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10 de septiembre de 2013

¿Hay que dejar que los bebés lloren en la noche?

El primer dilema que enfrentan muchos nuevos padres es: ¿dejo llorar a mi bebé en la noche o corro para levantarlo y confortarlo?

Bebé llorando

Muchos padres se enfrentan al dilema si dejar que el bebé llore o levantarlo y confortarlo.

Un nuevo estudio en Estados Unidos encontró lo que dice es evidencia científica de por qué es mejor dejarlos llorar "hasta que el sueño los venza".
Muchos bebés al cumplir los seis meses de edad comienzan a dormir toda la noche, y por lo general despiertan a los padres una vez a la semana.

Pero no todos los niños siguen este patrón de desarrollo. Y algunos continúan presentando un sueño interrumpido durante meses.

De hecho, tal como afirman los investigadores en Developmental Psychology (Psicología del Desarrollo), estas dificultades del bebé para dormir son una de las principales preocupaciones por la que los padres consultan a sus pediatras.

Para la investigación, Marsha Weinraub, profesora de psicología de la Universidad de Temple y su equipo midieron los patrones de sueño y vigilia durante la noche de un grupo de 1.200 infantes de entre seis y 36 meses de edad.

Pidieron a los padres que llevaran un registro de las veces que se despertaba su bebé al cumplir 6, 15, 26 y 36 meses.

Los resultados mostraron que los bebés podían dividirse en dos grupos: los durmientes y los durmientes transitorios.

Se encontró que al cumplir los 6 meses, 66% de los bebés durmientes no se despertaban durante la noche o se despertaban sólo una vez a la semana, y después seguían una trayectoria similar al crecer.

Pero el 33% de los bebés durmientes transitorios, al cumplir los 6 meses se despertaban siete noches a la semana, a los 15 meses se despertaban dos noches semanalmente y una noche cuando cumplían 24 meses.

Los investigadores encontraron también que la mayoría de los bebés que despertaban eran varones y muchos estaban siendo amamantados.

Aprender solos a calmarse
"El mejor consejo es colocar a los infantes en su cama a una hora regular cada noche, dejarlos que se queden dormidos por sí solos y resistir la urgencia de responder de inmediato a sus llantos"

Dra. Marsha Weinraub

Los bebés también fueron sometidos a pruebas de temperamento para medir factores como irritabilidad y distracción.

Los resultados mostraron que los durmientes transitorios tenían niveles más altos de dificultad temperamental.

Según la doctora Weinraub, experta en desarrollo infantil, los problemas de sueño al inicio de la vida podrían tener dos explicaciones.

Una es que quizás hay factores genéticos o biológicos, como los que se reflejan en un temperamento difícil, que tienen un impacto en la dificultad para dormir.

Y la otra, dice la doctora Weinraub, es que muchos bebés no han aprendido por sí mismos cómo quedarse dormidos, especialmente cuando son amamantados.

"Cuando las madres se adaptan a este despertar nocturno y/o si el bebé tiene el hábito de quedarse dormido durante el amamantamiento, entonces no está aprendiendo cómo tranquilizarse por sí solo, y esto es algo esencial para tener un sueño regular" explica la investigadora.

Pero los autores aceptan que puede haber otros factores, como la depresión materna, que tienen también un impacto en el sueño del bebé.

Bebé

Según el estudio los bebés deben aprender a calmarse solos para lograr un sueño regular.

Por ejemplo, no se sabe si una madre que está deprimida cuando el bebé tiene seis o 36 meses también estuvo deprimida durante el embarazo y esto podría haber tenido un impacto en el desarrollo neural del bebé y por lo tanto en sus problemas para dormir.

O, por otro lado, la depresión de la madre podría verse exacerbada por la carencia de sueño provocada por las interrupciones nocturnas del bebé.

Más estudios

Para encontrar respuestas a estas interrogantes, dice la doctora Weinraub, se necesitarán llevar a cabo más estudios.

Por ahora, dice, "recomendamos a los padres que establezcan una rutina minuciosa y cuidadosamente preparada para ayudar al bebé a tranquilizarse sólo" dice la psicológa.

"El mejor consejo es colocar a los infantes en su cama a una hora regular cada noche, dejarlos que se queden dormidos por sí solos y resistir la urgencia de responder de inmediato a sus llantos".

"Las familias que sigan experimentando problemas de sueño después de que el bebé cumpla 18 meses deben consultar a un experto" agrega la investigadora.

Tomado de:

BBC Ciencia

7 de mayo de 2013

El cerebro de hombres y mujeres reacciona diferente ante el llanto de un bebé

Mientras que ella pasan abruptamente a estar en modo "atento", ellos se mantienen en "descanso" 


El cerebro de hombres y mujeres reacciona diferente ante el llanto de un bebé


Al parecer el instinto maternal no es todo. El cerebro de los hombres y las mujeres reacciona de diferente forma ante el llanto de un bebé, según un estudio divulgado hoy.

La investigación del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), publicada en la última edición de NeuroReport Journal, ha encontrado pruebas de que "a nivel emocional, los hombres y mujeres responden de forma distinta ante el llanto de un bebé", declaró Marc H. Bornstein, coautor del estudio.

Los investigadores del Instituto de Salud y Desarrollo Humano de Niños y Familias Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development (NICHD) pidieron a un grupo de hombres y mujeres que se dejaran llevar por sus pensamientos antes de ponerles a escuchar el sonido de un bebé llorando.

Tras escuchar el llanto, el cerebro de las mujeres pasó abruptamente a estar en modo "atento", mientras que el de los hombres se mantuvo en "descanso".

Bornstein señaló que este estudio no solo ayuda a entender mejor las "conexiones" del cerebro, sino también la forma en la que el cerebro se ha desarrollado.

Los investigadores analizaron imágenes de encefalogramas de 18 adultos con hijos y sin hijos y encontraron que el cerebro de las mujeres era más propensos a "desconectarse" de su estado existente, lo que indica que han concentrado su atención en el llanto.

En el caso de los hombres, el cerebro tendió a permanecer en su estado existente mientras escuchaban el llanto del bebé.

Asimismo, el estudio no encontró diferencias entre los que tenían hijos y los que no entre ambos géneros.

Los investigadores utilizaron distintos tipos de llanto, entre ellos el de menores que luego fueron diagnosticados con autismo y que varios estudios han hallado que tiene un tono más alto, para determinar si los adultos reaccionaban de diferente forma.

En un estudio previo que llevó a cabo Bornstein con el mismo grupo, en el que solo utilizaron el llanto de menores que luego fueron diagnosticados con el síndrome de Asperger, tanto mujeres como hombres tendieron a cambiar de estado cuando los escucharon.

Bornstein, junto con otros investigadores, realizó además un estudio en el que concluyó que se dan cambios en el patrón de actividad cerebral de hombres y mujeres cuando observaban una imagen de un bebé que indicaban una "predisposición" a identificarse con el menor y velar por él.

Fuente:

La Vanguardia

19 de febrero de 2013

¿Se puede saber por qué llora un bebé?

llantoLos bebés lloran por enfado o miedo cuando tienen los ojos abiertos y por dolor cuando los mantienen cerrados, según han mostrado investigadores de la Universidad de Murcia y la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), tras estudiar el llanto de 20 bebés de entre 3 y 18 meses de edad.

“El llanto es la principal forma que tienen los bebés de comunicar las emociones negativas y, en la mayor parte de los casos, la única manera que tienen de expresarlas”, explica Mariano Chóliz, investigador en la Universidad de Valencia, en declaraciones a la agencia SINC. Analizando las diferencias en el patrón de llanto provocado por tres emociones características (miedo, enfado y dolor), su equipo identificó que las principales diferencias se presentan en la actividad ocular y en la dinámica del llanto. Según los resultados, publicados en la revista Spanish Journal of Psychology, cuando están enfadados la mayoría de los bebés mantienen los ojos medio cerrados, con una mirada aparentemente sin dirección o, por el contrario, fija. En el caso del miedo, los ojos permanecen abiertos casi todo el tiempo, incluso a veces las criaturas tienen una mirada escrutadora y mueven la cabeza hacia atrás, y el llanto aparece de forma explosiva. Por último, el dolor se manifiesta con los ojos cerrados casi todo el tiempo, y en los pocos momentos en los que están abiertos, la abertura es mínima y distante de la mirada. Además, cuando algo les duele existe un alto grado de tensión en la zona ocular y el ceño se encuentra fruncido.

En lo que se refiere a la dinámica del llanto, tanto los gestos como la intensidad del lloro se van incrementando gradualmente si se debe a un enfado, mientras que aparecen en su máxima intensidad desde el primer momento en el caso del dolor y del miedo.

Además, el trabajo revela que los adultos no identifican adecuadamente qué emoción es la que induce el llanto, especialmente cuando se trata de enfado y miedo. Sin embargo, “aunque los observadores no sepan reconocer bien la causa, cuando los bebés lloran porque les duele algo esto provoca en los adultos una reacción afectiva más intensa que cuando lloran por estar enfadados o tener miedo”, apunta Chóliz. Para los expertos, el hecho de que el dolor sea la emoción más fácil de reconocer puede tener una explicación adaptativa, ya que el llanto es una advertencia de una amenaza potencialmente grave para la salud o la supervivencia y requiere una respuesta más urgente por los cuidadores. 


Fuente:

Muy Interesante

10 de febrero de 2013

Las lágrimas emocionales: ¿Cuál es la función de llorar?

A pesar de que conocemos los mecanismos fisiológicos que intervienen en la secreción de las lágrimas y, hasta cierto punto, los factores psicológicos que predisponen al llanto, el acto de llorar sigue siendo en gran parte un misterio. 

Incluso el lloro es capaz de sobrevenir por motivos contradictorios, como bien recogió William Blake en El matrimonio del cielo y el infierno: “El exceso de pena ríe. El exceso de dicha llora.”

Por si esto fuera poco misterio, el acto de llorar emocionalmente es universal, se produce en todas las culturas. Por ejemplo, durante los ritos funerarios lloran los integrantes de todas las sociedades, excepto en Bali (e incluso allí). Los bebés también lloran cuando sienten hambre o dolor. Y también se ha calculado que las mujeres lloran más que los hombres (y los bebés, más que las mujeres).

Además, llorar es un rasgo exclusivamente humano. Darwin yo la afirmó cuando dijo que el llanto es una de las “expresiones específicas del hombre”.

Hasta donde se sabe, ninguna otra especie produce lágrimas emocionales, salvo, quizá, los elefantes, que cuentan con defensores de sus lágrimas. Las evidencias sobre las lágrimas de elefantes, sin embargo, son insuficientes, tal y como señala el profesor de psicología Tom Lutz de la Universidad de Iowa en su libro El llanto:

Algunas personas aseguran haber visto llorar a sus mascotas y otros animales: perros, focas, castores y delfines; pero ninguna de estas declaraciones ha sido probada. Incluso Jeffrey Moussaieff Masson y Susan McCarthy, autores de Cuando los elefantes lloran, se propusieron establecer la naturaleza de la emoción en los animales, pero, después de narrar con detalle y gran patetismo la historia de la elefantita llorona, tuvieron que admitir que muy probablemente los elefantes no lloran.
Tal vez parezca baladí diferenciar las lágrimas no emocionales de las lágrimas emocionales, pero no lo es en absoluto. Los fisiólogos han descubierto que el contenido químico de las lágrimas emocionales es distinto al de las lágrimas basales o continuas, cuya función es lubricar los ojos. Porque las de emoción poseen más proteínas y más hormonas relaciondas con el estrés.

A partir de aquí, lo que sabemos sobre las lágrimas es más bien poco, tal y como advierte Tom Lutz:
La antropología, la historia, la fisiología, la neurología: cada disciplina formula sus propias preguntas y llega a sus propias respuestas. (…) Aun cuando este registro cultural es muy amplio, cada día surge una gran cantidad de preguntas: ¿Por qué lloramos? ¿Qué tienen en común las lágrimas de felicidad, las lágrimas de duelo, de frustración o de derrota? (…) ¿Cuándo es neurótico o patológico el llanto? ¿Cuándo es patología la incapacidad para llorar? ¿Qué expresan, exactamente, las lágrimas?
Lo que parece seguro es que llorar tiene una función social, como la risa: las lágrimas sirven para demostrar a quienes nos rodean de que nuestra pena es fidedigna y no un ardid maquiavélico para suscitar el consuelo o la ayuda. (Si bien fingir el lloro es posible, resulta mucho más dificultoso que fingir necesitar ayuda). 

Pero otras veces, las lágrimas afloran por motivos que nada tienen que ver con lo social o con solicitar ayuda. Porque las emociones que lleva aparejadas son complejas y contradictorias.
Si las lágrimas sustituyen a la expresión verbal, no sorprende que sea tan difícil articular su significado, y esto se complica aún más por la enorme variedad de tipos y causas del llanto.
Oren Hasson, biólogo evolutivo de la Universidad de Tel Aviv, ha desarrollado una teoría según la cual existe el llanto: al nublar la vista “las lágrimas nos dejan indefensos y funcionan como una señal de sumisión”.

Hay, pues, teorías muy distintas, pero pocas: las lágrimas no parecen concitar la atención de los investigadores: por cada docena de libros sobre la risa, sólo existe uno acerca de las lágrimas. El más importante de ellos tal vez sea Crying: The Mistery of Tears, del fisiólogo Arhtur Koestler. 

Mientras llegan las investigaciones, seguiremos llorando.


Tomado de:

Xakata Ciencia
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