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7 de noviembre de 2014

Pedibús: iniciativas para ir andando al colegio

Cada vez más ciudades de todo el mundo organizan pedibuses para que los estudiantes vayan a pie al colegio.

El coche privado protagoniza la movilidad urbana y la forma de estructurar las ciudades. El desplazamiento a los centros educativos no es una excepción. Las consecuencias: más atascos, más contaminación, y una peor salud. El pedibús pretende cambiar dicha situación. Esta iniciativa, cada vez más utilizada en todo el mundo, organiza grupos de escolares para llegar a pie a su colegio acompañados de uno o más adultos. Este artículo explica las ventajas de ir andando al colegio, cómo organizar un pedibús, y algunas iniciativas destacadas.


Ventajas del ir andando al colegio

Los impulsores del pedibús señalan las siguientes ventajas de que los estudiantes vayan a pie a sus centros educativos:
  • Ambientales: Los coches son la principal causa de contaminación atmosférica en las ciudades al emitir gases nocivos como los óxidos de nitrógeno (NOx), y también contribuyen al cambio climático al expulsar gases como el dióxido de carbono (CO2). El pedibús reduce su uso y mejora así la calidad del aire urbano. Además, es un sistema de educación ambiental que inculca a los más jóvenes las bondades de caminar y de no usar el coche. 
  • Sanitarias: El rendimiento intelectual y físico de los estudiantes mejora, a la vez que sufren menores problemas de obesidad, según diversos estudios científicos.
  • Económicas: Al reducir el uso del coche privado, sus usuarios gastan menos en combustible y mantenimiento. La reducción de la contaminación se traduce en un menor impacto para la salud ciudadana y por tanto un menor gasto para la sanidad pública. Al reducirse los atascos en las horas punta, la productividad mejora.
  • De seguridad vial: Los automovilistas conducen con más cuidado al ver a los estudiantes en grupo y con una señalización adecuada. Se benefician así tanto los integrantes del pedibús como las zonas por las que transcurre el grupo. Los accesos a los colegios se vuelven más transitables y menos caóticos y se reduce el riesgo de atropello.
  • Psicológicas: Caminar es más relajante que ir en coche. Además, según una encuesta realizada a los participantes de una iniciativa de pedibús en San Sebastián, los niños prefieren esta forma de desplazarse cuando la prueban, y se vuelven más autosuficientes y responsables consigo mismos y con los más pequeños del grupo.
  • Sociales: Los estudiantes hacen amistades e interactuan entre ellos y con los responsables del grupo.

¿Se anima a organizar un pedibús? LEA ESTO

Cancelan 100 concesiones mineras en Parque Nacional Huascarán


La Dirección Regional de Energía y Minas (DREM) de Áncash inició el proceso de cancelación de 100 concesiones mineras ubicadas dentro del área natural protegida del Parque Nacional Huascarán (PHN).

La noticia la dio a conocer Max Bernuy Andrés, titular de la DREM Áncash, quien señaló que la disposición responde a la normativa del Proceso de Formalización de Pequeña Minería y Minería Artesanal, que prohíbela formalización en las concesiones que se encuentran ubicadas en áreas naturales protegidas.

Como se recuerda, el Ministerio del Ambiente (MINAM) denunció, el pasado 25 de setiembre, las acciones de minería ilegal que se vienen desarrollando en la Quebrada Honda, ubicada en el PHN.

“No se puede permitir que Áreas Naturales Protegidas como el Parque Nacional Huascarán se vean impactadas, por lo que el Minam seguirá trabajando por la conservación del ambiente y de las zonas protegidas”, sentenció Bernuy.
Fuente:

6 de noviembre de 2014

Demostración visual de la relación entre media aritmética y media geométrica

Es bien sabido que la media aritmética de dos números positivos es siempre mayor o igual que la media geométrica de los mismos, es decir:

\sqrt{x y} \leq \cfrac{x+y}{2}

Una forma sencilla de demostrarlo consiste en partir de dicha desigualdad y realizarle transformaciones correctas a la misma con el objetivo de llegar a una expresión que sepamos con seguridad que es cierta. Después, por tanto, podemos recorrer el desarrollo obtenido en sentido inverso y tendríamos demostrada la desigualdad. Veámoslo en este caso:


\sqrt{x y} \leq \cfrac{x+y}{2}

Elevamos al cuadrado a ambos lados:

x y \leq \left (\cfrac{x+y}{2} \right )^2

Desarrollamos la parte derecha:

x y \leq \cfrac{x^2+2xy+y^2}{4}

Multiplicamos por 4 a ambos lados:

4x y \leq x^2+2xy+y^2

Restamos 4xy a ambos lados:
0 \leq x^2-2xy+y^2

Y nos queda a la derecha el desarrollo de (x-y)^2:
0 \leq (x-y)^2

que al ser el cuadrado de un número es, evidentemente, mayor o igual que cero. Desigualdad demostrada.
Pero hay más formas de demostrar que esta desigualdad es cierta. Aquí os dejo una demostración visual de la misma, en la que m representa a la media aritmética de x e y y g a la media geométrica de esos números:


¿Está clara, verdad? Por si acaso no es así vamos a reconstruirla.

Dibujamos una semicircunferencia cuyo diámetro sea la suma de nuestro dos números, x+y. Tomamos el punto de la circunferencia (en la imagen en rojo) que está verticalmente encima del punto de separación entre los segmentos de longitudes x (en negro) e y (en azul) y dibujamos el triángulo que tiene como vértices a este punto y a los extremos del diámetro de la circunferencia:


Como dicho triángulo está inscrito en la semicircunferencia y uno de sus lados es un diámetro de la misma sabemos que en realidad se trata de un triángulo rectángulo (la demostración de este hecho la podéis encontrar al final de esta entrada). Dibujamos ahora el radio de la semicircunferencia que es perpendicular al diámetro ya dibujado (en verde) y el segmento que une el punto rojo con el que tenemos marcado en el diámetro (en rojo):


Al ser un radio de la semicircunferencia, tenemos que el segmento verde mide {x+y} \over 2 (la mitad del diámetro). Es decir, la longitud de ese segmento verde, que llamaremos m, es exactamente la media aritmética de x e y. Vamos a calcular ahora la longitud del segmento rojo.

Si llamamos g a dicho segmento rojo y a y b a los catetos del triángulo rectángulo, podemos considerar dicho triángulo dividido en otros dos triángulos rectángulos: el de lados agx y el de lados bgy:

Ahora, utilizando el teorema de Pitágoras en los tres triángulos obtenemos las siguientes igualdades:
\begin{matrix} a^2+b^2=(x+y)^2 \\ x^2+g^2=a^2 \\ y^2+g^2=b^2 \end{matrix}

Sustituyendo las dos últimas en la primera y desarrollando el término de la derecha de esa primera igualdad obtenemos lo siguiente:
x^2+g^2+y^2+g^2=x^2+y^2+2xy

Simplificamos los términos que aparecen en ambos lados:
2g^2=2xy

Dividimos entre 2 y aplicamos raíz cuadrada a ambos lados, obteniendo:
g=\sqrt{xy}

o, lo que es lo mismo, la longitud del segmento rojo, g, es la media geométrica de x e
y.
Y como es evidente que el segmento rojo siempre tendrá menor o igual longitud que el segmento verde tenemos demostrada la desigualdad comentada inicialmente:

\sqrt{x y} \leq \cfrac{x+y}{2}

¿Conocéis alguna otra demostración curiosa y/o interesante de este conocido resultado? Si es así podéis dejarla en los comentarios.

Vamos a demostrar lo siguiente:
Si inscribimos en una circunferencia un triángulo en el que uno de los lados es un diámetro de la misma, entonces dicho triángulo es rectángulo, y el diámetro es la hipotenusa del mismo.
Se sabe que un ángulo inscrito en una circunferencia mide exactamente la mitad del arco de circunferencia que abarca (podéis intentar demostrar esto, pero si no os sale tenéis una demostración aquí). Si tomamos el ángulo \alpha cuyos extremos están en los extremos de un diámetro de la circunferencia y el vértice en otro punto de la misma
tenemos que dicho ángulo \alpha abarca exactamente media circunferencia (en línea discontinua en la imagen):
Es decir, nuestro ángulo \alpha abarca un arco de 180^\circ. Por tanto, por lo dicho anteriormente sobre el ángulo inscrito, tenemos que \alpha=90^\circ y, en consecuencia, el triángulo correspondiente es rectángulo, siendo el diámetro la hipotenusa del mismo.
Fuente:

Fantasear está acabando con tu energía (y alejándote de realizar tus sueños)

La ventaja que ofrece este método sobre otros es que no niega el poder del pensamiento positivo ni asume que el pensamiento negativo sea “malo“: se trata de buscar un equilibrio entre lo que deseamos y lo que estamos dispuestos a hacer para conseguirlo.


“Creer es poder”, ¿no es cierto? Muchos lectores recordarán el éxito que tuvo una serie de superación personal llamada El Secreto, que consistía básicamente en ejercicios de visualización para traer a nuestras vidas todo aquello que siempre habíamos deseado, gracias a la ya famosa “ley de atracción”. ¿Pero qué pasaría si encontráramos que, en realidad, la visualización y el pensamiento positivo nos desgastan y nos alejan poco a poco de nuestros deseos, sueños y mejores intenciones?

La psicóloga Gabriele Oettingen ha dedicado su carrera a estudiar los efectos del pensamiento positivo de las personas, así como el impacto que este tiene en la realidad. En 2011 llevó a cabo un estudio donde a los participantes les estaba prohibido beber agua. Luego, los sedientos participantes pasaban por un ejercicio de visualización donde se les pedía imaginar un vaso de agua fresca (aquello que seguramente deseaban más que nada en ese momento). Por último se procedió a tomar la presión sanguínea. Aunque estaban relajados por el ejercicio, Oettingen descubrió que en realidad estaban menos motivados, o dicho de otro modo, que la fantasía había suplido la intención.

La mente es poderosa, sin duda; pero en algunos casos, nuestras fantasías pueden jugarnos malas pasadas. Imaginarse trabajando en lugar de procrastinar fijará la tendencia a procrastinar. Incluso se ha considerado que el discurso político de campañas electorales mantiene una correlación negativa con la realidad (esto es, que mientras más empleos se prometen, la tasa de desempleo se ahonda).

Para ciertos gurús motivacionales o coachs de programación neurolingüística, “nuestro cerebro no distingue lo real de lo imaginario”. El estudio de Oettingen demuestra, paradójicamente, esta premisa, pero llevada a su extremo: imaginar vívidamente te hace perder el impulso de materializar tu deseo.

genio¿Existe algún ejercicio mental para llevar nuestros deseos a cabo? Sí, pero no es 100% mental, y no necesita de ningún genio de la lámpara.

En su nuevo libro, la doctora Oettingen analiza las ventajas del “contraste mental”, una técnica que conjuga el pensamiento positivo con el negativo, tratando de reemplazar patrones y hábitos mentales. Como decir “contraste mental con intenciones de implementación” era poco atractivo en términos mercadológicos, Oettingen decidió bautizar su técnica como “Woop” (“wish, outcome, obstacle, plan”, o deseo, resultado, obstáculo, plan). Veamos cada parte del proceso:

Deseo

Piensa detalladamente en algo que deseas durante un par de minutos.

Resultado

Luego, imagina vívidamente todo lo positivo que asocias con ese resultado (un mejor empleo, reconocimiento de tus pares, una emoción determinada, etc.; cualquier cosa).

Obstáculo

Pregúntate qué hay en ti que esté impidiendo que tu deseo se materialice (no vale culpar a tus padres, tu jefe, tu pareja o factores socioeconómicos/místicos/religiosos de ningún tipo; se trata de un ejercicio de autocrítica y responsabilidad).

Plan

En este punto, puedes trazar un plan utilizando la estrategia “si-entonces”: “Si mi pánico escénico me impide dedicarme a la música, entonces me recordaré todo lo que he estudiado/practicado”, o “Si me encuentro perdiendo el tiempo en redes sociales, entonces me levantaré del escritorio y saldré a dar una vuelta”, etcétera.

La ventaja que ofrece este método sobre otros es que no niega el poder del pensamiento positivo ni asume que el pensamiento negativo sea “malo”: se trata de buscar un equilibrio entre lo que deseamos y lo que estamos dispuestos a hacer para conseguirlo.

Tal vez el verdadero milagro sea el de la responsabilidad del sujeto para afrontar las consecuencias de sus deseos: todos deseamos, pero sólo algunos están/estamos dispuestos a hacer lo necesario para cumplirlos. Encontrar motivación en lo que todavía no hemos hecho parece ser el verdadero “secreto”, más que dejarnos llevar como hojas por los vientos deseantes.
Fuente:
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