Un ordenador de la Universidad Central de Misouri da con un número clave para el futuro de la informática.
La cifra tiene más de 22 millones de dígitos. Es larguísima, casi eterna, y por lo tanto cuesta mucho de leer. Este rasgo, unido al hecho de que se trata de un número primo especial, la hace singular: Se prevé que sea clave para encriptar y proteger datos y que, por lo tanto, en un futuro tenga una gran aplicación en los servicios online para operaciones bancarias, compras por internet y mensajería.
Los números primos solo pueden dividirse por uno o por sí mismos y, como demostró Euclides en el siglo IV a. C., son infinitos. Sin embargo, en el siglo XVII, un monje francés amigo de Descartes y amante de la música descubrió unos números primos especiales a los que se bautizó con su nombre: los primos Mersenne
(N=2n-1). Hasta hace poco solo se conocían 48 números Mersenne. La
nueva cifra hallada ahora es el 49 y su descubrimiento ha sido posible
gracias al proyecto Great Internet Mersenne Prime Search que cuenta con miles de voluntarios.
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