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6 de marzo de 2013

Elefantes, rinocerontes y tigres, acorralados por la 'mafia' del tráfico de especies

Cadáver de un elefante al que le han extraído los colmillos en Camerún. | WWF
Cadáver de un elefante al que le han extraído los colmillos en Camerún. | WWF

Tigres, elefantes y rinocerontes son las presas más codiciadas para los traficantes de especies. El marfil de los colmillos de elefante, los cuernos de rinoceronte y prácticamente todas las partes del tigre son muy cotizadas en el mercado negro. Tanto, que el comercio ilegal de animales y plantas ya se encuentra entre los más lucrativos del mundo, junto al de drogas, personas, productos falsificados y armas según denuncia la organización conservacionista WWF.
Entre 50 y 100 guardas forestales mueren en África central cada año en casos relacionados con el tráfico de especies
"Se gana mucho dinero y se arriesga poco". Así resume Carlos Drews, director del programa internacional de especies de WWF, el atractivo que para las organizaciones criminales tiene el tráafico de especies. Según sostiene que, según sostiene, mueve anualmente entre 13.000 y 20.000 millones de euros y que ya genera más beneficios que el contrabando de armas.

"Es un problema que trasciende a los ministerios de Medio Ambiente. Es necesario que se involucren también Interior y Asuntos Exteriores", reclama Drews. Y es que, según asegura, cada año mueren en África central entre 50 y 100 guardas forestales en casos relacionados con el tráfico de especies. "Se ha convertido en un tema de seguridad nacional. El dinero del tráfico de especies se usa para financiar grupos guerrilleros", denuncia el conservacionista durante su reciente visita a Madrid, donde presentó las iniciativas que su organización está preparando de cara a la Cumbre Internacional CITES que del 3 al 14 de marzo se celebrará en Bangkok (Tailandia).

Las siglas CITES corresponden a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, un acuerdo internacional al que se han adherido de manera voluntaria 177 países para velar para que el comercio internacional no amenace su supervivencia. Un deseo que, según WWF, está aún lejos de cumplirse.

Por ello, en Bangkok reclamarán a los gobiernos que aumenten las penas para los traficantes y que destinen más recursos a perseguir estos delitos. Según Drews, su campaña actual se centra en la protección del trío más amenazado por el comercio ilegal: tigres, rinocerontes y elefantes.

Lea el artículo completo en:

El Mundo Ciencia 

5 de febrero de 2013

Censo de tigres: Desde de Nepal e India



Tigre

En la actualidad se estima que en la zona hay unos 500 tigres.

India y Nepal comenzaron este lunes el primer conteo conjunto de los tigres presentes en una región conocida como el Terai Arc, que posee una de las mayores concentraciones de estos animales en el mundo.

La medición incluirá las reservas de vida silvestre y los bosques de un área que se extiende cerca de 1.000 kilómetros por el sur de Nepal y el noreste de India, incluyendo el Parque Nacional de Jim Corbett y el Parque Nacional de Chitwan en Nepal.

Para llevar a cabo el conteo se utilizarán cámaras automáticas ocultas, para intentar obtener el número exacto de los tigres de Bengala.

Las estimaciones actuales indican que la población es de 500.

Fuente:

BBC Ciencia

25 de agosto de 2012

Los tigres de la India, amenazados por la prohibición del turismo en sus hábitats

El Tribunal Supremo indio condena a un "desastre total" al felino y a quienes viven del turismo
 

Un tigre descansa en Madhya Pradesh (India) / EFE

Es fácil adivinar por qué animal apuesta la ciudad de Sawai Madhopur. ¿Te apetece una copa? Puedes tomarla en la barra del tigre del Hotel Taj. ¿Echar una cabezada? Puedes hacerlo en el Resort ‘Tiger Moon’, (‘luna del tigre’, en castellano). ¿Ir de compras? Pijamas de tigre, delantales, manteles, colchas… Pocas cosas en este pueblo de Rajasthan no han sucumbido a la manía por el felino.

Yadvendra Singh entrega su tarjeta de visita coloreada con rayas naranjas y negras, por supuesto, sentado con las piernas cruzadas junto a la carretera principal. Desde 1992, trabaja en Tiger Eye Adventure Tours, llevando a turistas de todo el mundo de safari por el cercano Parque Nacional de Ranthambore.

Pero en las últimas semanas, Singh no ha podido entrar en el parque para ver a los 27 tigres adultos y 25 cachorros. Nadie puede hacerlo después de que la Corte Suprema de la India emitiese una orden por la que prohibía realizar turismo en los hábitats comunes del tigre.

El decreto es temporal hasta el 22 de agosto, cuando el tribunal vuelva a reunirse para analizar si los tigres y los turistas pueden coexistir en la India. La decisión no solo tendrá consecuencias para unos 1.700 tigres que viven en la India, también para las decenas o cientos de miles de indígenas cuya subsistencia depende de los grandes felinos.

“No podía creerlo”, dijo Singh. “He estado haciendo esto durante 20 años. Y, de repente, se supone que debo encontrar un trabajo nuevo”. Porque el guía y muchos ecologistas insisten en que los verdaderos perdedores serán los animales que han ayudado a pagar sus cuentas durante dos décadas. “Si la prohibición de hacer turismo continúa, será el fin del tigre en la India”, dice. “Nosotros somos los que ponemos la energía en el seguimiento de ellos. Nosotros disuadimos a los cazadores furtivos. Los turistas solo pueden visitar el parque durante seis horas cada día, pero los guías hacemos turnos y patrullamos el parque desde el amanecer hasta la puesta de sol voluntariamente”.

Belinda Wright, directora ejecutiva de la Sociedad de Protección de Vida Silvestre de la India, con sede en Nueva Delhi, dice que la prohibición de turismo sería un "desastre total". “No hay forma de que el departamento forestal pueda proteger a los tigres de los cazadores furtivos y prevenir la invasión de la tierra”, explica, recordando que ella es defensora del tigre, no del turismo.

La Fundación Corbett, otra protectora de la fauna en la India, está de acuerdo. “Todos estamos de acuerdo en que el turismo en la vida silvestre en la India tiene que ser controlado y regulado estrictamente, pero colocando una prohibición total sobre todo tipo de actividades turísticas en las áreas centrales no van a ayudar a las reservas de tigres", anunció en una comunicado.

Desde la sentencia de la Corte del 24 de julio, Singh no ha ganado un centavo. Junto con decenas de guías y conductores que viven del turismo del tigre, ha estado protestando en una carretera recordando a las autoridades lo integrados que están los tigres en una ciudad de un millón de personas.

No hay cifras fiables para afirmar cuántos turistas visitan Sawai Madhopur cada año, en en 2011 se vendieron 288.000 entradas. La demanda es mucho mayor, pero los tickets están restringidos para un máximo de 40 vehículos que pueden transportar como máximo a 520 turistas al parque.

La sentencia, aunque provisional, ha golpeado con fuerza, dice Goverdhan Singht Rathore, médico que dirige un hospital que funciona con los beneficios derivados de su casa de huéspedes, Villas Kehm. “Ya se han cancelado un 10% de las reservas para la próxima temporada”, dice sentado en el patio de su casa, que está decorado con azulejos con rayas naranjas y negras. “El cuarenta por ciento d elos clientes nos han pedido hacerles saber lo que ocurre el 22 de agosto. Si la prohibición se amplía, la próxima temporada habrá terminado”. Agrega que tendría que cerrar el hotel y el hospital, que trató a 90.000 pacientes el año pasado.

Ajay Dubey, un activista que presentó la petición a la Corte Suprema, afirma que lo único que hace es cumplir la Ley para la protección de la Vida Silvestre de 1972. Afirma que la Ley prohíbe el turismo en las zonas de cría de tigres de la India. "Gracias a Dios, solo quiero respeto del Estado de Derecho. Nada más", dijo en un correo electrónico.

Nadie ha cumplido la ley, agregó Dubey, y con resultados trágicos. Señala al Estado central de Madhya Pradesh, que cuenta con seis reservas de tigres: "Había 700 tigres en el año 2000, y ahora el número ha bajado a 257". "Se habla mucho", dice. Y agrega: "La conservación del tigre se ve afectada por el turismo sin sentido, y la gran cantidad de vehículos cargados de personas son traumáticos para las especies en peligro de extinción”.

Pero Wright responde que Dubey usa cifras poco fiables. "Hasta el censo 2008, la población de tigres se calculó utilizando un método sin credibilidad científica que permitió a los estados a sobrestimar dramáticamente", dice por teléfono desde Delhi.

La ley dice que las reservas de tigres deben tener un área central al que sólo los funcionarios forestales pueden entrar, pero los vehículos de turísticos pueden acceder a los alrededores. En abril, el tribunal ordenó a 13 estados donde viven tigres a presentar sus planes para demarcar estas zonas. Sólo tres los presentaron, debido a que tuvieron muchas dificultades para hacer informes sobre la adquisición de tierras, la compensación para los pobladores reubicados y las políticas locales.

El Tribunal Supremo, enfadado por la pobre respuesta de los estados, el 24 de julio dictó una orden provisional prohibiendo todo el turismo del tigre hasta que los estados cumplan con sus obligaciones. Disponen hasta el 22 de agosto para presentar pruebas argumentando por qué creen que se debe permitir a los turistas en las zonas centrales.

Esto significa, en el caso de Ranthambore, que no solo no podrán entrar en los 393 kilómetros cuadrados del parque nacional, sino que tampoco podrán hacerlo en los 900 kilómetros cuadrados colindantes. El funcionario forestar divisional en Rathambore, Y.K. Sahu, cree firmemente que la presencia de turistas protege más a los tigres que la prohibición de acceder al parque. "Solo entre un 6% y un 10% del parque, es visitado por los turistas, y sin embargo, es en esas zonas donde los tigres crecen." Los turistas, además, informan de la tala ilegal de madera y ayudan a disuadir a los cazadores furtivos, explica. "Si el Taj Mahal no hubiese sido un lugar turístico, ¿estaría tan bien conservado?", se pregunta. "Todo el mármol habría sido robado a esta altura", sentencia.

Rathore, cuyo padre fundó la ONG Tiger Watch y que fue uno de los expertos en tigres más reconocidos de la India, afirma que "no hay una pizca de evidencia" para demostrar a los turistas pueden acabar con los tigres, directa o indirectamente , ni que impidan su reproducción con su presencia. Y asegura que "la relación entre la presencia de turistas y el número de tigres no es inversamente proporcional, sino directamente proporcional". En 2005, el parque contaba con 26 tigres. Desde entonces, el turismo ha aumentado, y los tigres también. Ahora son 53.

"La gente cree por su cuenta que el turismo es malo para los tigres sin estar informados. Ven una foto de una cola de jeeps repletos de turistas con cámaras réflex apuntando a un ejemplar y dicen: ‘pobre tigre’. Pero, ¿cómo saben ellos que el animal es infeliz? Tal vez está disfrutando. La ecología dice que, cuando una criatura se siente mal, deja de cría. Sin embargo, la población de tigres de Ranthambore se ha incrementado con el turismo".
El Tribunal Supremo pretende que los estados restrinjan las zonas del turismo de tigres. Pero antes de que el turismo del tigre llegase a la zona, las comunidades se ganaban la vida talando árboles en la actual reserva y, en algunos casos, mediante la caza furtiva tigres para el lucrativo negocio de la medicina china.
En el parque nacional de Kanha, una reserva de tigres en Madhya Pradesh, los pueblos tribales realizaron una protesta contra la prohibición del turismo. "Uno hace lo que puede para ganarse la vida, ya sea mediante la tala de árboles ... e incluso tigres de caza", decía uno de los asistentes.

De vuelta en Ranthambore, agosto siempre es un mal mes porque la mayoría de los días, el parque se cierra por el monzón. Pero algunos turistas suelen venir a visitar las tres zonas que normalmente permanecen abiertas, y los temores sobre el efecto de una prohibición permanente está muy extendido en la comunidad. "No son sólo las guías que se verán afectados", dice Singh. "También los servicios mecánicos de los jeeps, los vendedores ambulantes que venden camisetas, los hoteleros, las mujeres que hacen la artesanía", asegura.

"Si los turistas no están permitidos en la zona donde hay tigres, nuestra economía se derrumbará", dijo Satish Jain, guía del parque desde 1997. "Nuestra economía está basada en el turismo. Mucha gente estaba empleada en una fábrica de cemento, pero había cerrado por el parque nacional. Hubo una planta embotelladora de gas, que también se cerró. ¿Cómo esperan que nos ganemos la vida? ", se queja.
India es el hogar de la mitad población de tigres en el mundo. Según el último censo publicado en marzo de 2011 por la Autoridad Nacional de Conservación del Tigre, la población actual se estima en 1706, frente a 1.411 en 2008, pero muy lejos de los 45.000 ejemplares que vagaban por el país hace un siglo.

En la India, el tigre se encuentra en 18 estados, desde el Himalaya en el norte, en Tamil Nadu en el sur, y en el noreste en Birmania. Ocupan una gran variedad de hábitats, incluyendo bosques tropicales de hoja perenne, bosques caducifolios, manglares, bosques espinosos y selvas hierba. Entre 1994 y 2010, fueron abatidos 923 tigres por cazadores furtivos, de acuerdo con la Sociedad Protectora de Vida Silvestre de la India (WPSI). Una investigación de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA) de aquel país reveló en 2005 que el comercio de partes del cuerpo de tigres y leopardos seguía creciendo en China.

Fuente:

El País Ciencia

31 de mayo de 2011

El inaudito caso del tigre macho que adoptó a dos crías

Un macho que se hace cargo de las crías es algo nunca antes registrado.

Las autoridades medioambientales de India no salen de su asombro después de que descubrieran un tigre macho que se hizo cargo de dos huérfanos en una extremadamente rara muestra de paternalismo.

Las crías, que viven en la reserva de Ranthambore, perdieron a su madre el pasado mes de febrero. Los funcionarios creen que el macho al que conocen por T25 los ha adoptado, según deducen de las fotografías tomadas por cámaras ocultas en la reserva forestal localizada en el norteño estado de Rajastán.

Las imágenes más recientes muestran al macho caminando junto a los pequeños, justo un metro por detrás de ellos.

Según le explicó a la BBC Rajesh Gupta, director de la reserva, los tigres son criados por sus madres y los machos adultos suelen llegar a matar a los que se les acercan. No existen precedentes de un tigre comportándose como T25.

Las crías, que rondan los ocho meses, fueron vistos por primera vez junto a su madre, registrada como T5.

Un funcionario de la reserva Ranthambore le explicó a la BBC que la tigresa murió el 9 de febrero, tras lo cual sus crías han venido siendo seguidas por los responsables.

Como son demasiado jóvenes como para poder cazar, los funcionarios se han encargado de alimentarlos.

"Durante mi visita al parque el lunes, estaba en lo alto de una colina cuando vi una de las crías comiendo una pieza que había sido cazada. Parecen gozar de buena salud", explica Gupta en referencia al hecho de que T25 comparte su comida con ellos.

Las crías son comida

"Es muy inusual. Normalmente las tigresas cuidan de los pequeños mientras el padre es una especie de visitante que va y viene", le dijo a la BBC UM Sahai, responsable de vida animal del estado de Rajastán.

Expertos en el sector afirman que es común que los machos ni siquiera miren a sus hijos. Incluso cuando no está la madre, pueden llegar a verlos simplemente como comida.

Ranthambore, una de las más conocidas reservas para tigres de India, cuenta con unos 40 ejemplares, entre ellos 12 crías.

Según el último censo, en todo el país hay algo más de 1.700 grandes felinos.

El país llegó a tener 100.000 tigres hace cien años, pero el declive de su población ha sido muy fuerte.

Fuente:

BBC Ciencia

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4 de marzo de 2007

El riesgo de extinción del tigre se dispara
El comercio ilegal, la destrucción de su hábitat y la indiferencia gubernamental cavan la tumba de esta especie

JOSE REINOSO - Pekín - 04/03/2007

Li Tiexang abre los ojos, realiza un movimiento de admiración con la cabeza y asegura sin dudar un instante: "El tigre es el rey de los animales, todos los demás tienen miedo de él". Detrás de los gruesos barrotes de acero, un tigre de Bengala de unos tres metros de largo dormita recostado contra un muro de hormigón en una nave vetusta del zoológico de Pekín. Dos jaulas más allá, en la número 8 de un total de 20, casi todas vacías, se agita un ejemplar de Siberia.

El rey asiático está en peligro. La desaparición de su hábitat natural y, especialmente, el comercio ilegal de partes del cuerpo han conducido a un rápido declive del número de estos felinos que viven en libertad y amenazan con extinguir la especie en la naturaleza.

Los científicos estiman que quedan entre 5.000 y 7.000 en libertad en todo el mundo, aunque algunos reducen la cifra a 2.000. Los tigres salvajes ocupan en la actualidad el 7% de la superficie con la que contaban históricamente. Y en la última década han perdido el 40% de su espacio vital, cada vez más fragmentado y degradado.

"Una de las razones que está conduciendo a la situación de extinción es el tráfico ilegal; pero también la caza de sus presas habituales [por parte del ser humano] y la pérdida del hábitat natural", explica Liu Xueyan, experta de Traffic, la red mundial de supervisión del comercio de plantas y animales salvajes, participada por WWF (World Wide Fund for Nature) y The World Conservation Union.

Las organizaciones medioambientales han advertido que la población de tigres en India -unos 3.700 animales- desaparecerá en unos pocos años si los Gobiernos de este país y de China no toman medidas urgentes.

Los expertos aseguran que el contrabando de pieles y, en particular, de huesos utilizados en la medicina tradicional china, a pesar de que Pekín prohibió su uso en 1993, ha florecido. Desde la década de 1950 están extinguidas tres de las ocho subespecies de tigres que existían hace un siglo, cuando el número de estos grandes felinos en estado salvaje era de unos 100.000.

La Sociedad para la Protección de la Fauna y Flora Salvajes -una organización india- y la Agencia de Investigación Medioambiental -una ONG británica- han llevado a cabo recientemente una investigación en Tíbet, en la que muestran que el comercio se ha disparado de la mano de bandas criminales organizadas. Los expertos encontraron un mercado floreciente y tomaron fotos de docenas de pieles de tigre y leopardo a la venta por más de 10.000 dólares la unidad. En otras imágenes, figuran oficiales de policía chinos posando sonrientes con gente ataviada con vestidos tradicionales ilegales confeccionados con pieles de felino.

Según la ONG india, la policía hace la vista gorda al exterminio del carnívoro en India, a pesar de que cuenta con estrictas leyes que impiden el tráfico de especies en peligro. Al mismo tiempo, asegura que Nueva Delhi no ha puesto los medios necesarios para acabar con este problema. En 2005, los responsables indios se vieron obligados a admitir que los furtivos habían acabado con todos los tigres en una de las principales reservas del país, y que el Gobierno había exagerado el número de ejemplares en libertad. India tenía unos 40.000 hace un siglo. Ahora, unos 3.700, aunque algunos expertos creen que son unos 1.200. La situación en China -donde el tigre ha sido motivo frecuente en la pintura tradicional, pero fue considerado una peste por Mao Zedong- es mucho peor. "Estimamos que no quedan más de 50", dice Liu.

La organización Save The Tiger Fund afirma que "el mayor obstáculo para la conservación de la vida salvaje en Asia es que la eliminación del comercio ilegal de especies protegidas no es una prioridad en esos países".

Los representantes de las 30 naciones integrantes del comité permanente de CITES (siglas en inglés de Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro) no consiguieron el pasado octubre llegar a un acuerdo para poner fin al contrabando de tigres, y decidieron retrasar la discusión a la reunión plenaria que tendrá lugar en junio en La Haya.

Durante la visita del presidente de China, Hu Jintao, a India a finales del año pasado, ambos Gobiernos adoptaron una declaración conjunta en la que se comprometieron a "incrementar" la cooperación para promover la conservación del carnívoro. El riesgo, señalan los activistas medioambientales, es que, como consecuencia, Pekín vuelva a legalizar el comercio de derivados del felino, como piden algunas empresas chinas, que defienden que la existencia de granjas de tigres acabaría con la caza furtiva. China tiene unos 4.000 ejemplares en cautividad, la mayoría en reservas turísticas.

Los conservacionistas se oponen tajantemente a la legalización, ya que dicen que estimularía el consumo. "Y proporcionaría una oportunidad a las bandas criminales para blanquear los productos ilegales a través del mercado legal", dice Jan Vertefeuille, de WWF.

Aunque el tigre llegó a vivir en la mayor parte de Asia -desde el extremo oriental de Rusia a Turquía-, en la actualidad su presencia geográfica se ha reducido a zonas aisladas del continente. Sobreviven cinco subespecies: el tigre de Bengala, en India, Bangladesh, China, Bután, Birmania y Nepal; el tigre de Amoy o del Sur de China, en este país; el tigre Indochino, en China y sureste asiático; el tigre de Amur o de Siberia, en Rusia, China y Corea del Norte, y el tigre de Sumatra, en Indonesia. Las subespecies desaparecidas son el tigre del Caspio, el de Java y el de Bali.

El más amenazado es el de Amoy, del que, según Lu Jun, investigador de la Academia Forestal china, hay 70 ejemplares en los zoos chinos. Algunos expertos mantienen que quedan entre 20 y 30 en estado salvaje, pero Lu afirma que "nadie ha visto a ninguno en libertad en los últimos 20 años", por lo que el tigre de Amoy podría haber lanzado su último rugido hace tiempo.

Fuente:

El País - Sociedad
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