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17 de octubre de 2010

El problema del alma


Voy a tocar un tema complicado. La vasta mayoría de la gente cree en las almas. Casi todas las religiones dependen intrínsecamente de ellas, ya que de lo contrario, no habría forma de lograr la vida eterna o la reencarnación. Incluso la gente que no se considera religiosa generalmente cree en la existencia del alma. No sé cuántas de estas personas habrán pensado críticamente en el tema, o cuántas de ellas quieran poner en duda esta única característica trascendental que los seres humanos parecen poseer. Después de todo, cuando uno muere, ¿qué queda, sino el alma?

Naturalmente, existen distintas ideas sobre el alma, su origen, su propósito y las razones para su existencia. Sin embargo, todas estas creencias tienen gravísimos problemas. En esta entrada, la cual seguramente va a atraer coloridos comentarios a favor y en contra de cualquier cosa que diga, pretendo analizar cuáles son esos problemas.



Empecemos… por el principio

El primer problema que podemos considerar se desprende del hecho de que esto:




Adan y Eva

Nunca ocurrió. No hubo un “primer hombre” ni una “primera mujer”, si no que hubo un cambio gradual de primate a ser humano. Si esto fue así, tenemos un problemita, porque debemos definir si nuestros ancestros también tenían almas o no. En definitiva, o todo ser vivo tiene alma, o el alma “aparece” en forma arbitraria en algún momento del tiempo. Si todo ser vivo tiene alma, entonces también los microbios y bacterias las tienen, y dado que ambos residen en nuestro cuerpo, tendríamos dentro más almas de bacteria que la nuestra misma. Ya les dije que esto iba a ser problemático.

Si, por lo contrario, el alma ocurre por primera vez en un ser determinado, ¿en quién, y cuando? ¿Algún proto-humano venía caminando por ahí y de pronto tiene alma? ¿O algún feto fue concebido con alma? Quizás fue un fenómeno grupal. Un día, mientras algunos humanos comían, otros dormían y otros jugaban con fuego se nos descargó la actualización 1.1 que venía con alma incluida (¿quizás antes había almas beta?). De ser así, surge otro problema, que no es menor. Quien sea que existía antes de la existencia de las almas debería de haber sido increíblemente similares a nosotros. Si esa persona, prácticamente humana, vivía sin alma, hay un grave, grave problema: se puede vivir sin alma. Si se puede vivir sin alma, ¿entonces por qué sugerir su existencia? La respuesta es simple: para trascender, para no morir, para no terminar. Esto es un anhelo, nada más. Experimentar ese deseo no hace nada para hacerlo real.

Un problema de definición

¿Qué es el alma? Si hay seres que viven sin ella, parecería ser que no es requisito para la vida. Si, por lo contrario, decimos que todo ser vivo la tiene (incluso bacterias), entonces pierde todo significado, porque la única cosa que comparten todos los seres vivos, es, justamente, que están vivos. El alma pasa a significar “tener vida”.

Pero entonces, ¿qué es? ¿Qué parte de uno es definida por el alma? Si el alma es un pase, un ticket a alguna eternidad o reencarnación, esa trascendencia debe acarrear algo de nosotros en ella, porque de lo contrario no sirve de nada. El problema es que todo lo que podemos describir de nosotros reside en nuestro cuerpo. Nuestros pensamientos, nuestra personalidad, nuestros sentimientos nos acompañan a lo largo del tiempo, incluso si perdemos un brazo, o una pierna, o los ojos o las orejas. Podemos perder los dientes, los pies, algunos órganos, el pelo ciertamente, pero hay algo que no podemos perder: el cerebro.

Noten la incongruencia total que es pretender que el alma, inmaterial, se encuentra contenida dentro de nuestros cuerpos materiales, y particularmente, en el área comprendida entre el mentón y la calva. Cuando muevo la cabeza a la izquierda 20cm, aparentemente, mi alma también se mueve. ¿No les resulta extraño? A mi si, verdaderamente me parece extrañísimo. El alma ha eludido todo instrumento, todo intento de detección a lo largo de miles de años, y sin embargo uno debe de creer que se la puede empujar con el cráneo. Ah, y todo esto considerando que cuando morimos se va del cuerpo, atravesándolo, cosa que no hace mientras experimentamos 9G de aceleración en un accidente, o mientras nos movemos, viajando por el espacio a más de 100.000km/h. ¿El alma, es atraída por la gravedad o solo se ve afectada por el movimiento de estructuras óseas? Buena pregunta.

Pero esto continúa: ¿Qué tiene que ver el problema del alma con el problema del alcohol?

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Ciencia No Ficción
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