La tormenta tropical Sandy está dejando un rastro de destrucción a su paso por el Caribe. Se trata de un huracán de categoría 2, es decir relativamente débil (en una escala de 1 a 5) y, sin embargo, tremendamente pesado. ¿Cuánto? Lo mismo que una manada de 40 millones de elefantes o como 1 millón largo de ballenas azules.
La comparación entre el peso del huracán y los voluminosos animales no es un cálculo frívolo sino una unidad real de medida utilizada por los meteorólogos para determinar la masa de las nubes: perros y gatos para las nubes pequeñas, y ballenas y elefantes para las más grandes, siendo el paquidermo la unidad de medida más habitual.
La utilización de la “escala elefante”
trata de poner de manifiesto que las nubes son mucho más pesadas de lo
que nos creemos desde el suelo, al verlas flotar livianamente en el
cielo. Por ejemplo, la clásica nube blanca y algodonosa (cúmulo) pesa del orden de 100 elefantes, unas 600 toneladas, mientras una nube negra de tormenta (cúmulo-nimbo) puede alcanzar los 200.000 elefantes o 7.000 ballenas azules (Un apunte para contextualizar estas cifras: el elefante, el animal más pesado de la tierra, pesa lo mismo que la lengua de la ballena azul, el animal más pesado de la Tierra).
Y por fin llegamos a la tormenta tropical,
ciclón o huracán, que puede alcanzar un peso total de 40 millones de
elefantes, lo que viene siendo la población mundial de elefantes…
multiplicada por 26. ¿Y esto cuánto es en ballenas? Pues en torno a 1,2 millones,
que una vez más deberían ser ballenas virtuales, pues se calcula que la
población mundial de esto cetáceos es de 11.200… que pesarían cien
veces menos que el huracán Sandy.
¿Huracán? No: hipercán.
Pero
queda una pregunta en el aire, flotando como nube, ¿cómo es posible que
las nubes no caigan al suelo pesando tanto como pesan? La respuesta nos
la da el sensacional ‘Nuevo pequeño gran libro de la ignorancia’:
“… El peso de la nube está distribuido en una grandísima cantidad de diminutas gotas de agua y de cristales de hielo a lo largo de una superficie muy extensa. Las gotas más grandes no superan los 0,2 milímetros de anchura. Las nubes se forman sobre corrientes ascendentes de agua caliente. El aire que sube es más fuerte que la presión descendente de las gotas de agua, y por eso flotan las nubes. Cuando el aire se enfría y cae, llueve”.
Por cierto, tampoco
habría gatos y perros en el mundo para igualar el peso de un ciclón
como el que azota Cuba en estos instantes: Sandy pesa unos 20.000 millones de perros y 20.000 millones de gatos.
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