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9 de diciembre de 2014

Frases míticas de la historia de la tecnología que fueron grandes errores






Para dar continuidad al post sobre los 7 falsos mitos de la tecnología, vamos a dar un repaso a las frases míticas de la historia de la tecnología que fueron grandes errores. Para iniciar este repaso lineal y cronológico de frases míticas de la tecnología nos remontaremos a 1876, cuando el Memorandum interno de la Western Union aseguraba de forma contundente: “El así llamado ‘teléfono’ tiene demasiados defectos para poder considerarse seriamente como medio de comunicación. El aparato no tiene valor alguno para nosotros”. No creo que a estas alturas del siglo XXI en plena era digital  haga falta esgrimir ningún argumento para demostrar las pocas esperanzas que tenían en un invento que 137 años después ha transformado por completo nuestro entorno y la experiencia en las comunicaciones.


En la misma línea, 23 años después, Charles H. Duell de la Oficina de Patentes y marcas de los Estados Unidos, auguró el fin de los inventos de la humanidad al afirmar en 1899 que todo lo que podía inventarse, ya se ha inventado. Con toda seguridad Duell entraría en estado de shock si pudiera comprobar con sus propios ojos lo equivocado que estaba tras el despegue fulgurante de la tecnología desde principios del siglo XX hasta la actualidad. Por imposible que parezca, aunque creamos superar lo ya hecho, cada día la tecnología nos sorprende con un nuevo hallazgo.

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Colombia: Conozca al hombre que se casó con un árbol

El hombre colombiano se casó con un árbol y pidió respeto a la naturaleza. (Foto: AP)

El hombre colombiano se casó con un árbol y pidió respeto a la naturaleza. (Foto: AP)


En un acto simbólico realizado en medio del Parque Nacional, en el centro de la capital colombiana, el joven declaró que con esta iniciativa se “está creando un precedente para que el ser humano se comprometa y no lapide la naturaleza".
Un jóven medioambientalista selló su amor con un árbol este domingo en Bogotá (capital colombiana) para exigir el cuidado de la naturaleza.

En un acto simbólico realizado en medio del Parque Nacional, en el centro de la capital colombiana, el hombre identificado como Richard Torres, vestido con un traje blanco y corbata roja, el joven declaró que con esta iniciativa se “está creando un precedente para que el ser humano se comprometa y no lapide la naturaleza".

"Los declaro compañeros de vida y amor puro para siempre, en nombre de los elementos de la naturaleza y de Dios", fue el discurso de ceremonia dictado por la actriz colombiana Kristina Lilley.

Unas veinte personas asistieron al acto y con instrumentos musicales en mano celebraron la unión. De esta manera, reiteraron "el llamado a conservar el medio ambiente, a dejar de talar árboles, a cuidar los animales y a vivir en paz y tolerancia".

Boda similar

En octubre de este año, en el departamento de Arequipa, Perú, (sur del país) se realizó una ceremonia matrimonial simbólica entre quien aspira a ser gobernador por el partido Vamos Perú, y el agua.

En este acto simbólico, se reflejó su intención de proteger los recursos hídricos de la región, considerada la segunda ciudad más poblada del país y un importante centro industrial y comercial.



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Candidato peruano se casó con el agua

1 de diciembre de 2014

COP20: El tiempo se agota

Reducir emisiones a cero para 2100. Es el objetivo marcado por la ONU tras escuchar a 830 científicos. Mañana arranca la cumbre del clima de Lima.


Una planta de carbón en el distrito de Datong Shanxi. Julio-agosto de 2013 fue el periodo más caluroso en la zona central y oriental de China desde 1951. / Foto: J. Lee (Reuters)

El cielo de Pekín puede ser azul. Eso es lo que acaban de descubrir los habitantes de la capital china. Y todo gracias al decidido plan que emprendieron las autoridades locales a principios de noviembre para recibir en el mejor de los ambientes posibles a Putin, Obama, Bachelet y demás líderes de la cumbre Asia Pacífico (APEC, según rezan sus siglas en inglés). Se restringió el tráfico de coches privados, el 70 % de los vehículos públicos dejaron de circular, se frenaron las obras, se paró la producción de las fábricas más contaminantes que rodean la ciudad. ¿Resultado? Desaparición de esa niebla eterna que flota sobre las cabezas de los pekineses y aparición de un cielo límpido que ya ha recibido un nombre: APEC blue.


Se fueron los líderes, el foro de cooperación económico se cerró con un acuerdo entre Estados Unidos y Chinacalificado de histórico, por unos; de escaso, por otros, al no ser vinculante— para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y volvió la polución, sí. Pero los pekineses ya no son los mismos de antes: han descubierto que conseguir un cielo azul es solo cuestión de voluntad. Cuestión de adoptar medidas firmes. De no quedarse en gestos para la galería.

Algo similar le está pasando al planeta. Que necesita de medidas firmes, rápidas, ya se ha parcheado suficiente, el tiempo se agota. Lo ha dejado bien claro la ONU, que se expresó a principios de mes por boca del IPCC, Panel Intergubernamental Para el Cambio Climático, formado por 830 científicos de la comunidad internacional. Hay que recortar emisiones de gases efecto invernadero entre un 40 % y un 70 % para el año 2050. Para finales de siglo, las emisiones deberán ser cero. Si no, los efectos serán graves —y aquí los científicos analizan toda una panoplia de escenarios posibles— para el medioambiente, la seguridad alimentaria y la pobreza.

“Todavía hay tiempo, aunque muy poco tiempo”. Así se expresó en la presentación del informe en Copenhague, el pasado 2 de noviembre, Rajendra Pachauri, presidente del IPCC. “Estamos a tiempo si nos metemos en una senda de mitigación de emisiones”, añade José Manuel Moreno,  vicepresidente del Grupo II del IPCC, encargado de evaluar impactos, adaptación y vulnerabilidad. Moreno, catedrático de Ecología de la Universidad de Castilla-La Mancha, es uno de los 13 científicos españoles que forman parte de este organismo auspiciado por la ONU.

Estamos a tiempo, dicen los expertos, y el cronómetro echará a correr mañana mismo, cuando arranque la cumbre climática de Lima, la llamada COP 20, vigésima Conferencia de las Partes organizada por la ONU. De allí podría salir un borrador de cara a la cumbre decisiva, la del año que viene en París, la cita en la que se han depositado todas las esperanzas, de la que deberían salir ambiciosos objetivos de reducción de emisiones, un tratado que sustituya al de Kioto, una cita que debería romper el sabor amargo que dejó el fracaso de Copenhague hace cinco años, que consiga implicar por fin a los principales actores, China y Estados Unidos.

Fuente:

El País (Ciencia)

Las plantas reconocen a sus vecinas: Si son parientes, trabajan en equipo. Si no lo son, compiten




Si las plantas parientes colaboran entre sí cuando están juntas, se podrían cultivar más cerca la una de la otra para aprovechar mejor el espacio. 

 
Si son parientes, trabajan en equipo, colaboran entre sí. Si no lo son, compiten la una con la otra.

Esto es lo que descubrió un equipo de investigadores argentinos que analizó cómo se comportan las plantas ubicadas en una hilera.

No sólo hallaron que eran capaces de reconocer a sus parientes por la forma de su tallo y sus hojas, sino también descrubrieron que la relación de parentesco las hacía actuar en consecuencia.

"Notamos que cuando acomodamos las plantas en hileras, muy cerca la una de la otra, simulando la situación típica de un cultivo, las plantas que estaban genéticamente relacionadas entre sí, posicionaban sus hojas hacia los espacios libres, fuera de la hilera", le explica a BBC Mundo Jorge Casal, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet) y líder el estudio.

"En cambio, cuando mezclábamos plantas de la misma especie de distintos grupos genéticos, las plantas disponían sus hojas al azar, en cualquier dirección", añade.

Es decir, cuando la planta reconoce que su vecina es pariente, amontona sus hojas para minimizar la interferencia y permitirle aprovechar mejor la luz del sol.

Si no es pariente, distribuye sus hojas en cualquier dirección para aprovechar al máximo la luz disponible.

El estudio, publicado recientemente en la revista especializada New Phytologist, puede traer beneficios para la agricultura, ya que abre nuevas posibilidades en cuanto a cómo maximizar el rendimiento de las cosechas en función del espacio libre para cultivar.

Lea también: Plantas que no ven, plantas que no crecen

El artículo completo en:

BBC Ciencia

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