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14 de marzo de 2013

ALMA, el observatorio astronómico más grande y potente del planeta

Inauguración del Observatorio el pasado miércoles. | Efe
Inauguración del Observatorio el pasado miércoles. | Efe
El observatorio ALMA, el mayor complejo astronómico del mundo, ha desplegado sus antenas en el norte de Chile, desde donde permitirá descifrar los misterios del universo, desde el origen del cosmos a la formación de planetas y estrellas.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, y el director de ALMA, Thijs de Graauw, dieron el martes el inicio formal a sus operaciones desde el centro de apoyo, situado a 2.900 metros de altura y a unos 40 kilómetros de la turística localidad de San Pedro de Atacama.

"El hombre desde sus orígenes siempre sintió un irremediable afán por conocer", declaró Piñera. "Esta aventura no es solo tecnológica, tiene un profundo sentido místico. Sabemos que Chile es un país pequeño, pero con ayuda de todos ustedes queremos convertirnos en un país de gigantes", añadió el mandatario.

Desde allí, se escenificó su puesta en marcha con un contacto en directo con el Llano de Chajnantor, a 5.200 metros de altitud, donde se encuentran las antenas, que se movieron al unísono para apuntar directamente hacia el centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.

"Es sin duda el radiotelescopio más grande del mundo, y nos va a permitir expandir las fronteras del conocimiento y adentrarnos en los secretos del origen y del destino del universo", resaltó Piñera.

Ryohei Kawabe, científico jefe del observatorio, dijo que "los desafíos de ALMA están en la aceleración y la expansión del universo y en cómo se formaron las galaxias y planetas. ALMA también va a ayudarnos a entender la química del universo de forma exhaustiva".

Este complejo astronómico, que cuenta actualmente con 57 de sus 66 antenas ya instaladas, es fruto de una asociación de países de Europa, Norteamérica y el este de Asia, que han invertido ya más de 1.000 millones de euros en su construcción.

Estos radiotelescopios no captarán la luz visible, sino las ondas milimétricas y submilimétricas, por lo que pueden trabajar día y noche y serán capaces de penetrar en las nubes de polvo, hasta donde en muchas ocasiones los telescopios normales no pueden ver.

Esto permitirá descubrir los enigmas del universo más frío y lejano y descubrir cómo se forman los planetas y las estrellas que nacen en esas polvorientas concentraciones.

Proyecto internacional

Además, las antenas de ALMA, 54 de ellas de 12 metros de diámetro y otras doce de 7 metros, funcionan como un interferómetro gigante y se pueden desplegarse hasta dentro de un diámetro de 16 kilómetros en el Llano de Chajnantor.

Este inhóspito lugar, situado en el desierto más árido del mundo, se eligió por su extrema sequedad, ya que el vapor de agua absorbe la luz de las ondas milimétricas y submilimétricas y distorsiona las señales que llegan del espacio.

La información que captan sus antenas se combinan y se procesan en el llamado correlador, un ordenador gigante diseñado especialmente para ALMA, considerado el más potente del mundo, con una capacidad similar a la de 3 millones de computadores normales.

Este observatorio fue concebido en los años 80 a partir de tres proyectos separados de europeos, norteamericanos y asiáticos, que confluyeron en los años 90 y se concretaron a principios de esta década, recordó por su parte el viceministro japonés Teru Fukui.

En 2003 se inició su construcción, en 2009 se instaló la primera antena de ALMA y en octubre de 2011 se iniciaron sus primeras operaciones científicas formales con un tercio de su capacidad operativa, que ya han dado importantes resultados.

Entre ellos, según explicó Kawabe, está el hallazgo de moléculas de azúcar en una estrella de tipo solar, el estudio del gas molecular y la imagen de una estrella que expulsa material mientras va muriendo.

Además, gracias a observaciones hechas en ALMA, un equipo de astrónomos ha descubierto que las explosiones de formación estelar más potentes del cosmos tuvieron lugar 1.000 millones de años antes de lo que se pensaba.

A la ceremonia de inauguración, retransmitida por Internet y que incluyó un contacto con dos astronautas desde la Estación Espacial Internacional, asistieron el ministro de Ciencia e Investigación de Austria, Karlheinz Töchterle, y los titulares de Educación de la República Checa, Petr Fiala, y de Portugal, Nuno Crato.

Con este observatorio, Chile suma el 60 % de la capacidad de observación del universo desde la Tierra y, según Piñera, este país se ha convertido "prácticamente" en la capital de la astronomía, lo que permitirá impulsar el turismo astronómico y la ciencia e innovación en el país.

En Chile operan ya grandes observatorios, como La Silla y Paranal, ambos del Observatorio Europeo Austral (ESO), que representa a Europa en ALMA y que tiene en proyecto la construcción del E-ELT, otro espejo gigante que se levantará en el desierto de Atacama.
 
Fuente:
 

29 de febrero de 2012

La cara, espejo del alma


A pesar de los tópicos e hipocresías, todos nosotros nos dejamos llevar por prejuicios y estereotipos (eso no es necesariamente malo, son solo atajos cognitivos, cuyos abusos, en efecto, producen generalizaciones inexactas). También todos nosotros nos fijamos en el aspecto de los demás para formarnos una opinión de ellos.

Como os expliqué hace algún tiempo, esa tendencia es tan poderosa que incluso la belleza de alguien puede usarse como buen predictor de su éxito social: El efecto Proteo: la belleza determina la seguridad en uno mismo… incluso en un mundo virtual.

Las cárceles de todo el mundo tienen un porcentaje más elevado de feos que de bellos. Las personas solemos acusar con mayor severidad al feo, y justificamos normalmente al bello. Algunos expertos en jurisprudencia están tan convencidos de que la belleza física es un condicionamiento en las salas de justicia que propugnan que los acusados de cualquier delito no aparezcan personalmente en el juicio o, al menos, que tengan derecho a que otra persona de belleza normal les represente; una persona contratada en una suerte de agencia de modelos que obre como doble del encausado.

Las caras de la gente, lo queramos o no, nos producen sensaciones, pálpitos, sospechas. Algo que han demostrado, por ejemplo, los experimentos de los psicólogos Anthony Little, de la Universidad de Stirling, y David Perrett, de la Universidad de St Andrews, publicados en British Journal of Psychology bajo el título “Using composite face images to assess accuracy in personality attribution”.

En ellos, los investigadores solicitaron a casi 200 personas que rellenaran un cuestionario que medía las cinco dimensiones de personalidad: apertura a la experiencia, responsabilidad, extraversión, amabilidad y neuroticismo. A continuación, fotografiaron a los sujetos que habían obtenido las puntuaciones más altas y más bajas en cada una de las dimensiones.

Empleando un programa informático, los investigadores combinaron cada grupo de rostros en un único rostro compuesto, una suma de todos los rasgos. Así obtuvieron cuatro retratos compuestos: uno que representaba las puntuaciones más bajas obtenidas por las mujeres, junto con los respectivos retratos compuestos para los hombres, tal y como explica Richard Wiseman en su libro ¿Esto es paranormal?:

El principio que subyace a esta técnica es muy simple. Suponga que dispone de dos retratos fotográficos procedentes de dos personas. Ambas tienen las cejas pobladas y los ojos hundidos, pero una tiene la nariz pequeña mientras que la otra la tiene mucho más grande. Para crear un retrato compuesto de ambas caras, los investigadores primero escanean las fotografías y las introducen en el ordenador, controlan cualquier diferencia de iluminación y luego manipulan las imágenes para asegurarse de que los principales componentes de la cara (como las comisuras de la boca y de los ojos) están aproximadamente en la misma posición. A continuación, se coloca una imagen sobre la otra y se genera una imagen promedio de ambas caras. Si ambas caras tienen las cejas pobladas y los ojos hundidos, el retrato compuesto resultante también presentará estos rasgos. Si una cara tiene la nariz pequeña y la otra la tiene grande, la imagen promedio definitiva (es decir, el retrato compuesto) presentará una nariz de tamaño medio.

Los resultados de estas fotografías artificiales se expusieron frente a un grupo de 40 personas, que debía puntuar cada cara en las distintas dimensiones de personalidad. Las puntuaciones fueron sumamente acertadas. Es decir, que hay una serie de rasgos que la mayoría de nosotros asociamos a determinados patrones de personalidad (sean o no certeros, aunque quizá eso tiene menos importancia de lo que parece: si alguien que nos parece a priori antipático lo tratamos como tal, ese individuo quizá acaba siendo antipático porque la gente lo trata como tal).

Las imágenes resultantes las podéis ver a continuación:




Fuente:

Xakata Ciencia

17 de octubre de 2010

El problema del alma


Voy a tocar un tema complicado. La vasta mayoría de la gente cree en las almas. Casi todas las religiones dependen intrínsecamente de ellas, ya que de lo contrario, no habría forma de lograr la vida eterna o la reencarnación. Incluso la gente que no se considera religiosa generalmente cree en la existencia del alma. No sé cuántas de estas personas habrán pensado críticamente en el tema, o cuántas de ellas quieran poner en duda esta única característica trascendental que los seres humanos parecen poseer. Después de todo, cuando uno muere, ¿qué queda, sino el alma?

Naturalmente, existen distintas ideas sobre el alma, su origen, su propósito y las razones para su existencia. Sin embargo, todas estas creencias tienen gravísimos problemas. En esta entrada, la cual seguramente va a atraer coloridos comentarios a favor y en contra de cualquier cosa que diga, pretendo analizar cuáles son esos problemas.



Empecemos… por el principio

El primer problema que podemos considerar se desprende del hecho de que esto:




Adan y Eva

Nunca ocurrió. No hubo un “primer hombre” ni una “primera mujer”, si no que hubo un cambio gradual de primate a ser humano. Si esto fue así, tenemos un problemita, porque debemos definir si nuestros ancestros también tenían almas o no. En definitiva, o todo ser vivo tiene alma, o el alma “aparece” en forma arbitraria en algún momento del tiempo. Si todo ser vivo tiene alma, entonces también los microbios y bacterias las tienen, y dado que ambos residen en nuestro cuerpo, tendríamos dentro más almas de bacteria que la nuestra misma. Ya les dije que esto iba a ser problemático.

Si, por lo contrario, el alma ocurre por primera vez en un ser determinado, ¿en quién, y cuando? ¿Algún proto-humano venía caminando por ahí y de pronto tiene alma? ¿O algún feto fue concebido con alma? Quizás fue un fenómeno grupal. Un día, mientras algunos humanos comían, otros dormían y otros jugaban con fuego se nos descargó la actualización 1.1 que venía con alma incluida (¿quizás antes había almas beta?). De ser así, surge otro problema, que no es menor. Quien sea que existía antes de la existencia de las almas debería de haber sido increíblemente similares a nosotros. Si esa persona, prácticamente humana, vivía sin alma, hay un grave, grave problema: se puede vivir sin alma. Si se puede vivir sin alma, ¿entonces por qué sugerir su existencia? La respuesta es simple: para trascender, para no morir, para no terminar. Esto es un anhelo, nada más. Experimentar ese deseo no hace nada para hacerlo real.

Un problema de definición

¿Qué es el alma? Si hay seres que viven sin ella, parecería ser que no es requisito para la vida. Si, por lo contrario, decimos que todo ser vivo la tiene (incluso bacterias), entonces pierde todo significado, porque la única cosa que comparten todos los seres vivos, es, justamente, que están vivos. El alma pasa a significar “tener vida”.

Pero entonces, ¿qué es? ¿Qué parte de uno es definida por el alma? Si el alma es un pase, un ticket a alguna eternidad o reencarnación, esa trascendencia debe acarrear algo de nosotros en ella, porque de lo contrario no sirve de nada. El problema es que todo lo que podemos describir de nosotros reside en nuestro cuerpo. Nuestros pensamientos, nuestra personalidad, nuestros sentimientos nos acompañan a lo largo del tiempo, incluso si perdemos un brazo, o una pierna, o los ojos o las orejas. Podemos perder los dientes, los pies, algunos órganos, el pelo ciertamente, pero hay algo que no podemos perder: el cerebro.

Noten la incongruencia total que es pretender que el alma, inmaterial, se encuentra contenida dentro de nuestros cuerpos materiales, y particularmente, en el área comprendida entre el mentón y la calva. Cuando muevo la cabeza a la izquierda 20cm, aparentemente, mi alma también se mueve. ¿No les resulta extraño? A mi si, verdaderamente me parece extrañísimo. El alma ha eludido todo instrumento, todo intento de detección a lo largo de miles de años, y sin embargo uno debe de creer que se la puede empujar con el cráneo. Ah, y todo esto considerando que cuando morimos se va del cuerpo, atravesándolo, cosa que no hace mientras experimentamos 9G de aceleración en un accidente, o mientras nos movemos, viajando por el espacio a más de 100.000km/h. ¿El alma, es atraída por la gravedad o solo se ve afectada por el movimiento de estructuras óseas? Buena pregunta.

Pero esto continúa: ¿Qué tiene que ver el problema del alma con el problema del alcohol?

Lea el artículo completo en:

Ciencia No Ficción

3 de septiembre de 2007

Personajes: Eduardo Punset.
Comenta su libro "El Alma está en el Cerebro".



  • Autor: Eduardo Punset
  • Idioma: castellano
  • Editorial: Aguilar
  • Publicación: 2006, Madrid
  • Nº de páginas: 344
  • Encuadernación: tapa blanda
  • ISBN: 84-03-09737-9
  • Precio: 18.50 €


Emociones, ideas, temores, deseos, espiritualidad… y tantos otros aspectos de nuestra vida que nos caracterizan como seres humanos dependen de las complejísimas operaciones de nuestro cerebro. Cuando nos interrogamos acerca de nosotros mismos, son muchas las preguntas que surgen: ¿es el alma el resultado de reacciones químicas y eléctricas, tan sólo?, ¿depende un aspecto tan relevante de nuestra existencia como el amor de unas meras conexiones neuronales?, ¿se puede manipular el pensamiento de otros?, ¿los artistas tienen un cerebro distinto?, ¿lo que sugiere nuestro inconsciente es lo que somos?, ¿nos engañan nuestras percepciones?, ¿tenemos el mismo cerebro que nuestros antepasados de la Edad de Piedra?

La cantidad de interrogantes que suscita el cerebro y su manera de funcionar es infinita. Científicos, filósofos, artistas… todos los grandes pensadores se han sentidos atraídos a lo largo de los tiempos por este misterio, pero en el siglo XXI el cerebro sigue siendo aún el gran enigma que el hombre intenta desvelar. Este libro, que plantea las preguntas que todos nos hacemos, nos permite acercarnos, conducidos por Eduardo Punset, a las reflexiones de los investigadores más relevantes y adentrarnos, desde una posición privilegiada, en ese gran secreto que es el cerebro.






Fuente:

Blog de Eduardo Punset
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