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13 de agosto de 2016

El extraordinario secreto de Phelps para ser un superatleta

El nadador estrella de los Juegos Olímpicos y récordman con ocho medallas doradas en un mismo certamen posee un cuerpo que lo diferencia de sus competidores.

Nota: este artículo fue publicado originalmente en el 2008 en la web de la BBC.


Michael Phelps, convertido en la gran figura de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 por ser el primer deportista en obtener ocho medallas doradas en una misma cita, tiene algo que lo diferencia de los demás a la hora de ser el mejor nadador de la historia: su cuerpo. 

Periodistas deportivos, espectadores, colegas nadadores y el público en general analizaron cómo hizo este joven de 23 años para alcanzar semejante marca inédita. Concluyeron que el nadador de Baltimore posee un cuerpo privilegiado para el nado. 

Ello implica que sus características físicas aportan un gran rédito a su extraordinario desempeño a la hora de ganar competencias con récord mundiales incluídos. 

El primer análisis se centró en su la extensión de sus brazos: cuando Phelps los extiende alcanza una envergadura de 2,08 metros, cuando debido a su altura y proporción debería tener 1,96 metros. 

El segundo énfasis se pone en su largo torso. Por el largo de sus piernas, Phelps debería medir 1,80 metros, pero al tener un gran y desproporcionado torso, mide 1,93 metros. 

Como explica en una columna escrita para la BBC por el ex nadador olímpico británico Steve Parry, esto le permite superar uno de los principales problemas que sufren los nadadores; al arrastrarse por el agua, las piernas los desaceleran. 

Calorías y grasas. Pese a seguir una dieta de más de 10.000 calorías al día, se estima que Phelps tiene alrededor de 4% de grasa corporal, y eso le permite maximizar su esfuerzo y alcanzar mayor velocidad, por lo que los expertos indican que esto hace que su metabolismo interno sea único. 

Ya se sabe que todos los atletas producen ácido láctico cuando su sistema aeróbico no puede mantenerse al ritmo de producción de energía que es necesario para funcionar correctamente. Pese a su dieta alta en calorías y grasas, Phelps tiene 4% de grasa corporal. 

Un nadador necesita seguir nadando para liberarse de este ácido y así ser capaz de alcanzar su máximo potencial; Phelps es particularmente bueno en esto, como explica a BBC Mundo el doctor José Gerardo Villa, de la Facultad de Medicina Deportiva de la Universidad de León, en España. 

"Phelps es un caso excepcional en su comportamiento metabólico al ácido láctico. Tiene la mitad de cargas de ácido láctico de lo que es normal, y eso le permite recuperar mejor para poder afrontar más pruebas competitivas", dice Villa. 

Eso, en Pekín, le permitió saltar de una prueba a otra -a veces con una diferencia de sólo una hora entre las competiciones- y seguir logrando medallas. 

Y hay otros detalles de su cuerpo que lo hacen especial: Phelps tiene doble articulación en sus tobillos que le permiten hacer un movimiento típico de bailarina de ballet, poniendo sus pies de punta y haciéndolos mover como verdaderas aletas con enorme agilidad. 

Esa enorme flexibilidad corporal es clave, como admite Fernando Canales, un ex nadador olímpico de origen puertorriqueño que es parte del grupo de entrenadores de Phelps en la Universidad de Michigan en Estados Unidos. 

Nuevas investigaciones científicas y especulaciones periodísticas aparecerán, hasta que un nuevo Michael Phelps -o él mismo- rompa nuevamente el récord y alcance más glorias deportivas. 

Tomado de:

La Nación

9 de agosto de 2016

El "cupping" y los extraños moratones circulares de Michael Phelps

Michael Phelps no solo llamó este domingo (07 de agosto de 2016) la atención del público por ganar su 19º medalla de oro olímpica o por participar en su quinta edición de unos Juegos Olímpicos, sino que también lo hizo por unos extraños moratones circulares que lucía en sus hombros y espalda. 





Las marcas del nadador estadounidense son producto de una terapia denominada cupping —masaje con ventosas— y que consiste en aplicar ventosas sobre el cuerpo, a las que se les extrae el aire, y que se manipulan con el fin de eliminar toxinas de la sangre. En teoría, esta técnica mejora el flujo sanguíneo y ayuda a relajar los músculos. 


Phelps, de 31 años, no es el único atleta que ha utilizado esta técnica en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Recientemente, el gimnasta estadounidense Alex Naddour publicó una foto en su cuenta de Instagram donde se veía una marca del cupping, así como el gimnasta Chris Brooks o la exnadadora Natalie Coughlin. "Este es el secreto que he utilizado este año y que me mantiene saludable", dijo Naddour a USA Today. "Es el dinero mejor gastado". 



Para realizar este masaje con ventosas se calientan unas pequeñas esferas de cristal que se colocan en la piel. El efecto vacío provoca que se succione la piel, mejorando así la circulación sanguínea y linfática, y haciendo que se relajen los músculos. Los moratones restantes duran, al menos, dos semanas.

Fuente:

El País (España)

¿Por qué Michael Phelps puede tomar 12.000 calorías al día y tú no?

El campeón olímpico podría comerse 12 hamburguesas diariamente y seguir consiguiendo medallas. Río 2016 acaba de empezar y ya ha colgado su 23ª medalla olímpica al cuello.

Quizá Michael Phelps no haya oído nunca el refrán español que dice que "quien no sirve para comer, no sirve para trabajar”; sin embargo, lo cumple a rajatabla. El nadador estadounidense, que superó a Mark Spitz consiguiendo ocho medallas en Pekín (lleva 23 en total y Río 2016 solo acaba de empezar), se echa al cuerpo 12.000 calorías todos los días, lo que equivale a 12 hamburguesas con sus patatas, postre y refrescos correspondientes. Algo así como comrese dos pollos a la brasa enteros en un día (con sus cremas y gaseosas), para contextualizar a nuestra realidad peruana. Es decir, casi cinco veces más de lo que consume una persona normal, que estaría en torno a las 2.500 calorías. Pero para concretar lo que comes tú –que te pasas el día en la oficina– y el campeón olímpico –que entrena en torno a cinco horas diarias– hemos querido comparar ambos menús, el tuyo y el suyo.



En colaboración con el Dr. Esteban Jódar, jefe del servicio de endocrinología del Hospital Universitario Quirón de Madrid, hemos confeccionado un menú para tu próximo día de oficina. Para hacer la prueba y teniendo en cuenta que todos somos diferentes, hemos elegido a un individuo estándar: hombre de 30 años, 75 kilos, que lleve una vida sedentaria y que consuma en un día unas 2.250 calorías. Nos referimos al prototipo de joven con trabajo, que vive de los tupper y, ¡ATENCIÓN!, hace las cinco comidas diarias recomendadas. Explicado esto, empecemos.

Tu menú (2.250 calorías)

Desayuno: leche con o sin café, una pieza de fruta y pan (50 gramos).
Media mañana: pan (60 gramos) y queso desnatado (30 gramos).
Comida: una ensalada, macarrones (50 gramos) con tomate (100 gramos) y carne picada (100 gramos), pan (40 gramos) y dos piezas de fruta.
Merienda: leche con o sin café y dos piezas de fruta.
Cena: sopa de pasta (50 gramos), merluzaa la plancha (150 gramos), Ensalada (150 gramos), pan (40 gramos) y dos piezas de fruta.
Antes de dormir: un vaso de leche.

El menú de Michael Phelps, cortesía de la BBC (12.000 calorías)

Desayuno: tres sándwiches de huevo frito, queso, tomate, lechuga, cebollas fritas y mayonesa; tres tortitas con chocolate, una tortilla de cinco huevos, una tostada con azúcar y sémola de maíz; y dos tazas de café.
Comida: pasta, dos sándwiches de jamón y queso con mayonesa en pan blanco; y bebidas energéticas.
Cena: otro plato de pasta con salsa carbonara, una pizza y bebidas energéticas.

¿Por qué Phelps puede y tú no?

Evidentemente los dos menús son orientativos. Ni Michael come todos los días lo mismo ni tú tienes por qué seguir al pie de la letra el menú que hemos confeccionado. Sin embargo, la respuesta a la pregunta que planteamos es muy sencilla y razonable. “Uno de los factores que diferencian el metabolismo de una persona y de otra es el esfuerzo físico. Tú en una hora puedes consumir unas 500 calorías jugando al tenis, pero también se puede llegar a las 1.000 calorías gastadas, dependiendo de la intensidad. El hombre que está en la oficina también gasta energía, evidentemente, pero no como Phelps, que entrena de cinco a seis horas diarias. Por lo tanto, uno necesita más que otro", explica el doctor Jódar. "Si Michael consumiera menos de 10.000 calorías, perdería peso, porque no estaría en sus niveles. Todo depende del trabajo que desempeñemos, por ejemplo un minero, por su actividad, necesitaría entre 7.000 y 8.000 calorías”.

Por otra parte, no es lo mismo alcanzar las 12.000 calorías comiendo hamburguesas que haciéndolo de forma saludable: “La comida basura tiene mucha densidad calórica, pero no es de calidad. Por eso la mayoría de los profesionales las ingieren mediante arroz, pasta y filetes, llegándolos a odiar. El deportista se tiene que preguntar cuánto necesito y qué voy a tomar”. En definitiva, si quieres comer lo mismo que Phelps ya puedes ir dedicando seis horas a entrenar todos los días. Si no, lo de comerte 12 hamburguesas al día tendrá que esperar.

Tomado de:

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