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30 de mayo de 2008

Comportamiento: Encuentran área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás.

Comportamiento: Encuentran área del cerebro que se activa cuando juzgamos a los demás.

Los procesos cognitivos abstractos se hallan en una región específica de la corteza cerebral.

Neurocientíficos del MIT han conseguido definir, utilizando la tecnología de captación de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI), el área del cerebro que se activa cuando emitimos un juicio de valor moral sobre el comportamiento de otras personas. El descubrimiento implicaría que no sólo los procesos cognitivos más sencillos se reflejan en la actividad cerebral, sino que también los procesos cognitivos complejos de mayor nivel están vinculados a áreas concretas de la corteza del cerebro. En este caso, los juicios morales ponen en marcha la unión temporoparietal que es el lugar en el que se encuentran el lóbulo temporal y el lóbulo parietal del cerebro. Se sabe que esta región juega un papel fundamental en los procesos de distinción entre el yo y los demás.

Por Yaiza Martínez.


Unión temporoparietal, la región implicada. MIT.

Científicos del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), en Estados Unidos, han conseguido definir el área del cerebro que se activa cuando juzgamos si otros se están comportando o no correctamente, desde una perspectiva moral. ¿Qué sucede en el cerebro cuando se emite un juicio de valor de este tipo?

La neurocientífica Rebecca Saxe, del MIT, es una investigadora especializada en el análisis de las bases neuronales y psicológicas de la cognición social (la manera en que la gente interpreta lo que otros piensan), así como en el desarrollo del cerebro social.

Saxe lleva años tratando de entender cómo se producen en el cerebro los juicios morales, cómo se construyen los sistemas de creencias y de qué manera se genera el lenguaje. Es decir, tratando de describir y de dar explicación desde la observación del cerebro a todos aquellos procesos cognitivos que nos hacen específicamente humanos, publica el MIT en un comunicado. Una versión ampliada puede leerse en la revista MIT Tech Talk.

Pero es una ardua tarea, porque estos procesos cognitivos son altamente complejos y, sobre todo, porque los pensamientos y creencias no pueden observarse directamente. Sin embargo, las técnicas para la medición de la actividad cerebral desarrolladas en las últimas décadas abren cada vez más puertas a los neurólogos para el estudio del cerebro.

Área específica

En concreto, la técnica utilizada por Saxe y su equipo de investigadores ha sido la del registro de imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI). Esta técnica permite medir la respuesta hemodinámica -o de los flujos sanguíneos del cerebro-, relacionada con la actividad neuronal, es decir, que hace posible saber qué regiones del cerebro se activan cuando la gente está pensando en ciertas cosas.

Gracias a la fMRI, Saxe identificó que existe un área concreta del cerebro que se enciende cuando tratamos de entender porqué los otros actúan como actúan. Este área sería la denominada unión temporoparietal, que es el lugar en el que se encuentran el lóbulo temporal y el lóbulo parietal del cerebro.

Se sabe que esta región cerebral juega un papel fundamental en los procesos de distinción entre el yo y los demás. Por otro lado, daños en ella se han relacionado con la aparición de episodios de experiencias extracorporales. Estas experiencias también han podido inducirse, de manera artificial, mediante la aplicación de estímulos eléctricos a la unión temporoparietal.

Rebecca Saxe. Fuente: MIT.

Otros procesos


Para los científicos, la importancia del descubrimiento radica en que, aunque ya se sabía que algunas partes del cerebro están implicadas en aspectos específicos de la percepción y del control motor del cuerpo, ahora se sabe también que existe una región específica de la corteza cerebral que se encarga de procesos cognitivos abstractos de alto nivel, como el hecho de que comprendamos los pensamientos de otras personas o podamos juzgar sus actos.

Para el estudio, un grupo de voluntarios tuvo que tomar decisiones que implicaban un dilema moral, como darle a un botón que desviaría la ruta de un tren descontrolado ocasionando la muerte de una persona, pero salvando la vida a otras cinco.

Juzgar el comportamiento de otros en estas situaciones requiere de un complejo proceso que depende de más cuestiones, aparte del resultado de dicho comportamiento.

Por ejemplo, nuestros juicios están sometidos a nuestra situación con respecto a la persona que actúa: si un soldado ha puesto una bomba que ha matado a varios civiles, nuestra percepción sobre si el soldado tenía o no la intención de asesinar a civiles dependerá de en qué bando del conflicto nos encontremos.

En futuras investigaciones, Saxe planea estudiar otra cuestión compleja: la manera en que los niños desarrollan creencias relativas a grupos humanos que hayan estado en conflictos de larga duración con su propio grupo social (como musulmanes y serbios en la antigua Yugoslavia), y su efecto en la actividad del cerebro.

Reconocer la intención del otro

El logro de los neurocientíficos del MIT resulta de gran interés, pero no es la primera vez que se identifica actividad cerebral vinculada a procesos de cognición complejos. Hace unos años, neurólogos de la universidad de California consiguieron demostrar que las “neuronas espejo” de nuestro cerebro son capaces no sólo de activarse cuando ven realizar una acción, sino también de reconocer la intención de aquél que la realiza.

Las neuronas espejo son un grupo de neuronas que tienen la facultad de descargar impulsos tanto cuando el sujeto observa a otro realizar un movimiento, como cuando es el mismo sujeto quien lo hace.

Estas neuronas forman parte de un sistema de percepción y de ejecución cerebral que activa las regiones específicas de nuestra corteza motora cuando vemos que se mueve una mano u otra parte del cuerpo de otra persona, como si nosotros mismos también nos moviéramos aunque no lo hagamos.

Pero no sólo sirven para eso, sino que, además, nos ayudan a entender las intenciones de otros, tal y como demostraron entonces los neurocientíficos californianos. Y, aunque estas intenciones se refieren sobre todo a las intenciones motoras, este descubrimiento apunta a que se podría estimular la función de las neuronas espejo para que éstas desarrollem su capacidad y consigan hacer que pacientes con desórdenes como el autismo puedan empatizar con los pensamientos y sentimientos de otros, señalaron los investigadores.

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Tendencias 21

Comportamiento: Descubrir lo que piensan los demás mejora la toma de decisiones.

Comportamiento: Descubre lo que piensan los demás y mejora tu toma de decisiones.

Implica cambiar el punto de vista que tenemos de nosotros mismos.

Muchos de los comportamientos que tenemos a diario se dirigen a comprender cómo somos vistos por los demás. Nuestra capacidad para “leer” la mente de las personas que nos rodean es muchas veces errónea. Una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Chigado muestra que, para comprender mejor cómo somos vistos por los demás, es preciso en primer lugar cambiar la perspectiva desde la que nos vemos a nosotros mismos. Según sus autores, esta habilidad puede mejorarse si, en lugar de fijarnos en los detalles, nos miramos de un modo general, ya que ésa es la perspectiva desde la que nos analizan los demás. Tener una visión lo más precisa posible respecto a la manera en que nos perciben los demás es esencial, no sólo en nuestra vida privada, sino también a la hora de relacionarnos con clientes o empleados, ya que nos permitirá mejorar la nota de decisiones.


Por Raúl Morales.


Descubrir lo que piensan los demás mejora la toma de decisiones


En tres experimentos, Nicholas Epley, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago, junto a Tal Eyal, de la Universidad Ben Gurion, en Israel, mostraron que cambiar la perspectiva que tenemos sobre nosotros mismos nos ayuda a predecir con más certeza lo que los demás piensan de nosotros.

“No podemos mirarnos a nosotros mismos sin pasar por la lentes coloreadas de nuestros propias creencias. El problema que la gente tiene a la hora de tener intuiciones respecto a las impresiones que provoca en los demás es que saben mucho sobre ellos mismos y muy poco sobre los demás”, comenta Epley, en un artículo publicado por la Universidad de Chicago.

Epley y Eyal explican que observamos nuestra vida diaria como si fuera una película. Usamos cada minuto de esta película para configurar nuestras impresiones, nuestros comportamientos y, en última instancia, sobre nosotros mismos. Nadie toma nota de nuestra vida con tanto detalle como lo hacemos nosotros. Las impresiones que nuestros colegas o nuestra familia se forman respecto a nosotros se basan en una “fotografía general” y no en experiencias o comportamientos concretos que tengamos. Esto nos hace cometer muchos errores (leer mal la mente de los demás), ya que tendemos a actuar como si los demás nos estuvieran viendo con el mismo detalle.

Lentes diferentes

“El mayor error que comenten las personas cuando intentan comprender cómo son vistas se debe a que la lente que usan para mirarse a ellas mismas es diferente a la que usan los demás” dice Epley. “Nuestra investigación sugiere que si vamos a intuir los pensamientos de otras personas, tenemos que mirarnos a través de la misma lente con que nos están mirando”.

La analogía que usan estos dos investigadores para comprender este punto es la de mirar un mapa. “Puedes mirarte a ti mismo a nivel de calle o desde un satélite. Los demás nos ven desde un satélite, por lo que si pensamos sobre nosotros mismo desde esa perspectiva, seremos más precisos”.

Podemos beneficiarnos de la capacidad de leer la mente de los demás casi en cualquier momento de nuestras vidas. No comprender las impresiones que generamos en las personas que nos cruzamos en nuestro día a día no tiene muchas consecuencias. No leer correctamente la mente de nuestros amigos o familiares puede tener peores consecuencias, aunque, si nos equivocamos, la cercanía de tales relaciones permite corregir errores.

En el trabajo, sin embargo, las malas percepciones son más complicadas de resolver y pueden tener serias implicaciones para trabajar en equipo satisfactoriamente. Los investigadores sugieren que, si no tenemos la habilidad de saber con la mayor certeza posible lo que nuestros empleados o clientes piensan de nosotros, podemos encontrarnos en la situación de estar invirtiendo tiempo y energía en la dirección errónea.

“Si nos vemos a nosotros mismos a través de un microscopio y los demás lo hacen a través de unos binoculares, haremos mal las cosas”, dice Epley. “Nos preocuparemos de cosas pequeñas que no nos deberían estar preocupando, o nos sentiremos orgullosos de detalles pequeños en los que nadie se está fijando”

Desde donde se toman las decisiones

Si alguna vez hemos ido a ver a nuestro jefe y hemos salido de su despacho sintiéndonos idiotas, nos haremos una idea de lo que Epley está diciendo. O si, en alguna ocasión, hemos pensado en cambiarnos de trabajo porque sentimos que nuestros empleados o jefes no valoran nuestros esfuerzos, también lo entenderemos. Esta investigación se dirige a directivos (o personas) que toman sus decisiones en función de lo que creen que los demás piensan de ellos.

Por suerte, el primer paso para mejorar nuestra capacidad de saber qué piensan los demás de nosotros es muy sencillo: analizarnos desde un punto de vista general, sin centrarnos en los detalles. Por ejemplo, si queremos saber si tenemos posibilidades de un ascenso, tendremos que centrarnos en la tendencia general de nuestro trabajo a lo largo del tiempo, y no obsesionarnos fluctuaciones pasajeras.

“Cuando nos empeñamos en vivir nuestras vidas mirándonos siempre a través de un microscopio, y nos presentamos ante los demás de esta manera cuando hacemos algo, nadie nos está siguiendo (porque nos miran desde otro sitio)”, dice Epley. Este es el problema real de intuir los pensamientos de los demás: nos evaluamos con demasiado detalle.

Fuente:

Tendencias 21

Historia de la Ciencia - Newton 2

Historia de la Ciencia

Conocer Ciencia en la Televisión

Newton y la Luz - Segunda Parte

Newton, con sus experimentos con prismas, había creado una nueva rama de la física: la óptica. Pero nuestro amigo tuvo serias dificultades para publicar su obra. Fue atacado y criticado por un científico que le tenía envidia: Hooke. Menos mal habían personas que le pareciaban y le apoyaron, uno de ellos fue Halley (sí, el mismo del cometa). Gracias a Halley, Newton pudo publicar su obra.

Conozca más sobre Newton, la luz, los colores y la óptica en esta presentación:



Puede acceder a la primera parte en este enlace:

Newton y la Luz - Primera Parte

Esperando sus comentarios me despido hasta una próxima:

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria

28 de mayo de 2008

Las emociones en los animales

Las emociones en los animales

Entrevista a Marc Bekoof (etólogo)



Marc Bekoff, doctor en etología y experto en conducta animal, ofrece hoy a las 20.00 horas una conferencia sobre las emociones de los animales y porqué deben importarnos dentro del encuentro internacional sobre derechos de los animales que organiza la Caja de Canarias hasta el viernes (23 de mayo de 2008).






— Usted es uno de los pocos científicos que estudia las emociones de los animales ¿Somos demasiado arrogantes para creer en su complejidad?

— Creo que mucha gente ahora sí cree que los animales tienen emociones, está cambiando muy rápido, pero aún queda cierta gente arrogante que piensa que sólo los humanos las tienen, sí.

— De hecho, ¿no hay un pequeño problema de equilibrio?, hay sitios donde la gente trata a sus mascotas como seres humanos, y las viste incluso, y otros, donde lo hacen como si no fueran ni seres vivos...

— Sí, es verdad. No deberíamos vestirlos, definitivamente, ni tratarlos como personas, sino como los seres que son; en España la situación está bien, pero aún necesita hacer mucho más, como las corridas de toros, que sencillamente deberían estar prohibidas, y se debería tratar algo mejor a los perros y gatos, pero hay mucha gente haciendo cosas buenas.

— ¿Pueden, las mascotas, acabar desarrollando más su inteligencia por convivir con personas?

— Yo soy científico, y la ciencia nos proporciona cada día más información sobre lo inteligentes y emocionales que son los animales, pero no creo que los perros o los gatos sean nunca tan inteligentes como los humanos; no como especie. El hecho de vivir con nosotros hace que sean más listos, de forma individual, digamos. Pero como especie tendría que hacerse una selección no natural, en un laboratorio para que se reprodujeran sólo los más inteligentes, como se ha hecho con los ratones, y entonces sí, se ha conseguido que unos sean notablemente más listos. Pero como biólogo lo que quiero es saber sobre cómo son ellos, cómo es ser, o sentir como un chimpancé, o como un pájaro. Quiero entenderles por quienes son, no como un reflejo de los humanos.

— Muy bien. Y como pájaro o chimpancé o perro ¿cómo sienten?

— Tienen las mismas emociones que nosotros, pero las expresan de otro modo. Pero los animales se enamoran, se ponen felices, o muy tristes, o lamentan la pérdida de un ser querido, celebran un reencuentro....

— ¿Y entienden nuestros sentimientos?

— Sí, las emociones son las que nos permiten comunicarnos entre especies, nosotros los entendemos a ellos y ellos a nosotros. Yo he estado con elefantes salvajes y es muy fácil entenderles. Ellos utilizan el olor, o el sonido, otros sentidos; pueden entendernos oliéndonos, saben si tenemos miedo, por ejemplo, no sólo a través de la vista. Se suele decir que «ver es creer» pero oler o escuchar también es creer.

— Ha estudiado también la moral de los animales ¿Distinguen el bien del mal?

— Si, saben la diferencia; y tienen sentido de la justicia, yo lo llamo ‘justicia salvaje’. Cuando juegan, saben jugar limpio, compartir comida. Aunque tienen su propia personalidad, algunos son más tímidos, otros intentarán hacer trampas, aunque sepan la diferencia eligen, como nosotros, hacerlo bien o mal.

— ¿Y se disculpan?


— Sí, sí se muerden muy fuerte, por ejemplo, a través de su comportamiento expresan que lo sienten, que no era su intención y que mejor ser amigos; y perdonan también. Es muy importante para vivir en grupo, necesitan cooperar.

— ¿El premio y castigo es un buen método para que aprendan lo que está bien o mal en nuestro mundo?

— Deberíamos utilizar solo el refuerzo positivo; el castigo no funciona muy bien. Les hace sentir miedo y pierden la confianza en nosotros. Y la convivencia se basa en la confianza mutua.

— ¿Qué beneficios tiene para el ser humano esa convivencia?



— Vivir con perros, gatos y demás es bueno para ellos y para nosotros. Cuando una persona acaricia a un perro, ambos experimentan un descenso en sus pulsaciones, en su tensión arterial; es relajante o placentero para los dos. Y se nota a nivel físico, no sólo emocional.

Parques para los perros

El próximo pleno del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria estudiará, a instancias de un grupo de vecinos, la normativa que prohibe pasear perros por Las Canteras. A este respecto, Beckoff aseguró entender porqué algunas personas no quieren perros cerca, pero culpa a los dueños, y propone como solución que se castigue a quien no recoja los excrementos. «Con esas restricciones los perjudicados son los animales». Y pueden ser felices en la ciudad con muy poco, pero ese poco incluye su comida diaria, mucho cariño y hacer ejercicio. Por eso, también debería haber parques para perros; y los humanos, que aprendan a ser dueños responsables.

La manada de elefantes la cuidó por amistad

Marc Bekoff lleva más de 40 años estudiando el comportamiento animal y viajando alrededor del mundo para, al mismo tiempo, divulgar sus conocimientos «y enseñar a la gente porqué debemos tratar mejor a los animales». ¿Porqué? Pues en primer lugar, dice, «porque existen». Pero también, porque sienten. Porque sufren. «Debemos considerar su punto de vista, y a ellos les gusta ser felices, igual que a nosotros». Por eso, la sola mención de la investigación con animales ensombrece su rostro. Su rechazo a las torturas que padecen los animales de laboratorio es frontal. «Como mucho deberíamos investigar sobre ellos en su hábitat, pero no matarlos de hambre, o drogarlos y meterlos en cajas». Como él mismo señala, los defensores de estas prácticas dicen hacerlo «en nombre de la ciencia», pero según Beckoff, deberían decir «en nombre de los humanos, porque los animales nunca son los beneficiarios». «Y sobre todo, cada vez está más claro que los modelos animales no funcionan». Palabra de científico. Por ejemplo, el mayor centro de investigación sobre la diabetes del mundo, que está en Miami, ha admitido que no son útiles los modelos animales, no se pueden extraer conclusiones importantes. «No son los activistas o los radicales quienes lo dicen», exclama. Tampoco los estudios sobre animales en cautiverio sirven de mucho, «porque están estresados, no reflejan su comportamiento real». Es lo que sucede en los zoológicos, mal sitio, según Beckoff, para que un niño aprenda algo sobre animales salvajes. «Es mucho mejor un vídeo sobre su vida en libertad», recomienda. Porque las especies salvajes sienten igual que las mascotas, claro que sí. Beckoff podría poner mil ejemplos; el primer que le viene a la cabeza es el de una elefanta que conoció en Kenia. Tenía una pata herida, y sólo podía andar despacio, pero no cuidar de sí misma. Sus compañeros lo hicieron por ella durante 15 años; la guiaban y alimentaban. «Por amistad». Por lo mismo que deberíamos hacerlo nosotros.

Fuente:

Canarias7

Conocer Ciencia TV: Newton y la Luz (Primera Parte)





Conocer Ciencia en la Televisión
Newton y la Luz - Primera Parte

Empezaremos estudiando la luz a través de un hecho curioso y fascinante: el arco iris. Se creía, en la Antiguedad, que este arco era un puente entre el cielo y la Tierra, por este camino transitaban los dioses.

Ya Aristóteles y Séneca se había interesado en el arco irirs, pero fue Newton el primero que abordó el problema de manera experimental. En esta primera parte conoceremos como se abordó el problema de la luz antes de Newton.




Conozca más sobre Newton en el siguiente enlace:

Newton y la Inercia

Conozca sobre Galileo en este enlace:

Galileo y la experimentación

También puede ver la segunda parte en este enlace:

Newton y la Luz - Segunda Parte

Historia de la Ciencia - Arquímedes

Historia de la Ciencia - Arquímedes

Conocer Ciencia en la Televisión

Arquímedes y Eureka

Arquímedes decide tomar un baño. Se despoja de sus prendas y se mete en una bañera. Alpoco tiempo sale corriendo, desnudo, por las calles de Siracusa exclamando: ¡Eureka! ¡Eureka!

¿Qué había sucedido? Casi nada. Arquímedes había descubierto el principio de flotación.



Conozca más sobre Arquímedes y las palancas en estos enlaces:

Experimentos con palancas (video)

Arquímedes y la Matemática Aplicada (power point)

Leonardo Sánchez Coello
Profesor de Educación Primaria
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