Michael Phelps no solo llamó este domingo (07 de agosto de 2016) la atención del público por ganar su 19º medalla de oro
olímpica o por participar en su quinta edición de unos Juegos
Olímpicos, sino que también lo hizo por unos extraños moratones
circulares que lucía en sus hombros y espalda.
Las marcas del nadador estadounidense son producto de una terapia denominada cupping —masaje con ventosas— y que consiste en aplicar
ventosas sobre el cuerpo, a las que se les extrae el aire, y que se
manipulan con el fin de eliminar toxinas de la sangre. En teoría, esta
técnica mejora el flujo sanguíneo y ayuda a relajar los músculos.
Phelps, de 31 años, no es el único atleta que ha utilizado esta técnica en los Juegos Olímpicos de Río 2016. Recientemente, el gimnasta estadounidense Alex Naddour publicó una foto en su cuenta de Instagram donde se veía una marca del cupping,
así como el gimnasta Chris Brooks o la exnadadora Natalie Coughlin.
"Este es el secreto que he utilizado este año y que me mantiene
saludable", dijo Naddour a USA Today. "Es el dinero mejor gastado".
Para realizar este masaje con ventosas se calientan unas
pequeñas esferas de cristal que se colocan en la piel. El efecto vacío
provoca que se succione la piel, mejorando así la circulación sanguínea y
linfática, y haciendo que se relajen los músculos. Los moratones
restantes duran, al menos, dos semanas.
Fuente:
El País (España)
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9 de agosto de 2016
14 de enero de 2011
Alemania presenta un plan para acabar con las dioxinas
Un cerdo en una granja de Schlamersdorf, donde se han encontrado toxinas.
La ministra alemana de Consumo, Eigner, acaba de presentar el Plan de Acción con el que espera poner fin a la contaminación por dioxinas, tras reconocer oficialmente que la carne de al menos 200 cerdos ha llegado a los supermercados alemanes y que la contaminación ha llegado, por tanto a la cadena alimenticia.
El plan consta de los siguientes 10 puntos. A partir de ahora quedarán separada legal y físicamente la producción de aceites industriales y grasas destinadas a la industria de la alimentación. No podrán llevar a cabo ambas producciones las mismas empresas. Aumentarán las restricciones para la concesión de licencias para producción de piensos y será necesaria más cualificación para los trabajadores de estas plantas. Se elevarán las cuantías de las sanciones y los fabricantes serán obligados a efectuar mayores controles y a reportar los resultados de todos los análisis a las autoridades. Igualmente, cualquier laboratorio privado que realice análisis a muestras de alimentos o a los piensos, estarán obligados a informar a las autoridades de cualquier hallazgo que indique niveles de dioxinas superiores a los permitidos. El Ministerio de Consumo se compromete a elaborar una lista de sustancias que sí pueden utilizarse en la fabricación de alimentos que tendría que obtener un visto bueno de la UE.
Prevenir posibles contaminaciones futuras
El plan consta de los siguientes 10 puntos. A partir de ahora quedarán separada legal y físicamente la producción de aceites industriales y grasas destinadas a la industria de la alimentación. No podrán llevar a cabo ambas producciones las mismas empresas. Aumentarán las restricciones para la concesión de licencias para producción de piensos y será necesaria más cualificación para los trabajadores de estas plantas. Se elevarán las cuantías de las sanciones y los fabricantes serán obligados a efectuar mayores controles y a reportar los resultados de todos los análisis a las autoridades. Igualmente, cualquier laboratorio privado que realice análisis a muestras de alimentos o a los piensos, estarán obligados a informar a las autoridades de cualquier hallazgo que indique niveles de dioxinas superiores a los permitidos. El Ministerio de Consumo se compromete a elaborar una lista de sustancias que sí pueden utilizarse en la fabricación de alimentos que tendría que obtener un visto bueno de la UE.
Prevenir posibles contaminaciones futuras
Los fabricantes de piensos y forrajes, en una medida cuyos efectos económicos están aún por esclarecerse, serán obligados de ahora en adelante a contratar seguros para posibles casos de contaminación como el que sufre actualmente la cadena alimenticia alemana, para que puedan hacer frente a los costes que suponen los cierres de granjas y retirada de alimentos de los comercios. Este tipo de seguros no existe por ahora, y tendrá que ser diseñado por las compañías aseguradoras. También serán elevadas las sanciones y se creará una nueva base de datos que reúna los resultados de análisis públicos y de laboratorios privados, y que servirá para cruzar datos de la industria y del medio ambiente, lo que permitirá en un segundo paso la creación de sistemas de alerta temprana. El gobierno alemán considera que todos los excesos de dioxinas detectados deben ser publicados y que la información debe ser totalmente transparente de cara al consumidor final.
No termina de convencer
No termina de convencer
Este plan, sin embargo, no satisface enteramente a las organizaciones de consumidores, que le reprochan, por ejemplo, que no contemple menciones explícitas a la contaminación de cereales, y a la oposición. El líder socialdemócrata Sigmar Gabriel exige que la investigación sobre el actual escándalo sea traspasada del Ministerio de Consumo a la Oficina Federal de Criminalidad y que transcurra por los cauces penales, puesto que, a su juicio, “desborda la capacidad de este Ministerio porque no se trata de controles de laboratorios, sino de una lucha contra la mafia de la alimentación”.
Fuente:
El Mundo Ciencia
Fuente:
El Mundo Ciencia
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