Según David Pringle, en su libro Ciencia Ficción: Las 100 mejores novelas,
Cuna de gato (Cat's Cradle, 1963) es una de ellas. En cambio, no aparece recogida
entre tan insignes obras en Las 100 mejores novelas de ciencia ficción del siglo XX (editada por Juan Carlos
Poujade para La Factoría de ideas en
2001). Si sirve de algo mi modesta opinión, la novela de Kurt Vonnegut tampoco
figurará en el baúl de los recuerdos que me lleve a la tumba.
Jonah es el protagonista de Cuna de gato. Es un escritor en busca de
documentación para escribir un libro que llevará por título "El
día del fin del mundo". En él pretende narrar las cosas que
estaban haciendo algunos norteamericanos en el momento de ser lanzada la bomba
atómica sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945. Para empezar, dirige sus
investigaciones hacia el doctor Felix Hoenikker, ya fallecido, y considerado
como padre de la bomba, así como inventor de una sustancia cristalina
artificial denominada hielo-nueve,
destinada a ayudar al ejército norteamericano a salir de las zonas pantanosas.
El hielo-nueve posee unas propiedades peculiares: está compuesto de
moléculas de agua dispuestas de una manera totalmente distinta a como lo hacen
en el hielo "normal", posee un color blanco azulado y su temperatura
de fusión es de 45,7 ºC. Como consecuencia y dado que la temperatura ambiente
suele estar normalmente por debajo de dicho punto de fusión, cuando un pequeño
fragmento de este cristal entra en contacto con agua líquida, ésta se
solidifica instantáneamente, lo cual provoca, al ingerirlo, la muerte de varias personas en la
novela de Vonnegut.
Si seguís mi cuenta de Twitter ya
estaréis advertidos desde hace unos días de que me disponía a escribir este
post. Así que atentos al SPOILER que viene a continuación. ¡RED ALERT! ¡RED ALERT!
En un momento dado de la novela,
un trozo de hielo-nueve cae
accidentalmente en el océano. Las terribles consecuencias no se hacen esperar:
tras escucharse un sonido aterrador, toda el agua del mar se transformó en hielo-nueve, el cielo se oscureció y
apareció plagado de enormes tornados.
Bien, no me negaréis que la idea
especulativa de la novela no es maravillosa, sugerente como la que más, y que
invita a la discusión científica durante unos cuantos párrafos. ¿Os parece que
entremos en materia?
Lo primero que llama la atención
es la extraña naturaleza de la sustancia misteriosa. Tal y como afirma el
autor, los enlaces entre las moléculas de agua en el hielo-nueve son distintos a lo habitual. Dado que el hielo que
conocemos en la Tierra se puede encontrar, según las condiciones físicas, en
más de una docena de fases cristalinas, no queda demasiado claro a qué se
refiere Vonnegut.
Una segunda cuestión que nos
podemos plantear es la siguiente: ¿se ha solidificado toda el agua del océano o
únicamente una capa superficial de determinado grosor? Obviamente, si el hielo-nueve se parece a la mayoría de
sustancias sólidas que conocemos en este planeta, debe tener una densidad
superior a sus correspondientes fases líquidas (aunque, justamente, el hielo
"normal" sea una afortunada excepción, como ya os conté aquí hace
tiempo; la mayoría de las otras fases cristalinas del hielo son más densas que
el agua) y, por tanto, debería hundirse dejando agua líquida en la superficie
en caso de no haberse "congelado" toda. Esto último entraría en contradicción
con lo que observa el protagonista de la novela, quien afirma: "Abrí los ojos y todo el mar era hielo-nueve".
Claro que dicha afirmación tampoco resulta demasiado relevante ya que, se
hundiese o no la sustancia mágica, seguiría estando en contacto con el agua
líquida y, si hacemos caso al autor, entonces, debería transformarse
inmediatamente en hielo-nueve. En
todo caso, el tema de la densidad podría tener importancia en el hipotético
caso de que ésta fuese menor que la del agua ya que, en tal situación, el
volumen ocupado por el océano debería incrementarse (a igualdad de masa, una
disminución en la densidad debe ir acompañada de un aumento en el volumen), lo
que podría dar lugar a la generación de enormes ondas de choque e innumerables
terremotos. Nada de esto es observado ni descrito por Jonah.
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