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5 de febrero de 2018

Descubren microbios en la Antártida que sobreviven 'del aire'

La capacidad de la vida para abrirse camino en los entornos más extremos de la Tierra, en los cuáles nunca imaginaríamos que pueden permitir la proliferación de organismos, no deja de aportar una prueba tras otra, dándonos razones para creer que la vida extraterrestre, aunque sea en su forma más primitiva, puede darse en otros planetas, o en lugares recónditos de nuestro Sistema Solar.


Un equipo de científicos ha descubierto que los microbios en la Antártida tienen una capacidad nunca antes conocida de captar hidrógeno, monóxido de carbono y dióxido de carbono del aire para mantenerse con vida en las condiciones más extremas.



Un hallazgo que sugiere que los microbios extraterrestres también podrían depender del seguimiento de los gases atmosféricos para sobrevivir.

"La Antártida es uno de los entornos más extremos de la Tierra. Sin embargo, las regiones desérticas frías, oscuras y secas son el hogar de una diversidad sorprendentemente rica de comunidades microbianas", dice la autora principal del estudio y científica asociada de la Universidad de New South Wales de Sydney, la profesora Belinda Ferrari.

La gran pregunta ha sido cómo  pueden sobrevivir los microbios cuando hay poca agua, los suelos tienen muy poco carbono orgánico y hay muy poca capacidad de producir energía del sol a través de la fotosíntesis durante la oscuridad del invierno.



"Descubrimos que los microbios han desarrollado mecanismos para vivir del aire y que pueden obtener la mayor parte de la energía y el carbono que necesitan para eliminar los gases atmosféricos, incluido el hidrógeno y el monóxido de carbono", dice.

Para elaborar el estudio, se tomaron muestras de suelo de dos sitios costeros libres de hielo en diferentes regiones de la Antártida oriental. Uno de ellos fue Robinson Ridge, a 10 kilómetros de Casey Station, en Wilkes Land. El otro fue Adams Flat, a 242 kilómetros de la estación Davis en Princes Elizabeth Land. Ambas áreas son desiertos polares prístinos desprovistos de plantas vasculares.

Los investigadores estudiaron el ADN microbiano en el suelo superficial de ambos lugares y reconstruyeron los genomas de 23 de los microbios que vivían allí, incluidos algunos de los primeros genomas de dos grupos de bacterias previamente desconocidas llamadas WPS-2 y AD3.

Descubrieron que las especies dominantes de los suelos tenían genes que les daban una gran afinidad por el hidrógeno y el monóxido de carbono, lo que les permitía eliminar los gases traza del aire a un ritmo lo suficientemente alto como para mantener sus necesidades de energía previstas y apoyar la producción primaria.

Un posible sustento de vida extraterrestre

Esta nueva comprensión sobre cómo la vida todavía puede existir en ambientes físicamente extremos y carentes de nutrientes como la Antártida abre la posibilidad de que los gases atmosféricos apoyen la vida en otros planetas.

La mayoría de los organismos usan la energía del sol o la tierra para crecer. Se necesita más investigación para ver si este uso novedoso de los gases atmosféricos como fuente de energía alternativa está únicamente extendido en la Antártida, o también en otros lugares, incluso fuera de nuestro planeta.

Por ejemplo, en la luna de Júpiter Europa.

El estudio ha sido elaborado por investigadores de la UNSW, la Universidad de Monash, el Centro Australiano de Ecogenómica de la Universidad de Queensland, GNS Science en Nueva Zelanda y la División Antártica de Australia, ha sido publicado en la revista Nature.

Fuente:

Muy Interesante

Por qué resisten mejor a los terremotos y huracanes los edificios prehispánicos que los nuevos

La construcción, los materiales y el sentido común, detrás de la resistencia de las construcciones mayas.

El cemento utilizado para reformas de edificaciones antiguas, menos resistente frente a la cal que ellos utilizaban


El sentido común con que construían, el secreto para hacer frente a terremotos y huracanes.
Según datos de la Secretaría de Cultura de México, 1.821 monumentos han sufrido daños tras los dos grandes terremotos que sufrió el país el pasado mes de septiembre. Una regla parece evidente al hacer el mapa de los desperfectos: cuanto más vieja es la construcción menores han sido los daños. De hecho, una pregunta surge de entre los escombros al constatar esta evidencia: ¿Por qué las construcciones mayas, aztecas, zapotecas... aguantan más huracanes y terremotos que los edificios más modernos hechos con tecnologías más avanzadas?

Pongamos primero números para corroborar la afirmación. De las 1821 afecciones, de las cuales 242 tienen daños severos, 1.228 moderados y 351 menores, sólo hay cinco centros arqueológicos prehispánicos que tienen algún tipo de daño (ninguno severo). "Monte Albán, Oaxaca; Iglesia Vieja y Chiapa de Corzo, Chiapas; Xochicalco, Morelos y Malinalco, en Estado de México, son los cinco puntos donde ha habido afecciones", explica a EL MUNDO Pedro Francisco Sánchez Nava, Coordinador Nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Entender cómo desde hace casi 2.000 años se levantaban edificaciones que soportan mejor los duros eventos climáticos que han azotado durante siglos México, requiere contemplar diferentes planos que en ocasiones concluyen en una simplicidad asombrosa: sentido común.

"Cuando tenemos huracanes en la Península del Yucatán, y monitoreamos vía satélite lo que está ocurriendo con las inundaciones que afectan al terreno, comprobamos que las poblaciones actuales quedan anegadas y las viejas ciudades mayas son los únicos puntos sin inundaciones". ¿Por qué? "Porque los mayas entendieron que debían situarse en zonas altas y allí levantaron sus urbes. Hoy se construye en barrancos, laderas... El mundo prehispánico convivía con sismos y huracanes igual que nosotros. En Oaxaca hay constancia de un noble cuyo nombre era Ocho Terremoto, explica el responsable del INAH.

También influye, más allá de la capacidad de observar la naturaleza y de adaptarse a ella y no viceversa, los sistemas constructivos, la arquitectura y los materiales usados. "Los monumentos prehispánicos tienen plantas muy grandes. Se usaba un sistema de células que se iban rellenando y se recubrían con estuco, lo que les da mucha elasticidad", explica Sánchez Nava que vuelve a apuntar a la contemplación del entorno: "La forma piramidal es la construcción más estable. Ellos imitaban la forma de las montañas; las pirámides son una reproducción de lo que era sagrado para ellos. De la montaña llegaba el agua, vivían los ancestros, estaba el inframundo...".

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El Mundo Ciencia

Qué tan seguido tienes sexo y otras preguntas para saber cuán "normal" es tu vida sexual

La BBC ha examinado los datos para intentar obtener una idea de la amplitud del espectro sexual: desde cuánto queremos tener sexo en realidad a lo que hacemos en verdad por debajo de las sábanas.

No hace falta decir que la tarea viene con advertencias. Las encuestas sobre comportamientos sexuales no son fiables: dado que hablar de sexo todavía puede ser un tabú, puede ser que los participantes no revelen toda la verdad o, al contrario, puede que sientan la necesidad de embellecer sus respuestas con bravuconería.

Las estadísticas no son la verdad absoluta, deberían leerse más bien como una indicación general, dada la evidencia disponible de las vidas sexuales en el siglo XXI.

Orientaciones

Es difícil poner un dato a las orientaciones sexuales: las estimaciones de la magnitud de la homosexualidad varían del 1% al 15% dependiendo a quién se pregunte, cómo se pregunte y si se examina la atracción, el comportamiento o la identidad.

Aun así, algunas encuestas recientes de todo el mundo sugieren que algunas personas carecen por completo de deseo sexual, lo cual no significa que nunca hayan tenido una relación.

 

Al igual que en el caso de otras orientaciones sexuales, la prevalencia exacta de esta carencia de deseo se desconoce (la mayoría apunta a un 1% de personas) pero existe un creciente movimiento de orgullo asexual para personas que carecen de deseo.
Fuente: Psychology and Sexuality

Con quién

Una idea equivocada existente es que la mayor parte del sexo casual se tiene con personas que acabamos de conocer.


En realidad, el sexo llega en muchos tipos de relaciones informales, y la relación de una noche entre dos personas que no se conocen es poco frecuente, como mostró una encuesta en Estados Unidos en 2009.

Aunque esto puede estar ligeramente sesgado en el caso de la gente más joven, adolescentes y veinteañeros, los datos no son tan distintos para aquellos que tienen hasta 60 años.

Frecuencia

Estos datos se basaron en una Encuesta Global sobre Sexo en Estados Unidos, que incluyó más de 50.000 participantes de más de 18 años.



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BBC Ciencia

Big Data: Todo lo que necesitas saber sobre la conquista del dato

El mar de datos es inmenso y caótico, pero navegarlo es cuestión de astucia al timón. Ya hay una cantidad casi infinita de información, el problema ahora es que se desborda. Industrias y gobiernos ponen el foco en cómo gestionarla.


En futuro en el que cada empleado sea su propio jefe, en el que la política de empleo una al parado con la empresa que necesita de sus cualidades y en el que las variables a la hora de acometer una obra faraónica se resuelvan con sencillez. El big data es una chistera de la que pueden sacarse infinitos conejos. Pero, como todo truco de magia, es frágil y arduo de ejecutar. La conversación sobre este paradigma tecnológico, del que numerosos analistas esperan un valor global de 200 millones de euros para 2020, ha cambiado radicalmente. Greg DeMichillie, director de producto de Google Cloud y ex de Amazon y Adobe, ha vivido esta transformación muy de cerca: “Ha habido un gran cambio en los últimos cinco o diez años. El problema al que se enfrentaban las compañías era que no podían permitirse económicamente almacenar todos sus datos. Se veían forzadas a elegir qué conservar y qué eliminar. Hoy eso se ha acabado; cualquier empresa puede permitirse almacenar el histórico completo de sus operaciones en la nube. Ahora el reto es encontrar, por así decirlo, las agujas de valor en estos pajares de información”.
La pregunta fundamental es cómo puede usarse esta tecnología
más allá de las grandes empresas.
Esas agujas pueden tener tanta importancia como fijar el rumbo político de la nación más poderosa del mundo. Rayid Ghani, director del Centro para la Ciencia de los Datos y las Políticas Públicas de la Universidad de Chicago, tuvo exactamente ese trabajo como jefe científico de la campaña para la reelección de Obama como presidente de Estados Unidos. Su océano de datos, los casi 66 millones de electores que votaron en los comicios. Pero no todos valían lo mismo.La utilidad electoral
“Las incógnitas que necesitas despejar para ganar unas elecciones son muy simples. Para cada votante debes descubrir dos cosas: ¿Te apoya o no? ¿Votará o no?”. Estas dos reglas despliegan la hidra de millones de cabezas que es enfrentarse a un censo electoral tan inmenso como el de Estados Unidos. Ghani explica cómo evaluar estas dos variables con una puntuación de 0 a 100 y las decisiones que hay que tomar, votante a votante, según la puntuación que saque. A los extremos, por ejemplo, no merece la pena dedicarles recursos económicos. “¿Para qué vas a gastar dinero en el que va a votar seguro y te apoya o en el que no te apoya y no va a votar seguro? El gasto tiene que hacerse en los que se encuentran en valores intermedios”. Sin embargo, los que sacan valores casi perfectos, cercanos al doble cien, son esenciales. “Les puedes pedir que participen como voluntarios, que contribuyan a financiar la campaña o que simplemente difundan el entusiasmo por tu candidato entre sus amigos”.

El arte de la evaluación de los datos, como apunta Ghani, llega en el amplio número de votantes incógnita. Para despejar esta duda, este experto indica que se acude al registro histórico. “Es especialmente complejo porque las elecciones suceden cada cuatro años, así que te puedes equivocar. Pero básicamente lo que hacemos es apoyarnos en cómo se evaluó a tales votantes de tal zona y en si esa evaluación se demostró correcta o incorrecta el día de las elecciones”.

Ghani subraya cuán importante es ser lo más fino posible en esta evaluación porque los recursos de una campaña son limitados. “Según el grado de éxito que calcules a priori has de elegir si te merece la pena un contacto por red social, una llamada telefónica o personarte en el hogar de ese votante para intentar convencerle de que te vote”. Estas predicciones se pueden reajustar sobre la marcha porque en algunos Estados se permite la votación anticipada, lo que posibilita que el modelo alimente sus poderes de oráculo teniendo en cuenta el comportamiento de estos votantes madrugadores.

La obsesión actual de Ghani y de otros académicos no se dirige, sin embargo, a sus usos electorales. Apunta a cómo los gobiernos de todo el planeta pueden desplegar esta tecnología para ser más eficientes. A lograr que las soluciones tecnológicas ya posibles se integren con administraciones poco acostumbradas o directamente desconocedoras de ellas. Salud. Transporte. Educación. Agricultura. Pobreza. Empleo. Todas las áreas de interés que competen a un Gobierno se pueden beneficiar de la aplicación inteligente del big data. Y en todas ellas la filosofía subyacente se resume en una sencilla frase: “Saber adónde debe ir el dinero y por qué”.

El artículo completo en: El País (Retina)

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