso si fumas, bebes y no haces ejercicios (y no es broma)

Created by Readiris, Copyright IRIS 2007

Desde que los doctores empezaron a enseñarle a la gente la importancia de dejar de fumar, moderarse el consumo de alcohol, llevar una dieta nutritiva y basada en vegetales y a cuidar su peso, millones de personas experimentan una culpa tremenda por sus hábitos no saludables. Sin embargo, la culpa no sirve de mucho en estos casos y no ha llevado a mejoras significativas en el público en general. Aunque muchas personas, y quizás cada vez más, lleven un estilo de vida medianamente saludable, otras tantas escogen no hacerlo.

La doctora Lissa Rankin, en su libro Mind Over Medicine: Scientific Proof That You Can Heal Yourself llevó a cabo un experimento interesante en torno a esto. En él argumenta que, mientras sí es importante llevar una vida sana y hacer algunas modificaciones para tener mayor bienestar, existen factores críticos que contribuyen a la salud y a la longevidad y que nada tienen que ver con los hábitos alimenticios o con los vicios. Como ejemplo de ello, Rankin cuenta la historia de los inmigrantes italianos que se establecieron en Roseto, Pensilvania, y que no llevaban un estilo de vida que se consideraría ni remotamente “sano”.

“Comían albóndigas fritas en manteca, fumaban como chimeneas, bebían mucho todas las noches y abusaban de la pizza y la pasta. Sin embargo, sorprendentemente, tenían la mitad de índice de padecimientos del corazón que el promedio nacional. No era el agua que bebían, los hospitales a los que iban o su ADN”, apunta la doctora. Un médico, perplejo por la ausencia de problemas del corazón en este grupo, inició una investigación y descubrió que esta pequeña y cerrada comunidad vivía en hogares multigeneracionales y disfrutaba de cenas comunales y festividades frecuentes, y ello les proporcionaba consuelo de la soledad que tantas personas sienten.

De acuerdo a la investigación, los efectos de la soledad en el cuerpo pueden ser fatales. Esta comunidad italiana, el cariño y el soporte de los demás aliviaba el estrés que sienten los solitarios, el cual incrementa los niveles de cortisol y activa el sistema nervioso simpático, que a su vez incrementa el ritmo cardiaco, eleva la presión arterial, incapacita al sistema inmune e incrementa el riesgo de enfermedades del corazón.
Ya que la gente de Roseto nunca se sintió sola, rara vez moría de problemas del corazón; la mayoría murió de viejo incluso si fumaba, se alimentaba mal y bebía. Resulta que el alivio de la soledad es medicina preventiva, y los datos científicos sugieren que la soledad es un factor mucho más grave que fumar o no hacer ejercicio.

La doctora Rankin enfatiza que no es sólo la soledad la que contribuye al hecho de enfermarse o estar sano, es el estrés del trabajo, el estrés financiero y asuntos de salud mental como depresión y ansiedad. Una persona que se alimenta mal, fuma y nunca se ejercita, pero que disfruta de un matrimonio o un noviazgo increíble, muchos amigos, un trabajo satisfactorio, un sentido de vida, una actividad creativa, espiritualidad y una gran vida sexual podría tener mucho mejor salud que alguien vegetariano, yogui y solitario que se siente miserable en otros aspectos de la vida, de acuerdo a esta investigación.

Así, no es que este estudio sugiera que los malos hábitos y los vicios sean el secreto para una vida larga y placentera, sino que recomienda que empecemos a pensar acerca de nuestra salud más allá de los confines tradicionales y las “modas” con las que la mayoría de las personas definen “salud”.

En este TEDx talk la doctora Rankin ahonda en esta teoría:



Fuente: Pijama Surf

15 de enero de 2014

¿Cómo combatir la soledad en el espacio? Les ofrecemos cinco claves

    El astronauta Chris Cassidy fuera de la Estación Espacial Internacional

    La lejanía del hogar puede incrementar la sensación de soledad.

    Los astronautas deben enfrentar numerosas dificultades, pero la falta de compañía puede a veces volverse la más desalentadora. Para aquellos interesados en lanzarse hacia la frontera última, aquí les presento las mejores formas de vencer la desolación espacial, desde tuitear hasta conversar con robots.

    El 28 de marzo de 1934 el almirante estadounidense Richard Byrd estaba de pie frente a su refugio antártico, viendo cómo dos tractores rojos desaparecían en el vacío de la barrera de hielo de Ross. Era su segunda expedición al continente blanco y el aviador y explorador polar había decidido vivir solo, en una aislada base, para estudiar el clima durante el invierno. No vería tractores ni ningún otro indicio de humanidad por más de cuatro meses. Byrd escribió en su diario que al perder de vista a los vehículos, "las cosas del mundo se redujeron a nada".
    Esa es una sensación que probablemente se vea magnificada en futuros viajeros a Marte o a otros planetas más lejanos. A medida que sus naves espaciales aceleren hacia nuevos mundos, la Tierra se reducirá primero a una pequeña mancha azul, antes de desvancerse entre las constelaciones.

    Sabiendo que las misiones serán cada vez más largas, las agencias espaciales están sirviéndose de estudios sobre la vida en las bases antárticas para desarrollar formas de mantener a los astronautas cuerdos. También están poniendo un especial énfasis en la selección y compatibilidad de los miembros de las tripulaciones, además de fijarse en posibles soluciones tecnológicas. A modo de servicio para los futuros viajeros espaciales, aquí les ofrecemos cinco consejos para mantener a raya a la soledad fuera de la Tierra.

    Lea el artículo completo en:

    BBC Ciencia

    24 de julio de 2013

    Conozca a la persona más sola del mundo


    Desde el módulo de mando, al orbitar la Luna, Worden veía por la ventana la salida de la Tierra.

    Hay siete hombres en la historia de la humanidad que se distinguen de todos los demás. Son los pilotos de los módulos de mando de las misiones espaciales Apollo que pasaron tiempo solos en órbita alrededor de la Luna, mientras sus colegas caminaban en la superficie lunar.

    Cuando pasaban sobre la cara oculta de la Luna, estos astronautas estaban completamente incomunicados, y más lejos de la Tierra de lo que cualquier ser humano había estado antes. O después.

    Sólo cinco de los siete están vivos y me encontré con uno de ellos: Al Worden, quien todavía luce como un astronauta veterano.

    A pesar de lo incongruente del lugar en el que nos reunimos, un concurrido restaurante en el norte de Inglaterra, este expiloto de prueba sobresale entre la multitud. Es un "hombre alfa" con su corte, un grupo de admiradores pendientes de cada palabra que modula.


    Worden voló a la Luna en julio de 1971, junto con el comandante Dave Scott y el piloto del módulo lunar Jim Irwin

    Por el tiempo que pasó solo en comando de la nave, entró en el registro de récords como "el ser humano 
    más aislado" de la historia. Hubo momentos en los que sus acompañantes estaban a 3.600km de distancia, en la superficie de la Luna. Y ellos eran las personas más cercanas.

    Como otros astronautas de Apollo que he conocido, Worden prefiere hablar sobre la misión y los logros, no de sí mismo. Apollo 15 es considerada como la misión más rigurosa científicamente del programa Apollo.

    No obstante, cuando nos sentamos en una tranquila esquina del bar, de lo que yo realmente quería hablar era de cómo se siente estar tan lejos de casa.

    Me gustaría saber qué le pasaba por la mente cuando el módulo de descenso lunar se separó del módulo de mando y usted lo veía por la ventana a medida que se volvía cada vez más pequeño. 

    Al Worden

    Sólo hay siete hombres que le han visto la otra cara a la Luna.
    Al principio, uno les desea suerte: ''¡Que tengan un buen alunizaje!". El segundo pensamiento es: "¡Yipi! Qué rico que se fueron pues tengo todo este sitio para mí". Así que tuve tres maravillosos días en una nave espacial.

    ¿No se sentía solo?

    Hay una diferencia entre estar solo y sentirse solo. Estaba solo pero no me sentía solo. Yo había sido un piloto de combate en la Fuerza Aérea y después un piloto de prueba -sobre todo de aviones de combate-, así que estaba acostumbrado a estar solo. Y lo disfrutaba plenamente.

    Ya no tenía que hablarle a Dave y Jim, excepto una vez en que se comunicaron (cuando el módulo de mando orbitaba encima del lugar de alunizaje) y les dije "hola".

    En la cara oculta de la Luna ni siquiera tenía que hablar con Houston y esa fue la mejor parte del vuelo.

    ¡Estaba a 400.000 kilómetros de casa!

    Dibujo de la misión

    Los otros dos tripulantes se fueron a caminar por la Luna...

    Sí, uno está muy lejos pero lo que más me impresionó de estar en la órbita lunar -particularmente cuando estaba solo- es que todas las veces que le daba la vuelta a la cara oculta, podía ver por una ventana la salida de la Tierra y eso era fenomenal.

    Además, tuve la oportunidad de ver el Universo desde una perspectiva muy distinta y de una manera muy diferente que cualquier otra persona jamás.

    Lo que vi es que el número de estrellas es tan inmenso que no podía distinguir una sola, lo que veía era un manto de luz.

    Me pareció fascinante pues cambió mi idea sobre cómo pensamos sobre el Universo.

    Hay billones de estrellas allá afuera. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, contiene billones de estrellas, no unas pocas. Y hay billones de galaxias. ¿Qué te dice eso del Universo? Que no pensamos con la suficiente grandeza. Para mí, ese es el propósito del programa espacial, que lleguemos a entender todo.

    ¿No lo hizo sentirse aún más pequeño y más solo?

    Ah, sí... ¿quiere sentirse insignificante? Paseé detrás de la Luna. ¡Ahí sí que sentirá que no es nada!

    Lea la entrevista completa en:

    BBC Ciencia

    25 de mayo de 2010

    Los jóvenes, "más solos que nunca"


    Martes, 25 de mayo de 2010

    Los jóvenes, "más solos que nunca"

    La soledad es más prevalente entre los jóvenes que en los jubilados, revela una encuesta llevada a cabo en el Reino Unido.

    En Conocer Ciencia nos preguntamos ¿será la soledad el mal del siglo XXI (obviamente junto a su hermana siamesa: la depresión)? Veamos...


    Joven

    Casi 60% de los jóvenes de entre 18 y 34 años dijeron sentirse solos.

    El estudio, sobre los grandes cambios en la forma como vivimos e interactuamos, encontró que en todas las edades, una de cada 10 personas a menudo se siente sola y este estado puede tener un impacto en la salud física del individuo.

    La encuesta, llevada a cabo por al Fundación de Salud Mental, también revela que hay un descenso en el sentido de comunidad y una mayor atención al trabajo.

    En conclusión, dice el sondeo llevado a cabo con 2.256 personas de todas las edades, la tecnología se ha convertido en un medio inigualable de conectar a la gente, pero también ha logrado aislar a los individuos como nunca antes.

    Los resultados mostraron que casi 60% de los entrevistados de entre 18 y 34 años dijeron sentirse solos a menudo o en ocasiones, comparado con 35% de los encuestados de más de 55 años.

    Los expertos afirman, sin embargo, que se debe tener en cuenta la posibilidad de que existan diferencias generacionales en lo que significa estar solo.

    Además, la encuesta no desglosó las diferencias entre las personas activas de 55 años que estaban gozando su jubilación y los ancianos frágiles y aislados de 80 años.

    clic Opine: ¿Mejor solo que mal conectado?

    El informe de la Fundación sí encontró diferencias en los géneros ya que más mujeres que hombres dijeron sentirse solas y como resultado mostraron más probabilidades de sufrir depresión.

    Además, la encuesta destaca el hecho de que la proporción de personas que viven solas, tanto hombres como mujeres, se ha duplicado entre 1972 y 2008.

    Lea el artículo completo en:

    BBC Ciencia & Tecnología

    8 de abril de 2010

    10 cosas sobre el cerebro masculino

    Jueves, 08 de abril de 2010

    10 cosas sobre el cerebro masculino

    (o lo que toda mujer debería saber)

    Estudios contradicen el estereotipo de el "hombre soltero adicto al sexo". Y ¡resulta que nosotros los varones somos más emocionales que ellas! Lea:



    La mayoría de las ideas sobre el cerebro masculino están basadas en estudios de hombres entre 18 y 22 años que han sido sometidos a experimentos, entre otros, sobre el precio de la cerveza. Pero el cerebro de un hombre varía de manera considerable a lo largo de su vida, contradiciendo la imagen tópica de 'hombre soltero adicto al sexo'.

    Robin Nixon, en un artículo en Livescience.com titulado 10 Things Every Woman Should Know About a Man's Brain, hace una lista de los diez puntos clave que una mujer debería saber sobre el cerebro de los hombres.

    1. Son más emocionales. Habitualmente se considera que el género femenino es más emocional pero los niños pequeños son más expresivos y emocionales que las niñas. Los niños aprenden a ocultar las emociones sólo porque culturalmente se considera algo "impropio del hombre".
    2. Son más vulnerables a la soledad. Son particularmente sensible los hombres de avanzada edad, según explica el doctor Louann Brizendine, profesor de Psicología Clínica en la Universidad de California (San Francisco). Vivir con mujeres puede aminorar esta vulnerabilidad puesto que sus niveles hormonales disminuyen la ansiedad.
    3. Centrado en buscar soluciones. El Dr. Brizendine destaca que el sistema empático del cerebro masculino no responde cuando alguien tiene un problema, como ocurre en las mujeres, y la región 'Arréglalo' se activa y toma el control.
    4. Olvidan a su pareja si no la tienen delante. Pranjal Mehta, un psicólogo social de la Universidad de Columbia en Nueva York, explica que los hombres se olvidan de su pareja cuando ésta desaparece de su campo visual.
    5. Defienden sus posesiones. Según el doctor Brizendine, parte del trabajo masculino es "la defensa del césped", como un modo de "defender el territorio". Los hombres son más propensos a volverse violentos cuando se enfrentan a una amenaza amorosa o de territorio.
    6. Necesitan una jerarquía. Una jerarquía inestable puede causar ansiedad en los hombres pero una cadena de mando establecida, como la practicada por los militares, reduce su agresión.
    7. En la madurez disminuye la competitividad. Cuando el cerebro masculino madura se preocupa más por las relaciones y la cooperación que cuando es joven, momento en el que le preocupa más competir por el estatus.
    8. Ser padre les hace sensibles. Cuando un hombre va a ser padre sufre unos cambios hormonales -sube la prolactina y disminuye la testosterona- fomentando de este modo los comportamientos paternos.
    9. La educación de los hijos. La forma en la que los padres juegan con sus hijos puede ayudar a éstos a ser más confidentes, a aprender mejor o a prepararlos para el mundo real. Los padres involucrados en la educación de sus hijos tienen niveles de testosterona más bajos.
    10. Campanadas de boda. Antes de los 30 existen más probabilidades de que el hombre sea infiel pero, una vez casado, se centra en mantener a su familia.


    Fuente:

    Periodista Digital

    2 de diciembre de 2009

    La soledad puede contagiarse cvomo un resfriado


    Miércoles, 02 de diciembre de 2009

    La soledad puede contagiarse como un rersfrío

    La 
    soledad, como un mal resfriado, puede contagiarse en los grupos humanos, según revela un nuevo estudio conjunto de las universidades de Chicago, California y Harvard.


    Usando datos de un análisis a gran escala con más de 5.000 sujetos, un equipo de investigadores ha demostrado que la gente solitaria tiende a compartir su sensación de soledad con sus más allegados (amigos y vecinos), que tienden a aislarse también. Esas personas terminan sintiéndose “solas en la multitud” y, a lo largo del tiempo, los grupos de individuos solitarios y desconectados se desplazan hacia los márgenes de las redes sociales. “En la periferia la gente tiene menos amigos, por lo que su soledad termina haciéndoles perder los pocos vínculos que mantenían”, explica John Cacioppo, coautor del estudio.

    Además, la investigación revela que
     las mujeres son más propensas a “atrapar” la soledad de los otros, y que la gente solitaria es menos sincera con los demás, lo que impide hacer nuevos amigos. Puesto que el aislamiento se asocia a multiples enfermedades mentales y físicas que acortan la vida, Cacioppo insta a tomar medidas.

    La investigación ha sido financiada por el Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos y publicada en la revista
    Journal of Personality and Social Psychology.

    Fuente:

    17 de diciembre de 2007

    Soledad, la plaga del siglo XXI

    Las grandes ciudades están llenas de solitarios. Crece el número de viviendas ocupadas por una sola persona y el trato físico se sustituye por las relaciones a distancia, por Internet. Es una epidemia que va en aumento.



    La soledad de las grandes ciudades, el hiperindividualismo, la muchedumbre solitaria, las mónadas sociales, fueron temas relevantes en la segunda mitad del siglo XX, pero apenas se habla ya de ello. Los individuos no se han entrañado ni abrazado más entre sí, pero electrónicamente se han comunicado de tal modo que el fenómeno de la interconexión parece haber acallado las inquietudes o las voces del aislamiento.

    Se trata, sin embargo, de dos realidades paralelas. Mientras la relación en el cuerpo a cuerpo sigue debilitándose, la relación a distancia, máscara a máscara, aumenta y prolifera. La aventura de ser un individuo diferente o, mejor, siempre dependiente de la imagen proyectada en los demás, se ha provisto ahora de un artilugio mediante el cual la apariencia de nuestra identidad se enreda con nuestras artes de engaño. Nuestro diseño, en fin, se encuentra más en nuestras manos a través del atrezzo, el nickname, el avatar, los juegos del sexo y la edad u otros recursos para hacer personajes de la persona y versiones de lo real.

    El prójimo es siempre insustituible para poder ser algo, pero la proporción que de su efectiva sustancia se necesita para esbozar nuestro perfil social puede sustituirse, en parte, por nuestra habilidad para fingir en la pantalla, travestirse en la Red y recrearse en el nuevo espacio virtual, inconcebible hasta ahora.

    Indudablemente, la satisfacción no será comparable a la que proporciona un amor encarnado o una consideración tangible, pero, poco a poco, este mundo electrónico será casi todo lo que hay, y la vida en su seno decidirá una porción variable de nuestra composición general. Lo transparente procura abrigo, lo remoto segrega afectividad, lo virtual se materializa, y el sucedáneo, como en las gulas, será progresivamente el único gusto atribuible a la angula.

    Incluso, con el uso y el consumo de compañías y sentimientos en la Red, lo que hoy parece sucedáneo borrará su estigma subsidiario y ascenderá de pleno derecho al mundo que alivia los surtidos de la soledad.

    Las ‘webs’ sociales. Tras el boom de las compañías puntocom de hace seis años ha estallado el éxito de las empresas que gestionan los puntos de encuentro entre millones de usuarios. Al éxito de la tecnología aplicada a los negocios sucede la multiplicación de los negocios que tienen su base primordial en las personas.

    El conocimiento científico, las informaciones de consumo, las opiniones políticas se cruzan en una trama que ha facilitado y estimulado la Red. Y este universo de contactos innumerables posee una importante condición inédita: conectamos con más gentes sin tener que sufrir la penalidad de su aliento. El contacto “personista” se define así por una relación entre personas distantes y distintas, pero sin su extraño o atosigante tufo.

    Lea el artículo completo en:

    El País - Sociedad
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