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27 de abril de 2018

España: ¿Cómo cuidar el mar desde dentro?

El sector pesquero se moviliza por la salud de las aguas y traza un plan contra la contaminación marina.

Si usted fuera una tortuga, tendría un 60% de posibilidades de enredarse en una anilla de plástico y perder una de sus patas. Ese es el porcentaje de estos animales que llegan maltrechos a uno de los centros de recuperación de fauna silvestre más activos de España. El dato lo ofrece Raquel Orts, directora general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA), e ilustra el alarmante problema de salud que padece el medio acuático y sus habitantes.

"La diversidad de efectos de las basuras marinas sobre organismos y ecosistemas es equivalente a la diversidad de los residuos que encontramos en el mar", amplía Orts. "Se han documentado impactos por ingestión y enredo en invertebrados, peces de todas las tallas, aves, tortugas, y hasta grandes cetáceos". Causas que en España amenazan a 77 especies de peces y en el mundo cerca de 8.000, según estima la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Los expertos llevan tiempo advirtiéndolo: el mar se ha convertido en un "enorme cubo de basura", y sus habitantes merman al mismo ritmo que proliferan los desperdicios, que en apenas 30 años, según la Fundación Ellen MacArthur, superarán en número a las criaturas oceánicas. A esta película de terror ambiental asisten en primera fila los pescadores, un colectivo para el que la salud del medio es vital, como han manifestado en muchas ocasiones. Por ello, con la economía circular como telón de fondo –el paso del usar-tirar a la renovación de los desechos– y las estrategias marinas que marca Bruselas en el horizonte, el sector mueve ficha por la salud del mar. Y lo hace desde dentro.

El artículo completo en:

El País (España)

La isla de basura del Pacífico ya tiene tres veces el tamaño de Francia

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.  


La gigantesca isla de basura en el Océano Pacífico está creciendo a gran velocidad, según una nueva investigación publicada en la revista Nature

De acuerdo al estudio, esta área de residuos que se expande por un 1,6 millones de Km2 —es decir, casi tres veces el tamaño de Francia— contiene cerca de 80.000 toneladas de plástico.

Esta cifra es 16 veces más alta de lo reportado anteriormente.

Un lugar específico dentro de esta área tiene, además, la mayor concentración de plástico jamás registrada.

"La concentración de plástico está aumentando. Creo que la situación está empeorando", señaló Laurent Lebreton, autor principal del estudio de The Ocean Cleanup Foundation en Deltf, Holanda.

"Esto pone de manifiesto la urgencia de tomar medidas para detener la llegada de plásticos al océano y para limpiar el desastre existente". 

La basura se acumula en todos los océanos, pero la mancha más grande es la que está en el Pacífico, entre Hawái y California. 

Esta área de basura es descrita a menudo como una masa o una isla, aunque en realidad es una zona con una gran concentración de plástico que aumenta a medida que uno se aproxima a su centro.

Cantidad "impactante"

Los investigadores utilizaron botes y aviones para mapear esta zona en el norte del Océano Pacífico, donde las corrientes rotativas y los vientos hacen que converjan los desechos marinos, incluyendo el plástico, las algas y el plancton.

El trabajo, que se realizó a lo largo de tres años, mostró que la contaminación por plástico está "aumentando exponencialmente y a un ritmo más veloz que el agua circundante", dijo el equipo internacional de investigadores. 

Los microplásticos representan el 8% del total de la masa de plástico flotante. 

De los 1,8 billones de trocitos de plástico, algunos son más grandes que los microplásticos, incluidos pedazos de redes de pescar, juguetes e incluso un asiento de inodoro.

Lea el artículo completo en:

BBC Mundo

26 de abril de 2018

Fake News: El nuevo opio del pueblo

Con las 'fake' no se busca sustituir los hechos por mentiras, sino mermar el juicio con el que tomamos una posición respecto al mundo.

Falsear deliberadamente los hechos no es distintivo de nuestra época. Su uso es tan viejo como los arcana imperii, concebidos como medios legítimos de ocultación de la “verdad” con un fin político. Y es algo que no conviene banalizar, pues como sostuvo Rafael del Águila, “la excepción señala el límite; y el límite está ahí aunque la excepción no aparezca”. Sin embargo, esta conciencia de un límite ha desaparecido, y con ella la reflexión sobre los efectos de la mentira en nuestra percepción del mundo y la democracia.

Lo anticipó Orwell en su distopía 1984 cuando Winston y Julia, sus protagonistas, hablan sobre las falsificaciones del régimen y el primero descubre que ella no se escandaliza: “Era como si no reparase en el abismo que se abría a sus pies cuando las mentiras se convertían en verdades”. De la pura violación sistemática de los hechos, dice el autor, acabamos desdeñando la magnitud del problema y abandonamos el interés por los acontecimientos públicos.

Algo así sucede con las fake news. Con 2.000 millones de usuarios, Facebook es la red social más popular del mundo, y solo en EE UU un 66% lo utiliza para consumir noticias. Abrazamos un mecanismo de información rehén de la lógica del negocio digital, pensada para lucrarse con nuestros datos, pero también para embobarnos durante el mayor tiempo posible. Es normal: a pesar del enternecedor compromiso con la verdad de Zuckerberg, él sabe que a más clics más dinero. Por eso las redes son el coladero perfecto para la propaganda política, viralizada gracias a las cámaras de eco selladas por algoritmos.

No se busca sustituir los hechos por mentiras, sino mermar el juicio con el que tomamos una posición respecto al mundo y debilitar la convicción de que la palabra veraz sostiene la relación pública. Cuando la farsa sistemática ocupa el centro de nuestra convivencia, aumenta el poder de los embusteros y disminuye el de quienes saben que, para cambiar cosas, tienen que convencer a una ciudadanía crecientemente incrédula. El nuevo poder reside en esa opacidad que nos pretende digitalmente analfabetos, incapaces de identificar la procedencia de los bulos o a qué intereses obedecen: las fake son el nuevo opio del pueblo.

Fuente:

El País (España)

La actitud relajada de los perezosos... y por qué te conviene imitarlos

A primera vista el estilo de vida de los perezosos es la antítesis misma de todo lo que valoramos.

La vida moderna es rauda y centrada en encontrar nuevas maneras de incluir más actividades en cada segundo de nuestra existencia. 

La pereza es uno de los pecados capitales y estar ocupado es una honra. Pero ¿cuál es la mejor estrategia?

"¿Por qué quieres moverte? Y si quieres hacerlo ¿por qué tienes que hacerlo con rapidez? Entre más rápido te mueves, más alto es el costo", señala Rory Wilson, profesor de Zoología en la Universidad de Swansea, Inglaterra. 

"La energía es muy importante para los animales. Si la quieres conservar, cuanto más lentamente te muevas, mejor".

En ese sentido, no hay duda que el animal más eficiente es el perezoso: oficialmente son los mamíferos más lentos del planeta. 

Y su forma de vida indolente y poco convencional los ha hecho prósperos: constituyen un tercio de la biomasa de mamíferos en las selvas tropicales y han estado presentes en ellas unos 64 millones de años, sobreviviendo animales mucho más llamativos como los tigres de dientes de sable. 

Sólo dos de las seis especies que existen en la actualidad están en peligro de extinción.
Entonces ¿deberíamos ser menos como los guepardos y más como los perezosos? 

El secreto de su éxito

"Evolucionaron para ser extremadamente lentos", señala Nisha Owen, del programa de conservación EDGE of existence de la Sociedad Zoológica de Londres. 

"Lo asombroso es que su metabolismo es menos de la mitad de rápido que el de otros mamíferos, de manera que pueden ser extremadamente lentos para conservar energía. Pero la ventaja principal es que así se evaden a los depredadores".
Nótese que dijo "evaden" no "escapan".

"Viven en las copas de los árboles, moviéndose muy sigilosamente, de manera que no atraen la atención ni de los depredadores que están en los árboles ni los que vuelan por los cielos", explica Owen. 

Sus fibras musculares son 15 veces más pausadas que las de un gato, así que físicamente son incapaces de moverse de forma veloz. 

El artículo completo en:

BBC Ciencia
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