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15 de mayo de 2012

Científicos generan electricidad a partir de capas de virus

  • Su método convierte la energía mecánica en electricidad
  • El estudio se ha publicado en la revista Nature Nanotechnology
Científicos del Departamento de Energía del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), en EE.UU., han desarrollado un método para generar energía utilizando virus inofensivos, que convierten la energía mecánica en electricidad. 

Los investigadores han publicado su estudio en la revista Nature Nanotechnology.

Los científicos probaron su enfoque creando un generador que produce la corriente necesaria para operar una pequeña pantalla de cristal líquido, que funciona pulsando con un dedo un electrodo del tamaño de un sello de correos, revestido con virus especialmente diseñados -que convierten la fuerza aplicada con el dedo, en carga  eléctrica.

Este generador es el primero en producir electricidad mediante el aprovechamiento de las propiedades piezoeléctricas de un material biológico -la piezoelectricidad es la acumulación de carga en un sólido, en respuesta a la tensión mecánica.

Este método podría dar lugar a pequeños dispositivos que cosecharan energía eléctrica, a partir de las vibraciones de las tareas cotidianas -como cerrar una puerta, o subir escaleras. Además, también sugiere una forma más sencilla de crear dispositivos microelectrónicos.

"Se necesita más investigación"

"Se necesita más investigación, pero nuestro trabajo es un primer paso hacia el desarrollo de generadores de energía personales, para su uso en nano-dispositivos, y otros mecanismos basados en la  electrónica de virus", explica Seung-Wuk Lee, científico de la Universidad de Berkeley, y profesor de Bioingeniería. Lee condujo la investigación en un equipo que incluye, entre otros, a Ramamoorthy  Ramesh, profesor de Ciencias de los Materiales en la Universidad de  Berkeley, y Byung Yang Lee, del Berkeley Lab.

El efecto piezoeléctrico fue descubierto en 1880 y, desde  entonces, ha sido observado en cristales, cerámica, huesos, proteínas y ADN. También se ha puesto en uso: los encendedores de los  cigarrillos eléctricos y los microscopios de sonda, por ejemplo, no  podrían funcionar sin él. Sin embargo, los materiales utilizados para  fabricar dispositivos piezoeléctricos son tóxicos, lo que limita el  uso generalizado de esta tecnología.

Lee y sus colaboradores se preguntaron si un virus, estudiado en laboratorios de todo el mundo, ofrecía una mejor alternativa: el bacteriófago M13, que sólo ataca a las bacterias, y es benigno para  las personas y, al ser un virus, se reproduce por millones en cuestión de horas, proporcionando un suministro constante. Además, este virus es fácil de manipular genéticamente.

Sin embargo, los  investigadores de Berkeley primero tenían que determinar si el virus M13 es piezoeléctrico. Para ello, Ramesh y Lee aplicaron un campo  eléctrico a una película de virus M13, observando lo que ocurría mediante un microscopio especial. Los investigadores vieron entonces que las proteínas helicoidales que envuelven los virus se retorcían y  giraban en respuesta, una señal segura del efecto piezoeléctrico.

Los científicos mejoraron aún más el sistema apilando películas compuestas de capas individuales de virus, una encima de otra -una  pila de, aproximadamente, 20 capas de espesor, mostró el mayor efecto  piezoeléctrico.

Finalmente, los científicos fabricaron un generador de virus, basado en la energía piezoeléctrica; así, crearon las condiciones para que los virus modificados genéticamente se organizaran de forma espontánea en una película de capas múltiples, esta película se intercaló, entonces, entre dos electrodos revestidos de oro, conectados por cables a una pantalla de cristal líquido.

 Cuando se aplicó presión en el generador, éste produjo un máximo de 6 nanoamperios de corriente, y 400 milivoltios de potencial. 

"Ahora estamos intentando mejorar esta técnica", afirma Lee, quien concluye que, "debido a que las herramientas de la biotecnología permiten la producción a gran escala de virus modificados genéticamente, los materiales piezoeléctricos basados en virus podrían ofrecer una ruta sencilla hacia la microelectrónica del futuro".

Fuentes:


9 de mayo de 2012

Nanoantenas clásicas y cuánticas a la vez

Nueva explicación para dispositivos que hasta ahora se definían por las ecuaciones de Maxwell. 
 

Ilustración de una nanoantena alimentada por un punto cuántico. La luz es redirigida por la antena mediante una estructura nanoscópica, como si fuera un receptor de televisión ultra-diminuto. / ICFO
Un nuevo modelo para explicar el funcionamiento de las nanoantenas ópticas resuelve sus propiedades en las distancias inferiores a los nanómetros gracias a la mecánica cuántica, lo que completa las explicaciones basadas en ecuaciones de física clásica que hasta ahora se aplicaban. Un nanómetro es la milmillonésima parte de un metro y las nanoantenas se utilizan cada vez más en aplicaciones ópticas en nanotecnología, controlando la dirección en la que la luz interactúa con la materia, por ejemplo en microscopios en miniatura. El trabajo se publica en la revista Nature Communications.

Las nanopartículas metálicas actúan como antenas ópticas, ya que aumentan la recepción, el control y la emisión de radiación óptica. Este efecto se consigue a través de la excitación colectiva de los electrones del metal y, hasta ahora, sólo había sido descrito por las ecuaciones establecidas por James Maxwell (ecuaciones de Maxwell) hace más de un siglo.

El avance de la tecnología ha ido reduciendo los tamaños y las distancias de separación entre las nanoantenas metálicas, lo que ha dado lugar a nuevas propiedades que la física clásica es incapaz de describir, tales como el transporte de electrones por efecto túnel, basado en la probabilidad de dichos electrones de desaparecer de un electrodo y reaparecer en el otro.

El investigador Javier Aizpurua, del Centro de Física de Materiales (CSIC y Universidad del País Vasco), que ha dirigido el trabajo, explica que “hasta ahora estas propiedades sólo podían describirse de forma aproximada cuando las distancias de interacción alcanzan valores por debajo del nanómetro”. El modelo propuesto por el equipo de Aizpurua permite abordar de forma compacta la “enorme cantidad de electrones involucrada en la respuesta óptica de una ñaño estructura y los efectos cuánticos que aparecen a distancias subnanométricas”, añade.

El trabajo ha contado con la colaboración de investigadores del Instituto de Colisiones Atómicas y Moleculares de Orsay (Francia) y del Laboratorio de Nanofotónica de Houston (EEUU.

Fuente:

El País Ciencia

27 de marzo de 2012

Nanopartículas para la medicina del futuro

En la actualidad, la investigación en nanopartículas es un área de gran interés debido a la inmensa variedad de aplicaciones potenciales. Hoy tengo la fortuna de poder charlar con Luis M. Liz Marzán , catedrático en la Universidad de Vigo y uno de los científicos españoles de mayor prestigio internacional, pionero mundial en el estudio de la síntesis, caracterización y aplicaciones de las nanopartículas metálicas. Entre otros, su trabajo está permitiendo el desarrollo de nuevas terapias médicas y nuevos sensores ultra sensibles, capaces de detectar enfermedades en sus estados iniciales o conocer la presencia de productos tóxicos con muy baja concentración.

Mónica Luna.- ¿De dónde emana la fascinación científica actual por las nanopartículas?

Luis Liz.- Del hecho de que sus propiedades no sólo dependen de su composición, tal y como nos dice nuestra experiencia, sino también de su tamaño y su forma. Esto nos abre un abanico inmenso de posibilidades. Por ejemplo, el oro siempre tiene un color dorado, a no ser que reduzcas tanto sus dimensiones que comiences a tener trozos del tamaño de decenas de nanómetros. Entonces el oro empieza a tener un color azul que se torna rojizo a medida que disminuyes aún más el tamaño de sus nanopartículas . Igualmente, su color también varía modificando levemente la forma de la nanopartícula.

Luis Liz Marzán

Luis Liz Marzán

Otro ejemplo interesante de propiedad que cambia con las diferentes formas geométricas es la distribución del campo eléctrico, como se puede observar en la imagen inferior. Por ejemplo, en el caso de una nanopartícula triangular, las zonas en las que el campo eléctrico es más intenso (color rojo) son los vértices.

El campo eléctrico se amplifica en distintas zonas para cada tipo de nanopartícula.

M. L.- ¿Qué propiedades de las nanopartículas consideran especialmente interesantes en su investigación?

L. L.- Esta propiedad que acabo de mencionar: cómo se concentra el campo eléctrico en las distintas zonas de las nanopartículas, es especialmente relevante a la hora de utilizar las nanopartículas como sensores de alta sensibilidad, capaces de detectar incluso la presencia de una sola molécula. Aprovechando la concentración del campo eléctrico en zonas específicas de las nanopartículas, conseguimos amplificar las señales luminosas que proceden de las moléculas unidas a ellas y de esta forma aumentar la sensibilidad de su detección.

M. L.- ¿Nos podría poner un ejemplo de esta forma de detección de moléculas?

Nanopartículas con diferentes geometrías. | L. Liz Marzán

Nanopartículas con diferentes geometrías. | L. Liz Marzán

L. L.- Un tipo de nanopartícula especialmente conveniente para detectar la presencia de una sola molécula son las nanoestrellas. En la imagen inferior se puede ver, en blanco y negro, una imagen por microscopía electrónica de una nanoestrella real con un tamaño de unos 50 nanómetros. El resto de la imagen (en color) es un esquema de cómo funciona la detección. Estas nanoestrellas concentran muy bien el campo eléctrico en sus puntas. El primer paso consiste en unir químicamente una nanoestrella a la molécula que queremos detectar (en el esquema, molécula de color blanco). Al utilizar métodos ópticos de detección de moléculas, es decir, métodos en los que cada tipo de molécula emite una luz particular (como si fuera una huella dactilar de la molécula), nos encontramos que, gracias a la utilización de nanoestrellas, la luz que emite se amplifica mucho. De esta forma, podemos detectar su presencia aunque la cantidad de moléculas (de color blanco) sea muy baja.

El campo eléctrico se amplifica en distintas zonas para cada tipo de nanopartícula.| Liz Marzán

El campo eléctrico se amplifica en distintas zonas para cada tipo de nanopartícula.| Liz Marzán

M. L.- ¿Cuáles son las ventajas de poder disponer de detectores moleculares tan sensibles?

L. L.- Muchas e importantes. Se podrían detectar enfermedades en sus comienzos, cuando aún no hay síntomas. Aunque la enfermedad esté en sus inicios y haya muy baja concentración de las moléculas indicadoras en la sangre, con métodos más sensibles se podría diagnosticar las enfermedades en etapas tempranas.

Por ejemplo, el principal obstáculo con el que los científicos se encuentran a la hora de diagnosticar la enfermedad de las vacas locas es la imposibilidad de distinguir entre el prión funcional que tienen todas las personas y animales y el infeccioso que causa la patología. Estas proteínas apenas emiten señales ópticas, con lo que también resulta imposible detectarlas. Nosotros hemos introducido nanopartículas de oro que amplifican en miles de millones de veces la señal de la molécula defectuosa, con lo cual se pueden observar incluso en concentraciones muy bajas. El sensor es capaz de detectar la presencia de hasta diez priones por cada litro de sangre, que luego, a través de un análisis por espectrofotometría, permite desvelar si son infecciosos o normales.

En humanos, enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson también podrían detectarse de forma temprana por compartir origen priónico.

M. L.- ¿Están investigando alguna aplicación de las nanopartículas relacionadas con terapia médica?

L. L.- Estamos estudiando varias posibles aplicaciones. Una de ellas consiste en utilizar las nanopartículas como repartidoras de fármacos. Como se muestra en el vídeo de la portada, cuando la nanopartícula se hidrata, aumenta de tamaño y el fármaco se infiltra en su interior. Cuando se comprime, el fármaco queda atrapado y puede ser liberado por señales térmicas o por cambios de acidez.

Otro tema de investigación que actualmente estamos llevando a cabo gracias a una importante financiación europea consiste en entender cómo se comunican las bacterias y cómo detectan la presencia de otras células. Nos gustaría llegar a conocer cómo podemos manipular el comportamiento de las bacterias para que, en presencia ciertos tejidos, actúen de modo menos agresivo y así poder prevenir enfermedades. Asimismo, buscamos poder manipular estas bacterias con la finalidad de que se comporten de modo más o menos activo con ciertos tipos de células, algo que podría utilizarse como sistemas de terapia.

M. L.- ¿Cree que si los resultados de su investigación llegasen a establecerse como terapias, serían seguras?

L. L.- Los protocolos de seguridad a los que están obligados los medicamentos y terapias médicas son muy estrictos. Si consiguen pasarlos podemos estar seguros de que no habrá contraindicaciones graves.

M. L.- ¿Cuál es la parte más importante de la investigación que realizan?

L. L.- Creo que la parte relacionada con ciencia básica es muy importante. Es imprescindible entender cómo crecen las partículas, porqué crecen con unas determinadas condiciones y porqué eso da lugar a unas propiedades específicas. Investigar en ciencia básica es fundamental para conocer qué pueden hacer las nanopartículas, tanto para bien, como para mal. Además, para poder llegar a aplicaciones prácticas hay que entender los aspectos básicos y por eso hay que invertir esfuerzo en proyectos que aparentemente no llegan a una aplicación directa.

Mónica Luna es investigadora en Nanociencia y Nanotecnología en el Instituto de Microelectrónica de Madrid (CNM-CSIC).
monica.luna.estevez@gmail.com

Fuente:

El Mundo Ciencia

2 de marzo de 2012

Echenique: 'La nanotecnología está ya en nuestra vida diaria'


El físico Pedro Miguel Echenique, en Santander. Efe

El físico y premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Tecnológica, Pedro Miguel Echenique, ha destacado el nivel de España en las investigaciones sobre nanotecnología, una rama científica que, según ha asegurado, ya tiene aplicaciones en distintos aspectos de la vida cotidiana.

"Hoy la nanotecnología ya está en nuestra vida diaria", ha afirmado Echenique antes de impartir una conferencia sobre sus investigaciones en el marco del congreso NanoSpain 2012, que se celebra en Santander con la presencia de cerca de 250 expertos internacionales.

En rueda de prensa, el presidente del Donostia International Physics Center (DIPC), dedicado actualmente a estudiar la actividad de la materia a escalas nanométricas en el tiempo, ha destacado que España está contribuyendo a la nanotecnología con investigaciones de "vanguardia".

Sin embargo, ha matizado que se trata de una rama de la ciencia "intrínsecamente interdisciplinar", cuyas investigaciones y avances afectan a todos los campos. "Es transversal", ha apostillado.

"El problema no es en qué se va a utilizar la nanotecnología, sino en qué no se va a usar", ha argumentado Echenique, quien considera que su aplicación "va a invadir de forma horizontal todos los aspectos de la vida".

Presencia en numerosos campos

En este sentido, el prestigioso investigador ha recalcado que la nanotecnología "invade la actividad económica, la actividad social y la actividad casi cultural".

Especialmente, Echenique ha hecho referencia a campos como la medicina o la tecnología, en los que considera que la aplicación de los avances "es más sencilla".

Aunque también ha destacado las aplicaciones de la nanotecnología en otros elementos cotidianos como los componentes de aparatos deportivos, entre otros.

Echenique ha insistido en que se trata de una rama científica cuyas investigaciones y aplicaciones afectan "a todos los campos de la vida cotidiana", aunque ha puntualizado que "otra cosa es que se puedan obtener resultados inmediatos"

Fuente:

El Mundo Ciencia

27 de febrero de 2012

La danza de los electrones en una molécula ya tiene foto


Distribución de la carga en una molécula

Los electrones bailan entre los extremos de la X.

Investigadores en Suiza lograron obtener las primeras imágenes de la "distribución de la carga" en una molécula, las que muestran la intrincada danza de electrones en una escala infinitesimal.

Las cargas en un átomo habían sido medidas con anterioridad, pero capturar esa danza en una molécula había resultado significativamente más difícil.

El experimento puede arrojar luz sobre el proceso de "transferencia de cargas" que es tan común en la naturaleza.

Y los científicos esperan que este avance permita saber más del "nanomundo", lo que no solo sería fundamental en términos científicos, sino también para el futuro de aplicaciones más prácticas en las pueda aprovecharse el comportamiento de la electricidad en esas mínimas dimensiones.

"Ahora será posible investigar cómo se redistribuye la carga a nivel de una simple molécula cuando se establecen vínculos químicos entre átomos y moléculas en la superfice", dijo el principal autor del estudio, Fabian Mohn.

"Esto es esencial para nuestra búsqueda de cómo construir aparatos a escala atómica y molecular", concluyó.

Gracias a Kelvin

El estudio fue elaborado por un grupo del IBM Research Zurich que se especializa en examinar el mundo en una escala infinitesimal.

El mismo equipo es responsable por haber medido la carga de un átomo así como de haber obtenido la primera imagen de una molécula, por lo que en cierto sentido, este nuevo hallazgo es una combinación de los dos trabajos anteriores.

Pero en este último trabajo utilizaron una técnica diferente: el microscopio exploratorio Kelvin, una variante del microscopio de fuerza atómica que permitió la primera imagen molecular en 2009.

Este método requiere una barra de un tamaño mínimo, unas millonésimas de metro, con una punta afilada que termina en una pequeña molécula.

Esta barra carga un pequeño voltaje mientras escanea la superficie de una molécula más grande, con forma de X, llamada naphthalocyanine.

Cuando la punta afilada, cargada con este voltaje, encuentra cargas dentro de la naphthalocyanine, la barra comienza a menearse de tal forma que muestra precisamente dónde están los electrones.

El truco con una naphthalocyanine es que, aplicando el voltaje directamente a la molécula, los dos átomos de hidrógeno en su centro cambian de lugar y los electrones se reorganizan en los lados opuestos de la X.

Con la técnica utilizada por los investigadores, ellos fueron capaces de observar este cambio en la distribución de la carga.

Los detalles de la investigación son publicados en la revista Nature Nantechnology.

Fuente:

BBC Ciencia

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17 de febrero de 2012

Una farmacia dentro de tu cuerpo

Microchip

Los chips fueron colocados en las caderas de siete mujeres con osteoporosis.

La idea futurista de que se pueden implantar microchips bajo la piel de un paciente para controlar el suministro de medicinas dio otro paso adelante.

Un grupo de científicos estadounidenses ha estado probando uno de esos dispositivos en mujeres que sufren de osteoporosis, un mal que degenera los huesos.

El chip se inserta en la cintura y es activado por control remoto.

Un ensayo clínico, publicado en Science Translational Medicine, mostró que el chip podría administrar las dosis correctas y que además no produce efectos secundarios.

La innovación también fue abordada en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia.

Uno de los diseñadores, el profesor Robert Langer, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por sus siglas en inglés) afirmó que la naturaleza programable del dispositivo abre nuevos y fascinantes caminos para la medicina.

"Usted, literalmente, podría tener una farmacia en un chip", dijo. "Este estudio utilizó el dispositivo para el tratamiento de la osteoporosis. Sin embargo, hay muchas otras aplicaciones donde este tipo de enfoque de microchip podría mejorar los resultados en el tratamiento de pacientes con esclerosis múltiple, o para el suministro de vacunas, para el cáncer y el tratamiento del dolor".

Se trata del primer ensayo con este tipo de dispositivos en humanos para el suministro de fármacos de manera controlada de una forma inalámbrica. La tecnología ha estado siendo desarrollada en lo últimos 15 años.

Programación de la dosis

El chip del tamaño de la uña está conectado a una serie de pequeños compartimientos sellados donde es colocado el fármaco, en este caso, una hormona paratiroidea, la teriparatida, que se utiliza para contrarrestar la pérdida de densidad ósea. Totalmente envasado, el dispositivo tiene aproximadamente el tamaño de un marcapasos cardíaco.

Los compartimientos con el fármaco están cubiertos por una membrana delgada de platino y titanio. Una dosis sólo puede salir cuando una membrana del compartimiento se rompe, lo que se consigue mediante la aplicación de una pequeña corriente eléctrica.

El chip controla el tiempo, y debido a que es programable, las dosis se pueden programar por adelantado o -como en el estudio recientemente dado a conocer- activarse de forma remota mediante una señal de radio.

"Cuando el microprocesador decide emitir corriente a través de una membrana específica, ésta se deshace en unos 25 microsegundos", explicó el coautor, el profesor Michael Cima.

"La medicina pasa a los vasos capilares que rodean el dispositivo y así entra en el torrente sanguíneo".

El dispositivo se probó en Dinamarca en siete mujeres entre 65 y 70 años de edad. En su artículo, los científicos informan que el implante suministró el medicamento teriparatida con la misma eficacia que las inyecciones especiales que se usan para administrar dicho tratamiento. También revela que hay indicios de mejora de la formación de hueso (aunque la eficacia del fármaco no se evaluó formalmente).

Además, no se observaron efectos secundarios.

La innovación que comenzó como un proyecto de investigación en el MIT, ahora está siendo desarrollada por la empresa Microchips Inc.

La compañía está tratando de ampliar el sistema para que el dispositivo pueda suministrar más dosis. En el experimento, los dispositivos sólo tenían 20 compartimientos.

Microchips Inc cree que estos dispositivos para la administración de fármacos podrían incluir cientos de compartimientos.

Sin embargo, el equipo que trabaja en ello reconoce que un producto con tales características puede comercializarse en unos cinco años.

"Promesa clínica"

Al comentar sobre la investigación, John Watson, profesor de bioingeniería de la Universidad de California en San Diego, indicó que hay que hacerle una serie de mejoras para que el dispositivo sea efectivo.

"En el estudio, el dispositivo falló en un paciente (un octavo paciente no incluido en la prueba), y el proceso de fabricación incluyó sólo un tipo de dispositivo (siete en total) con 20 compartimientos con el fármaco", dijo.

"Todas las dosis fueron suministradas desde los siete dispositivos. Hacen falta algunos años para que esta tecnología sea aprobada por la Administración de Alimentos y Medicinas de EE.UU.".

Microchip

El uso de los microchips está teniendo cada vez más aplicaciones en el mundo de la medicina.

Los sistemas automatizados de administración de fármacos probablemente serán populares entre los pacientes que actualmente tienen un régimen diario de inyecciones autoadministradas.

Julia Thomson, una enfermera de la Sociedad Nacional de Osteoporosis del Reino Unido, dijo que estas innovaciones podrían mejorar el régimen de suministro de medicamentos en los pacientes, algunos de los cuales dejarán de inyectarse medicamentos por la molestia que esta actividad produce.

"Estos implantes significan un nuevo enfoque en la manera en que se administra la hormona paratiroidea, y aunque se trató de un estudio muy pequeño, los resultados son ciertamente emocionantes", dijo.

"La desventaja con la hormona paratiroidea siempre ha sido que las mujeres tienen que inyectarse diariamente, por lo que un nuevo implante ayudará al régimen de suministro de medicamentos".

En última instancia, dicen los investigadores del MIT, se podrían fabricar sensores combinados con chips que tengan compartimientos con diferentes tipos de fármacos, creando un sistema que se podría adaptar a diferentes tratamientos que respondan a las condiciones cambiantes del cuerpo del paciente.

Fuente:

BBC Ciencia

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9 de febrero de 2012

Formación de "nano cuadricópteros"



Si los anteriores vídeos de cuadricópteros que hemos posteado por aquí ya daban un poco de repelús, el último experimento del laboratorio Grasp, de la Universidad de Pensilvania, es para agarrase a la silla. Como veréis en el vídeo (a partir de 0,45), han diseñado una versión reducida de los prototipos, a los que llamana "nano-cuadricópteros" y que realizan formaciones aún más numerosas y precisas. Las escenas resultantes son una mezcla de La Guerra de las Galaxias y el Space Invaders. ¿Qué serán capaces de hacer estos enjambres de robots cuando aprendamos a programarlos o les enseñemos a actuar de forma independiente?

Más vídeos de cuadricópteros en Fogonazos
.

Tomado de:

Fogonazos

10 de enero de 2012

Nanotubos de carbono para la electrónica del futuro

Nanotubo de carbono.| Wikipedia.

Nanotubo de carbono.| Wikipedia.

Los nanotubos de carbono son nanoestructuras compuestas exclusivamente por átomos de carbono que presentan propiedades inusuales, muy valiosas para diseñar nuevos dispositivos electrónicos, ópticos o fabricar nuevos materiales. Ramón Aguado (http://www.icmm.csic.es/raguado) investiga en el Instituto de Ciencias de Materiales de Madrid (CSIC) las propiedades cuánticas de nanoestructuras tales como estos sorprendentes nanotubos de carbono, utilizando modelos matemáticos.

Ramón Aguado. | (ICMM-CSIC)

Ramón Aguado. | (ICMM-CSIC)

Mónica Luna.- ¿Qué es un nanotubo de carbono?

Ramón Aguado.- A partir de un mismo elemento químico es posible tener sistemas muy diferentes dependiendo de cómo se unan los átomos. En el caso del carbono, se pueden formar varios tipos de estructuras con propiedades radicalmente distintas; pensemos en lo poco que se parecen entre sí un trozo de carbón amorfo y un diamante. Pues bien, en los últimos años hemos aprendido que es posible tener una nueva estructura estable, denominada grafeno, en la que los átomos de carbono forman una lámina que tiene un solo átomo de grosor. Un nanotubo es una lámina de grafeno que se enrolla sobre sí misma para formar un tubo. El diámetro de estos tubos es de apenas 1 nanómetro (un millón de veces más pequeño que un milímetro), pero, sin embargo, su longitud puede ser de varios centímetros. Nunca antes se había conseguido fabricar un tubo molecular con una proporción tan alta entre longitud y diámetro.

Nanotubo de carbono.| Wikipedia

Nanotubo de carbono.| Wikipedia

M. L.- ¿Por qué han despertando tanto entusiasmo estas nanoestructuras?

R. A.- Lo realmente excepcional de los nanotubos de carbono son sus propiedades mecánicas y eléctricas. Es el material más duro que se conoce, más incluso que el diamante. Un cable de un cm cuadrado de sección de este material soportaría un peso de más de mil toneladas. El equivalente de un cable de acero estaría en torno a las 10 toneladas. Además, por si fuera poco, tienen propiedades electrónicas excepcionales. La resistencia eléctrica es extremadamente baja, debido a que los electrones apenas colisionan en su camino. Esto hace que los nanotubos tengan altísimas movilidades electrónicas y soporten densidades de corriente eléctrica miles de veces más grandes que los mejores cables de cobre.

M. L.- ¿Cómo se pueden aprovechar estas propiedades tan ventajosas?

Nanotubos de carbono crecidos de forma alineada.| Wikipedia.

Nanotubos de carbono crecidos de forma alineada.| Wikipedia.

R. A.- Al ser un conductor eléctrico tan excelente podría ser una solución a uno de los problemas actuales de la industria de la microelectrónica, que es la generación de calor. A medida que se reduce el tamaño de los componentes electrónicos y éstos son más rápidos, se genera más calor por lo que hay que buscar otros materiales para construir estos nuevos transistores cada vez más pequeños.

M. L.- Aparte de la generación del calor, otro problema de la miniaturización es la aparición de efectos cuánticos.

R. A.- Efectivamente, el último transistor que acaba de anunciar INTEL tiene un tamaño de puerta de 22 nanómetros y anuncian tamaños de 10 nanómetros para el 2015. Esto significa que la industria está al límite miniaturizar sus transistores a tamaños cercanos al de un átomo. A estas escalas, los efectos cuánticos aparecen de manera natural. Para explicarlo de manera sencilla, los electrones dejan de comportarse simplemente como cargas eléctricas y se comportan cuánticamente, como ondas que pueden atravesar obstáculos e interferir. Cuando esto ocurre las leyes clásicas que rigen un circuito eléctrico dejan de ser válidas. Mi trabajo consiste en estudiar estos efectos cuánticos y entenderlos, de manera que podamos llegar a utilizar estas nuevas propiedades en nuestro beneficio diseñando nuevos transistores y dispositivos cuánticos, en vez de verlas como un contratiempo. Este campo de investigación se denomina nanoelectrónica cuántica. Uno de sus objetivos más ambiciosos es la creación de bits cuánticos (qubits) que son el equivalente de los ceros y unos de la electrónica actual pero en versión cuántica. Una opción muy prometedora para conseguirlo se basa en utilizar los electrones en un nanotubo o, en general, en nanoestructuras denominadas puntos cuánticos en las que los electrones están confinados.

M. L.- ¿Qué ventajas tendríamos al utilizar estos bits cuánticos?

R. A.- Los qubits permiten realizar operaciones que son imposibles o extremadamente lentas con un ordenador actual como, por ejemplo, factorizar un número muy grande en sus factores primos. Gran parte de los algoritmos de encriptación en las tarjetas de crédito se basan en estas factorizaciones. Esto es sólo un ejemplo, se estudian también memorias cuánticas, puertas lógicas cuánticas, etc.

Nanotubo entre electrodos. L. Kouwenhoven,| Universidad de Delft (Holanda)

Nanotubo entre electrodos. L. Kouwenhoven,| Universidad de Delft (Holanda)

M. L.- ¿Nos puede explicar de manera sencilla cómo se consigue un bit cuántico en un nanotubo?

R. A.- Hay varias formas de construir qubits en nanotubos. Una opción es usar el espín de los electrones. El espín es una propiedad física que tienen las partículas relacionada con la rotación de la partícula en torno a sí misma. En el caso de los electrones, este espín puede tener dos valores, que tendrían un papel semejante al 0 y al 1 de los bits actuales.

M. L.- ¿Estamos cerca de conseguir realizar bits cuánticos en un circuito?

R. A.- Me agrada particularmente esta pregunta ya que es importante destacar que esto no es algo abstracto que sólo existe en nuestras ecuaciones. Hay muchos laboratorios en el mundo que ya son capaces de construir y manipular de manera controlada estos qubits. También creo que es importante recalcar que ya hay muchísimas tecnologías que se basan en la física cuántica. Su impacto en nuestras vidas cotidianas es altísimo. Pensemos, por ejemplo, en el láser o en la resonancia magnética nuclear. Volviendo a la pregunta, estamos en un momento en el que hemos pasado de utilizar propiedades cuánticas en sistemas de muchos átomos, como en los dos ejemplos que acabo de mencionar, a ser capaces de manipular a voluntad las propiedades de electrones individuales. Algo, sin lugar a duda, fascinante.

M. L.- ¿Qué utilidad puede tener el poder manipular electrones individualmente?

Electrones girando alrededor de un nanotubo.| R. Aguado.

Electrones girando alrededor de un nanotubo.| R. Aguado.

R. A.- Puedo darle, como ejemplo, los resultados de una reciente investigación que acabamos de publicar. La combinación de las propiedades del espín del electrón con las propiedades generadas al girar ese electrón alrededor del nanotubo resulta en una interacción capaz de producir importantes cambios en dispositivos formados por materiales superconductores. ¡El giro de un solo electrón en le nanotubo es capaz de cambiar el signo de las supercorrientes de billones de electrones en un superconductor!

M. L.- ¿Nos puede avanzar algo de sus investigaciones actuales?

R. A.- Los electrones en el grafeno que forma el tubo se comportan siguiendo las mismas leyes relativistas que rigen en un acelerador de partículas como el del CERN. Esto es algo sorprendente si uno lo piensa detenidamente. Usando este tipo de analogías en sistemas similares formados por nanohilos superconductores se ha predicho teóricamente que se podrían crear partículas iguales a sus antipartículas, estas partículas se denominan fermiones de EnlaceMajorana. Esto ha desencadenado una gran actividad en laboratorios punteros tales como los de Delft (Holanda) o Harvard (Estados Unidos) para detectar estas partículas en nanohilos y ganar así la carrera a los expertos en neutrinos (los neutrinos son probablemente fermiones de Majorana pero todavía nadie lo ha podido probar experimentalmente). Este es, en mi opinión, uno de los aspectos más fascinantes de estos sistemas de los que hemos hablado: no sólo pueden tener aplicaciones prácticas revolucionarias sino que, además, sirven como sistemas ideales en donde se puede estudiar física a nivel muy fundamental.

Fuente:

El Mundo Ciencia

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