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12 de diciembre de 2011

Durban, ¿buenas noticias para América Latina?

Amazonas

El reto sigue siendo ver cómo se recaudará el dinero para un Fondo Verde que pueda proteger lugares como el Amazonas.

La costarricense Christiana Figueres, jefa de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, no tiene ninguna duda sobre el éxito de Durban. Apenas se alcanzó el acuerdo, le envió a sus seguidores de Twitter un mensaje sobre el legendario expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela.

"En honor a Mandela: Siempre parece imposible hasta que se hace. Y está hecho".

No fue nada sorprendente que Figueres sonara tan llena de júbilo, tras tres noches completas de sesiones, sumadas a dos semanas de duras negociaciones a cargo de delegados de 194 países. La reunión se prolongó por dos días más de lo programado.

Un acuerdo lucía difícil de alcanzar hasta el último momento. Sólo las charlas de último momento en el medio del salón de conferencias permitió que las delegaciones de India y de la Unión Europea (UE) acordaran redactar un texto aceptable para ambas partes.

Promesas voluntarias

Sin embargo, después de todo el dramatismo ¿qué significa el acuerdo para América Latina?

Crucialmente, por primera vez se alcanzó un trato que podría - con el tiempo – forzar legalmente a todos los principales emisores de gases de efecto invernadero, incluyendo China, EE.UU. e India, a tomar acciones para reducir el calentamiento global.

Brasil, Argentina y Colombia estuvieron particularmente activos en Durban para lograr esto: aceptaron el plan propuesto por la UE de extender el Protocolo de Kioto a un segundo período, bajo la condición de que hubiese algún tipo de acuerdo en 2015 para que entre en vigor un nuevo régimen en 2020.

Brasil, el cuarto mayor emisor del mundo (si se incluye la deforestación), ya se comprometió por sí solo a unos ambiciosos objetivos voluntarios de reducir sus emisiones para 2020.

"Tenemos un resultado robusto, un texto excelente acerca de una nueva fase en la lucha internacional contra el cambio climático. Apunta claramente hacia la toma de acciones", indicó el enviado brasileño sobre el clima, Alberto Figueiredo.

Muchos otros países latinoamericanos también asumieron promesas voluntarias, más notablemente México, Colombia, Chile y Costa Rica. Sin embargo, si las negociaciones de los venideros meses terminan siendo exitosas, entonces todos los países latinoamericanos podrían quedar obligados por un trato internacional a recortar sus emisiones para 2020.

"Una farsa"

Los miembros del grupo del ALBA, en especial Venezuela, Bolivia y Nicaragua, se mostraron enérgicos en Durban al plantear sus preocupaciones sobre un nuevo acuerdo, señalando que estaba demasiado a favor de los países ricos.

La embajadora de Venezuela, Claudia Salerno, quien obtuvo mucha publicidad en la conferencia de 2009, también fue dramática en su intervención durante la noche final en Durban.

Salerno se paró y golpeó su carnet de identificación, mientras criticaba la cantidad de dinero disponible a todos los países en vías de desarrollo para adaptarse a los efectos del cambio climático. "Este acuerdo matará a todo el mundo", dijo. "Es una farsa. Es inmoral pedirle a los países en desarrollo que nos vendamos por US$100.000 millones".

Se espera que un Fondo Verde del Clima, que fue acordado en principio en la conferencia de Cancún el año pasado, recaude US$100.000 millones al año para 2020. Los países latinoamericanos podrían beneficiarse del fondo para ayudar a la adaptación y a reducir sus emisiones, aunque los países más vulnerables de África tendrán prioridad.

La reunión de Durban sí logró algunos progresos en los detalles técnicos de cómo se gobernará el Fondo. No obstante, el verdadero reto sigue siendo cómo se recaudará el dinero.

El ministro del Ambiente de Nicaragua, Paul Oquist, pasó varios días en Durban denunciando la falta de dinero. Apuntó que los países centroamericanos necesitaban especialmente fondos para hacer frente a los devastadores efectos de los recientes huracanes y las inusuales lluvias torrenciales.

"Es un Fondo sin fondos", protestó.

Lord Nick Stern, autor del Informe Stern de 2006 sobre los impactos económicos del cambio climático, señaló que las naciones ricas deberían concentrarse urgentemente en ver la forma de recaudar dinero. Su sugerencia es que deberían reducir los subsidios a combustibles fósiles, elevar los impuestos a la emisión de dióxido de carbono e introducir gravámenes al transporte internacional.

¿Dos o cuatro grados?

Los observadores sostienen que también hubo algunos progresos leves en Durban sobre las reglas para proteger los bosques recogidas en la REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y la Degradación de bosques). Varios países latinoamericanos podrían terminar recibiendo grandes cantidades de dinero a cambio de reducir la tala de árboles. Sin embargo, de nuevo no se lograron progresos en cuando al financiamiento.

Muchos científicos y ONGs dedicadas al medio ambiente dicen que la pregunta urgente para el futuro sigue siendo si los recortes de emisiones – de ponerse en práctica – pueden llegar lo suficientemente rápido y tener la suficiente profundidad para impedir aumentos peligrosos de temperaturas.

"En Durban los países del mundo no supieron conservar el rumbo de las ambiciones necesarias para reducir las emisiones de CO2 a niveles estables", dijo a BBC Mundo Enrique Maurtua Konstantinidis, coordinador de la Red de Acción Climática de América Latina. "Seguimos en un camino que nos lleva hacia un aumento de 4 grados centígrados".

La mayoría de los científicos dedicado al clima dicen que el mundo necesita limitar los aumentos de la temperatura global a dos grados. Cualquier aumento más allá podría traer impactos muy dañinos a partes del Amazonas, América Central y los países andinos vulnerables al derretimiento de los glaciares.

Muchos observadores dicen que el acuerdo de Durban representa un paso importante modesto hacia delante, pero una gran cantidad de duras negociaciones están en el camino, antes de que un acuerdo pueda alcanzarse para 2015.

Entre los temas difíciles se incluyen el exacto estatus legal del acuerdo de Durban y la decisión sobre las reducciones de emisiones que tendrá que hacer cada país ya sea rico o pobre. En el Congreso de EE.UU. se espera una férrea oposición.

"Esto será especialmente duro para EE.UU., que no está haciendo los suficiente para reducir las emisiones y aumentar el financiamiento", dice Alden Myer, de la Unión de Científicos Preocupados. "La visión política sobre eso no es muy prometedora, dado que los miembros del Partido Republicano se niegan por completo a aceptar la realidad".

Fuente:

BBC Ciencia

29 de noviembre de 2011

América Latina buscará en Durban mayor compromiso y recursos ante cambio climático


COP17 - Durban



América Latina demandará en la cumbre de Durban (Sudáfrica) sobre cambio climático un mayor compromiso por parte de los países desarrollados, una extensión del Protocolo de Kioto y más recursos para proteger a la región de los efectos del fenómeno.

La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba), liderada por Venezuela y Cuba, anunció que en la cumbre que tendrá lugar del 28 de noviembre al 9 de diciembre buscará aliados en las naciones en vías de desarrollo para presentar "una posición común fuerte" que fortalezca el Protocolo de Kioto.

Ese tratado, que expira a finales de 2012, fija objetivos obligatorios de reducción de emisiones a 37 países industrializados y la Unión Europea (UE), pero no obliga a las naciones más contaminantes, EEUU, que nunca lo ratificó, y China, por ser una economía emergente.

La ONU ha alertado de que la reducción de emisiones pactada es insuficiente para evitar que la temperatura suba por encima de 2 grados centígrados, una subida que originará desastres naturales sobre todo en los países en desarrollo.

De ahí que se prevé que en esta Conferencia de las Partes de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) la Alba enfrente su posición a la negativa de EEUU, China, Canadá y varios países emergentes de una extensión del protocolo o de llegar a otro acuerdo internacional jurídicamente vinculante sobre reducción de emisiones.

Alba, integrada también por Bolivia, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Antigua y Barbuda, Dominica, San Vicente y Las Granadinas, aseguró además que se opondrá a la propuesta de un "sistema de mitigación voluntario".

México, que como integrante del G20 ha defendido el acuerdo ante ese bloque de países emergentes y desarrollados, considera que Kioto es "insuficiente" para frenar el calentamiento global.

Su canciller, Patricia Espinosa, cree que la negociación debe centrarse en encontrar "el equilibro político" que "permita llegar a un paquete de acuerdos" amplio.

Argentina, también integrante del G20, quiere una "transición justa", en la que se establezcan mecanismos de producción más limpios que no signifiquen pérdidas de empleos.

Mientras Brasil, otro miembro del grupo, que entiende que no hay consensos para lograr otro acuerdo, insistirá en que el Protocolo de Kioto sea prorrogado hasta 2020.

"Si Kioto muere, nunca más se va a conseguir que los países asuman metas obligatorias", según el director de Medio Ambiente de la Cancillería brasileña, André Aranha Correa do Lago.

Brasil, que aboga por que las naciones emergentes también asuman compromisos, ha destacado que convirtió en ley nacional su intención de reducir las emisiones de gases en un 38 % de aquí a 2020.

En la misma línea, Chile ha decidido colaborar de forma voluntaria con la disminución en un 20 % de sus emisiones para 2020.

En otro frente, Centroamérica y la República Dominicana buscarán ser reconocidos como una de las regiones más vulnerables ante el cambio climático, para así lograr un mayor respaldo financiero.

El ministro de Medio Ambiente de El Salvador, Herman Rosa Chávez, afirmó que los "escasos" recursos de la región "se están destinando para medio reponer lo perdido" por los desastres naturales, como las lluvias que en octubre dejaron un centenar de muertos y unos 300.000 afectados.

Según datos oficiales, entre 1930 y 2008 Centroamérica padeció 248 eventos extremos asociados a fenómenos climáticos y meteorológicos y en las últimas cuatro décadas la región ha perdido unos 13.600 millones de dólares por esa causa.

Centroamérica solicitará a los países desarrollados "incrementar los fondos" para responder al cambio climático y buscará apoyo para poner en marcha el Fondo Verde acordado en Cancún (México).

Dicho fondo prevé la movilización por parte de las economías industrializadas de 100.000 millones de dólares por año a partir de 2020, aunque EEUU ha planteado que los países en vías de desarrollo también realicen aportes.

La directora de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales de la Cancillería colombiana, Paula Caballero, augura que el asunto de la financiación "va a ser uno de los cuellos de botella" en Durban.

Perú, que cree que el gran obstáculo será "la falta de voluntad política de algunos países", espera que se materialicen en la conferencia los ofrecimientos hechos para el Fondo Verde, mientras Ecuador propondrá crear dos impuestos internacionales para financiar la lucha contra el cambio climático.

Fuente:

ABC España

8 de diciembre de 2010

COP 16: La voz de Latinoamérica

Especial: COP16

La voz de Latinoamérica


En los pasillos de la cumbre de cambio climático que se desarrolla en Cancún, América Latina parece haber ganado un alto perfil.

No sólo gracias a México como país anfitrión, ni a Brasil como la emergente potencia mundial que envió la mayor delegación a la reunión.

Los países de la Alianza Boliviarana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), como Venezuela y Bolivia, han sido muy vocales en su resistencia a firmar cualquier clase de compromiso que no incluya renovar el Protocolo de Kioto, que vence en 2012 y que países como Japón se niegan a relanzar.

BBC Mundo habló con jefes de delegaciones de tres países de la región, para conocer cuál es el clima dentro de las reuniones y qué perspectivas tienen del último segmento de la cumbre que sucede a la de Copenhague en 2009.

ECUADOR - María Fernanda Espinosa, ministra de Patrimonio

Ha habido avances en temas de interés para los países en desarrollo, en los temas de transferencia de tecnología y en los detalles de los mecanismos financieros (de ayuda para los países en desarrollo) y en términos de mitigación.

Se manejan muchos acrónimos, escenarios, lenguaje técnico, lo que está en discusión no es cuántos grados, cuánta plata: aquí están en discusión los estilos de vida. Y por eso la situación de que hay muchos países que dicen "yo no voy a sacrificar mi estilo de vida".

(La posición de Japón) ha dificultado poder llegar a un acuerdo mucho más influyente y equilibrado. Esta no es una negociación técnica; es una negociación de altas definiciones políticas y por eso es difícil llegar a un acuerdo.

Es peligroso decir que ciertos países de América Latina están bloqueando el acuerdo; los que lo están bloqueando son los países que no se están comprometiendo suficientemente y que son los históricos responsables por el cambio climático.

ARGENTINA - Homero Bibiloni, secretario de Ambiente
Nosotros siempre somos optimistas, pero advertimos que hay una asincronía entre lo que se pretende y lo que se logra.

Tenemos que estar dentro de la convención, reforzar el Protocolo de Kioto, manteniendo sus ejes, porque sino todo empieza de nuevo, solamente que con muchos años perdidos. Y lo grave es que las poblaciones más débiles y pobres las que resultan más afectadas, que no es el caso de Japón.

América del Sur es un continente rico en recursos naturales, en forestación, en bosque nativo, y por eso tenemos que defender desde nuestra propias visiones soberanas estos recursos naturales. Y evitar que los impactos de la cultura del consume y el derroche nos afecten.

De Copenhague hasta acá pasó un año y estamos en el mismo lugar con un problema planetario agravado. Copenhague fue un fracaso. Aquí aspiramos con optimismo que puedan generarse cuatro o cinco puntos de acuerdos centrales, pero tienen que verse reflejados en nuestras realidades nacionales.

BRASIL - Izabella Teixeira, ministra de Medio Ambiente*

Mi impresión es que tenemos buenas perspectivas. Necesitamos trabajar más para saber cuál va a ser la forma final de esas perspectivas, pero siento que todos quieren alcanzar un compromiso político sobre un segundo período del Protocolo de Kioto.

Estoy confiada, soy una mujer pragmática pero también una optimista. Tengo la misma sensación que tuve durante el proceso de Nagoya (la reunión de Naciones Unidas sobre biodiversidad) y allá tuvimos buenos resultados.

Realmente creo que podemos encontrar nuevas formas para llegar a acuerdos políticos. Claro que será difícil.

Tuvimos una consulta (con el ALBA) y vemos una buena perspectiva, teniendo en cuenta su posición. Ellos quieren negociar, quieren sentarse en la mesa a negociar todos los arreglos que necesitamos para producir buenos resultados para el segundo período de compromiso del Protocolo de Kioto.

Entonces, es muy importante que podamos mantener un proceso de diálogo abierto y el grupo del ALBA es parte de esta estrategia. Estamos trabajando juntos y fue una buena reunión con ellos.

*En declaraciones a Eric Camara, BBC Brasil

Tomado de:

BBC Ciencia
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